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La versión Biblia de Jerusalén 

Al final de cada capítulo encontrará el mismo pasaje
en la versión de la Biblia de Jerusalén

 

Capítulo 1

1:1

ESTAS son las palabras que habló Moisés á todo Israel de esta parte del Jordán en el desierto, en el llano delante del mar Bermejo, entre Parán, y Thopel, y Labán, y Haseroth, y Dizahab.

1:2

Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea.

1:3

Y fué, que á los cuarenta años, en el mes undécimo, al primero del mes, Moisés habló á los hijos de Israel conforme á todas las cosas que el Altísimo le había mandado acerca de ellos;

1:4

Después que hirió á Sehón rey de los Amorrheos, que habitaba en Hesbón, y á Og rey de Basán, que habitaba en Astarot en Edrei:

1:5

esta parte del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:

1:6

el Altísimo nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Harto habéis estado en este monte;

1:7

Volveos, partíos é id al monte del Amorrheo, y á todas sus comarcas, en el llano, en el monte, y en los valles, y al mediodía, y á la costa de la mar, á la tierra del Cananeo, y el Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.

1:8

Mirad, yo he dado la tierra en vuestra presencia; entrad y poseed la tierra que el Altísimo juró á vuestros padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les daría á ellos y á su simiente después de ellos.

1:9

Y yo os hablé entonces, diciendo: Yo no puedo llevaros solo:

1:10

el Altísimo vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí sois hoy vosotros como las estrellas del cielo en multitud.

1:11

¡el Altísimo Dios de vuestros padres añada sobre vosotros como sois mil veces, y os bendiga, como os ha prometido!

1:12

¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas, y vuestros pleitos?

1:13

Dad me de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes.

1:14

Y me respondisteis, y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho.

1:15

Y tomé los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y púselos por jefes sobre vosotros, jefes de millares, y jefes de cientos, y jefes de cincuenta, y cabos de diez, y gobernadores á vuestras tribus.

1:16

Y entonces mandé á vuestros jueces, diciendo: Oid entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el que le es extranjero.

1:17

No tengáis respeto de personas en el juicio: así al pequeño como al grande oiréis: no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios: y la causa que os fuere difícil, la traeréis á mí, y yo la oiré.

1:18

Os mandé, pues, en aquel tiempo todo lo que habíais de hacer.

1:19

Y partidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del Amorrheo, como el Altísimo nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea.

1:20

Entonces os dije: Llegado habéis al monte del Amorrheo, el cual el Altísimo nuestro Dios nos da.

1:21

Mira, el Altísimo tu Dios ha dado delante de ti la tierra: sube y posée la, como el Altísimo el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.

1:22

Y llegasteis á mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros, que nos reconozcan la tierra y nos traigan de vuelta razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar.

1:23

Y el dicho me pareció bien: y tomé doce varones de vosotros, un varón por tribu:

1:24

Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta la arroyada de Escol, y reconocieron la tierra.

1:25

Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y diéronnos cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que el Altísimo nuestro Dios nos da.

1:26

Empero no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al dicho de el Altísimo vuestro Dios;

1:27

Y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque el Altísimo nos aborrecía, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en mano del Amorrheo para destruirnos.

1:28

¿A dónde subimos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y muradas hasta el cielo; y también vimos allí hijos de gigantes.

1:29

Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos.

1:30

el Altísimo vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme á todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos;

1:31

Y en el desierto has visto que el Altísimo tu Dios te ha traído, como trae el hombre á su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis venido á este lugar.

  cm providencia de Dios -

1:32

Y aun con esto no creisteis en el Altísimo vuestro Dios,

1:33

El cual iba delante de vosotros por el camino, para reconoceros el lugar donde habíais de asentar el campo, con fuego de noche para mostraros el camino por donde aduvieseis, y con nube de día.

1:34

Y oyó el Altísimo la voz de vuestras palabras, y enojóse, y juró diciendo:

1:35

No verá hombre alguno de estos de esta mala generación, la buena tierra que juré había de dar á vuestros padres,

1:36

Excepto Caleb hijo de Jephone: él la verá, y á él le daré la tierra que pisó, y á sus hijos; porque cumplió en pos de el Altísimo.

1:37

Y también contra mí se airó el Altísimo por vosotros, diciendo: Tampoco tú entrarás allá:

1:38

Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá: anímale; porque él la hará heredar á Israel.

1:39

Y vuestros chiquitos, de los cuales dijisteis serán por presa, y vuestros hijos que no saben hoy bueno ni malo, ellos entrarán allá, y á ellos la daré, y ellos la heredarán.

1:40

Y vosotros volveos, y partíos al desierto camino del mar Bermejo.

1:41

Entonces respondisteis y me dijisteis: Pecado hemos contra el Altísimo; nosotros subiremos y pelearemos, conforme á todo lo que el Altísimo nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno de sus armas de guerra, y os apercibisteis para subir al monte.

1:42

Y el Altísimo me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; porque no seáis heridos delante de vuestros enemigos.

1:43

Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al dicho de el Altísimo, y persistiendo con altivez, subisteis al monte.

1:44

Y salió el Amorrheo, que habitaba en aquel monte, á vuestro encuentro, y os persiguieron, como hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, persiguiéndoos hasta Horma.

1:45

Y volvisteis, y llorasteis delante de el Altísimo; pero el Altísimo no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído.

1:46

Y estuvisteis en Cades por muchos días, como en los días que habéis estado.

 

Deu 1:1 Estas son las palabras que dijo Moisés a todo Israel al otro lado del Jordán en el desierto, en la Arabá, frente a Suf, entre Parán y Tófel, Labán, Jaserot y Di Zahab. -
Deu 1:2 Once son las jornadas desde el Horeb, por el camino del monte Seír, hasta Cadés Barnea-.
Deu 1:3 El año cuarenta, el día uno del undécimo mes, habló Moisés a los israelitas exponiendo todo cuanto Yahveh la había mandado respecto a ellos.
Deu 1:4 Después de batir a Sijón, rey de los amorreos, que moraba en Jesbón, y a Og, rey de Basán, que moraba en Astarot y en Edreí,
Deu 1:5 al otro lado del Jordán, en el país de Moab, decidió Moisés promulgar esta Ley. Dijo:
Deu 1:6 Yahveh, nuestro Dios, nos habló así en el Horeb: «Ya habéis estado bastante tiempo en esta montaña.
Deu 1:7 ¡En marcha!, partid y entrad en la montaña de los amorreos, y donde todos sus vecinos de la Arabá, la Montaña, la Tierra Baja, el Négueb y la costa del mar; en la tierra de Canaán y el Líbano, hasta el río grande, el río Eufrates.
Deu 1:8 Mirad: Yo he puesto esa tierra ante vosotros; id a tomar posesión de la tierra que Yahveh juró dar a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, y a su descendencia después de ellos.»
Deu 1:9 Yo os hablé entonces y os dije: «No puedo cargar con todos vosotros yo solo.
Deu 1:10 Yahveh, vuestro Dios, os ha multiplicado y sois ahora tan numerosos como las estrellas del cielo.
Deu 1:11 Yahveh, el Dios de vuestros padres, os aumente mil veces más todavía y os bendiga como os ha prometido.
Deu 1:12 Pero ¿cómo voy a poder yo solo llevar vuestro peso, vuestra carga y vuestros litigios?
Deu 1:13 Escoged entre vosotros hombres sabios, perspicaces y experimentados, de cada una de vuestras tribus, y yo los pondré a vuestra cabeza.»
Deu 1:14 Me respondisteis: «Está bien lo que propones hacer.»
Deu 1:15 Yo tomé, entre los jefes de vuestras tribus, hombres sabios y experimentados, y los hice jefes vuestros: jefes de millar, de cien, de cincuenta y de diez, así como escribas para vuestras tribus.
Deu 1:16 Y di entonces esta orden a vuestros jueces: «Escucharéis lo que haya entre vuestros hermanos y administraréis justicia entre un hombre y su hermano o un forastero.
Deu 1:17 No haréis en juicio acepción de personas, escucharéis al pequeño lo mismo que al grande, no tendréis miedo al hombre, pues la sentencia es de Dios. El asunto que os resulte demasiado difícil, me lo remitiréis a mí, y yo lo oiré.»
Deu 1:18 Yo os prescribí entonces todo lo que tenías que hacer.
Deu 1:19 Partimos del Horeb y fuimos por ese enorme y temible desierto que habéis visto, camino de la montaña de los amorreos, como Yahveh nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cadés Barnea.
Deu 1:20 Yo os dije: «Ya habéis llegado a la montaña de los amorreos que Yahveh nuestro Dios nos da.
Deu 1:21 Mira: Yahveh tu Dios ha puesto ante ti este país. Sube a tomar posesión de él como te ha dicho Yahveh el Dios de tus padres; no tengas miedo ni te asustes».
Deu 1:22 Pero todos vosotros os acercasteis a decirme: «Enviemos delante de nosotros hombres para que exploren el país y nos den noticias sobre el camino por donde hemos de subir y sobre las ciudades en que podemos entrar.»
Deu 1:23 Me pareció bien la propuesta y tomé de entre vosotros doce hombres, uno por tribu.
Deu 1:24 Partieron y subieron a la montaña; llegaron hasta el valle de Eskol y lo exploraron.
Deu 1:25 Tomaron en su mano frutos del país, nos los trajeron, y nos informaron: «Buena tierra es la que Yahveh nuestro Dios nos da.»
Deu 1:26 Pero vosotros os negasteis a subir; os rebelasteis contra la orden de Yahveh vuestro Dios,
Deu 1:27 y os pusisteis a murmurar en vuestras tiendas: «Por el odio que nos tiene nos ha sacado Yahveh de Egipto, para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos.
Deu 1:28 ¿Adónde vamos a subir? Nuestros hermanos nos han descorazonado al decir: Es un pueblo más grande y corpulento que nosotros, las ciudades son grandes y sus murallas llegan hasta el cielo. Y hasta anaquitas hemos visto allí.»
Deu 1:29 Yo os dije: «No os asustéis, no tengáis miedo de ellos.
Deu 1:30 Yahveh vuestro Dios, que marcha a vuestro frente, combatirá por vosotros, como visteis que lo hizo en Egipto,
Deu 1:31 y en el desierto, donde has visto que Yahveh tu Dios te llevaba como un hombre lleva a su hijo, a todo lo largo del camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar.»
Deu 1:32 Pero ni aun así confiasteis en Yahveh vuestro Dios,
Deu 1:33 que era el que os precedía en el camino y os buscaba lugar donde acampar, con el fuego durante la noche para alumbrar el camino que debíais seguir, y con la nube durante el día.
Deu 1:34 Yahveh oyó encolerizado vuestras palabras y juró así:
Deu 1:35 «Ni un solo hombre de esta generación perversa verá la tierra buena que yo juré dar a vuestros padres,
Deu 1:36 excepto Caleb, hijo de Yefunné: él la verá, y yo le daré a él y a sus hijos la tierra que ha pisado, porque siguió cabalmente a Yahveh.»
Deu 1:37 Por culpa vuestra Yahveh se irritó también contra mí y me dijo: «Tampoco tú entrarás allí.
Deu 1:38 Será tu ayudante Josué, hijo de Nun, el que entrará. Fortalécele, ya que él dará a Israel posesión de la tierra.
Deu 1:39 Pero vuestros pequeños, de los que dijisteis que iban a servir de botín, vuestros hijos que no conocen todavía el bien y el mal, sí entrarán allá, a ellos se la daré yo, y ellos la poseerán.
Deu 1:40 Y vosotros ahora, volveos y partid hacia el desierto por el camino del mar de Suf.»
Deu 1:41 Vosotros me respondisteis: «Hemos pecado contra Yahveh nuestro Dios. Subiremos y combatiremos como Yahveh nuestro Dios nos ha mandado.» Ceñísteis cada uno vuestras armas y creísteis fácil subir a la montaña.
Deu 1:42 Pero Yahveh me dijo: «Diles: No subáis a combatir porque no estoy yo en medio de vosotros, y así seréis derrotados por vuestros enemigos.»
Deu 1:43 Yo os hablé, pero vosotros no me escuchasteis; fuisteis rebeldes a la orden de Yahveh y tuvisteis la osadía de subir a la montaña.
Deu 1:44 Los amorreos, habitantes de aquella montaña, salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hubieran hecho las abejas, y os derrotaron en Seír hasta Jormá.
Deu 1:45 A vuestro regreso llorasteis ante Yahveh, pero Yahveh no escuchó vuestra voz ni os prestó oídos.
Deu 1:46 Por eso tuvisteis que permanecer en Cadés todo ese largo tiempo que habéis estado allí.

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Capítulo 2

2:1

Y VOLVIMOS, y partímonos al desierto camino del mar Bermejo, como el Altísimo me había dicho; y rodeamos el monte de Seir por muchos días.

2:2

Y el Altísimo me habló, diciendo:

2:3

Harto habéis rodeado este monte; volveos al aquilón.

2:4

Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el término de vuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho:

2:5

No os metáis con ellos; que no os daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un pie; porque yo he dado por heredad á Esaú el monte de Seir.

2:6

Compraréis de ellos por dinero las viandas, y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis:

2:7

Pues el Altísimo tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos: él sabe que andas por este gran desierto: estos cuarenta años el Altísimo tu Dios fué contigo; y ninguna cosa te ha faltado.

2:8

Y pasamos de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino de la llanura de Elath y de Esiongeber. Y volvimos, y pasamos camino del desierto de Moab.

2:9

Y el Altísimo me dijo: No molestes á Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, que no te daré posesión de su tierra; porque yo he dado á Ar por heredad á los hijos de Lot.

2:10

(Los Emimeos habitaron en ella antes, pueblo grande, y numeroso, y alto como fhnumeroso, y alto como fh gigantes:

2:11

Por gigantes eran ellos también contados, como los Anaceos; y los Moabitas los llaman Emimeos.

2:12

Y en Seir habitaron antes los Horeos, á los cuales echaron los hijos de Esaú; y los destruyeron de delante de sí, y moraron en lugar de ellos; como hizo Israel en la tierra de su posesión que les dió el Altísimo.)

2:13

Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

2:14

Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered, fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campo, como el Altísimo les había jurado.

2:15

Y también la mano de el Altísimo fué sobre ellos para destruirlos de en medio del campo, hasta acabarlos.

2:16

Y aconteció que cuando se hubieron acabado de morir todos los hombres de guerra de entre el pueblo,

2:17

el Altísimo me habló, diciendo:

2:18

Tú pasarás hoy el término de Moab, á Ar,

2:19

Y te acercarás delante de los hijos de Ammón: no los molestes, ni te metas con ellos; porque no te tengo de dar posesión de la tierra de los hijos de Ammón; que á los hijos de Lot la he dado por heredad.

2:20

(Por tierra de gigantes fué también ella tenida: habitaron en ella gigantes en otro tiempo, á los cuales los Ammonitas llamaban Zomzommeos;

2:21

Pueblo grande, y numeroso, y alto, como los Anaceos; á los cuales el Altísimo destruyó de delante de los Ammonitas, quienes les sucedieron, y habitaron en su lugar:

2:22

Como hizo con los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, de delante de los cuales destruyó á los Horeos; y ellos les sucedieron, y habitaron en su lugar hasta hoy.

2:23

Y á los Heveos que habitaban en Haserin hasta Gaza, los Caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar.)

2:24

Levantaos, partid, y pasad el arroyo de Arnón: he aquí he dado en tu mano á Sehón rey de Hesbón, Amorrheo, y á su tierra: comienza á tomar posesión, y empéñate con él en guerra.

2:25

Hoy comenzaré á poner tu miedo y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán, y angustiarse han delante de ti.

2:26

Y envié mensajeros desde el desierto de Cademoth á Sehón rey de Hesbón, con palabras de paz, diciendo:

2:27

Pasaré por tu tierra por el camino: por el camino iré, sin apartarme á diestra ni á siniestra:

2:28

La comida me venderás por dinero y comeré: el agua también me darás por dinero, y beberé: solamente pasaré á pie;

2:29

Como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los Moabitas que habitaban en Ar; hasta que pase el Jordán á la tierra que nos da el Altísimo nuestro Dios.

2:30

Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque el Altísimo tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como hoy.

2:31

Y díjome el Altísimo: He aquí yo he comenzado á dar delante de ti á Sehón y á su tierra; comienza á tomar posesión, para que heredes su tierra.

2:32

Y saliónos Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jaas.

2:33

Mas el Altísimo nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y herimos á él y á sus hijos, y á todo su pueblo.

2:34

Y tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, y mujeres, y niños; no dejamos ninguno:

2:35

Solamente tomamos para nosotros las bestias, y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.

2:36

Desde Aroer, que está junto á la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el arroyo, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros: todas las entregó el Altísimo nuestro Dios en nuestro poder.

2:37

Solamente á la tierra de los hijos de Ammón no llegaste, ni á todo lo que está á la orilla del arroyo de Jaboc ni á las ciudades del monte, ni á lugar alguno que el Altísimo nuestro Dios había prohibido.

 

 

 Deu 2:1 Luego nos volvimos y partimos hacia el desierto, por el camino del mar de Suf, como Yahveh me había mandado. Durante muchos días anduvimos rodeando la montaña de Seír.
Deu 2:2 Yahveh me habló y me dijo:
Deu 2:3 «Ya habéis dado bastantes rodeos a esta montaña: dirigíos hacia el norte.
Deu 2:4 Y da al pueblo esta orden: Vais a pasar por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan en Seír. Ellos os temen; pero vosotros tened mucho cuidado;
Deu 2:5 no los ataquéis, porque yo no os daré nada de su país, ni siquiera la medida de la planta del pie, ya que el monte Seír se lo he dado en posesión a Esaú.
Deu 2:6 La comida que comáis se la compraréis por dinero, y por dinero les compraréis también el agua que bebáis.
Deu 2:7 Pues Yahveh tu Dios te ha bendecido en todas tu obras: ha protegido tu marcha por este gran desierto, y hace ya cuarenta años que Yahveh tu Dios está contigo sin que te haya faltado nada.»
Deu 2:8 Pasamos, pues, al lado de nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír, por el camino de la Arabá, de Elat y de Esyón Guéber; después cambiando de rumbo, tomamos el camino del desierto de Moab.
Deu 2:9 Yahveh me dijo: «No ataques a Moab, no le provoques al combate, pues yo no te daré nada de su país, ya que Ar se la he dado en posesión a los hijos de Lot.
Deu 2:10 (Antiguamente habitaban allí los emitas, pueblo grande, numeroso y corpulento como los anaquitas.
Deu 2:11 Tanto a ellos como a los anaquitas se los tenía por refaítas, pero los moabitas los llamaban emitas.
Deu 2:12 Igualmente en Seír habitaron antiguamente los joritas, pero los hijos de Esaú los desalojaron, los exterminaron y se establecieron en su lugar, como ha hecho Israel con la tierra de su posesión, la que Yahveh les dio.)
Deu 2:13 Y ahora, levantaos y pasad el torrente Zéred.» Y pasamos el torrente Zéred.
Deu 2:14 El tiempo que estuvimos caminando desde Cadés Barnea hasta que pasamos el torrente Zéred fue de 38 años; por lo que había desaparecido ya del campamento toda la generación de hombres de guerra, como Yahveh les había jurado.
Deu 2:15 La misma mano de Yahveh había caído sobre ellos para extirparlos de en medio del campamento hasta hacerlos desaparecer.
Deu 2:16 Cuando la muerte había hecho desaparecer a todos los hombres de guerra en medio del pueblo,
Deu 2:17 Yahveh me habló y me dijo:
Deu 2:18 «Vas a pasar hoy la frontera de Moab, por Ar,
Deu 2:19 y vas a encontrarte con los hijos de Ammón. No los ataques ni les provoques; pues yo no te daré nada del país de los hijos de Ammón, ya que se lo he entregado a los hijos de Lot en posesión.
Deu 2:20 (También éste era considerado país de refaítas; los refaítas habitaron aquí antiguamente; y los ammonitas los llamaban zanzumitas,
Deu 2:21 pueblo grande, numeroso y corpulento como los anaquitas; Yahveh los exterminó ante los ammonitas, que los desalojaron y se establecieron en su lugar;
Deu 2:22 así había hecho también en favor de los hijos de Esaú, que habitaban en Seír, exterminando delante de ellos a los joritas; aquéllos los desalojaron y se establecieron en su lugar hasta el día de hoy.
Deu 2:23 Y también a los avitas, que habitan en los campos hasta Gaza; los kaftoritas, venidos de Kaftor, los exterminaron y se establecieron en su lugar).
Deu 2:24 Levantaos, partid y pasad el torrente Arnón. Mira, yo pongo en tus manos a Sijón, el amorreo, rey de Jesbón, y todo su país. Comienza la conquista; provócale al combate.
Deu 2:25 Desde hoy comienzo a infundir terror y miedo de ti entre todos los pueblos que hay debajo del cielo: al tener noticia de tu llegada temblarán todos y se estremecerán.»
Deu 2:26 Del desierto de Quedemot envié mensajeros a Sijón, rey de Jesbón, con estas palabras de paz:
Deu 2:27 «Voy a pasar por tu país; seguiré el camino sin desviarme a derecha ni a izquierda.
Deu 2:28 La comida que coma véndemela por dinero, el agua que beba dámela por dinero; sólo deseo pasar a pie,
Deu 2:29 como me han dejado los hijos de Esaú que habitan en Seír y los moabitas que habitan en Ar, hasta cruzar el Jordán para ir hacia la tierra que nos da Yahveh nuestro Dios.»
Deu 2:30 Pero Sijón, rey de Jesbón, no quiso dejarnos pasar por allí porque Yahveh tu Dios le había empedernido el espíritu y endurecido el corazón, a fin de entregarle en tus manos, como lo está todavía hoy.
Deu 2:31 Yahveh me dijo: «Mira, he comenzado a entregarte a Sijón y su país; empieza la conquista, apodérate de su territorio.»
Deu 2:32 Sijón salió a nuestro encuentro con todo su pueblo, y nos presentó batalla en Yahás.
Deu 2:33 Yahveh nuestro Dios nos lo entregó y le derrotamos a él, a sus hijos y a todo su pueblo.
Deu 2:34 Nos apoderamos entonces de todas sus ciudades y consagramos al anatema toda ciudad: hombres, mujeres y niños, sin dejar superviviente.
Deu 2:35 Tan sólo guardamos como botín el ganado y los despojos de las ciudades tomadas.
Deu 2:36 Desde Aroer, al borde del valle del Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad inaccesible para nosotros; Yahveh nuestro Dios nos las entregó todas.
Deu 2:37 Únicamente respetaste el país de los ammonitas, toda la ribera del torrente Yabboq y las ciudades de la montaña, todo lo que Yahveh nuestro Dios había prohibido.

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Capítulo 3

3:1

Y VOLVIMOS, y subimos camino de Basán, y saliónos al encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei.

3:2

Y díjome el Altísimo: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado á él y á todo su pueblo, y su tierra: y harás con él como hiciste con Sehón rey Amorrheo, que habitaba en Hesbón.

3:3

Y el Altísimo nuestro Dios entregó también en nuestra mano á Og rey de Basán, y á todo su pueblo, al cual herimos hasta no quedar de él ninguno.

3:4

Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.

3:5

Todas éstas eran ciudades fortalecidas con alto muro, con puertas y barras; sin otras muy muchas ciudades sin muro.

3:6

Y destruímoslas, como hicimos á Sehón rey de Hesbón, destruyendo en toda ciudad hombres, mujeres, y niños.

3:7

Y tomamos para nosotros todas las bestias, y los despojos de las ciudades.

3:8

También tomamos en aquel tiempo de mano de dos reyes Amorrheos que estaban de esta parte del Jordán, la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón:

3:9

(Los Sidonios llaman á Hermón Sirión; y los Amorrheos, Senir:)

3:10

Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salchâ y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán.

3:11

Porque sólo Og rey de Basán había quedado de los gigantes que quedaron. He aquí su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabbath de los hijos de Ammón?; la longitud de ella de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, al codo de un hombre.

3:12

Y esta tierra que heredamos entonces desde Aroer, que está al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, dí á los Rubenitas y á los Gaditas:

3:13

Y el resto de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, dí lo á la media tribu de Manasés; toda la tierra de Argob, todo Basán, que se llamaba la tierra de los gigantes.

3:14

Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el término de Gessuri y Machâti; y llamóla de su nombre Basán-havoth-jair, hasta hoy.

3:15

Y á Machîr dí á Galaad.

3:16

Y á los Rubenitas y Gaditas dí de Galaad hasta el arroyo de Arnón, el medio del arroyo por término; hasta el arroyo de Jaboc, término de los hijos de Ammón:

3:17

Asimismo la campiña, y el Jordán, y el término, desde Cinereth hasta la mar del llano, el mar Salado, las vertientes abajo del Pisga al oriente.

3:18

Y os mandé entonces, diciendo: el Altísimo vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la poseáis: pasaréis armados delante de vuestros hermanos los hijos de Israel todos los valientes.

3:19

Solamente vuestras mujeres, vuestros niños, y vuestros ganados, (yo sé que tenéis mucho ganado,) quedarán en vuestras ciudades que os he dado,

3:20

Hasta que el Altísimo dé reposo á vuestros hermanos, así como á vosotros, y hereden también ellos la tierra que el Altísimo vuestro Dios les da á la otra parte del Jordán: entonces os volveréis cada uno a su heredad que yo os he dado.

3:21

Mandé también á Josué entonces, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que el Altísimo vuestro Dios ha hecho á aquellos dos reyes: así hará el Altísimo á todos los reinos á los cuales pasarás tú.

3:22

No los temáis; que el Altísimo vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.

3:23

Y oré á el Altísimo en aquel tiempo, diciendo:

3:24

Señor el Altísimo, tú has comenzado á mostrar á tu siervo tu grandeza, y tu mano fuerte: porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga según tus obras, y según tus valentías?

3:25

Pase yo, ruégote, y vea aquella tierra buena, que está á la parte allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano.

3:26

Mas el Altísimo se había enojado contra mí por causa de vosotros, por lo cual no me oyó: y díjome el Altísimo: Bástate, no me hables más de este negocio.

3:27

Sube á la cumbre del Pisga, y alza tus ojos al occidente, y al aquilón, y al mediodía, y al oriente, y ve por tus ojos: porque no pasarás este Jordán.

3:28

Y manda a Josué, y anímalo, y confórtalo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás.

3:29

Y paramos en el valle delante de Beth-peor.

 

Deu 3:1 Luego nos volvimos y subimos por el camino de Basán. Og, rey de Basán, salió a nuestro encuentro con todo su pueblo y nos presentó batalla en Edreí.
Deu 3:2 Yahveh me dijo: «No le temas, porque yo le he entregado en tus manos con todo su pueblo y su país. Harás con él lo que hiciste son Sijón, el rey amorreo que habitaba en Jesbón.»
Deu 3:3 Yahveh nuestro Dios entregó en nuestras manos también a Og, rey de Basán, con todo su pueblo. Le batimos hasta no dejarle ni un superviviente.
Deu 3:4 Nos apoderamos entonces de todas sus ciudades; no hubo ciudad que no les tomáramos: sesenta ciudades, toda la confederación de Argob, reino de Og en Basán,
Deu 3:5 plazas fuertes todas ellas, con altas murallas, puertas y cerrojos; sin contar las ciudades de los perizitas, en gran número.
Deu 3:6 Las consagramos al anatema, como habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón: anatema a toda ciudad: hombres, mujeres y niños;
Deu 3:7 aunque guardamos como botín todo el ganado y los despojos de estas ciudades.
Deu 3:8 Así tomamos entonces, de mano de los dos reyes amorreos, el país de Transjordania, desde el torrente Arnón hasta el monte Hermón
Deu 3:9 (los sidonios llaman al Hermón Siryón, y los amorreos lo llaman Senir):
Deu 3:10 todas las ciudades de la Altiplanicie, todo Galaad y todo Basán hasta Salká y Edreí, ciudades del reino de Og en Basán.
Deu 3:11 (Og, rey de Basán, era el último superviviente de los refaítas: su lecho es el lecho de hierro que se halla en Rabbá de los ammonitas, de nueve codos de largo por cuatro de ancho, en codos corrientes.
Deu 3:12 De este país tomamos posesión entonces: desde Aroer, a orillas del torrente Arnón, la mitad de la montaña de Galaad con sus ciudades se la di a los rubenitas y a los gaditas.
Deu 3:13 A la media tribu de Manasés le di el resto de Galaad y todo Basán, reino de Og: toda la confederación de Argob. (A todo este Basán es a lo que se llama el país de los refaítas.)
Deu 3:14 Yaír, hijo de Manasés, se quedó con toda la confederación de Argob, hasta la frontera de los guesuritas y de los maakatitas, y dio a Basán su nombre que aún conserva: Aduares de Yaír.
Deu 3:15 A Makir le di Galaad.
Deu 3:16 A los rubenitas y a los gaditas les di desde Galaad hasta el torrente Arnón - la mitad del torrente marcaba la frontera - y hasta el torrente Yabboq, frontera de los ammonitas.
Deu 3:17 La Arabá y el Jordán hacían de frontera, desde Kinnéret hasta el mar de la Arabá (el mar de la Sal), al pie de las laderas del Pisgá, al oriente.
Deu 3:18 Yo os ordené entonces: «Yahveh, vuestro Dios, os ha dado esta tierra en posesión. Vosotros pasaréis armados al frente de vuestros hermanos los israelitas, todos hombres de armas.
Deu 3:19 Sólo vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros rebaños (pues sé que tenéis rebaños numerosos) quedarán en las ciudades que yo os he dado,
Deu 3:20 hasta que Yahveh conceda reposo a vuestros hermanos, como a vosotros, y ellos también hayan tomado posesión de la tierra que Yahveh vuestro Dios les ha dado al otro lado del Jordán; entonces volveréis cada uno a la heredad que yo os he dado.»
Deu 3:21 A Josué también le di entonces la orden siguiente: «Tus propios ojos han visto todo lo que Yahveh vuestro Dios ha hecho con estos dos reyes; lo mismo hará Yahveh con todos los reinos por donde vas a pasar.
Deu 3:22 No les temáis, porque el mismo Yahveh vuestro Dios combate por vosotros.»
Deu 3:23 Entonces hice esta súplica a Yahveh:
Deu 3:24 «Yahveh, Señor mío, tú has comenzado a manifestar a tu siervo tu grandeza y tu mano fuerte; pues ¿qué Dios hay, en los cielos ni en la tierra, que pueda hacer obras y proezas como las tuyas?
Deu 3:25 Déjame, por favor, pasar y ver la tierra buena de allende el Jordán, esa buena montaña y el Líbano.»
Deu 3:26 Pero, por culpa vuestra, Yahveh se irritó contra mí y no me escuchó; antes bien me dijo: «¡Basta ya! No sigas hablándome de esto.
Deu 3:27 Sube a la cumbre del Pisgá, alza tus ojos al occidente, al norte, al mediodía y al oriente; y contempla con tu ojos, porque no pasarás ese Jordán.
Deu 3:28 Da tus órdenes a Josué, dale ánimos y fortalécele, porque él pasará al frente de este pueblo: él le pondrá en posesión de esa tierra que ves.»
Deu 3:29 Y nos quedamos, en el valle, enfrente de Bet Peor.

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Capítulo 4

4:1

AHORA pues, oh Israel, oye los estatutos y derechos que yo os enseño, para que los ejecutéis, y viváis, y entréis, y poseáis la tierra que el Altísimo el Dios de vuestros padres te da.

4:2

No añadiréis á la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de el Altísimo vuestro Dios que yo os ordeno.

4:3

Vuestros ojos vieron lo que hizo el Altísimo con motivo de Baal-peor; que á todo hombre que fué en pos de Baal-peor destruyó el Altísimo tu Dios de en medio de ti.

4:4

Mas vosotros que os allegasteis á el Altísimo vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.

4:5

Mirad, yo os he enseñado estatutos y derechos, como el Altísimo mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para poseerla.

4:6

Guardadlos, pues, y ponedlos por obra: porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es ésta.

4:7

Porque ¿qué gente grande hay que tenga los dioses cercanos á sí, como lo está el Altísimo nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?

4:8

Y ¿qué gente grande hay que tenga estatutos y derechos justos, como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?

