Disfruten de
la Palabra Divina de los Domingos tomados de la mano de los Padres de la
Iglesia, de los Santos y Sabios de todos los tiempos y del Catecismo de la Iglesia
Católica (Nota Bene: Los números consignados entre paréntesis ( ) hacen referencia a los números del Catecismo).También puede saltar a: DOMINGO II ORDINARIO Ciclo A “Llamados a ser testigos de Cristo Salvador” CONTENIDO Comentarios de
Sabios y Santos I. LA PALABRA DE DIOS
* Is 49,5-6: “Te hago luz de las naciones para que
seas mi salvación” * Sal 39,2.4ab.7-8a.8b-9.10: “Aquí estoy, Señor,
para hacer tu voluntad” * 1Co 1,1-3: “Gracias y paz os dé Dios nuestro
Padre, y Jesucristo, nuestro Señor” * Jn 1,29-34: “Este es el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo” Comentarios de Sabios y Santos
Por versículo
29 El día siguiente “Ya no es el momento de decir "Preparad …”(Mt 3,3)…
Es necesario dar a conocer a Aquel que está presente” (Cir Al, Com. Juan 3,
Prol. PG 73, 192-193). El evangelio de Juan comienza con una alusión patente a
Gen 1, 1. De manera similar se imita en los siguientes versículos la
esctructura de los siete días de la creación. Todo culmina en la primera
manifestación de la 'gloria' de Jesús
en las bodas de Caná (cfr. 2, 11). Se puede observar la sequencia de los
días en 1, 29 (el día siguiente al
testimonio inicial del Bautista) y en 1, 35; 1, 39-42; 1, 43 [= 4 días] y
finalmente 2, 1 [siete en total]. De
esta manera el evangelio como tal abre con una semana completa. Parece que San
Juan entendía el día séptimo, el día del descanso de Dios al finalizar la
creación, como manifestación de la gloria del Creador. En la instancia de las
bodas de Caná, el evangelista indica la gloria de la nueva creación en
Jesucristo en las bodas del Cordero con la Iglesia. el Cordero de Dios Posible referencia al cordero pascual (Jn 19,14. 36). Así
interpretan los Padres latinos. Puede referirse también al Siervo de YHWE (Is
53, 7-12; Is 42,1s; cf. Apc 5, 6s.) donde el Siervo es comparado con un cordero
(LXX) que debe cargar los pecados de los demás. que
quita el pecado del mundo Quita …No dice 'lo quitará' ni 'lo ha quitado' sino él es
“aquel que quita y continúa quitándolo en cada uno de aquellos que están en el
mundo hasta que el pecado no sea vencido en el mundo entero y el Salvador
entregue el reino al Padre [1 Cor 15,24]”. (Orígenes, comentario a Jn I, 233-235, Padri vivi A, p. 121) 30 Este es del cual dije “Yo pienso que el ministerio de Juan se cumple en el
mundo hasta al día de hoy. Primero es necesario que el espíritu y el poder de
Juan (cf. Lc 1, 17) lleguen al alma de todo aquel que está destinado a alcanzar
a Jesucristo. Es, pues necesario preparar para el Señor un pueblo perfecto,
enderezar los caminos y aplanar los senderos referente a lo áspero de sus
corazones. No sólo en aquel entonces han sido aplanados los caminos y
enderezados los senderos. También hoy el espíritu y el poder de Juan preceden
la llegada del Señor y Salvador [en los corazones]” (Orígenes, comentario a Luc 4, 6) 32. Juan dio testimonio... El Bautista es testigo de la teofanía y se convierte así
en testigo de que Jesús es el Mesías. El evangelista pre-supone el relato
sinóptico del bautismo de Jesús en el Jordán ((Mk 1, 9-11 par; cfr. Hch 19,
