EL AMOR DE DIOS ES INFINITO: Familia en Misión
Testimonio de César
Mi nombre es César Rojas casado con Patricia Flores, antes de comentarles mi testimonio, quiero darle gracias a Dios por la historia de salvación que esta haciendo conmigo.
Un día me invitaron a escuchar unas charlas en la parroquia, y no acepté, porque tenía ideas contrarias a la Iglesia, es que estaba con toda la teoría de Marx, Lenin, Lucha de clases, etc.
Pero Dios ya había hecho una elección conmigo, y al año siguiente nuevamente me invitaron a escuchar las charlas al que acepté no de muy buena gana, solamente escuché las últimas catequesis, y es así como ingresé a la comunidad junto con mi esposa cuando me encontraba cursando los últimos ciclos de Ing. Mecánica, que en ese entonces ya estábamos de novios, y a los dos meses de haber iniciado el camino, nos casamos, lógicamente con una visión diferente a la que te da el cristianismo, porque nos casamos en medio de la mentira, ocultando siempre mi pecado para cuidar la buena imagen, y que no hablen mal de mi. Pero al pasar los años todo se fue descubriendo y esto hacia tambalear el matrimonio, y además no podíamos tener hijos.
La vida dentro del matrimonio no fue como pensaba, porque todos los días experimentaba mi incapacidad de amar a mis esposa, no podía donarme a ella, no aceptaba su forma de ser, y por mi egoísmo y por mi machismo ahondaba más la crisis, porque creía que el problema era mi esposa y que ella tenia que cambiar, y lo que cruzaba por mi mente constantemente era que mi matrimonio no daba para más, y que la separación sería la solución.
Pero Dios es el que lleva la historia, y he sentido que nunca me ha dejado solo, a pesar de mis múltiples pecados que fueron causa de los problemas. Y todo esto Dios lo permitió para que toque fondo, que por mi esfuerzo no podía solucionar los problemas, necesitaba clamarle a Dios, me escuchó y sentí que poco a poco mi matrimonio se iba reconstruyendo experimentando la comunión.
Recuerdo que me hablaron de la posibilidad de tener hijos a través de la adopción , porque no podíamos tener hijos de nuestra sangre, pero ante esta alternativa dentro de mi había un conflicto, porque no concebía la idea de criar hijos de otros, era por mi machismo que me cerraba a la vida, pero aún así, Dios estaba ayudándome porque a los pocos días se presentó esta oportunidad, me avisaron que había una niña de tres meses que la querían dar en adopción y fuimos a ver con mi esposa, pero dentro de mí seguía rechazando la posibilidad de adoptar.
Y Dios ha permitido esto porque en cuanto vi a la niña fue un cambio tremendo que sentí, porque yo mismo no me explicaba lo que estaba pasando, sentía unas ganas de tenerla ya, pero que no se lo decía a mi esposa, por no quedar mal, porque ella si deseaba adoptar y estaba tan ilusionada y el problema era yo. Y a los pocos días nos lo entregaron , y así la tuvimos a nuestra primera hija que se llama Patricia Katherine, luego posteriormente el Señor nos siguió bendiciendo con más hijos ellos son: César Jesús y Josué Israel.
Y he podido experimentar que los quiero como si fuesen de mi propia sangre, tal es así que en nuestras oraciones le pedimos al Señor que si es su voluntad nos conceda otro hijo más o los que él quiera, porque hemos experimentado que los hijos son una bendición de Dios.
Yo veo con todo esto, que Dios siempre ha estado actuando en mi vida y que esta reconstruyendo mi matrimonio lo que otros pensaban que terminaríamos separándonos, al contrario nos ha unido más y hemos podido experimentar más gracias de parte del Señor, viendo tantas maravillas que Dios ha hecho en nuestro matrimonio, nos pusimos a disposición de la Iglesia para salir como familia cristiana a cualquier lugar que sea necesario, al poco tiempo fuimos enviados a la selva peruana (Yurimaguas- Loreto) como Familia en Misión, con la bendición del Papa en la ciudad de Roma con motivo del día Mundial de la Familia el año 2000. esto fue un regalo de Dios, porque coincidió con nuestro aniversario de matrimonio, cumplíamos 16 años de casados.