4:9

Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida: y enseñarlas has á tus hijos, y á los hijos de tus hijos;

4:10

El día que estuviste delante de el Altísimo tu Dios en Horeb, cuando el Altísimo me dijo: Júntame el pueblo, para que yo les haga oir mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra: y las enseñarán á sus hijos;

4:11

Y os llegasteis, y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en medio de los cielos con tinieblas, nube, y oscuridad.

4:12

Y habló el Altísimo con vosotros de en medio del fuego: oisteis la voz de sus palabras, mas á excepción de oir la voz, ninguna figura visteis:

4:13

Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, las diez palabras; y escribiólas en dos tablas de piedra.

4:14

A mí también me mandó el Altísimo entonces enseñaros los estatutos y derechos, para que los pusieseis por obra en la tierra á la cual pasáis para poseerla.

4:15

Guardad pues mucho vuestras almas: pues ninguna figura visteis el día que el Altísimo habló con vosotros de en medio del fuego:

4:16

Porque no os corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón ó hembra,

4:17

Figura de algún animal que sea en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,

4:18

Figura de ningún animal que vaya arrastrando por la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra:

4:19

Y porque alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, no seas incitado, y te inclines á ellos, y les sirvas; que el Altísimo tu Dios los ha concedido á todos los pueblos debajo de todos los cielos.

4:20

Empero á vosotros el Altísimo os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que le seáis por pueblo de heredad como en este día.

4:21

Y el Altísimo se enojó contra mí sobre vuestros negocios, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra, que el Altísimo tu Dios te da por heredad.

4:22

Así que yo voy á morir en esta tierra; y no paso el Jordán: mas vosotros pasaréis, y poseeréis aquella buena tierra.

4:23

Guardaos no os olvidéis del pacto de el Altísimo vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y os hagáis escultura ó imagen de cualquier cosa, que el Altísimo tu Dios te ha vedado.

4:24

Porque el Altísimo tu Dios es fuego que consume, Dios celoso.

4:25

Cuando hubiereis engendrado hijos y nietos, y hubiereis envejecido en la tierra, y os corrompiereis, é hiciereis escultura ó imagen de cualquier cosa, é hiciereis mal en ojos de el Altísimo vuestro Dios, para enojarlo;

4:26

Yo pongo hoy por testigos al cielo y á la tierra, que presto pereceréis totalmente de la tierra hacia la cual pasáis el Jordán para poseerla: no estaréis en ella largos días sin que seáis destruídos.

4:27

Y el Altísimo os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las gentes á las cuales os llevará el Altísimo:

4:28

Y serviréis allí á dioses hechos de manos de hombres, á madera y á piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

4:29

Mas si desde allí buscares á el Altísimo tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.

4:30

Cuando estuviereis en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros días te volvieres á el Altísimo tu Dios, y oyeres su voz;

4:31

Porque Dios misericordioso es el Altísimo tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto de tus padres que les juró.

4:32

Porque pregunta ahora de los tiempos pasados, que han sido antes de ti, desde el día que crió Dios al hombre sobre la tierra, y desde el un cabo del cielo al otro, si se ha hecho cosa semejante á esta gran cosa, ó se haya oído otra como ella.

4:33

¿Ha oído pueblo la voz de Dios, que hablase de en medio del fuego, como tú la has oído, y vivido?

4:34

¿O ha Dios probado á venir á tomar para sí gente de en medio de otra gente, con pruebas, con señales, con milagros, y con guerra, y mano fuerte, y brazo extendido, y grandes espantos, según todas las cosas que hizo con vosotros el Altísimo vuestro Dios en Egipto ante tus ojos?

4:35

A ti te fué mostrado, para que supieses que el Altísimo él es Dios; no hay más fuera de él.

4:36

De los cielos te hizo oir su voz, para enseñarte: y sobre la tierra te mostró su gran fuego: y has oído sus palabras de en medio del fuego.

4:37

Y por cuanto él amó á tus padres, escogió su simiente después de ellos, y sacóte delante de sí de Egipto con su gran poder;

4:38

Para echar de delante de ti gentes grandes y más fuertes que tú, y para introducirte, y darte su tierra por heredad, como hoy.

4:39

Aprende pues hoy, y reduce á tu corazón que el Altísimo él es el Dios arriba en el cielo, y abajo sobre la tierra; no hay otro.

4:40

Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que te vaya bien á ti y á tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que el Altísimo tu Dios te da para siempre.

4:41

Entonces apartó Moisés tres ciudades de esta parte del Jordán al nacimiento del sol,

4:42

Para que huyese allí el homicida que matase á su prójimo por yerro, sin haber tenido enemistad con él desde ayer ni antes de ayer; y que huyendo á una de estas ciudades salvara la vida:

4:43

A Beser en el desierto, en tierra de la llanura, de los Rubenitas; y á Ramoth en Galaad, de los Gaditas; y á Golán en Basán, de los de Manasés.

4:44

Esta, pues, es la ley que Moisés propuso delante de los hijos de Israel.

4:45

Estos son los testimonios, y los estatutos, y los derechos, que Moisés notificó á los hijos de Israel, cuando hubieron salido de Egipto;

4:46

De esta parte del Jordán, en el valle delante de Beth-peor, en la tierra de Sehón rey de los Amorrheos, que habitaba en Hesbón, al cual hirió Moisés con los hijos de Israel, cuando hubieron salido de Egipto:

4:47

Y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los Amorrheos que estaban de esta parte del Jordán, al nacimiento del sol:

4:48

Desde Aroer, que está junto á la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sión, que es Hermón;

4:49

Y toda la llanura de esta parte del Jordán, al oriente, hasta la mar del llano, las vertientes de las aguas abajo del Pisga.

Deu 4:1 Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las normas que yo os enseño para que las pongáis en práctica, a fin de que viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que os da Yahveh, Dios de vuestros padres.
Deu 4:2 No añadiréis nada a lo que yo os mando, ni quitaréis nada; para así guardar los mandamientos de Yahveh vuestro Dios que yo os prescribo.
Deu 4:3 Vuestros propios ojos han visto lo que hizo Yahveh con Baal Peor: a todos los que habían seguido a Baal Peor, Yahveh tu Dios los exterminó de en medio de ti;
Deu 4:4 en cambio vosotros, que habéis seguido unidos a Yahveh vuestro Dios, estáis hoy todos vivos.
Deu 4:5 Mira, como Yahveh mi Dios me ha mandado, yo os enseño preceptos y normas para que los pongáis en práctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión.
Deu 4:6 Guardadlos y practicadlos, porque ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dirán: «Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.»
Deu 4:7 Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está Yahveh nuestro Dios siempre que le invocamos?
Deu 4:8 Y ¿cuál es la gran nación cuyos preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que yo os expongo hoy?
Deu 4:9 Pero ten cuidado y guárdate bien, no vayas o olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten de tu corazón en todos los días de tu vida; enséñaselas, por el contrario, a tus hijos y a los hijos de tus hijos.
Deu 4:10 El día que estabas en el Horeb en presencia de Yahveh tu Dios, cuando Yahveh me dijo: «Reúneme al pueblo para que yo les haga oír mis palabras a fin de que aprendan a tenerme mientras vivan en el suelo y se las enseñen a sus hijos»,
Deu 4:11 vosotros os acercasteis y permanecisteis al pie de la montaña, mientras la montaña ardía en llamas hasta el mismo cielo, entre tinieblas de nube y densa niebla.
Deu 4:12 Yahveh os habló de en medio del fuego; vosotros oíais rumor de palabras, pero no percibíais figura alguna, sino sólo una voz.
Deu 4:13 El os reveló su alianza, que os mandó poner en práctica, las diez Palabras que escribió en dos tablas de piedra.
Deu 4:14 Y a mí me mandó entonces Yahveh que os enseñase los preceptos y normas que vosotros deberíais poner en práctica en la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión.
Deu 4:15 Tened mucho cuidado de vosotros mismos: puesto que no visteis figura alguna el día en que Yahveh os habló en el Horeb de en medio del fuego,
Deu 4:16 no vayáis a pervertiros y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea: figura masculina o femenina,
Deu 4:17 figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo,
Deu 4:18 figura de alguno de los reptiles que serpean por el suelo, figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo de la tierra.
Deu 4:19 Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. Eso se lo ha repartido Yahveh tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo,
Deu 4:20 pero a vosotros os tomó Yahveh y os sacó del horno de hierro, de Egipto, para que fueseis el pueblo de su heredad, como lo sois hoy.
Deu 4:21 Por culpa vuestra Yahveh se irritó contra mí y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la tierra buena que Yahveh tu Dios te da en herencia.
Deu 4:22 Yo voy a morir en este país y no pasaré el Jordán. Vosotros en cambio lo pasaréis y poseeréis esa tierra buena.
Deu 4:23 Guardaos, pues, de olvidar la alianza que Yahveh vuestro Dios ha concluido con vosotros, y de haceros alguna escultura o representación de todo lo que Yahveh tu Dios te ha prohibido;
Deu 4:24 porque Yahveh tu Dios es un fuego devorador, un Dios celoso.
Deu 4:25 Cuando hayas engendrado hijos y nietos y hayáis envejecido en el país, si os pervertís y hacéis alguna escultura de cualquier representación, si hacéis lo malo a los ojos de Yahveh tu Dios hasta irritarle,
Deu 4:26 pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra que desapareceréis rápidamente de esa tierra que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán. No prolongaréis en ella vuestros días, porque seréis completamente destruidos.
Deu 4:27 Yahveh os dispersará entre los pueblos y no quedaréis más que unos pocos, en medio de las naciones adonde Yahveh os lleve.
Deu 4:28 Allí serviréis a dioses hechos por manos de hombre, de madera y piedra, que ni ven ni oyen, ni comen ni huelen.
Deu 4:29 Desde allí buscarás a Yahveh tu Dios; y le encontrarás si le buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.
Deu 4:30 Cuando estés angustiado y te alcancen todas estas palabras, al fin de los tiempos, te volverás a Yahveh tu Dios y escucharás su voz;
Deu 4:31 porque Yahveh tu Dios es un Dios misericordioso: no te abandonará ni te destruirá, y no se olvidará de la alianza que con juramento concluyó con tus padres.
Deu 4:32 Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿Hubo jamás desde un extremo a otro del cielo palabra tan grande como ésta? ¿Se oyó semejante?
Deu 4:33 ¿Hay algún pueblo que haya oído como tú has oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, y haya sobrevivido?
Deu 4:34 ¿Algún dios intentó jamás venir a buscarse una nación de en medio de otra nación por medio de pruebas, señales, prodigios y guerra, con mano fuerte y tenso brazo, por grandes terrores, como todo lo que Yahveh vuestro Dios hizo con vosotros, a vuestros mismos ojos, en Egipto?
Deu 4:35 A ti se te ha dado a ver todo esto, para que sepas que Yahveh es el verdadero Dios y que no hay otro fuera de él.
Deu 4:36 Desde el cielo te ha hecho oír su voz para instruirte, y en la tierra te ha mostrado su gran fuego, y de en medio del fuego has oído sus palabras.
Deu 4:37 Porque amó a tus padres y eligió a su descendencia después de ellos, te sacó de Egipto personalmente con su gran fuerza,
Deu 4:38 desalojó ante ti naciones más numerosas y fuertes que tú, te introdujo en su tierra y te la dio en herencia, como la tienes hoy.
Deu 4:39 Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que Yahveh es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro.
Deu 4:40 Guarda los preceptos y los mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que Yahveh tu Dios te da para siempre.
Deu 4:41 Moisés reservó entonces tres ciudades allende el Jordán, al oriente,
Deu 4:42 a las que pudiera huir el homicida que hubiera matado a su prójimo sin querer, sin haberle odiado anteriormente, y huyendo a una de estas ciudades, salvara su vida.
Deu 4:43 Eran éstas, para los rubenitas, Béser, en el desierto, en la Altiplanicie; para los gaditas, Ramot en Galaad; para los manasitas, Golán en Basán.
Deu 4:44 Esta es la ley que expuso Moisés a los israelitas.
Deu 4:45 Estos son los estatutos, preceptos y normas que dictó Moisés a los israelitas a su salida de Egipto,
Deu 4:46 al otro lado del Jordán, en el valle próximo a Bet Peor, en el país de Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón, aquel a quien Moisés y los israelitas habían batido a su salida de Egipto,
Deu 4:47 y cuyo país habían conquistado, así como el país de Og, rey de Basán, - los dos reyes amorreos del lado oriental del Jordán,
Deu 4:48 desde Aroer, que está situada al borde del valle del Arnón, hasta el monte Siryón (esto es, el Hermón) -
Deu 4:49 con toda la Arabá del lado oriental del Jordán, hasta el mar de la Arabá, al pie de las laderas del Pisgá.

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Capítulo 5

5:1

Y LLAMÓ Moisés á todo Israel, y díjoles: Oye, Israel, los estatutos y derechos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos: y aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por obra.

5:2

el Altísimo nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.

5:3

No con nuestros padres hizo el Altísimo este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos.

5:4

Cara á cara habló el Altísimo con vosotros en el monte de en medio del fuego,

5:5

(Yo estaba entonces entre el Altísimo y vosotros, para denunciaros la palabra de el Altísimo; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte;) diciendo:

5:6

Yo soy el Altísimo tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de siervos.

5:7

No tendrás dioses extraños delante de mí.

5:8

No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ó abajo en la tierra, ó en las aguas debajo de la tierra:

5:9

No te inclinarás á ellas ni les servirás: porque yo soy el Altísimo tu Dios, fuerte, celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre los terceros, y sobre los cuartos, á los que me aborrecen,

5:10

Y que hago misericordia á millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos.

5:11

No tomarás en vano el nombre de el Altísimo tu Dios; porque el Altísimo no dará por inocente al que tomare en vano su nombre.

5:12

Guardarás el día del reposo para santificarlo, como el Altísimo tu Dios te ha mandado.

5:13

Seis días trabajarás y harás toda tu obra:

5:14

Mas el séptimo es reposo á el Altísimo tu Dios: ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni tu peregrino que está dentro de tus puertas: porque descanse tu siervo y tu sierva como tú.

5:15

Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que el Altísimo tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido: por lo cual el Altísimo tu Dios te ha mandado que guardes el día del reposo.

5:16

Honra á tu padre y á tu madre, como el Altísimo tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que el Altísimo tu Dios te da.

5:17

No matarás.

5:18

No adulterarás.

5:19

No hurtarás.

5:20

No dirás falso testimonio contra tu prójimo.

5:21

No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni ninguna cosa que sea de tu prójimo.

5:22

Estas palabras habló el Altísimo á toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, á gran voz: y no añadió más. Y escribiólas en dos tablas de piedra, las cuales me dio á mí.

5:23

Y aconteció, que como vosotros oísteis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis al monte que ardía en fuego, llegasteis á mí todos los príncipes de vuestras tribus, y vuestros ancianos;

5:24

Y dijisteis: He aquí, el Altísimo nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego: hoy hemos visto que el Altísimo habla al hombre, y éste vive.

5:25

Ahora pues, ¿por qué moriremos? que este gran fuego nos consumirá: si tornáremos á oir la voz de el Altísimo nuestro Dios, moriremos.

5:26

Porque, ¿qué es toda carne, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y viva?

5:27

Llega tú, y oye todas las cosas que dijere el Altísimo nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que el Altísimo nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos.

5:28

Y oyó el Altísimo la voz de vuestras palabras, cuando me hablabais; y díjome el Altísimo: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado: bien está todo lo que han dicho.

5:29

¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen, y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que á ellos y á sus hijos les fuese bien para siempre!

5:30

Ve, diles: Volveos á vuestras tiendas.

5:31

Y tú estáte aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos, y estatutos, y derechos que les has de enseñar, a fin que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy para poseerla.

5:32

Mirad, pues, que hagáis como el Altísimo vuestro Dios os ha mandado: no os apartéis á diestra ni á siniestra;

5:33

Andad en todo camino que el Altísimo vuestro Dios os ha mandado, para que viváis, y os vaya bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.

 

Deu 5:1 Moisés convocó a todo Israel y les dijo: Escucha, Israel, los preceptos y las normas que yo pronuncio hoy a tus oídos. Apréndelos y cuida de ponerlos en práctica.
Deu 5:2 Yahveh nuestro Dios ha concluido con nosotros una alianza en el Horeb.
Deu 5:3 No con nuestros padres concluyó Yahveh esta alianza, sino con nosotros, con nosotros que estamos hoy aquí, todos vivos.
Deu 5:4 Cara a cara os habló Yahveh en la montaña, de en medio del fuego;
Deu 5:5 yo estaba entre Yahveh y vosotros para comunicaros la palabra de Yahveh, ya que vosotros teníais miedo del fuego y no subisteis a la montaña. Dijo:
Deu 5:6 «Yo soy Yahveh tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre.
Deu 5:7 «No habrá para ti otros dioses delante de mi.
Deu 5:8 «No te harás escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra.
Deu 5:9 No te postrarás ante ellas ni les darás culto. Porque yo, Yahveh tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian,
Deu 5:10 y tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos.
Deu 5:11 «No tomarás en falso el nombre de Yahveh tu Dios, porque Yahveh no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.
Deu 5:12 «Guardarás el día del sábado para santificarlo, como te lo ha mandado Yahveh tu Dios.
Deu 5:13 Seis días trabajarás y harás todas tus tareas,
Deu 5:14 pero el día séptimo es día de descanso para Yahveh tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de tus bestias, ni el forastero que vive en tus ciudades; de modo que puedan descansar, como tú, tu siervo, y tu sierva.
Deu 5:15 Recuerda que fuiste esclavo en el país de Egipto y que Yahveh tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y tenso brazo; por eso Yahveh tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y tenso brazo; por eso Yahveh tu Dios te ha mandado guardar el día del sábado.
Deu 5:16 Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha mandado Yahveh tu Dios, para que se prolonguen tus días y seas feliz en el suelo que Yahveh tu Dios te da.
Deu 5:17 «No matarás.
Deu 5:18 «No cometerás adulterio.
Deu 5:19 «No robarás.
Deu 5:20 «No darás testimonio falso contra tu prójimo.
Deu 5:21 «No desearás la mujer de tu prójimo, no codiciarás su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o su asno: nada que sea de tu prójimo.»
Deu 5:22 Estas palabras dijo Yahveh a toda vuestra asamblea, en la montaña, de en medio del fuego, la nube y la densa niebla, con voz potente, y nada más añadió. Luego las escribió en dos tablas de piedra y me las entregó a mí.
Deu 5:23 Cuando vosotros oísteis la voz que salía de las tinieblas, mientras la montaña ardía en fuego, os acercasteis a mí todos vosotros, jefes de tribu y ancianos,
Deu 5:24 y dijisteis: «Mira, Yahveh nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza y hemos oído su voz de en medio del fuego. Hemos visto en este día que puede Dios hablar al hombre y seguir éste con vida.
Deu 5:25 Pero ahora, ¿por qué hemos de morir? - porque este fuego nos va a devorar -; si seguimos oyendo la voz de Yahveh nuestro Dios, moriremos.
Deu 5:26 Pues, ¿qué hombre ha oído como nosotros la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, y ha sobrevivido?
Deu 5:27 Acércate tú a oír todo lo que diga Yahveh nuestro Dios, y luego nos dirás todo lo que Yahveh nuestro Dios te haya dicho; nosotros lo escucharemos y lo pondremos en práctica.»
Deu 5:28 Yahveh oyó vuestras palabras y me dijo: «He oído las palabras de este pueblo, lo que te han dicho; está bien todo lo que han dicho.
Deu 5:29 ¡Ojalá fuera siempre así su corazón para temerme y guardar todos mis mandamientos, y de esta forma ser eternamente felices, ellos y sus hijos!
Deu 5:30 Ve a decirles: "Volved a vuestras tiendas."
Deu 5:31 Y tú quédate aquí junto a mí; yo te diré a ti todos los mandamientos, preceptos y normas que has de enseñarles para que los pongan en práctica en la tierra que yo les doy en posesión.»
Deu 5:32 Ciudad, pues, de proceder como Yahveh vuestro Dios os ha mandado. No os desviéis ni a derecha ni a izquierda.
Deu 5:33 Seguid en todo el camino que Yahveh vuestro Dios os ha trazado: así viviréis, seréis felices y prolongaréis vuestros días en la tierra que vais a tomar en posesión.

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Capítulo 6

6:1

ESTOS pues son los mandamientos, estatutos, y derechos que el Altísimo vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra á la cual pasáis vosotros para poseerla:

6:2

Para que temas á el Altísimo tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, y que tus días sean prolongados.

6:3

Oye pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien, y seáis multiplicados, como te ha dicho el Altísimo el Dios de tus padres, en la tierra que destila leche y miel.

6:4

Oye, Israel: el Altísimo nuestro Dios, el Altísimo uno es:

  Midrash: La Fuerza del Shemá -

6:5

Y Amarás á el Altísimo tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder.

6:6

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón:

6:7

Y las repetirás á tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes:

6:8

Y has de atarlas por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos:

6:9

Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas.

6:10

Y será, cuando el Altísimo tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,

6:11

Y casas llenas de todo bien, que tú no henchiste, y cisternas cavadas, que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste: luego que comieres y te hartares,

6:12

Guárdate que no te olvides de el Altísimo, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos.

6:13

A el Altísimo tu Dios temerás, y á él servirás, y por su nombre jurarás.

6:14

No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos:

6:15

Porque el Dios celoso, el Altísimo tu Dios, en medio de ti está; porque no se inflame el furor de el Altísimo tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la haz de la tierra.

6:16

No tentaréis á el Altísimo vuestro Dios, como lo tentasteis en Massa.

6:17

Guardad cuidadosamente los mandamientos de el Altísimo vuestro Dios, y sus testimonios, y sus estatutos, que te ha mandado.

6:18

Y harás lo recto y bueno en ojos de el Altísimo, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que el Altísimo juró á tus padres;

6:19

Para que él eche á todos sus enemigos de delante de ti, como el Altísimo ha dicho.

6:20

Cuando mañana te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios, y estatutos, y derechos, que el Altísimo nuestro Dios os mandó?

6:21

Entonces dirás á tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y el Altísimo nos sacó de Egipto con mano fuerte;

6:22

Y dió el Altísimo señales y milagros grandes y nocivos en Egipto, sobre Faraón y sobre toda su casa, delante de nuestros ojos;

6:23

Y sacónos de allá, para traernos y darnos la tierra que juró á nuestros padres;

6:24

Y mandónos el Altísimo que ejecutásemos todos estos estatutos, y que temamos á el Altísimo nuestro Dios, porque nos vaya bien todos los días, y para que nos dé vida, como hoy.

6:25

Y tendremos justicia cuando cuidáremos de poner por obra todos estos mandamientos delante de el Altísimo nuestro Dios, como él nos ha mandado.

 

Deu 6:1 Estos son los mandamientos, preceptos y normas que Yahveh vuestro Dios ha mandado enseñaros para que los pongáis en práctica en la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión,
Deu 6:2 a fin de que temas a Yahveh tu Dios, guardando todos los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, tú, tu hijo y tu nieto, todos los días de tu vida, y así se prolonguen tus días.
Deu 6:3 Escucha, Israel; cuida de practicar lo que te hará feliz y por lo que te multiplicarás, como te ha dicho Yahveh, el Dios de tus padres, en la tierra que mana leche y miel.
Deu 6:4 Escucha, Israel: Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh.
Deu 6:5 Amarás a Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.
Deu 6:6 Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy.
Deu 6:7 Se la repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado;
Deu 6:8 las atarás a tu mano como una señal, y serán como una insignia entre tus ojos;
Deu 6:9 las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas.
Deu 6:10 Cuando Yahveh tu Dios te haya introducido en la tierra que a tus padres Abraham, Isaac y Jacob juró que te daría: ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste,
Deu 6:11 casas llenas de toda clase de bienes, que tú no llenaste, cisternas excavadas que tú no excavaste, viñedos y olivares que tú no plantaste, cuando hayas comido y te hayas saciado,
Deu 6:12 cuida de no olvidarte de Yahveh que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre.
Deu 6:13 A Yahveh tu Dios temerás, a él le servirás, por su nombre jurarás.
Deu 6:14 No vayáis en pos de otros dioses, de los dioses de los pueblos que os rodean,
Deu 6:15 porque un Dios celoso es Yahveh tu Dios que está en medio de ti. La ira de Yahveh tu Dios se encendería contra ti y te haría desaparecer de la haz de la tierra.
Deu 6:16 No tentaréis a Yahveh vuestro Dios, como le habéis tentado en Massá.
Deu 6:17 Guardaréis puntualmente los mandamientos de Yahveh vuestro Dios, los estatutos y preceptos que te ha prescrito,
Deu 6:18 harás lo que es justo y bueno a los ojos de Yahveh para que seas feliz y llegues a tomar posesión de esa tierra buena de la que Yahveh juró a tus padres
Deu 6:19 que arrojaría a todos tus enemigos ante ti, como te ha dicho Yahveh.
Deu 6:20 Cuando el día de mañana te pregunte tu hijo: «¿Qué son estos estatutos, estos preceptos y estas normas que Yahveh nuestro Dios os ha prescrito?»,
Deu 6:21 dirás a tu hijo: «Éramos esclavos de Faraón en Egipto, y Yahveh nos sacó de Egipto con mano fuerte.
Deu 6:22 Yahveh realizó a nuestros propios ojos señales y prodigios grandes y terribles en Egipto, contra Faraón y toda su casa.
Deu 6:23 Y a nosotros nos sacó de allí para conducirnos y entregarnos la tierra que había prometido bajo juramento a nuestros padres.
Deu 6:24 Y Yahveh nos mandó que pusiéramos en práctica todos estos preceptos, temiendo a Yahveh nuestro Dios, para que fuéramos felices siempre y nos permitiera vivir como el día de hoy.
Deu 6:25 Tal será nuestra justicia: cuidar de poner en práctica todos estos mandamientos ante Yahveh nuestro Dios, como él nos ha prescrito.»

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Capítulo 7

7:1

CUANDO el Altísimo tu Dios te hubiere introducido en la tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y hubiere echado de delante de ti muchas gentes, al Hetheo, al Gergeseo, y al Amorrheo, y al Cananeo, y al Pherezeo, y al Heveo, y al Jebuseo, siete naciones mayores y más fuertes que tú;

7:2

Y el Altísimo tu Dios las hubiere entregado delante de ti, y las hirieres, del todo las destruirás: no harás con ellos alianza, ni las tomarás á merced.

7:3

Y no emparentarás con ellos: no darás tu hija á su hijo, ni tomarás á su hija para tu hijo.

7:4

Porque desviará á tu hijo de en pos de mí, y servirán á dioses ajenos; y el furor de el Altísimo se encenderá sobre vosotros, y te destruirá presto.

7:5

Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus bosques, y quemaréis sus esculturas en el fuego.

7:6

Porque tú eres pueblo santo á el Altísimo tu Dios: el Altísimo tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la haz de la tierra.

7:7

No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido el Altísimo, y os ha escogido; porque vosotros erais los más pocos de todos los pueblos:

7:8

Sino porque el Altísimo os amó, y quiso guardar el juramento que juró á vuestros padres, os ha sacado el Altísimo con mano fuerte, y os ha rescatado de casa de siervos, de la mano de Faraón, rey de Egipto.

7:9

Conoce, pues, que el Altísimo tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia á los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil generaciones;

7:10

Y que da el pago en su cara al que le aborrece, destruyéndolo: ni lo dilatará al que le odia, en su cara le dará el pago.

7:11

Guarda por tanto los mandamientos, y estatutos, y derechos que yo te mando hoy que cumplas.

7:12

Y será que, por haber oído estos derechos, y guardado y puéstolos por obra, el Altísimo tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró á tus padres;

7:13

Y te amará, y te bendecirá, y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y tu grano, y tu mosto, y tu aceite, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró á tus padres que te daría.

7:14

Bendito serás más que todos los pueblos: no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus bestias.

7:15

Y quitará el Altísimo de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú sabes, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.

7:16

Y consumirás á todos los pueblos que te da el Altísimo tu Dios: no los perdonará tu ojo; ni servirás á sus dioses, que te será tropiezo.

7:17

Cuando dijeres en tu corazón: Estas gentes son muchas más que yo, ¿cómo las podré desarraigar?;

7:18

No tengas temor de ellos: acuérdate bien de lo que hizo el Altísimo tu Dios con Faraón y con todo Egipto;

7:19

De las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano fuerte y brazo extendido con que el Altísimo tu Dios te sacó: así hará el Altísimo tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres.

7:20

Y también enviará el Altísimo tu Dios sobre ellos avispas, hasta que perezcan los que quedaren, y los que se hubieren escondido de delante de ti.

7:21

No desmayes delante de ellos, que el Altísimo tu Dios está en medio de ti, Dios grande y terrible.

7:22

Y el Altísimo tu Dios echará á estas gentes de delante de ti poco á poco: no las podrás acabar luego, porque las bestias del campo no se aumenten contra ti.

7:23

Mas el Altísimo tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruídos.

7:24

Y él entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del cielo: nadie te hará frente hasta que los destruyas.

7:25

Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego: no codiciarás plata ni oro de sobre ellas para tomarlo para ti, porque no tropieces en ello, pues es abominación á el Altísimo tu Dios;

7:26

Y no meterás abominación en tu casa, porque no seas anatema como ello; del todo lo aborrecerás y lo abominarás; porque es anatema.

Deu 7:1 Cuando Yahveh tu Dios te haya introducido en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión, y haya arrojado delante de ti a naciones numerosas: hititas, guirgasitas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas y jebuseos, siete naciones más numerosas y fuertes que tú,
Deu 7:2 cuando Yahveh tu Dios te las entregue y las derrotes, las consagrarás al anatema. No harás alianza con ellas, no les tendrás compasión.
Deu 7:3 No emparentarás con ellas, no darás tu hija a su hijo ni tomarás su hija para tu hijo.
Deu 7:4 Porque tu hijo se apartaría de mi seguimiento, serviría o otros dioses; y a la ira de Yahveh se encendería contra vosotros y se apresuraría a destruiros.
Deu 7:5 Por el contrario, esto es lo que haréis con ellos: demoleréis sus altares, romperéis sus estelas, cortaréis sus cipos y prenderéis fuego a sus ídolos.
Deu 7:6 Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh tu Dios; él te ha elegido a ti para que seas el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra.
Deu 7:7 No porque seáis el más numeroso de todos los pueblos se ha prendado Yahveh de vosotros y os ha elegido, pues sois el menos numeroso de todos los pueblos;
Deu 7:8 sino por el amor que os tiene y por guardar el juramento hecho a vuestros padres, por eso os ha sacado Yahveh con mano fuerte y os ha librado de la casa de servidumbre, del poder de Faraón, rey de Egipto.
Deu 7:9 Has de saber, pues, que Yahveh tu Dios es el Dios verdadero, el Dios verdadero, el Dios fiel que guarda la alianza y el amor por mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos,
Deu 7:10 pero que da su merecido en su propia persona a quien le odia, destruyéndole. No es remiso con quien le odia: en su propia persona le da su merecido.
Deu 7:11 Guarda, pues, los mandamientos, preceptos y normas que yo te mando hoy poner en práctica.
Deu 7:12 Y por haber escuchado estas normas, por haberlas guardado y practicado, Yahveh tu Dios te mantendrá la alianza y el amor que bajo juramento prometió a tus padres.
Deu 7:13 Te amará, te bendecirá, te multiplicará, bendecirá el fruto de tu seno y el fruto de tu suelo, tu trigo, tu mosto, tu aceite, las crías de tus vacas y las camadas de tus rebaños, en el suelo que a tus padres juró que te daría.
Deu 7:14 Serás bendito más que todos los pueblos. No habrá macho ni hembra estéril en ti ni en tus rebaños.
Deu 7:15 Yahveh apartará de ti toda enfermedad; no dejará caer sobre ti ninguna de esas malignas epidemias de Egipto que tú conoces, sino que se las enviará a todos los que te odian.
Deu 7:16 Destruirás, pues, todos esos pueblos que Yahveh tu Dios te entrega, sin que tu ojo tenga piedad de ellos; y no darás culto a sus dioses, porque eso sería un lazo para ti.
Deu 7:17 Acaso digas en tu corazón: «Esas naciones son más numerosas que yo; ¿cómo voy a poder desalojarlas?»
Deu 7:18 Pero no las temas: acuérdate bien de lo que Yahveh tu Dios hizo con Faraón y con todo Egipto,
Deu 7:19 de las grandes pruebas que tus ojos vieron, las señales y prodigios, la mano fuerte y el tenso brazo con que Yahveh tu Dios te sacó. Lo mismo hará Yahveh tu Dios con todos los pueblos a los que temes.
Deu 7:20 Yahveh tu Dios enviará incluso avispas contra ellos para destruir a los que hubieren quedado y se te hubieren ocultado a ti.
Deu 7:21 Así que no tiembles ante ellos, porque en medio de ti está Yahveh tu Dios, Dios grande y temible.
Deu 7:22 Yahveh tu Dios irá arrojando a esas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás exterminarlas de golpe, no sea que las bestias salvajes se multipliquen contra ti,
Deu 7:23 sino que Yahveh tu Dios te las entregará y les infligirá grandes descalabros hasta que queden destruidas.
Deu 7:24 Entregará a sus reyes en tu mano y tú borrarás sus nombres de debajo del cielo: nadie podrá resistir ante ti, hasta que los hayas destruido.
Deu 7:25 Quemaréis las esculturas de sus dioses, y no codiciarás el oro y la plata que los recubren, ni lo tomarás para ti, no sea que por ello caigas en un lazo, pues es una cosa abominable para Yahveh tu Dios;
Deu 7:26 y no debes meter en tu casa una cosa abominable, pues te harías anatema como ella. Las tendrás por cosa horrenda y abominable, porque son anatema.

