El Libro del Génesis
Versión Reyna Valera 1909
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La versión Biblia de Jerusalén
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Capítulo 1
1:1
En el
principio creó Dios los cielos y la tierra.
1:2
Y la tierra
estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo, y
el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.
1:3
Y dijo Dios:
Sea la luz: y fué la luz.
com -
1:4
Y vió Dios
que la luz era buena: y apartó Dios la luz de las tinieblas.
1:5
Y llamó Dios
á la luz Día, y á las tinieblas llamó Noche: y fué la tarde y la mañana un día.
1:6
Y dijo Dios:
Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.
1:7
E hizo Dios
la expansión, y apartó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las
aguas que estaban sobre la expansión: y fué así.
1:8
Y llamó Dios
á la expansión Cielos: y fué la tarde y la mañana el día segundo.
1:9
Y dijo Dios:
Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la
seca: y fué así.
1:10
Y llamó Dios
á la seca Tierra, y á la reunión de las aguas llamó Mares: y vió Dios que era
bueno.
1:11
Y dijo Dios:
Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé simiente; árbol de fruto que dé
fruto según su género, que su simiente esté en él, sobre la tierra: y fué así.
1:12
Y produjo la
tierra hierba verde, hierba que da simiente según su naturaleza, y árbol que da
fruto, cuya simiente está en él, según su género: y vió Dios que era bueno.
1:13
Y fué la
tarde y la mañana el día tercero.
1:14
Y dijo Dios:
Sean lumbreras en la expansión de los cielos para apartar el día y la noche: y
sean por señales, y para las estaciones, y para días y años;
1:15
Y sean por
lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra: y fue.
1:16
E hizo Dios las
dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la
lumbrera menor para que señorease en la noche: hizo también las estrellas.
1:17
Y púsolas
Dios en la expansión de los cielos, para alumbrar sobre la tierra,
1:18
Y para señorear
en el día y en la noche, y para apartar la luz y las tinieblas: y vió Dios que
era bueno.
1:19
Y fué la
tarde y la mañana el día cuarto.
1:20
Y dijo Dios:
Produzcan las aguas reptil de ánima viviente, y aves que vuelen sobre la
tierra, en la abierta expansión de los cielos.
1:21
Y crió Dios
las grandes ballenas, y toda cosa viva que anda arrastrando, que las aguas
produjeron según su género, y toda ave alada según su especie: y vió Dios que
era bueno.
1:22
Y Dios los
bendijo diciendo: Fructificad y multiplicad, y henchid las aguas en los mares,
y las aves se multipliquen en la tierra.
1:23
Y fué la
tarde y la mañana el día quinto.
midrash quinto día -
1:24
Y dijo Dios:
Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y
animales de la tierra según su especie: y fué así.
1:25
E hizo Dios
animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal
que anda arrastrando sobre la tierra según su especie: y vió Dios que era
bueno.
1:26
Y dijo Dios:
Hagamos al hombre á nuestra imagen, conforme á nuestra semejanza; y señoree en
los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda
la tierra, y en todo animal que anda arrastrando sobre la tierra.
mdr Mejor no crear al hombre -
1:27
Y crió Dios
al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió.
1:28
Y los bendijo
Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla,
y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las
bestias que se mueven sobre la tierra.
1:29
Y dijo Dios:
He aquí que os he dado toda hierba que da simiente, que está sobre la haz de
toda la tierra; y todo árbol en que hay fruto de árbol que da simiente, seros
ha para comer.
1:30
Y á toda
bestia de la tierra, y á todas las aves de los cielos, y á todo lo que se mueve
sobre la tierra, en que hay vida, toda hierba verde les será para comer: y fué
así.
1:31
Y vió Dios
todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fué la tarde
y la mañana el día sexto.
Gen 1:1 En el principio creó Dios los cielos y la
tierra.
Gen 1:2 La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un
viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.
Gen 1:3 Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz.
Gen 1:4 Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad;
Gen 1:5 y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y
atardeció y amaneció: día primero.
Gen 1:6 Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte
unas de otras.»
Gen 1:7 E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del
firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue.
Gen 1:8 Y llamó Dios al firmamento «cielos». Y atardeció y amaneció: día
segundo.
Gen 1:9 Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo
conjunto, y déjese ver lo seco»; y así fue.
Gen 1:10 Y llamó Dios a lo seco «tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó
«mares»; y vio Dios que estaba bien.
Gen 1:11 Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y
árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la
tierra.» Y así fue.
Gen 1:12 La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus
especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio
Dios que estaban bien.
Gen 1:13 Y atardeció y amaneció: día tercero.
Gen 1:14 Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día
de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años;
Gen 1:15 y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la
tierra.» Y así fue.
Gen 1:16 Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del
día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas;
Gen 1:17 y púsolos Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra,
Gen 1:18 y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la
oscuridad; y vio Dios que estaba bien.
Gen 1:19 Y atardeció y amaneció: día cuarto.
Gen 1:20 Dijo Dios: «Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen
sobre la tierra contra el firmamento celeste.»
Gen 1:21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los
que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves
aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien;
Gen 1:22 y bendíjolos Dios diciendo: «sed fecundos y multiplicaos, y henchid las
aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra.»
Gen 1:23 Y atardeció y amaneció: día quinto.
Gen 1:24 Dijo Dios: «Produzca la tierra animales vivientes de cada especie:
bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.» Y así fue.
Gen 1:25 Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de
cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba
bien.
Gen 1:26 Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza
nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las
bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean
por la tierra.
Gen 1:27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó,
macho y hembra los creó.
Gen 1:28 Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y
henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los
cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»
Gen 1:29 Dijo Dios: «Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre
la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para
vosotros será de alimento.
Gen 1:30 Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe
de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento.»
Y así fue.
Gen 1:31 Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardecío y
amaneció: día sexto.
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Capítulo 2
2:1
Y FUERON
acabados los cielos y la tierra, y todo su ornamento.
2:2
Y acabó Dios
en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que
había hecho.
2:3
Y bendijo
Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda su obra que
había Dios criado y hecho.
2:4
Estos son los
orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron criados, el día que el
Altísimo Dios hizo la tierra y los cielos,
2:5
Y toda planta
del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que
naciese: porque aun no había el Altísimo Dios hecho llover sobre la tierra, ni
había hombre para que labrase la tierra;
2:6
Mas subía de
la tierra un vapor, que regaba toda la faz de la tierra.
2:7
Formó, pues,
el Altísimo Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo
de vida; y fué el hombre en alma viviente.
2:8
Y había el
Altísimo Dios plantado un huerto en Edén al oriente, y puso allí al hombre que
había formado.
2:9
Y había el
Altísimo Dios hecho nacer de la tierra todo árbol delicioso á la vista, y bueno
para comer: también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia
del bien y del mal.
2:10
Y salía de
Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro ramales.
2:11
El nombre del
uno era Pisón: éste es el que cerca toda la tierra de Havilah, donde hay oro:
2:12
Y el oro de
aquella tierra es bueno: hay allí también bdelio y piedra cornerina.
2:13
El nombre del
segundo río es Gihón: éste es el que rodea toda la tierra de Etiopía.
