La Estructura Política de la Colonia
EL VIRREY
LA AUDIENCIA
ENCOMENDEROS, CORREGIDORES E INTENDENTES
EL CABILDO
LAS AUTORIDADES INDÍGENAS
EL REAL PATRONATO
1.
El REY
"Para el derecho español más antiguo, el poder del Rey era de origen divino, conforme a la doctrina de San Pablo y a declaraciones antiguas de las cortes". El Rey tenía la facultad de legislar, llamar a la guerra, administrar justicia, acuñar monedas y dirigir la economía del estado. Los conquistadores del siglo XVI ponían a los pies de su Rey las tierras conquistadas. Y, era el Rey quien designaba a los gobernadores de éstos, sus nuevos dominios.
La dominación del Perú -zona nuclear del antiguo imperio de los Incas- fue retenida por España desde 1532 hasta 1821[1]. En el transcurso de esos tres siglos, la genealogía real española experimentó un cambio dinástico:
La lista de los Reyes españoles, que lo fueron del Perú, comprende diez monarcas:
Carlos V ó I Siglo XVI
Felipe II
Felipe III
Felipe IV Siglo XVII
Carlos II
Felipe V
Fernando VI Siglo XVIII
Carlos III
Carlos IV
Fernando VIl Siglo XIX
2. EL CONSEJO DE INDIAS Y LA CASA DE CONTRATACIÓN
a) EL CONSEJO DE INDIAS
El imperio español creó el Consejo de Indias, en 1511, coma organismo encargado de velar y dirigir los intereses de América. El Consejo gozaba de autoridad suprema sobre las colonias. Se le sometía, para su aprobación, todas las leyes y ordenanzas destinadas a los encargados directos del gobierno colonial en el continente americano. Además, el Consejo de Indias proponía ternas al rey para los casos en que vacaba un puesto administrativo notorio, legislaba, atendía al sostenimiento de
b)
Fue creada en 9503, con anterioridad al Consejo de Indias. Pero Carlos V, confirió gran poder al Consejo de Indias, por lo que
El Consejo de Indias se componía de un presidente, de un canciller, un registrador, ocho consejeros, un fiscal encargado de las ventas reales, y dos secretarios con numerosos amanuenses y contadores. Además, era integrado por un cronista o escritor especializado en historia y geografía, y un cosmógrafo versado en asuntos indianos. Su jerarquía era superior a la de los virreyes. Al Consejo de Indias tocaba pronunciarse sobre los Juicios de Residencia entablados a los virreyes.
El contacto directo con las tierras gobernadas por España, lo establecían los muy temidos visitadores que investidos de gran poder, supervisaban el cumplimiento de los mandatos emanados del Consejo. Con todo, motivos de distancia geográfica entre la metrópoli y sus dominios de ultramar, impedían en la mayor de las veces la ejecución de muchas de las nobles intenciones del Consejo; tal el caso de la aplicación de las Nuevas Leyes, en 1544, que motivaron la revolución de Gonzalo Pizarro.
3.
EL VIRREY
En un principio, durante el descubrimiento y conquista de las antiguas tierras de los Incas, los que ejercen el gobierno son los prohombres de
El Virreinato del Perú fue creado por Cédula del 20 de noviembre de 1542, recayendo el primer nombramiento en Blasco Núñez de Vela (abril, 1543), quien hizo su entrada en Lima, un año después (17-51544). En el siglo XVI el Virreinato del Perú reunió bajo su autoridad prácticamente todo el territorio sudamericano, exceptuando los dominios de Portugal (Brasil). Pero en el transcurso de esos tres siglos, el Virreinato del Perú sufrió varios cambios en su figura territorial. De ahí que los virreyes del Perú no tuvieron extensión territorial pareja en los 300 años de su gobierno.
El Virrey era "una encarnación suprema del Estado español y tenía un complejo de atribuciones nunca igualados hasta podérsele considerar como un alter-ego de los monarcas". Su autoridad era, sobre todo en los primeros tiempos del Virreinato, omnímoda, teniendo jurisdicción sobre los aspectos de orden político, judicial, militar, económico y aún en parte sobre el área religiosa. Con todo, su gobierno estaba subordinado al Consejo de Indias, y, al dejar el cargo, el virrey podía ser sancionado a través del llamado Juicio de Residencia, que se tramitaba en
Al término de su mandato, el Virrey debía presentar a su sucesor una Memoria, de gobierno. Estas memorias han sido publicadas en gran parte, y han servido como fuentes para la historia colonial. No obstante, es de advertir que los cuadros que exponen las memorias de los virreyes, por su carácter de documentos oficiales, son de franca justificación a exaltación de sus actos.
