La madre que no aceptó un aborto terapéutico
Leslie Mardones, con
síndrome de Morquia y esperando un niño, viajó a Santiago en contra de los
consejos del médico que la atendía. Al llegar a Santiago
la paciente dijo que espera dar a luz en la capital y que se encuentra tan
optimist que ya tiene nombre para la criatura: "Se llamará Catalina
Alejandra". La joven también espera reunirse en los próximos días con José
Luis (23), el padre de la niña.
Fuentes especializadas dijeron al diario pop que las posibilidades de
sobrevivir al parto que tiene la madre y su hija son escasas, y que lo más
probable es que, llegado el momento, los médicos tendrán que elegir a quién
salvar.
Leslie, una mujer enana que dio a luz el Jueves
14 de julio de 2005 pese
a los riesgos que eso conlleva, se mostró “muy contenta” con el nacimiento
de Catalina Con cinco días de vida, Catalina es una nena que pesa poco
más de un kilo y por ello deberá permanecer al menos durante un mes en una
incubadora.
Su madre, Leslie Mardones, de 89 centímetros de estatura, fue dada de alta
ayer, indica el
diario Las Ultimas Noticias de Chile, país donde se desarrolla este caso
único en el mundo.
"Estoy muy contenta. Ahora sólo espero que mi Cata siga bien porque está
sana y es muy bonita", comentó antes de dejar el hospital de la Universidad
de Chile, donde el padre de Catalina le pidió matrimonio.
En declaraciones al mismo medio, Leslie dijo que los últimos dos meses de
embarazo fueron muy difíciles ya que tuvo que dejar a su familia en
Valdivia, “pero era por el bien de mi nena”.
Acerca del nacimiento de Catalina, Leslie dijo que fue “muy lindo. Sentí las
contracciones y supe que había llegado el momento. Estaba
nerviosa, pero verla fue lo más lindo de mi vida”.
Por otro lado, sobre las críticas que recibió por arriesgar su vida para
tener a su nena, Leslie respondió: “Yo siempre dije que iba a dar mi vida
por mi guagua. Si los doctores debían elegir, yo prefería
que ella viviera porque es lo principal para mí”.
Por último, dijo sentirse aliviada cuando los doctores le anunciaron que su
hija no padecía el Síndrome de Morquio: “No me imaginé que la Cata iba a
salir bien. Fue un milagro de Dios. Yo pensé que iba a sufrir lo mismo que
yo, la misma discriminación, soportando las burlas”.