Transcripción de la entrevista de Pepe Alonso a Kiko Argüello
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El canal católico EWTN ofreció en exclusiva la primera entrevista en
televisión concedida por Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal,
al programa "Nuestra Fe en Vivo", que presenta Pepe Alonso. Ofrecemos el
texto íntegro de la entrevista que también es accesible (audio y video) a
través de Internet.
TEXTO/Transcripción(Cortestía EWTN):
EWTN/Pepe Alonso: Kiko Argüello, muchísimas gracias por tu gentileza de
acceder a esta entrevista; yo sé que no eres un hombre de entrevistas ni te
gusta estar ante cámaras, ni menos hablar de ti, pero me han dicho que
gracias a madre Angélica nos has concedido poder compartir estos minutos con
todo nuestro auditorio. Así que muchísimas gracias en el nombre del Señor,
de madre Angélica y de toda la gente de habla hispana que está en este
momento con nosotros. Bienvenido Kiko.
Kiko Argüello: Gracias.
EWTN/Pepe Alonso: Vamos a ir al mero principio. Tú eres español, nacido
en...
Kiko Argüello: León.
EWTN/Pepe Alonso: Llegando a los Picos de Europa, donde empiezan por allá
las Cordilleras. ¿Cómo es que llegaste a Madrid?
Kiko Argüello: Mi familia se trasladó cuando yo tenía dos años; mi padre era
abogado y se trasladó a Madrid.
EWTN/Pepe Alonso: O sea que eres prácticamente madrileño. ¿Cuál es tu
formación profesional?
Kiko Argüello: Yo soy pintor de profesión, estudié el Bachillerato primero y
después entré en la universidad, en Bellas Artes. Terminé y después hice
muchas exposiciones; hice mi carrera de pintor profesional.
EWTN/Pepe Alonso: O sea que hay cuadros por ahí pintados por ti en calidad
de pintor.
Kiko Argüello: Me dieron un premio extraordinario nacional en España.
EWTN/ Pepe Alonso: Yo no soy un gran experto en pintura, pero dentro de la
pintura, ¿cuál es tu proyección?
Kiko Argüello: Yo hacía una pintura moderna entonces, después llegó un
momento en que abandoné todo para irme a vivir entre los pobres.
EWTN/Pepe Alonso: A ver, a ver...vamos a empezar a digerir; un pintor que
tiene su fama, que tiene ya su clientela, y de repente decide abandonar todo
e irse con los pobres. ¿Por qué?
Kiko Argüello: Es una historia muy importante. Ya cuando entré en la
universidad de Bellas Artes tuve una experiencia, una crisis podemos decir
existencial. Me di cuenta que la fe que me habían dado mis padres -mis
padres son católicos- no me era suficiente; como todo joven, tenía muchas
preguntas: ¿cómo es posible que vivimos en un mundo lleno de injusticias,
cuando tenemos dentro un deseo de justicia? esto me llevó a buscar otros
caminos. Abandoné completamente la práctica de la Iglesia. El ambiente que
había entonces en Bellas Artes era todo de "izquierdas", de tipo ateo
marxista; pero nunca fui comunista porque yo les decía a mis amigos que eran
comunistas: no entiendo cómo vosotros podéis pensar en un paraíso comunista
donde ya no haya injusticias, cuando no dais una respuesta a la historia, a
un hombre que a lo mejor en un barco, un negro que ha sido cogido en África,
ha muerto en una injusticia... y esto me hacía pensar que no era cierto.
EWTN/Pepe Alonso: Algo que mencionaste tú me impactó: al entrar tú en esta
crisis, en este cuestionamiento, dejas la Iglesia, no optas como que ahí
pudiera haber una posible respuesta, sino que borrón y a buscar...
Kiko Argüello: Sí, porque de alguna forma yo no encontraba... tenía una
formación muy débil: la formación de la Primera Comunión, después en el
Colegio una asignatura que se llamaba religión, pero no era suficiente para
toda la problemática que yo tenía de tipo filosófico-existencial: ¿Quién soy
yo, quién me ha creado, por qué vivimos? No encontraba suficiente respuesta.
En el fondo porque veía que los cristianos no respondían suficientemente a
la problemática que yo tenía en aquél momento.
EWTN/Pepe Alonso: Más o menos te pasaba a ti lo que a Gandhi cuando le
preguntaron respecto al Catolicismo, y dijo: me encanta como religión, pero
los católicos no me convencen.
Kiko Argüello: Entonces me sucedió que yo tenía un grupo de teatro en Bellas
Artes y a través del teatro conocí un poco la filosofía de Sartre ("La
puerta cerrada","Las moscas", etc..) y en el fondo Sartre daba una
respuesta: que el mundo es absurdo, todo es absurdo; o sea que nosotros
tenemos un sentimiento de justicia pero vivimos en un mundo de injusticia
porque todo es absurdo. Intenté vivir esta realidad de una forma consciente,
digamos así, existencialmente Dios no existe, si Dios no existe, tengo que
aceptar que una vez yo no existía, que ahora existo y que mañana no
existiré, sin necesidad de inventarme ningún cielo ni ninguna cosa superior.
Intenté vivir con esta mente la realidad de ateismo; de alguna forma el
cielo se me cerró completamente e intenté vivir dedicándome al arte. Me
dieron un premio extraordinario nacional y salí en la televisión, salí en
los medios; y me quedé sorprendido de ver que aquello no me daba
absolutamente nada. En el fondo yo me preguntaba: pero la gente ¿cómo logra
vivir si yo no logro vivir?