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Capítulo 8

8:1

CUIDARÉIS de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, porque viváis, y seáis multiplicados, y entréis, y poseáis la tierra, de la cual juró el Altísimo á vuestros padres.

8:2

Y acordarte has de todo el camino por donde te ha traído el Altísimo tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, por probarte, para saber lo que estaba en tu corazón, si habías de guardar ó no sus mandamientos.
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8:3

Y te afligió, é hízote tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido; para hacerte saber que el hombre no vivirá de solo pan, mas de todo lo que sale de la boca de el Altísimo vivirá el hombre.

8:4

Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado por estos cuarenta años.

8:5

Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre á su hijo, así el Altísimo tu Dios te castiga.

8:6

Guardarás, pues, los mandamientos de el Altísimo tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndolo.

8:7

Porque el Altísimo tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes;

8:8

Tierra de trigo y cebada, y de vides, é higueras, y granados; tierra de olivas, de aceite, y de miel;

8:9

Tierra en la cual no comerás el pan con escasez, no te faltará nada en ella; tierra que sus piedras son hierro, y de sus montes cortarás metal.

8:10

Y comerás y te hartarás, y bendecirás á el Altísimo tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.

8:11

Guárdate, que no te olvides de el Altísimo tu Dios, para no observar sus mandamientos, y sus derechos, y sus estatutos, que yo te ordeno hoy:

8:12

Que quizá no comas y te hartes, y edifiques buenas casas en que mores,

8:13

Y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multiplique, y todo lo que tuvieres se te aumente,

8:14

Y se eleve luego tu corazón, y te olvides de el Altísimo tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos;

8:15

Que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde ningún agua había, y él te sacó agua de la roca del pedernal;

8:16

Que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para á la postre hacerte bien;

8:17

Y digas en tu corazón: Mi poder y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza.

8:18

Antes acuérdate de el Altísimo tu Dios: porque él te da el poder para hacer las riquezas, á fin de confirmar su pacto que juró á tus padres, como en este día.

8:19

Mas será, si llegares á olvidarte de el Altísimo tu Dios, y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres, y á ellos te encorvares, protésto lo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.

8:20

Como las gentes que el Altísimo destruirá delante de vosotros, así pereceréis; por cuanto no habréis atendido á la voz de el Altísimo vuestro Dios.

Deu 8:1 Todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, cuidad de practicarlos, para que viváis, os multipliquéis y lleguéis a tomar posesión de la tierra que Yahveh prometió bajo juramento a vuestros padres.
Deu 8:2 Acuérdate de todo el camino que Yahveh tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto para humillarte, probarte y conocer lo que había en tu corazón: si ibas o no a guardar sus mandamientos.
Deu 8:3 Te humilló, te hizo pasar hambre, te dio a comer el maná que ni tú ni tus padres habíais conocido, para mostrarte que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la boca de Yahveh.
Deu 8:4 No se gastó el vestido que llevabas ni se hincharon tus pies a lo largo de esos cuarenta años.
Deu 8:5 Date cuenta, pues, de que Yahveh tu Dios te corregía como un hombre corrige a su hijo,
Deu 8:6 y guarda los mandamientos de Yahveh tu Dios siguiendo sus caminos y temiéndole.
Deu 8:7 Pues Yahveh tu Dios te conduce a una tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y hontanares que manan en los valles y en las montañas,
Deu 8:8 tierra de trigo y de cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares, de aceite y de miel,
Deu 8:9 tierra donde el pan que comas no te será racionado y donde no carecerás de nada; tierra donde las piedras tienen hierro y de cuyas montañas extraerás el bronce.
Deu 8:10 Comerás hasta hartarte, y bendecirás a Yahveh tu Dios en esa tierra buena que te ha dado.
Deu 8:11 Guárdate de olvidar a Yahveh tu Dios descuidando los mandamientos, normas y preceptos que yo te prescribo hoy;
Deu 8:12 no sea que cuando comas y quedes harto, cuando construyas hermosas casas y vivas en ellas,
Deu 8:13 cuando se multipliquen tus vacadas y tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todos tus bienes,
Deu 8:14 tu corazón se engría y olvides a Yahveh tu Dios que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre;
Deu 8:15 que te ha conducido a través de ese desierto grande y terrible entre serpientes abrasadoras y escorpiones: que en un lugar de sed, sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca más dura;
Deu 8:16 que te alimentó en el desierto con el maná, que no habían conocido tus padres, a fin de humillarte y ponerte a prueba para después hacerte feliz.
Deu 8:17 No digas en tu corazón: «Mi propia fuerza y el poder de mi mano me han creado esta prosperidad»,
Deu 8:18 sino acuérdate de Yahveh tu Dios, que es el que te da la fuerza para crear la prosperidad, cumpliendo así la alianza que bajo juramento prometió a tus padres, como lo hace hoy.
Deu 8:19 Pero si llegas a olvidarte de Yahveh tu Dios, si sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, yo certifico hoy contra vosotros que pereceréis.
Deu 8:20 Lo mismo que las naciones que Yahveh va destruyendo a vuestro paso, así pereceréis también vosotros por haber desoído la voz de Yahveh vuestro Dios.

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Capítulo 9

9:1

OYE, Israel: tú estás hoy para pasar el Jordán, para entrar á poseer gentes más numerosas y más fuertes que tú, ciudades grandes y encastilladas hasta el cielo,

9:2

Un pueblo grande y alto, hijos de gigantes, de los cuales tienes tú conocimiento, y has oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos del gigante?

9:3

Sabe, pues, hoy que el Altísimo tu Dios es el que pasa delante de ti, fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti: y tú los echarás, y los destruirás luego, como el Altísimo te ha dicho.

9:4

No discurras en tu corazón cuando el Altísimo tu Dios los habrá echado de delante de ti, diciendo: Por mi justicia me ha metido el Altísimo á poseer esta tierra; pues por la impiedad de estas gentes el Altísimo las echa de delante de ti.

9:5

No por tu justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos; mas por la impiedad de estas gentes el Altísimo tu Dios las echa de delante de ti, y por confirmar la palabra que el Altísimo juró á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob.

9:6

Por tanto, sabe que no por tu justicia el Altísimo tu Dios te da esta buena tierra para poseerla; que pueblo duro de cerviz eres tú.

9:7

Acuérdate, no te olvides que has provocado á ira á el Altísimo tu Dios en el desierto: desde el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar, habéis sido rebeldes á el Altísimo.

9:8

Y en Horeb provocasteis á ira á el Altísimo, y enojóse el Altísimo contra vosotros para destruiros.

9:9

Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que el Altísimo hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua:

9:10

Y dióme el Altísimo las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito conforme á todas las palabras que os habló el Altísimo en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea.

9:11

Y fué al cabo de los cuarenta días y cuarenta noches, que el Altísimo me dió dos las tablas de piedra, las tablas del pacto.

9:12

Y díjome el Altísimo: Levántate, desciende presto de aquí; que tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido: pronto se han apartado del camino que yo les mandé: hanse hecho una efigie de fundición.

9:13

Y hablóme el Altísimo, diciendo: He visto ese pueblo, y he aquí, que él es pueblo duro de cerviz:

9:14

Déjame que los destruya, y raiga su nombre de debajo del cielo; que yo te pondré sobre gente fuerte y mucha más que ellos.

9:15

Y volví y descendí del monte, el cual ardía en fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos.

9:16

Y miré, y he aquí habíais pecado contra el Altísimo vuestro Dios: os habíais hecho un becerro de fundición, apartándoos presto del camino que el Altísimo os había mandado.

9:17

Entonces tomé las dos tablas, y arrojélas de mis dos manos, y quebrélas delante de vuestros ojos.

9:18

Y postréme delante de el Altísimo, como antes, cuarenta días y cuarenta noches: no comí pan ni bebí agua, á causa de todo vuestro pecado que habíais cometido haciendo mal en ojos de el Altísimo para enojarlo.

9:19

Porque temí á causa del furor y de la ira con que el Altísimo estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero el Altísimo me oyó aún esta vez.

9:20

Contra Aarón también se enojó el Altísimo en gran manera para destruirlo: y también oré por Aarón entonces.

9:21

Y tomé vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y quemélo en el fuego, y lo desmenucé moliéndole muy bien, hasta que fué reducido á polvo: y eché el polvo de él en el arroyo que descendía del monte.

9:22

También en Tabera, y en Massa, y en Kibroth-hataavah, enojasteis á el Altísimo.

9:23

Y cuando el Altísimo os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y poseed la tierra que yo os he dado; también fuisteis rebeldes al dicho de el Altísimo vuestro Dios, y no lo creisteis, ni obedecisteis á su voz.

9:24

Rebeldes habéis sido á el Altísimo desde el día que yo os conozco.

9:25

Postréme, pues, delante de el Altísimo cuarenta días y cuarenta noches que estuve postrado; porque el Altísimo dijo que os había de destruir.

9:26

Y oré á el Altísimo, diciendo: Oh Señor el Altísimo, no destruyas tu pueblo y tu heredad que has redimido con tu grandeza, al cual sacaste de Egipto con mano fuerte.

9:27

Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac, y Jacob; no mires á la dureza de este pueblo, ni á su impiedad, ni á su pecado:

9:28

Porque no digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo el Altísimo introducirlos en la tierra que les había dicho, ó porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.

9:29

Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran fortaleza y con tu brazo extendido.

Deu 9:1 Escucha, Israel. Hoy vas a pasar ya el Jordán para ir a desalojar a naciones más grandes y fuertes que tú, ciudades grandes, de murallas que llegan hasta el cielo,
Deu 9:2 un pueblo grande y corpulento, los anaquitas, a quienes tú conoces y de quienes has oído decir: «¿Quién puede hacer frente a los hijos de Anaq?»
Deu 9:3 Pero has de saber hoy que Yahveh tu Dios es quien va a pasar delante de ti como un fuego devorador que los destruirá y te los someterá, para que los desalojes y los destruyas rápidamente, como te ha dicho Yahveh.
Deu 9:4 No digas en tu corazón cuando Yahveh tu Dios los arroje de delante de ti: «Por mis méritos me ha hecho Yahveh entrar en posesión de esta tierra», siendo así que sólo por la perversidad de estas naciones las desaloja Yahveh ante ti.
Deu 9:5 No por tus méritos ni por la rectitud de tu corazón vas a tomar posesión de su tierra, sino que sólo por la perversidad de estas naciones las desaloja Yahveh tu Dios ante ti; y también por cumplir la palabra que juró a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob.
Deu 9:6 Has de saber, pues, que no es por tu justicia por lo que Yahveh tu Dios te da en posesión esa tierra buena, ya que eres un pueblo de dura cerviz.
Deu 9:7 Acuérdate. No olvides que irritaste a Yahveh tu Dios en el desierto. Desde el día en que saliste del país de Egipto hasta vuestra llegada a este lugar, habéis sido rebeldes a Yahveh.
Deu 9:8 En el Horeb irritasteis a Yahveh, y Yahveh montó en tal cólera contra vosotros que estuvo a punto de destruiros.
Deu 9:9 Yo había subido al monte a recoger las tablas de piedra, las tablas de la alianza que Yahveh había concluido con vosotros. Permanecí en el monte cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua.
Deu 9:10 Yahveh me dio las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios, en las que estaban todas las palabras que Yahveh os había dicho de en medio del fuego, en la montaña, el día de la Asamblea.
Deu 9:11 Al cabo de cuarenta días y cuarenta noches, después de darme las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza,
Deu 9:12 me dijo Yahveh: «Levántate, baja de aquí a toda prisa, porque tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto, se ha pervertido. Bien pronto se han apartado del camino que yo les había prescrito: se han hecho un ídolo de fundición.»
Deu 9:13 Continuó Yahveh y me dijo: «He visto a este pueblo: es un pueblo de dura cerviz.
Deu 9:14 Déjame que los destruya y borre su nombre de debajo del cielo; y que haga de ti una nación más fuerte y numerosa que ésta.»
Deu 9:15 Yo me volví y bajé del monte, que ardía en llamas, llevando en mis manos las dos tablas de la alianza.
Deu 9:16 Y vi que vosotros habíais pecado contra Yahveh vuestro Dios. Os habíais hecho un becerro de fundición: bien pronto os habíais apartado del camino que Yahveh os tenía prescrito.
Deu 9:17 Tomé entonces las dos tablas, las arrojé de mis manos y las hice pedazos a vuestros propios ojos.
Deu 9:18 Luego me postré ante Yahveh; como la otra vez, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua, por todo el pecado que habíais cometido haciendo el mal a los ojos de Yahveh hasta irritarle.
Deu 9:19 Porque tenía mucho miedo de la ira y del furor que irritaba a Yahveh contra vosotros hasta querer destruiros. Y una vez más me escuchó Yahveh.
Deu 9:20 También contra Aarón estaba Yahveh violentamente irritado hasta querer destruirle. Yo intercedí también entonces en favor de Aarón.
Deu 9:21 Y vuestro pecado, el becerro que os habíais hecho, lo tomé y lo quemé; lo hice pedazos, lo pasé a la muela hasta que quedó reducido a polvo, y tiré el polvo al torrente que baja de la montaña.
Deu 9:22 Y en Taberá, y en Massá, y en Quibrot Hattaavá, irritasteis a Yahveh.
Deu 9:23 Y cuando Yahveh os hizo salir de Cadés Barnea diciendo: «Subid a tomar posesión de la tierra que yo os he dado», os rebelasteis contra la orden de Yahveh vuestro Dios, no creísteis en él ni escuchasteis su voz.
Deu 9:24 Habéis sido rebeldes a Yahveh vuestro Dios desde el día en que os conoció.
Deu 9:25 Me postré, pues, ante Yahveh y estuve postrado estos cuarenta días y cuarenta noches, porque Yahveh había hablado de destruiros.
Deu 9:26 Supliqué a Yahveh y dije: «Señor Yahveh, no destruyas a tu pueblo, tu heredad, que tú rescataste con tu grandeza y que sacaste de Egipto con mano fuerte.
Deu 9:27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob, y no tomes en cuenta la indocilidad de este pueblo, ni su maldad ni su pecado,
Deu 9:28 para que no se diga en el país de donde nos sacaste: "Porque Yahveh no ha podido llevarlos a la tierra que les había prometido, y por el odio que les tiene, los ha sacado para hacerlos morir en el desierto."
Deu 9:29 Pero ellos son tu pueblo, tu heredad, aquellos a quienes tú sacaste con tu gran fuerza y tu tenso brazo.»

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Capítulo 10

10:1

EN aquel tiempo el Altísimo me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube á mí al monte, y hazte un arca de madera:

10:2

Y escribiré en aquellas tablas palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste; y las pondrás en el arca.

10:3

E hice un arca de madera de Sittim, y labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al monte con las dos tablas en mi mano.

10:4

Y escribió en las tablas conforme á la primera escritura, las diez palabras que el Altísimo os había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y diómelas el Altísimo.

10:5

Y volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están, como el Altísimo me mandó.

10:6

(Después partieron los hijos de Israel de Beerot-bene-jacaam á Moserá: allí murió Aarón, y allí fué sepultado; y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar.

10:7

De allí partieron á Gudgod, y de Gudgod á Jotbath, tierra de arroyos de aguas.

10:8

En aquel tiempo apartó el Altísimo la tribu de Leví, para que llevase el arca del pacto de el Altísimo, para que estuviese delante de el Altísimo para servirle, y para bendecir en su nombre, hasta hoy.

10:9

Por lo cual Leví no tuvo parte ni heredad con sus hermanos: el Altísimo es su heredad, como el Altísimo tu Dios le dijo.)

10:10

Y yo estuve en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y el Altísimo me oyó también esta vez, y no quiso el Altísimo destruirte.

10:11

Y díjome el Altísimo: Levántate, anda, para que partas delante del pueblo, para que entren y posean la tierra que juré á sus padres les había de dar.

10:12

Ahora pues, Israel, ¿qué pide el Altísimo tu Dios de ti, sino que temas á el Altísimo tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas á el Altísimo tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma;

10:13

Que guardes los mandamientos de el Altísimo y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que hayas bien?

10:14

He aquí, de el Altísimo tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos: la tierra, y todas las cosas que hay en ella.

10:15

Solamente de tus padres se agradó el Altísimo para amarlos, y escogió su simiente después de ellos, á vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día.

10:16

Circuncidad pues el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.

10:17

Porque el Altísimo vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso, y terrible, que no acepta persona, ni toma cohecho;

10:18

Que hace justicia al huérfano y á la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido.

10:19

Amaréis pues al extranjero: porque extranjeros fuisteis vosotros en tierra de Egipto.

10:20

A el Altísimo tu Dios temerás, á él servirás, á él te allegarás, y por su nombre jurarás.

10:21

El es tu alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas grandes y terribles cosas que tus ojos han visto.

10:22

Con setenta almas descendieron tus padres á Egipto; y ahora el Altísimo te ha hecho como las estrellas del cielo en multitud.

Deu 10:1 Yahveh me dijo entonces: «Labra dos tablas de piedra como las primeras y sube donde mí a la montaña; hazte también un arca de madera.
Deu 10:2 Yo escribiré en las tablas las palabras que había en las primeras que rompiste, y tú las depositarás en el arca.»
Deu 10:3 Hice un arca de madera de acacia, labré dos tablas de piedra como las primeras y subí a la montaña con las dos tablas en la mano.
Deu 10:4 El escribió en las tablas lo mismo que había escrito antes, las diez Palabras que Yahveh había dicho en el monte, de en medio del fuego, el día de la Asamblea. Y Yahveh me las entregó.
Deu 10:5 Yo volví a bajar del monte, puse las tablas en el arca que había hecho y allí quedaron, como me había mandado Yahveh.
Deu 10:6 Los israelitas partieron de los pozos de Bené Yaacán, hacia Moserá. Allí murió Aarón y allí fue enterrado. Le sucedió en el sacerdocio su hijo Eleazar.
Deu 10:7 De allí se dirigieron a Gudgoda y de Gudgoda a Yotbatá, lugar de torrentes.
Deu 10:8 Yahveh separó entonces a la tribu de Leví para llevar el arca de la alianza de Yahveh, sirviéndole y dando la bendición en su nombre hasta el día de hoy.
Deu 10:9 Por eso Leví no ha tenido parte ni heredad con sus hermanos: Yahveh es su heredad, como Yahveh tu Dios le dijo.
Deu 10:10 Yo me quedé en el monte, como la primera vez, cuarenta días y cuarenta noches. También esta vez me escuchó Yahveh y renunció a destruirte.
Deu 10:11 Y me dijo Yahveh: «Levántate, ve a ponerte al frente de este pueblo, para que vayan a tomar posesión de la tierra que yo juré a sus padres que les daría.»
Deu 10:12 Y ahora, Israel, ¿qué te pide tu Dios, sino que temas a Yahveh tu Dios, que sigas todos sus caminos, que le ames, que sirvas a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,
Deu 10:13 que guardes los mandamientos de Yahveh y sus preceptos que yo te prescribo hoy para que seas feliz?
Deu 10:14 Mira: De Yahveh tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y cuanto hay en ella.
Deu 10:15 Y con todo, sólo de tus padres se prendó Yahveh y eligió a su descendencia después de ellos, a vosotros mismos, de entre todos los pueblos, como hoy sucede.
Deu 10:16 Circuncidad el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis más vuestra cerviz,
Deu 10:17 porque Yahveh vuestro Dios es el Dios de los dioses y el Señor de los señores, el Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas ni admite soborno;
Deu 10:18 que hace justicia al huérfano y a la viuda, y ama al forastero, a quien da pan y vestido.
Deu 10:19 (Amad al forastero porque forasteros fuisteis vosotros en el país de Egipto.)
Deu 10:20 A Yahveh tu Dios temerás, a él servirás, vivirás unido a él y en su nombre jurarás.
Deu 10:21 El será objeto de tu alabanza y él tu Dios, que ha hecho por ti esas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.
Deu 10:22 No más de setenta personas eran tus padres cuando bajaron a Egipto, y Yahveh tu Dios te ha hecho ahora numeroso como las estrellas del cielo.

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Capítulo 11

11:1

AMARÁS pues á el Altísimo tu Dios, y guardarás su ordenanza, y sus estatutos y sus derechos y sus mandamientos, todos los días.

11:2

Y comprended hoy: porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo de el Altísimo vuestro Dios, su grandeza, su mano fuerte, y su brazo extendido,

11:3

Y sus señales, y sus obras que hizo en medio de Egipto á Faraón, rey de Egipto, y á toda su tierra;

11:4

Y lo que hizo al ejército de Egipto, á sus caballos, y á sus carros; cómo hizo ondear las aguas del mar Bermejo sobre ellos, cuando venían tras vosotros, y el Altísimo los destruyó hasta hoy;

11:5

Y lo que ha hecho con vosotros en el desierto, hasta que habéis llegado á este lugar;

11:6

Y lo que hizo con Dathán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió la tierra su boca, y tragóse á ellos y á sus casas, y sus tiendas, y toda la hacienda que tenían en pie en medio de todo Israel:

11:7

Mas vuestros ojos han visto todos los grandes hechos que el Altísimo ha ejecutado.

11:8

Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis esforzados, y entréis y poseáis la tierra, á la cual pasáis para poseerla;

11:9

Y para que os sean prolongados los días sobre la tierra, que juró el Altísimo á vuestros padres había de dar á ellos y á su simiente, tierra que fluye leche y miel.

11:10

Que la tierra á la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde habéis salido, donde sembrabas tu simiente, y regabas con tu pie, como huerto de hortaliza.

11:11

La tierra á la cual pasáis para poseerla, es tierra de montes y de vegas; de la lluvia del cielo ha de beber las aguas;

11:12

Tierra de la cual el Altísimo tu Dios cuida: siempre están sobre ella los ojos de el Altísimo tu Dios, desde el principio del año hasta el fin de él.

11:13

Y será que, si obedeciereis cuidadosamente mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando á el Altísimo vuestro Dios, y sirviéndolo con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma,

11:14

Yo daré la lluvia de vuestra tierra en su tiempo, la temprana y la tardía; y cogerás tu grano, y tu vino, y tu aceite.

11:15

Daré también hierba en tu campo para tus bestias; y comerás, y te hartarás.

11:16

Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis, y sirváis á dioses ajenos, y os inclinéis á ellos;

11:17

Y así se encienda el furor de el Altísimo sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis presto de la buena tierra que os da el Altísimo.

11:18

Por tanto, pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis por señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.

11:19

Y las enseñaréis á vuestros hijos, hablando de ellas, ora sentado en tu casa, ó andando por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes:

11:20

Y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas:

11:21

Para que sean aumentados vuestros días, y los días de vuestros hijos, sobre la tierra que juró el Altísimo á vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra.

11:22

Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo, para que los cumpláis; como améis á el Altísimo vuestro Dios andando en todos sus caminos, y á él os allegareis,

11:23

el Altísimo también echará todas estas gentes de delante de vosotros y poseeréis gentes grandes y más fuertes que vosotros.

11:24

Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, será vuestro: desde el desierto y el Líbano, desde el río, el río Eufrates, hasta la mar postrera será vuestro término.

11:25

Nadie se sostendrá delante de vosotros: miedo y temor de vosotros pondrá el Altísimo vuestro Dios sobre la haz de toda la tierra que hollareis, como él os ha dicho.

11:26

He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:

11:27

La bendición, si oyereis los mandamientos de el Altísimo vuestro Dios, que yo os prescribo hoy;

11:28

Y la maldición, si no oyereis los mandamientos de el Altísimo vuestro Dios, y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido.

11:29

Y será que, cuando el Altísimo tu Dios te introdujere en la tierra á la cual vas para poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el monte Ebal:

11:30

Los cuales están de la otra parte del Jordán, tras el camino del occidente en la tierra del Cananeo, que habita en la campiña delante de Gilgal, junto á los llanos de Moreh.

11:31

Porque vosotros pasáis el Jordán, para ir a poseer la tierra que os da el Altísimo vuestro Dios; y la poseeréis, y habitaréis en ella.

11:32

Cuidaréis, pues, de poner por obra todos los estatutos y derechos que yo presento hoy delante de vosotros.

 

Deu 11:1 Amarás a Yahveh tu Dios y guardarás siempre sus ritos, sus preceptos, normas y mandamientos.
Deu 11:2 Vosotros sabéis hoy - no vuestros hijos, que ni saben ni han visto la lección de Yahveh vuestro Dios, su grandeza, su mano fuerte y su tenso brazo -
Deu 11:3 las señales y hazañas que realizó él en medio de Egipto, contra Faraón rey de Egipto y todo su pueblo;
Deu 11:4 lo que hizo con el ejército de Egipto, con sus caballos y sus carros, precipitando sobre ellos las aguas del mar de Suf cuando os perseguían, y aniquilándolos Yahveh hasta el día de hoy;
Deu 11:5 lo que ha hecho por vosotros en el desierto hasta vuestra llegada a este lugar;
Deu 11:6 lo que hizo con Datán y Abirón, hijos de Eliab el rubenita, cuando la tierra abrió su boca y los tragó en medio de todo Israel, con sus familias, sus tiendas y todos los que les seguían.
Deu 11:7 Pues vuestros mismos ojos han visto toda esta gran obra que Yahveh ha realizado.
Deu 11:8 Guardaréis todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que os hagáis fuertes y lleguéis a poseer la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión,
Deu 11:9 y para que prolonguéis vuestros días en el suelo que Yahveh juró dar a vuestros padres y a su descendencia, tierra que mana leche y miel.
Deu 11:10 Porque la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión no es como el país de Egipto del que habéis salido, donde después de sembrar había que regar con el pie, como se riega un huerto de hortalizas.
Deu 11:11 Sino que la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión es una tierra de montes y valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo.
Deu 11:12 De esta tierra se cuida Yahveh tu Dios; los ojos de Yahveh tu Dios están constantemente puestos en ella, desde que comienza el año hasta que termina.
Deu 11:13 Y si vosotros obedecéis puntualmente a los mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Yahveh vuestro Dios y sirviéndole con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,
Deu 11:14 yo daré a vuestro país la lluvia a su tiempo, lluvia de otoño y lluvia de primavera, y tú podrás cosechar tu trigo, tu mosto y tu aceite;
Deu 11:15 yo daré a tu campo hierba para tu ganado, y comerás hasta hartarte.
Deu 11:16 Cuidad bien que no se pervierta vuestro corazón y os descarriéis a dar culto o otros dioses, y a postraros ante ellos;
Deu 11:17 pues la ira de Yahveh se encendería contra vosotros y cerraría los cielos, no habría más lluvia, el suelo no daría su fruto y vosotros pereceríais bien pronto en esa tierra buena que Yahveh os da.
Deu 11:18 Poned estas palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, atadlas a vuestra mano como una señal, y sean como una insignia entre vuestros ojos.
Deu 11:19 Enseñádselas a vuestros hijos, hablando de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado como levantado.
Deu 11:20 Las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas,
Deu 11:21 para que vuestros días y los días de vuestros hijos en la tierra que Yahveh juró dar a vuestros padres sean tan numerosos como los días del cielo sobre la tierra.
Deu 11:22 Porque, si de verdad guardáis todos estos mandamientos que yo os mando practicar, amando a Yahveh vuestro Dios, siguiendo todos sus caminos y viviendo unidos a él,
Deu 11:23 Yahveh desalojará delante de vosotros a todas esas naciones, y vosotros desalojaréis a naciones más numerosas y fuertes que vosotros.
Deu 11:24 Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será vuestro; desde el Río, el río Eufrates, hasta el mar occidental, se extenderá vuestro territorio.
Deu 11:25 Nadie podrá resistiros; Yahveh vuestro Dios hará que se os tema y se os respete sobre la haz de toda la tierra que habéis de pisar, como él os ha dicho.
Deu 11:26 Mira: Yo pongo hoy ante vosotros bendición y maldición.
Deu 11:27 Bendición si escucháis los mandamientos de Yahveh vuestro Dios que yo os prescribo hoy,
Deu 11:28 maldición si desoís los mandamientos de Yahveh vuestro Dios, si os apartáis del camino que yo os prescribo hoy, para seguir a otros dioses que no conocéis.
Deu 11:29 Cuando Yahveh tu Dios te haya introducido en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión, pondrás la bendición sobre el monte Garizim y la maldición sobre el monte Ebal.
Deu 11:30 (Estos montes están, como sabéis, al otro lado del Jordán, detrás del camino del poniente, en el país de los cananeos que habitan en la Arabá, frente a Guilgal, cerca de la Encina de Moré.)
Deu 11:31 Ya que vais a pasar el Jordán para ir a tomar posesión de la tierra que Yahveh vuestro Dios os da, cuando la poseáis y habitéis en ella,
Deu 11:32 cuidaréis de poner en práctica todos los preceptos y normas que yo os expongo hoy.

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Capítulo 12

12:1

ESTOS son los estatutos y derechos que cuidaréis de poner por obra, en la tierra que el Altísimo el Dios de tus padres te ha dado para que la poseas, todos los días que vosotros viviereis sobre la tierra.

12:2

Destruiréis enteramente todos los lugares donde las gentes que vosotros heredareis sirvieron á sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol espeso:

12:3

Y derribaréis sus altares, y quebraréis sus imágenes, y sus bosques consumiréis con fuego: y destruiréis las esculturas de sus dioses, y extirparéis el nombre de ellas de aquel lugar.

12:4

No haréis así á el Altísimo vuestro Dios.

12:5

Mas el lugar que el Altísimo vuestro Dios escogiere de todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis:

12:6

Y allí llevaréis vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, y vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, y vuestros votos, y vuestras ofrendas voluntarias, y los primerizos de vuestras vacas y de vuestras ovejas:

12:7

Y comeréis allí delante de el Altísimo vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en que el Altísimo tu Dios te hubiere bendecido.

12:8

No haréis como todo lo que nosotros hacemos aquí ahora, cada uno lo que le parece,

12:9

Porque aun hasta ahora no habéis entrado al reposo y á la heredad que os da el Altísimo vuestro Dios.

12:10

Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que el Altísimo vuestro Dios os hace heredar, y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.

12:11

Y al lugar que el Altísimo vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de vuestros votos que hubiereis prometido á el Altísimo;

12:12

Y os alegraréis delante de el Altísimo vuestro Dios, vosotros, y vuestros hijos, y vuestras hijas, y vuestros siervos, y vuestras siervas, y el Levita que estuviere en vuestras poblaciones: por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros.

12:13

Guárdate, que no ofrezcas tus holocaustos en cualquier lugar que vieres;

12:14

Mas en el lugar que el Altísimo escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.

12:15

Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme al deseo de tu alma, según la bendición de el Altísimo tu Dios que él te habrá dado: el inmundo y el limpio la comerá, como la de corzo ó de ciervo:

12:16

Salvo que sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua.

12:17

Ni podrás comer en tus poblaciones el diezmo de tu grano, ó de tu vino, ó de tu aceite, ni los primerizos de tus vacas, ni de tus ovejas, ni tus votos que prometieres, ni tus ofrendas voluntarias, ni las elevadas ofrendas de tus manos:

12:18

Mas delante de el Altísimo tu Dios las comerás, en el lugar que el Altísimo tu Dios hubiere escogido, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita que está en tus poblaciones: y alegrarte has delante de el Altísimo tu Dios en toda obra de tus manos.