El virrey no era nombrado para un período fijo de mandato. En los 300 años de su dominio español, desfilaron por el Perú 40 virreyes. Su recibimiento en Lima se realizaba con grandiosa pompa. Radicaba en Palacio y se le rendía reverencia como en gran corte.
4.
LA AUDIENCIA
Las audiencias fueron trasladadas a
5.
Encomenderos, Corregidores e Intendentes [2]
Los Corregimientos, eran subdivisiones audienciales y fueron creados en época del gobernador Lope García de Castro (1564-69) y deslindados minuciosamente por el virrey Toledo y sus visitadores de
En la ciudad principal de cada corregimiento residía el corregidor, nombrado por el Rey o Virrey, generalmente por 3 años; ejercía su cargo dotado de extraordinario poder en todas las esferas de la vida pública y política. Recaudaba el corregidor las rentas al rey y regía la actividad económica de su corregimiento. "El corregidor es en realidad quien decide y manda, distribuye la tierra, dicta ordenanzas, decreta penas, echa contribuciones, expropia y por último, interviene en la vida privada de los vecinos..." Tenía poderes para reunir y presidir el Cabildo o Consejo Municipal.
"La legislación española -dice Porras- trató inútilmente de frenar y de moralizar la autoridad de los corregidores. Se les había ordenado proteger a los indios, estimular las buenas costumbres, no intervenir en los negocios, no casarse en su territorio, no aceptar regalos, honrar al virtuoso, proteger al pobre. Pero la conducta de los corregidores fue al reveso de estas disposiciones... Los corregidores cometieron toda clase de abusos y de extorsiones en las provincias de su mando: obligaban a los indios a trabajar para ellos, ejercían el comercio y la industria, fijando precios a las ercancías, cobraban tributos indebidos a los indios y compraban a los jueces se residencia que se enviaban a inspeccionarlos... La tiranía de los corregidores determinó el gran malestar social del siglo XVIII que se manifestó en la revolución de Túpac Amaru, y en la famosa reforma del régimen de los corregimientos, que fue reemplazado en 1780 por el régimen de las Intendencias.
Los corregimientos fueron así, a fines del siglo XVIII agrupados en ocho Intendencias, los corregimientos recibieron de allí en adelante el nombre de partidos o provincias, a cargo de subdelegados. Las intendencias por los intendentes, seguían las siluetas de las antiguas demarcaciones eclesiásticas y eran las siguientes: Lima, Trujillo, Tarma, Cuzco, Huancayo, Huancavelica, Arequipa y Puna. Todavía Cosme Bueno realiza una descripción del virreinato peruano, a fines del siglo XVIII, dividiendo su bosquejo geográficamente en obispados.
6.
EL CABILDO
El Cabildo, llamado también Ayuntamiento, Municipalidad o Concejo Municipal fue otra institución de origen español que arraigó en las Indicas; pero pasó a América, desgraciadamente, ya desvirtuados sus valores de vigoroso régimen castellano de los fines del Medioevo.
Los Cabildos se desenvuelven en América subordinados a los principales representantes del monarca, el Virrey y
Los alcaldes y los regidores del Cabildo eran nombrados por el monarca o designados por sus representantes; caso contrario, si la elección del alcalde había sido realizada en un ambiente cercano al democrático, se espera su confirmación... Las formas de nominación a los cargos ediles, variaron en general mucho, según las épocas y lugares: los puestos en el Cabildo llegaron hasta ser vendidos y fueron de este modo acaparados por la oligarquía de entonces. El corregidor presidía el Cabildo en las poblaciones principales.
La atribución del Cabildo era la administración de justicia, en lo civil y lo criminal. Con todo, sólo los casos benévolos eran los de su jurisdicción. Además, el Cabildo tenía "múltiples atribuciones administrativas. Entre ellas le correspondía: administrar arbitrios, presidir espectáculos públicos, organizar fiestas pomposas al llegar nuevos virreyes, vigilar el aseo de la ciudad, cuidar de la reparación de las calles, inspeccionar los canales, inspeccionar os establecimientos de beneficencia y organizar la baja policía ... Además de sus atribuciones judiciales y administrativas el Cabildo dirige la vida económica y los negocios de la ciudad ... interviniendo principalmente en la fijación de los precios de los alimentos y de las mercancías necesarias para la vida en la ciudad ...."
7.
LAS AUTORIDADES INDÍGENAS
Los españoles observaron, en el siglo XVI, que el imperio incaico era gobernado y administrado en base a un sistema jerárquico definido, acorde a los conceptos sociales de esa cultura, en la que prevalecían diferencias tajantes entre la nobleza hereditaria y el pueblo.
