Suplica a las hermanas en Cristo Está aumentando el calor y pronto aparecerán en la calle muchas hermanas en Cristo muy pero muy pobres. ¿Cómo se sabe que son pobres? Es que no tienen dinero suficiente para comprar telas y cubrir pudorosamente su cuerpo. Y, puesto que tienen que salir a la calle, se presentan con mayor o menor desnudez. Los que más sufren no son ellas sino los varones porque, en lugar de mirar la cara, miran su cuerpo medio desnudo. Y esto suscita en ellos reacciones muy íntimas. Si fuera solamente un problema de critiero de estética... Pero, a lo mejor se presenta en su corazón una palabra de Jesús: "Han oído que se dijo: No adulterarás. Pues yo les digo: Todo el que mira a una mujer deseándola ya ha cometido adulterio con ella en su corazón". (Mt 5, 27). Y tendrán que mirar en otra dirección. Con todo, los habrá que se quedan mirando - ¡y no les importa el pecado de lujuria y de adulterio! -, y usted es cómplice de su falla. Imagínense lo siguiente: Todas las hermanas salen a la calle vestidas decentemente. ¡Cuántos pecados menos se cometerán! Y han salvado almas. Un indicio que está vestida pudorosamente: Le miran la cara.