2:14
Y el nombre
del tercer río es Hiddekel: éste es el que va delante de Asiria. Y el cuarto
río es el Eufrates.
2:15
Tomó, pues,
el Altísimo Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara
y lo guardase.
2:16
Y mandó el
Altísimo Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto comerás;
2:17
Mas del árbol
de ciencia del bien y del mal no comerás de él; porque el día que de él
comieres, morirás.
2:18
Y dijo el
Altísimo Dios: No es bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para
él.
2:19
Formó, pues,
el Altísimo Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos,
y trájolas á Adam, para que viese cómo les había de llamar; y todo lo que Adam
llamó á los animales vivientes, ese es su nombre.
2:20
Y puso Adam
nombres á toda bestia y ave de los cielos y á todo animal del campo: mas para
Adam no halló ayuda que estuviese idónea para él.
2:21
Y el Altísimo
Dios hizo caer sueño sobre Adam, y se quedó dormido: entonces tomó una de sus
costillas, y cerró la carne en su lugar;
2:22
Y de la costilla
que el Altísimo Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre.
2:23
Y dijo Adam:
Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne: ésta será llamada
Varona, porque del varón fué tomada.
2:24
Por tanto,
dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y serán
una sola carne.
2:25
Y estaban
ambos desnudos, Adam y su mujer, y no se avergonzaban.
Gen 2:1 Concluyéronse, pues, los cielos y la
tierra y todo su aparato,
Gen 2:2 y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho,
y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera.
Gen 2:3 Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios
de toda la obra creadora que Dios había hecho.
Gen 2:4 Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron
creados. El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos,
Gen 2:5 no había aún en la tierra arbusto alguno del campo, y ninguna hierba
del campo había germinado todavía, pues Yahveh Dios no había hecho llover
sobre la tierra, ni había hombre que labrara el suelo.
Gen 2:6 Pero un manantial brotaba de la tierra, y regaba toda la superficie
del suelo.
Gen 2:7 Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló
en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente.
Gen 2:8 Luego plantó Yahveh Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó
al hombre que había formado.
Gen 2:9 Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a
la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y
el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Gen 2:10 De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía
en cuatro brazos.
Gen 2:11 El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá,
donde hay oro.
Gen 2:12 El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el
ónice.
Gen 2:13 El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus.
Gen 2:14 El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur.
Y el cuarto río es el Eufrates.
Gen 2:15 Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén,
para que lo labrase y cuidase.
Gen 2:16 Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol del
jardín puedes comer,
Gen 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque
el día que comieres de él, morirás sin remedio.»
Gen 2:18 Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a
hacerle una ayuda adecuada.»
Gen 2:19 Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas
las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y
para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.
Gen 2:20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y
a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda
adecuada.
Gen 2:21 Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre,
el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con
carne.
Gen 2:22 De la costilla que Yahveh Dios había tomado del hombre formó una
mujer y la llevó ante el hombre.
Gen 2:23 Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y
carne de mi carne. Esta será llamada mujer, porque del varón ha sido
tomada.»
Gen 2:24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer,
y se hacen una sola carne.
Gen 2:25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se
avergonzaban uno del otro.
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Capítulo 3
3:1
EMPERO la
serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que el Altísimo Dios
había hecho; la cual dijo á la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de
todo árbol del huerto?
3:2
Y la mujer
respondió á la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos;
3:3
Mas del fruto
del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le
tocaréis, porque no muráis.
3:4
Entonces la
serpiente dijo á la mujer: No moriréis;
3:5
Mas sabe Dios
que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como
dioses sabiendo el bien y el mal.
mdr Tentación: crear sospecha -
3:6
Y vió la
mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable á los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dió
también á su marido, el cual comió así como ella.
3:7
Y fueron abiertos
los ojos de entrambos, y conocieron que estaban desnudos: entonces cosieron
hojas de higuera, y se hicieron delantales.
3:8
Y oyeron la
voz de el Altísimo Dios que se paseaba en el huerto al aire del día: y
escondióse el hombre y su mujer de la presencia de el Altísimo Dios entre los
árboles del huerto.
3:9
Y llamó el
Altísimo Dios al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?
3:10
Y él
respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y
escondíme.
3:11
Y díjole:
¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé
no comieses?
3:12
Y el hombre
respondió: La mujer que me diste por compañera me dió del árbol, y yo comí.
3:13
Entonces el
Altísimo Dios dijo á la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La
serpiente me engañó, y comí.
3:14
Y el Altísimo
Dios dijo á la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas
las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y
polvo comerás todos los días de tu vida:
3:15
Y enemistad
pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te
herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
3:16
A la mujer
dijo: Multiplicaré en gran manera tus dolores y tus preñeces; con dolor parirás
los hijos; y á tu marido será tu deseo, y él se enseñoreará de ti.
3:17
Y al hombre
dijo: Por cuanto obedeciste á la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te
mandé diciendo, No comerás de él; maldita será la tierra por amor de ti; con
dolor comerás de ella todos los días de tu vida;
3:18
Espinos y
cardos te producirá, y comerás hierba del campo;
3:19
En el sudor
de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas á la tierra; porque de ella
fuiste tomado: pues polvo eres, y al polvo serás tornado.
midrash del polvo -
3:20
Y llamó el
hombre el nombre de su mujer, Eva; por cuanto ella era madre de todos lo
vivientes.
3:21
Y el Altísimo
Dios hizo al hombre y á su mujer túnicas de pieles, y vistiólos.
3:22
Y dijo el
Altísimo Dios: He aquí el hombre es como uno de Nos sabiendo el bien y el mal:
ahora, pues, porque no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y
coma, y viva para siempre:
3:23
Y sacólo el
Altísimo del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fué tomado.
3:24
Echó, pues,
fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada
encendida que se revolvía á todos lados, para guardar el camino del árbol de la
vida.
Gen 3:1 La serpiente era el más astuto de
todos los animales del campo que Yahveh Dios había hecho. Y dijo a la mujer:
«¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del
jardín?»
Gen 3:2 Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los
árboles del jardín.
Gen 3:3 Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios:
No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte.»
Gen 3:4 Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis.
Gen 3:5 Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os
abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.»
Gen 3:6 Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible
a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y
dio también a su marido, que igualmente comió.
Gen 3:7 Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de
que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos
ceñidores.
Gen 3:8 Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahveh Dios que se paseaba por
el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la
vista de Yahveh Dios por entre los árboles del jardín.
Gen 3:9 Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»
Gen 3:10 Este contestó: «Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque
estoy desnudo; por eso me escondí.»
Gen 3:11 El replicó: «¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has
comido acaso del árbol del que te prohibí comer?»
Gen 3:12 Dijo el hombre: «La mujer que me diste por compañera me dio del
árbol y comí.»
Gen 3:13 Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: «¿Por qué lo has hecho?» Y
contestó la mujer: «La serpiente me sedujo, y comí.»
Gen 3:14 Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto,
maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo.
Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.
Gen 3:15 Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su
linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.»
Gen 3:16 A la mujer le dijo: «Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus
embarazos: con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y
él te dominará.
Gen 3:17 Al hombre le dijo: «Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido
del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu
causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
Gen 3:18 Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo.
Gen 3:19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al
suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.»
