Disfruten
de la Palabra Divina de los Domingos tomados
de la mano de los Padres de la Iglesia, de los Santos y Sabios de todos los
tiempos y del Catecismo de la Iglesia Católica (Nota Bene: Los números consignados entre paréntesis ( ) hacen referencia a los números del Catecismo).También puede saltar a: DOMINGO VI DE PASCUA A “El Espíritu vive
con nosotros y está en nosotros” INDICE A. Comentarios de Sabios y
Santos I. LA
PALABRA DE DIOS
* Hch 8,5-8.14-17: “Les imponían las manos y
recibían el Espíritu Santo” * Sal 65,1-7.16.20: “Aclama al Señor, tierra
entera” * 1P 3,15-18: “Murió en la carne, pero volvió a
la vida por el Espíritu” * Jn 14,15-21: “Yo le pediré al Padre que os dé
otro Defensor” A.
Comentarios de Sabios y Santos
B.
Suplementos
Vea “Iglesia del Hogar” II.
APUNTE BÍBLICO-LITÚRGICO
* Ahora es aceptado incluso por quienes no habían sido admitidos por
Israel. El Espíritu sólo se da, según San Lucas, a quienes están en comunión
con los Doce. * Todo el discurso de la última Cena respira en Juan un clima de intimidad
personal, propio de quien abre el corazón a sus amigos. En el versículo 15,
pone Juan el amor como condición para cumplir con los preceptos: “Si me amáis,
guardaréis mis mandamientos”; y en el versículo 21, exactamente al revés: “El
que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama”. Lo verdaderamente
cristiano es la anulación de fronteras entre lo personal y lo preceptivo “Ama y
haz lo que quieras”. * El amor no es condición para el decreto. La obediencia “guarda”,
“observa”, “cumple”: el amor cristiano se hace actitud, seguimiento. La
adhesión no suele hacer distinciones entre quien manda o lo que se manda. Ni es
tampoco obediencia ciega, porque es fruto de la madurez y de la convicción. III.
SITUACIÓN HUMANA
* Hay importantes sectores de la sociedad que creen que las leyes oprimen,
quitan libertad, que destruyen la creatividad humana. Se convierten así en algo
insoportable, de lo que hay que liberarse cuanto antes.Los que creen en la ley
como cauce de convivencia la cumplen sin agobios, sin conciencia gregaria, con
la seguridad del bien común que de ese cumplimiento se sigue. IV. LA
FE DE LA IGLESIA
* La
fe
_ Promesa del Espíritu Santo:“Por fin llega la Hora de Jesús: Jesús entrega
su espíritu en las manos del Padre en el momento en que por su Muerte es
vencedor de la muerte, de modo que, ``resucitado de los muertos por la Gloria
del Padre'' (Rm 6,4), enseguida da a sus discípulos el
Espíritu Santo dirigiendo sobre ellos su aliento. A partir de esta hora, la
misión de Cristo y del Espíritu se convierte en la misión de la Iglesia: ``Como
el Padre me envió, también yo os envío''” (730; cf. 729). _ La misión del Espíritu Santo en la Liturgia de la Iglesia: 1112. * La respuesta
_ El Espíritu Santo, el principio de la vida de la Iglesia:“El Espíritu
Santo es ``el principio de toda acción vital y verdaderamente saludable en
todas las partes del cuerpo''. Actúa de múltiples maneras en la edificación de
todo el Cuerpo en la caridad: por la Palabra de Dios, ``que tiene el poder de
construir el edificio'' (Hch 20,32), por el Bautismo
mediante el cual forma el Cuerpo de Cristo, por los sacramentos que hacen
crecer y curan a los miembros de Cristo; por ``la gracia concedida a los
apóstoles'' que ``entre estos dones destaca'', por las virtudes que hacen obrar
según el bien, y por las múltiples gracias especiales [llamadas “carismas'']
mediante las cuales los fieles quedan ``preparados y dispuestos a asumir
diversas tareas o ministerios que contribuyen a renovar y construir más y más
la Iglesia''” (798). * El testimonio cristiano
_ “En efecto, es a la misma Iglesia, a la que ha sido confiado el ``Don de
Dios'' ...Es en ella donde se ha depositado la comunión con Cristo, es decir el
Espíritu Santo, arras de la incorruptibilidad, confirmación de nuestra fe y
escala de nuestra ascensión hacia Dios ...Porque allí donde está la Iglesia,
allí está también el Espíritu de Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios,
está la Iglesia y toda gracia (San Ireneo, haer. 3, 24, 1)” (797). Cuando el seguimiento de Jesús, fruto de la fe en Él, fructifica, toda la
vida del cristiano “transparenta” a Jesús. Y como seguir a Jesucristo no conoce
límites ni fronteras, siempre nos exigirá más. vea:
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