12:19

Ten cuidado de no desamparar al Levita en todos tus días sobre tu tierra.

12:20

Cuando el Altísimo tu Dios ensanchare tu término, como él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré carne, porque deseó tu alma comerla, conforme á todo el deseo de tu alma comerás carne.

12:21

Cuando estuviere lejos de ti el lugar que el Altísimo tu Dios habrá escogido, para poner allí su nombre, matarás de tus vacas y de tus ovejas, que el Altísimo te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas según todo lo que deseare tu alma.

12:22

Lo mismo que se come el corzo y el ciervo, así las comerás: el inmundo y el limpio comerán también de ellas.

12:23

Solamente que te esfuerces á no comer sangre: porque la sangre es el alma; y no has de comer el alma juntamente con su carne.

12:24

No la comerás: en tierra la derramarás como agua.

12:25

No comerás de ella; para que te vaya bien á ti, y á tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto en ojos de el Altísimo.

12:26

Empero las cosas que tuvieres tú consagradas, y tus votos, las tomarás, y vendrás al lugar que el Altísimo hubiere escogido:

12:27

Y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de el Altísimo tu Dios: y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de el Altísimo tu Dios, y comerás la carne.

12:28

Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, porque te vaya bien á ti y á tus hijos después de ti para siempre, cuando hicieres lo bueno y lo recto en los ojos de el Altísimo tu Dios.

12:29

Cuando hubiere devastado delante de ti el Altísimo tu Dios las naciones á donde tú vas para poseerlas, y las heredares, y habitares en su tierra,

12:30

Guárdate que no tropieces en pos de ellas, después que fueren destruídas delante de ti: no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: la manera que servían aquellas gentes á sus dioses, así haré yo también.

12:31

No harás así á el Altísimo tu Dios; porque todo lo que el Altísimo aborrece, hicieron ellos á sus dioses; pues aun á sus hijos é hijas quemaban en el fuego á sus dioses.

12:32

Cuidaréis de hacer todo lo que yo os mando: no añadirás á ello, ni quitarás de ello.

Deu 12:1 Estos son los preceptos y normas que cuidaréis de poner en práctica en la tierra que Yahveh el Dios de tus padres te ha dado en posesión, todos los días que viváis en su suelo.
Deu 12:2 Suprimiréis todos los lugares donde los pueblos que vais a desalojar han dado culto a sus dioses, en lo alto de los montes, en las colinas, y bajo todo árbol frondoso;
Deu 12:3 demoleréis su altares, romperéis sus estelas, quemaréis sus cipos, derribaréis las esculturas de sus dioses y suprimiréis su nombre de este lugar.
Deu 12:4 No procederéis así respecto de Yahveh vuestro Dios,
Deu 12:5 sino que sólo vendréis a buscarle al lugar elegido por Yahveh vuestro Dios, de entre todas las tribus, para poner en él la morada de su nombre.
Deu 12:6 Allí llevaréis vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas reservadas de vuestras manos, vuestras ofrendas votivas y vuestras ofrendas voluntarias, los primogénitos de vuestro ganado mayor y menor,
Deu 12:7 allí comeréis en presencia de Yahveh vuestro Dios y os regocijaréis, vosotros y vuestras casas, de todas las empresas en que Yahveh tu Dios te haya bendecido.
Deu 12:8 No haréis lo que nosotros hacemos aquí hoy, cada cual lo que le parece bien,
Deu 12:9 porque todavía no habéis llegado al lugar de descanso y a la heredad que Yahveh tu Dios te da.
Deu 12:10 Pero cuando paséis el Jordán y habitéis en la tierra que Yahveh vuestro Dios os da en herencia, cuando él os haya puesto al abrigo de todos vuestros enemigos de alrededor, y viváis con tranquilidad,
Deu 12:11 llevaréis al lugar elegido por Yahveh vuestro Dios para morada de su nombre todo lo que yo os prescribo: vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas reservadas de vuestras manos, lo más selecto de vuestras ofrendas que hayáis prometido con voto a Yahveh;
Deu 12:12 y os regocijaréis en presencia de Yahveh, vosotros, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, así como el levita que vive en vuestras ciudades, ya que no tiene parte ni heredad con vosotros.
Deu 12:13 Guárdate de ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar sagrado que veas;
Deu 12:14 sólo en el lugar elegido por Yahveh en una de tus tribus podrás ofrecer tus holocaustos y sólo allí pondrás en práctica todo lo que yo te mando.
Deu 12:15 Podrás, sin embargo, siempre que lo desees, sacrificar y comer la carne, como bendición que te ha dado Yahveh tu Dios, en todas tus ciudades. Tanto el puro como el impuro podrán comerla, como si fuese gacela o ciervo.
Deu 12:16 Sólo la sangre no la comeréis; la derramarás en tierra como agua.
Deu 12:17 No podrás comer en tus ciudades el diezmo de tu trigo, de tu mosto o de tu aceite, ni los primogénitos de tu ganado mayor o menor, ninguna de tus ofrendas votivas o de tus ofrendas voluntarias, ni las ofrendas reservadas de tus manos.
Deu 12:18 Sino que lo comerás en presencia de Yahveh tu Dios, en el lugar elegido por Yahveh tu Dios y solamente allí, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades. Y te regocijarás en presencia de Yahveh tu Dios por todas tus empresas.
Deu 12:19 Guárdate de dejar abandonado al levita mientras vivas en tu suelo.
Deu 12:20 Cuando Yahveh tu Dios haya ensanchado tu territorio, como te ha prometido, y digas: «Querría comer carne», si deseas comer carne, podrás hacerlo siempre que quieras.
Deu 12:21 Si el lugar elegido por Yahveh tu Dios para morada de su nombre está demasiado lejos de ti, podrás sacrificar del ganado mayor y menor que Yahveh te haya concedido, del modo que yo te he prescrito; lo podrás comer en tus ciudades a la medida de tus deseos;
Deu 12:22 y lo comerás como se come la gacela o el ciervo; podrán comerlo tanto el puro como el impuro.
Deu 12:23 Guárdate sólo de comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida con la carne.
Deu 12:24 No la comerás, la derramarás en tierra como agua.
Deu 12:25 No la comerás, para que seas feliz, tú y tu hijo después de ti, por haber hecho lo que es justo a los ojos de Yahveh.
Deu 12:26 Pero las cosas sagradas que te correspondan y las que hayas prometido con voto, irás a llevarlas a aquel lugar elegido por Yahveh.
Deu 12:27 Harás el holocausto de la carne y de la sangre sobre el altar de Yahveh tu Dios; la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Yahveh tu Dios, y tu podrás comer la carne.
Deu 12:28 Observa y escucha todas estas cosas que yo te mando, para que seas feliz siempre, tú y tu hijo después de ti, por haber hecho lo que es bueno y justo a los ojos de Yahveh tu Dios.
Deu 12:29 Cuando Yahveh tu Dios haya exterminado las naciones que tú vas a desalojar ante ti, cuando las hayas desalojado y habites en su tierra,
Deu 12:30 guárdate de dejarte prender en el lazo siguiendo su ejemplo después de haber sido ellos exterminados ante ti, y de buscar sus dioses, diciendo; «¿Cómo servían estas naciones a sus dioses? Así haré yo también,»
Deu 12:31 No procederás así con Yahveh tu Dios. Porque todo lo que es una abominación para Yahveh, lo que detesta, lo hacen ellos en honor de sus dioses: llegan incluso a quemar al fuego a sus hijos e hijas en honor de sus dioses.

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Capítulo 13

13:1

CUANDO se levantare en medio de ti profeta, ó soñador de sueños, y te diere señal ó prodigio,

13:2

Y acaeciere la señal ó prodigio que él te dijo, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles;

13:3

No darás oído á las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños: porque el Altísimo vuestro Dios os prueba, para saber si amáis á el Altísimo vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.

13:4

En pos de el Altísimo vuestro Dios andaréis, y á él temeréis, y guardaréis sus mandamientos, y escucharéis su voz, y á él serviréis, y á él os allegaréis.

13:5

Y el tal profeta ó soñador de sueños, ha de ser muerto; por cuanto trató de rebelión contra el Altísimo vuestro Dios, que te sacó de tierra de Egipto, y te rescató de casa de siervos, y de echarte del camino por el que el Altísimo tu Dios te mandó que anduvieses: y así quitarás el mal de en medio de ti.

13:6

Cuando te incitare tu hermano, hijo de tu madre, ó tu hijo, ó tu hija, ó la mujer de tu seno, ó tu amigo que sea como tu alma, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos á dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis,

13:7

De los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores cercanos á ti, ó lejos de ti, desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella;

13:8

No consentirás con él, ni le darás oído; ni tu ojo le perdonará, ni tendrás compasión, ni lo encubrirás:

13:9

Antes has de matarlo; tu mano será primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo.

13:10

Y has de apedrearlo con piedras, y morirá; por cuanto procuró apartarte de el Altísimo tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos:

13:11

Para que todo Israel oiga, y tema, y no tornen á hacer cosa semejante á esta mala cosa en medio de ti.

13:12

Cuando oyeres de alguna de tus ciudades que el Altísimo tu Dios te da para que mores en ellas, que se dice:

13:13

Hombres, hijos de impiedad, han salido de en medio de ti, que han instigado á los moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos á dioses ajenos, que vosotros no conocisteis;

13:14

Tú inquirirás, y buscarás, y preguntarás con diligencia; y si pareciere verdad, cosa cierta, que tal abominación se hizo en medio de ti,

13:15

Irremisiblemente herirás á filo de espada los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y también sus bestias á filo de espada.

13:16

Y juntarás todo el despojo de ella en medio de su plaza, y consumirás con fuego la ciudad y todo su despojo, todo ello, á el Altísimo tu Dios: y será un montón para siempre: nunca más se edificará.

13:17

Y no se pegará algo á tu mano del anatema; porque el Altísimo se aparte del furor de su ira, y te dé mercedes, y tenga misericordia de ti, y te multiplique, como lo juró á tus padres,

13:18

Cuando obedecieres á la voz de el Altísimo tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, para hacer lo recto en ojos de el Altísimo tu Dios.

Deu 13:1 Todo esto que yo os mando, cuidaréis de ponerlo por obra, sin añadir ni quitar nada.
Deu 13:2 Si surge en medio de ti un profeta o vidente en sueños, que te propone una señal o un prodigio,
Deu 13:3 y llega a realizarse la señal o el prodigio que te ha anunciado, y te dice: «Vamos en pos de otros dioses (que tú no conoces) a servirles»,
Deu 13:4 no escucharás las palabras de ese profeta o de ese vidente en sueños. Es que Yahveh vuestro Dios os pone a prueba para saber si verdaderamente amáis a Yahveh vuestro Dios con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
Deu 13:5 A Yahveh vuestro Dios seguiréis y a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis y viviréis unidos a él.
Deu 13:6 Ese profeta o vidente en sueños deberá morir por haber predicado la rebelión contra Yahveh tu Dios - que te sacó del país de Egipto y te rescató de la casa de servidumbre - para apartarte del camino que Yahveh tu Dios te ha mandado seguir. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 13:7 Si tu hermano, hijo de tu padre o hijo de tu madre, tu hijo o tu hija, la esposa que reposa en tu seno o el amigo que es tu otro yo, trata de seducirte en secreto diciéndote: «Vamos a servir a otros dioses», desconocidos de ti y de tus padres,
Deu 13:8 de entre los dioses de los pueblos próximos o lejanos que os rodean de un extremo a otro de la tierra,
Deu 13:9 no accederás ni le escucharás, tu ojo no tendrá piedad de él, no le perdonarás ni le encubrirás,
Deu 13:10 sino que le harás morir; tu mano caerá la primera sobre él para darle muerte, y después la mano de todo el pueblo.
Deu 13:11 Le apedrearás hasta que muera, porque trató de apartarte de Yahveh tu Dios, el que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre.
Deu 13:12 Y todo Israel, cuando lo sepa, tendrá miedo y dejará de cometer este mal en medio de ti.
Deu 13:13 Si oyes decir que en una de las ciudades que Yahveh tu Dios te da para habitar en ella
Deu 13:14 algunos hombres, malvados, salidos de tu propio seno, han seducido a sus conciudadanos diciendo: «Vamos a dar culto a otros dioses», desconocidos de vosotros,
Deu 13:15 consultarás, indagarás y preguntarás minuciosamente. Si es verdad, si se comprueba que en medio de ti se ha cometido tal abominación,
Deu 13:16 deberás pasar a filo de espada a los habitantes de esa ciudad; la consagrarás al anatema con todo lo que haya dentro de ella;
Deu 13:17 amontonarás todos sus despojos en medio de la plaza pública y prenderás fuego a la ciudad con todos sus despojos, todo ello en honor de Yahveh tu Dios. Quedará para siempre convertida en un montón de ruinas, y no volverá a ser edificada.
Deu 13:18 De este anatema no se te quedará nada en la mano, para que Yahveh aplaque el ardor de su ira y sea misericordioso contigo, tenga piedad de ti y te multiplique como prometió bajo juramento a tus padres,
Deu 13:19 a condición de que escuches la voz de Yahveh tu Dios guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy y haciendo lo que es justo a los ojos de Yahveh tu Dios.

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Capítulo 14

14:1

HIJOS sois de el Altísimo vuestro Dios: no os sajaréis, ni pondréis calva sobre vuestros ojos por muerto;

14:2

Porque eres pueblo santo á el Altísimo tu Dios, y el Altísimo te ha escogido para que le seas un pueblo singular de entre todos los pueblos que están sobre la haz de la tierra.

14:3

Nada abominable comerás.

14:4

Estos son los animales que comeréis: el buey, la oveja, y la cabra,

14:5

El ciervo, el corzo, y el búfalo, y el cabrío salvaje, y el unicornio, y buey salvaje, y cabra montés.

14:6

Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese comeréis.

14:7

Empero estos no comeréis de los que rumian, ó tienen uña hendida: camello, y liebre, y conejo, porque rumian, mas no tienen uña hendida, os serán inmundos;

14:8

Ni puerco: porque tiene uña hendida, mas no rumia, os será inmundo. la carne de éstos no comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.

14:9

Esto comeréis de todo lo que está en el agua: todo lo que tiene aleta y escama comeréis;

14:10

Mas todo lo que no tuviere aleta y escama, no comeréis: inmundo os será.

14:11

Toda ave limpia comeréis.

14:12

Y estas son de las que no comeréis: el águila, y el azor, y el esmerejón,

14:13

Y el ixio, y el buitre, y el milano según su especie,

14:14

Y todo cuervo según su especie,

14:15

Y el búho, y la lechuza, y el cuclillo, y el halcón según su especie,

14:16

Y el herodión, y el cisne, y el ibis,

14:17

Y el somormujo, y el calamón, y el corvejón,

14:18

Y la cigüeña, y la garza según su especie, y la abubilla, y el murciélago.

14:19

Y todo reptil alado os será inmundo: no se comerá.

14:20

Toda ave limpia comeréis.

14:21

Ninguna cosa mortecina comeréis: al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él la comerá: ó véndela al extranjero; porque tú eres pueblo santo á el Altísimo tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.

14:22

Indispensablemente diezmarás todo el producto de tu simiente, que rindiere el campo cada un año.

14:23

Y comerás delante de el Altísimo tu Dios en el lugar que él escogiere para hacer habitar allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino, y de tu aceite, y los primerizos de tus manadas, y de tus ganados, para que aprendas á temer á el Altísimo tu Dios todos los días.

14:24

Y si el camino fuere tan largo que tú no puedas llevarlo por él, por estar lejos de ti el lugar que el Altísimo tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando el Altísimo tu Dios te bendijere,

14:25

Entonces venderlo has, y atarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que el Altísimo tu Dios escogiere;

14:26

Y darás el dinero por todo lo que deseare tu alma, por vacas, ó por ovejas, ó por vino, ó por sidra, ó por cualquier cosa que tu alma te demandare: y comerás allí delante de el Altísimo tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.

14:27

Y no desampararás al Levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo.

14:28

Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades:

14:29

Y vendrá el Levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que el Altísimo tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos que hicieres.

Deu 14:1 Hijos sois de Yahveh vuestro Dios. No os haréis incisión ni tonsura entre los ojos por un muerto.
Deu 14:2 Porque tú eres un pueblo consagrado a Yahveh tu Dios, y Yahveh te ha escogido para que seas el pueblo de su propiedad personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra.
Deu 14:3 No comerás nada que sea abominable.
Deu 14:4 Estos son los animales que podréis comer: buey, carnero, cabra,
Deu 14:5 ciervo, gacela, gamo, cabra montés, antílope, búfalo, gamuza.
Deu 14:6 Y todo animal de pezuña partida, hendida en dos mitades, y que rumia, lo podéis comer.
Deu 14:7 Sin embargo, entre los que rumian y entre los animales de pezuña partida y hendida no podréis comer los siguientes: el camello, la liebre y el damán, que rumian pero no tienen la pezuña hendida; los tendréis por impuros.

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Capítulo 15

15:1

AL cabo de siete años harás remisión.

15:2

Y esta es la manera de la remisión: perdonará á su deudor todo aquél que hizo empréstito de su mano, con que obligó á su prójimo: no lo demandará más á su prójimo, ó á su hermano; porque la remisión de el Altísimo es pregonada.

15:3

Del extranjero demandarás el reintegro: mas lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano;

15:4

Para que así no haya en ti mendigo; porque el Altísimo te bendecirá con abundancia en la tierra que el Altísimo tu Dios te da por heredad para que la poseas,

15:5

Si empero escuchares fielmente la voz de el Altísimo tu Dios, para guardar y cumplir todos estos mandamientos que yo te intimo hoy.

15:6

Ya que el Altísimo tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces á muchas gentes, mas tú no tomarás prestado; y enseñorearte has de muchas gentes, pero de ti no se enseñorearán.

15:7

Cuando hubiere en ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en tu tierra que el Altísimo tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano á tu hermano pobre:

15:8

Mas abrirás á él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que basta, lo que hubiere menester.

15:9

Guárdate que no haya en tu corazón perverso pensamiento, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión; y tu ojo sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no darle: que él podrá clamar contra ti á el Altísimo, y se te imputará á pecado.

15:10

Sin falta le darás, y no sea tu corazón maligno cuando le dieres: que por ello te bendecirá el Altísimo tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que pusieres mano.

15:11

Porque no faltarán menesterosos de en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano á tu hermano, á tu pobre, y á tu menesteroso en tu tierra.

15:12

Cuando se vendiere á ti tu hermano Hebreo ó Hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo año le despedirás libre de ti.

15:13

Y cuando lo despidieres libre de ti, no lo enviarás vacío:

15:14

Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era, y de tu lagar; le darás de aquello en que el Altísimo te hubiere bendecido.

15:15

Y te acordarás que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que el Altísimo tu Dios te rescató: por tanto yo te mando esto hoy.

15:16

Y será que, si él te dijere: No saldré de contigo; porque te ama á ti y á tu casa, que le va bien contigo;

15:17

Entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja junto á la puerta, y será tu siervo para siempre: así también harás á tu criada.

15:18

No te parezca duro cuando le enviares libre de ti; que doblado del salario de mozo jornalero te sirvió seis años: y el Altísimo tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieres.

15:19

Santificarás á el Altísimo tu Dios todo primerizo macho que nacerá de tus vacas y de tus ovejas: no te sirvas del primerizo de tus vacas, ni trasquiles el primerizo de tus ovejas.

15:20

Delante de el Altísimo tu Dios los comerás cada un año, tú y tu familia, en el lugar que el Altísimo escogiere.

15:21

Y si hubiere en él tacha, ciego ó cojo, ó cualquiera mala falta, no lo sacrificarás á el Altísimo tu Dios.

15:22

En tus poblaciones lo comerás: el inmundo lo mismo que el limpio comerán de él, como de un corzo ó de un ciervo.

15:23

Solamente que no comas su sangre: sobre la tierra la derramarás como agua.

Deu 15:1 Cada siete años harás remisión.
Deu 15:2 En esto consiste la remisión. Todo acreedor que posea una prenda personal obtenida de su prójimo, le hará remisión; no apremiará a su prójimo ni a su hermano, si se invoca la remisión en honor de Yahveh.
Deu 15:3 Podrás apremiar al extranjero, pero a tu hermano le concederás la remisión de lo que te debe.
Deu 15:4 Cierto que no debería haber ningún pobre junto a ti, porque Yahveh te otorgará su bendición en la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia para que la poseas,
Deu 15:5 pero sólo si escuchas de verdad la voz de Yahveh tu Dios cuidando de poner en práctica todos estos mandamientos que yo te prescribo hoy.
Deu 15:6 Sí, Yahveh tu Dios te bendecirá como te ha dicho: prestarás a naciones numerosas, y tú no pedirás prestado, dominarás a naciones numerosas, y a ti no te dominarán.
Deu 15:7 Si hay junto a ti algún pobre de entre tus hermanos, en alguna de las ciudades de tu tierra que Yahveh tu Dios te da, no endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre,
Deu 15:8 sino que le abrirás tu mano y le prestarás lo que necesite para remediar su indigencia.
Deu 15:9 Cuida de no abrigar en tu corazón estos perversos pensamientos: «Ya pronto llega el año séptimo, el año de la remisión», para mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada; él apelaría a Yahveh contra ti y te cargarías con un pecado.
Deu 15:10 Cuando le des algo, se lo has de dar de buena gana, que por esta acción te bendecirá Yahveh, tu Dios en todas tus obras y en todas tus empresas.
Deu 15:11 Pues no faltarán pobres en esta tierra; por eso te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra.
Deu 15:12 Si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti, te servirá durante seis años y al séptimo le dejarás libre.
Deu 15:13 Al dejarle libre, no le mandarás con las manos vacías;
Deu 15:14 le harás algún presente de tu ganado menor, de tu era y de tu lagar; le darás según como te haya bendecido Yahveh tu Dios.
Deu 15:15 Recordarás que tu fuiste esclavo en el país de Egipto y que Yahveh tu Dios te rescató: por eso te mando esto hoy.
Deu 15:16 Pero si él te dice: «No quiero marcharme de tu lado», porque te ama, a ti y a tu casa, porque le va bien contigo,
Deu 15:17 tomarás un punzón, le horadarás la oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre. Lo mismo harás con tu sierva.
Deu 15:18 No se te haga demasiado duro el dejarle en libertad, porque el haberte servido seis años vale por un doble salario de jornalero. Y Yahveh tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.
Deu 15:19 Todo primogénito que nazca en tu ganado mayor o menor, si es macho, lo consagraras a Yahveh tu Dios. No someterás al trabajo al primogénito de tu vaca ni esquilarás al primogénito de tu oveja.
Deu 15:20 Lo comerás, tú y tu casa, cada año, en presencia de Yahveh tu Dios, en el lugar elegido por Yahveh.
Deu 15:21 Si tiene alguna tara, si es cojo o ciego o con algún otro defecto grave, no lo sacrificarás a Yahveh tu Dios.
Deu 15:22 Lo comerás en tus ciudades, lo mismo el puro que el impuro, como si fuese gacela o ciervo;
Deu 15:23 sólo la sangre no la comerás; la derramarás en tierra como agua.

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Capítulo 16

16:1

GUARDARÁS el mes de Abib, y harás pascua á el Altísimo tu Dios: porque en el mes de Abib te sacó el Altísimo tu Dios de Egipto de noche.

16:2

Y sacrificarás la pascua á el Altísimo tu Dios, de las ovejas y de las vacas, en el lugar que el Altísimo escogiere para hacer habitar allí su nombre.

16:3

No comerás con ella leudo; siete días comerás con ella pan por leudar, pan de aflicción, porque apriesa saliste de tierra de Egipto: para que te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto todos los días de tu vida.

16:4

Y no se dejará ver levadura contigo en todo tu término por siete días; y de la carne que matares á la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana.

16:5

No podrás sacrificar la pascua en ninguna de tus ciudades, que el Altísimo tu Dios te da;

16:6

Sino en el lugar que el Altísimo tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre, sacrificarás la pascua por la tarde á puesta del sol, al tiempo que saliste de Egipto:

16:7

Y la asarás y comerás en el lugar que el Altísimo tu Dios hubiere escogido; y por la mañana te volverás y restituirás á tu morada.

16:8

Seis días comerás ázimos, y el séptimo día será solemnidad á el Altísimo tu Dios: no harás obra en él.

16:9

Siete semanas te contarás: desde que comenzare la hoz en las mieses comenzarás á contarte las siete semanas.

16:10

Y harás la solemnidad de las semanas á el Altísimo tu Dios: de la suficiencia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según el Altísimo tu Dios te hubiere bendecido.

16:11

Y te alegrarás delante de el Altísimo tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita que estuviere en tus ciudades, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que estuvieren en medio de ti, en el lugar que el Altísimo tu Dios hubiere escogido para hacer habitar allí su nombre.

16:12

Y acuérdate que fuiste siervo en Egipto; por tanto guardarás y cumplirás estos estatutos.

16:13

La solemnidad de las cabañas harás por siete días, cuando hubieres hecho la cosecha de tu era y de tu lagar.

16:14

Y te alegrarás en tus solemnidades, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que están en tus poblaciones.

16:15

Siete días celebrarás solemnidad á el Altísimo tu Dios en el lugar que el Altísimo escogiere; porque te habrá bendecido el Altísimo tu Dios en todos tus frutos, y en toda obra de tus manos, y estarás ciertamente alegre.

16:16

Tres veces cada un año parecerá todo varón tuyo delante de el Altísimo tu Dios en el lugar que él escogiere: en la solemnidad de los ázimos, y en la solemnidad de las semanas, y en la solemnidad de las cabañas. Y no parecerá vacío delante de el Altísimo:

16:17

Cada uno con el don de su mano, conforme á la bendición de el Altísimo tu Dios, que te hubiere dado.

16:18

Jueces y alcaldes te pondrás en todas tus ciudades que el Altísimo tu Dios te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.

16:19

No tuerzas el derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.

16:20

La justicia, la justicia seguirás, porque vivas y heredes la tierra que el Altísimo tu Dios te da.

16:21

No te plantarás bosque de ningún árbol cerca del altar de el Altísimo tu Dios, que tú te habrás hecho.

16:22

Ni te levantarás estatua; lo cual aborrece el Altísimo tu Dios.

Deu 16:1 Guarda el mes de Abib y celebra en él la Pascua en honor de Yahveh tu Dios, porque fue en el mes de Abib, por la noche, cuando Yahveh tu Dios te sacó de Egipto.
Deu 16:2 Sacrificarás en honor de Yahveh tu Dios una víctima pascual de ganado mayor y menor, en el lugar elegido por Yahveh tu Dios para morada de su nombre.
Deu 16:3 No comerás con la víctima pan fermentado; durante siete días la comerás con ázimos - pan de aflicción - porque a toda prisa saliste del país de Egipto: para que te acuerdes todos los días de tu vida del día en que saliste del país de Egipto.
Deu 16:4 Durante siete días no se verá junto a ti levadura, en todo tu territorio, y de la carne que hayas sacrificado la tarde del primer día no deberá quedar nada para la mañana siguiente.
Deu 16:5 No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de las ciudades que Yahveh tu Dios te da,
Deu 16:6 sino que sólo en el lugar elegido por Yahveh tu Dios para morada de su nombre, sacrificarás la Pascua, por la tarde a la puesta del sol, hora en que saliste de Egipto.
Deu 16:7 La cocerás y la comerás en el lugar elegido por Yahveh tu Dios, y a la mañana siguiente te volverás y marcharás a tus tiendas.
Deu 16:8 Comerás ázimos durante seis días; el día séptimo habrá reunión en honor de Yahveh tu Dios; y no harás ningún trabajo.
Deu 16:9 Contarás siete semanas. Cuando la hoz comience a cortar las espigas comenzarás a contar estas siete semanas.
Deu 16:10 Y celebrarás en honor de Yahveh tu Dios la fiesta de las Semanas, con la ofrenda voluntaria que haga tu mano, en la medida en que Yahveh tu Dios te haya bendecido.
Deu 16:11 En presencia de Yahveh tu Dios te regocijarás, en el lugar elegido por Yahveh tu Dios para morada de su nombre: tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita que vive en tus ciudades, el forastero, el huérfano y la viuda que viven en medio de ti.
Deu 16:12 Te acordarás de que fuiste esclavo en Egipto y cuidarás de poner en práctica estos preceptos.
Deu 16:13 Celebrarás la fiesta de las Tiendas durante siete días, cuando hayas recogido la cosecha de tu era y de tu lagar.
Deu 16:14 Durante tu fiesta te regocijarás, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el forastero, el huérfano y la viuda que viven en tus ciudades.
Deu 16:15 Durante siete días harás fiesta a Yahveh tu Dios en el lugar elegido por Yahveh; porque Yahveh tu Dios te bendecirá en todas tus cosechas y en todas tus obras, y serás plenamente feliz.
Deu 16:16 Tres veces al año se presentarán todos tus varones ante Yahveh tu Dios, en el lugar elegido por él: en la fiesta de los Ázimos, en la fiesta de las Semanas, y en la fiesta de las Tiendas. Nadie se presentará ante Yahveh con las manos vacías;
Deu 16:17 sino que cada cual ofrecerá el don de su mano, según la bendición que Yahveh tu Dios te haya otorgado.
Deu 16:18 Establecerás jueces y escribas para tus tribus en cada una de las ciudades que Yahveh te da; ellos juzgarán al pueblo con juicios justos.
Deu 16:19 No torcerás el derecho, no harás acepción de personas, no aceptarás soborno, porque el soborno cierra los ojos de los sabios y corrompe las palabras de los justos.
Deu 16:20 Justicia, sólo justicia has de buscar, para que vivas y poseas la tierra que Yahveh tu Dios te da.
Deu 16:21 No plantarás cipo, ni ninguna clase de árbol, junto al altar de Yahveh tu Dios que hayas construido;
Deu 16:22 y no te erigirás estela, cosa que detesta Yahveh tu Dios.

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Capítulo 17

17:1

NO sacrificarás á el Altísimo tu Dios buey, ó cordero, en el cual haya falta ó alguna cosa mala: porque es abominación á el Altísimo tu Dios.

17:2

Cuando se hallare entre ti, en alguna de tus ciudades que el Altísimo tu Dios te da, hombre, ó mujer, que haya hecho mal en ojos de el Altísimo tu Dios traspasando su pacto,

17:3

Que hubiere ido y servido á dioses ajenos, y se hubiere inclinado á ellos, ora al sol, ó á la luna, ó á todo el ejército del cielo, lo cual yo no he mandado;

17:4

Y te fuere dado aviso, y, después que oyeres y hubieres indagado bien, la cosa parece de verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel;

17:5

Entonces sacarás al hombre ó mujer que hubiere hecho esta mala cosa, á tus puertas, hombre ó mujer, y los apedrearás con piedras, y así morirán.

17:6

Por dicho de dos testigos, ó de tres testigos, morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo.

17:7

La mano de los testigos será primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo: así quitarás el mal de en medio de ti.

17:8

Cuando alguna cosa te fuere oculta en juicio entre sangre y sangre, entre causa y causa, y entre llaga y llaga, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te levantarás y recurrirás al lugar que el Altísimo tu Dios escogiere;

17:9

Y vendrás á los sacerdotes Levitas, y al juez que fuere en aquellos días, y preguntarás; y te enseñarán la sentencia del juicio.

17:10

Y harás según la sentencia que te indicaren los del lugar que el Altísimo escogiere, y cuidarás de hacer según todo lo que te manifestaren.

17:11

Según la ley que ellos te enseñaren, y según el juicio que te dijeren, harás: no te apartarás ni á diestra ni á siniestra de la sentencia que te mostraren.

17:12

Y el hombre que procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar allí delante de el Altísimo tu Dios, ó al juez, el tal varón morirá: y quitarás el mal de Israel.

17:13

Y todo el pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerán más.

17:14

Cuando hubieres entrado en la tierra que el Altísimo tu Dios te da, y la poseyeres, y habitares en ella, y dijeres: Pondré rey sobre mí, como todas las gentes que están en mis alrededores;

17:15

Sin duda pondrás por rey sobre ti al que el Altísimo tu Dios escogiere: de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti: no podrás poner sobre ti hombre extranjero, que no sea tu hermano.

