• 1 proyecto amor conyugal, forta, Sponsus: CONOCE ESTOS para matrimonios católicos itinerarios Para vivir un matrimonio santo Guía Durante siglos se pensó que para ser santo había que consagrarse por entero a Dios en el sacerdocio o en la vida religiosa. En este tercer milenio se ha despejado toda sombra de duda de que el sacramento del matrimonio es una vocación igualmente querida por Él en la que los esposos están llamados a vivir en total consonancia con el plan de Dios. Y es ahí, en su familia, donde Él les pide que sean grandes santos. LA REVISTA DE SUSCRIPCIÓN GRATUITA MÁS LEÍDA POR LAS FAMILIAS CATÓLICAS DE ESPAÑA 10 claves para superar una crisis matrimonial Respuesta a preguntas sobre ética sexual historias de matrimonios que se han hecho mÁs fuertes en la adversidad matrimonio
Carta a los lectores
En esta “Guía Misión” te presentamos un compendio de los mejores artículos que a lo largo de nuestra historia hemos preparado para ayudarte a vivir tu matrimonio como un camino luminoso de santidad. Como bien sabes, durante siglos en la Iglesia se pensó que para ser santos los cristianos tenían que consagrarse en celibato a Dios, es decir, optar por la vida religiosa o sacerdotal. Ese era el camino que ofrecía la mejor “garantía” para vivir en plena consonancia con la voluntad de Dios. Ha sido en este milenio, concretamente en 2001, cuando san Juan Pablo II beatificó a la vez al matrimonio italiano de Luigi Beltrame Quattrocchi y Maria Corsini, y en 2015, cuando el papa Francisco proclamó santos a los esposos Celia y Luis Martin, padres de santa Teresita de Lisieux, en el aniversario de su boda. Así se ha despejado cualquier duda de que el sacramento del matrimonio confiere a los esposos toda la gracia, toda la fuerza y toda la capacidad unitiva para que juntos puedan llegar a reflejar Su rostro. Y que, unidos en Dios hasta la médula, hagan presente su imagen hasta en el lugar más escondido e íntimo de su propio hogar.
El matrimonio
confiere a los
serlo) “Esposos... ¡y santos!” (pp. 4-11). Muestra el modo particular en que los cónyuges han de practicar la perfección de la caridad cristiana y llevar una vida contemplativa en su trabajo y en la educación de sus hijos. Luego encontrarás una serie de temas dedicados a “La liturgia del cuerpo” (pp. 12-23) para conocer el lugar de la entrega corporal en la espiritualidad conyugal, y cómo la unión de los esposos se hace fecunda en la acogida de los hijos que van llegando y en el testimonio de su vida donde quiera que vayan. La sección “Contra viento y marea” (pp. 24-31) te dará chispas de luz para nunca perder la perspectiva de este sacramento bello y grande, también en las crisis y en las cruces. “Renovar a diario el amor” (pp. 3239) ofrece varias iniciativas que actualmente ayudan a los matrimonios a recorrer su senda de santidad propia: Proyecto Amor Conyugal, FORTA y Sponsus. Existen otros, claro está, pero estas son las tres que hemos destacado.
esposos toda la gracia, toda la fuerza y toda la capacidad unitiva para que juntos puedan
Eso no quiere decir que a lo largo de la historia no hubieran existido ya matrimonios santos, ¡y hasta familias enteras que han llegado a los altares! Para no ir muy lejos, en España tenemos a los esposos san Isidro (1079-1172) y santa María de la Cabeza (c. 1100-1175), que dieron muestra de una singular piedad y una elevación sublime en las cosas de Dios en medio de sus ocupaciones diarias y de sus obligaciones como esposos y padres. Y muchos otros a los cuales hoy podemos pedir su patrocinio en la vida esponsal, como san Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen, y san Zacarías y santa Isabel, padres de san Juan Bautista. O santa Emmelia de Cesarea y san Basilio el Viejo (s. iv), de cuyos diez hijos cinco fueron santos, y san Esteban Rey de Hungría y la beata Gisela (s. xi), padres de san Emerico (1007-1031), por citar sólo algunos. Pero ha sido sólo en el actual milenio cuando se ha afirmado este “modelo” de santidad, no a pesar de estar casados, sino precisamente por ello. Así lo irás constatando en estas páginas que hemos dividido en seis bloques. El primero aborda esta sobrecogedora maravilla de quienes son (o quieren llegar a
llegar a reflejar
el rostro de Dios
No podían faltar las historias con nombre propio de quienes, ante situaciones “límite” como la muerte del cónyuge, una enfermedad terminal o una crisis aparentemente sin remedio se mantienen “Abrazados a la Cruz” (pp. 40-49). Por último, cerramos “Con broche de oro” (pp. 50-55): hacemos una selección de títulos para quienes quieren profundizar en este tema de la espiritualidad conyugal, te damos 7 claves para llevar a tu vida los conocimientos de esta guía, y te presentamos una colaboración emblemática sobre el matrimonio de cada uno de nuestros queridos columnistas habituales: Isis Barajas, Enrique García-Máiquez y Juan Manuel de Prada. Si te gusta esta guía, envíanos tus comentarios y compártela. A partir de aquí cuenta con que en la revista Misión rezaremos a diario por ti, para que, a imitación de los matrimonios santos que nos han precedido, puedas ir plasmando en la intimidad de tu hogar este ambiente favorable para que todos los tuyos, comenzando por tu cónyuge, respondan a la llamada a la santidad.