1-4). Muchos de los Padres de la Iglesia enseñan que las diferencias entre
cuarto evangelista y los sinópticos pueden explicarse por el propósito de san
Juan de querer complementar los envagelios anteriores. Por eso Clemente de
Alejandría habla de la "naturaleza espiritual" del evangelio de san
Juan (Eusebius, HE 6.14, 5-7; PG 20.552). 33… el que me envió a bautizar con agua me dijo... Los profetas del At anuncian un derramamiento del
Espíritu en los tiempos del Mesías. (Jl 2:28f.; Is
32:15; Ez 39:29; Zech 12:10). El NT reconoce el cumplimiento de las profecías en el acontecimiento de
Pentecostés y en el bautismo cristiano (Acts 2:16-18; 10:45; Rom 5:5; Gal 4:6;
Eph 4:7f.; Jn 7:39; 20:22). El bautismo de Jesús es, por tanto, el cumplimiento
paradigmático de las promesas porque como el Meaías (= el Ungido) hará
participar a todos los creyentes de esa efusión del Espíritu Santo. 34. Este es el elegido de Dios Alusión a Is 42, 1 (cfr. Lc 9,
35) La mayoría de los manuscritos leen "Hijo de Dios". Por temas
Ireneo El Espíritu nos une “En efecto, como nos se puede,
sin agua, hacer de la harina seca una sola masa y un solo pan así nosotros, que
éramos multitud no podíamos de hecho llegar a ser uno en Cristo Jesús (cf. Rom
12, 5; 1, Cor 10, 17; Gal 3, 28) sin el
Agua venida del cielo. Y como la tierra árida, si no recibe el agua no puede
dar fruto, así también nsotros que éramos sino leña seca ( cfr. Lc 23, 31) no
habríamos jamás podido dar fruto de vida sin la Lluvia generosa (cfr. Sal 67,
10) venida desde lo alto. Es verdad,
nuestros cuerpos han recibido del baño (cf. Ef 5, 26; Tit 3, 5) del Bautismo la
unión para incorruptibilidad mientras que nuestras almas la han recibido del
Espíritu (cfr. Jn 3, 5). He aquí porque lo uno y lo otro es necesario desde el
momento que tanto lo uno cuanto lo otro contribuye en dar la vida de Dios"
(Ireneo, AH III, 17,1-2). Por suplementos
0801004 EL CORDERO
SIGNO EMINENTE DE LA PASCUA R. Gamaliel solía decir: todo aquel que no menciona
estas tres cosas en Pascua, no cumple con su deber. Las tres cosas son: el
cordero pascual, el pan ázimo y las hierbas amargas. El cordero a causa de que el Ubicuo pasó por las
casas de nuestros antepasados en Egipto, pues está escrito: y entonces diréis: sacrificio de Pascua es para el Señor, porque
pasó etc. El pan ázimo porque nuestros antepasados fueron liberados de Egipto,
según está escrito: y cocieron la masa que habían sacado de Egipto etc. Y hierbas
amargas porque los egipcios amargaron las vidas de nuestros antepasados en
Egipto, pues está escrito:
y amargaron sus vidas etc. En cada generación el hombre debe considerarse como
si hubiera sido liberado personalmente de Egipto, según está escrito: y contarás en dicho
día a tu hijo diciéndole: esto es por lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto. Por ello,
debemos agradecer, alabar, glorificar, enaltecer, respetar, ensalzar, bendecir,
exaltar y adorar a Aquel que por nuestros antepasados y por nosotros obró todos
estos milagros, a Aquel que nos sacó de la esclavitud a la libertad, de la
desgracia a la alegría, del duelo a la fiesta, de la oscuridad a la gran luz,
de la servidumbre a la liberación.