Gen 3:20 El hombre llamó a su mujer «Eva», por ser ella la madre de todos
los vivientes.
Gen 3:21 Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de piel y los
vistió.
Gen 3:22 Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser como
uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado,
no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva
para siempre.»
Gen 3:23 Y le echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo
de donde había sido tomado.
Gen 3:24 Y habiendo expulsado al hombre, puso delante del jardín de Edén
querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol
de la vida.
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Capítulo 4
4:1
Y CONOCIÓ
Adam á su mujer Eva, la cual concibió y parió á Caín, y dijo: Adquirido he
varón por el Altísimo.
4:2
Y después
parió á su hermano Abel. Y fué Abel pastor de ovejas, y Caín fué labrador de la
tierra.
4:3
Y aconteció
andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda á el
Altísimo.
4:4
Y Abel trajo
también de los primogénitos de sus ovejas, y de su grosura. Y miró el Altísimo
con agrado á Abel y á su ofrenda;
4:5
Mas no miró
propicio á Caín y á la ofrenda suya. Y ensañóse Caín en gran manera, y decayó
su semblante.
4:6
Entonces el
Altísimo dijo á Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué se ha inmutado tu
rostro?
4:7
Si bien
hicieres, ¿no serás ensalzado? y si no hicieres bien, el pecado está á la
puerta: con todo esto, á ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.
4:8
Y habló Caín
á su hermano Abel: y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó
contra su hermano Abel, y le mató.
4:9
Y el Altísimo
dijo á Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé; ¿soy yo guarda
de mi hermano?
4:10
Y él le dijo:
¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama á mí desde la tierra.
4:11
Ahora pues,
maldito seas tú de la tierra que abrió su boca para recibir la sangre de tu
hermano de tu mano:
4:12
Cuando
labrares la tierra, no te volverá á dar su fuerza: errante y extranjero serás
en la tierra.
4:13
Y dijo Caín á
el Altísimo: Grande es mi iniquidad para ser perdonada.
4:14
He aquí me
echas hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia me esconderé; y seré
errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me
matará.
4:15
Y respondióle
el Altísimo: Cierto que cualquiera que matare á Caín, siete veces será
castigado. Entonces el Altísimo puso señal en Caín, para que no lo hiriese
cualquiera que le hallara.
4:16
Y salió Caín
de delante de el Altísimo, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.
4:17
Y conoció
Caín á su mujer, la cual concibió y parió á Henoch: y edificó una ciudad, y
llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Henoch.
4:18
Y á Henoch
nació Irad, é Irad engendró á Mehujael, y Mehujael engendró á Methusael, y
Methusael engendró á Lamech.
4:19
Y tomó para
sí Lamech dos mujeres; el nombre de la una fué Ada, y el nombre de la otra Zilla.
4:20
Y Ada parió á
Jabal, el cual fué padre de los que habitan en tiendas, y crían ganados.
4:21
Y el nombre
de su hermano fué Jubal, el cual fué padre de todos los que manejan arpa y
órgano.
4:22
Y Zilla
también parió á Tubal-Caín, acicalador de toda obra de metal y de hierro: y la
hermana de Tubal-Caín fué Naama.
4:23
Y dijo Lamech
á sus mujeres: Ada y Zilla, oid mi voz; Mujeres de Lamech, escuchad mi dicho:
Que varón mataré por mi herida, Y mancebo por mi golpe:
4:24
Si siete
veces será vengado Caín, Lamech en verdad setenta veces siete lo será.
4:25
Y conoció de
nuevo Adam á su mujer, la cual parió un hijo, y llamó su nombre Seth: Porque
Dios (dijo ella) me ha sustituído otra simiente en lugar de Abel, á quien mató
Caín.
4:26
Y á Seth
también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres
comenzaron á llamarse del nombre de el Altísimo.
Gen 4:1 Conoció el hombre a Eva, su mujer, la
cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: «He adquirido un varón con el
favor de Yahveh.»
Gen 4:2 Volvió a dar a luz, y tuvo a Abel su hermano. Fue Abel pastor de
ovejas y Caín labrador.
Gen 4:3 Pasó algún tiempo, y Caín hizo a Yahveh una oblación de los frutos
del suelo.
Gen 4:4 También Abel hizo una oblación de los primogénitos de su rebaño, y
de la grasa de los mismos. Yahveh miró propicio a Abel y su oblación,
Gen 4:5 mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó
Caín en gran manera y se abatió su rostro.
Gen 4:6 Yahveh dijo a Caín: «¿Por qué andas irritado, y por qué se ha
abatido tu rostro?
Gen 4:7 ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas, si no obras
bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a
quien tienes que dominar.»
Gen 4:8 Caín, dijo a su hermano Abel: «Vamos afuera.» Y cuando estaban en el
campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató.
Gen 4:9 Yahveh dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel? Contestó: «No sé.
¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?»
Gen 4:10 Replicó Yahveh: «¿Qué has hecho? Se oye la sangre de tu hermano
clamar a mí desde el suelo.
Gen 4:11 Pues bien: maldito seas, lejos de este suelo que abrió su boca para
recibir de tu mano la sangre de tu hermano.
Gen 4:12 Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto. Vagabundo y
errante serás en la tierra.»
Gen 4:13 Entonces dijo Caín a Yahveh: «Mi culpa es demasiado grande para
soportarla.
Gen 4:14 Es decir que hoy me echas de este suelo y he de esconderme de tu
presencia, convertido en vagabundo errante por la tierra, y cualquiera que
me encuentre me matará.»
Gen 4:15 Respondióle Yahveh: «Al contrario, quienquiera que matare a Caín,
lo pagará siete veces.» Y Yahveh puso una señal a Caín para que nadie que le
encontrase le atacara.
Gen 4:16 Caín salió de la presencia de Yahveh, y se estableció en el país de
Nod, al oriente de Edén.
Gen 4:17 Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Henoc.
Estaba construyendo una ciudad, y la llamó Henoc, como el nombre de su hijo.
Gen 4:18 A Henoc le nació Irad, e Irad engendró a Mejuyael, Mejuyael
engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lámek.
Gen 4:19 Lámek tomó dos mujeres: la primera llamada Adá, y la segunda Sillá.
Gen 4:20 Adá dio a luz a Yabal, el cual vino a ser padre de los que habitan
en tiendas y crían ganado.
Gen 4:21 El nombre de su hermano era Yubal, padre de cuantos tocan la cítara
y la flauta.
Gen 4:22 Sillá por su parte engendró a Túbal Caín, padre de todos los
forjadores de cobre y hierro. Hermano de Túbal Caín fue Naamá.
Gen 4:23 Y dijo Lámek a sus mujeres: «Adá y Sillá, oíd mi voz; mujeres de
Lámek, escuchad mi palabra: Yo maté a un hombre por una herida que me hizo y
a un muchacho por un cardenal que recibí.
Gen 4:24 Caín será vengado siete veces, mas Lámek lo será 77.»
Gen 4:25 Adán conoció otra vez a su mujer, y ella dio a luz un hijo, al que
puso por nombre Set, diciendo: «Dios me ha otorgado otro descendiente en
lugar de Abel, porque le mató Caín.»
