Dale Dios a conocer a santa Brígida la diferencia entre el bueno y el mal espíritu. |
REVELACIÓN 80 |
Te quiero enseñar, esposa mía, dice Jesucristo, cómo se ha de conocer mi espíritu, habiendo dos espíritus, uno bueno y otro malo. Mi espíritu es ardiente en amor de Dios; hace que no se desee otra cosa sino Dios, y deja mucha humildad y menosprecio del mundo. El espíritu malo es frío y cálido; frío porque hace frías y amargas todas las cosas del servicio de Dios; y cálido, porque inclina al hombre a los placeres carnales, a la soberbia del mundo y al deseo de ser alabado. Este espíritu se insinúa con dulzura en el ánimo, como si fuera un amigo, pero después muerde como perro rabioso; parece que viene a consolar, pero es un infame enredador. Y así, cuando viniere, puedes decirle: No quiero admitirte, porque tu objeto es malo.
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