Cómo entronizar al Sagrado Corazón en tu casa (y tu corazón)
A la hora prevista, los padres, hijos y amigos se reúnen con el sacerdote en
el sitio principal de la casa para la ceremonia. En un lugar importante de
la casa donde el Corazón divino es 'entronizado' se ha colocado la imagen
del Sagrado Corazón de Jesús. Si la casa aún no está bendecida, el sacerdote
primero la bendice. Luego el sacerdote bendice la imágen después de haber
comentado lo que significa la entronización del Sagrado Corazón. Los
miembros de la familia rezan los actos de consagración escogidas.
En el caso que no puede estar presente el sacerdote la imágen ha sido
bendecida previamente. La familia hace una oración o entona un canto para
crear el ambiente requerido, La cabeza del hogar comenta lo que significa la
entronización del Sagrado Corazón en en hogar. Seguidamente se recitan las
fórmulas de consagración que se han escogido.
Después de la oración consagratoria cada miembro de la familia dice una oración espontánea.
Al final se puede rezar la acción de gracias y terminar con un canto o una
oración pidiendo la bendición de Dios. También se puede elaborar un acta de
entronización firmado por todos y colocarlo al lado de la imagen (estatua)
del Corazón de Jesús como se ve en la foto.
Fórmulas para escoger
(Descargarlas
en en formato word)
Oración de santa Margarita María Alacoque
Oración de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús
El Papa San Pío X el 19 de mayo de 1908 aprobó la siguiente oración de consagración
Consagración de los niños al Sagrado Corazón de Jesús
Consagración de los jóvenes (adaptada)
Renovación de la Consagración Familiar
Oración de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Consagración de la Familia al Sagrado Corazón de Jesús
Consagración
de la casa al Sagrado Corazón de Jesús
Oración de
santa Margarita María Alacoque
Oración personal de consagración que puede usarse cuando uno mismo o una
familia se consagra al Sagrado Corazón.
Me entrego y al Sagrado Corazón de nuestro Señor Jesucristo, consagro sin
reservas, mi persona, mi vida, mis obras, mis dolores y sufrimientos. Este
es mi propósito inmutable: ser enteramente Suyo y hacer todas las cosas por
Su amor. Al mismo tiempo renuncio de todo corazón a todo aquello que Le
desagrade.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero tenerte como único objeto de mi amor. Sé
pues, mi protector en esta vida y garantía de la vida eterna. Sé fortaleza
en mi debilidad e inconstancia. Sé propiciación y desagravio por todos los
pecados de mi vida. Corazón lleno de bondad, sé para mí el refugio en la
hora de mi muerte y mi intercesor ante Dios Padre. Desvía de mí el castigo
de Su justa ira. Corazón de amor, en Ti pongo toda mi confianza. De mi
maldad todo lo temo. Pero de Tu Amor todo lo espero. Erradica de mí, Señor,
todo lo que Te disguste o me pueda apartar de Ti. Que Tu amor se imprima tan
profundamente en mi corazón que jamás Te olvide yo y que jamás me separe de
Ti.
Señor y Salvador mío, te ruego, por el amor que me tienes, que mi nombre
esté profundamente grabado en tu Sagrado Corazón; que mi felicidad y mi
gloria sean vivir y morir en Tu servicio. Amén.
San Juan Pablo II: Consagración al Sagrado Corazón en la Catedral
del Sagrado Corazón de Delhi, 1 de febrero de 1986
Señor Jesucristo, Redentor del género humano, nos dirigimos a tu Sacratísimo
Corazón con humildad y confianza, con reverencia y esperanza, con profundo
deseo de darte gloria, honor y alabanza.
Señor Jesucristo, Salvador del mundo, te damos las gracias por todo lo que
Tú eres y todo lo que Tú haces por la pequeña grey (esta familia).
Señor Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, te alabamos por el Amor que has
revelado a través de tu Sagrado Corazón, que fue traspasado por nosotros y
ha llegado a ser fuente de nuestra alegría, manantial de nuestra vida
eterna.
Reunidos juntos en Tu Nombre, que está por encima de cualquier otro nombre,
nos consagramos a Tu Sacratísimo Corazón, en el cual habita la plenitud de
la verdad y la caridad.
Al consagrarnos a Ti renovamos nuestro ferviente deseo de corresponder con
amor a la rica efusión de Tu Misericordioso Amor.
Señor Jesucristo, Rey de Amor y Príncipe de la paz, reina en nuestros
corazones y en nuestros hogares. Vence todos los poderes del maligno y
llévanos a participar en la victoria de Tu Sagrado Corazón. ¡Que todos
proclamemos y demos gloria a Ti, al Padre y al Espíritu Santo, único Dios
que vive y reina por los siglos de los siglos! Amén.