(Pesajim X, 4 [en 116a‑b].) eucaristía,
pascua, alabanza. II. APUNTE
BÍBLICO-LITÚRGICO
·
El Bautista manifiesta que
Jesucristo preexiste, que es el Hijo de Dios, el Ungido por el Espíritu, el que
bautiza con el Espíritu. Proclama, sobre todo, que es “el Cordero de Dios que
quita el pecado del mundo”, clara alusión a la Pasión (4.o Poema del Siervo de
Yahvé: Is 52,4). ·
El Siervo de Yahvé, al que Dios
hace luz de las naciones para salvarlas, (1.a Lect.) es Jesucristo. ·
La Iglesia se dirige hoy “a los
santificados en Cristo-Jesús, llamados a ser santos”. (2.a Lect.) y nos invita
a predicar, como S. Pablo, a Jesucristo y éste crucificado, que salva al hombre
liberándolo del pecado. III. SITUACIÓN HUMANA
·
Para anunciarle a Jesucristo al
hombre de nuestros días, a quien nada dicen ni las verdades abstractas ni los
sucedáneos que puedan acompañar a la vida, han de estudiarse muy a fondo las
necesidades y expectativas, los ideales y carencias de esta sociedad y las
exigencias de nuestro mundo. ·
En medio de este mundo, los
cristianos hemos de presentarnos limpios de pecado, llenos de Espíritu,
servidores humildes de todos, para que la salvación alcance hasta el confín de
la tierra. IV. LA FE DE LA IGLESIA
* La fe
_ La
Iglesia, comunión con Jesús. La Iglesia es el sacramento de Jesucristo, por la
comunicación de su Espíritu a los hombres reunidos de todos los pueblos, los
constituye místicamente en su Cuerpo: “A ellos
les dio parte en su misión, en su alegría y en sus sufrimientos. Jesús habla de
una comunión todavía más íntima entre Él y los que le sigan: “Permaneced en mí
como yo en vosotros... Yo soy la vid y vosotros los sarmientos”. Anuncia una
comunión misteriosa y real entre su propio cuerpo y el nuestro: “Quien come mi
carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6,56)” (789; cf. 798). * La
respuesta
_
Cristo, Cabeza del Cuerpo de la Iglesia: “Él nos
une a su Pascua: Todos los miembros tienen que esforzarse en asemejarse a él
“hasta que Cristo esté formado en ellos” “Por eso somos integrados en los
misterios de su vida... nos unimos a
sus sufrimientos como el cuerpo a su cabeza. Sufrimos con él para ser
glorificados con él” (LG 7)” (793). _ Él
provee a nuestro crecimiento: “Para hacernos
crecer hacia Él, nuestra Cabeza, Cristo distribuye los bienes y servicios...”:
794. * El
testimonio cristiano
_ ““Ay de mí si no anuncio el Evangelio” Para esto me ha enviado el mismo
Cristo. Debo predicar su nombre. Jesucristo
es el Mesías, el Hijo de Dios vivo.... Él como nosotros y más que nosotros fue
pequeño, pobre, humillado, sujeto al trabajo, oprimido, paciente... Él
instituyó el nuevo Reino en el que los pobres son bienaventurados, en el que la
paz es el principio de la convivencia, en el que los limpios de corazón y los
que lloran son ensalzados y consolados, en el que los que tienen hambre y sed
de justicia son saciados, en el que todos somos hermanos” (Pablo VI, Homilía en
Manila, 29.10.70). En
comunión con la Iglesia, abrazados a la Cruz de Cristo y haciéndonos entender
por el mundo de hoy, hemos de proclamar, como el Bautista, que Jesucristo es el
Salvador. Comentarios Padres griegos Ireneo El Espíritu nos une “En efecto, como nos se puede, sin agua, hacer de la
