Instruye Jesucristo a la Santa sobre la diferencia entre el placer espiritual y el corporal. |
REVELACIÓN 87 |
Entre aquel hombre y yo, dijo Jesucristo, hay una tela que nos divide, y así no gusta de mi dulzura, porque tiene su deleite en otra cosa. ¿Es posible, dijo la Santa, que haya deleite sin vos? Sí, respondió Jesucristo, porque hay dos clases de deleites: uno espiritual y otro carnal. El deleite carnal o de la naturaleza, es cuando por exigirlo la necesidad toma el hombre el sustento, y al hacerlo debe pensar así: Señor, que mandasteis que nos alimentásemos por sola la necesidad, seáis por siempre alabado, y dadme gracia para que no peque en ello. Y si el hombre fuere tentado con el deleite de bienes temporales, dígale a Dios: Señor, todas las cosas terrenas son tierra y transitorias: concededme que disponga de ellas de modo que pueda daros buena cuenta de todo.
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