LA ESPIRITUALIDAD DEL CORAZÓN SEGÚN EL CARISMA DEL P. JULIO CHEVALIER MSC: Misión del Sagrado Corazón
SECCION 11
MISION DEL CORAZON
El origen del carisma de Chevalier fue la conversión del corazón. En
realidad, fueron tres los acontecimientos que propiciaron su conversión. En
primer lugar, una explicación clara del significado profundo de la Devoción
al Sagrado Corazón, presentada por un profesor del seminario de Bourges. En
segundo lugar, la lectura de un libro sobre Margarita María Alacoque, quien
durante sus oraciones místicas pudo ver cómo le mostraba Jesús su Corazón y
le hablaba de su amor a la humanidad. En tercer lugar, un retiro que le
llegó a lo más hondo, también en Bourges. Su compañero, el P. Piperon,
testigo de la conversión, cuenta que el joven Chevalier sufrió una
transformación del corazón. Su relación con sus compañeros de Seminario pasó
de ser estricta y severa a amable y cálida, de solitaria y distante a
acogedora y comprensiva.
Al parecer, Julio se había obligado a practicar durante sus primeros años en
Bourges una vida espiritual que no se correspondía con su forma de ser.
Julio era de carácter "animado" e "impetuoso", con un agudo sentido del
humor. Es muy probable que, a lo largo de estos años iniciales en Bourges,
Julio se sintiera incómodo consigo mismo, pero se habría visto forzado a
actuar de ese modo al asumir que sería la forma de comportarse de un
perfecto seminarista. El encuentro con el misericordioso Corazón de Jesús,
gracias a la Devoción al Sagrado Corazón, debió de ser una experiencia
liberadora. Comenzó a comprender que lo que el Señor esperaba de él era
exactamente lo contrario de lo que había hecho hasta ese momento. Para él,
la conversión del corazón culminaría en una nueva relación con Jesús y un
nuevo modo de verse a sí mismo. Jesús se convirtió para él en "el Sagrado
Corazón", la Palabra de Dios encarnada, que ama con un corazón humano. Al
mismo tiempo, comenzó a verse como un misionero enviado por Jesús, el
Sagrado Corazón. De este modo se inició su misión.
Momento de reflexión
"El programa cristiano - el programa del Buen Samaritano, el programa de
Jesús - es "un corazón que ve". Este corazón ve dónde se necesita amor y
obra en consecuencia."
(Papa Benedicto XVI, Deus Caritas Est, Dios es Amor, Nº 31)