De alguna manera el mundo se me había hecho cenizas. ¿Por qué vives? ¿Quién
te ha creado? ¿Estamos solos en el universo? Y en esta disyuntiva, en esta
crisis existencial muy fuerte, tuve una ayuda de alguna forma. Hay un
filósofo que se llama Bergson que dice que la intuición es un medio de
conocimiento superior a la razón. De alguna manera esto fue para mí una
pequeña luz. Digo: supongamos que Bergson tiene razón y que la intuición es
una forma, más profunda que la propia razón, de llegar a la verdad. Y,
sorprendido, descubrí que en el fondo mi intuición de artista no aceptaba el
absurdo de la existencia; me daba cuenta que en la belleza de un árbol, en
la belleza de las cosas, hay algo ahí que no podía ser absurdo. Entonces, si
el absurdo no es la verdad, si hay una razón de ser... fue el paso
siguiente: entonces alguien nos ha creado. Entonces llamé a este Alguien, le
llamé: si existes, si hay un Dios que me ha creado, háblame, dime quién soy,
qué tengo que hacer en la vida. Y llamando a Dios tuve un encuentro con Dios
muy profundo, en el fondo de mi ser. Me acuerdo que noté algo que me sucedía
dentro; me acuerdo que lloraba y lloraba, me manaban lágrimas sin parar, yo
me sorprendía: ¿por qué lloro? Me di cuenta que es como una persona que la
han condenado a muerte, que le van a matar y, cuando le van a matar de
pronto le dicen: ESTÁS LIBRE.
Porque en aquél momento yo había nacido de nuevo, porque Dios existía, algo
me decía dentro que Dios me amaba. Y lo más sorprendente... porque, en el
fondo, en mi crisis yo sabia que llegaría a matarme, vivía de una manera
vegetativa, me levantaba y decía: vivir ¿para qué? para pintar. Y pintar
¿para qué? para ganar dinero. Y ganar dinero ¿para qué si nada me satisface?
Sabía que tarde o temprano me pegaría un tiro, me mataría. En esta kenosis,
en este descendimiento, en este proceso, tuve este encuentro. Y en este
encuentro descubrí con sorpresa que algo dentro de mí me decía que Dios
existía. Pero no era una cosa racional. Después, leyendo a San Pablo, dice
que "el Espíritu de Cristo da testimonio a nuestro espíritu..." O sea que el
Espíritu de Cristo me daba testimonio dentro, no solamente de que Dios me
amaba sino que yo era hijo de Dios. Y con gran sorpresa, cuando tuve este
encuentro profundo con el Señor -porque yo estaba dispuesto a hacerme
budista, o protestante- descubrí que este Dios que aparecía en mi corazón,
en mi alma más profunda, era Jesucristo, el Jesucristo de la Iglesia
Católica. Entonces me fui a un sacerdote y le dije que yo quería ser
cristiano. Y me dice: -¿es que no está Vd. bautizado? Le dije: -sí, sí,
estoy bautizado. -Entonces qué quiere Vd., ¿confesarse?... Yo me daba cuenta
que necesitaba una formación cristiana más profunda. Entonces me invitó a
hacer un Cursillo de Cristiandad. Hice un Cursillo y los Cursillos de
Cristiandad me ayudaron, vi allí un testimonio de laicos, me quitaron muchos
prejuicios que yo había adquirido contra la Iglesia en todo el tiempo de la
universidad con todo el ambiente que hay de "izquierdas".
Después me hicieron profesor de Cursillos y empecé a dar Cursillos de
Cristiandad, me formé como catequista. Al mismo tiempo formé un grupo de
artistas, que se llamó "Gremio 62", para renovar el arte sacro, con
escultores, arquitectos; intentamos hacer una renovación del arte sacro. Me
dieron una beca de la Fundación March para ver los puntos de contacto entre
el arte protestante y el arte católico, mirando al Concilio y con un teólogo
dominico, con un arquitecto, hicimos un giro por todo Europa; conocí
entonces toda la renovación litúrgica que estaba en marcha: estuve en París,
estuve estudiando a Le Corbusier, estuve en Finlandia. En este viaje tuve un
encuentro muy importante, y es que antes del viaje nos fuimos al desierto de
los Monegros, porque el Dominico conocía a los hermanitos de Foucauld y allí
estaba el P. Boyaume (fundador de los Hermanitos de Foucauld)
EWTN/Pepe Alonso: Ubícanos un poco geográficamente. ¿Dónde se encuentra el
desierto de los monegros?
Kiko Argüello: Está cerca de Zaragoza, en España. Allí hay unas grutas. El
P. Boyaume es el fundador de los Hermanitos de Foucauld. Charles de Foucauld
está en proceso de beatificación; ahí conocí la historia de este monje que
se fue a vivir a Tamanrasset y que quiso vivir el tiempo de la vida oculta
de Jesucristo en la Familia de Nazaret, en silencio. Y me quedé enormemente
impresionado de este tiempo. Cuando volví de este viaje, me tocó irme a la
mili; estuve en África haciendo el Servicio Militar, que también fue una
experiencia importante.
Una vez tuve un encuentro muy importante y es que, antes de irme a África,
cuando volví de este viaje, fui a mi casa un día a pasar la Navidad con mis
padres, y a la mujer de servicio, la cocinera, el día de Navidad me la
encontré en la cocina llorando. La pregunté: ¿qué le pasa? y me contó que
habían metido a su marido en la cárcel porque era un borracho, que pegaba a
su hijo y su hijo le había querido matar, total, de pronto me contó una
tragedia y me quedé tremendamente impresionado. Me dijo si la podía ayudar.
Me quedé tan impresionado que decidí al otro día, el día después de Navidad,
ir a verla. Vivía en una barraca miserable, en las afueras de Madrid, vi a
su marido que había salido de la cárcel, estaba casi siempre borracho, tenía
9 hijos; de pronto me encontré con un espectáculo de miseria espantoso. Y
decidí ayudarla. Llevé a su marido a Cursillos y su marido durante un tiempo
dejó de beber, pero después volvió a beber. Cada vez que su marido se volvía
a emborrachar y en su casa había una tragedia, me llamaba esta señora porque
a mí era al único que escuchaba su marido y se calmaba.
Total, que al final me di cuenta: ¿y si a mi Dios me está llamando para que
me vaya a vivir con esta familia para que este hombre no se emborrache más?
Y me fui a vivir con ellos. Me pusieron un catre en la cocina -me acuerdo
que tenían allí unos gatos- y en aquél ambiente de miseria tuve un encuentro
mucho más importante, una segunda etapa: descubrí el sufrimiento de los
inocentes. Allí había gente terrible: una mujer enferma de parkinson que
pedía limosna, que el marido la había abandonado; otra señora estaba tirada
por allí... Yo había conocido el existencialismo francés -hay un libro de
Camus que se llama "La Peste"- que presenta el problema del sufrimiento de
los inocentes. El Espíritu Santo me dijo que en aquellas personas que
sufrían había una presencia de Cristo crucificado.