harina seca una sola masa y un solo pan así nosotros, que éramos multitud no
podíamos de hecho llegar a ser uno en Cristo Jesús (cf. Rom 12, 5; 1, Cor 10,
17; Gal 3, 28) sin el Agua venida del
cielo. Y como la tierra árida, si no recibe el agua no puede dar fruto, así también
nsotros que éramos sino leña seca ( cfr. Lc 23, 31) no habríamos jamás podido
dar fruto de vida sin la Lluvia generosa (cfr. Sal 67, 10) venida desde lo
alto. Es verdad, nuestros cuerpos han
recibido del baño (cf. Ef 5, 26; Tit 3, 5) del Bautismo la unión para
incorruptibilidad mientras que nuestras almas la han recibido del Espíritu
(cfr. Jn 3, 5). He aquí porque lo uno y lo otro es necesario desde el momento
que tanto lo uno cuanto lo otro contribuye en dar la vida de Dios"
(Ireneo, AH III, 17,1-2). Padres latinos Agustín Jn 1,29‑34: No es así como se interroga por las cosas eternas El Espíritu Santo descendió sobre él en forma de
paloma. Entonces se manifestó más plenamente al mismo Juan la flor de la
santidad en forma de paloma, forma de simplicidad e inocencia. De esa manera
se cumplió el texto: Y sobre él florecerá
mi santificación (Sal 131,18). Yo--dijo--no lo conocía. Pero quien me envió a bautizar en agua me dijo: «Aquel
sobre quien veas que desciende el Espíritu Santo y que repose sobre él, ése es
quien bautiza en el Espíritu Santo». Y yo--dijo--doy testimonio de lo que vi, que él es el elegido de Dios (Jn t,33‑34).
¿De quién da testimonio? De aquel sobre quien vio la santificación del Padre.
¿De dónde vio descender al Espíritu Santo? Pues nunca se alejó el Espíritu
Santo del Hijo, ni el Hijo del Espíritu, ni el Hijo del Padre, ni el Padre del
Hijo, ni el Espíritu del Hijo y del Padre; pero estas cosas se comprenden con
la mente purificada, distintamente a como se manifiestan a los ojos. El Padre no
es anterior al Hijo en el tiempo, ni el Hijo sigue temporalmente al Padre,
puesto que allí no existe tiempo alguno. El Padre, y el Hijo, y el Espíritu
Santo son un solo Dios, creador de los tiempos. Allí no hay posibilidad de
decir: «El Padre es anterior, y el Hijo es posterior». Desde el momento en que
él es el Padre, desde ese momento existe el Hijo. Investiga desde cuándo es
Padre. Trasciendes con el pensamiento la tierra, el cielo, los ángeles, las
cosas visibles, las invisibles y la creación entera; luego preguntas: «¿Desde
cuándo comenzó a ser Padre?». No es así como se interroga por las cosas
eternas. No preguntes desde cuando sino a lo que tiene comienzo. No preguntes
desde cuándo a aquel de quien toma comienzo cuanto ha comenzado y que no tiene
comienzo de nadie, porque no lo tiene en absoluto. Como el Padre
no tiene comienzo, así tampoco el Hijo, pero el Hijo es el resplandor del Padre. El resplandor del fuego existe
desde el momento en que existe el fuego, y el resplandor del Padre desde que
existe el Padre. ¿Desde cuándo existe el
Padre? Desde siempre y por siempre. Así. pues, también el resplandor del Padre existe desde siempre y por siempre;
y, con todo, puesto que es su resplandor, su Hijo tampoco comenzó con el tiempo
en el ser engendrado por el Padre. ¿Quién puede ver esto? Lima tu corazón.