Oración de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús
Te saludamos, Corazón admirable de Jesús, Te alabamos, Te bendecimos, Te
glorificamos. Te damos gracias, Te ofrecemos nuestro corazón, Te lo damos y
consagramos.
Recíbelo y poséelo entero. Purifícalo, ilumínalo y santifícalo, para que
vivas y reines en él por siempre. Amén.
El Papa San Pío X el 19 de mayo de 1908 aprobó la siguiente oración
de consagración
Oh Sagrado Corazón de Jesús,/ que hiciste conocer a Santa Margarita María/
Tu deseo ardiente reinar sobre las Familias Cristianas,/ míranos aquí
reunidos hoy/ para proclamar Tu dominio absoluto/ sobre nuestro hogar.
De ahora en adelante nos proponemos/ llevar una vida como la Tuya,/ para que
florezcan entre nosotros/ las virtudes por las que Tu prometiste la paz
sobre la tierra,/ y para ese fin/ desterraremos de entre nosotros/ el
espíritu mundano/ que Tu aborreciste tanto.
Reina sobre nuestro entendimiento/ por la simplicidad de nuestra fe. Reina
sobre nuestros corazones/ por un amor ardiente a Ti;/ y esté la llama de ese
amor/ guardada siempre ardiente en nuestros corazones/ por la recepción
frecuente de la Sagrada Eucaristía.
Dígnate, Oh Divino Corazón presidir nuestras reuniones,/ bendecir nuestras
empresas, tanto espirituales como temporales,/ para desterrar toda aflicción
e inquietud,/ santificar nuestras alegrías,/ y aliviar nuestros pesares. Si
alguno de nosotros tuviera alguna vez/ la desgracia de apenar/ a Tu Divino
Corazón, recuérdale de Tu bondad y misericordia/ para con el pecador
arrepentido.
Finalmente, cuando suene la hora de la separación,/ y la muerte hunda
nuestro hogar en la aflicción,/ resignémonos,/ todos y cada uno de
nosotros,/ a Tus eternos decretos,/ y busquemos consuelo en el pensamiento/
que algún día nos reuniremos en el Cielo,/ a cantar las alabanzas y
bendiciones/ de Tu Sagrado Corazón por toda la eternidad.
Gloria al Padre y al Hijo...
Consagración de los niños al Sagrado Corazón de Jesús
Si los niños están presentes, pueden rezar la siguiente oración:
Oh Sagrado Corazón de Jesús,/ Corazón de nuestro Mejor Amigo y nuestro Rey
amantísimo/ Tu que has sido colocado en esta casa,/ para que siempre vivas
con nosotros,/ dinos aquellas mismas palabras:/ “Dejad que los niños venga a
Mi.”/ ¡Míranos, Oh Sagrado Corazón de Jesús/ y prometiendo desde ahora en
adelante/ esforzarnos con tu ayuda en ser tan obedientes y respetuosos como
Tu lo fuiste con Tus santos padres en la pequeña casa de Nazareth,/ para que
podamos crecer en virtud y en sabiduría según nuestra edad. Adorable Corazón
de Jesús,/ Tu quisiste también poseer nuestros corazones,/ pues Tu dijiste:/
“Hijo Mio, dame tu corazón.”/ Tu quisiste quedarte en nuestros corazones,/ y
quieres que sepamos consolarte con nuestro amor,/ por todos los que no Te
conocen o no quieren amarte. Dulce Jesús, Divino amigo de los niños,/ recibe
nuestros corazones,/ hazlos puros, santos y felices./ Recibe también
nuestros cuerpos, nuestras almas,/ y toda nuestra voluntad. ¡Nos consagramos
a Ti ahora y por siempre! Sé Tu nuestro Rey. Todos nuestros pensamientos, y
nuestras palabras,/ nuestras acciones y nuestras oraciones,/ los consagramos
a Ti,/ nuestro Amigo y nuestro Rey.
Todo es tuyo,/ Oh Sagrado Corazón de Jesús.
Los niños luego pueden recitar un poema o cantar un himno en honor del
Sagrado Corazón.
Consagración de los
jóvenes (adaptada)
Si hay jóvenes que recen esta oración de la consagración pronunciada por
Benedicto XVI durante la JMJ 2011
Señor Jesucristo,
Hermano, Amigo y Redentor del hombre,
míranos con amor a los jóvenes aquí reunidos
y abre para nosotros la fuente eterna
de tu misericordia
que mana de tu Corazón abierto en la Cruz.