Cuando me tocó más tarde marcharme a África para hacer el Servicio Militar,
ya en África el Señor me estaba rondando. Yo pensaba: si Cristo volviera
otra vez -que volverá en su segunda venida- me gustaría que me encontrase a
los pies de los pobres que están crucificados por el sufrimiento. Y con esta
idea que me iba rondando... O sea, el Señor me estaba llamando -tenía
montado el grupo de arte sacro, era profesor de Cursillos, tenía un estudio,
tenía un montón de cosas, ya el Señor me estaba persiguiendo-; al final lo
dejé todo y decidí marcharme a vivir entre los más pobres.
Conocí a una asistenta social que me habló de un barrio, de Palomeras Altas,
donde había una chabola de tablas, un sitio de gitanos y de quinquis.
Quinquis se llaman en España a una especie de ambulantes que no son de raza
gitana, que van por los pueblos arreglando cacerolas; se llaman
"quinquilleros", de quincalla, y que han sido muy perseguidos por la policía
porque roban, etc. Al final ya vi con claridad que Dios me estaba llamando a
dejarlo todo y a marcharme allí a vivir. Tenía de fondo a Charles de
Foucauld; me fui allí a vivir dispuesto a ponerme a los pies de los más
pobres, como el que se pone a los pies de la Presencia real eucarística.
Me acuerdo que había en la barraca una serie de perros, hacía un frio que
pelaba y los perros me calentaban. Me fui con la Biblia y con una guitarra.
Dormía allí por tierra. Eso pensaba yo al irme allí; y allí tenía Dios otro
plan mucho más impresionante.
EWTN/Pepe Alonso: Vamos a entrar en ese plan. Pero yo te quiero hacer dos
tipos de preguntas. Cuando tú esa Navidad descubres la necesidad de esta
familia y tomas después la decisión de marcharte a vivir con ellos para
ayudarlos ¿cuál fue la reacción de tu familia? Te hago esta pregunta porque
hay muchos padres que cuando un hijo o una hija trata de dar una respuesta a
Dios,,muchas veces se encuentran quizá con un obstáculo, con mucha negativa.
¿Cuál fue la reacción de tu familia?
Kiko Argüello: Te lo puedes imaginar, no lo entendían. Mi padre pensaba que
estaba loco. Mi padre había visto que me habían dado un premio de pintura,
que había hecho exposiciones en Holanda, que hice una exposición de arte
sacro en Francia, invitado por el Ministerio de Relaciones Culturales, que
había ganado mucho dinero, de pronto vio que tiraba mi carrera por la
ventana y me marchaba a vivir entre los gitanos; no lo entendieron. Pero no
tuve más remedio que ser fiel al Señor.
EWTN/Pepe Alonso: Y ahora, después de estos años...
Kiko Argüello: Mis padres han muerto.
EWTN/ Pepe Alonso: Pero llegaron a ver el fruto de tu apostolado, o sea que
están ahora en el cielo gozosos...
Kiko Argüello: Sí, sí, mis padres entraron en el Camino Neocatecumenal.
EWTN/Pepe Alonso: Te interrumpí, nos habíamos quedado en tu siguiente etapa
en tu vida de respuesta al Señor.
Kiko Argüello: Allí en las barracas los gitanos me veían con la guitarra, yo
era un interrogante, ¿quién es éste? Creían que era un Protestante porque
llevaba siempre la Biblia; unos decían que había hecho una promesa a Dios de
vivir allí entre los pobres, no se entendía. Y venían a hablar conmigo.
Empezaron a preguntarme, querían saber quién era. Yo abría la Escritura,
hablaba con ellos, venían a rezar conmigo, poco a poco allí se empezó a
crear un ambiente. Pronto me di cuenta de que, en el fondo... eran todo
gente que no sabían leer ni escribir, que vivían ambulantes, por los
pueblos, con una cultura muy especial en este sentido; y yo tenía una forma
de hablar distinta, me di cuenta que la forma que yo tenía de predicar no
servía. Pero ellos, curiosamente, me pedían que yo les hablara de
Jesucristo.
Después, allí conocí a Carmen Hernández, una misionera que el obispo de
Oruro, en Bolivia, la había conocido y quería que fueran unas misioneras a
hacer una misión con los mineros de Oruro; ella estaba buscando un grupo de
laicos y me conoció a través de una hermana suya, vino allí a las barracas y
quedó impresionada. Pensando convencerme para que la acompañara a Oruro se
buscó una barraca a un Km donde había otro barrio de chabolas, se fue a
vivir allí con una amiga y comenzó a formar parte un poco de nuestro grupo.
Yo tenía reuniones en mi barraca donde venían los gitanos que querían que yo
les hablara de Jesucristo. Yo no sabía hablarles de Jesucristo. Ellos me
preguntaban: pero ¿cómo han predicado los Apóstoles? Los Apóstoles no podían
predicar con conferencias y con cosas culturales, imagínate a un Pedro
pescador, a un Juan... los pobres me han ayudado.
Había un gitano que era jefe de una banda, de todo un clan de gitanos, que
había estado en un correccional, sabía leer y escribir, y un día vino a
hablar conmigo, me preguntó que qué decía Dios en la Biblia sobre las
peleas, porque tenía un combate con otra banda de gitanos. Entonces yo le
leí el Sermón de la Montaña que dice: "Amad a vuestros enemigos. Si alguno
te abofetea en la mejilla derecha preséntale la izquierda..." y se quedó
enormemente impresionado de que hubiera algo así en la Biblia. Después le
dejé "Las florecillas de San Francisco" a este gitano, y ya nos hicimos
íntimos amigos; hoy está en el Camino, tiene trece hijos, han estado como
familia en misión, fue el primer responsable de la primera comunidad que se
formó entre los pobres.
Pues éste, por ejemplo, me dice un día: ¡ven a hablar a mi familia, a mi
clan! Vivía en las cuevas con los gitanos. Pero, si yo no sé predicar,
hombre..... porque yo estaba en esa actitud de que ellos eran Jesucristo y
yo era uno que iba allí a contemplar el sufrimiento de los pobres, no quería
enseñarles a leer ni nada, me consideraba el último.
