La Apuesta de Blaise Pascal
"Se debe creer en Dios
si hay una mínima posibilidad
diferente de cero, de que
exista;
porque el hipotético infinito de la vida celestial
minimiza cualquier
sacrificio de una vida finita".
Blaise Pascal (1623-1662) fue un matemático francés famoso mundialmente, y un
gran pensador cristiano. Sus contribuciones en el campo de la geometría en
particular son bien conocidas actualmente. Pascal desarrolló muchos argumentos
en favor de la existencia de Dios. Por lo que su propuesta vino a ser nombrada
la Apuesta de Pascal.
Pascal se pregunta qué debe hacer una persona que, no estando
convencida de la existencia de Dios, duda también de los argumentos de los ateos
y teme, por lo tanto, que su duda lo prive de la salvación. Apoyándose en la
teoría de juegos, el francés concluye que es mejor rodearse de un ambiente
religioso e intentar creer, porque la ganancia que podría alcanzarse es siempre
mayor que la posible pérdida.
Es necesario resaltar que la base sobre la cual se construye la moderna Teoría
de la Probabilidad es la tradición filosófica y que los juegos de azar han sido
el pilar fundamental en el nacimiento y posterior perfeccionamiento de la misma.
•Teoría de juegos
•La apuesta
•La cita original
•La contra-apuesta del filósofo ateo George H. Smith
Teoría de juegos
Una persona que ante posibilidades iguales de ganancia y pérdida, debe decidir
si apuesta 1 para ganar 3. En este caso lo lógico es apostar, pues las
expectativas de obtener una ganancia son superiores a la de no obtenerla. Si,
por el contrario, si debe apostar 1 para ganar 2, la decisión que tome es
indiferente.
Ejemplo real : Supongamos un juego de azar con la misma probabilidad de ganar
que de perder en el que el valor de la apuesta es 1 € y si gana recibe 3 €. Por
tanto debe decidir si apuesta 1 para ganar 3. En este caso lo lógico es apostar
, pues las expectativas de obtener ganancia son superiores a la de no obtenerla.
Podemos utilizar la teoría de juegos y calcular la esperanza matemática o valor
esperado de este juego que es el beneficio medio y se calcula sumando los
productos de la probabilidad de un suceso por el "premio" o pago que se recibe
en el caso de darse dicho suceso .
0 *(1/2) + 3 *( 1/2) = 1,5
Por lo tanto, la expectativa de jugar pagando un euro por apuesta es -1 + 1,5 =
0,5 frente a la expectativa de no jugar que es cero, entonces se debe jugar.
Por otra parte, si el juego diera una ganancia de 2 €, en lugar de 3 €, ,
entonces su esperanza sería: 0*(1/2) + 2*(1/2) = 1. Entonces, consecuentemente
con la teoría de juegos, podría pagar el euro para jugar o para rechazar jugar,
porque de cualquier manera su expectativa total sería 0.
La apuesta
La apuesta o Infinito-nada son unas reflexiones pioneras en la teoría de juegos
que conciernen a algo metafísico: la existencia de Dios. Pascal intentó
convencerse de ella utilizando la probabilidad matemática.
El infini-rien, hallado en el bolsillo de Pascal cuando murió, consiste en dos
hojas de papel escritas en distintos momentos y con muchas tachaduras. Esta
manera de trabajar no era habitual en él. Sus pensamientos acostumbraban a salir
de manera pausada, ordenada, y eran plasmados con una caligrafía clara y sin
apenas borrones. El filósofo, un buen racionalista, habría intentado dar una
solución lógica al problema de la vida eterna pero probablemente fue el temor a
posibles represalias lo que hizo que no escribiera un texto definitivo, y por
tanto publicable, con sus reflexiones acerca de Dios y la vida tras la muerte.
El texto en borrador consiste en un diálogo entre un maestro de fe convencida
-Pascal- que anima a su joven discípulo a que aparque sus dudas y crea en Dios.