Dóciles a tu llamada,
hemos venido para estar contigo y adorarte.
Con ardiente plegaria
nos consagramos a tu Corazón
para que, arraigados y edificados en ti,
seamos siempre tuyos, en la vida y en la muerte.
¡Que jamás nos apartemos de ti!
Otórganos un corazón semejante al tuyo,
manso y humilde,
para que escuchemos siempre tu voz
y tus mandatos,
cumplamos tu voluntad
y seamos en medio del mundo
alabanza de tu gloria,
de modo que los hombres,
contemplando nuestras obras,
demos gloria al Padre con quien vives,
feliz para siempre,
en la unidad del Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración de Acción de Gracias
Toda la familia puede recitar la siguiente oración:
Gloria a Ti,/ Oh Sagrado Corazón de Jesús,/ por la misericordia infinita/
que Tu has concedido/ a los privilegiados miembros de esta familia a la que
has elegido,/ entre miles de otras/ como receptora de Tu amor/ y como
santuario de reparación/ donde Tu amantísimo Corazón/ encuentre consuelo por
la ingratitud de los hombres. !Cuan grande, Oh Señor Jesús es la la gratitud
de esta porción/ de tu fiel rebaño! al aceptar el inmerecido honor/ de verte
a Ti presidir nuestra familia. Te adoramos silenciosamente,/ llenos de
alegría por verte/ compartir bajo nuestro mismo techo/ los trabajos, las
necesidades y las alegrías/ de Tus hijos. Es cierto que no somos dignos/ que
Tu entres en nuestra humilde morada,/ pero Tu ya nos has prometido,/ cuando
nos revelaste Tu Sagrado Corazón,/ enseñarnos a encontrar en la herida de Tu
Costado, la fuente de gracia y vida perdurable. En este espíritu amoroso y
confiado/ nos entregamos a Ti, Tu que eres la vida que no cambia./ Quédate
con nosotros Sagrado Corazón de Jesús,/ pues sentimos un deseo irresistible
de amarte y hacerte amado.
Sea nuestro hogar para Ti un abrigo/ tan dulce como el de Betania,/ donde Tu
puedas encontrar descanso/ en medio de amigos afectuosos,/ quienes como
María hemos elegido la mejor parte,/ en la amorosa intimidad de Tu Corazón.
Sea para Ti este hogar,/ Oh amado Salvador,/ un humilde pero hospitalario
refugio,/ durante el exilio impuesto a Ti por Tus enemigos. Ven entonces,
Señor Jesús, ven,/ pues aquí como en Nazaret,/ tenemos un amor grande por la
Virgen María,/ Tu santa Madre, a quien Tu nos has dado como Madre. Ven a
llenar con Tu dulce presencia/ los vacíos que la desdicha y la muerte han
obrado entre nosotros.
Oh Amigo fidelísimo,/ Tu que has estado aquí en medio nuestro sufrimiento,/
nuestras lágrimas han sido menos amargas:/ el bálsamo reconfortante de la
paz/ luego vertido en estas heridas ocultas,/ que son conocidas solo por Ti.
Ven, pues aún ahora quizás,/ se esté alzando ante nosotros el crepúsculo de
la tribulación,/ y el ocaso del paso de los días de nuestra juventud y de
nuestras ilusiones. Quédate con nosotros, pues ya es tarde,/ y un mundo
pervertido busca envolvernos en las tinieblas de sus negaciones/ mientras
queremos adherirnos solo a Ti,/ que eres el Camino, la Verdad y la Vida.
Repítenos aquellas palabras que Tu pronunciaste antaño:/ “Hoy me hospedaré
en tu casa.” (Lc. 19:5)
Si, querido Señor, establece Tu morada con nosotros,/ para que podamos
vivir/ en Tu amor y en Tu presencia,/ nosotros que Te proclamamos nuestro
Rey y no queremos otro. Sea Tu Corazón triunfante, Oh Jesús,/ por siempre
amado,/ bendecido,/ y glorificado en este hogar. ¡Venga a nosotros Tu Reino!
Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, ¡Venga a nosotros Tu Reino! (tres veces)/ ¡Viva el
Sagrado Corazón de Jesús!, por los siglos de los siglos. Amén
Renovación de la
Consagracióm Familiar
Ayudará mucho que se rece en familia, quizás una vez al mes, la
renovación de la Consagración
Dulce Salvador,/ ante tu imágen / humildemente renovamos la consagración de
nuestra familia a Tu Divino Corazón. Sé por siempre nuestro Rey;/ tenemos
plena y total confianza en Ti,/ Llene Tu espíritu nuestros pensamientos,/
nuestros deseos,/ nuestras palabras, y nuestras obras. Bendice nuestras
empresas. Sé parte de nuestras alegrías,/ de nuestras pruebas, y de nuestros
esfuerzos. Haznos conocerte mejor,/ amarte más,/ y servirte sin falta. De un
polo hasta el otro de la tierra resuene el grito: “¡Sea amado en todas
partes el Corazón Triunfante de Jesús!” Amén.
