¿Por qué aumenta la represión contra los cristianos en China? Porque ya son más que los comunistas
Steven Mosher/Aletheia
Páginas relacionadas
Católicos en procesión en la calle...
la presión del Gobierno depende de las regiones,
y se permiten actos de la Iglesia llamada patriótica
El gobierno comunista de China mantiene unaconducta
violenta anti cristiana en los últimos años, derribando iglesias en
la ciudad litoral de Wenzhou y en otros lugares, arrestando
a obispos y líderes de
la iglesia clandestina, yordenando
ilícitamente a sacerdotes manejables como “obispos” católicos.
Pero por debajo de esta intensa campaña de represión – de hecho, la razón de
ello – es el rápido crecimiento de la población cristiana.
Ahora hay aproximadamente 100 millones más de cristianos en el país más
poblado del mundo,
solo los católicos representan alrededor de 12 millones de este número.
Muchos de ellos son nuevos conversos que están ocupados evangelizando a sus
compatriotas chinos, deseosos de cumplir
la Gran Comisión ["id,
y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todas las
cosas que os he mandado"; Mateo 28,19],
El Partido Comunista, sin fervor
El Partido Comunista de China ha estado reclutando por su cuenta en los
últimos años,abriendo
sus filas a los intelectuales, empresarios, y a otras clases anteriormente
cuestionables - ¡incluso a los capitalistas!
Aún así, los 86,7 millones de miembros formales de esta decadente
"confesión" - la mayoría de los cuales son comunistas sólo de nombre - ahora
están superados en número por un creciente y vibrante cristianismo chino.
Para los líderes de China, que prefieren ampliamente que los chinos crean
que no existe Dios sino el Partido (y recuerden: ellos son el partido), esta
es una situación intolerable. La última ola de persecución es su respuesta.
La buena noticia, sin embargo, es que ese Catolicismo en China está
creciendo.
Rostros del catolicismo en China
Déjenme que comparta con ustedes los muchos rostros de esperanza de la fe
católica que pude ver en un viaje reciente que hice a China.
Uno es el rostro de un sacerdote católico, que sirve como pastor en una gran
parroquia cercana a una ciudad principal china, y que está determinado a
salvar almas. Al sentarnos en su oficina, desdobló
un dibujo de una estatua enorme de Jesús. Pretende
construirla en secreto y luego erigirla durante la noche en un
pedestal que mira hacia la autopista que
pasa cerca de su iglesia. “¿Cómo va a obtener permiso de las autoridades?”
Le pregunté. “Es
terreno de la Iglesia”, dijo con firmeza, “no necesito permiso”.
No había iglesias derribadas en las provincias del Norte de China que
visité, pero ciertamente había iglesias que se estaban construyendo.
Las miles de iglesias que fueron derribadas o confiscadas por órdenes del
Partido durante los cincuenta y sesenta han sido casi todas reconstruidas o
renovadas, a menudo con donativos extranjeros. Esto incluye la iglesia de la
parroquia en Dongergou en la provincia de Shanxi que visité, donde las misas
se han celebrado continuamente durante más de 220 años.
El santuario de la Virgen de Sheshan se llena en los grandes días, aunque
los sacerdotes y obispos clandestinos, si se dejan ver, corren el riesgo de
ser represaliados
Recuerdo las caras de aquellos que asistían a misa allí. Llegaban media hora
antes y pasaban tiempo entonando oraciones
en chino clásico compuestas hace cientos de años.
Para cuando empezó la misa, la iglesia estaba llena.
Muchas iglesias nuevas han sido construidas también, algunas veces con
permiso oficial, a veces sin él. Esta es una área donde los laicos toman la
iniciativa a menudo. En
un pueblo, los parroquianos – muchos de ellos nuevos conversos – llevan a
cabo encuentros de oración y
misas ocasionales, cuando un sacerdote puede ir, en
un establo abandonado. Les
dejé un cheque para ayudar a construir una nueva iglesia.
Los 50 pares de evangelizadores en moto
Recuerdo las caras de 50 parejas de evangelizadores laicos de una parroquia
que, llenos de devoción, viajaban en moto cada domingo por la mañana para
evangelizar las comunidades vecinas.
Habían asistido a misa en la iglesia de su parroquia la noche anterior, y
luego el domingo en la mañana, después de recibir la bendición del sacerdote
local, se pusieron en marcha hacia los pueblos
que estaban a quince, treinta, e incluso cincuenta kilómetrospara
predicar el Evangelio.