Empieza planteando el gran dilema: ¿existe Dios o no? Se atreve a admitir, hecho
nada usual en su época, que no puede responder. Sin embargo, no se detiene aquí
y asigna una probabilidad indeterminada a que sí y la probabilidad opuesta a que
no.
•Tú puedes creer en Dios, si existe irás al cielo.
•Tú puedes creer en Dios, si no existe no ganarás nada.
•Tú puedes no creer en Dios, si no existe tampoco ganarás nada.
•Tú puedes no creer en Dios, si existe tú serás castigado.
Además Pascal creía en la moral cristiana, así que creer en Dios (y por ende en
su religión) aportaba a la persona una moralidad positiva.
Dios existe (Dios) Dios no existe (¬Dios)
Creer en Dios (Creer) + 8 (CIELO) 0
No creer en Dios (¬Creer) - 8 (INFIERNO) 0
Apostar por Dios requiere practicar la fe aunque, como el maestro admite, sea un
sacrificio ir a la iglesia, dar limosna y comportarse según los preceptos
religiosos; pero defiende que la recompensa de la vida eterna compensa con
creces por todo ello. El discípulo no cede fácilmente y recuerda que no está
demostrado que haya un ser superior. Pero el maestro insiste: hay poco que
perder y mucho que ganar.
El argumento de esperanza, denominado así por los comentaristas de Pascal,
solicita que el promedio de nuestra felicidad sobre la probabilidad de que Dios
exista sea positivo; es decir, que el placer mundano más la recompensa incierta
de una vida eterna supere al sacrificio intrínseco de la religión.
Pascal concluye que se debe creer en Dios si hay una mínima posibilidad,
diferente de cero, de que exista; porque el hipotético infinito de la vida
celestial minimiza cualquier sacrificio en una vida finita. Con esta
argumentación, de la que procede el nombre infini-rien, Pascal convence
definitivamente al joven discípulo.
Hay varias consideraciones a tener en cuenta al analizar esta apuesta:
1. Para el ateo la posibilidad de que exista Dios es nula pero no puede probar
que Dios no existe. La fuerza del argumento de Pascal reside en que existe esa
posibilidad - no se puede probar lo contario - y entonces la probabilidad
es por lo menos el 50%.
2. La apuesta de Pascal no es el único argumento para probar la existencia de
Dios. existen las cinco vías de Santo Tomás., los argumentos de Descartes, San
Anselmo también da los propios. Pero si es único desde un prisma matemático a
diferencia de los otros, ontológicos e inclusos cosmológicos.
Actualmente, preguntarse si Dios existe o no y hasta qué punto conviene, por si
acaso, ser creyente sigue siendo habitual. Sin embargo, no lo es tanto realizar
un estudio sobre ello. Quizás porque los científicos difícilmente pueden aplicar
aquí su demoledor método basado en la experimentación y la observación para
llegar a conclusiones comprobadas “científicamente”. Pero hubo una época en la
que los pensadores se dedicaban tanto a la ciencia como al arte y al espíritu,
fue cuando Pascal hizo su apuesta.
3. Su apuesta es una de las primeras aportaciones a la teoría de la decisión: de
una situación de incertidumbre es posible inferir, utilizando una aritmética
correcta, un conjunto de decisiones completamente desvinculadas del azar.
Numerosos científicos del siglo XVII rivalizaban en concursos para el diseño de
una lotería del estado más justa y apostaban a ver quién era el primero que
conseguía reventar la banca de un casino. De manera más o menos ociosa, pero
siempre lucrativa, iniciaron la teoría de la probabilidad (la teoría de juegos
). La contribución de Pascal se distingue del resto porque se atrevió a
equiparar las cuestiones del bingo y las de Dios e intentó resolverlas con el
mismo formalismo matemático.