17:16

Empero que no se aumente caballos, ni haga volver el pueblo á Egipto para acrecentar caballos: porque el Altísimo os ha dicho: No procuraréis volver más por este camino.

17:17

Ni aumentará para sí mujeres, porque su corazón no se desvíe: ni plata ni oro acrecentará para sí en gran copia.

17:18

Y será, cuando se asentare sobre el solio de su reino, que ha de escribir para sí en un libro un traslado de esta ley, del original de delante de los sacerdotes Levitas;

17:19

Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda á temer á el Altísimo su Dios, para guardar todas las palabras de aquesta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra:

17:20

Para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento á diestra ni á siniestra: á fin que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

Deu 17:1 No sacrificarás a Yahveh tu Dios ganado mayor o menor que tenga cualquier tara o defecto, porque es una abominación para Yahveh tu Dios.
Deu 17:2 Si hay en medio de ti, en alguna de las ciudades que Yahveh tu Dios te da, un hombre o una mujer que haga lo que es malo a los ojos de Yahveh tu Dios, violando su alianza,
Deu 17:3 que vaya a servir a otros dioses y se postre ante ellos, o ante el sol, la luna, o todo el ejército de los cielos, cosa que yo no he mandado,
Deu 17:4 y es denunciado a ti; si, después de escucharle y haber hecho una indagación minuciosa, se verifica el hecho y se comprueba que en Israel se ha cometido tal abominación,
Deu 17:5 sacarás a las puertas de tu ciudad a ese hombre o mujer, culpables de esta mala acción, y los apedrearás, al hombre o a la mujer, hasta que mueran.
Deu 17:6 No se podrá ejecutar al reo de muerte más que por declaración de dos o tres testigos; no se le hará morir por declaración de un solo testigo.
Deu 17:7 La primera mano que se pondrá sobre él para darle muerte será la de los testigos, y luego la mano de todo el pueblo. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 17:8 Si tienes que juzgar un caso demasiado difícil para ti, una causa de sangre, de colisión de derechos, o de lesiones, un litigio cualquiera en tus ciudades, te levantarás, subirás al lugar elegido por Yahveh tu Dios,
Deu 17:9 y acudirás a los sacerdotes levitas y al juez que entonces esté en funciones. Ellos harán una investigación y te indicarán el fallo de la causa.
Deu 17:10 Te ajustarás al fallo que te hayan indicado en este lugar elegido por Yahveh, y cuidarás de actuar conforme a cuanto te hayan enseñado.
Deu 17:11 Te ajustarás a las instrucciones que te hayan dado y a la sentencia que te dicten, sin desviarte a derecha ni a izquierda del fallo que te señalen.
Deu 17:12 Si alguno procede insolentemente, no escuchando ni al sacerdote que se encuentra allí al servicio de Yahveh tu Dios, ni al juez, ese hombre morirá. Harás desaparecer el mal de Israel.
Deu 17:13 Así todo el pueblo, al saberlo, temerá y no actuará más con insolencia.
Deu 17:14 Si cuando llegues a la tierra que Yahveh tu Dios te da, la tomes en posesión y habites en ella, dices: «Querría poner un rey sobre mí como todas las naciones de alrededor».
Deu 17:15 deberás poner sobre ti un rey elegido por Yahveh, y a uno de entre tus hermanos pondrás sobre ti como rey; no podrás darte por rey a un extranjero que no sea hermano tuyo.
Deu 17:16 Pero no ha de tener muchos caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto para aumentar su caballería, porque Yahveh os ha dicho: «No volveréis a ir jamás por ese camino.»
Deu 17:17 No ha de tener muchas mujeres, cosa que podría descarriar su corazón. Tampoco deberá tener demasiada plata y oro.
Deu 17:18 Cuando suba al trono real, deberá escribir esta Ley para su uso, copiándola del libro de los sacerdotes levitas.
Deu 17:19 La llevará consigo; la leerá todos los días de su vida para aprender a temer a Yahveh su Dios, guardando todas las palabras de esta Ley y estos preceptos, para ponerlos en práctica.
Deu 17:20 Así su corazón no se engreirá sobre sus hermanos y no se apartará de estos mandamientos ni a derecha ni a izquierda. Y así prolongará los días de su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.

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Capítulo 18

18:1

LOS sacerdotes Levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con Israel; de las ofrendas encendidas á el Altísimo, y de la heredad de él comerán.

18:2

No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos: el Altísimo es su heredad, como él les ha dicho.

18:3

Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en sacrificio buey ó cordero: darán al sacerdote la espalda, y las quijadas, y el cuajar.

18:4

Las primicias de tu grano, de tu vino, y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás:

18:5

Porque le ha escogido el Altísimo tu Dios de todas tus tribus, para que esté para ministrar al nombre de el Altísimo, él y sus hijos para siempre.

18:6

Y cuando el Levita saliere de alguna de tus ciudades de todo Israel, donde hubiere peregrinado, y viniere con todo deseo de su alma al lugar que el Altísimo escogiere,

18:7

Ministrará al nombre de el Altísimo su Dios, como todos sus hermanos los Levitas que estuvieren allí delante de el Altísimo.

18:8

Porción como la porción de los otros comerán, además de sus patrimonios.

18:9

Cuando hubieres entrado en la tierra que el Altísimo tu Dios te da, no aprenderás á hacer según las abominaciones de aquellas gentes.

18:10

No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo ó su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,

18:11

Ni fraguador de encantamentos, ni quien pregunte á pitón, ni mágico, ni quien pregunte á los muertos.

18:12

Porque es abominación á el Altísimo cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones el Altísimo tu Dios las echó de delante de ti.

18:13

Perfecto serás con el Altísimo tu Dios.

18:14

Porque estas gentes que has de heredar, á agoreros y hechiceros oían: mas tú, no así te ha dado el Altísimo tu Dios.

18:15

Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el Altísimo tu Dios: á él oiréis:

18:16

Conforme á todo lo que pediste á el Altísimo tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo á oir la voz de el Altísimo mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, porque no muera.

18:17

Y el Altísimo me dijo: Bien han dicho.

18:18

Profeta les suscitaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.

18:19

Mas será, que cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le residenciaré.

18:20

Empero el profeta que presumiere hablar palabra en mi nombre, que yo no le haya mandado hablar, ó que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.

18:21

Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que el Altísimo no hubiere hablado?

18:22

Cuando el profeta hablare en nombre de el Altísimo, y no fuere la tal cosa, ni viniere, es palabra que el Altísimo no ha hablado: con soberbia la habló aquel profeta: no tengas temor de él.

Deu 18:1 Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con Israel: vivirán de los manjares ofrecidos a Yahveh y de su heredad.
Deu 18:2 Esta tribu no tendrá heredad entre sus hermanos; Yahveh será su heredad, como él le ha dicho.
Deu 18:3 Este será el derecho de los sacerdotes sobre aquellos que ofrezcan un sacrificio de ganado mayor o menor: se dará al sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar.
Deu 18:4 Le darás las primicias de tu trigo, de tu mosto y de tu aceite, así como las primicias del esquileo de tu ganado menor.
Deu 18:5 Porque a él le ha elegido Yahveh tu Dios entre todas las tribus para ejercer su ministerio en el nombre de Yahveh él y sus hijos para siempre.
Deu 18:6 Si el levita llega de una de tus ciudades de todo Israel donde reside, y entra por deseo propio en el lugar elegido por Yahveh,
Deu 18:7 oficiará en el nombre de Yahveh su Dios, como todos sus hermanos levitas que se encuentran allí en presencia de Yahveh;
Deu 18:8 comerá una porción igual a la de ellos, aparte lo que obtenga por la venta de sus bienes patrimoniales.
Deu 18:9 Cuando hayas entrado en la tierra que Yahveh tu Dios te da, no aprenderás a cometer abominaciones como las de esas naciones.
Deu 18:10 No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología, hechicería o magia,
Deu 18:11 ningún encantador ni consultor de espectros o adivinos, ni evocador de muertos.
Deu 18:12 Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahveh tu Dios y por causa de estas abominaciones desaloja Yahveh tu Dios a esas naciones delante de ti.
Deu 18:13 Has de ser íntegro con Yahveh tu Dios.
Deu 18:14 Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a astrólogos y adivinos, pero a ti Yahveh tu Dios no te permite semejante cosa.
Deu 18:15 Yahveh tu Dios suscitará, de en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis.
Deu 18:16 Es exactamente lo que tú pediste a Yahveh tu Dios en el Horeb, el día de la Asamblea, diciendo: «Para no morir, no volveré a escuchar la voz de Yahveh mi Dios, ni miraré más a este gran fuego».
Deu 18:17 Y Yahveh me dijo a mí: «Bien está lo que han dicho.
Deu 18:18 Yo les suscitaré, de en medio de sus hermanos, un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él les dirá todo lo que yo le mande.
Deu 18:19 Si alguno no escucha mis palabras, las que ese profeta pronuncie en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas de ello.
Deu 18:20 Pero si un profeta tiene la presunción de decir en mi nombre una palabra que yo no he mandado decir, y habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.»
Deu 18:21 Acaso vas a decir en tu corazón: «¡Cómo sabremos que esta palabra no la ha dicho Yahveh?»
Deu 18:22 Si ese profeta habla en nombre de Yahveh, y lo que dice queda sin efecto y no se cumple, es que Yahveh no ha dicho tal palabra; el profeta lo ha dicho por presunción; no le tengas miedo.

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Capítulo 19

19:1

CUANDO el Altísimo tu Dios talare las gentes, cuya tierra el Altísimo tu Dios te da á ti, y tú las heredares, y habitares en sus ciudades, y en sus casas;

19:2

Te apartarás tres ciudades en medio de tu tierra que el Altísimo tu Dios te da para que la poseas.

19:3

Arreglarte has el camino, y dividirás en tres partes el término de tu tierra, que el Altísimo tu Dios te dará en heredad, y será para que todo homicida se huya allí.

19:4

Y este es el caso del homicida que ha de huir allí, y vivirá: el que hiriere á su prójimo por yerro, que no le tenía enemistad desde ayer ni antes de ayer:

19:5

Como el que fué con su prójimo al monte á cortar leña, y poniendo fuerza con su mano en el hacha para cortar algún leño, saltó el hierro del cabo, y encontró á su prójimo, y murió; aquél huirá á una de aquestas ciudades, y vivirá;

19:6

No sea que el pariente del muerto vaya tras el homicida, cuando se enardeciere su corazón, y le alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, no debiendo ser condenado á muerte; por cuanto no tenía enemistad desde ayer ni antes de ayer con el muerto.

19:7

Por tanto yo te mando, diciendo: Tres ciudades te apartarás.

19:8

Y si el Altísimo tu Dios ensanchare tu término, como lo juró á tus padres, y te diere toda la tierra que dijo á tus padres que había de dar;

19:9

Cuando guardases todos estos mandamientos, que yo te prescribo hoy, para ponerlos por obra, que ames á el Altísimo tu Dios y andes en sus caminos todos los días, entonces añadirás tres ciudades á más de estas tres;

19:10

Porque no sea derramada sangre inocente en medio de tu tierra, que el Altísimo tu Dios te da por heredad, y sea sobre ti sangre.

19:11

Mas cuando hubiere alguno que aborreciere á su prójimo, y lo acechare, y se levantare sobre él, y lo hiriere de muerte, y muriere, y huyere á alguna de estas ciudades;

19:12

Entonces los ancianos de su ciudad enviarán y lo sacarán de allí, y entregarlo han en mano del pariente del muerto, y morirá.

19:13

No le perdonará tu ojo: y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien.

19:14

No reducirás el término de tu prójimo, el cual señalaron los antiguos en tu heredad, la que poseyeres en la tierra que el Altísimo tu Dios te da para que la poseas.

19:15

No valdrá un testigo contra ninguno en cualquier delito, ó en cualquier pecado, en cualquier pecado que se cometiere. En el dicho de dos testigos, ó en el dicho de tres testigos consistirá el negocio.

19:16

Cuando se levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él rebelión,

19:17

Entonces los dos hombres litigantes se presentarán delante de el Altísimo, delante de los sacerdotes y jueces que fueren en aquellos días:

19:18

Y los jueces inquirirán bien, y si pareciere ser aquél testigo falso, que testificó falsamente contra su hermano,

19:19

Haréis á él como él pensó hacer á su hermano: y quitarás el mal de en medio de ti.

19:20

Y los que quedaren oirán, y temerán, y no volverán más á hacer una mala cosa como ésta, en medio de ti.

19:21

Y no perdonará tu ojo: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

Deu 19:1 Cuando Yahveh tu Dios haya exterminado a las naciones cuya tierra te va a dar Yahveh tu Dios, cuando las hayas desalojado y habites en sus ciudades y sus casas,
Deu 19:2 te reservarás tres ciudades en medio de la tierra que Yahveh tu Dios te da en posesión.
Deu 19:3 Tendrás franco el camino de acceso a ellas, y dividirás en tres partes el territorio del país que Yahveh tu Dios te da en posesión: esto para que todo homicida pueda huir allá.
Deu 19:4 Este es el caso del homicida que puede salvar su vida huyendo allá. El que mate a su prójimo sin querer, sin haberle odiado antes
Deu 19:5 (por ejemplo, si va al bosque con su prójimo a cortar leña y, al blandir su mano el hacha para tirar el árbol, se sale el hierro del mango y va a herir mortalmente a su prójimo), éste puede huir a una de esas ciudades y salvar su vida:
Deu 19:6 no sea que el vengador de sangre, cuando su corazón arde de ira, persiga al asesino, le dé alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, siendo así que éste no es reo de muerte, puesto que no odiaba anteriormente al otro.
Deu 19:7 Por eso te doy yo esta orden: «Te reservarás tres ciudades»;
Deu 19:8 y si Yahveh tu Dios dilata tu territorio, como juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a tus padres. -
Deu 19:9 a condición de que guardes y practiques todos los mandamientos que yo te prescribo hoy, amando a Yahveh tu Dios y siguiendo siempre sus caminos -, a estas tres ciudades añadirás otras tres.
Deu 19:10 Así no se derramará sangre inocente en medio de la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia, y no habrá sangre sobre ti.
Deu 19:11 Pero si un hombre odia a su prójimo y le tiende una emboscada, se lanza sobre él, le hiere mortalmente y aquél muere, y luego huye a una de estas ciudades,
Deu 19:12 los ancianos de su ciudad mandarán a prenderle allí, y le entregarán en manos del vengador de sangre, para que muera.
Deu 19:13 No tendrá tu ojo piedad de él. Harás desaparecer de Israel todo derramamiento de sangre inocente, y así te irá bien.
Deu 19:14 No desplazarás los mojones de tu prójimo, puestos por los antepasados, en la heredad recibida en la tierra que Yahveh tu Dios te da en posesión.
Deu 19:15 Un solo testigo no es suficiente para convencer a un hombre de cualquier culpa o delito; sea cual fuere el delito que haya cometido, sólo por declaración de dos o tres testigos será firme la causa.
Deu 19:16 Si un testigo injusto se levanta contra un hombre para acusarle de transgresión,
Deu 19:17 los dos hombres que por ello tienen pleito comparecerán en presencia de Yahveh, ante los sacerdotes y los jueces que estén entonces en funciones.
Deu 19:18 Los jueces indagarán minuciosamente, y si resulta que el testigo es un testigo falso, que ha acusado falsamente a su hermano,
Deu 19:19 haréis con él lo que él pretendía hacer con su hermano. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 19:20 Los demás, al saberlo, temerán y no volverán a cometer una maldad semejante en medio de ti.
Deu 19:21 No tendrá piedad tu ojo. Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

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Capítulo 20

20:1

CUANDO salieres á la guerra contra tus enemigos, y vieres caballos y carros, un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, que el Altísimo tu Dios es contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.

20:2

Y será que, cuando os acercareis para combatir, llegaráse el sacerdote, y hablará al pueblo,

20:3

Y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos: no se ablande vuestro corazón, no temáis, no os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;

20:4

Que el Altísimo vuestro Dios anda con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para salvaros.

20:5

Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase á su casa, porque quizá no muera en la batalla, y otro alguno la estrene.

20:6

¿Y quién ha plantado viña, y no ha hecho común uso de ella? Vaya, y vuélvase á su casa, porque quizá no muera en la batalla, y otro alguno la goce.

20:7

¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase á su casa, porque quizá no muera en la batalla, y algún otro la tome.

20:8

Y tornarán los oficiales á hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y tierno de corazón? Vaya, y vuélvase á su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos, como su corazón.

20:9

Y será que, cuando los oficiales acabaren de hablar al pueblo, entonces los capitanes de los ejércitos mandarán delante del pueblo.

20:10

Cuando te acercares á una ciudad para combatirla, le intimarás la paz.

20:11

Y será que, si te respondiere, Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te serán tributarios, y te servirán.

20:12

Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere contigo guerra, y la cercares,

20:13

Luego que el Altísimo tu Dios la entregare en tu mano, herirás á todo varón suyo á filo de espada.

20:14

Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que hubiere en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti: y comerás del despojo de tus enemigos, los cuales el Altísimo tu Dios te entregó.

20:15

Así harás á todas la ciudades que estuvieren muy lejos de ti, que no fueren de las ciudades de estas gentes.

20:16

Empero de las ciudades de estos pueblos que el Altísimo tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;

20:17

Antes del todo los destruirás: al Hetheo, y al Amorrheo, y al Cananeo, y al Pherezeo, y al Heveo, y al Jebuseo; como el Altísimo tu Dios te ha mandado:

20:18

Porque no os enseñen á hacer según todas sus abominaciones, que ellos hacen á sus dioses, y pequéis contra el Altísimo vuestro Dios.

20:19

Cuando pusieres cerco á alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla, no destruyas su arboleda metiendo en ella hacha, porque de ella comerás; y no la talarás, que no es hombre el árbol del campo para venir contra ti en el cerco.

20:20

Mas el árbol que supieres que no es árbol para comer, lo destruirás y lo talarás, y construye baluarte contra la ciudad que pelea contigo, hasta sojuzgarla.

Deu 20:1 Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, y veas caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les tengas miedo; porque está contigo Yahveh tu Dios, el que te sacó del país de Egipto.
Deu 20:2 Cuando estéis para entablar combate, el sacerdote se adelantará y hablará al pueblo.
Deu 20:3 Les dirá: «Escucha, Israel; hoy vais a entablar combate con vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no tengáis miedo ni os turbéis, ni tembléis ante ellos,
Deu 20:4 porque Yahveh vuestro Dios marcha con vosotros para pelear en favor vuestro contra vuestros enemigos y salvaros.»
Deu 20:5 Luego los escribas hablarán al pueblo y dirán: «¿Quién ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado todavía? Váyase y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y la estrene otro hombre.
Deu 20:6 «¿Quién ha plantado una viña y todavía no la ha disfrutado? Váyase y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y la disfrute otro.
Deu 20:7 «¿Quién se ha desposado con una mujer y no se ha casado aún con ella? Váyase y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y se case con ella otro hombre.»
Deu 20:8 Los escribas dirán además al pueblo: «¿Quién tiene miedo y siente enflaquecer su ánimo? Váyase y vuelva a su casa, para que no desanime el corazón de sus hermanos como lo está el suyo.»
Deu 20:9 En cuanto los escribas hayan acabado de hablar al pueblo, se pondrán al frente de él jefes de tropa.
Deu 20:10 Cuando te acerques a una ciudad para combatir contra ella, le propondrás la paz.
Deu 20:11 Si ella te responde con la paz y te abre sus puertas, todo el pueblo que se encuentre en ella te deberá tributo y te servirá.
Deu 20:12 Pero si no hace la paz contigo y te declara la guerra, la sitiarás.
Deu 20:13 Yahveh tu Dios la entregará en tus manos, y pasarás a filo de espada a todos sus varones;
Deu 20:14 las mujeres, los niños, el ganado, todo lo que haya en la ciudad, todos sus despojos, lo tomarás como botín. Comerás los despojos de los enemigos que Yahveh tu Dios te haya entregado.
Deu 20:15 Así has de tratar a las ciudades muy alejadas de ti, que no forman parte de estas naciones.
Deu 20:16 En cuanto a las ciudades de estos pueblos que Yahveh tu Dios te da en herencia, no dejarás nada con vida,
Deu 20:17 sino que las consagrarás al anatema: a hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas, y jebuseos, como te ha mandado Yahveh tu Dios,
Deu 20:18 para que no os enseñen a imitar todas esas abominaciones que ellos hacían en honor de sus dioses: ¡pecaríais contra Yahveh vuestro Dios!
Deu 20:19 Si, al atacar una ciudad, tienes que sitiarla mucho tiempo para tomarla, no destruirás su arbolado metiendo en él el hacha; te alimentarás de él sin talarlo. ¿Son acaso hombres los árboles del campo para que los trates como a sitiados?
Deu 20:20 Sin embargo podrás destruir y cortar los árboles que sabes que no son frutales, y hacer con ellos obras de asedio contra esa ciudad que está en guerra contigo, hasta que caiga.

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Capítulo 21

21:1

CUANDO fuere hallado en la tierra que el Altísimo tu Dios te da para que la poseas, muerto echado en el campo, y no se supiere quién lo hirió,

21:2

Entonces tus ancianos y tus jueces saldrán y medirán hasta las ciudades que están alrededor del muerto:

21:3

Y será, que los ancianos de aquella ciudad, de la ciudad más cercana al muerto, tomarán de la vacada una becerra que no haya servido, que no haya traído yugo;

21:4

Y los ancianos de aquella ciudad traerán la becerra á un valle áspero, que nunca haya sido arado ni sembrado, y cortarán el pescuezo á la becerra allí en el valle.

21:5

Entonces vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque á ellos escogió el Altísimo tu Dios para que le sirvan, y para bendecir en nombre de el Altísimo; y por el dicho de ellos se determinará todo pleito y toda llaga.

21:6

Y todos los ancianos de aquella ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la becerra degollada en el valle.

21:7

Y protestarán, y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo vieron.

21:8

Expía á tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh el Altísimo; y no imputes la sangre inocente derramada en medio de tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada.

21:9

Y tú quitarás la culpa de sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto en los ojos de el Altísimo.

21:10

Cuando salieres á la guerra contra tus enemigos, y el Altísimo tu Dios los entregare en tu mano, y tomares de ellos cautivos,

21:11

Y vieres entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti por mujer,

21:12

La meterás en tu casa; y ella raerá su cabeza, y cortará sus uñas,

21:13

Y se quitará el vestido de su cautiverio, y quedaráse en tu casa: y llorará á su padre y á su madre el tiempo de un mes: y después entrarás á ella, y tu serás su marido, y ella tu mujer.

21:14

Y será, si no te agradare, que la has de dejar en su libertad; y no la venderás por dinero, ni mercadearás con ella, por cuanto la afligiste.

21:15

Cuando un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le parieren hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida;

21:16

Será que, el día que hiciere heredar á sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de primogenitura á los hijos de la amada en preferencia al hijo de la aborrecida, que es el primogénito;

21:17

Mas al hijo de la aborrecida reconocerá por primogénito, para darle dos tantos de todo lo que se hallare que tiene: porque aquél es el principio de su fuerza, el derecho de la primogenitura es suyo.

21:18

Cuando alguno tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere á la voz de su padre ni á la voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere;

21:19

Entonces tomarlo han su padre y su madre, y lo sacarán á los ancianos de su ciudad, y á la puerta del lugar suyo;

21:20

Y dirán á los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece á nuestra voz; es glotón y borracho.

21:21

Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá: así quitarás el mal de en medio de ti; y todo Israel oirá, y temerá.

21:22

Cuando en alguno hubiere pecado de sentencia de muerte, por el que haya de morir, y le habrás colgado de un madero,

21:23

No estará su cuerpo por la noche en el madero, mas sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldición de Dios es el colgado: y no contaminarás tu tierra, que el Altísimo tu Dios te da por heredad.

Deu 21:1 Si en el suelo que Yahveh tu Dios te da en posesión se descubre un hombre muerto, tendido en el campo, sin que se sepa quién lo mató,
Deu 21:2 tus ancianos y tus escribas irán a medir la distancia entre la víctima y las ciudades de alrededor.
Deu 21:3 Los ancianos de la ciudad que resulte más próxima al muerto, tomarán una becerra a la que no se le haya hecho todavía trabajar ni llevar el yugo.
Deu 21:4 Los ancianos de esa ciudad bajarán la becerra a un torrente de agua perenne, donde no se haya arado ni se siembre, y allí, en el torrente, romperán la nuca de la becerra.
Deu 21:5 Se adelantarán entonces los sacerdotes hijos de Leví; porque a ellos ha elegido Yahveh tu Dios para estar a su servicio y para dar la bendición en el nombre de Yahveh, y a su decisión corresponde resolver todo litigio y toda causa de lesiones.
Deu 21:6 Todos los ancianos de la ciudad mas próxima al hombre muerto se lavarán las manos en el torrente, sobre la becerra desnucada.
Deu 21:7 Y pronunciarán estas palabras: «Nuestras manos no han derramado esa sangre y nuestros ojos no han visto nada.
Deu 21:8 Cubre a Israel tu pueblo, tú Yahveh que lo rescataste, y no dejes que se derrame sangre inocente en medio de tu pueblo Israel.» Así quedarán a cubierto de esa sangre,
Deu 21:9 y tú habrás quitado de en medio de ti la sangre inocente, haciendo lo que es justo a los ojos de Yahveh.
Deu 21:10 Cuando vayas a la guerra contra tus enemigos, y Yahveh tu Dios los entregue en tus manos y te lleves sus cautivos,
Deu 21:11 si ves entre ellos una mujer hermosa, te prendas de ella y quieres tomarla por mujer,
Deu 21:12 la llevarás a tu casa. Ella se rapará la cabeza y se hará las uñas,
Deu 21:13 se quitará su vestido de cautiva y quedará en tu casa llorando a su padre y a su madre un mes entero. Después de esto podrás llegarte a ella, y serás su marido y ella será tu mujer.
Deu 21:14 Si más tarde resulta que ya no la quieres, la dejarás marchar en libertad, y no podrás venderla por dinero, ni hacerla tu esclava, por cuanto la has humillado.
Deu 21:15 Si un hombre tiene dos mujeres a una de las cuales ama y a la otra no, y tanto la mujer amada como la otra le dan hijos, si resulta que el primogénito es de la mujer a quien no ama,
Deu 21:16 el día que reparta la herencia entre sus hijos no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la mujer que ama, en perjuicio del hijo de la mujer que no ama, que es el primogénito.
Deu 21:17 Sino que reconocerá como primogénito al hijo de ésta, dándole una parte doble de todo lo que posee: porque este hijo, primicias de su vigor, tiene derecho de primogenitura.
Deu 21:18 Si un hombre tiene un hijo rebelde y díscolo, que no escucha la voz de su padre ni la voz de su madre, y que, castigado por ellos, no por eso les escucha,
Deu 21:19 su padre y su madre le agarrarán y le llevarán afuera donde los ancianos de su ciudad, a la puerta del lugar.
Deu 21:20 Dirán a los ancianos de su ciudad: «Este hijo nuestro es rebelde y díscolo, y no nos escucha, es un libertino y un borracho.»
Deu 21:21 Y todos los hombres de su ciudad le apedrearán hasta que muera. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti, y todo Israel, al saberlo, temerá.
Deu 21:22 Si un hombre, reo de delito capital, ha sido ejecutado y le has colgado de un árbol,
Deu 21:23 no dejarás que su cadáver pase la noche en el árbol; lo enterrarás el mismo día, porque un colgado es una maldición de Dios. Así no harás impuro el suelo que Yahveh tu Dios te da en herencia.

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 Capítulo 22

22:1

NO verás el buey de tu hermano, ó su cordero, perdidos, y te retirarás de ellos: precisamente los volverás á tu hermano.

22:2

Y si tu hermano no fuere tu vecino, ó no le conocieres, los recogerás en tu casa, y estarán contigo hasta que tu hermano los busque, y se los devolverás.

22:3

Y así harás de su asno, así harás también de su vestido, y lo mismo harás con toda cosa perdida de tu hermano que se le perdiere, y tú la hallares: no podrás retraerte de ello.

22:4

No verás el asno de tu hermano, ó su buey, caídos en el camino, y te esconderás de ellos: con él has de procurar levantarlos.

22:5

No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es á el Altísimo tu Dios cualquiera que esto hace.

22:6

Cuando topares en el camino algún nido de ave en cualquier árbol, ó sobre la tierra, con pollos ó huevos, y estuviere la madre echada sobre los pollos ó sobre los huevos, no tomes la madre con los hijos:

22:7

Dejarás ir á la madre, y tomarás los pollos para ti; para que te vaya bien, y prolongues tus días.

22:8

Cuando edificares casa nueva, harás pretil á tu terrado, porque no pongas sangre en tu casa, si de él cayere alguno.

22:9

No sembrarás tu viña de varias semillas, porque no se deprave la plenitud de la semilla que sembraste, y el fruto de la viña.

22:10

No ararás con buey y con asno juntamente.

22:11

No te vestirás de mistura, de lana y lino juntamente.

22:12

Hacerte has flecos en los cuatro cabos de tu manto con que te cubrieres.

22:13

Cuando alguno tomare mujer, y después de haber entrado á ella la aborreciere,

22:14

Y le pusiere algunas faltas, y esparciere sobre ella mala fama, y dijere: Esta tomé por mujer, y llegué á ella, y no la hallé virgen;

22:15

Entonces el padre de la moza y su madre tomarán, y sacarán las señales de la virginidad de la doncella á los ancianos de la ciudad, en la puerta.

22:16

Y dirá el padre de la moza á los ancianos: Yo dí mi hija á este hombre por mujer, y él la aborrece;

22:17

Y, he aquí, él le pone tachas de algunas cosas, diciendo: No he hallado tu hija virgen; empero, he aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la sábana delante de los ancianos de la ciudad.

22:18

Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán;

22:19

Y le han de penar en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la moza, por cuanto esparció mala fama sobre virgen de Israel: y la ha de tener por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días.

22:20

Mas si este negocio fué verdad, que no se hubiere hallado virginidad en la moza,

22:21

Entonces la sacarán á la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán con piedras los hombres de su ciudad, y morirá; por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en casa de su padre: así quitarás el mal de en medio de ti.

22:22

Cuando se sorprendiere alguno echado con mujer casada con marido, entrambos morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer: así quitarás el mal de Israel.

22:23

Cuando fuere moza virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se echare con ella;

22:24

Entonces los sacaréis á ambos á la puerta de aquella ciudad, y los apedrearéis con piedras, y morirán; la moza porque no dió voces en la ciudad, y el hombre porque humilló á la mujer de su prójimo: así quitarás el mal de en medio de ti.

22:25

Mas si el hombre halló una moza desposada en la campo, y él la agarrare, y se echare con ella, morirá sólo el hombre que con ella se habrá echado;

22:26

Y á la moza no harás nada; no tiene la moza culpa de muerte: porque como cuando alguno se levanta contra su prójimo, y le quita la vida, así es esto:

22:27

Porque él la halló en el campo: dió voces la moza desposada, y no hubo quien la valiese.

22:28

Cuando alguno hallare moza virgen, que no fuere desposada, y la tomare, y se echare con ella, y fueren hallados;

22:29

Entonces el hombre que se echó con ella dará al padre de la moza cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló: no la podrá despedir en todos sus días.

22:30

No tomará alguno la mujer de su padre, ni descubrirá el regazo de su padre.