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Estos últimos años ya como Familia en Misión, el Señor ha permitido que pueda disfrutar de mi familia, estando mas tiempo con ellos, porque el trabajo lo permite y puedo estar con ellos al medio día almorzando todos juntos y luego retornar nuevamente al trabajo cosa que antes era imposible.
Toda esta experiencia que he vivido me permite anunciar en la Misión a otros matrimonios que Dios existe y tiene poder, para reconstruir lo que nosotros no podemos y Dios lo hace todo nuevo y gratuitamente.
TESTIMONIO DE PATRICIA
Me llamo Patricia, estoy casada con César. Tenemos tres hijos.
¡Cuanto amor ha tenido Jesucristo conmigo, porque ha reconstruido mi matrimonio! Cuando me casé tenía pensado hacer muchas cosas en mi vida: Tener varios hijos, seguir trabajando ejerciendo mi carrera e inclusive irnos a vivir al extranjero. Luego veía, que la realidad de mi matrimonio era todo lo contrario a lo que me habla proyectado.
Todo era totalmente distinto. En primer lugar no teníamos hijos, porque me enteré que era estéril y sumado a esta situación teníamos muchas discusiones y conflictos con mi esposo, porque no podía perdonarle. La Vida en mi matrimonio se volvía insoportable. Llegué a creer que todo era imposible de seguir adelante.
Pero gracias a Dios, mi esposo y yo pertenecíamos a una comunidad del camino neocatecumenal donde poco a poco el conocer la palabra de Dios me permitió descubrir lo que significa perdonar. Ante todo escuché La BUENA NOTICIA de su salvación. Además las oraciones de mis hermanos de la comunidad me ayudaron mucho en todo esto. El Señor nos concedió la comunión, reconciliándome con mi esposo perdonando de corazón. Y posteriormente Dios nos dio tres hijos mediante la adopción; a los tres los adoptamos bebecitos y en diversos tiempos. Nuestra hija mayor se llama Patricia Katherine, el segundo César Jesús y el menor Josué Israel. En la actualidad tienen 14, 11 y 9 años respectivamente.
Su advenimiento llenó de una inmensa alegría mi hogar. Mí esposo y yo los queremos mucho. Tan es así que desde que tuvimos nuestra primera hija no me ¡importó renunciar a mi trabajo para quedarme en casa cuidando de ella.
También pude comprobar que el amor de Dios desborda y supera porque en sus planes estaba también elegirnos como familia en misión. Sentimos la vocación de ponernos a disposición del Señor e ir como familia cristiana adonde la Iglesia nos necesite. Fuimos a Roma y Santo Padre Juan Pablo II nos envió a Yurimaguas (Amazonía del Perú). Así que partimos con nuestros hijos pequeños.
Nuestra misión en Yurimaguas empezó al poco tiempo de haber llegado porque encontramos allá matrimonios y familias destruidas con problemas muy similares a lo que habíamos vivido nosotros. Lo único que podíamos hacer era anunciar nuestra experiencia de lo que Dios ha hecho con nosotros, y que si Jesucristo no está en el centro del matrimonio la convivencia es un infierno.
Todos estos acontecimientos son un sello, un memorial, que está grabado en mi corazón, porque he experimentado que Dios me ama gratis en medio de los pecados y defectos que tengo. Gracias a él y a la intercesión de la Virgen Maria mi esposo y yo tenemos 19 años de casados.
Si tú lees este testimonio, te recuerdo que, si Dios ha hecho tantas maravillas en mi vida demostrándome su amor y su misericordia, ¿cómo no lo puede hacer contigo? No olvides que para el Señor no hay nada imposible porque él ha vencido la muerte. Ha resucitado y está vivo.