4. Recordemos también que Pascal ideó una de las primeras calculadoras, la pascalina, del tamaño de una caja de zapatos, hecha en madera y llena de
engranajes. Podemos imaginarle evaluando constantemente su patrimonio de
felicidad, sacrificándose el mínimo necesario para asegurarse la posible
recompensa y contando el máximo aceptable de placer alocado. ¿Por qué no
recurrir a nuestros avanzados ordenadores y calculadoras? Optimicemos nuestros
pecados y recemos lo suficiente para compensar. ¡La vida es un juego de
estrategia! (Josep Perelló)
La Cita original
Toda la argumentación de esta apuesta se encuentra contenida en el capítulo 42
de sus Pensées, denominado "Infinit-rien"(Infinito-nada)
Vous avez deux choses à perdre : le vrai et le bien, et deux choses à engager :
votre raison et votre volonté, votre connaissance et votre béatitude; et votre
nature a deux choses à fuir : l'erreur et la misère. Votre raison n'est pas plus
blessée, en choisissant l'un que l'autre, puisqu'il faut nécessairement choisir.
Voilà un point vidé. Mais votre béatitude ? Pesons le gain et la perte, en
prenant croix que Dieu est. Estimons ces deux cas : si vous gagnez, vous gagnez
tout; si vous perdez, vous ne perdez rien. Gagez donc qu'il est, sans hésiter.
», Pensées —Blaise Pascal (1670)
que traducido quiere decir,
Usted tiene dos cosas que perder: la verdad y el bien, y dos cosas que
comprometer: su razón y su voluntad, su conocimiento y su bienaventuranza; y su
naturaleza posee dos cosas de las que debe huir: el error y la calamidad
(miseria). Su razón no está más dañada, eligiendo la una o la otra, puesto que
es necesario elegir. He aquí un punto vacío. ¿Pero su bienaventuranza? Vamos a
pesar la ganancia y la pérdida, eligiendo cruz (de cara o cruz) para el hecho de
que Dios existe. Estimemos estos dos casos: si usted gana, usted gana todo; si
usted pierde, usted no pierde nada. Apueste usted que Él existe, sin titubear.
Pensamientos. —Blaise Pascal (1670)
Para redundar en la explicación:
Cuando llegamos a la existencia de Dios, hay dos posibilidades: o Dios existe o
no existe. En los términos de nuestra respuesta, también hay dos posibilidades:
o creemos en Dios, o no lo hacemos.
Si Dios no existe, y apostamos (por creer) que sí existe, no perdemos nada,
puesto que, presumiblemente, no hay vida después de esta o recompensa eterna o
castigo por creer o no creer.
Si Dios existe, como quiera que sea, y nos ofrece gratuitamente el regalo de
vida eterna, y nosotros apostamos (por incredulidad) a que no existe, entonces
estamos arriesgando el perderlo todo y vivir una eternidad separados de Dios.
Si Dios existe, y apostamos a que así es, potencialmente estamos ganando la vida
eterna y la felicidad.
Por lo que dijo Pascal, una persona razonable quien aún considerando la
posibilidad de que Dios existe en un 50 por ciento, debería apostar a que así
es, puesto que esa persona se posicionaría a no perder nada y ganarlo todo,
mientras que la persona que apuesta a que Dios no existe se posiciona a no ganar
nada (si Dios no existe), o a perderlo todo (si Dios sí existe).
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La contra-apuesta del filósofo ateo George H. Smith
Para los ateos, la existencia de Dios sólo puede ser demostrada por la razón, y
la razón les dice que tal ser no existe y que, como consecuencia, una persona
racional debe rechazar creer en este ser. Ahora surge la pregunta "Pero somos
seres humanos falibles. ¿Qué tal si nuestra razón se equivoca en esto? ¿Qué
sucederá si existe un Dios que nos castigue por no creer, y cuya existencia no
pueda ser demostrada por la razón?" Aquí es donde entra el filósofo George H.