sacude el polvo. Lava la mancha. Sea
curado y sanado cuanto perturba la mirada interior, y aparecerá lo que se dice
y se cree antes de ser visto Ahora,
hermanos, lo creemos. ¿Qué creemos? Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
no se anteceden en el tiempo. Aunque el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo no
se anteceden en tiempo alguno, no he podido nombrar al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo sin que estos nombres retuviesen el tiempo y fuesen retenidos
por él. El Padre no es anterior, ni el Hijo posterior, y, sin embargo, no he
podido no decir uno antes y otro después, y todas las sílabas ocuparon su
propio tiempo, y la segunda no pudo sonar en mis palabras hasta que no pasó la
primera. Pasó tiempo al pronunciar mis sílabas para expresar lo que no tiene
tiempo. Por tanto,
hermanos míos, cuando aquella Trinidad se manifestó sensiblemente en la carne,
apareció la Trinidad entera en el río en que Juan bautizó al Señor. Una vez
bautizado, salió del agua. descendió la paloma y sonó la voz desde el cielo: Éste es mi Hijo amado, en quien me he
complacido (Mt 3,17). El Hijo se manifiesta en el hombre; el Espíritu en la
paloma; el Padre en la voz. Algo inseparable se ha manifestado separadamente;
supuesto el caso de que pueda hablarse de cosa y no más bien de la causa de
todas las cosas, y eso si se puede hablar de causa. ¿Qué es lo que decimos,
cuando hablamos de Dios? Hablamos de el, y lo permite él mismo, que no es como
se le piensa y del que no puede hablarse ni siquiera en el modo como se le
piensa. Mas he aquí que en atención a los hombres, hermanos, se manifestó sirviéndose
de una paloma, y así se cumplió: Sobre él
florecerá mi santificación. Florecerá, se dijo; esto es, se manifestará claramente,
pues nada hay más resplandeciente y mas visible en un árbol que su flor. ¡Ea!,
hemos llegado ya a las últimas palabras de la antífona: Sobre él florecerá mi santificación. .Sermón 308 A. ~5. Comentario versículos 29 El día siguiente “Ya no es el momento de decir "Preparad …”(Mt 3,3)…
Es necesario dar a conocer a Aquel que está presente” (Cir Al, Com. Juan 3, Prol. PG 73,
192-193 Les Pères, p. 63) El evangelio de Juan comienza con una alusión patente a
Gen 1, 1. De manera similar se imita en los siguientes versículo la esctructura
de los siete días de la creación. Todo culmina en la primera manifestación de la 'gloria' de Jesús en las bodas de Caná
(cfr. 2, 11). Se puede observar la sequencia de los días en 1, 29 (el día siguiente al testimonio
inicial del Bautista) y en 1, 35; 1, 39-42; 1, 43 [= 4 días] y finalmente 2, 1
[siete en total]. De esta manera el
evangelio se abre con una semana completa. Parece que San Juan entendía el día
séptimo, el día del descanso de Dios al finalizar la creación, como
manifestación de la gloria del Creador. En esta instancia, se indica una nueva
creación, las bodas del Cordero con la Iglesia. el Cordero de Dios Posible referencia al cordero pascual (Jn 19,14. 36). Así
interpretan los Padres latinos. Puede referirse también al Siervo de YHWE (Is
53, 7-12; Is 42,1s; cf. Apc 5, 6s.) donde el Siervo es comparado con un cordero
(LXX) que debe cargar los pecados de los demás. que
quita el pecado del mundo Quita …No dice 'lo quitará' ni 'lo ha quitado' sino él es
“aquel que quita y continúa quitándolo en cada uno de aquellos que están en el
mundo hasta que el pecado no sea vencido en el mundo entero y el Salvador
entregue el reino al Padre [1 Cor 15,24]”. (Orígenes, comentario a Jn I, 233-235, Padri vivi A, p. 121) 30 Este es del cual dije “Yo pienso que el ministerio de Juan se cumple en el
mundo hasta al día de hoy. Primero es necesario que el espíritu y el poder de