Es como si tú tienes un cáncer y ese cáncer es para ti una cruz que a mí me
hace venerarte porque estás marcado por la cruz de Jesucristo; o sea yo
tenía una actitud de este tipo. Y él se empeñaba en que yo hablara con todo
su clan. ¡Les he preparado a todos! me dijo. Total, me llevó a su barraca
que estaba a 300 m., más abajo de la mía, entro en una cueva, me acuerdo,
totalmente oscuro porque no había luz eléctrica, de las velas que ponían
allí estaba todo oscuro, además que los gitanos son bastante morenos de tez,
no se veía nada. Y me dice: háblales de Jesucristo, lo que hablas conmigo
¡háblales! Empecé a hablarles de Adán y Eva, no sé qué empecé a decirles. Se
levanta la madre de este gitano, que era la matrona, la jefa de todas, y me
dice: ¿Vd. lo ha visto? ¿Vd. ha visto eso de que está hablando? Yo lo único
que sé es que mi padre ha muerto y no ha vuelto más, ninguno ha venido del
cementerio.
Cuando Vd. vea a uno que vuelve del cementerio, que viene de la muerte,
entonces yo le escucharé. ¿Vd. ha visto a alguno que venga del cementerio?
No, ¿verdad?, pues se acabó la reunión: mujeres, vámonos. Se levantaron
todas las mujeres y se acabó la reunión. Pero esa mujer me dio una nota
importantísima. Buscando en los Hechos de los Apóstoles cómo predicaban los
Apóstoles, hay un texto muy importante. Dice el gobernador Festo que tiene
un prisionero que se llama Pablo (y él hablaba mucho con Festo) y cuando va
a venir el rey Agripa le dice: me gustaría que le escucharas porque tengo
que escribir al Emperador y no sé qué poner, porque éste habla de un muerto
que él dice que vive. O sea que de toda la catequesis de San Pablo, la única
cosa que ha entendido un pagano es que hablaba de un hombre que ha venido
del cementerio. Exactamente lo que aquella gitana creería como testimonio.
Entonces me di cuenta que el nudo central de la predicación apostólica era
la Resurrección de Cristo, la victoria de Cristo sobre la muerte. Piensa que
te estoy hablando de cuando estaba empezando el Concilio, era el 64-65,
cuando todavía el misterio Pascual no era tan brillante, era más fuerte el
sacrificio de Cristo en la cruz; sin embargo allí, esta mujer pedía algo en
ese sentido muy importante. O sea, los pobres, este ambiente ha sido como un
caldo de cultivo, como un laboratorio donde el Señor ha hecho gestar una
síntesis kerigmático-catequética que hoy se está predicando en todo el
mundo. Esta síntesis kerigmático-catequética la han fraguado los pobres.
EWTN/Pepe Alonso: Esa pregunta que una persona te hizo, hoy día está
teniendo repercusión en el mundo entero a través del Camino Neocatecumenal
Kiko Argüello: Exacto. El Kerigma, el anuncio de la Resurrección de
Jesucristo. Cristo ha vencido la muerte. La epístola a los hebreos dice que
"por el temor que el hombre tiene a la muerte está sometido a la esclavitud
del demonio durante toda su vida". O sea, una persona se casa, el matrimonio
le va mal, la mujer le destruye, y por el temor que tiene a que la mujer le
destruya se divorcia. Por el temor que el hombre tiene a la muerte, es
esclavo del demonio. Entonces, Jesucristo ¿qué ha venido a hacer? Dice la
epístola a los Hebreos que Él ha tomado nuestra carne para poder quitar al
demonio este poder que tiene sobre la muerte. ¿Y cómo le quita el poder que
tiene sobre la muerte? Venciendo la muerte, resucitando de la muerte. Pero
¿a mí qué me importa que Cristo haya resucitado de la muerte? ¿Cómo su
Resurrección me llega a mí, me libera a mí profundamente?
Esa es la obra del Espíritu Santo. Porque nosotros decimos que el hombre en
el fondo tiene una muerte óntica, el ser del hombre está muerte por el
pecado original, porque el pecado original consiste en que el demonio a
nuestros primeros padres les engañó diciéndoles que por qué tienen que
obedecer a Dios, que ellos son dios. El árbol de la ciencia del Bien y del
Mal es como un símbolo, es muy importante, es algo que todo hombre
experimenta en la vida. El demonio, que existe realmente, a través de
pensamientos nos sugiere, nos dice en el fondo que la prueba de que Dios no
es amor, de que Dios no nos ama es que nos limita: -¿ves?, te prohíbe comer
de este árbol, porque es celoso, te castra.
Entonces, si tú comes, si tú transgredes, si por ejemplo a lo mejor te gusta
la mujer de un amigo, ahí te encuentres frente al árbol del Bien y del Mal.
El demonio te dice: pero ¿por qué no pecas con ella? la quieres, te gusta,
os gustáis... Pero sabes que te ha dicho el Señor: "No adulterarás" El
demonio te dice: ¿ves? Dios te está castrando. Come, adultera y serás libre
¡serás dios! Esto de ser dios es como un engaño profundo. El Señor dijo: "No
comas porque morirás" Comió, y murió. ¿Qué muerte es la que el hombre recibe
cuando mata a Dios en su vida? La muerte de su ser más profundo, porque yo
soy persona porque Alguien me ha creado. La raíz griega de la palabra
persona significa personaje -el personaje de una obra de teatro- te dan un
papel, un rol: tú haces de príncipe, el otro hace de princesa, el otro de
soldado, otro hace de caballero; o sea el ser persona quiere decir que te
han dado una misión, que alguien te ha creado, que existes para Alguien. ¿Y
si de pronto Dios no existe?
Entonces, la raíz de mi ser persona que da truncada, queda rota; mi ser más
profundo ónticamente queda muerto, experimento la muerte de mi ser, algo que
un filósofo danés, Kierkegaard llama: la muerte óntica, que es muy real.
