¿Conoces el Neocatecumenado?
No es un grupo espontáneo, ni una asociación; no es un movimiento de
espiritualidad, ni un grupo selecto dentro de la parroquia. Es un camino
vivido en régimen de pequeñas comunidades formado por personas de edad,
condición social, mentalidad y cultura diferentes, que dentro de la actual
estructura de la parroquia y en comunión con el Obispo, reviven en plenitud
su bautismo.
Nace del anuncio de la BUENA NOTICIA, que es CRISTO vencedor en nosotros de
la muerte y del pecado; anuncio llevado, de acuerdo con el párroco, por un
equipo de catequistas de otra comunidad, que va más adelante en el camino.
Después del anuncio, que se hace durante dos meses de catequesis, la
comunidad inicia su camino neocatecumenal, en el que se revive el bautismo
en diferentes etapas, semejante al de la iglesia primitiva. La vida de la
comunidad, durante todo el camino, se basa en la escucha de la PALABRA, en
la LITURGIA y en la CARIDAD FRATERNA.
Así, estas pequeñas comunidades abren en la parroquia un camino de
conversión, para todos aquellos que quieran pasar de una fe infantil a una
fe adulta. A la luz del Concilio Ecuménico Vaticano II, el neocatecumenado
aparece como un camino concreto para edificar la Iglesia en pequeñas
comunidades, para que sean, en el mundo, el CUERPO VISIBLE DE CRISTO
RESUCITADO.
No se impone, siente el deber de no destruir nada, de respetar todo,
presentando el fruto de una Iglesia que se renueva a si misma y que dice a
sus mayores que han sido fecundos, porque de ellos ha nacido.
Es una respuesta concreta a la necesidad de evangelización hoy en la
parroquia y en la diócesis. Lleva adelante esta misión, viviendo el camino
neocatecumenal en la total obediencia a la comunidad madre, para dar en el
interior de la parroquia los signos de la fe: el AMOR en la dimensión de la
Cruz y la perfecta UNIDAD (Jn 13, 35; 17,21).
En la medida que la comunidad da estos signos, llama a los hombres a
conversión. Y sucede así que la comunidad que surge se hace ella misma
anunciadora de la BUENA NUEVA y de ella nacen nuevas comunidades.
(N.B.: DOCUMENTO redactado por los párrocos y responsables de las primeras
parroquias de Roma, reunidas en convivencia en el año 1972.)