Juan (cf. Lc 1, 17) lleguen al alma de todo aquel que está destinado a alcanzar
a Jesucristo. Es, pues necesario preparar para el Señor un pueblo perfecto,
enderezar los caminos y aplanar los senderos referente a lo áspero de sus
corazones. No sólo en aquel entonces han sido aplanados los caminos y
enderezados los senderos. También hoy el espíritu y el poder de Juan preceden
la llegada del Señor y Salvador [en los corazones]” (Orígenes, comentario
a Luc 4, 6) 32. Juan dio testimonio... El Bautista es testigo de la teofanía y se convierte así
en testigo de que Jesús es el Mesías. El evangelista pre-supone el relato
sinóptico del bautismo de Jesús en el Jordán ((Mk 1, 9-11 par; cfr. Hch 19,
1-4). Muchos de los Padres de la Iglesia enseñan que las diferencias entre
cuarto evangelista y los sinópticos pueden explicarse por el propósito de san
Juan de querer complementar los envagelios anteriores. Por eso Clemente de
Alejandría habla de la "naturaleza espiritual" del evangelio de san
Juan (Eusebius, HE 6.14, 5-7; PG 20.552). 33… el que me envió a bautizar con agua me dijo... Los profetas del At anuncian un derramamiento del
Espíritu en los tiempos del Mesías. (Jl 2:28f.; Is
32:15; Ez 39:29; Zech 12:10). El NT reconoce el cumplimiento de las profecías en el acontecimiento de
Pentecostés y en el bautismo cristiano (Acts 2:16-18; 10:45; Rom 5:5; Gal 4:6;
Eph 4:7f.; Jn 7:39; 20:22). El bautismo de Jesús es, por tanto, el cumplimiento
paradigmático de las promesas porque como el Meaías (= el Ungido) hará
participar a todos los creyentes de esa efusión del Espíritu Santo. 34. Este es el elegido de Dios Alusión a Is 42, 1 (cfr. Lc 9,
35) La mayoría de los manuscritos leen "Hijo de Dios". Segunda Lectura Padres Latinos Agustín I Cor 1,1‑3: Si ahora amamos así la paz, ¡cómo la amaremos cuando la poseamos en
plenitud! Bendijo
a tus hijos dentro de ti. ¿Quién? Quien puso paz en tus
fronteras (Sal 147,14). ¿Cómo es que habéis gritado todos de alegría? Amad
esta paz, hermanos míos. Mucho me deleito cuando se deja oír en vuestros
corazones el amor de la paz. ¿Cómo os ha deleitado a vosotros? Aún no había dicho
nada, ni nada había expuesto; no hice más que leer el versillo y os pusisteis
a gritar. ¿Qué es lo que gritó en vosotros? El amor de la paz. ¿Qué he mostrado
a vuestros ojos? Si no la amáis, ¿por qué habéis gritado? ¿Cómo la amáis, si no
la veis? La paz es invisible. ¿Con qué ojo la habéis visto, para amarla? En
efecto, si no la amaseis, no hubieseis levantado ese clamor. Estos son los
espectáculos de realidades invisibles que nos ofrece Dios. ¿Con qué hermosura
sacudió vuestros corazones el conocimiento de la paz? ¿Qué necesidad tengo ya
de hablar de la paz o de hacer el elogio de la paz? Vuestro amor se ha
anticipado a mis palabras; no cumplo mi promesa; no puedo, me siento incapaz. Difiramos la
alabanza de la paz para la patria de la paz. La alabaremos cumplidamente allí
donde la poseeremos en plenitud. Si ahora, sólo incoada en nosotros, la amamos
de esta manera, ¿cómo la amaremos cuando la poseamos en plenitud? Ved lo que
os digo, ¡oh hijos de amado, oh hijos del reino, oh ciudadanos de Jerusalén!:
que en Jerusalén está la visión de paz. Todos los que aman la paz son
bendecidos en ella y, luego de entrar ellos, se cerrarán las puertas y se
reforzarán los cerrojos. Desead, id en busca de la que, con sólo nombrarla,
tanto amáis y os es querida. Amadla en la casa, en las ocupaciones, en la
mujer, en los hijos, en los siervos, en los amigos y en los enemigos. Ésta es la
paz que no tienen los herejes. ¿Qué se propone la paz en la incertidumbre de
esta vida, en esta peregrinación de nuestra mortalidad, en la que nadie es
transparente al vecino ni nadie ve el corazón del otro? ¿Qué se propone la paz?