"Por el miedo que tenemos a la muerte estamos sometidos a la esclavitud del
demonio". ¿A qué muerte se refiere la Escritura?. No a la muerte física, hay
mucha gente que se suicida: se refiere a la muerte del ser. El hombre está
muerto en su ser: ¿quién soy yo? Yo no existo para nadie. El hombre en su
ser está muerto, quiere ser ahora, quiere ser para la mujer, quiere ser para
los amigos. Pero para ser, para que te quieran, necesitas ser guapo, ser
joven, ser bello, tener dinero, tienes que triunfar, y luego encima te das
cuenta de que no te quiere nadie. El hombre está muerto dentro, tiene que
ser curado dentro. Y ¿cómo el cristianismo cura al hombre dentro,
profundamente? A través de la predicación. Dice San Pablo que Dios ha
querido salvar al hombre a través de la necedad de la predicación. Porque lo
que anuncia el cristianismo es una noticia. Pero no es una noticia cultural,
es UN HECHO.
Nosotros ponemos un ejemplo: es como si mañana a ti se te ha muerto un tío
en Brasil y te ha dejado en testamento 50 millones de dólares, o mil
millones de dólares, una cifra enorme, y el Banco está buscando a este
hombre multimillonario y mandan a dos personas a buscarlo a Madrid.
Imagínate que llegan dos personas y te dan la noticia, una noticia con la
boca: te han dejado en testamento mil millones de dólares. La fe viene por
la predicación de una noticia. Tú te lo crees o no te lo crees; a lo mejor
no te lo crees. Si te la crees dirás: ¿qué tengo que hacer? Y te dirán: vaya
Vd. al Banco y recibirá Vd. todos estos millones.
Bueno, pues lo que ha hecho Jesucristo por nosotros es que nos ha dejado un
testamento, algo que vale mucho más que mil millones de dólares:
LA VIDA ETERNA. Hemos hablado de muerte óntica, muerte del ser, y hablamos
de VIDA ETERNA. Entonces, Cristo ha muerto por ti y por mí y ha resucitado
por ti y por mí para tener Vida inmortal. Y esa Vida inmortal ¿cuándo llega
a ti? Yo te anuncio a ti una Noticia, llego a ti como esos dos enviados y te
digo: ¿Sabes? Dios se ha dado cuenta de que estás hecho polvo, te has
divorciado tres veces, estás sufriendo tantísimo, estuviste un tiempo
alcoholizado porque tuviste unas crisis enormes todo producto de tus
conflictos internos, bueno, pues te voy a decir una noticia: CRISTO TE HA
DEJADO EN TESTAMENTO VIDA ETERNA. TÚ NO MORIRÁS NUNCA, CRISTO HA RESUCITADO
PARA TI Y TE VA A DAR LA VIDA ETERNA AHORA. ¿Lo crees? Imagínate que tú lo
crees y me dices, como le decían a San Pedro, ¿y qué tengo que hacer? (lo
mismo que el del Banco). Y dice San Pedro: "Haceos bautizar y recibiréis el
Espíritu Santo".
Entonces, ¿cómo llega a ti esa Vida eterna? Si tú crees que Cristo ha muerto
por tus pecados -porque tiene que purificarte primero de todos tus pecados,
porque si no el Espíritu Santo no puede venir dentro de ti- si le das tus
pecados a Cristo que sufre el castigo que tú habías de tener, recibes gratis
el perdón de tus pecados. Y mediante el Bautismo el Espíritu Santo. ¿Y qué
es el Espíritu Santo? Lo que decía antes en mi testimonio: el Espíritu de
Cristo entrando dentro de ti, te da testimonio de que Dios te ama, de que no
morirás, estás habitado por el Espíritu Santo, inhabitado por la Santísima
Trinidad. No estás nunca más solo.
Tú fíjate qué cosa impresionante. Dice San Pablo que Cristo ha muerto por
todos los hombres, por todos, para que los hombres no vivan más para sí
mismos, sino para Aquél que murió y resucitó por ellos. O sea que en el
fondo, la antropología de San Pablo -antropós: el concepto del hombre- para
San Pablo el hombre está condenado a ofrecerse a sí mismo todas las
realidades, es decir que el hombre todo lo vive en función de su felicidad,
está condenado al egoísmo -y esto para San Pablo es una condena- porque no
se puede dar a los demás. Porque el pecado (no somos Protestantes) no ha
destruido nuestra naturaleza, sabemos que la verdad es darnos a los otros,
amar, pero no podemos amar, se nos impone el egoísmo por el pecado original,
por la muerte óntica. Entonces, solamente Cristo nos salva, regenerándonos
interiormente; dándonos de su Espíritu nos hace hijos de Dios en el
Bautismo, nos hace santos, amigos de Dios. Tenemos la Vida inmortal, tenemos
dentro Vida eterna. Y ¿qué es tener dentro Vida eterna? La capacidad de amar
al otro más allá de la muerte. ¿Tú estás casado? tu mujer tantas veces puede
ser tu enemigo por problemas que tienes; el Espíritu Santo te permite amarla
más allá de la muerte, aunque sea tu enemigo. Por eso el matrimonio
cristiano es indisoluble: amas más allá de la muerte, aunque sea tu enemigo.
Esto es el cristianismo, una cosa impresionante. Por eso yo he tenido que
dejar la pintura ("todo lo considero basura -decía San Pablo- con tal de
ganar a Cristo") porque ¡ay de mí! si no evangelizase. ¡Cómo no predicar el
Evangelio!. Entonces esta síntesis -y retorno a aquello de las barracas- el
Señor nos ha hecho encontrar este Kerigma, esta síntesis, esta Noticia, este
Anuncio que lo crearon entre los pobres. Y con gran sorpresa, estos pobres
que no tenían en las manos más que pecados -uno había estado en la cárcel,
el otro no sé qué cosa.....- no se defendieron frente al anuncio de
Jesucristo, no pusieron barreras; lo creyeron y se dio el Espíritu Santo:
entre los pobres, entre aquellos miserables apareció UNA comunidad
cristiana, nos quedamos sorprendidísimos. Imagínate que entre gitanos y
payos es dificilísimo que se sientan hermanos; el Espíritu Santo hizo
aparece una koinonía -que llamaban los griegos- una comunión de amor.
Apareció la comunidad cristiana.