Gen 4:26 También a Set le nació un hijo, al que puso por nombre Enós. Este
fue el primero en invocar el nombre de Yahveh.
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Capítulo 5
5:1
ESTE es el
libro de las generaciones de Adam. El día en que crió Dios al hombre, á la
semejanza de Dios lo hizo;
5:2
Varón y
hembra los crió; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adam, el día en que
fueron criados.
5:3
Y vivió Adam
ciento y treinta años, y engendró un hijo á su semejanza, conforme á su imagen,
y llamó su nombre Seth.
5:4
Y fueron los
días de Adam, después que engendró á Seth, ochocientos años: y engendró hijos é
hijas.
5:5
Y fueron
todos los días que vivió Adam novecientos y treinta años, y murió.
5:6
Y vivió Seth
ciento y cinco años, y engendró á Enós.
5:7
Y vivió Seth,
después que engendró á Enós, ochocientos y siete años: y engendró hijos é
hijas.
5:8
Y fueron
todos los días de Seth novecientos y doce años; y murió.
5:9
Y vivió Enós
noventa años, y engendró á Cainán.
5:10
Y vivió Enós
después que engendró á Cainán, ochocientos y quince años: y engendró hijos é
hijas.
5:11
Y fueron
todos los días de Enós novecientos y cinco años; y murió.
5:12
Y vivió
Cainán setenta años, y engendró á Mahalaleel.
5:13
Y vivió
Cainán, después que engendró á Mahalaleel, ochocientos y cuarenta años: y
engendró hijos é hijas.
5:14
Y fueron
todos los días de Cainán novecientos y diez años; y murió.
5:15
Y vivió
Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró á Jared.
5:16
Y vivió
Mahalaleel, después que engendró á Jared, ochocientos y treinta años: y
engendró hijos é hijas.
5:17
Y fueron
todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.
5:18
Y vivió Jared
ciento sesenta y dos años, y engendró á Henoch.
5:19
Y vivió Jared,
después que engendró á Henoch, ochocientos años: y engendró hijos é hijas.
5:20
Y fueron
todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.
5:21
Y vivió
Henoch sesenta y cinco años, y engendró á Mathusalam.
5:22
Y caminó
Henoch con Dios, después que engendró á Mathusalam, trescientos años: y
engendró hijos é hijas.
5:23
Y fueron
todos los días de Henoch trescientos sesenta y cinco años.
5:24
Caminó, pues,
Henoch con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
5:25
Y vivió
Mathusalam ciento ochenta y siete años, y engendró á Lamech.
5:26
Y vivió
Mathusalam, después que engendró á Lamech, setecientos ochenta y dos años: y
engendró hijos é hijas.
5:27
Fueron, pues,
todos los días de Mathusalam, novecientos sesenta y nueve años; y murió.
5:28
Y vivió
Lamech ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo:
5:29
Y llamó su
nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras, y del tabajo de
nuestras manos, á causa de la tierra que el Altísimo maldijo.
5:30
Y vivió Lamech,
después que engendró á Noé, quinientos noventa y cinco años: y engendró hijos é
hijas.
5:31
Y fueron
todos los días de Lamech setecientos setenta y siete años; y murió.
5:32
Y siendo Noé
de quinientos años, engendró á Sem, Châm, y á Japhet.
Gen 5:1 Esta es la lista de los descendientes
de Adán: El día en que Dios creó a Adán, le hizo a imagen de Dios.
Gen 5:2 Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó «Hombre» en el día
de su creación.
Gen 5:3 Tenía Adán 130 años cuando engendró un hijo a su semejanza, según su
imagen, a quien puso por nombre Set.
Gen 5:4 Fueron los días de Adán, después de engendrar a Set, ochocientos
años, y engendró hijos e hijas.
Gen 5:5 El total de los días de la vida de Adán fue de 930 años, y murió.
Gen 5:6 Set tenía 105 años cuando engendró a Enós.
Gen 5:7 Vivió Set, después de engendrar a Enós, 807 años y engendró hijos e
hijas.
Gen 5:8 El total de los días de Set fue de 912 años, y murió.
Gen 5:9 Enós tenía noventa años cuando engendró a Quenán.
Gen 5:10 Vivió Enós, después de engendrar a Quenán, 815 años, y engendró
hijos e hijas.
Gen 5:11 El total de los días de Enós fue de 905 años, y murió.
Gen 5:12 Quenán tenía setenta años cuando engendró a Mahalalel.
Gen 5:13 Vivió Quenán, después de engendrar a Mahalalel, 840 años, y
engendró hijos e hijas.
Gen 5:14 El total de los días de Quenán fue de 910 años, y murió.
Gen 5:15 Mahalalel tenía 65 años cuando engendró a Yéred.
Gen 5:16 Vivió Mahalalel, después de engendrar a Yéred, 830 años, y engendró
hijos e hijas.
Gen 5:17 El total de los días de Mahalalel fue de 895 años, y murió.
Gen 5:18 Yéred tenía 162 años cuando engendró a Henoc.
Gen 5:19 Vivió Yéred, después de engendrar a Henoc, ochocientos años, y
engendró hijos e hijas.
Gen 5:20 El total de los días de Yéred fue de 962 años, y murió.
Gen 5:21 Henoc tenía 65 años cuando engendró a Matusalén.
Gen 5:22 Henoc anduvo con Dios; vivió, después de engendrar a Matusalén,
trescientos años, y engendró hijos e hijas.
Gen 5:23 El total de los días de Henoc fue de 365 años.
Gen 5:24 Henoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo llevó.
Gen 5:25 Matusalén tenía 187 años cuando engendró a Lámek.
Gen 5:26 Vivió Matusalén, después de engendrar a Lámek, 782 años, y engendró
hijos e hijas.
Gen 5:27 El total de los días de Matusalén fue de 969 años, y murió.
Gen 5:28 Lámek tenía 182 años cuando engendró un hijo,
Gen 5:29 y le puso por nombre Noé, diciendo "«Este nos consolará de nuestros
afanes y de la fatiga de nuestras manos, por causa del suelo que maldijo
Yahveh.»
Gen 5:30 Vivió Lámek, después de engendrar a Noé, 595 años, y engendró hijos
e hijas.
Gen 5:31 El total de los días de Lámek fue de 777 años, y murió.
Gen 5:32 Era Noé de quinientos años cuando engendró a Sem, a Cam y a Jafet.
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Capítulo 6
6:1
Y ACAECIÓ
que, cuando comenzaron los hombres á multiplicarse sobre la faz de la tierra, y
les nacieron hijas,
6:2
Viendo los
hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomáronse mujeres,
escogiendo entre todas.
6:3
Y dijo el
Altísimo: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque
ciertamente él es carne: mas serán sus días ciento y veinte años.
6:4
Había
gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que entraron los
hijos de Dios á las hijas de los hombres, y les engendraron hijos: éstos fueron
los valientes que desde la antigüedad fueron varones de nombre.
6:5
Y vió el
Altísimo que la malicia de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el
mal.
6:6
Y
arrepintióse el Altísimo de haber hecho hombre en la tierra, y pesóle en su
corazón.