Isabel Molina Estrada
Directora revista Misión /
Edita: Fundación Logos, vinculada al Regnum Christi y a la Universidad Francisco de Vitoria (www.ufv.es) • Directora: Isabel Molina Estrada, directora@revistamision. com Consejo editorial: José Ángel Agejas; Ángel Barahona; Macarena Botella; Amalia Casado; Javier Cereceda, LC; Manuel Diego, LC; Isabel Molina Estrada; Albert
Ramírez; Álex Rosal y Daniel Sada • Guía elaborada por: Isabel Molina Estrada, Javier Lozano y Marta Peñalver Ilustraciones de la guía: Emilia Armijo, Rikki Vélez y Tina
Walls Fotografía: Abraham Domínguez, Dani García, Daniel Ibáñez e Isabel Permuy • Incluye colaboraciones de: Isis Brajas, Clara de Cendra Núñez-Iglesias, Ángeles
Conde Mir, Beatriz López-Roberts, Javier Lozano, José Antonio Méndez, Isabel Molina Estrada, Marta Peñalver y Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo • Corrección ortoti
pográfica y de estilo: Francisco Rodríguez Criado • Administración y donativos: María José Arranz,• Publicidad y distribución: Viviana
Mourgeon,• Responsable de marketing y fundraising: Javier Ugarte • Gestión de base de datos: José María Peña Suscripciones
revista • Misión: Daniel Santos,, Tel.: 900 31 34 34 • Webmaster: Christine Davies/Oficina de Comuni cación del Regnum Christi en España • Dirección postal: Calle Praderas 1, 28221 Majadahonda, Madrid. Tel.: 91 110 13 32 • Envíanos tus comentarios a:
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32 24 12 4 SumarioGuía Para vivir un matrimonio santo 50 Nuestra selección: libros de espiritualidad conyugal. 52 Gananciales, por Enrique García Máiquez. 53 Volver a casa, por Isis Barajas. 54 La donación conyugal, por Juan Manuel de Prada. 55 Quédate con esto. 12 La espiritualidad conyugal: La vida sexual de los esposos es el centro de su vida espiritual. 15 “En el lecho conyugal ‘todo’ vale”. 18 Los métodos naturales no son el “anticonceptivo católico”. 20 ¿Por qué tener hijos? Ser padre es cuidar a un hijo para que con nuestro amor pueda ver el amor de Dios. 22 La fecundidad de lo cotidiano. Cambiar el mundo desde el matrimonio 24 Cómo desarrollar la capacidad de asombro en el matrimonio: Un amor que se renueva cada día. 26 El arte de descansar en el matrimonio. 28 El amor al cónyuge y la familia política: “Ante la duda, es siempre prioritario tu marido o tu mujer”. La liturgia del cuerpo 50 40 40 Enrico Petrillo: “Chiara nos enseñó a ser felices ya en este mundo”. 44 José María Zavala y Paloma Fernández: Una apuesta total. 46 La vida con tu cónyuge enfermo: “El Señor está en mi mujer enferma”. 48 José Luis y Magüi: “Que nadie dé por perdido su matrimonio, porque la Virgen no lo haría”. 4 Matrimonios que inspiran. 6 Esposos y santos: Una vida ordinaria vivida de manera extraordinaria. 8 La Santa Misa y la vida conyugal: La “revolución radical” de los matrimonios eucarísticos. 10 La oración conyugal: “Es Dios quien va llenando nuestro matrimonio”. Esposos… ¡y santos! 32 Una ITV matrimonial “para volver a mirarnos a los ojos”. 34 Proyecto amor Conyugal: Un itinerario espiritual para matrimonios católicos. 36 Talleres matrimoniales FORTA: “Soy la mano de Dios que te acaricia en Su nombre”. 38 “Sponsus nos ha permitido vivir el matrimonio que el Señor había pensado para nosotros”. Renovar a diario el amor Contra viento y marea Abraza
Esposos… ¡y santos!