O sea, que allí en las barracas apareció un trípode que es en el que se basa
todo el Camino Neocatecumenal: la Palabra de Dios- el Kerigma- el Anuncio
cristiana; la liturgia, porque la Palabra lleva al hombre a dar gracias al
Señor (hacíamos allí unas Eucaristías que se te ponían los pelos de punta,
los pobres levantaban sus manos dando gracias a Dios, era algo
impresionante); y comunidad. Palabra, Liturgia y Comunidad. El Talmud de los
hebreos dice que el mundo se sostiene por tres cosas: por la Tohrá, por el
culto y por la caridad.
Esta pequeña comunidad la conoció Mons. Morcillo, el Arzobispo de Madrid,
porque la policía en la época de Franco quería tirar las barracas, yo le
conocía de Cursillos, le llamé y el milagro es que vino a defendernos.
Tiraron la barraca de la zona de Carmen, y cuando vio nuestra comunidad, que
estuvimos rezando con él, vio mi barraca, vio donde yo dormía, vio a los
gitanos y se puso a llorar el Arzobispo. Me dijo: Kiko, yo no soy cristiano;
desde hoy mi palacio estará abierto para ti. Y siempre ha cumplido su
palabra, nos permitió celebrar la Eucaristía en el barracón de la parroquia
cercana; total, nos ha defendido siempre. Y nos dijo que fuéramos a las
parroquias, nos dijo: pero no empecéis si el párroco no está al centro, para
que no hagáis una Iglesia paralela. Y no tengas miedo que no te ayudaré.
Y ahí empezamos nuestra andadura: problemas, persecuciones, los curas que no
nos aceptaban, que predicábamos herejías... pues siempre nos defendió el
obispo. Me dijo: tú, Kiko, tranquilo, yo soy el escudo de la fe, no tengas
miedo. Después, cuando nos llamaron a Roma, me dio una carta para el
Cardenal Florite (porque él había sido Secretario General del Concilio
juntamente con el Cardenal Florite) y me dio una carta para el Cardenal
Dell'Acqua que era entonces el Vicario Episcopal en Roma; empezamos en
cuatro parroquias y poco a poco empezó el Camino a extenderse con grandes
milagros.
Yo estoy sorprendido de lo que Dios está haciendo en el mundo. Nosotros
estamos en el mundo abriendo en las parroquias un camino de gestación a la
fe, de descubrimiento de esta vida nueva, de este hombre nuevo. El hombre
que se encuentra con Jesucristo su vida se transforma, tiene dentro Vida
eterna, la Vida inmortal, no nos morimos. Entonces, la vejez adquiere todo
un carácter distinto, nos acerca a Jesucristo. La enfermedad: estamos con
Cristo supliendo lo que falta a su Pasión, como en un altar. Con Él todo
tiene un sentido diferente, todo está iluminado. ¡Si el mundo supiera lo que
significa Cristo, el amor de Dios mostrado en Cristo a toda la Humanidad!
EWTN/Pepe Alonso: Kiko, aquí se cumple esa promesa del Señor: "Yo he venido
para que tengan Vida, y Vida en abundancia". Esa es la vida en abundancia
que empieza ya desde este vivir, no solamente el día en que lleguemos a la
patria celestial sino este vivir acá. Yo te tengo un par de preguntas,
porque contigo ha sido una de las entrevistas más fáciles que he tenido; no
he tenido que preguntarte, tú solo has ido contestando a las preguntas que
pensaba hacerte, así que te agradezco y le agradezco al Espíritu Santo que
te ha dado la humildad de compartir tu vida personal y este caminar tuyo en
la fe, y lo que Dios ha levantado a través de esto.
- ¿Qué pasó con aquella matrona, la gitana aquella que se levantó ¿logró
abrirse al Señor?
Kiko Argüello: No lo sé; su hijo es el que está en el Camino, tiene trece
hijos; ella se fue a Valencia, no sé qué habrá sido de su vida. Su hijo está
en el Camino y fue el primer responsable de aquella comunidad en las
barracas. Estuvo como "familia en misión" en los pueblos jóvenes, en Lima,
en Perú, algo fantástico.
Lo importante es que muchos de las barracas se convirtieron a Jesucristo, su
conversión fue verdaderamente impresionante. En aquella comunidad se tocaba
al Espíritu Santo, se quedaba uno impresionadísimo. Por ejemplo... te cuento
otra anécdota de un gitano: nosotros celebrábamos la Eucaristía con toda la
renovación litúrgica: con el pan ácimo en forma de pan, comulgábamos con las
dos especies (Mons. Morcillo nos había dejado) y no permitíamos que
comulgaran los que todavía no habían asistido a un proceso de catequesis,
porque allí había de todo. Había un gitano que venía con su mujer y se
quedaban de pie, nos veían a todos allí sentados en la mesa, y cuando nos
dábamos el signo de la paz le fui a dar la paz a este gitano que me dice: yo
no resisto más ¡la próxima vez me siento allí, me siento con vosotros! Al
día siguiente viene con su mujer y me dice ¡toma! Y me da todo lo que había
robado: había entendido que para sentarse en la mesa había que no robar más.
Fue a confesarse -hacía años que no se confesaba- y se sentó feliz de poder
comulgar el Cuerpo del Señor. Eran gente espontánea, viva, se mataban entre
las familias (lo que son hoy los barrios de Caracas, México, etc., son zonas
de violencia)
Otro día recuerdo que este gitano me trae un grupo de gitanos, hacía mucho
calor y nos sentábamos fuera, en el campo, en círculo como los indios. Me
dice: ¡háblales de Jesucristo! -Qué manía tienes de que les hable de
Jesucristo, si yo no he venido aquí..... No sabiendo qué decir, de repente a
un gitano que había allí con la tez oscura y tal, le digo: ¿tú crees en
Dios? Me dice: sí. ¿Por qué crees en Él? ¿Le has visto? ¿Cómo es, alto,
fuerte, con la barba azul...? No me respondía nada. -¿Quién te lo ha dicho:
tu padre, en el Colegio? (no sabía leer ni escribir) Va y me cuenta un
acontecimiento: yo creo en Dios porque una vez iba con mi carro, con mi
mujer y cinco hijos, llegamos a un lugar y nos paramos para comer debajo de
una encina; habíamos dejado al niño pequeño en el carro. De pronto viene una
tormenta enorme y empieza a haber relámpagos, y de pronto un rayo cayó sobre
el carro donde estaba mi hijo pequeño, me puse de rodillas y dije (en lugar
de salir corriendo a salvar al hijo, se puso de rodillas): Señor, salva a mi
hijo! Salí corriendo, el carro estaba incendiado, el niño estaba allí vivo,
un milagro. ¡Dios existe! ya pueden decir los curas que Dios no existe, que
Dios existe.