6:7
Y dijo el
Altísimo: Raeré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra, desde
el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo: porque me
arrepiento de haberlos hecho.
6:8
Empero Noé
halló gracia en los ojos de el Altísimo.
6:9
Estas son las
generaciones de Noé: Noé, varón justo, perfecto fué en sus generaciones; con Dios
caminó Noé.
6:10
Y engendró Noé tres hijos: á Sem, á Châm, y á Japhet.
6:11
Y corrompióse
la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.
6:12
Y miró Dios
la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido
su camino sobre la tierra.
6:13
Y dijo Dios á
Noé: El fin de toda carne ha venido delante de mí; porque la tierra está llena
de violencia á causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.
6:14
Hazte un arca
de madera de Gopher: harás aposentos en el arca y la embetunarás con brea por
dentro y por fuera.
6:15
Y de esta
manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos
su anchura, y de treinta codos su altura.
6:16
Una ventana
harás al arca, y la acabarás á un codo de elevación por la parte de arriba: y
pondrás la puerta del arca á su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.
6:17
Y yo, he aquí
que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en
que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra
morirá.
6:18
Mas
estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, y tus hijos y tu mujer,
y las mujeres de tus hijos contigo.
6:19
Y de todo lo
que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que
tengan vida contigo; macho y hembra serán.
6:20
De las aves
según su especie, y de las bestias según su especie, de todo reptil de la
tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo para que hayan
vida.
6:21
Y toma
contigo de toda vianda que se come, y allégala á ti; servirá de alimento para
ti y para ellos.
6:22
E hízolo así
Noé; hizo conforme á todo lo que Dios le mandó.
Gen 6:1 Cuando la humanidad comenzó a
multiplicarse sobre la haz de la tierra y les nacieron hijas,
Gen 6:2 vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venían
bien, y tomaron por mujeres a las que preferían de entre todas ellas.
Gen 6:3 Entonces dijo Yahveh: «No permanecerá para siempre mi espíritu en el
hombre, porque no es más que carne; que sus días sean 120 años.»
Gen 6:4 Los nefilim existían en la tierra por aquel entonces (y también
después), cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y
ellas les daban hijos: estos fueron los héroes de la antigüedad, hombres
famosos.
Gen 6:5 Viendo Yahveh que la maldad del hombre cundía en la tierra, y que
todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo,
Gen 6:6 le pesó a Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra, y se indignó
en su corazón.
Gen 6:7 Y dijo Yahveh: «Voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre
que he creado, - desde el hombre hasta los ganados, las sierpes, y hasta las
aves del cielo - porque me pesa haberlos hecho.»
Gen 6:8 Pero Noé halló gracia a los ojos de Yahveh.
Gen 6:9 Esta es la historia de Noé: Noé fue el varón más justo y cabal de su
tiempo. Noé andaba con Dios.
Gen 6:10 Noé engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet.
Gen 6:11 La tierra estaba corrompida en la presencia de Dios: la tierra se
llenó de violencias.
Gen 6:12 Dios miró a la tierra, y he aquí que estaba viciada, porque toda
carne tenía una conducta viciosa sobre la tierra.
Gen 6:13 Dijo, pues, Dios a Noé: «He decidido acabar con toda carne, porque
la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí que
voy a exterminarlos de la tierra.
Gen 6:14 Hazte un arca de maderas resinosas. Haces el arca de cañizo y la
calafateas por dentro y por fuera con betún.
Gen 6:15 Así es como la harás: longitud del arca, trescientos codos; su
anchura, cincuenta codos; y su altura, treinta codos.
Gen 6:16 Haces al arca una cubierta y a un codo la rematarás por encima,
pones la puerta del arca en su costado, y haces un primer piso, un segundo y
un tercero.
Gen 6:17 «Por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tierra,
para exterminar toda carne que tiene hálito de vida bajo el cielo: todo
cuanto existe en la tierra perecerá.
Gen 6:18 Pero contigo estableceré mi alianza: Entrarás en el arca tú y tus
hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo.
Gen 6:19 Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca una
pareja para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra.
Gen 6:20 De cada especie de aves, de cada especie de ganados, de cada
especie de sierpes del suelo entrarán contigo sendas parejas para
sobrevivir.
Gen 6:21 Tú mismo procúrate toda suerte de víveres y hazte acopio para que
os sirvan de comida a ti y a ellos.»
Gen 6:22 Así lo hizo Noé y ejecutó todo lo que le había mandado Dios.
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Capítulo 7
7:1
Y el Altísimo
dijo á Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca porque á ti he visto justo
delante de mí en esta generación.
7:2
De todo
animal limpio te tomarás de siete en siete, macho y su hembra; mas de los
animales que no son limpios, dos, macho y su hembra.
7:3
También de
las aves de los cielos de siete en siete, macho y hembra; para guardar en vida
la casta sobre la faz de toda la tierra.
7:4
Porque
pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta
noches; y raeré toda sustancia que hice de sobre la faz de la tierra.
7:5
E hizo Noé
conforme á todo lo que le mandó el Altísimo.
7:6
Y siendo Noé
de seiscientos años, el diluvio de las aguas fué sobre la tierra.
7:7
Y vino Noé, y
sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus hijos con él al arca, por las aguas
del diluvio.
7:8
De los
animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de
todo lo que anda arrastrando sobre la tierra,
7:9
De dos en dos
entraron á Noé en el arca: macho y hembra, como mandó Dios á Noé.
7:10
Y sucedió que
al séptimo día las aguas del diluvio fueron sobre la tierra.
7:11
El año
seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo á diecisiete días del mes,
aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los
cielos fueron abiertas;
7:12
Y hubo lluvia
sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.
7:13
En este mismo
día entró Noé, y Sem, y Châm y Japhet, hijos de Noé, la mujer de Noé, y las
tres mujeres de sus hijos con él en el arca;
7:14
Ellos y todos
los animales silvestres según sus especies, y todos los animales mansos según
sus especies, y todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra según su
especie, y toda ave según su especie, todo pájaro, toda especie de volátil.
7:15
Y vinieron á
Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida.
7:16
Y los que
vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios: y
el Altísimo le cerró la puerta
7:17
Y fué el
diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el
arca, y se elevó sobre la tierra.
7:18
Y
prevalecieron las aguas, y crecieron en gran manera sobre la tierra; y andaba
el arca sobre la faz de las aguas.
7:19
Y las aguas
prevalecieron mucho en extremo sobre la tierra; y todos los montes altos que
había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos.
7:20
Quince codos
en alto prevalecieron las aguas; y fueron cubiertos los montes.
7:21
Y murió toda
carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganados, y de bestias,
y de todo reptil que anda arrastrando sobre la tierra, y todo hombre:
7:22
Todo lo que
tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, de todo lo que había en la
tierra, murió.
7:23
Así fué
destruída toda sustancia que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre
hasta la bestia, y los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la
tierra; y quedó solamente Noé, y lo que con él estaba en el arca.
7:24
Y
prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento y cincuenta días.
Gen 7:1 Yahveh dijo a Noé: «Entra en el arca
tú y toda tu casa, porque tú eres el único justo que he visto en esta
generación.