Smith (autor de "Ateísmo: el Caso Contra Dios" (197?)), ingenió una
contra-apuesta que va como sigue: Apostemos por la razón, dice Smith. Ésta
debería llevarte al ateísmo. Hay sólo cuatro posibilidades:
1. No hay Dios. El ateo está en lo correcto, y en consecuencia vive una vida
feliz y plena, libre de dogmas irreflexivos y de tiranías emocionales.
2. La segunda posibilidad es el Dios del deísmo, de quien se dice que creó el
universo y luego lo dejó librado a sí mismo. No hay nada que temer de tal Dios;
él o ella es impersonal y no nos castiga ni nos recompensa.
3. La tercera posibilidad es un Dios que se interesa por la humanidad. Es un
Dios justo y bueno. Tal Dios, en su infinita bondad nunca castigaría a nadie por
errores honestos de razonamiento. Aquí tampoco tenemos razón alguna para temer a
un Dios así.
4. La cuarta y última posibilidad es que haya un Dios injusto. Sin interés por la
justicia, nos quemará sin importar si nuestros errores son honestos o no. Un
creyente no estará en mejor situación que un ateo con este Dios.
Según la apuesta de Smith debemos en todos los casos apostar a la razón y
aceptar la consecuencias lógicas, que en este caso es ateísmo. Si no hay ningún
dios, usted esta en lo correcto; si hay un dios indiferente, usted no sufrirá;
si hay un dios justo, usted no tiene nada que temer del uso honrado de su razón;
y si hay un dios injusto, usted tiene mucho de que temer, pero también el
cristiano"(*)
http://www.estadisticaparatodos.es/taller/apuesta/apuesta.html
http://www.thecatholictreasurechest.com/spasc.htm
(*) La falla del razonamiento de Smith consiste en que no acepta el
razonamiento de la apuesta: ¿existe o no existe la posibilidad de que exista
encierra la posibilidad de vida eterna? ¿Acaso es más razonable la
alternativa de rechazar la nada y escoger la otra alternativa? Por eso
decimos que no se trata solamente de "errores honestos de razonamiento", se
trata de un error voluntario de escoger algo que es contra esa misma razón: el
escoger la nada.
Dos aspectos más que observar: Destino de los profetas ateos y la relación entre ciencia y fe:
Vean lo que pasa con las profecías de los ateos:
"Nietzsche se pasó media vida predicando la muerte de Dios, hasta que se volvió
loco. Comte soñó con predicar el positivismo ateo en Notre Dame, y profetizó que
la estatua de la Humanidad tendría un día por pedestal el altar de Dios. También
murió sin ver su sueño cumplido. Voltaire estaba convencido de que podría acabar
con la Iglesia católica: si doce hombres hicieron falta para extenderla por el
mundo, uno solo bastaría para echarla abajo. Desde Nerón, la lista de
adversarios mortales del Dios cristiano es larga, y el fin de todos ellos es
común: el cementerio. Mientras tanto, la Iglesia acumula veinte siglos de vida,
y desafía todas las leyes que rigen la supervivencia histórica de las
instituciones". (José Ramón Ayllón A&O 417)
¿Por qué afirmamos que no hay contradicción entre la fe y la
ciencia?
Aunque la fe supera a la razón, no puede nunca haber contradicción entre la fe y
la ciencia, ya que ambas tienen su origen en Dios. Es Dios mismo quien da al
hombre tanto la luz de la razón como la fe. «Cree para comprender y comprende
para creer» (San Agustín) (Compendio del Catecismo de la Iglesia católica
resumiendo el n. 159)
Cuentan
una peregrina historia de los años antes de la 2ª guerra mundial. Durante un
banquete oficial Einstein estaba sentado al lado del Cardenal de Munich. Un poco
maliciosamente le preguntó: "Eminencia, ¿qué haría Ud. si los matemáticos
podríamos probar por medio de cálculos exactos que Dios no existe?"
Contestó el Cardenal: "Esperaríamos tranquilamente hasta que encontrasen el
error de cálculo".
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El ateo más influyente del momento dice que Dios existe