Ahí este hombre me dio una clave. Porque todo este libro -la Escritura- está
lleno de acontecimientos donde Dios interviene. Y ésta es una catequesis que
hacemos en la parroquia. Si tú vienes a las catequesis del Camino
Neocatecumenal, el catequista te pregunta: ¿tú crees en Dios? ¿Por qué crees
en Dios? ¿Tienes un acontecimiento donde has visto que Dios existe porque te
ayudó? Y mucha gente no lo tiene, tienen unas ideas teóricas de Dios, tienen
una fe debilísima, no saben que Dios incide, actúa y salva a los hombres. Es
otra anécdota de cómo se han fraguado estas catequesis que hoy se están
extendiendo en todas las parroquias por todo el mundo y que el Papa ha
aprobado con los Estatutos.
EWTN/Pepe Alonso: Esa iba a ser mi otra pregunta. Ahora voy a otra anterior:
en este momento, Kiko, nos están viendo y escuchando millones de personas.
Una persona que nos está viendo en Perú, aquí mismo en España o en cualquier
parte de América o de Europa, y se ha interesado muchísimo por esto que has
compartido, esta visión, este empezar a buscar a Cristo. ¿Qué puede hacer en
su ciudad, cómo puede encontrarse con el Camino Neocatecumenal alguien que
no sabe nada del Camino?
Kiko Argüello: Lo más importante de todo es... yo pienso que la Virgen, que
ha inspirado este Camino, en el fondo la gracia más grande es dar al hombre
la posibilidad de vivir su fe en una comunidad. Eso es una cosa tan inmensa!
Hemos vivido en una situación de cristiandad, la Misa del Domingo, la gente
recibe los Sacramentos pero no tienen una comunidad concreta, una comunidad
de 50, de 40 hermanos que se quieran. Jesucristo ha dicho: "Amaos como Yo os
he amado. En este amor...".
Entonces ¿qué es lo que hace el Camino en una parroquia? Hoy a nuestro lado
hay mucha gente secularizada, es decir, que la vida moderna le ha hecho
perder el sentido de lo sacro, de lo sagrado, las cosas religiosas no le
dicen nada, entran en las iglesias como los japoneses haciendo fotografías;
ni el cura le dice nada. La pastoral que se hace normalmente en una
parroquia: las Misas, las catequesis, etc. Es para gente religiosa, pero no
sirven para un hombre moderno, secularizado, medio ateo, socialista, etc.
Esos signos religiosos no sirven, haría falta un signo. Y yo me pregunto:
¿hay un signo que llame a la fe a un hombre moderno secularizado? Dice
Jesucristo: "Amaos como Yo os he amado y en este amor ese hombre ateo
conocerá que sois mis discípulos. Y si vuestro amor es tan fuerte que sois
perfectamente uno, ese hombre creerá". En todas las parroquias de América el
párroco tiene el deber de evangelizar a los secularizados. ¿Cómo? Formando
en las parroquias una comunidad cristiana que dé ese signo: como Yo os he
amado. Cristo nos ha amado en la dimensión de la cruz.
¿Qué significa que Cristo nos ame en la dimensión de la cruz? que nos amemos
como Él nos amó?, Cristo nos amó cuando éramos sus enemigos; no sé si tú has
visto muchos cristianos que aman a sus enemigos. El Concilio ha dicho que la
Iglesia tiene que ser un Sacramento de salvación; un sacramento es una cosa
que se ve. Quiere decir que nuestra fe tiene que crecer hasta el punto de
que se vea la fe de los cristianos. "Como Yo os he amado". El Camino en la
parroquia intenta, a través de un proceso de catequesis, de recorrer el
Bautismo, de hacer crecer la fe de los bautizados, para que su fe llegue al
punto de que nos amemos en una comunidad de tal forma que este amor sea un
signo para los secularizados, para los alejados de la fe. Por ejemplo, en
Roma tenemos 100 parroquias y 500 comunidades ¿De dónde vienen todos los que
están acudiendo a las catequesis? Todos han visto el grito de la Iglesia
primitiva "mirad cómo se aman" vuelve a aparecer en el mundo moderno
secularizado.
Vivir la fe en una comunidad cristiana es algo maravilloso: no hay pobres,
no hay ricos, nos ayudamos unos a otros, no hay clases sociales aquí entra
todo el mundo: negros, blancos, chinos, mujeres de servicio con ingenieros.
Estamos juntos, no es una pastoral parcializada, los jóvenes por un lado...
es la comunidad cristiana, el pueblo de Dios. En las parroquias abrimos un
proceso de educación a la fe en una comunidad; después hacemos una segunda
comunidad; una tercera... y la parroquia se va transformando en Comunidad de
comunidades. Hay parroquias que tienen 30 comunidades, 15, todos con el
mismo espíritu, todos tienen sus catequistas, hay una comunión total entre
los hermanos. Realmente es una forma de evangelizar al mundo moderno.
EWTN/Pepe Alonso: Ahora bien, yo soy Juan Pérez y en mi parroquia no hay
Camino Neocatecumenal ¿qué puedo hacer?
Kiko Argüello: Le dices al párroco ¿por qué no abre Vd. en su parroquia el
Camino Neocatecumenal?
Primero, no hacemos nada sin el obispo; si el obispo se da cuenta que esto
es un don del Señor para ayudar a la Iglesia en esta forma, nosotros
mandamos a un equipo que habla con los párrocos; si el párroco dice que
quiere empezar se anuncia en las Misas que se va a comenzar una catequesis
-Catequesis para Adultos o Catequesis del Camino Neocatecumenal- y la gente
que quiere viene y escucha la catequesis de un equipo donde normalmente hay
un sacerdote. Y anunciamos esta Noticia, el Kerigma, esperando que
anunciando la noticia de que Cristo nos ama, la gente que escucha, Cristo
resucitado les envía el Espíritu Santo. Porque la fe viene por la
predicación y si se adhieren a la predicación, experimentan que el Espíritu
Santo viene a ellos realmente y su vida poco a poco se va transformando.