Oración de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies, renovamos alegremente la
Consagración de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía, el Jefe protector de nuestro hogar, el Rey
y Centro de nuestros corazones.
Bendice a nuestra familia, nuestra casa, a nuestros vecinos, parientes y
amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes, y participa de nuestras
alegrías y angustias, de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo y
de nuestras diversiones.
Danos fuerza, Señor, para que carguemos nuestra cruz de cada día y sepamos
ofrecer todos nuestros actos, junto con tu sacrificio, al Padre.
Que la justicia, la fraternidad, el perdón y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades. Queremos ser instrumentos de paz
y de vida.
Que nuestro amor a tu Corazón compense, de alguna manera, la frialdad y la
indiferencia, la ingratitud y la falta de amor de quienes no te conocen, te
desprecian o rechazan.
Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti, confianza profunda,
ilimitada.
AMEN
Sagrado corazón de Jesús…en Ti confío (3 veces)
Haz mi corazón semejante al tuyo (3 veces)
Consagración de la Familia al Sagrado Corazón de Jesús
Santísimo Amor de Jesús, te consagramos nuestros corazones, nuestras vidas,
y nuestras familias.
Conocemos que el ejemplo bello de Tu hogar en Nazaret, fue un modelo para
cada una de nuestras familias.
Esperamos obtener con Tu ayuda, la unión y el amor fuerte y perdurable que
recibiste.
- Que nuestro hogar se llene de gozo.
- Que el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia y el respeto mutuo,
estén siempre presentes.
- Que nuestras oraciones incluyan las necesidades de los otros, no sólo las
nuestras.
- Que siempre estemos cerca de los Sacramentos.
- Que la paz esté con nosotros, y cuando vengan las dificultades danos
consuelo y esperanza.
Bendice a todos los que aquí habitamos y también a los difuntos
Mantén nuestras familias cerca de tu Amor y que Tu protección esté siempre
con nosotros.
Amén.
Consagración de la casa al Sagrado Corazón de Jesús
Sagrado Corazón de Jesús;
Nos hemos reunido aquí para ofrecerte nuestra casa.
Hoy, que te echan de tantos sitios,
nosotros te recibimos encantados en nuestro hogar.
Queremos que vivas a nuestro lado;
que participes de nuestras alegrías y de nuestras penas.
de nuestra riqueza y de nuestra pobreza,
de nuestros triunfos y de nuestros fracasos.
Queremos que nos ilumines en nuestras dudas,
que nos adviertas en nuestros peligros,
que nos ayudes en nuestras tentaciones,
que nos alientes en nuestros contratiempos,
que nos orientes en nuestras resoluciones y, sobre todo,
que nos enciendas en un gran amor a Ti,
que nos lleve a servirte siempre con toda fidelidad.
Concédenos, Señor, que seamos cada día mejores cristianos,
que nuestra vida sea un auténtico testimonio de nuestra fe,
que aprendamos a verte en los demás,
que sepamos pedir perdón sinceramente de nuestros pecados,
y. finalmente, que consigamos la gracia suprema de una santa muerte, que nos
reúna contigo, en la Gloria, a todos los que ahora nos amamos aquí.
Señor, no somos dignos de que entres en nuestra casa;
pero si fuiste a la del centurión, y entraste en la de Zaqueo, y viviste en
la de María Magdalena,
dígnate quedarte aquí, con nosotros, para siempre.
Nosotros vamos a procurar siempre en esta casa:
creer lo que Tú quieres que creamos,
pensar lo que Tú quieres que pensemos,
leer lo que Tú quieres que leamos,
hablar lo que Tú quieres que hablemos,
amar lo que Tú quieres que amemos,
y hacer lo que Tú quieres que hagamos.
Que toda esta familia sea conforme siempre a tus deseos.
Porque confiamos en Ti como en nuestro Padre. Y no te hemos entronizado aquí
para que presencies nuestras rebeldías y pecados, sino para que bendigas la
buena voluntad que tenemos de servirte.
Ayúdanos con tu gracia, pues reconocemos nuestra debilidad.
Pero en Ti ponemos nuestra confianza.
Sagrado Corazón de Jesús, en TI confío (tres veces).
Padrenuestro. Avemaría. Gloria.
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