Deu 22:1 Si ves extraviada alguna res del ganado mayor o menor de tu hermano, no te desentenderás de ella, sino que se la llevarás a tu hermano.
Deu 22:2 Y si tu hermano no es vecino tuyo, o no le conoces, la recogerás en tu casa y la guardarás contigo hasta que tu hermano venga a buscarla; entonces se la devolverás.
Deu 22:3 Lo mismo harás con su asno, con su manto, o con cualquier objeto perdido por tu hermano que tú encuentres; no puedes desentenderte.
Deu 22:4 Si ves caído en el camino el asno o el buey de tu hermano, no te desentenderás de ellos, sino que le ayudarás a levantarlos.
Deu 22:5 La mujer no llevará ropa de hombre ni el hombre se pondrá vestidos de mujer, porque el que hace esto es una abominación para Yahveh tu Dios.
Deu 22:6 Si encuentras en el camino un nido de pájaros, con polluelos o huevos, sobre un árbol o en el suelo, y la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás a la madre con las crías.
Deu 22:7 Deja marchar a la madre, y puedes quedarte con las crías. Así tendrás prosperidad y larga vida.
Deu 22:8 Cuando construyas una casa nueva, pondrás un pretil a tu azotea; así tu casa no incurrirá en la venganza de sangre en el caso de que alguno se cayera de allí.
Deu 22:9 No sembrarás tu viña con semilla de dos clases, no sea que quede consagrado todo: la semilla que siembres y el fruto de la viña.
Deu 22:10 No ararás con un buey y una asna juntos.
Deu 22:11 No vestirás ropa tejida mitad de lana y mitad de lino.
Deu 22:12 Te harás unas borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubras.
Deu 22:13 Si un hombre se casa con una mujer, y después de llegarse a ella, le cobra aversión,
Deu 22:14 le atribuye acciones torpes y la difama públicamente diciendo: «Me he casado con esta mujer y, al llegarme a ella, no la he encontrado virgen,»
Deu 22:15 el padre de la joven y su madre tomarán las pruebas de su virginidad y las descubrirán ante los ancianos de la ciudad, a la puerta.
Deu 22:16 El padre de la joven dirá a los ancianos: «Yo di mi hija por esposa a este hombre; él le ha cobrado aversión,
Deu 22:17 y ahora le achaca acciones torpes diciendo: "No he encontrado virgen a tu hija." Sin embargo, aquí tenéis las señales de la virginidad de mi hija», y levantarán el paño ante los ancianos de la ciudad.
Deu 22:18 Los ancianos de aquella ciudad tomarán a ese hombre, le castigarán,
Deu 22:19 y le pondrán una multa de cien monedas de plata, que entregarán al padre de la joven, por haber difamado públicamente a una virgen de Israel. El la recibirá por mujer, y no podrá repudiarla en toda su vida.
Deu 22:20 Pero si resulta que es verdad, si no aparecen en la joven las pruebas de la virginidad,
Deu 22:21 sacarán a la joven a la puerta de la casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, por haber cometido una infamia en Israel prostituyéndose en casa de su padre. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 22:22 Si se sorprende a un hombre acostado con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y la mujer misma. Así harás desaparecer de Israel el mal.
Deu 22:23 Si una joven virgen está prometida a un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
Deu 22:24 los sacaréis a los dos a la puerta de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran: a la joven por no haber pedido socorro en la ciudad, y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 22:25 Pero si es en el campo donde el hombre encuentra a la joven prometida, la fuerza y se acuesta con ella, sólo morirá el hombre que se acostó con ella;
Deu 22:26 no harás nada a la joven: no hay en ella pecado que merezca la muerte. El caso es semejante al de un hombre que se lanza sobre su prójimo y le mata:
Deu 22:27 porque fue en el campo donde la encontró, y la joven prometida acaso gritó sin que hubiera nadie que la socorriera.
Deu 22:28 Si un hombre encuentra a una joven virgen no prometida, la agarra y se acuesta con ella, y son sorprendidos,
Deu 22:29 el hombre que acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta monedas de plata; ella será su mujer, porque la ha violado, y no podrá repudiarla en toda su vida.
Deu 22:30 (1.) Nadie tomará a la mujer de su padre, no retirará el borde del manto de su padre.

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Capítulo 23

23:1

NO entrará en la congregación de el Altísimo el que fuere quebrado, ni el castrado.

23:2

No entrará bastardo en la congregación de el Altísimo: ni aun en la décima generación entrará en la congregación de el Altísimo.

23:3

No entrará Ammonita ni Moabita en la congregación de el Altísimo; ni aun en la décima generación entrará en la congregación de el Altísimo para siempre:

23:4

Por cuanto no os salieron á recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto; y porque alquiló contra ti á Balaam hijo de Beor de Pethor de Mesopotamia de Siria, para que te maldijese.

23:5

Mas no quiso el Altísimo tu Dios oir á Balaam; y el Altísimo tu Dios te volvió la maldición en bendición, porque el Altísimo tu Dios te amaba.

23:6

No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.

23:7

No abominarás al Idumeo, que tu hermano es: no abominarás al egipcio, que extranjero fuiste en su tierra.

23:8

Los hijos que nacieren de ellos, á la tercera generación entrarán en la congregación de el Altísimo.

23:9

Cuando salieres á campaña contra tus enemigos, guárdate de toda cosa mala.

23:10

Cuando hubiere en ti alguno que no fuere limpio por accidente de noche, saldráse del campo, y no entrará en él.

23:11

Y será que al declinar de la tarde se lavará con agua, y cuando fuere puesto el sol, entrará en el campo.

23:12

Y tendrás un lugar fuera del real, y saldrás allá fuera;

23:13

Tendrás también una estaca entre tus armas; y será que, cuando estuvieres allí fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento:

23:14

Porque el Altísimo tu Dios anda por medio de tu campo, para librarte y entregar tus enemigos delante de ti; por tanto será tu real santo: porque él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.

23:15

No entregarás á su señor el siervo que se huyere á ti de su amo:

23:16

More contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde bien le estuviere: no le harás fuerza.

23:17

No habrá ramera de las hijas de Israel, ni habrá sodomítico de los hijos de Israel.

23:18

No traerás precio de ramera, ni precio de perro á la casa de el Altísimo tu Dios por ningún voto; porque abominación es á el Altísimo tu Dios así lo uno como lo otro.

23:19

No tomarás de tu hermano logro de dinero, ni logro de comida, ni logro de cosa alguna que se suele tomar.

23:20

Del extraño tomarás logro, mas de tu hermano no lo tomarás, porque te bendiga el Altísimo tu Dios en toda obra de tus manos sobre la tierra á la cual entras para poseerla.

23:21

Cuando prometieres voto á el Altísimo tu Dios, no tardarás en pagarlo; porque ciertamente lo demandará el Altísimo tu Dios de ti, y habría en ti pecado.

23:22

Mas cuando te abstuvieres de prometer, no habrá en ti pecado.

23:23

Guardarás lo que tus labios pronunciaren; y harás, como prometiste á el Altísimo tu Dios, lo que de tu voluntad hablaste por tu boca.

23:24

Cuando entrares en la viña de tu prójimo, comerás uvas hasta saciar tu deseo: mas no pondrás en tu vaso.

23:25

Cuando entrares en la mies de tu prójimo, podrás cortar espigas con tu mano; mas no aplicarás hoz á la mies de tu prójimo.

Deu 23:1 (2.) El hombre que tenga los testículos aplastados o el pene mutilado no será admitido en la asamblea de Yahveh.
Deu 23:2 (3.) El bastardo no será admitido en la asamblea de Yahveh; ni siquiera en su décima generación será admitido en la asamblea de Yahveh.
Deu 23:3 (4.) El ammonita y el moabita no serán admitidos en la asamblea de Yahveh; ni aun en la décima generación serán admitidos en la asamblea de Yahveh, nunca jamás.
Deu 23:4 (5.) Porque no vinieron a vuestro encuentro con el pan y el agua cuando estábais de camino a la salida de Egipto, y porque alquiló para maldecirte a Balaam, hijo de Beor, desde Petor, Aram de Mesopotamia.
Deu 23:5 (6.) Sólo que Yahveh tu Dios no quiso escuchar a Balaam, y Yahveh tu Dios te cambió la maldición en bendición, porque Yahveh tu Dios te ama.
Deu 23:6 (7.) No buscarás jamás mientras vivas su prosperidad ni su bienestar.
Deu 23:7 (8.) No tendrás por abominable al idumeo, porque es tu hermano; tampoco al egipcio tendrás por abominable, porque fuiste forastero en su país.
Deu 23:8 (9.) A la tercera generación, sus descendientes podrán ser admitidos en la asamblea de Yahveh.
Deu 23:9 (10.) Cuando salgas a campaña contra tus enemigos, te guardarás de todo mal.
Deu 23:10 (11.) Si hay entre los tuyos un hombre que no esté puro, por causa de una polución nocturna, saldrá del campamento y no volverá a entrar.
Deu 23:11 (12.) Pero a llegar la tarde se lavará, y a la puesta del sol podrá volver al campamento.
Deu 23:12 (13.) Tendrás fuera del campamento un lugar, y saldrás allá fuera.
Deu 23:13 (14.) Llevarás en tu equipo una estaca, y cuando vayas a evacuar afuera, harás un hoyo con la estaca, te darás vuelta, y luego taparás tus excrementos.
Deu 23:14 (15.) Porque Yahveh tu Dios recorre el campamento para protegerte y entregar en tu mano a tus enemigos. Por eso tu campamento debe ser una cosa sagrada, Yahveh no debe ver en él nada inconveniente; de lo contrario se apartaría de ti.
Deu 23:15 (16.) No entregarás a su amo el esclavo que se haya acogido a ti huyendo de él.
Deu 23:16 (17.) Se quedará contigo, entre los tuyos, en el lugar que escoja en una de tus ciudades, donde le parezca bien; no le molestarás.
Deu 23:17 (18.) No habrá hieródula entre las israelitas, ni hieródulo entre los israelitas.
Deu 23:18 (19.) No llevarás a la casa de Yahveh tu Dios don de prostituta ni salario de perro, sea cual fuere el voto que hayas hecho: porque ambos son abominación para Yahveh tu Dios.
Deu 23:19 (20.) No prestarás a interés a tu hermano, ya se trate de réditos de dinero, o de víveres, o de cualquier otra cosa que produzca interés.
Deu 23:20 (21.) Al extranjero podrás prestarle a interés, pero a tu hermano no le prestarás a interés, para que Yahveh tu Dios te bendiga en todas tus empresas, en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión.
Deu 23:21 (22.) Si haces un voto a Yahveh tu Dios, no tardarás en cumplirlo, porque sin duda Yahveh tu Dios te lo reclamaría, y te cargarías con un pecado.
Deu 23:22 (23.) Si te abstienes de hacer voto, no habrá pecado en ti.
Deu 23:23 (24.) Pero lo que salga de tus labios lo mantendrás, y cumplirás el voto que has hecho voluntariamente a Yahveh tu Dios, lo que has dicho con tu propia boca.
Deu 23:24 (25.) Si entras en la viña de tu prójimo, podrás comer todas las uvas que quieras, hasta saciarte, pero no las meterás en tu zurrón.
Deu 23:25 (26.) Si pasas por las mieses de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano, pero no meterás la hoz en la mies de tu prójimo.

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Capítulo 24

24:1

CUANDO alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa torpe, le escribirá carta de repudio, y se la entregará en su mano, y despedirála de su casa.

24:2

Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre.

24:3

Y si la aborreciere aqueste último, y le escribiere carta de repudio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; ó si muriere el postrer hombre que la tomó para sí por mujer,

24:4

No podrá su primer marido, que la despidió, volverla á tomar para que sea su mujer, después que fué amancillada; porque es abominación delante de el Altísimo, y no has de pervertir la tierra que el Altísimo tu Dios te da por heredad.

24:5

Cuando tomare alguno mujer nueva, no saldrá á la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar á su mujer que tomó.

24:6

No tomarás en prenda la muela de molino, ni la de abajo ni la de arriba: porque sería prendar la vida.

24:7

Cuando fuere hallado alguno que haya hurtado persona de sus hermanos los hijos de Israel, y hubiere mercadeado con ella, ó la hubiere vendido, el tal ladrón morirá, y quitarás el mal de en medio de ti.

24:8

Guárdate de llaga de lepra, observando diligentemente, y haciendo según todo lo que os enseñaren los sacerdotes Levitas: cuidaréis de hacer como les he mandado.

24:9

Acuérdate de lo que hizo el Altísimo tu Dios á María en el camino, después que salisteis de Egipto.

24:10

Cuando dieres á tu prójimo alguna cosa emprestada, no entrarás en su casa para tomarle prenda:

24:11

Fuera estarás, y el hombre á quien prestaste, te sacará afuera la prenda.

24:12

Y si fuere hombre pobre, no duermas con su prenda:

24:13

Precisamente le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que duerma en su ropa, y te bendiga: y te será justicia delante de el Altísimo tu Dios.

24:14

No hagas agravio al jornalero pobre y menesteroso, así de tus hermanos como de tus extranjeros que están en tu tierra en tus ciudades:

24:15

En su día le darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo: pues es pobre, y con él sustenta su vida: porque no clame contra ti á el Altísimo, y sea en ti pecado.

24:16

Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado.

24:17

No torcerás el derecho del peregrino y del huérfano; ni tomarás por prenda la ropa de la viuda:

24:18

Mas acuérdate que fuiste siervo en Egipto, y de allí te rescató el Altísimo tu Dios: por tanto, yo te mando que hagas esto.

24:19

Cuando segares tu mies en tu campo, y olvidares alguna gavilla en el campo, no volverás a tomarla: para el extranjero, para el huérfano, y para la viuda será; porque te bendiga el Altísimo tu Dios en toda obra de tus manos.

24:20

Cuando sacudieres tus olivas, no recorrerás las ramas tras ti: para el extranjero, para el huérfano, y para la viuda será.

24:21

Cuando vendimiares tu viña, no rebuscarás tras ti: para el extranjero, para el huérfano, y para la viuda será.

24:22

Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto: por tanto, yo te mando que hagas esto.

Deu 24:1 Si un hombre toma una mujer y se casa con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactará un libelo de repudio, se lo pondrá en su mano y la despedirá de su casa.
Deu 24:2 Si después de salir y marcharse de casa de éste, se casa con otro hombre,
Deu 24:3 y luego este otro hombre le cobra aversión, le redacta un libelo de repudio, lo pone en su mano y la despide de su casa (o bien, si llega a morir este otro hombre que se ha casado con ella),
Deu 24:4 el primer marido que la repudió no podrá volver a tomarla por esposa después de haberse hecho ella impura. Pues sería una abominación a los ojos de Yahveh, y tú no debes hacer pecar a la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia.
Deu 24:5 Si un hombre está recién casado, no saldrá a campaña ni se le impondrá compromiso alguno; quedará exento en su casa durante un año, para recrear a la mujer que ha tomado.
Deu 24:6 No se tomará en prenda el molino ni la muela; porque ello sería tomar en prenda la vida misma.
Deu 24:7 Si se encuentra a un hombre que haya raptado a uno de sus hermanos, entre los israelitas - ya le haya hecho su esclavo o le haya vendido - ese ladrón debe morir. Harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 24:8 En caso de lepra, cuida bien de observar y ejecutar todo lo que os enseñen los sacerdotes levitas. Procuraréis poner en práctica lo que yo les he mandado.
Deu 24:9 Recuerda lo que Yahveh tu Dios hizo con María cuando estabais de camino a la salida de Egipto.
Deu 24:10 Si haces algún préstamo a tu prójimo, no entrarás en su casa para tomar la prenda, sea cual fuere.
Deu 24:11 Te quedarás fuera, y el hombre a quien has hecho el préstamo te sacará la prenda afuera.
Deu 24:12 Y si es un hombre de condición humilde, no te acostarás guardando su prenda;
Deu 24:13 se la devolverás a la puesta del sol, para que pueda acostarse en su manto. Así te bendecirá y habrás hecho una buena acción a los ojos de Yahveh tu Dios.
Deu 24:14 No explotarás al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tus hermanos o un forastero que resida en tus ciudades.
Deu 24:15 Le darás cada día su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre esta deuda; porque es pobre, y para vivir necesita de su salario. Así no apelará por ello a Yahveh contra ti, y no te cargarás con un pecado.
Deu 24:16 No morirán los padres por culpa de los hijos ni los hijos por culpa de los padres. Cada cual morirá por su propio pecado.
Deu 24:17 No torcerás el derecho del forastero ni del huérfano, ni tomarás en prenda el vestido de la viuda.
Deu 24:18 Recuerda que fuiste esclavo en el país de Egipto y que Yahveh tu Dios te rescató de allí. Por eso te mando hacer esto.
Deu 24:19 Cuando siegues la mies en tu campo, si dejas en él olvidada una gavilla, no volverás a buscarla. Será para el forastero, el huérfano y la viuda, a fin de que Yahveh tu Dios te bendiga en todas tus obras.
Deu 24:20 Cuando varees tus olivos, no harás rebusco. Lo que quede será para el forastero, el huérfano y la viuda.
Deu 24:21 Cuando vendimies tu viña, no harás rebusco. Lo que quede será para el forastero, el huérfano y la viuda.
Deu 24:22 Recuerda que fuiste esclavo en el país de Egipto. Por eso te mando hacer esto.

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Capítulo 25

25:1

CUANDO hubiere pleito entre algunos, y vinieren á juicio, y los juzgaren, y absolvieren al justo y condenaren al inicuo,

25:2

Será que, si el delincuente mereciere ser azotado, entonces el juez lo hará echar en tierra, y harále azotar delante de sí, según su delito, por cuenta.

25:3

Harále dar cuarenta azotes, no más: no sea que, si lo hiriere con muchos azotes a más de éstos, se envilezca tu hermano delante de tus ojos.

25:4

No pondrás bozal al buey cuando trillare.

25:5

Cuando hermanos estuvieren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño: su cuñado entrará á ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco.

25:6

Y será que el primogénito que pariere ella, se levantará en nombre de su hermano el muerto, porque el nombre de éste no sea raído de Israel.

25:7

Y si el hombre no quisiere tomar á su cuñada, irá entonces la cuñada suya á la puerta á los ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar nombre en Israel á su hermano; no quiere emparentar conmigo.

25:8

Entonces los ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él: y si él se levantare, y dijere, No quiero tomarla,

25:9

Llegaráse entonces su cuñada á él delante de los ancianos, y le descalzará el zapato de su pie, y escupirále en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón que no edificare la casa de su hermano.

25:10

Y su nombre será llamado en Israel: La casa del descalzado.

25:11

Cuando algunos riñeren juntos el uno con el otro, y llegare la mujer del uno para librar á su marido de mano del que le hiere, y metiere su mano y le trabare de sus vergüenzas;

25:12

La cortarás entonces la mano, no la perdonará tu ojo.

25:13

No tendrás en tu bolsa pesa grande y pesa chica.

25:14

No tendrás en tu casa epha grande y epha pequeño.

25:15

Pesas cumplidas y justas tendrás; epha cabal y justo tendrás: para que tus días sean prolongados sobre la tierra que el Altísimo tu Dios te da.

25:16

Porque abominación es á el Altísimo tu Dios cualquiera que hace esto, cualquiera que hace agravio.

25:17

Acuérdate de lo que te hizo Amalec en el camino, cuando salisteis de Egipto:

25:18

Que te salió al camino, y te desbarató la retaguardia de todos los flacos que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no temió á Dios.

25:19

Será pues, cuando el Altísimo tu Dios te hubiere dado reposo de tus enemigos alrededor, en la tierra que el Altísimo tu Dios te da por heredar para que la poseas, que raerás la memoria de Amalec de debajo del cielo: no te olvides.

Deu 25:1 Cuando hay pleito entre dos hombres, se presentarán a juicio para que se pronuncie entre ellos: se dará la razón a quien la tenga y se condenará al culpable.
Deu 25:2 Si el culpable merece azotes, el juez le hará echarse en tierra en su presencia y hará que le azoten con un número de golpes proporcionado a su culpa.
Deu 25:3 Podrá infligirle cuarenta azotes, pero no más, no sea que al golpearle más sea excesivo el castigo, y tu hermano quede envilecido a tus ojos.
Deu 25:4 No pondrás bozal al buey que trilla.
Deu 25:5 Si unos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin tener hijos, la mujer del difunto no se casará fuera con un hombre de familia extraña. Su cuñado se llegará a ella, ejercerá su levirato tomándola por esposa,
Deu 25:6 y el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano difunto; así su nombre no se borrará de Israel.
Deu 25:7 Pero si el cuñado se niega a tomarla por mujer, subirá ella a la puerta donde los ancianos y dirá: «Mi cuñado se niega a perpetuar el nombre de su hermano en Israel, no quiere ejercer conmigo su levirato.»
Deu 25:8 Los ancianos de su ciudad llamarán a ese hombre y le hablarán. Cuando al comparecer diga: «No quiero tomarla»,
Deu 25:9 su cuñada se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará su sandalia del pie, le escupirá a la cara y pronunciará estas palabras: «Así se hace con el hombre que no edifica la casa de su hermano»;
Deu 25:10 y se le dará en Israel el nombre de «Casa del descalzado».
Deu 25:11 Si un hombre está peleándose con su hermano, y la mujer de uno de ellos se acerca y, para librar a su marido de los golpes del otro, alarga la mano y agarra a éste por sus partes,
Deu 25:12 tú le cortarás a ella la mano sin piedad.
Deu 25:13 No tendrás en tu bolsa pesa y pesa, una grande y otra pequeña.
Deu 25:14 No tendrás en tu casa medida y medida, una grande y otra pequeña.
Deu 25:15 Has de tener un peso cabal y exacto, e igualmente una medida cabal y exacta, para que se prolonguen tus días en el suelo que Yahveh tu Dios te da.
Deu 25:16 Porque todo el que hace estas cosas, todo el que comete fraude, es una abominación para Yahveh tu Dios.
Deu 25:17 Recuerda lo que te hizo Amalec cuando estabais de camino a vuestra salida de Egipto,
Deu 25:18 cómo vino a tu encuentro en el camino y atacó por la espalda a todos los que iban agotados en tu retaguardia, cuando tú estabas cansado y extenuado; ¡no tuvo temor de Dios!
Deu 25:19 Por eso, cuando Yahveh tu Dios te haya asentado al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia para que la poseas, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo de los cielos. ¡No lo olvides!

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Capítulo 26

26:1

Y SERÁ que, cuando hubieres entrado en la tierra que el Altísimo tu Dios te da por heredad, y la poseyeres, y habitares en ella;

26:2

Entonces tomarás de las primicias de todos los frutos de la tierra, que sacares de tu tierra que el Altísimo tu Dios te da, y lo pondrás en un canastillo, é irás al lugar que el Altísimo tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.

26:3

Y llegarás al sacerdote que fuere en aquellos días, y le dirás: Reconozco hoy á el Altísimo tu Dios que he entrado en la tierra que juró el Altísimo á nuestros padres que nos había de dar.

26:4

Y el sacerdote tomará el canastillo de tu mano, y pondrálo delante del altar de el Altísimo tu Dios.

26:5

Entonces hablarás y dirás delante de el Altísimo tu Dios: Un Siro á punto de perecer fué mi padre, el cual descendió á Egipto y peregrinó allá con pocos hombres, y allí creció en gente grande, fuerte y numerosa:

26:6

Y los Egipcios nos maltrataron, y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.

26:7

Y clamamos á el Altísimo Dios de nuestros padres; y oyó el Altísimo nuestra voz, y vió nuestra aflicción, y nuestro trabajo, y nuestra opresión:

26:8

Y sacónos el Altísimo de Egipto con mano fuerte, y con brazo extendido, y con grande espanto, y con señales y con milagros:

26:9

Y trájonos á este lugar, y diónos esta tierra, tierra que fluye leche y miel.

26:10

Y ahora, he aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh el Altísimo. Y lo dejarás delante de el Altísimo tu Dios, é inclinarte has delante de el Altísimo tu Dios.

26:11

Y te alegrarás con todo el bien que el Altísimo tu Dios te hubiere dado á ti y á tu casa, tú y el Levita, y el extranjero que está en medio de ti.

26:12

Cuando hubieres acabado de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al Levita, al extranjero, al huérfano y á la viuda; y comerán en tus villas, y se saciarán.

26:13

Y dirás delante de el Altísimo tu Dios: Yo he sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al Levita, y al extranjero, y al huérfano, y á la viuda, conforme á todos tus mandamientos que me ordenaste: no he traspasado tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos:

26:14

No he comido de ello en mi luto, ni he sacado de ello en inmundicia, ni de ello he dado para mortuorio: he obedecido á la voz de el Altísimo mi Dios, he hecho conforme á todo lo que me has mandado.

26:15

Mira desde la morada de tu santidad, desde el cielo, y bendice á tu pueblo Israel, y á la tierra que nos has dado, como juraste á nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.

26:16

el Altísimo tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y derechos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón, y con toda tu alma.

26:17

A el Altísimo has ensalzado hoy para que te sea por Dios, y para andar en sus caminos, y para guardar sus estatutos y sus mandamientos y sus derechos, y para oir su voz:

26:18

Y el Altísimo te ha ensalzado hoy para que le seas su peculiar pueblo, como él te lo he dicho, y para que guardes todos sus mandamientos;

26:19

Y para ponerte alto sobre todas las gentes que hizo, para loor, y fama, y gloria; y para que seas pueblo santo á el Altísimo tu Dios, como él ha dicho.

Deu 26:1 Cuando llegues a la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia, cuando la poseas y habites en ella,
Deu 26:2 tomarás las primicias de todos los productos del suelo que coseches en la tierra que Yahveh tu Dios te da, las pondrás en una cesta, y las llevarás al lugar elegido por Yahveh tu Dios para morada de su nombre.
Deu 26:3 Te presentarás al sacerdote que esté entonces en funciones y le dirás: «Yo declaro hoy a Yahveh mi Dios que he llegado a la tierra que Yahveh juró a nuestros padres que nos daría.»
Deu 26:4 El sacerdote tomará de tu mano la cesta y la depositará ante el altar de Yahveh tu Dios.
Deu 26:5 Tú pronunciarás estas palabras ante Yahveh tu Dios: «Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y residió allí como inmigrante siendo pocos aún, pero se hizo una nación grande, fuerte y numerosa.
Deu 26:6 Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron dura servidumbre.
Deu 26:7 Nosotros clamamos a Yahveh Dios de nuestros padres, y Yahveh escuchó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestras penalidades y nuestra opresión,
Deu 26:8 y Yahveh nos sacó de Egipto con mano fuerte y tenso brazo en medio de gran terror, señales y prodigios.
Deu 26:9 Nos trajo aquí y nos dio esta tierra, tierra que mana leche y miel
Deu 26:10 Y ahora yo traigo las primicias de los productos del suelo que tú, Yahveh, me has dado.» Las depositarás ante Yahveh tu Dios y te postrarás ante Yahveh tu Dios.
Deu 26:11 Luego te regocijarás por todos los bienes que Yahveh tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, y también se regocijará el levita y el forastero que viven en medio de ti.
Deu 26:12 El tercer año, el año del diezmo, cuando hayas acabado de apartar el diezmo de toda tu cosecha y se lo hayas dado al levita, al forastero, a la viuda y al huérfano, para que coman de ello en tus ciudades hasta saciarse,
Deu 26:13 dirás en presencia de Yahveh tu Dios: «He retirado de mi casa lo que era sagrado; se lo he dado al levita, al forastero, al huérfano y a la viuda, según todos los mandamientos que me has dado sin traspasar ninguno de tus mandamientos ni olvidarlos.
Deu 26:14 Nada de ello he comido estando en duelo, nada he retirado hallándome impuro, nada he ofrecido a un muerto. He escuchado la voz de Yahveh mi Dios y he obrado conforme a todo lo que me has mandado.
Deu 26:15 Desde la morada de tu santidad, desde lo alto de los cielos, contempla y bendice a tu pueblo Israel, así como al suelo que nos has dado como habías jurado a nuestros padres, tierra que mana leche y miel.»
Deu 26:16 Yahveh tu Dios te manda hoy practicar estos preceptos y estas normas; las guardarás y las practicarás con todo tu corazón y con toda tu alma.
Deu 26:17 Has hecho decir a Yahveh que él será tu Dios - tú seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y sus normas, y escucharás su voz -.
Deu 26:18 Y Yahveh te ha hecho decir hoy que serás su pueblo propio, como él te ha dicho - tú deberás guardar todos sus mandamientos -;
Deu 26:19 él te elevará en honor, renombre y gloria, por encima de todas las naciones que hizo, y serás un pueblo consagrado a Yahveh tu Dios como él te ha dicho.

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Capítulo 27

27:1

Y MANDÓ Moisés, con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los mandamientos que yo prescribo hoy.

27:2

Y será que, el día que pasareis el Jordán á la tierra que el Altísimo tu Dios te da, te has de levantar piedras grandes, las cuales revocarás con cal:

27:3

Y escribirás en ellas todas las palabras de esta ley, cuando hubieres pasado para entrar en la tierra que el Altísimo tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como el Altísimo el Dios de tus padres te ha dicho.

27:4

Será pues, cuando hubieres pasado el Jordán, que levantaréis estas piedras que yo os mando hoy, en el monte de Ebal, y las revocarás con cal:

27:5

Y edificarás allí altar á el Altísimo tu Dios, altar de piedras: no alzarás sobre ellas hierro.

27:6

piedras enteras edificarás el altar de el Altísimo tu Dios; y ofrecerás sobre él holocausto á el Altísimo tu Dios;

27:7

Y sacrificarás pacíficos, y comerás allí; y alegrarte has delante de el Altísimo tu Dios.

27:8

Y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley muy claramente.

27:9

Y Moisés, con los sacerdotes Levitas, habló á todo Israel, diciendo: Atiende y escucha, Israel: hoy eres hecho pueblo de el Altísimo tu Dios.

27:10

Oirás pues la voz de el Altísimo tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que yo te ordeno hoy.

27:11

Y mandó Moisés al pueblo en aquel día, diciendo:

27:12

Estos estarán sobre el monte de Gerizim para bendecir al pueblo, cuando hubiereis pasado el Jordán: Simeón, y Leví, y Judá, é Issachâr, y José y Benjamín.

27:13

Y estos estarán para pronunciar la maldición en el de Ebal: Rubén, Gad, y Aser, y Zabulón, Dan, y Nephtalí.

27:14

Y hablarán los Levitas, y dirán á todo varón de Israel en alta voz:

27:15

Maldito el hombre que hiciere escultura ó imagen de fundición, abominación á el Altísimo, obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.

27:16

Maldito el que deshonrare á su padre ó á su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:17

Maldito el que redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:18

Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:19

Maldito el que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:20

Maldito el que se echare con la mujer de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:21

Maldito el que tuviere parte con cualquiera bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:22

Maldito el que se echare con su hermana, hija de su padre, ó hija de su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:23

Maldito el que se echare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:24

Maldito el que hiriere á su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:25

Maldito el que recibiere don para herir de muerte al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.

27:26

Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.

Deu 27:1 Moisés y los ancianos de Israel dieron al pueblo esta orden: «Guardad todos los mandamientos que yo os prescribo hoy.
Deu 27:2 Cuando paséis el Jordán para ir a la tierra que Yahveh tu Dios te da, erigirás grandes piedras, las blanquearás con cal,
Deu 27:3 y escribirás en ellas todas las palabras de esta Ley, en el momento en que pases para entrar en la tierra que Yahveh tu Dios te da, tierra que mana leche y miel, como te ha dicho Yahveh el Dios de tus padres.
Deu 27:4 Y cuando hayáis pasado el Jordán, erigiréis estas piedras en el monte Ebal, como os lo mando hoy, y las blanquearéis con cal.
Deu 27:5 Levantarás allí en honor de Yahveh tu Dios un altar de piedras, sin labrarlas con el hierro.
Deu 27:6 Con piedras sin labrar harás el altar de Yahveh tu Dios, y sobre este altar ofrecerás holocaustos a Yahveh tu Dios.
Deu 27:7 Allí también inmolarás sacrificios de comunión, los comerás y te regocijarás en presencia de Yahveh tu Dios.
Deu 27:8 Escribirás en esas piedras todas las palabras de esta Ley. Grábalas bien.»
Deu 27:9 Después Moisés y los sacerdotes levitas hablaron así a todo Israel: «Calla y escucha, Israel. Hoy te has convertido en el pueblo de Yahveh tu Dios.
Deu 27:10 Escucharás la voz de Yahveh tu Dios y pondrás en práctica los mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy.»
Deu 27:11 Y Moisés ordenó aquel día al pueblo:
Deu 27:12 Estos son los que se situarán en el monte Garizim para dar la bendición al pueblo, cuando hayáis pasado el Jordán: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín;
Deu 27:13 y estos otros los que se situarán, para la maldición, en el monte Ebal: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.
Deu 27:14 Los levitas tomarán la palabra y dirán en voz alta a todos los israelitas:
Deu 27:15 Maldito el hombre que haga un ídolo esculpido o fundido, abominación de Yahveh, obra de manos de artífice, y lo coloque en un lugar secreto. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:16 Maldito quien desprecie a su padre o a su madre. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:17 Maldito quien desplace el mojón de su prójimo. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:18 Maldito quien desvíe a un ciego en el camino. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:19 Maldito quien tuerza el derecho del forastero, el huérfano o la viuda. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:20 Maldito quien se acueste con la mujer de su padre, porque descubre el borde del manto de su padre. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:21 Maldito quien se acueste con cualquier bestia. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:22 Maldito quien se acueste con su hermana, hija de su padre o hija de su madre. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:23 Maldito quien se acueste con su suegra. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:24 Maldito quien mate a traición a su prójimo. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:25 Maldito quien acepte soborno para quitar la vida a un inocente. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:26 Maldito quien no mantenga las palabras de esta Ley, poniéndolas en práctica. - Y todo el pueblo dirá: Amén.