Tenemos miles y miles de jóvenes, es algo impresionante.
En la comunidad cristiana se está salvando la familia. La gran amenaza del
mundo moderno es el demonio contra la familia, se está en Europa
des-estructurando la sociedad, destruyendo la familia, todo lleno de
abortos, de divorcios. Una familia que está en una comunidad cristiana se
ayudan, si el matrimonio entra en crisis todos los hermanos rezan, se
levantan por la noche a rezar, les ayudan, llaman a los catequistas, así que
no tenemos matrimonios que se divorcien o que se separen en el Camino, se
salvan todos. Y como están muy contentos se abren a la vida, tenemos el
promedio más alto de hijos en el mundo: 5 por familia, lo cual quiere decir
que la mayor cantidad tienen 8, 9, 10 hijos, algo importante en una Europa
que está yendo hacia la apostasía y que tiene un nivel 0 en natalidad, algo
verdaderamente impresionante.
EWTN/Pepe Alonso: Y el Camino abre la vía para que esto se revierta de
alguna manera. Kiko he abusado de tu tiempo. Solamente un último comentario
antes de que cerremos. Hace muy poquito el Camino Neocatecumenal ha recibido
la aprobación oficial final de Roma. Nos puedes en un minuto decir qué ha
pasado en esta fecha tan importante para todos los Neocatecúmenos en todo el
mundo?
Kiko Argüello: Ha sido algo maravilloso. Son 5 años de trabajo con la Santa
Sede. En el fondo la gente nos ve como un Movimiento, como una Congregación
religiosa, como una Asociación de laicos; no saben qué éramos. Nosotros
hemos dicho: no, no somos un Movimiento somos una Iniciación Cristiana.
Desde el punto de vista jurídico esto es una novedad porque el nuevo Derecho
Canónico habla de Asociaciones privadas o públicas. Hemos batallado para que
se nos reconozca lo que realmente somos. Porque si somos una Asociación,
entonces el Catecumenado, toda la Iniciación cristiana parece que es para
entrar en la Asociación. Nosotros decimos: el Bautismo no es una Asociación.
Queremos revivir el Bautismo; las comunidades cristianas de la parroquia son
de la parroquia, no son de una asociación; son cristianos de la parroquia.
No queremos hacer una Iglesia más perfecta que la otra, cristianos de clase
"A" y cristianos de clase "B", son cristianos que reviven su Bautismo,
porque es necesario anunciar el Evangelio a los alejados de la Iglesia.
Eso ha sido una batalla importantísima. El Papa, la Santa Sede nos ha
reconocido como una Iniciación Cristiana, como un Catecumenado
post-bautismal. Es la primera vez en la historia de la Iglesia. Los
canonistas de todo el mundo nos han felicitado, han dicho que la Iglesia ha
dado un paso hacia adelante importantísimo. Por eso estamos muy agradecidos,
la Iglesia ha sido una madre para nosotros, estamos muy contentos de que ha
respetado realmente lo que nosotros somos. Esto no quiere decir que seamos
mejores que el Opus Dei o que otra cosa, todo lo contrario, es todo
maravilloso en la Iglesia, pero somos distintos, somos una Iniciación
Cristiana.
Termino diciendo una cosa: cuando el Papa nos recibió la primera vez en
Castelgandolfo, nos invitó a la Misa al equipo solo: Carmen, el P., Mario y
yo -que somos el equipo responsable del Camino Neocatecumenal- celebramos la
Misa juntos, después él se queda rezando delante del Santísimo unos segundos
dando gracias y nosotros estábamos fuera en el pasillo esperando. Cuando
terminó se levantó y vino hacia nosotros, y nos dijo que durante la Misa,
pensando en nosotros, había visto delante de él:
ateismo-Bautismo-catecumenado, con lo cual yo me quedé sorprendido porque el
catecumenado es anterior al Bautismo en la Iglesia. Él había dicho bien:
ATEISMO-BAUTISMO-CATECUMENADO. Más tarde, visitando las parroquias de Roma,
en una parroquia dijo: "Yo no sé si Kiko u otro ha pensado ¿dónde estaba la
fuerza de la Iglesia primitiva y dónde está la debilidad de nuestra Iglesia,
hoy mucho más numerosa? Y ha encontrado la respuesta en la palabra
CATECUMENADO". O sea que el Papa, que es un filósofo -viene de la
fenomenología de Husserl- se ha dado cuenta que la Polonia, donde estaban
todos bautizados, frente al ateismo marxista los bautizados se han hecho
comunistas; ha visto que su Bautismo necesitaba un catecumenado
post-bautismal.
Ateismo-Bautismo-catecumenado. Por eso nos ha entendido tanto Juan Pablo II.
Lo había pensado él antes y cuando nos encontró a nosotros en la Iglesia dio
gracias a Dios, porque Dios venía a responder... Se dio cuenta de que,
frente a la agresión del mundo moderno, frente a la televisión, frente a la
pornografía, frente a la violencia, frente al ateismo moderno, frente a las
filosofías, necesita ser reforzado el Bautismo de los cristianos.
La Iglesia ha reconocido un catecumenado post-bautismal. ¿Qué es el Camino
Neocatecumenal? Un catecumenado post-bautismal. ¿Qué imagen tiene? La
Familia de Nazaret. Porque el Verbo de Dios, la Palabra del Padre, el Hijo
único del Padre cuando se ha hecho hombre nace como un niño chiquitín, pero
solamente como adulto cumplirá su misión. Y para hacerse adulto ¿qué ha
necesitado? una familia. Hoy mucha gente que ha recibido el Bautismo, ha
recibido una catequesis de Primera Comunión, está raquítico su Bautismo,
necesita una comunidad que como la Familia de Nazaret su Bautismo crezca
hasta hacerse adulto, y como cristiano adulto sepa responder a los desafíos
del mundo moderno.
EWTN/Pepe Alonso: Kiko, creo que has hecho un bien inmenso. En nombre de la
Madre Angélica, de EWTN y de todos nuestros espectadores, muchísimas
gracias.
Kiko Argüello: Que recéis por mí.