Domingo 6 del Tiempo Ordinario C - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
Falta un dedo: Celebrarla
Pasaje bíblico: Lc 6, 17.20-26 Las Bienaventuranzas
Contexto
San Lucas presenta las bienaventuranzas no como una norma de comportamiento
sino más bien como promesas de una salvación que es aparente aquí y ahora.
Las exigencias, con todo, son igualmente fuertes como en las
bienaventuranzas de San Mateo. Lucas las coloca este pasaje inmediatamente
después de la elección de los apóstoles. Parece que indicar cuál es la vía
por la cual han de avanzar.
Texto
a) Jesús dirige sus promesas a los pobres (los que lloran, los que tienen
hambre). Se trata pues de un signo del reino.
b) El anuncio indica claramente que Dios domina el universo y en señal de
ellos cómo serán las características del reino que tendrán que anunciar.
Catequesis
Por propia culpa
Un rico hacendado había invitado a una familia pobre con numerosos hijos a
que vivan en su casa durante su ausencia. Les dio permiso de comer en su
mesa y de utilizar todas las comodidades que ofrecía su casa. Les puso una
única condición: que nunca abriesen la cajita que estaba en el centro de la
mesa del comedor. Si desobedeciesen tendrán que salir de la casa. Esto les
parecía muy fácil y con alegría comenzaron a vivir en la casa del hacendado.
Poco a poco se acostumbraban a vivir de esta manera. Y con ello creció su
curiosidad. Se preguntaban que habría en esta caja. Comenzaron a imaginarse
que contenía seguramente dinero, joyas o algo muy precioso. Un día no podían
resistir más. Abrieron la caja y… salió corriendo un pericote y se escapó.
El hacendado se enteró y, muy molesto, los expulsó porque no habían cumplido
con la condición que les había puesto.
¿Quién tenía la culpa de que la familia tuviera que salir de la casa?...
(ellos mismos). ¿La condición era difícil de cumplir?... (no, era muy
sencilla). ¿Ellos después tenían derecho a quejarse?...(no).
Los dones de Dios
A nosotros Dios nos ha dado algo mucho más precioso comenzando cuando nos
bautizaron. ¿Qué fue?... (la vida eterna). ¿La vida de la gracia nos da el
derecho de ir adónde cuando nos morimos?... (al cielo). La vida de la gracia
nos da el derecho de llamarnos hijos… (de Dios). La vida de la gracia nos da
el derecho de recibir de la Iglesia los… (sacramentos). La vida de la gracia
nos hace vivir seguros en el amor de Dios. ¿Podemos perder estos dones?...
(sí). ¿Cómo?... (por el pecado). Después de pegar y habiendo perdido todo
esto no tenemos nada que alegar. Dios nos regala todos estos dones y nos
pone una condición: no perder la vida de la gracia por el pecado mortal.
El error
Un viajero contó sus peripecias y aventuras y mencionó que un día había
estado buscando raíces para comer y hojas para hacer un té cuando encontró
un montoncito de piedras de muchos colores. Describió cómo brillaban en el
sol y cómo era un espectáculo maravilloso. Un amigo trajo un libro con
fotografías de todo tipo de piedras y le pidió que señalara las piedras que
había visto. El viajero se lo indicó en las láminas y eran todas piedras
preciosas. Los demás exclamaron: "Eres un tonto. Si te hubieras traído estas
piedras serías ahora un hombre riquísimo". El viajero no se inmutó: "Yo
tenía que llevar todo cargado a cuestas. Y lo que necesitaba era comida y no
piedras. Para sobrevivir no podía llevar las dos cosas". El hombre sabía,
pues, lo que era necesario y lo que no lo era.
Las promesas del Señor
¿Ustedes recuerdan de quiénes dice el Señor Jesús que son bienaventurados,
felices?... (los que lloran, los que tienen hambre, los que son
perseguidos). Se trata de una sola cosa: que Dios sea lo más importante.
Ahora bien, hay gente que no se fija en Jesús. ¿Podrían decirme de qué se
preocupa la gente que no lo toman en serio a Jesús? Recuerden al viajero.
¿Jesús es necesario para vivir?... (sí). Por supuesto, necesitamos de Jesús
para poder tener vida eterna. Así que la gente que se afana por riquezas y
no por Jesús ¿son ricos o pobres?... (ricos). Para que Jesús los declare
felices, ¿qué, o más bien, a quién tenemos que buscar ante todo?... (a Dios,
a Jesús). Porque es necesario para nuestra felicidad.
Cuándo buscamos más otras cosas, p. e., que nos admiren, que tengamos mucha
plata, que estemos cómodos, entonces hacemos todo lo contrario de lo que
hizo el viajero. Al cargar las piedras se hubiera muerto de hambre. Y uno no
puede alegar, cuando pierde la vida de la gracia, porque considera otras
cosas más importantes. Jesús nos pone condiciones fáciles para recibir y
vivir la vida de la gracia.
Durante esta semana buscaremos a Jesús. Queremos que nos diga: felices
ustedes. Queremos ser pobres porque regalamos nuestras cosas y convidamos.
Queremos tener hambre o sea tener el deseo de ser buenos. Queremos llorar o
sea nos ponemos tristes cuando hacemos algo malo. Para no complicarnos la
vida buscamos a Jesús en compartir, en querer ser buenos, en evitar el mal.
Y Jesús, con su fuerza, nos ayudará a realizar lo que nos proponemos. Por
eso, nuestra lema de esta semana será: "Todo lo que necesito realmente es
Jesús".
Elementos a reforzar
El sacerdote puede despedir a la comunidad con las palabras de las
bienaventuranzas. En las moniciones podemos subrayar que somos felices
porque el Señor nos habla, se sacrifica por nosotros, nos alimenta. Jesús
está cumpliendo sus promesas.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.