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Capítulo 28

28:1

Y SERÁ que, si oyeres diligente la voz de el Altísimo tu Dios, para guardar, para poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también el Altísimo tu Dios te pondrá alto sobre todas las gentes de la tierra;

28:2

Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la voz de el Altísimo tu Dios.

28:3

Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.

28:4

Bendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.

28:5

Bendito tu canastillo y tus sobras.

28:6

Bendito serás en tu entrar, y bendito en tu salir.

28:7

Pondrá el Altísimo á tus enemigos que se levantaren contra ti, de rota batida delante de ti: por un camino saldrán á ti, por siete caminos huirán delante de ti.

28:8

Enviará el Altísimo contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que el Altísimo tu Dios te da.

28:9

Confirmarte ha el Altísimo por pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando guardares los mandamientos de el Altísimo tu Dios, y anduvieres en sus caminos.

28:10

Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de el Altísimo es llamado sobre ti, y te temerán.

28:11

Y te hará el Altísimo sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró el Altísimo á tus padres que te había de dar.

28:12

Abrirte ha el Altísimo su buen depósito, el cielo, para dar lluvia á tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás á muchas gentes, y tú no tomarás emprestado.

28:13

Y te pondrá el Altísimo por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y no estarás debajo; cuando obedecieres á los mandamientos de el Altísimo tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.

28:14

Y no te apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni á diestra ni á siniestra, para ir tras dioses ajenos para servirles.

28:15

Y será, si no oyeres la voz de el Altísimo tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

28:16

Maldito serás tu en la ciudad, y maldito en el campo.

28:17

Maldito tu canastillo, y tus sobras.

28:18

Maldito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.

28:19

Maldito serás en tu entrar, y maldito en tu salir.

28:20

Y el Altísimo enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano é hicieres, hasta que seas destruído, y perezcas presto á causa de la maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado.

28:21

el Altísimo hará que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra á la cual entras para poseerla.

28:22

el Altísimo te herirá de tisis, y de fiebre, y de ardor, y de calor, y de cuchillo, y de calamidad repentina, y con añublo; y perseguirte han hasta que perezcas.

28:23

Y tus cielos que están sobre tu cabeza, serán de metal; y la tierra que está debajo de ti, de hierro.

28:24

Dará el Altísimo por lluvia á tu tierra polvo y ceniza: de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas.

28:25

el Altísimo te entregará herido delante de tus enemigos: por un camino saldrás á ellos, y por siete caminos huirás delante de ellos: y serás sacudido á todos los reinos de la tierra.

28:26

Y será tu cuerpo muerto por comida á toda ave del cielo, y bestia de la tierra, y no habrá quien las espante.

28:27

el Altísimo te herirá de la plaga de Egipto, y con almorranas, y con sarna, y con comezón, de que no puedas ser curado.

28:28

el Altísimo te herirá con locura, y con ceguedad, y con pasmo de corazón.

28:29

Y palparás al mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus caminos: y nunca serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.

28:30

Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella; plantarás viña, y no la vendimiarás.

28:31

Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de delante de ti, y no se te volverá; tus ovejas serán dadas á tus enemigos, y no tendrás quien te las rescate.

28:32

Tus hijos y tus hijas serán entregados á otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día: y no habrá fuerza en tu mano.

28:33

El fruto de tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y nunca serás sino oprimido y quebrantado todos los días.

28:34

Y enloquecerás á causa de lo que verás con tus ojos.

28:35

Herirte ha el Altísimo con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas ser curado: aun desde la planta de tu pie hasta tu mollera.

28:36

el Altísimo llevará á ti, y á tu rey que hubieres puesto sobre ti, á gente que no conociste tú ni tus padres; y allá servirás á dioses ajenos, al palo y á la piedra.

28:37

Y serás por pasmo, por ejemplo y por fábula, á todos los pueblos á los cuales te llevará el Altísimo.

28:38

Sacarás mucha simiente al campo, y cogerás poco: porque la langosta lo consumirá.

28:39

Plantarás viñas y labrarás, mas no beberás vino, ni cogerás uvas; porque el gusano las comerá.

28:40

Tendrás olivas en todo tu término, mas no te ungirás con el aceite; porque tu aceituna se caerá.

28:41

Hijos é hijas engendrarás, y no serán para ti; porque irán en cautiverio.

28:42

Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra consumirá la langosta.

28:43

El extranjero que estará en medio de ti subirá sobre ti muy alto, y tú serás puesto muy bajo.

28:44

El te prestará á ti, y tú no prestarás á él: él será por cabeza, y tú serás por cola.

28:45

Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido á la voz de el Altísimo tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó:

28:46

Y serán en ti por señal y por maravilla, y en tu simiente para siempre.

28:47

Por cuanto no serviste á el Altísimo tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas;

28:48

Servirás por tanto á tus enemigos que enviare el Altísimo contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.

28:49

el Altísimo traerá sobre ti gente de lejos, del cabo de la tierra, que vuele como águila, gente cuya lengua no entiendas;

28:50

Gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño:

28:51

Y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte.

28:52

Y te pondrá cerco en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y encastillados en que tú confías, en toda tu tierra: te cercará, pues, en todas tus ciudades y en toda tu tierra, que el Altísimo tu Dios te habrá dado.

28:53

Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que el Altísimo tu Dios te dió, en el cerco y en al apuro con que te angustiará tu enemigo.

28:54

El hombre tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y para con la mujer de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren;

28:55

Para no dar á alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá quedado, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades.

28:56

La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó á sentar sobre la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de su seno, y para con su hijo, y para con su hija,

28:57

Y para con su chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que pariere; pues los comerá escondidamente, á falta de todo, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.

28:58

Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de aquesta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, el Altísimo TU DIOS,

28:59

el Altísimo aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu simiente, plagas grandes y estables, y enfermedades malignas y duraderas;

28:60

Y hará volver sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y se te pegarán.

28:61

Asismismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, el Altísimo la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruído.

28:62

Y quedaréis en poca gente, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud; por cuanto no obedeciste á la voz de el Altísimo tu Dios.

28:63

Y será que como el Altísimo se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará el Altísimo sobre vosotros para arruinaros, y para destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, á la cual entráis para poseerla.

28:64

Y el Altísimo te esparcirá por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella; y allí servirás á dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y á la piedra.

28:65

Y ni aun entre las mismas gentes descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; que allí te dará el Altísimo corazón temeroso, y caimiento de ojos, y tristeza de alma:

28:66

Y tendrás tu vida como colgada delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no confiarás de tu vida.

28:67

Por la mañana dirás: ¡Quién diera fuese la tarde! y á la tarde dirás: ¡Quién diera fuese la mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.

28:68

Y el Altísimo te hará tornar á Egipto en navíos por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volveréis: y allí seréis vendidos á vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os compre.

Deu 28:1 Y si tú escuchas de verdad la voz de Yahveh tu Dios, cuidando de practicar todos los mandamientos que yo te prescribo hoy, Yahveh tu Dios le levantará por encima de todas las naciones de la tierra,
Deu 28:2 y vendrán sobre ti y te alcanzarán todas las bendiciones siguientes, por haber escuchado la voz de Yahveh tu Dios.
Deu 28:3 Bendito serás en la ciudad y bendito en el campo.
Deu 28:4 Bendito será el fruto de tus entrañas, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas.
Deu 28:5 Benditas serán tu cesta y tu artesa.
Deu 28:6 Bendito serás cuando entres y bendito cuando salgas.
Deu 28:7 A los enemigos que se levanten contra ti, Yahveh los pondrá en derrota: salidos por un camino a tu encuentro, por siete caminos huirán de ti.
Deu 28:8 Yahveh mandará a la bendición que esté contigo, en tus graneros y en tus empresas, y te bendecirá en la tierra que Yahveh tu Dios te da.
Deu 28:9 Yahveh hará de ti el pueblo consagrado a él, como te ha jurado, si tú guardas los mandamientos de Yahveh tu Dios y sigues sus caminos.
Deu 28:10 Todos los pueblos de la tierra verán que sobre ti es invocado el nombre de Yahveh y te temerán.
Deu 28:11 Yahveh te hará rebosar de bienes: frutos de tus entrañas, frutos de tu ganado, y frutos de tu suelo, en esta tierra que él juró a tus padres que te daría.
Deu 28:12 Yahveh abrirá para ti los cielos, su rico tesoro, para dar a su tiempo la lluvia necesaria a tu tierra y para bendecir todas tus obras. Prestarás a naciones numerosas, y tú no tendrás que tomar prestado.
Deu 28:13 Yahveh te pondrá a la cabeza y no a la zaga; siempre estarás encima y nunca debajo, si escuchas los mandamientos de Yahveh tu Dios, que yo te prescribo hoy, guardándolos y poniéndolos en práctica,
Deu 28:14 sin apartarte ni a derecha ni a izquierda de ninguna de estas palabras que yo os prescribo hoy, para ir en pos de otros dioses a servirles.
Deu 28:15 Pero si desoyes la voz de Yahveh tu Dios, y no cuidas de practicar todos sus mandamientos y sus preceptos, que yo te prescribo hoy, te sobrevendrán y te alcanzarán todas las maldiciones siguientes:
Deu 28:16 Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo.
Deu 28:17 Malditas serán tu cesta y tu artesa.
Deu 28:18 Maldito el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas.
Deu 28:19 Maldito serás cuando entres y maldito cuando salgas.
Deu 28:20 Yahveh enviará contra ti la maldición, el desastre, la amenaza, en todas tus empresas, hasta que seas exterminado y perezcas rápidamente, a causa de la perversidad de tus acciones por las que me habrás abandonado.
Deu 28:21 Yahveh hará que se te pegue la peste, hasta que te haga desaparecer de este suelo adonde vas a entrar para tomarlo en posesión.
Deu 28:22 Yahveh te herirá de tisis, fiebre, inflamación, gangrena, sequía, tizón y añublo, que te perseguirán hasta que perezcas.
Deu 28:23 Los cielos de encima de tu cabeza serán de bronce, y la tierra de debajo de ti será de hierro.
Deu 28:24 Yahveh dará como lluvia a tu tierra polvo y arena, que caerán del cielo sobre ti hasta tu destrucción.
Deu 28:25 Yahveh hará que sucumbas ante tus enemigos: salido a su encuentro por un camino, por siete caminos huirás de ellos, y serás el espanto de todos los reinos de la tierra.
Deu 28:26 Tu cadáver será pasto de todas las aves del cielo y de todas las bestias de la tierra sin que nadie las espante.
Deu 28:27 Yahveh te herirá con úlceras de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de las que no podrás sanar.
Deu 28:28 Yahveh te herirá de delirio, ceguera y pérdida de sentidos,
Deu 28:29 hasta el punto que andarás a tientas en pleno mediodía como el ciego anda a tientas en la oscuridad, y tus pasos no llegarán a término. Estarás oprimido y despojado toda la vida, y no habrá quien te salve.
Deu 28:30 Te desposarás con una mujer y otro hombre la hará suya; edificarás una casa y no la habitarás; plantarás una viña y no podrás disfrutar de ella.
Deu 28:31 Tu buey será degollado a tus propios ojos, y no podrás comer de él; tu asno será robado en tu presencia, y no se te devolverá; tus ovejas serán entregadas a tus enemigos, y no habrá quien te salve;
Deu 28:32 tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; tus ojos se consumirán mirando todos los días hacia ellos, pero tus manos no podrán hacer nada.
Deu 28:33 El fruto de tu suelo y toda tu fatiga lo comerá un pueblo que no conoces. No serás más que un explotado y oprimido toda la vida.
Deu 28:34 Y te volverás loco ante el espectáculo que verás con tus ojos.
Deu 28:35 Yahveh te herirá de úlceras malignas en las rodillas y en las piernas, de las que no podrás sanar, desde la planta de los pies hasta la coronilla de la cabeza.
Deu 28:36 Yahveh te llevará a ti y al que hayas puesto sobre ti a una nación que ni tú ni tus padres conocíais, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra.
Deu 28:37 Serás el asombro, el proverbio y la irrisión de todos los pueblos a donde Yahveh te conduzca.
Deu 28:38 Echarás en tus campos mucha semilla y cosecharás poco, porque la asolará la langosta.
Deu 28:39 Plantarás y cultivarás viñas, pero no beberás vino ni recogerás nada, porque el gusano las devorará.
Deu 28:40 Tendrás olivos por todo tu territorio, pero no te ungirás de aceite, porque tus olivos caerán.
Deu 28:41 Engendrarás hijos e hijas, pero no serán para ti, porque irán al cautiverio.
Deu 28:42 Todos tus árboles y los frutos de tu suelo serán presa de los insectos.
Deu 28:43 El forastero que vive junto a ti subirá a costa tuya cada vez más alto, y tú caerás cada vez más bajo.
Deu 28:44 El te prestará, y tú tendrás que tomar prestado; él estará a la cabeza y tú a la zaga.
Deu 28:45 Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y te alcanzarán hasta destruirte, por no haber escuchado la voz de Yahveh tu Dios, guardando los mandamientos y los preceptos que él te ha prescrito.
Deu 28:46 Serán como una señal y un prodigio sobre ti y sobre tu descendencia para siempre.
Deu 28:47 Por no haber servido a Yahveh tu Dios en la alegría y la dicha de corazón, cuando abundabas en todo,
Deu 28:48 servirás a los enemigos que Yahveh enviará contra ti, con hambre, sed, desnudez y privación de todo. El pondrá en tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruya.
Deu 28:49 Yahveh levantará contra ti una nación venida de lejos, de los extremos de la tierra, como el águila que se cierne. Será una nación de lengua desconocida para ti,
Deu 28:50 una nación de rostro fiero, que no respetará al anciano ni tendrá compasión del niño.
Deu 28:51 Comerá el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo, hasta destruirte; no te dejará trigo, mosto, ni aceite, ni los partos de tus vacas, ni las crías de tus ovejas, hasta acabar contigo.
Deu 28:52 Te asediará en todas tus ciudades, hasta que caigan en toda tu tierra tus murallas más altas y más fortificadas, en las que tú ponías tu confianza. Te asediará en tus ciudades, en toda la tierra que te haya dado Yahveh tu Dios.
Deu 28:53 Comerás el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y tus hijas que te haya dado Yahveh tu Dios, en el asedio y la angustia a que te reducirá tu enemigo.
Deu 28:54 El más delicado y tierno de entre los tuyos mirará con malos ojos a su hermano, e incluso a la esposa de su corazón y a los hijos que le queden,
Deu 28:55 negándose a compartir con ellos la carne de sus hijos que se comerá, al quedarle ya nada en el asedio y la angustia a que tu enemigo te reducirá en todas tus ciudades.
Deu 28:56 La más delicada y tierna de las mujeres de tu pueblo, tan delicada y tierna que no hubiera osado posar en tierra la planta de su pie, mirará con malos ojos al esposo de su corazón, e incluso a su hijo y a su hija,
Deu 28:57 a las secundinas salidas de su seno y a los hijos que dé a luz, pues los comerá a escondidas, por la privación de todo, en el asedio y la angustia a que te reducirá tu enemigo en todas tus ciudades.
Deu 28:58 Si no cuidas de poner en práctica todas las palabras de esta Ley escritas en este libro, temiendo a ese nombre glorioso y temible, a Yahveh tu Dios,
Deu 28:59 Yahveh hará terribles tus plagas y las de tu descendencia: plagas grandes y duraderas, enfermedades perniciosas y tenaces.
Deu 28:60 Hará caer de nuevo sobre ti aquellas epidemias de Egipto a las que tanto miedo tenías, y se pegarán a ti.
Deu 28:61 Más todavía, todas las enfermedades y plagas que no se mencionan en el libro de esta Ley, las suscitará Yahveh contra ti, hasta destruirte.
Deu 28:62 No quedaréis más que unos pocos hombres, vosotros que erais tan numerosos como las estrellas del cielo, por haber desoído la voz de Yahveh tu Dios.
Deu 28:63 Y sucederá que lo mismo que Yahveh se complacía en haceros favor y en multiplicaros, así se gozará en perderos, y destruiros. Seréis arrancados del suelo adonde vas a entrar para tomarlo en posesión.
Deu 28:64 Yahveh te dispersará entre todos los pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses, de madera y de piedra, desconocidos de ti y de tus padres.
Deu 28:65 No hallarás sosiego en aquellas naciones, ni habrá descanso para la planta de tus pies, sino que Yahveh te dará allí un corazón trémulo, languidez de ojos y ansiedad de alma.
Deu 28:66 Tu vida estará ante ti como pendiente de un hilo, tendrás miedo de noche y de día, y ni de tu vida te sentirás seguro.
Deu 28:67 Por la mañana dirás: «¡Ojalá llegase la tarde!», y por la tarde dirás: «¡Ojalá llegase la mañana!», a causa del espanto que estremecerá tu corazón y del espectáculo que verán tus ojos.
Deu 28:68 Yahveh volverá a llevarte a Egipto en barcos, por ese camino del que yo te había dicho: «No volverás a verlo más.» Y allí os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, pero no habrá ni comprador.
Deu 28:69 Estas son las palabras de la alianza que Yahveh mandó a Moisés concluir con los israelitas en el país de Moab, aparte de la alianza que había concluido con ellos en el Horeb.

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Capítulo 29

29:1

ESTAS son las palabras del pacto que el Altísimo mandó á Moisés concertara con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.

29:2

Moisés pues llamó á todo Israel, y díjoles: Vosotros habéis visto todo lo que el Altísimo ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto á Faraón y á todos sus siervos, y á toda su tierra:

29:3

Las pruebas grandes que vieron tus ojos, las señales, y las grandes maravillas.

29:4

Y el Altísimo no os dió corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oir, hasta el día de hoy.

29:5

Y yo os he traído cuarenta años por el desierto: vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni tu zapato se ha envejecido sobre tu pie.

29:6

No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra: para que supieseis que yo soy el Altísimo vuestro Dios.

29:7

Y llegasteis á este lugar, y salió Sehón rey de Hesbón, y Og rey de Basán, delante de nosotros para pelear, y herímoslos;

29:8

Y tomamos su tierra, y dímosla por heredad á Rubén y á Gad, y á la media tribu de Manasés.

29:9

Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.

29:10

Vosotros todos estáis hoy delante de el Altísimo vuestro Dios; vuestros príncipes de vuestras tribus, vuestros ancianos, y vuestros oficiales, todos los varones de Israel,

29:11

Vuestros niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campo, desde el que corta tu leña hasta el que saca tus aguas:

29:12

Para que entres en el pacto de el Altísimo tu Dios, y en su juramento, que el Altísimo tu Dios acuerda hoy contigo:

29:13

Para confirmarte hoy por su pueblo, y que él te sea á ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como él juró á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob.

29:14

Y no con vosotros solos acuerdo yo este pacto y este juramento,

29:15

Sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de el Altísimo nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros.

29:16

Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por medio de las gentes que habéis pasado;

29:17

Y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos, madera y piedra, plata y oro, que tienen consigo.

29:18

Quizá habrá entre vosotros varón, ó mujer, ó familia, ó tribu, cuyo corazón se vuelva hoy de con el Altísimo nuestro Dios, por andar á servir á los dioses de aquellas gentes; quizá habrá en vosotros raíz que eche veneno y ajenjo;

29:19

Y sea que, cuando el tal oyere las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande según el pensamiento de mi corazón, para añadir la embriaguez á la sed:

29:20

el Altísimo no querrá perdonarle; antes humeará luego el furor de el Altísimo y su celo sobre el tal hombre, y asentaráse sobre él toda maldición escrita en este libro, y el Altísimo raerá su nombre de debajo del cielo:

29:21

Y apartarálo el Altísimo de todas las tribus de Israel para mal, conforme á todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley.

29:22

Y dirá la generación venidera, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquesta tierra, y sus enfermedades de que el Altísimo la hizo enfermar,

29:23

(Azufre y sal, abrasada toda su tierra: no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba ninguna, como en la subversión de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de Seboim, que el Altísimo subvirtió en su furor y en su ira:)

29:24

Dirán, pues, todas las gentes: ¿Por qué hizo el Altísimo esto á esta tierra? ¿qué ira es ésta de tan gran furor?

29:25

Y responderán. Por cuanto dejaron el pacto de el Altísimo el Dios de sus padres, que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto,

29:26

Y fueron y sirvieron á dioses ajenos, é inclináronse á ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado:

29:27

Encendióse por tanto, el furor de el Altísimo contra esta tierrra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en esta libro;

29:28

Y el Altísimo los desarraigó de su tierra con enojo, y con saña, y con furor grande, y los echó á otra tierra, como hoy.

29:29

Las cosas secretas pertenecen á el Altísimo nuestro Dios: mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

Deu 29:1 Moisés convocó a todo Israel y les dijo: Vosotros visteis todo lo que Yahveh hizo a vuestros propios ojos en Egipto con Faraón, sus siervos y todo su país:
Deu 29:2 las grandes pruebas que tus mismos ojos vieron, aquellas señales, aquellos grandes prodigios.
Deu 29:3 Pero hasta el día de hoy no os había dado Yahveh corazón para entender, ojos para ver, ni oídos para oír.
Deu 29:4 Durante cuarenta años os he hecho caminar por el desierto, sin que se hayan gastado los vestidos sobre vosotros ni las sandalias en tus pies.
Deu 29:5 No habéis tenido pan que comer, ni vino o licor fermentado que beber, para que supierais que yo, Yahveh, soy vuestro Dios.
Deu 29:6 Luego llegasteis a este lugar. Sijón, rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, salieron a nuestro encuentro para hacernos la guerra, pero los derrotamos.
Deu 29:7 Conquistamos su país, y se lo dimos en heredad a Rubén, a Gad y a la media tribu de Manasés.
Deu 29:8 Guardad, pues, las palabras de esta alianza y ponedlas en práctica, para que tengáis éxito en todas vuestras empresas.
Deu 29:9 Aquí estáis hoy todos vosotros en presencia de Yahveh vuestro Dios: vuestros jefes de tribu, vuestros ancianos y vuestros escribas, todos los hombres de Israel,
Deu 29:10 con vuestros hijos y vuestras mujeres (y también el forastero que está en tu campamento, desde tu leñador hasta tu aguador),
Deu 29:11 a punto de entrar en la alianza de Yahveh tu Dios, jurada con imprecación, que Yahveh tu Dios concluye hoy contigo
Deu 29:12 para hacer hoy de ti su pueblo y ser él tu Dios como te ha dicho y como juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
Deu 29:13 Y no solamente con vosotros hago yo hoy esta alianza y esta imprecación,
Deu 29:14 sino que la hago tanto con quien está hoy aquí con nosotros en presencia de Yahveh nuestro Dios como con quien no está hoy aquí con nosotros.
Deu 29:15 Pues vosotros sabéis cómo vivíamos en Egipto, y cómo hemos pasado por las naciones por las que habéis pasado.
Deu 29:16 Habéis visto sus monstruos abominables y los ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro que hay entre ellos.
Deu 29:17 No haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Yahveh vuestro Dios para ir a servir a los dioses de esas naciones. No haya entre vosotros raíz que eche veneno o ajenjo.
Deu 29:18 Si alguien, después de haber oído las palabras de esta imprecación, se las promete felices en su corazón diciendo: «Aunque me conduzca en la terquedad de mi corazón, todo me irá bien, puesto que la abundancia de agua quitará la sed»,
Deu 29:19 Yahveh no se avendrá a perdonarle. Porque la ira y el celo de Yahveh se encenderán contra ese hombre, toda la imprecación escrita en este libro caerá sobre él, y Yahveh borrará su nombre de debajo de los cielos.
Deu 29:20 Yahveh le separará de todas las tribus de Israel, para su desgracia, conforme a todas las imprecaciones de la alianza escrita en el libro de esta Ley.
Deu 29:21 La generación futura, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, así como el extranjero llegado de un país lejano, verán las plagas de esta tierra y las enfermedades con que Yahveh la castigará, y exclamarán:
Deu 29:22 «Azufre, sal, calcinación es su tierra entera; no se sembrará ni germinará ni hierba alguna crecerá en ella, como en la catástrofe de Sodoma y Gomorra, Admá y Seboyím, que Yahveh asoló en su ira y su furor.»
Deu 29:23 Y todas las naciones preguntarán: «¿Por qué ha tratado así Yahveh a esta tierra? ¿Por qué el ardor de tan gran ira?»
Deu 29:24 Y se dirá: «Porque han abandonado la alianza que Yahveh, Dios de sus padres, había concluido con ellos al sacarlos del país de Egipto;
Deu 29:25 porque se han ido a servir a otros dioses y se han postrado ante ellos, dioses que no conocían y que él no les había dado en suerte.
Deu 29:26 Por eso se ha encendido la ira de Yahveh contra este país y ha traído sobre él toda la maldición escrita en este libro.
Deu 29:27 Yahveh los ha arrancado de su suelo con ira, furor y gran indignación, y los ha arrojado a otro país donde hoy están.»
Deu 29:28 Las cosas secretas pertenecen a Yahveh nuestro Dios, pero las cosas reveladas nos atañen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que pongamos en práctica todas las palabras de esta Ley.

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Capítulo 30

30:1

Y SERA que, cuando te sobrevinieren todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y volvieres á tu corazón en medio de todas las gentes á las cuales el Altísimo tu Dios te hubiere echado,

30:2

Y te convirtieres á el Altísimo tu Dios, y obedecieres á su voz conforme á todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,

30:3

el Altísimo también volverá tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y tornará á recogerte de todos los pueblos á los cuales te hubiere esparcido el Altísimo tu Dios.

30:4

Si hubieres sido arrojado hasta el cabo de los cielos, de allí te recogerá el Altísimo tu Dios, y de allá te tomará:

30:5

Y volverte ha el Altísimo tu Dios á la tierra que heredaron tus padres, y la poseerás; y te hará bien, y te multiplicará más que á tus padres.

30:6

Y circuncidará el Altísimo tu Dios tu corazón, y el corazón de tu simiente, para que ames á el Altísimo tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, á fin de que tú vivas.

30:7

Y pondrá el Altísimo tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron.

30:8

Y tú volverás, y oirás la voz de el Altísimo, y pondrás por obra todos sus mandamientos, que yo te intimo hoy.

30:9

Y hacerte ha el Altísimo tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien: porque el Altísimo volverá á gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres;

30:10

Cuando oyeres la voz de el Altísimo tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres á el Altísimo tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.

30:11

Porque este mandamiento que yo te intimo hoy, no te es encubierto, ni está lejos:

30:12

No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo representará, para que lo cumplamos?

30:13

Ni está de la otra parte de la mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros la mar, para que nos lo traiga y nos lo represente, á fin de que lo cumplamos?

30:14

Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.

30:15

Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal:

midrash las 7 puertas de la gehenna -

30:16

Porque yo te mando hoy que ames á el Altísimo tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y el Altísimo tu Dios te bendiga en la tierra á la cual entras para poseerla.

30:17

Mas si tu corazón se apartare, y no oyeres, y fueres incitado, y te inclinares á dioses ajenos, y los sirvieres;

30:18

Protéstoos hoy que de cierto pereceréis: no tendréis largos días sobre la tierra, para ir á la cual pasas el Jordán para poseerla.

30:19

A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, porque vivas tú y tu simiente:

30:20

Que ames á el Altísimo tu Dios, que oigas su voz, y te allegues á él; porque él es tu vida, y la longitud de tus días; á fin de que habites sobre la tierra que juró el Altísimo á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les había de dar.

Deu 30:1 Cuando te sucedan todas estas cosas, la bendición y la maldición que te he propuesto, si las meditas en tu corazón en medio de las naciones donde Yahveh tu Dios te haya arrojado,
Deu 30:2 si vuelves a Yahveh tu Dios, si escuchas su voz en todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
Deu 30:3 Yahveh tu Dios cambiará tu suerte, tendrá piedad de ti, y te reunirá de nuevo de en medio de todos los pueblos a donde Yahveh tu Dios te haya dispersado.
Deu 30:4 Aunque tus desterrados estén en el extremo de los cielos, de allí mismo te recogerá Yahveh tu Dios y vendrá a buscarte;
Deu 30:5 te llevará otra vez a la tierra poseída por tus padres, para que también tú la poseas, te hará feliz y te multiplicará más que a tus padres.
Deu 30:6 Yahveh tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tu descendencia, a fin de que ames a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, para que vivas.
Deu 30:7 Yahveh tu Dios descargará todas sus imprecaciones sobre los enemigos y adversarios que te han perseguido.
Deu 30:8 Tú volverás a escuchar la voz de Yahveh tu Dios y pondrás en práctica todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy.
Deu 30:9 Yahveh tu Dios te hará prosperar en todas tus obras, en el fruto de tus entrañas, el fruto de tu ganado y el fruto de tu suelo. Porque de nuevo se complacerá Yahveh en tu felicidad, como se complacía en la felicidad de tus padres,
Deu 30:10 si tú escuchas la voz de Yahveh tu Dios guardando sus mandamientos y sus preceptos, lo que está escrito en el libro de esta Ley, si te conviertes a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.
Deu 30:11 Porque estos mandamientos que yo te prescribo hoy no son superiores a tus fuerzas, ni están fuera de tu alcance.
Deu 30:12 No están en el cielo, para que hayas de decir: «¿Quién subirá por nosotros al cielo a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en práctica?»
Deu 30:13 Ni están al otro lado del mar, para que hayas de decir: «¿Quién irá por nosotros al otro lado del mar a buscarlos para que los oigamos y los pongamos en práctica?»
Deu 30:14 Sino que la palabra está bien cerca de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica.
Deu 30:15 Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia.
Deu 30:16 Si escuchas los mandamientos de Yahveh tu Dios que yo te prescribo hoy, si amas a Yahveh tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, preceptos y normas, vivirás y multiplicarás; Yahveh tu Dios te bendecirá en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión.
Deu 30:17 Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar a postrarte ante otros dioses y a darles culto,
Deu 30:18 yo os declaro hoy que pereceréis sin remedio y que no viviréis muchos días en el suelo que vas a tomar en posesión al pasar el Jordán.
Deu 30:19 Pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra: te pongo delante vida o muerte, bendición o maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia,
Deu 30:20 amando Yahveh tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a él; pues en eso está tu vida, así como la prolongación de tus días mientras habites en la tierra que Yahveh juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.

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Capítulo 31

31:1

Y FUÉ Moisés, y habló estas palabras á todo Israel,

31:2

Y díjoles: edad de ciento y veinte años soy hoy día; no puedo más salir ni entrar: á más de esto el Altísimo me ha dicho: No pasarás este Jordán.

31:3

el Altísimo tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá estas gentes de delante de ti, y las heredarás: Josué será el que pasará delante de ti, como el Altísimo ha dicho.

31:4

Y hará el Altísimo con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los Amorrheos, y con su tierra, que los destruyó.

31:5

Y los entregará el Altísimo delante de vosotros, y haréis con ellos conforme á todo lo que os he mandado.

31:6

Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos: que el Altísimo tu Dios es el que va contigo: no te dejará ni te desamparará.

31:7

Y llamó Moisés á Josué, y díjole á vista de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo á la tierra que juró el Altísimo á sus padres que les había de dar, y tú se la harás heredar.

31:8

Y el Altísimo es el que va delante de ti; él será contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas, ni te intimides.

31:9

Y escribió Moisés esta ley, y dióla á los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de el Altísimo, y á todos los ancianos de Israel.

31:10

Y mandóles Moisés, diciendo: Al cabo del séptimo año, en el año de la remisión, en la fiesta de las Cabañas,

31:11

Cuando viniere todo Israel á presentarse delante de el Altísimo tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel á oídos de ellos.

31:12

Harás congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman á el Altísimo vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley:

31:13

Y los hijos de ellos que no supieron oigan, y aprendan á temer á el Altísimo vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra, para ir á la cual pasáis el Jordán para poseerla.

