El lujurioso ante la pornografía ve sólo lo agradable y cierra los ojos a las consecuencias
Un caso típico. El hombre sigue sus instintos y
salta hacia la muerte
segura.
Esto lo propicia la pronografía.
Tiene un exterior muy atractivo y muy agradable,
aunque no en todos los
casos. La amenaza de
muerte es velada, escondida.
El pornoadicto ya no piensa.
¿Cómo podríamos evitar los peligros?
Basta con obedecer a Dios y sus mandamientos.
Así estarás a salvo.