Camino Neocatecumenal: Breve Historia y Presentación
Recientemente han sido aprobados los estatutos del Camino Neocatecumenal.
Una noticia que ha llenado de alegría no sólo a las miles de comunidades del
Camino extendidas por todo el mundo, sino a toda la Iglesia, que ve con ello
culminado un importante paso de normalización y de maduración de una de las
más valiosas realidades eclesiales en la vanguardia de la Nueva
Evangelización. Los nuevos estatutos confirman que el don del Espíritu a la
Iglesia a través de esta realidad eclesial consiste en el camino mismo, en
el método, en este Neocatecumenado para bautizados que nacen y crecen en
culturas de tradición cristiana pero sumamente paganizadas. A su vez, los
nuevos estatutos establecen el cauce canónico indispensable para que las
personas, las vocaciones, y las estructuras necesarias para este Camino
estén plenamente armonizadas en la comunión de la Iglesia, que es siempre
comunión organizada.
Todo comenzó en las chabolas de Vallecas, cuando en los años 60 Kiko
Argüello va allí a vivir llevando consigo tan sólo una Biblia, una guitarra,
y un crucifijo. Después los sacerdotes de la parroquia de San Frontis en
Zamora y de Cristo Rey en Madrid les invitaron a Kiko y a Carmen, que fue de
las primeras personas en sentirse atraída por la radicalidad de la
experiencia propuesta por Kiko, para dar en sus parroquias la experiencia de
las catequesis que habían comenzado a dar en Vallecas: "para nuestra
sorpresa, incluso en estas parroquias donde el entorno social era totalmente
distinto de las chabolas, vimos cómo nacían comunidades en un camino hacia
la conversión después del anuncio del kerigma y dos meses de catequesis".
Cuando el Arzobispo de Madrid, en aquel momento, Monseñor Casimiro Morcillo,
se puso en contacto con esta realidad, que él apoyó con entusiasmo, los
envió a las parroquias que deseaban comenzar la experiencia, mientras que
los exhortaba a actuar siempre en unión con el párroco. Esta experiencia se
extendió rápidamente en Madrid y en otras diócesis españolas.
En 1968 fueron invitados a ir a Roma, llevando una carta del Arzobispo de
Madrid para el Cardenal Dell'Acqua, entonces Vicario de Roma, y empezaron
las mismas catequesis en la parroquia de los Mártires de Canadá. A partir de
entonces se extendió por toda la diócesis mediante la predicación de los
catequistas elegidos de las primeras comunidades, y después en muchos otros
países de todos los continentes, incluso en los países de la "misión ad
gentes" o de primera evangelización. Muy pronto, las peticiones hechas por
los párrocos dieron origen al carisma de los "catequistas itinerantes", que
dejan su propia comunidad por un cierto tiempo y se ponen a disposición del
Neocatecumenado para llevarlo a las diócesis que lo piden.
Es un novedoso camino de evangelización para los alejados. El Camino
Neocatecumenal no es un grupo formado espontáneamente, ni una asociación, ni
un movimiento espiritual, ni una elite dentro de la parroquia. Más bien es
un grupo de gente que desean redescubrir y vivir la vida cristiana en toda
su plenitud, vivir las consecuencias esenciales de su Bautismo, por medio de
un Neocatecumenado dividido en diferentes etapas, tal como el Catecumentado
de la Iglesia primitiva, pero adaptado a su condición de personas ya
bautizadas.
Como consecuencia, estas comunidades tienen la misión de ser, en el interior
de la parroquia, el signo y sacramento de la Iglesia misionera, de abrir un
camino concreto de evangelización para los alejados, dando los signos que
llaman a conversión a los paganos, esto es, el amor en la dimensión de la
cruz y la unidad. este amor, por el que según el Evangelio todos reconocerán
a los seguidores de Cristo, es un amor que exige una donación total, un amor
que Kiko Argüello define así: "Amar significa morir y nuestra tragedia es
precisamente que no queremos morir. Amar al otro cuando es diferente de lo
que yo deseo siempre significa un salto en la oscuridad, significará superar
la muerte".
El Neocatecumenado se presenta a sí mismo como un período de gestación, en
el seno de la Iglesia. Como María, sus miembros dicen su "Así sea" al
anuncio del Salvador, la Palabra empieza a generar una nueva creación, la
obra del Espíritu Santo. Kiko Argüelo explica desde aquí ese especial
patrocinio de la Familia de Nazaret sobre el Neocatecumenado: "María, la
imagen de la Iglesia y de cada cristiano, recibe el anuncio de una buena
noticia: el Mesías nacerá en ti. Después de que ella aceptó estas palabras,
el Espíritu Santo la cubrió con su sombra y dio comienzo la gestación de una
nueva criatura: Jesucristo, quien gradualmente se formará hasta el día de su
nacimiento en Belén.
Anuncio, gestación, nacimiento y vida escondida en la pequeña comunidad de
Nazaret donde el niño crecerá hasta que alcance la edad en que pueda tomar
la misión que su Padre le había confiado: estas son las etapas a través de
las cuales nosotros mismos también deseamos pasar, convencidos de que, a
través de ellas, la Iglesia puede ser renovada, para dar una respuesta a los
nuevos tiempos y servir al mundo moderno".
Manuel María Bru Alonso
(21 de julio de 2002)
Manuelbru@planalfa.es