Somos Misioneros del Sagrado Corazón: Testimonio personal de Leo Bernaerts msc
Capítulo 17
"Al servicio del hombre"
Leo Bernaerts, 60 años (Bélgica)
Los responsables de la parroquia en la que pasé mi infancia, vivían una vida bastante confortable. No nos frecuentaban, pero cuando nos necesitaban, venían a casa de mi padre el cual ayudaba si podía. Mi padre no tenía ninguna responsabilidad en la Iglesia, a causa de su falta de tiempo... estaba ya muy ocupado con su mujer y sus hijos... no tenía tiempo para asistir a las reuniones...
Fuera de las misas tradicionales, teníamos poco contacto con nuestra parroquia. Conocíamos a los párrocos, les apreciábamos y les ayudábamos cuando podíamos... como se nos había enseñado... Un compromiso más largo era inexistente... ni escultismo, ni otra cosa. Los domingos, los pasábamos en casa de nuestros abuelos. incluso las vacaciones, las pasábamos en las parroquias de nuestros abuelos... allí hacíamos de acólitos...
Pero, ningún compromiso más largo...
Los lazos y la solidaridad con la Iglesia, las buenas relaciones con los párrocos y el aprecio de éstos me daban ganas de hacerme sacerdote en la Iglesia de Dios y de poder hacer tantas cosas bellas para mis prójimos... Hacerme sacerdote... ¿un sueño de niño?
Muy pronto percibí que los estudios, bastante duros en el Colegio, serían un obstáculo...
Siendo inevitable una segunda oportunidad, se me presentó la de ir a estudiar al seminario de la misión... De nuevo volvía a encontrar allí una Iglesia al servicio del hombre... Un tío era allí Sacerdote-Padre-profesor, era muy activo, apreciado, pero le faltaba tiempo para ocuparse de mí y de darme lecciones particulares. Por casualidad, había allí un profesor inmovilizado a causa de un accidente. Él encontraba tiempo para ocuparse un poco de mi. El resultado era prometedor: no sólo obtenía notas formidables, sino que tuve ganas de continuar las humanidades en el seminario de la misión. A partir de este momento, creció el amor por las misiones. Al acabar las humanidades, no fue difícil escoger entre una vida diocesana o una vida religiosa. La elección de una congregación era evidente. Con los otros estudiantes, habíamos conocido igualmente otras órdenes y congregaciones, pero el amor por lo que conocía más me motivó...
Con el sueño de poder partir al extranjero, habíamos dado el paso hacia tos MSC. Algunos lo consiguieron... Más de la mitad tuvo que permanecer en Bélgica para asumir diferentes tareas. En todas partes se necesitan personas que tengan corazón... Ésta es la razón por la cual Dios elige a sus "colaboradores" para ponerlos en medio de los otros... Las vías del Señor son impenetrables.