Gen 7:2 De todos los animales puros tomarás para ti siete parejas, el macho
con su hembra, y de todos los animales que no son puros, una pareja, el
macho con su hembra.
Gen 7:3 (Asimismo de las aves del cielo, siete parejas, machos y hembras)
para que sobreviva la casta sobre la haz de toda la tierra.
Gen 7:4 Porque dentro de siete días haré llover sobre la tierra durante
cuarenta días y cuarenta noches, y exterminaré de sobre la haz del suelo
todos los seres que hice.»
Gen 7:5 Y Noé ejecutó todo lo que le había mandado Yahveh.
Gen 7:6 Noé contaba seiscientos años cuando acaeció el diluvio, las aguas,
sobre la tierra.
Gen 7:7 Noé entró en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de
sus hijos, para salvarse de las aguas del diluvio.
Gen 7:8 (De los animales puros, y de los animales que no son puros, y de las
aves, y de todo lo que serpea por el suelo,
Gen 7:9 sendas parejas de cada especie entraron con Noé en el arca, machos y
hembras, como había mandado Dios a Noé.)
Gen 7:10 A la semana, las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.
Gen 7:11 El año seiscientos de la vida de Noé, el mes segundo, el día
diecisiete del mes, en ese día saltaron todas las fuentes del gran abismo, y
las compuertas del cielo se abrieron,
Gen 7:12 y estuvo descargando la lluvia sobre la tierra cuarenta días y
cuarenta noches.
Gen 7:13 En aquel mismo día entró Noé en el arca, como también los hijos de
Noé, Sem, Cam y Jafet, y la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos;
Gen 7:14 y con ellos los animales de cada especie, los ganados de cada
especie, las sierpes de cada especie que reptan sobre la tierra, y las aves
de cada especie: toda clase de pájaros y seres alados;
Gen 7:15 entraron con Noé en el arca sendas parejas de toda carne en que hay
aliento de vida,
Gen 7:16 y los que iban entrando eran macho y hembra de toda carne, como
Dios se lo había mandado. Y Yahveh cerró la puerta detrás de Noé.
Gen 7:17 El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Crecieron las aguas
y levantaron el arca que se alzó de encima de la tierra.
Gen 7:18 Subió el nivel de las aguas y crecieron mucho sobre la tierra,
mientras el arca flotaba sobre la superficie de las aguas.
Gen 7:19 Subió el nivel de las aguas mucho, muchísimo sobre la tierra, y
quedaron cubiertos los montes más altos que hay debajo del cielo.
Gen 7:20 Quince codos por encima subió el nivel de las aguas quedando
cubiertos los montes.
Gen 7:21 Pereció toda carne: lo que repta por la tierra, junto con aves,
ganados, animales y todo lo que pulula sobre la tierra, y toda la humanidad.
Gen 7:22 Todo cuanto respira hálito vital, todo cuanto existe en tierra
firme, murió.
Gen 7:23 Yahveh exterminó todo ser que había sobre la haz del suelo, desde
el hombre hasta los ganados, hasta las sierpes y hasta las aves del cielo:
todos fueron exterminados de la tierra, quedando sólo Noé y los que con él
estaban en el arca.
Gen 7:24 Las aguas inundaron la tierra por espacio de 150 días.
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Capítulo 8
8:1
Y ACORDÓSE
Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él
en el arca; é hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las
aguas.
8:2
Y se cerraron
las fuentes del abismo, y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los
cielos fué detenida.
8:3
Y tornáronse
las aguas de sobre la tierra, yendo y volviendo: y decrecieron las aguas al
cabo de ciento y cincuenta días.
8:4
Y reposó el
arca en el mes séptimo, á dicisiete días del mes, sobre los montes de Armenia.
8:5
Y las aguas
fueron decreciendo hasta el mes décimo: en el décimo, al primero del mes, se
descubrieron las cimas de los montes.
8:6
Y sucedió
que, al cabo de cuarenta días, abrió Noé la ventana del arca que había hecho,
8:7
Y envió al
cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y tornando hasta que las aguas se secaron
de sobre la tierra.
8:8
Envió también
de sí á la paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de
la tierra;
8:9
Y no halló la
paloma donde sentar la planta de su pie, y volvióse á él al arca, porque las
aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra: entonces él extendió su mano
y cogiéndola, hízola entrar consigo en el arca.
8:10
Y esperó aún
otros siete días, y volvió á enviar la paloma fuera del arca.
8:11
Y la paloma
volvió á él á la hora de la tarde: y he aquí que traía una hoja de oliva tomada
en su pico: y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.
8:12
Y esperó aún otros
siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más á él.
8:13
Y sucedió que
en el año seiscientos y uno de Noé, en el mes primero, al primero del mes, las
aguas se enjugaron de sobre la tierra y quitó Noé la cubierta del arca, y miró,
y he aquí que la faz de la tierra estaba enjuta.
8:14
Y en el mes
segundo, á los veintisiete días del mes, se secó la tierra.
8:15
Y habló Dios
á Noé diciendo:
8:16
Sal del arca
tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.
8:17
Todos los animales
que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que anda
arrastrando sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y
fructifiquen, y multiplíquense sobre la tierra.
8:18
Entonces
salió Noé, y sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.
8:19
Todos los
animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según
sus especies, salieron del arca.
8:20
Y edificó Noé
un altar á el Altísimo y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y
ofreció holocausto en el altar.
8:21
Y percibió el
Altísimo olor de suavidad; y dijo el Altísimo en su corazón: No tornaré más á
maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del
hombre es malo desde su juventud: ni volveré más á destruir todo viviente, como
he hecho.
8:22
Todavía serán
todos los tiempos de la tierra; la sementera y la siega, y el frío y calor,
verano é invierno, y día y noche, no cesarán.
Gen 8:1 Acordóse Dios de Noé y de todos los
animales y de los ganados que con él estaban en el arca. Dios hizo pasar un
viento sobre la tierra y las aguas decrecieron.
Gen 8:2 Se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y
cesó la lluvia del cielo.
Gen 8:3 Poco a poco retrocedieron las aguas de sobre la tierra. Al cabo de
150 días, las aguas habían menguado,
Gen 8:4 y en el mes séptimo, el día diecisiete del mes, varó el arca sobre
los montes de Ararat.
Gen 8:5 Las aguas siguieron menguando paulatinamente hasta el mes décimo, y
el día primero del décimo mes asomaron las cumbres de los montes.
Gen 8:6 Al cabo de cuarenta días, abrió Noé la ventana que había hecho en el
arca,
Gen 8:7 y soltó al cuervo, el cual estuvo saliendo y retornando hasta que se
secaron las aguas sobre la tierra.
Gen 8:8 Después soltó a la paloma, para ver si habían menguado ya las aguas
de la superficie terrestre.
Gen 8:9 La paloma, no hallando donde posar el pie, tornó donde él, al arca,
porque aún había agua sobre la superficie de la tierra; y alargando él su
mano, la asió y metióla consigo en el arca.
Gen 8:10 Aún esperó otros siete días y volvió a soltar la paloma fuera del
arca.
