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LA ESPIRITUALIDAD DEL CORAZÓN SEGÚN EL CARISMA DEL P. JULIO CHEVALIER MSC: Visión del Futuro de la Devoción al Sagrado Corazón

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Sección 9
UNA VISIÓN DE FUTURO DE LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN

Uno de los rasgos destacados del carisma de Chevalier es la energía inagotable que invirtió en la meditación y el estudio del significado profundo de la Devoción al Sagrado Corazón. El P. Chevalier no aceptó sin más la Devoción al Sagrado Corazón que se experimentaba y se practicaba en su época, sino que su visión de la Devoción al Sagrado Corazón fue evolucionando con el tiempo. A pesar de que no era escritor por naturaleza, dedicó gran cantidad de tiempo a la publicación de los resultados de sus investigaciones, que deseaba compartir con cualquiera que pudiera estar interesado en los mismos. El P. Piperon MSC ha señalado que Chevalier tardó no menos de 20 años en redactar sus extensos textos acerca del Sagrado Corazón de Jesús y Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

A través de sus continuos estudios, comprendió que en el Corazón de Jesús encontramos la revelación del Corazón del mismo Dios y de su inmenso amor. Chevalier percibía una manifestación del Corazón de Jesús allá donde actuaba el amor de Dios. Por tanto, nos señala que el Corazón de Jesús desempeña un papel clave en la creación del Universo y de la humanidad. La creación del Universo, que culmina con la creación de la raza humana, es una obra del amor de Dios. De igual modo, Chevalier subraya que "Todas las cosas fueron creadas para el Hijo de Dios" (Col 1,16). Aunque todos los seres humanos fueron creados a imagen y semejanza de Dios, que es Amor en sí mismo, están creados a imagen de Jesús, el Hijo de Dios, el cual revela su amor al encarnarse y amarnos con un corazón humano.

Chevalier destaca cómo el poder de Dios, el amor divino, se hace presente en los bancos de peces del océano y en los rebaños de animales en la tierra, como primera conquista del plan de Dios, que se completará cuando llegue el momento "de reunir a toda la creación, todo lo que existe en cielo y tierra, con Cristo como Cabeza" (Eph 1,10).

Asimismo, indica que Dios crea cada corazón humano a imagen del Corazón humano de su Hijo, lo que significa que los anhelos más profundos de nuestros corazones también moran en el Corazón de Jesús y que se corresponden, en realidad, con los deseos de Dios. Significa, además, que en lo más íntimo de nuestro ser, nuestros corazones poseen una capacidad de amar equiparable a la del Corazón de Jesús.

El veía a Jesucristo no solamente como nuestro Redentor y Salvador, sino también como el Gran Adorador y Agradecido. En el seno de la Creación y en la Eucaristía, Jesucristo adora al Padre, al Creador de Cielo y Tierra, y le agradece sus actos de amor en nuestro nombre. Chevalier afirma que, dado que estamos dotados de un corazón y una voz, hemos de participar en estos actos de adoración y agradecimiento al Creador, en nombre de todas las criaturas.

Momento de reflexión

"En la materia, existe una especie de conocimiento, un comienzo del amor. En la atmósfera y en el agua estos miles de variedades de animales se conocen y aman: un primer borrador, un primer diseño, perfecto en sí mismo, maravilloso, atractivo pero no más que un esbozo lejano a gran distancia, por desgracia, de su referente, Jesucristo, el Sagrado Corazón" Jesús es un Hombre-Dios. Reúne a toda la creación: 'Yo soy la vida', nos dice, toda la vida creada y no creada planta, animal o vida material, vida espiritual y racional…


Julio Chevalier, 1900