Una joven escapa de una secta satánica y revela lo vivido: sacrificios humanos, prostitución...
Es materia de aburridas películas de Hollywood: sectas donde adoradores de
Satanás beben sangre de animales y hacen sacrificios humanos durante
ceremonias especiales.
Sin embargo, para Laura, que nació en uno de estos mundos en la región de
Münster, en Alemania occidental, es algo más real. Ella se las arregló para
escapar de la secta, pero fue un proceso largo y doloroso.
Introducida por su padre
"Mi padre era muy respetado en la secta y empezó a entrenarme a edad muy
temprana para hacer lo que quería el círculo", explicó. "Eso me permitía que
yo lo pudiera aguantar todo, cualquier cosa que se hiciera conmigo, no
llorar o gritar ni responder al dolor, y que yo no diría nada a nadie fuera
del grupo. Se suponía que debíamos hacer lo que el Poder Superior quisiera".
Prostitución en el nombre de Satanás
Este Poder Superior era Satanás, y Laura se vió obligada a aceptar el dolor,
la tortura y la violación en su nombre. Pero también significaba que tenía
que llevar una vida paralela al exterior, presentándose como una colegiala
normal; pero en secreto, era sirvienta en las misas negras y los rituales
satánicos.
"Debía ser obediente a los hombres", dijo. "Cuando tuve que prostituirme me
dijeron que el Poder Superior quería que el círculo (el grupo satánico)
tuviera dinero". El dinero fue directamente a las arcas del grupo, y fue el
grupo quien eligió a los clientes.
Una brutalidad
La especialista en religiones de Marburgo, Adelheid Herrmann-Pfandt, dijo
que los padres de Laura la expusieron a un culto satánico, lo que es
especialmente preocupante ya que celebra una forma especialmente brutal del
satanismo y se mantiene fuera de la vigilancia de la sociedad. "Aquellos que
llevan a cabo estas prácticas tan extremas no son reconocibles en la
sociedad", dijo Herrmann-Pfandt.
"No van por ahí con crucifijos al revés en sus manos. Desean permanecer por
debajo del barrido de la detección del radar durante toda su vida, sin que
se les detecte."
Bebés que desaparecen
Brigitte Hahn, la comisionada de la diócesis católica de Münster coincide.
Comentó que unas 30 víctimas de estos cultos satánicos han buscado la ayuda
de su oficina. Algunas de las mujeres describieron misas negras que también
incluían abortos rituales e incluso el asesinato.
"Hay ceremonias especiales de fecundidad para las mujeres y otros rituales
para la entrega de los bebés y el sacrificio de ellos", dice Hahn. "Los
embarazos se mantienen en secreto, los bebés nacen, y desaparecen."
En 2008, Hahn envió alrededor de una encuesta a 2.000 médicos y terapeutas
en el estado de Renania del Norte-Westfalia, del que Münster forma parte.
Cerca de 120 respondieron diciendo que había pacientes femeninas que habían
sufrido la violencia de los grupos satánicos.
Niños sacrificados
Alfons Strodt, capitular de la diócesis católica de Osnabrück, ha ayudado a
antiguos miembros de cultos satánicos durante años.
Ha recopilado también los dibujos que han hecho de los rituales: imágenes de
niños tumbados en un altar o atados a una cruz. "Al principio, tuve que
procesar todo esto solo", dijo, y agregó que "le llevó mucho tiempo hasta
que otros en la Iglesia comenzaron a creerle. La gente me decía que dejara
de inventar esas historias".
"Estoy agradecido de que nuestro obispo y el vicario general me crean, y se
den cuenta que es un tema que ya no puede quedar en la oscuridad", dijo.
"Ahora las víctimas pueden obtener la ayuda que necesitan."
Constante estado de miedo
Sin embargo, debido a que muchas de las víctimas están traumatizadas y han
enfermado mentalmente, es difícil determinar si sus relatos reflejan
fielmente la realidad. "Ofrecer apoyo a las víctimas es también un reto",
dijo Strodt.
"Nos amenazaron con que nuestras iglesias volarían por los aires con bombas,
o que las prenderían fuego", dijo. "Yo estaba bajo vigilancia. Esto tiene su
precio; es la sensación de que están siempre cerca, y eso da miedo."
Mantener un registro
"La gente no puede permanecer en silencio sobre el fenómeno del satanismo",
dijo la experta Herrmann-Pfandt, que investiga lo que ocurre en estos
grupos. "Esto trata sobre experiencias trascendentales, y la sangre a menudo
desempeña un papel importante", dijo.
"Algunas personas dicen que se intensifica la experiencia, y les pone en un
estado de excitación. Y las sectas juegan a eso."
Laura dijo que el punto de inflexión llegó cuando se suponía que debía tener
un hijo para el círculo de sus padres satánicos. Entonces huyó de la secta,
y ahora vive en un refugio de alta seguridad para mujeres traumatizadas.
Aunque ella no ha presentado cargos contra sus padres ha dejado registrado
todo lo ocurrido ante un abogado. "En el caso de que muera, aunque pareciera
que es un accidente o un suicidio, todos los datos serán enviados a la
oficina del fiscal de distrito", dijo. "Es mi forma de seguro de vida, para
que no crean que puedan hacerme algo o puedan asesinarme".
RIES / Deutsche Welle World
cortesía ReL