Se reunieron con aquellos que estaban curiosos por saber
acerca de la fe católica en las casas de la gente para leer la Biblia y
rezar. Algunos
de estos grupos de nuevos creyentes eran muy grandes para encontrarlos en la
casa de alguien.
Cuando el
gobierno local les negó el permiso para construir una iglesia, construyeron
en cambio un “salón social”. Una
iglesia con cualquier otro nombre sigue siendo una iglesia, después de todo,
siempre y cuando sea adecuadamente consagrada.
Al caminar por las calles de China, uno ve estos días a mucha gente usar
cruces. Si les preguntas, te
dirán que son cristianos, aunque resulte que de hecho no saben prácticamente
nada de la fe.
Uno se vuelve miembro de una iglesia doméstica yendo una vez.
Uno se vuelve cristiano leyendo el Evangelio de Marcos y rezando una oración
para aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador. Estos son pasos importantes,
sin duda.
Pero la razón de porqué el número de protestantes en China está creciendo
más rápidamente que el número de católicos es que la
Iglesia católica pide mucho más de sus miembros.
Recuerdo los rostros radiantes de 26 niños que recibieron su Primera
Comunión en la Catedral de la Inmaculada Concepción en Taiwán. Todos habían
recibido varios meses de instrucción, se habían memorizado sus oraciones, y
entendido el significado de la Eucaristía. Estaba feliz de ver que el número
de niños y niñas era aproximadamente el mismo, algo inusual en China donde
muchas bebés no nacen, víctimas de la política del ‘hijo único’ que deja en
su mayoría a los niños.
Obispos bajo arresto domiciliario
Muchos obispos católicos están bajo arresto domiciliario por rechazar la
autoridad de la Asociación Católica Patriótica China (PCA), una organización
de fachada establecida por el Partido Comunista Chino para monitorear y
controlar a los católicos.
Esto incluye al obispo
de Shanghai, Thaddeus Ma, que ha estado bajo arresto domiciliario en el
seminario de Sheshan por
más de dos años.
El obispo Ma usó su misa de ordenación para anunciar que renunciaba a la
PCA. Su anuncio fue recibido por 1.000 miembros de la comunidad con un
estruendoso aplauso, que no es de sorprender dado lo mucho que los fieles
católicos desprecian esa organización.
Recuerdo la cara de un
sacerdote joven, a quien llamaban Joseph, que había planeando ir a Roma a
estudiar bioética. El gobierno aún cree que es seminarista, me
dijo.
De hecho, ha
sido ordenado por un obispo clandestino, pero lo mantiene en secreto.
“Tan pronto como un obispo Patriótico bueno venga a mi ciudad, seré ordenado
por él”, me dijo. “Para que el Partido me reconozca como sacerdote, no sólo
como seminarista. Tiene sus ventajas”.
Lo que Joseph quería decir con “un obispo Patriótico bueno” es un obispo que
está reconocido por Roma y Beijing. Existen algunos, tales como el actual
arzobispo de Beijing, Joseph Li Shan.
La lenta historia del cristianismo chino
La conversión de China al Cristianismo ha tomado su tiempo en llegar. Los
cristianos nestorianos llegaron a China en el siglo séptimo, pero lograron
pocas conversiones. Los jesuitas llegaron en el siglo dieciséis, alimentando
la esperanza de que, si convertían al emperador, millones de chinos lo
seguirían.
El gran jesuita Matteo Ricci impresionó al emperador Ming Wanli, que regaló
a la Iglesia la tierra donde está ahora la Catedral del Norte en Beijing. Y uno
de los sucesores del padre Ricci estuvo muy cerca de convertir al emperador
Qing Shunzhi, que asistió a unas 24 misas en la misma iglesia. La
historia del mundo sería muy diferente si lo hubieran logrado.
Hoy en día, cuatro siglos más tarde, el Espíritu Santo se mueve nuevamente
de manera poderosa en esta antigua tierra, despertando los corazones y las
mentes del pueblo chino al amor y el perdón de Dios.
El rostro humano de ese amor y perdón se puede ver en la nave este de la
Catedral del Sur, donde está expuesto un bello retrato de la Virgen y el
Niño. Ella lleva el atuendo de una emperatriz de Manchu, mientras que el
Niño Jesús está vestido como el príncipe heredero de Manchú, el príncipe que
un día reinará sobre toda China. Oremus.
Steven W. Mosher es el Presidente del Population Research Institute y el
autor de "Population
Control: Real Costs, Illusory Benefits".