Era tal el poder que ostentaba el último inca, apresado en Cajamarca, que los conquistadores encontraron muy pronto los pretextos necesarios para llevar adelante su ejecución (1533).
Razones políticas también, los movieron a restablecer la monarquía incaica, pero con la actuación simbólica del joven noble, Toparpa (1533) a quien podían ordenar a su gusto. También sus sucesores, que forman la dinastía incaica colonial, gozaron sólo de teórico mando: Manco Inca se sublevó (1536) y asoló el Cuzco en son de reconquista, pero viéndose impotente ante el poder de los españoles se refugió en lugares de difícil acceso Sayri Tupac llegó a pactar con los conquistadores. Otros miembros de esta dinastía siguieron refugiados en Vilcabamba, hasta que el Virrey Toledo mandó apresar y ejecutar a Túpac Amaru (1572)
El distintivo común de la nobleza incaica en general y aún de los administradores, era la llamada orejera que consiste en un adorno esférico provisto de una caña que era introducida en el lóbulo de la oreja agrandada previamente en forma descomunal. Los españoles llamaron por eso orejones a los miembros de la nobleza incaica y este calificativo se mantuvo durante la época colonial. La palabra cacique aprendida por los españoles en su experiencia centroamericana-antillana, fue el término genérico para nombrar a un noble indígena; este vocablo prevaleció en los documentos oficiales, desplazando a curaca, el sinónimo quechua de cacique.
Los caciques eran los jefes del ayllu, o pequeñas comunidades indígenas, y también los principales de pueblos mayores. Su tradición fue aceptada por los españoles durante la conquista y después, en la época de dominación española. Esta institución les sirvió para comunicarse con el pueblo indígena y obligarlo a cumplir con sus tributos y obligaciones de trabajo personal en las encomiendas y en las minas. Los caciques se confabularon no pocas veces con los explotadores españoles de su raza, en busca de mejoras personales, pero también llegaron a abusos increíbles para con sus hermanos de sangre. Con el mestizaje, los caciques españoles y españolizantes, se convertirán en la clase de terratenientes pueblerinos que, siguiendo la tradición despótica de españoles y caciques, continuará la explotación del indio en la época republicana. Con todo, los caciques eran respetados por los integrantes del ayllu o ayllus, por la vinculación sanguínea.
Los caciques coloniales gozaron de prerrogativas y prebendas que lo colocan como nobles de estratos inferiores. No obstante que San Martín llegó a abolir todos los títulos nobiliarios, cacicazgos han sobrevivido hasta el presente siglo, encubiertos como "principales" o como "jueces" pueblerinos, heredando su jerarquía de generación en generación. Los varayoc, o gobernadores y administradores de los pueblos indígenas eran, a diferencia de los antiguos caciques, elegidos para determinadas funciones y períodos. Portaban en seda, cuya tradición se estima ser española.
Desde el siglo XVI, indígenas y mestizos reclamaban títulos ante el Rey, siguiendo largos juicios de probanzas de linaje, para lograr las recompensas económicas que estos significaban. Los continuados disturbios entre indios y españoles en el siglo XVII llevaron a la realización del anhelo del virrey Toledo, de crear un colegio para hijos de caciques, el que fue fundado a instancias del virrey Príncipe de Esquilache (1615-1621). Se le llamó Colegio del Príncipe, y comenzó a funcionar en 1620 para que "allí les enseñen en forma de Colegio, de manera que cuando sucedan en los cacicazgos y gobiernos de sus indios, estén bien industriados en nuestra religión y buenas costumbres..."
El Colegio del Príncipe funcionó en Lima hasta la expulsión de los españoles del Perú (1824). Esquilache reglamentó el funcionamiento de otro colegio de caciques, en el Cuzco. Durante la revolución desatada por Túpac Amaru, a fines del siglo XVIII, éste se proclamó Inca, con el fin de impresionar a las masas indígenas, y arrastrarlas a su causa, y para quienes de caciques estaba saturado el país (cf. Resumen de Sergio Díaz Mora),
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cortesía Fernando Gil - Ricardo Corleto, 1998-1999 © Pontificia Universidad Católica Argentina, 1999
[1] Tenemos mayor información respecto a la estructura política del Perú. Con todo, la política fue uniforme en todos los ambientes políticos de las colonias españolas.
[2] Los encomenderos y sus abusos forman capítulo separado. Oficialmente desaparecieron a mediados del siglo XVI. Pero tienen su continuidad en los corregidores, que aparecen en la segunda mitad del siglo XVI.