Gen 8:11 La paloma vino al atardecer, y he aquí que traía en el pico un ramo
verde de olivo, por donde conoció Noé que habían disminuido las aguas de
encima de la tierra.
Gen 8:12 Aún esperó otros siete días y soltó la paloma, que ya no volvió
donde él.
Gen 8:13 El año 601 de la vida de Noé, el día primero del primer mes, se
secaron las aguas de encima de la tierra. Noé retiró la cubierta del arca,
miró y he aquí que estaba seca la superficie del suelo.
Gen 8:14 En el segundo mes, el día veintisiete del mes, quedó seca la
tierra.
Gen 8:15 Habló entonces Dios a Noé en estos términos:
Gen 8:16 «Sal del arca tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de
tus hijos.
Gen 8:17 Saca contigo todos los animales de toda especie que te acompañan,
aves, ganados y todas las sierpes que reptan sobre la tierra. Que pululen
sobre la tierra y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra.»
Gen 8:18 Salió, pues, Noé, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus
hijos.
Gen 8:19 Todos los animales, todos los ganados, todas las aves y todas las
sierpes que reptan sobre la tierra salieron por familias del arca.
Gen 8:20 Noé construyó un altar a Yahveh, y tomando de todos las animales
puros y de todas las aves puras, ofreció holocaustos en el altar.
Gen 8:21 Al aspirar Yahveh el calmante aroma, dijo en su corazón: «Nunca más
volveré al maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del
corazón humano son malas desde su niñez, ni volveré a herir a todo ser
viviente como lo he hecho.
Gen 8:22 «Mientras dure la tierra, sementera y siega, frío y calor, verano e
invierno, día y noche, no cesarán.»
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Capítulo 9
9:1
Y BENDIJO Dios
á Noé y á sus hijos, y díjoles: Fructificad, y multiplicad, y henchid la
tierra:
9:2
Y vuestro
temor y vuestro pavor será sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de
los cielos, en todo lo que se moverá en la tierra, y en todos los peces del mar:
en vuestra mano son entregados.
9:3
Todo lo que
se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y hierbas,
os lo he dado todo.
9:4
Empero carne
con su vida, que es su sangre, no comeréis.
9:5
Porque
ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la
demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida
del hombre.
9:6
El que
derramare sangre del hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque á
imagen de Dios es hecho el hombre.
9:7
Mas vosotros
fructificad, y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y
multiplicaos en ella.
9:8
Y habló Dios
á Noé y á sus hijos con él, diciendo:
9:9
Yo, he aquí
que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestra simiente después de
vosotros;
9:10
Y con toda
alma viviente que está con vosotros, de aves, de animales, y de toda bestia de
la tierra que está con vosotros; desde todos los que salieron del arca hasta
todo animal de la tierra.
9:11
Estableceré
mi pacto con vosotros, y no fenecerá ya más toda carne con aguas de diluvio; ni
habrá más diluvio para destruir la tierra.
9:12
Y dijo Dios:
Esta será la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y toda alma
viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:
9:13
Mi arco
pondré en las nubes, el cual será por señal de convenio entre mí y la tierra.
9:14
Y será que
cuando haré venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las
nubes.
9:15
Y acordarme he
del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y toda alma viviente de toda carne;
y no serán más las aguas por diluvio para destruir toda carne.
9:16
Y estará el
arco en las nubes, y verlo he para acordarme del pacto perpetuo entre Dios y
toda alma viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.
9:17
Dijo, pues,
Dios á Noé: Esta será la señal del pacto que he establecido entre mí y toda
carne que está sobre la tierra.
9:18
Y los hijos
de Noé que salieron del arca fueron Sem, Châm y Japhet: y Châm es el padre de
Canaán.
9:19
Estos tres
son los hijos de Noé; y de ellos fué llena toda la tierra.
9:20
Y comenzó Noé
á labrar la tierra, y plantó una viña:
9:21
Y bebió del
vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.
9:22
Y Châm, padre
de Canaán, vió la desnudez de su padre, y díjolo á sus dos hermanos á la parte
de afuera.
9:23
Entonces Sem
y Japhet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando
hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre teniendo vueltos sus rostros, y
así no vieron la desnudez de su padre.
9:24
Y despertó
Noé de su vino, y supo lo que había hecho con él su hijo el más joven;
9:25
Y dijo:
Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será á sus hermanos.
9:26
Dijo más: Bendito
el Altísimo el Dios de Sem, Y séale Canaán siervo.
9:27
Engrandezca
Dios á Japhet, Y habite en las tiendas de Sem, Y séale Canaán siervo.
9:28
Y vivió Noé
después del diluvio trescientos y cincuenta años.
9:29
Y fueron
todos los días de Noé novecientos y cincuenta años; y murió.
Gen 9:1 Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y
les dijo: «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra.
Gen 9:2 Infundiréis temor y miedo a todos los animales de la tierra, y a
todas las aves del cielo, y a todo lo que repta por el suelo, y a todos los
peces del mar; quedan a vuestra disposición.
Gen 9:3 Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento: todo os lo
doy, lo mismo que os di la hierba verde.
Gen 9:4 Sólo dejaréis de comer la carne con su alma, es decir, con su
sangre,
Gen 9:5 y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la reclamaré a todo
animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamaré el alma humana.
Gen 9:6 Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre será su sangre
vertida, porque a imagen de Dios hizo El al hombre.
Gen 9:7 Vosotros, pues, sed fecundos y multiplicaos; pululad en la tierra y
dominad en ella.»
Gen 9:8 Dijo Dios a Noé y a sus hijos con él:
Gen 9:9 «He aquí que yo establezco mi alianza con vosotros, y con vuestra
futura descendencia,
Gen 9:10 y con toda alma viviente que os acompaña: las aves, los ganados y
todas las alimañas que hay con vosotros, con todo lo que ha salido del arca,
todos los animales de la tierra.
Gen 9:11 Establezco mi alianza con vosotros, y no volverá nunca más a ser
aniquilada toda carne por las aguas del diluvio, ni habrá más diluvio para
destruir la tierra.»
Gen 9:12 Dijo Dios: «Esta es la señal de la alianza que para las
generaciones perpetuas pongo entre yo y vosotros y toda alma viviente que os
acompaña:
Gen 9:13 Pongo mi arco en las nubes, y servirá de señal de la alianza entre
yo y la tierra.
Gen 9:14 Cuando yo anuble de nubes la tierra, entonces se verá el arco en
las nubes,
Gen 9:15 y me acordaré de la alianza que media entre yo y vosotros y toda
alma viviente, toda carne, y no habrá más aguas diluviales para exterminar
toda carne.
Gen 9:16 Pues en cuanto esté el arco en las nubes, yo lo veré para recordar
la alianza perpetua entre Dios y toda alma viviente, toda carne que existe
sobre la tierra.»
Gen 9:17 Y dijo Dios a Noé: «Esta es la señal de la alianza que he
establecido entre yo y toda carne que existe sobre la tierra.»
Gen 9:18 Los hijos de Noé que salieron del arca eran Sem, Cam y Jafet. Cam
es el padre de Canaán.
Gen 9:19 Estos tres fueron los hijos de Noé, y a partir de ellos se pobló
toda la tierra.