No juzga lo que es incierto, no asegura lo que desconoce; es más proclive a
pensar bien del hombre que a sospechar el mal. No le duele demasiado el equivocarse
cuando piensa bien incluso del que es malo, pero considera muy nocivo el
pensar, tal vez, mal del bueno. Desconozco cómo es esa persona, ¿qué pierdo por
creer que es buena? En la incertidumbre, te es licito tomar precauciones, por
si acaso es ciertamente malo; con todo, no lo condenes como si fuese en verdad
malo. Esto es lo que ordena la paz. Busca
la paz--dice--y vete tras ello (Sal
33,15). ¿Qué invita a hacer la herejía? (El donatismo) Ella condena a quien no
conoce, condena a todo el mundo: «Ha perecido el mundo entero, no hay en él
cristiano alguno, sólo ha quedado el África». ¡Bien has
juzgado! ¿Desde qué tribunal dictas tú sentencia contra el orbe de la tierra?
¿En qué juzgado ha comparecido ante ti el mundo? No se me crea ni a mi ni a
ti: creamos a Cristo, creamos al Espíritu de Dios que habla por los profetas,
creamos a la ley de Moisés. ¿Qué dijo Moisés de estos tiempos, entonces
futuros? Se dijo a Abrahán: En tu
descendencia serán benditos todos los pueblos (Gn 22,18). ¿O dudas cuál es
la descendencia de Abrahán? Pienso que no tengas dudas, habiéndolo dicho el
Apóstol; o, si dudáis hasta del Apóstol, ¿por qué decís: «Paz, paz», pero no
hay paz? (Jr 6,14). ¿Qué dice el Apóstol? Las
promesas fueron hechas a Abrahán y a su descendencia. No dice: « Y a sus
descendencias», como si se tratase de muchas, sino como de una sola: « Y a su
descendencia, que es Cristo» (Gál 3,16). Ved que hace ya muchos miles de
años se dijo a Abrahán: En tu
descendencia serán benditos todos los pueblos. Estas palabras pronunciadas hace miles de años,
creídas por una persona, las vemos cumplidas ahora. Lo leemos, lo vemos con los
ojos, y ¿tú, avanzando al través, te resistes? ¿Qué puedes decir? «No le des fe». «¿A quién? ¿Al Espíritu de Dios? ¿A Dios
que habla por medio de Abrahán? ¿Y a quién creo? ¿A ti?». «No es eso lo que
digo», responderás. «¿No dices eso? ¿No dices: 'Créeme a mi antes que al
Espíritu de Dios y a Dios que hablaba a Abrahán? ¿Qué es lo que me dices?».
«Aquél y aquél entregaron los libros». «Esas palabras ¿las tomas del evangelio,
del Apóstol o de los profetas? Repasa toda la Escritura, léeme eso en la
Escritura misma a la que creo, pues a ti no te creo. ¿En dónde lo lees?». «Esto
me lo dijo mi padre, mi abuelo, mi hermano, mi obispo». «Pero Dios dijo esto a
Abrahán: En tu descendencia serán
benditos todos los pueblos». Lo escucha un solo hombre y lo cree, y se hace
realidad en muchos mucho tiempo después. Cuando se anunció se creyó y ¿se duda
cuando se ve cumplido? Eso lo dijo Moisés. Díganlo también los profetas.
Observa el comercio que ha conducido a nuestro rescate. Cristo pende del
madero: considera qué precio ha pagado por el rescate y así verás lo que
compró. Ha de comprar algo; aún no sabes que. Considera, considera la cantidad
pagada y verás que compró. Derramó su sangre, hizo la compra con su sangre, con
la sangre del cordero inmaculado, con la sangre del Hijo único de Dios. Comentario al salmo 147,15‑]ó. vea:
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