Por Isis Barajas e Isabel Molina Estrada
SANTIDAD PARA DOS
Matrimonios
que
inspiran
Estos matrimonios tienen mucho en común. Los tres vivieron el resplandor de la caridad conyugal en la cotidianeidad de su hogar. Sus historias son un ejemplo de que es posible ser santo no a pesar del matrimonio, ¡sino gracias a él!
Nos inspira…
1. Su prioridad siempre estuvo puesta el uno en el otro. “Soy muy feliz con él, me
hace la vida muy dulce”, decía Celia. 2.
Nunca trabajan ni compran en domingo,
a pesar de ser el día de mercado. 3. Son
austeros consigo mismos, pero generosos
con los demás: “Da, da siempre y haz feliz
a la gente”. 4. Reciben a cada hijo como un
don, sea cual sea la situación financiera o
de salud que atraviesen. 5. Celia dice estar
muchas veces “enferma de cansancio”, aun así, se dedica a acudir a la llamada
de unos y otros sin descanso. Ella cuida
maternalmente de las criadas que tuvo en
casa cuando estaban enfermas, y de sus
trabajadoras, rehaciendo ella el trabajo cuando estas no lo hacían bien para no despedirlas y negándose a vender la empresa, cuando estaba muy enferma, porque el comprador no iba a tratarlas bien. 6. Ante la enfermedad de Celia se
abandonan y confía en que Dios seguirá
cuidando de su familia.
LUIS MARTIN Y CELIA GUÉRIN
Empresarios y padres de nueve hijos
Celia y Luis Martin fueron un matri
monio profundamente moderno.
Ella dirigía una empresa de punto de
Alençon con mujeres trabajando a su cargo, mientras él regentaba una
relojería. Ambos conciliaban sus trabajos con la educación esmerada de
sus hijos (nueve en total, de los cuales
sobrevivieron cinco hijas; los demás murieron en tierna edad). El uno era la prioridad del otro, siempre habla
ban las bondades del cónyuge públi
camente y, aunque se peleaban, nunca
LUIGI BELTRAME QUATTROCCHI Y MARÍA CORSINI
Nos inspira…
1. La permanente novedad de su relación: vivieron medio siglo juntos
sin tener momentos de aburrimiento o
cansancio. Su conversación era siempre
“nueva” y fluida. 2. Dedicaron su vida
a hacerse felices el uno al otro: “¿Qué otra cosa puedo darte, amor, más que
toda mi alma, toda mí misma? He aquí lo que te ofrezco y que tú haces el bien
de acoger”, escribió María. 3. Su entrega
a los hijos: “Desde el nacimiento del primero [...] sentimos que teníamos una tremenda responsabilidad sobre aquellas almas ante el mismo Dios, que nos las había confiado”. 4.
Comenzaban el día con la Misa: María admiraba la “pasión por la liturgia” de
Luigi que llevaba siempre consigo su
misal, aunque conocía el “ordinario” de
memoria. 5. Su capacidad para crear un
clima hospitalario para recibir a todos
en casa, ya fueran fugitivos de la guerra
o bebés huérfanos.
Una casa siempre abierta
El camino de la santidad de María pasa por el de Luigi, y el de Luigi, por el de María. Este matrimonio italiano de la Roma de mediados del siglo xx vivió “una vida ordinaria de modo extraordinario”, en palabras de san Juan Pablo ii el día de su beatificación (2001), la primera en la historia de la Iglesia de un matrimonio de forma conjunta. Padres de cuatro hijos (tres de ellos serían religiosos), los Beltrame Quattrocchi se caracterizaron por dar una dimensión espiritual y social a su vida familiar, basada en en un profundo amor conyugal. En palabras de María, que fue una prolífica escritora sobre temas de mujer, educación y familia, vivió su vida “en el pensamiento perenne, inspirado por Dios mismo, de hacer feliz a la persona amada, en cuanto de mí dependa”. Una relación matrimonial rica y fecunda sin “un instante de aburrimiento, de saciedad, de cansancio”, cuyo secreto era una rutina diaria sostenida por Dios. Rezaban todas las noches el Rosario y siempre comenzaban el día acudiendo juntos a misa. “Al salir de la iglesia me decía [Luigi] ‘buenos días’, como si sólo entonces la jornada hubiese recibido su razonable comienzo”, escribe ella. “Nos reencontrábamos a la hora de cenar. ¡Con cuánta alegría esperaba y oía cómo metía su llave en la cerradura de la puerta, todos los días, bendiciendo siempre con toda el alma al Señor!”. Educaron a sus hijos para
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