31:14

Y el Altísimo dijo á Moisés: He aquí se han acercado tus días para que mueras: llama á Josué, y esperad en el tabernáculo del testimonio, y le mandaré. Fueron pues Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo del testimonio.

31:15

Y aparecióse el Altísimo en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.

31:16

Y el Altísimo dijo á Moisés: He aquí tú vas á dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va, en estando en medio de ella; y me dejará, é invalidará mi pacto que he concertado con él:

31:17

Y mi furor se encenderá contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y le hallarán muchos males y angustias, y dirá en aquel día: ¿No me han hallado estos males porque no está mi Dios en medio de mí?

31:18

Empero yo esconderé ciertamente mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto á dioses ajenos.

31:19

Ahora, pues, escribíos este cántico, y enséñalo á los hijos de Israel: ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.

31:20

Porque yo le introduciré en la tierra que juré á sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerá, y se hartará, y se engordará: y volveránse á dioses ajenos, y les servirán, y me enojarán, é invalidarán mi pacto.

31:21

Y será que cuando le vinieren muchos males y angustias, entonces responderá en su cara este cántico como testigo, pues no caerá en olvido de la boca de su linaje: porque yo conozco su ingenio, y lo que hace hoy antes que le introduzca en la tierra que juré.

31:22

Y Moisés escribió este cántico aquel día, y enseñólo á los hijos de Israel.

31:23

Y dió orden á Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, que tú meterás los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo seré contigo.

31:24

Y como acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse,

31:25

Mandó Moisés á los Levitas que llevaban el arca del pacto de el Altísimo, diciendo:

31:26

Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de el Altísimo vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti.

31:27

Porque yo conozco tu rebelión, y tu cerviz dura: he aquí que aun viviendo yo hoy con vosotros, sois rebeldes á el Altísimo; y ¿cuánto más después que yo fuere muerto?

31:28

Congregad á mí todos los ancianos de vuestras tribus, y á vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos los cielos y la tierra.

31:29

Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os aparteréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal en ojos de el Altísimo, enojándole con la obra de vuestras manos.

31:30

Entonces habló Moisés en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.

Deu 31:1 Moisés acabó diciendo estas palabras a todo Israel:
Deu 31:2 «He cumplido 120 años. Ya no puedo salir ni entrar. Y Yahveh me ha dicho: Tú no pasarás este Jordán.
Deu 31:3 Yahveh tu Dios pasará delante de ti, él destruirá ante ti esas naciones y las desalojará. Será Josué quien pasará delante de ti, como ha dicho Yahveh.
Deu 31:4 Yahveh las tratará como trató a Sijón y a Og, reyes amorreos, y a su país, a los cuales destruyó.
Deu 31:5 Yahveh os los entregará, y vosotros los trataréis exactamente conforme a la orden que yo os he dado.
Deu 31:6 ¡Sed fuertes y valerosos!, no temáis ni os asustéis ante ellos, porque Yahveh tu Dios marcha contigo: no te dejará ni te abandonará.»
Deu 31:7 Después Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: «¡Se fuerte y valeroso!, tú entrarás con este pueblo en la tierra que Yahveh juró dar a sus padres, y tú se la darás en posesión.
Deu 31:8 Yahveh marchará delante de ti, él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te asustes.»
Deu 31:9 Moisés puso esta Ley por escrito y se la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca de la alianza de Yahveh, así como a todos los ancianos de Israel.
Deu 31:10 Y Moisés les dio esta orden: «Cada siete años, tiempo fijado para el año de la Remisión, en la fiesta de las Tiendas,
Deu 31:11 cuando todo Israel acuda, para ver el rostro de Yahveh tu Dios, al lugar elegido por él, leerás esta Ley a oídos de todo Israel.
Deu 31:12 Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al forastero que vive en tus ciudades, para que oigan, aprendan a temer a Yahveh vuestro Dios, y cuiden de poner en práctica todas las palabras de esta Ley.
Deu 31:13 Y sus hijos, que todavía no la conocen, la oirán y aprenderán a temer a Yahveh vuestro Dios todos los días que viváis en el suelo que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán.»
Deu 31:14 Yahveh dijo a Moisés: «Ya se acerca el día de tu muerte; llama a Josué y presentaos en la Tienda del Encuentro, para que yo le dé mis órdenes.» Fue, pues, Moisés con Josué a presentarse en la Tienda del Encuentro.
Deu 31:15 Y Yahveh se apareció en la Tienda, en una columna de nube; la columna de nube estaba parada a la entrada de la Tienda.
Deu 31:16 Yahveh dijo a Moisés: «He aquí que vas a acostarte con tus padres, y este pueblo se levantará para prostituirse yendo en pos de dioses extraños, los de la tierra en la que va a entrar. Me abandonará y romperá mi alianza, que yo he concluido con él.
Deu 31:17 Aquel día montaré en cólera contra él, los abandonaré y les ocultaré mi rostro. Será pasto y presa de un sinfín de males y adversidades, de suerte que dirá aquel día: «¿No me habrán llegado estos males porque mi Dios no está en medio de mí?»
Deu 31:18 Pero yo ocultaré mi rostro aquel día, a causa de todo el mal que habrá hecho, yéndose en pos de otros dioses.
Deu 31:19 «Y ahora escribid para vuestro uso el cántico siguiente; enséñaselo a los israelitas, ponlo en su boca para que este cántico me sirva de testimonio contra los israelitas,
Deu 31:20 cuando yo les lleve a la tierra que bajo juramento prometí a sus padres, tierra que mana leche y miel, y ellos, después de comer hasta hartarse y engordar bien, se vuelvan hacia otros dioses, les den culto, y a mí me desprecien y rompan mi alianza.
Deu 31:21 Y cuando les alcancen males y adversidades sin número, este cántico dará testimonio contra él, porque no caerá en olvido en la boca de su descendencia. Pues sé muy bien los planes que está tramando hoy, incluso antes de haberle introducido en la tierra que le tengo prometida bajo juramento.»
Deu 31:22 Y Moisés escribió aquel día este cántico y se lo enseño a los israelitas.
Deu 31:23 Luego dio esta orden a Josué, hijo de Nun: «¡Sé fuerte y valeroso!, porque tú llevarás a los israelitas a la tierra que yo les tengo prometida bajo juramento, y yo estaré contigo.»
Deu 31:24 Cuando terminó de escribir en un libro las palabras de esta Ley hasta el fin,
Deu 31:25 Moisés dio esta orden a los levitas que llevaban el arca de la alianza de Yahveh:
Deu 31:26 «Tomad el libro de esta Ley. Ponedlo al lado del arca de la alianza de Yahveh vuestro Dios. Ahí quedará como testimonio contra ti.
Deu 31:27 Porque conozco tu rebeldía y tu dura cerviz. Si hoy, que vivo todavía entre vosotros, sois rebeldes a Yahveh, ¡cuánto más lo seréis después de mi muerte!»
Deu 31:28 «Congregad junto a mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros escribas, que voy a pronunciar a sus oídos estas palabras, poniendo por testigos contra ellos al cielo y a la tierra.
Deu 31:29 Porque sé que después de mi muerte no dejaréis de pervertiros; os apartaréis del camino que os he prescrito; y la desgracia vendrá sobre vosotros en el futuro, por haber hecho lo que es malo a los ojos de Yahveh, irritándole con vuestras obras.»
Deu 31:30 Luego, a oídos de toda la asamblea de Israel, Moisés pronunció hasta el fin las palabras de este cántico:

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Capítulo 32

32:1

ESCUCHAD, cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca.

32:2

Goteará como la lluvia mi doctrina; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba:

32:3

Porque el nombre de el Altísimo invocaré: Engrandeced á nuestro Dios.

32:4

El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él: Es justo y recto.

32:5

La corrupción no es suya: á sus hijos la mancha de ellos, Generación torcida y perversa.

32:6

¿Así pagáis á el Altísimo, Pueblo loco é ignorante? ¿No es él tu padre que te poseyó? El te hizo y te ha organizado.

32:7

Acuérdate de los tiempos antiguos; Considerad los años de generación y generación: Pregunta á tu padre, que él te declarará; A tus viejos, y ellos te dirán.

32:8

Cuando el Altísimo hizo heredar á las gentes, Cuando hizo dividir los hijos de los hombres, Estableció los términos de los pueblos Según el número de los hijos de Israel.

32:9

Porque la parte de el Altísimo es su pueblo; Jacob la cuerda de su heredad.

32:10

Hallólo en tierra de desierto, Y en desierto horrible y yermo; Trájolo alrededor, instruyólo, Guardólo como la niña de su ojo.

32:11

Como el águila despierta su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas:

32:12

el Altísimo solo le guió, Que no hubo con él dios ajeno.

32:13

Hízolo subir sobre las alturas de la tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel de la peña, Y aceite del duro pedernal;

32:14

Manteca de vacas y leche de ovejas, Con grosura de corderos, Y carneros de Basán; también machos de cabrío, Con grosura de riñones de trigo: Y sangre de uva bebiste, vino puro.

32:15

Y engrosó Jeshurun, y tiró coces: Engordástete, engrosástete, cubrístete: Y dej�� al Dios que le hizo, Y menospreció la Roca de su salud.

32:16

Despertáronle á celos con los dioses ajenos; Ensañáronle con abominaciones.

32:17

Sacrificaron á los diablos, no á Dios; A dioses que no habían conocido, A nuevos dioses venidos de cerca, Que no habían temido vuestros padres.

32:18

De la Roca que te crió te olvidaste: Te has olvidado del Dios tu criador.

32:19

Y vió lo el Altísimo, y encendióse en ira, por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.

32:20

Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro, Veré cuál será su postrimería: Que son generación de perversidades, Hijos sin fe.

32:21

Ellos me movieron á celos con lo que no es Dios; Hiciéronme ensañar con sus vanidades: Yo también los moveré á celos con un pueblo que no es pueblo, Con gente insensata los haré ensañar.

32:22

Porque fuego se encenderá en mi furor, Y arderá hasta el profundo; Y devorará la tierra y sus frutos, Y abrasará los fundamentos de los montes.

32:23

Yo allegaré males sobre ellos; Emplearé en ellos mis saetas.

32:24

Consumidos serán de hambre, y comidos de fiebre ardiente Y de amarga pestilencia; Diente de bestias enviaré también sobre ellos, Con veneno de serpiente de la tierra.

32:25

De fuera desolará la espada, Y dentro de las cámaras el espanto: Así al mancebo como á la doncella, Al que mama como el hombre cano.

32:26

Dije: Echaríalos yo del mundo, Haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos,

32:27

Si no temiese la ira del enemigo, No sea que se envanezcan sus adversarios, No sea que digan: Nuestra mano alta Ha hecho todo esto, no el Altísimo.

32:28

Porque son gente de perdidos consejos, Y no hay en ellos entendimiento.

32:29

¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto, Y entendieran su postrimería!

32:30

¿Cómo podría perseguir uno á mil, Y dos harían huir á diez mil, Si su Roca no los hubiese vendido, Y el Altísimo no los hubiera entregado?

32:31

Que la roca de ellos no es como nuestra Roca: Y nuestros enemigos sean de ello jueces.

32:32

Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos, Y de los sarmientos de Gomorra: Las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, Racimos muy amargos tienen.

32:33

Veneno de dragones es su vino, Y ponzoña cruel de áspides.

32:34

¿No tengo yo esto guardado, Sellado en mis tesoros?

32:35

Mía es la venganza y el pago, Al tiempo que su pie vacilará; Porque el día de su aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura.

32:36

Porque el Altísimo juzgará á su pueblo, Y por amor de sus siervos se arrepentirá, Cuando viere que la fuerza pereció, Y que no hay guardado, mas desamparado.

32:37

Y dirá: ¿Dónde están sus dioses, La roca en que se guarecían;

32:38

Que comían el sebo de sus sacrificios, Bebían el vino de sus libaciones? Levántense, que os ayuden Y os defiendan.

32:39

Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo: Yo hago morir, y yo hago vivir: Yo hiero, y yo curo: Y no hay quien pueda librar de mi mano.

32:40

Cuando yo alzaré á los cielos mi mano, Y diré: Vivo yo para siempre,

32:41

Si afilare mi reluciente espada, Y mi mano arrebatare el juicio, Yo volveré la venganza á mis enemigos, Y daré el pago á los que me aborrecen.

32:42

Embriagaré de sangre mis saetas, Y mi espada devorará carne: En la sangre de los muertos y de los cautivos, las cabezas, con venganzas de enemigo.

32:43

Alabad, gentes, á su pueblo, Porque él vengará la sangre de sus siervos, Y volverá la venganza á sus enemigos, Y expiará su tierra, á su pueblo.

32:44

Y vino Moisés, y recitó todas las palabras de este cántico á oídos del pueblo, él, y Josué hijo de Nun.

32:45

Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras á todo Israel;

32:46

Y díjoles: Poned vuestro corazón á todas las palabras que yo os protesto hoy, para que las mandéis á vuestros hijos, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley.

32:47

Porque no os es cosa vana, mas es vuestra vida: y por ellas haréis prolongar los días sobre la tierra, para poseer la cual pasáis el Jordán.

32:48

Y habló el Altísimo á Moisés aquel mismo día, diciendo:

32:49

Sube á este monte de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está en derecho de Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad á los hijos de Israel;

32:50

Y muere en el monte al cual subes, y sé reunido á tus pueblos; al modo que murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fué reunido á sus pueblos:

32:51

Por cuanto prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de la rencilla de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.

32:52

Verás por tanto delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, á la tierra que doy á los hijos de Israel.

Deu 32:1 Prestad oído, cielos, que hablo yo, escuche la tierra las palabras de mi boca.
Deu 32:2 Como lluvia se derrame mi doctrina, caiga como rocío mi palabra, como blanda lluvia sobre la hierba verde, como aguacero sobre el césped.
Deu 32:3 Porque voy a aclamar el nombre de Yahveh; ¡ensalzad a nuestro Dios!
Deu 32:4 El es la Roca, su obra es consumada, pues todos sus caminos son justicia. Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es justo y recto.
Deu 32:5 Se han pervertido los que él engendró sin tara, generación perversa y tortuosa.
Deu 32:6 ¿Así pagáis a Yahveh, pueblo insensato y necio? ¿No es él tu padre, el que te creó, el que te hizo y te fundó?
Deu 32:7 Acuérdate de los días de antaño, considera los años de edad en edad. Interroga a tu padre, que te cuente, a tus ancianos, que te hablen.
Deu 32:8 Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios;
Deu 32:9 mas la porción de Yahveh fue su pueblo, Jacob su parte de heredad.
Deu 32:10 En tierra desierta le encuentra, en la soledad rugiente de la estepa. Y le envuelve, le sustenta, le cuida, como a la niña de sus ojos.
Deu 32:11 Como un águila incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así el despliega sus alas y te toma, y le lleva sobre su plumaje.
Deu 32:12 Sólo Yahveh le guía a su destino, con él ningún dios extranjero.
Deu 32:13 Le hace cabalgar por las alturas de la tierra, le alimenta de los frutos del campo, le da a gustar miel de la peña, y aceite de la dura roca,
Deu 32:14 cuajada de vacas y leche de ovejas, con la grasa de corderos; carneros de raza de Basán, y machos cabríos, con la flor de los granos de trigo, y por bebida la roja sangre de la uva.
Deu 32:15 Come Jacob, se sacia, engorda Yesurún, respinga, - te has puesto grueso, rollizo, turgente -, rechaza a Dios, su Hacedor, desprecia a la Roca, su salvación.
Deu 32:16 Le encelan con dioses extraños, le irritan con abominaciones.
Deu 32:17 Sacrifican a demonios, no a Dios, a dioses que ignoraban, a nuevos, recién llegados, que no veneraron vuestros padres.
Deu 32:18 (¡Desdeñas a la Roca que te dio el ser, olvidas al Dios que te engendró!)
Deu 32:19 Yahveh lo ha visto y, en su ira, ha desechado a sus hijos y a sus hijas.
Deu 32:20 Ha dicho: Les voy a esconder mi rostro, a ver en qué paran. Porque es una generación torcida, hijos sin lealtad.
Deu 32:21 Me han encelado con lo que no es Dios, me han irritado con sus vanos ídolos; ¡pues yo también voy a encelarles con lo que no es pueblo, con una nación fatua los irritaré!
Deu 32:22 Porque ha saltado fuego de mi ira, que quemará hasta las honduras del seol; devorará la tierra y sus productos, abrasará los cimientos de los montes.
Deu 32:23 Acumularé desgracias sobre ellos, agotaré en ellos mis saetas.
Deu 32:24 Andarán extenuados de hambre, consumidos de fiebre y mala peste. Dientes de fieras mandaré contra ellos, veneno de reptiles.
Deu 32:25 Por fuera la espada sembrará orfandad, y dentro reinará el espanto. Caerán a la vez joven y doncella, niño de pecho y viejo encanecido.
Deu 32:26 He dicho: A polvo los reduciría, borraría su recuerdo de en medio de los hombres,
Deu 32:27 si no temiera azuzar el furor del enemigo, y que lo entiendan al revés sus adversarios, no sea que digan: «Nuestra mano prevalece, y no es Yahveh el que hace todo esto.»
Deu 32:28 Porque es gente de consejo obtuso, y no hay inteligencia en ellos.
Deu 32:29 Si fueran sabios, podrían entenderlo, sabrían vislumbrar su suerte última.
Deu 32:30 Pues, ¿cómo un solo hombre puede perseguir a mil, y dos poner en fuga a una miríada, sino porque su Roca se los ha vendido, porque Yahveh los ha entregado?
Deu 32:31 Mas no es su roca como nuestra Roca, y nuestros enemigos son testigos.
Deu 32:32 Porque su viña es viña de Sodoma y de las plantaciones de Gomorra: uvas venenosas son sus uvas, racimos amargos sus racimos;
Deu 32:33 su vino, un veneno de serpiente, mortal ponzoña de áspid.
Deu 32:34 Pero él, ¿no está guardado junto a mí, sellado en mis tesoros?
Deu 32:35 A mí me toca la venganza y el pago para el momento en que su pie vacile. Porque está cerca el día de su ruina, ya se precipita lo que les espera.
Deu 32:36 (Que va hacer Yahveh justicia al pueblo suyo, va a apiadarse de sus siervos.) Porque verá que su fuerza se agota, que no queda ya libre ni esclavo.
Deu 32:37 Dirá entonces: ¿Dónde están sus dioses, roca en que buscaban su refugio,
Deu 32:38 los que comían la grasa de sus sacrificios y bebían el vino de sus libaciones? ¡Levántense y os salven, sean ellos vuestro amparo!
Deu 32:39 Ved ahora que yo, sólo yo soy, y que no hay otro Dios junto a mí. Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo, y sano yo mismo (y no hay quien libre de mi mano).
Deu 32:40 Sí, yo alzo al cielo mi mano, y digo: Tan cierto como que vivo eternamente,
Deu 32:41 cuando afile el rayo de mi espada, y mi mano empuñe el Juicio, tomaré venganza de mis adversarios, y daré el pago a quienes me aborrecen.
Deu 32:42 Embriagaré de sangre mis saetas, y mi espada se saciará de carne: sangre de muertos y cautivos, cabezas encrestadas de enemigos.
Deu 32:43 ¡Cielos, exultad con él, y adórenle los hijos de Dios! ¡Exultad, naciones, con su pueblo, y todos los mensajeros de Dios narren su fuerza! Porque él vengará la sangre de sus siervos, tomará venganza de sus adversarios, dará su pago a quienes le aborrecen y purificará el suelo de su pueblo.
Deu 32:44 Fue Moisés y pronunció o oídos del pueblo todas las palabras de este cántico, acompañado de Josué, hijo de Nun.
Deu 32:45 Cuando Moisés acabó de pronunciar estas palabras a todo Israel,
Deu 32:46 les dijo: «Estad bien atentos a todas estas palabras que hoy os doy como testimonio. Se las prescribiréis a vuestros hijos, para que cuiden de poner en práctica todas las palabras de esta Ley.
Deu 32:47 Porque no es una palabra vana para vosotros, sino que es vuestra vida, y por ella prolongaréis vuestros días en el suelo que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán.»
Deu 32:48 Yahveh habló a Moisés aquel mismo día y le dijo:
Deu 32:49 «Sube a esa montaña de los Abarim, al monte Nebo que está en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo doy en propiedad a los israelitas.
Deu 32:50 En el monte al que vas a subir morirás, e irás a reunirte con los tuyos, como tu hermano Aarón murió en el monte Hor y fue a reunirse con los suyos.
Deu 32:51 Por haberme sido infiel en medio de los israelitas, en las aguas de Meribá Cadés, en el desierto de Sin, por no haber manifestado mi santidad en medio de los israelitas,
Deu 32:52 por eso, sólo de lejos verás la tierra, pero no entrarás en ella, en esa tierra que yo doy a los israelitas.»

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Capítulo 33

33:1

Y ESTA es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios á los hijos de Israel, antes que muriese.

33:2

Y dijo: el Altísimo vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció del monte de Parán, Y vino con diez mil santos: A su diestra la ley de fuego para ellos.

33:3

Aun amó los pueblos; Todos sus santos en tu mano: Ellos también se llegaron á tus pies: Recibieron de tus dichos.

33:4

Ley nos mandó Moisés, Heredad á la congregación de Jacob.

33:5

Y fué rey en Jeshurun, Cuando se congregaron las cabezas del pueblo Con las tribus de Israel.

33:6

Viva Rubén, y no muera; Y sean sus varones en número.

33:7

Y esta bendición para Judá. Dijo así: Oye, oh el Altísimo, la voz de Judá, Y llévalo á su pueblo; Sus manos le basten, Y tú seas ayuda contra sus enemigos.

33:8

Y a Leví dijo: Tu Thummim y tu Urim, con tu buen varón Al cual tentaste en Massa, Y le hiciste reñir en las aguas de la rencilla;

33:9

El que dijo á su padre y á su madre: Nunca los vi: Ni conoció á sus hermanos, Ni conoció á sus hijos: Por lo cual ellos guardarán tus palabras, Y observarán tu pacto.

33:10

Ellos enseñarán tus juicios á Jacob, Y tu ley á Israel; Pondrán el perfume delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar.

33:11

Bendice, oh el Altísimo, lo que hicieren, Y recibe con agrado la obra de sus manos: Hiere los lomos de sus enemigos, Y de los que le aborrecieren; para que nunca se levanten.

33:12

Y á Benjamín dijo: El amado de el Altísimo habitará confiado cerca de él: Cubrirálo siempre, Y entre sus hombros morará.

33:13

Y á José dijo: Bendita de el Altísimo su tierra, Por los regalos de los cielos, por el rocío, Y por el abismo que abajo yace,

33:14

Y por los regalados frutos del sol, Y por los regalos de las influencias de las lunas,

33:15

Y por la cumbre de los montes antiguos, Y por los regalos de los collados eternos,

33:16

Y por los regalos de la tierra y su plenitud; Y la gracia del que habitó en la zarza Venga sobre la cabeza de José, Y sobre la mollera del apartado de sus hermanos.

33:17

El es aventajado como el primogénito de su toro, Y sus cuernos, cuernos de unicornio: Con ellos acorneará los pueblos juntos hasta los fines de la tierra: Y estos son los diez millares de Ephraim, Y estos los millares de Manasés.

33:18

Y á Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres: Y tu Issachâr, en tus tiendas.

33:19

Llamarán los pueblos al monte: Allí sacrificarán sacrificios de justicia: Por lo cual chuparán la abundancia de los mares, Y los tesoros escondidos de la arena.

33:20

Y a Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar á Gad: Como león habitará, Y arrebatará brazo y testa.

33:21

Y él se ha provisto de la parte primera, Porque allí una porción del legislador fuéle reservada, Y vino en la delantera del pueblo; La justicia de el Altísimo ejecutará, Y sus juicios con Israel.

33:22

Y á Dan dijo: Dan, cachorro de león: Saltará desde Basán.

33:23

Y á Nephtalí dijo: Nephtalí, saciado de benevolencia, Y lleno de la bendición de el Altísimo, Posee el occidente y el mediodía,

33:24

Y á Aser dijo: Bendito Aser en hijos: Agradable será á sus hermanos, Y mojará en aceite su pie.

33:25

Hierro y metal tu calzado, Y como tus días tu fortaleza.

33:26

No hay como el Dios de Jeshurun, Montado sobre los cielos para tu ayuda, Y sobre las nubes con su grandeza.

33:27

El eterno Dios es tu refugio Y acá abajo los brazos eternos; El echará de delante de ti al enemigo, Y dirá: Destruye.

33:28

E Israel, fuente de Jacob, habitará confiado solo En tierra de grano y de vino: También sus cielos destilarán rocío.

33:29

Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, Pueblo salvo por el Altísimo, Escudo de tu socorro, Y espada de tu excelencia? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.

Deu 33:1 Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a los israelitas antes de morir.
Deu 33:2 Dijo: Ha venido Yahveh del Sinaí. Para ellos desde Seír se ha levantado, ha iluminado desde el monte Parán. Con él las miríadas de Cadés, Ley de fuego en su diestra para ellos.
Deu 33:3 Tú que amas a los antepasados, todos los santos están en tu mano. Y ellos, postrados a tus pies, cargados están de tus palabras.
Deu 33:4 Una Ley nos señaló Moisés herencia de la asamblea de Jacob.
Deu 33:5 Hubo un rey en Yesurún, cuando se congregaron los jefes del pueblo, todas juntas las tribus de Israel.
Deu 33:6 ¡Viva Rubén y nunca muera, aunque sean pocos sus nombres!
Deu 33:7 Para Judá dijo esto: Escucha, Yahveh, la voz de Judá y guíale hacia su pueblo. Sus manos le defenderán y tú serás su auxilio contra sus enemigos.
Deu 33:8 Para Leví dijo: Dale a Leví tus Urim y tus Tummim al hombre de tu agrado, a quien probaste en Massá, con quien querellaste en las aguas de Meribá,
Deu 33:9 el que dijo de su padre y de su madre: «No los he visto.» El que no reconoce a sus hermanos y a sus hijos ignora. Pues guardan tu palabra, y tu alianza observan.
Deu 33:10 Ellos enseñan tus normas a Jacob y tu Ley a Israel; ofrecen incienso ante tu rostro, y perfecto sacrificio en tu altar.
Deu 33:11 Bendice, Yahveh, su vigor, y acepta la obra de sus manos. Rompe los lomos a sus adversarios y a sus enemigos, que no se levanten.
Deu 33:12 Para Benjamín dijo: Querido de Yahveh, en seguro reposa junto a El, todos los días le protege, y entre sus hombros mora.
Deu 33:13 Para José dijo: Su tierra es bendita de Yahveh; para él lo mejor de los cielos: el rocío, y del abismo que reposa abajo;
Deu 33:14 lo mejor de los frutos del sol, de lo que brota a cada luna,
Deu 33:15 las primicias de los montes antiguos, lo mejor de los collados eternos,
Deu 33:16 lo mejor de la tierra y cuanto contiene, y el favor del que mora en la Zarza: ¡caiga sobre la cabeza de José, sobre la frente del elegido entre sus hermanos!
Deu 33:17 Primogénito del toro, a él la gloria, cuernos de búfalo sus cuernos; con ellos acornea a los pueblos todos juntos hasta los confines de la tierra. Tales son las miríadas de Efraím, tales los millares de Manasés.
Deu 33:18 Para Zabulón dijo: Regocíjate, Zabulón, en tus empresas, y tú, Isacar, en tus tiendas.
Deu 33:19 Convocarás a los pueblos en el monte, ofrecerán sacrificios de justicia, pues gustarán la abundancia de los mares, y los tesoros ocultos en la arena.
Deu 33:20 Para Gad dijo: ¡Bendito el que ensanchó a Gad! Echado está como leona; ha desgarrado un brazo, y hasta una cabeza;
Deu 33:21 se quedó con las primicias, pues allí la porción de jefe le estaba reservada, y ha venido a la cabeza del pueblo: ha cumplido la justicia de Yahveh, y sus juicios con Israel.
Deu 33:22 Para Dan dijo: Dan es un cachorro de león, que se lanza desde Basán.
Deu 33:23 Para Neftalí dijo: Neftalí, saciado de favor, colmado de la bendición de Yahveh, Oeste y Mediodía son su posesión.
Deu 33:24 Para Aser dijo: ¡Bendito Aser entre los hijos! Sea el favorito entre sus hermanos, y bañe su pie en aceite.
Deu 33:25 Sea tu cerrojo de hierro y de bronce, y tu fuerza tan larga como tus días.
Deu 33:26 Nadie como el Dios de Yesurún. que cabalga los cielos en tu auxilio, y las nubes, en su majestad.
Deu 33:27 El Dios de antaño es tu refugio, estás debajo de los brazos eternos. El expulsa ante ti al enemigo, y dice: ¡Destruye!
Deu 33:28 Israel mora en seguro; la fuente de Jacob aparte brota para un país de trigo y vino; hasta sus cielos el rocío destilan.
Deu 33:29 Dichoso tú, Israel, ¿quién como tú, pueblo salvado por Yahveh, cuyo escudo es tu auxilio, cuya espada es tu esplendor? Tus enemigos tratarán de engañarte, pero tú hollarás sus espaldas.

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Capítulo 34

34:1

Y SUBIÓ Moisés de los campos de Moab al monte de Nebo, á la cumbre de Pisga, que está enfrente de Jericó: y mostróle el Altísimo toda la tierra de Galaad hasta Dan,

34:2

Y á todo Nephtalí, y la tierra de Ephraim y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta la mar postrera;

34:3

Y la parte meridional, y la campiña, la vega de Jericó, ciudad de las palmas, hasta Soar.

34:4

Y díjole el Altísimo: Esta es la tierra de que juré á Abraham, á Isaac, y á Jacob, diciendo: A tu simiente la daré. Hétela hecho ver con tus ojos, mas no pasarás allá.

34:5

Y murió allí Moisés siervo de el Altísimo, en la tierra de Moab, conforme al dicho de el Altísimo.

34:6

Y enterrólo en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bethpeor; y ninguno sabe su sepulcro hasta hoy.

34:7

Y era Moisés de edad de ciento y veinte años cuando murió: sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.

34:8

Y lloraron los hijos de Israel á Moisés en los campos de Moab treinta días: Y así se cumplieron los días del lloro del luto de Moisés.

34:9

Y Josué hijo de Nun fué lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él: y los hijos de Israel le obedecieron, é hicieron como el Altísimo mandó á Moisés.

34:10

Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, á quien haya conocido el Altísimo cara á cara;

34:11

En todas las señales y prodigios que le envió el Altísimo á hacer en tierra de Egipto á Faraón, y á todos sus siervos, y á toda su tierra;

34:12

Y en toda aquella mano esforzada, y en todo el espanto grande que causó Moisés á ojos de todo Israel.

 

Deu 34:1 Moisés subió de las Estepas de Moab al monte Nebo, cumbre del Pisgá, frente a Jericó, y Yahveh le mostró la tierra entera: Galaad hasta Dan,
Deu 34:2 todo Neftalí, la tierra de Efraím y de Manasés, toda la tierra de Judá, hasta el mar Occidental,
Deu 34:3 el Négueb, la vega del valle de Jericó, ciudad de las palmeras, hasta Soar.
Deu 34:4 Y Yahveh le dijo: «Esta es la tierra que bajo juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia se la daré. Te dejo verla con tus ojos, pero no pasarás a ella.»
Deu 34:5 Allí murió Moisés, servidor de Yahveh, en el país de Moab, como había dispuesto Yahveh.
Deu 34:6 Le enterró en el Valle, en el País de Moab, frente a Bet Peor. Nadie hasta hoy ha conocido su tumba.
Deu 34:7 Tenía Moisés 120 años cuando murió; y no se había apagado su ojo ni se había perdido su vigor.
Deu 34:8 Los israelitas lloraron a Moisés treinta días en las Estepas de Moab; cumplieron así los días de llanto por el duelo de Moisés.
Deu 34:9 Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos. A él obedecieron los israelitas, cumpliendo la orden que Yahveh había dado a Moisés.
Deu 34:10 No ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien Yahveh trataba cara a cara,
Deu 34:11 nadie como él en todas las señales y prodigios que Yahveh le envió a realizar en el país de Egipto, contra Faraón, todos sus siervos y todo su país,
Deu 34:12 y en la mano tan fuerte y el gran terror que Moisés puso por obra a los ojos de todo Israel.

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