Gen 9:20 Noé se dedicó a la labranza y plantó una viña.
Gen 9:21 Bebió del vino, se embriagó, y quedó desnudo en medio de su tienda.
Gen 9:22 Vio Cam, padre de Canaán, la desnudez de su padre, y avisó a sus
dos hermanos
Gen 9:23 Entonces Sem y Jafet tomaron el manto, se lo echaron al hombro los
dos, y andando hacia atrás, vueltas las caras, cubrieron la desnudez de su
padre sin verla.
Gen 9:24 Cuando despertó Noé de su embriaguez y supo lo que había hecho con
él su hijo menor,
Gen 9:25 dijo: «¡Maldito sea Canaán! ¡Siervo de siervos sea para sus
hermanos!»
Gen 9:26 Y dijo: «¡Bendito sea Yahveh, el Dios de Sem, y sea Canaán esclavo
suyo!
Gen 9:27 ¡Haga Dios dilatado a Jafet; habite en las tiendas de Sem, y sea
Canaán esclavo suyo!»
Gen 9:28 Vivió Noé después del diluvio 350 años.
Gen 9:29 El total de los días de Noé fue de 950 años, y murió.
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Capítulo 10
10:1
ESTAS son las
generaciones de los hijos de Noé: Sem, Châm y Japhet, á los cuales nacieron
hijos después del diluvio.
10:2
Los hijos de
Japhet: Gomer, y Magog, y Madai, y Javán, y Tubal, y Meshech, y Tiras.
10:3
Y los hijos
de Gomer: Ashkenaz, y Riphat, y Togorma.
10:4
Y los hijos
de Javán: Elisa, y Tarsis, Kittim, y Dodanim.
10:5
Por éstos
fueron repartidas las islas de las gentes en sus tierras, cada cual según su
lengua, conforme á sus familias en sus naciones.
10:6
Los hijos de
Châm: Cush, y Mizraim, y Phut, y Canaán.
10:7
Y los hijos
de Cush: Seba, Havila, y Sabta, y Raama, y Sabtecha. Y los hijos de Raama:
Sheba y Dedán.
10:8
Y Cush engendró
á Nimrod, éste comenzó á ser poderoso en la tierra.
10:9
Este fué
vigoroso cazador delante de el Altísimo; por lo cual se dice: Así como Nimrod,
vigoroso cazador delante de el Altísimo.
10:10
Y fué la
cabecera de su reino Babel, y Erech, y Accad, y Calneh, en la tierra de Shinar.
10:11
De aquesta
tierra salió Assur, y edificó á Nínive, y á Rehoboth, y á Calah,
10:12
Y á Ressen
entre Nínive y Calah; la cual es ciudad grande.
10:13
Y Mizraim engendró á Ludim, y á Anamim, y á Lehabim, y
á Naphtuhim,
10:14
Y á
Pathrusim, y á Casluim de donde salieron los Filisteos, y á Caphtorim.
10:15
Y Canaán
engendró á Sidón, su primogénito y á Heth,
10:16
Y al Jebuseo,
y al Amorrheo, y al Gergeseo,
10:17
Y al Heveo, y
al Araceo, y al Sineo,
10:18
Y al Aradio,
y al Samareo, y al Amatheo: y después se derramaron las familias de los
Cananeos.
10:19
Y fué el
término de los Cananeos desde Sidón, viniendo á Gerar hasta Gaza, hasta entrar
en Sodoma y Gomorra, Adma, y Zeboim hasta Lasa.
10:20
Estos son los
hijos de Châm por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus
naciones.
10:21
También le
nacieron hijos á Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de
Japhet.
10:22
Y los hijos
de Sem: Elam, y Assur, y Arphaxad, y Lud, y Aram.
10:23
Y los hijos
de Aram: Uz, y Hul, y Gether, y Mas.
10:24
Y Arphaxad
engendró á Sala, y Sala engendró á Heber.
10:25
Y á Heber
nacieron dos hijos: el nombre de uno fué Peleg, porque en sus días fué
repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.
10:26
Y Joctán
engendró á Almodad, y á Sheleph, y Hazarmaveth, y á Jera,
10:27
Y á Hadoram,
y á Uzal, y á Dicla,
10:28
Y á Obal, y á
Abimael, y á Seba,
10:29
Y á Ophir, y
á Havila, y á Jobad: todos estos fueron hijos de Joctán.
10:30
Y fué su
habitación desde Mesa viniendo de Sephar, monte á la parte del oriente.
10:31
Estos fueron
los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus
naciones.
10:32
Estas son las
familias de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos fueron
divididas las gentes en la tierra después del diluvio.
Gen 10:1 Esta es la descendencia de los hijos
de Noé, Sem, Cam y Jafet, a quienes les nacieron hijos después del diluvio:
Gen 10:2 Hijos de Jafet: Gomer, Magog, los medos, Yaván, Túbal, Mések y
Tirás.
Gen 10:3 Hijos de Gomer: Askanaz, Rifat, Togarmá.
Gen 10:4 Hijos de Yaván: Elisá, Tarsis, los Kittim y los Dodanim.
Gen 10:5 A partir de éstos se poblaron las islas de las gentes. Estos fueron
los hijos de Jafet por sus territorios y lenguas, por sus linajes y naciones
respectivas.
Gen 10:6 Hijos de Cam: Kus, Misráyim, Put y Canaán.
Gen 10:7 Hijos de Kus: Seba, Javilá, Sabtá, Ramá y Sabteká. Hijos de Ramá:
Seba y Dedán.
Gen 10:8 Kus engendró a Nemrod, que fue el primero que se hizo prepotente en
la tierra.
Gen 10:9 Fue un bravo cazador delante de Yahveh, por lo cual se suele decir:
«Bravo cazador delante de Yahveh, como Nemrod.»
Gen 10:10 Los comienzos de su reino fueron Babel, Erek y Acad, ciudades
todas ellas en tierra de Senaar.
Gen 10:11 De aquella tierra procedía Asur, que edificó Nínive, Rejobot Ir,
Kálaj
Gen 10:12 y Resen, entre Nínive y Kálaj (aquella es la Gran Ciudad).
Gen 10:13 Misráyim engendró a los luditas, anamitas, lehabitas y naftujitas,
Gen 10:14 a los de Patrós, de Kasluj y de Kaftor, de donde salieron los
filisteos.
Gen 10:15 Canaán engendró a Sidón, su primogénito, y a Het,
Gen 10:16 al jebuseo, al amorreo, al guirgasita,
Gen 10:17 al jivita, al arqueo, al sineo,
Gen 10:18 al arvadeo, al semareo y al jamateo. Más tarde se propagaron las
estirpes cananeas.
Gen 10:19 La frontera de los cananeos iba desde Sidón, en dirección de
Guerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Admá y Seboyim, hasta
Lesa.
Gen 10:20 Estos fueron los hijos de Cam, según sus linajes y lenguas, por
sus territorios y naciones respectivas.
Gen 10:21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Héber
y hermano mayor de Jafet.
Gen 10:22 Hijos de Sem: Elam, Asur, Aparksad, Lud y Aram.
Gen 10:23 Hijos de Aram: Us, Jul, Guéter y Mas.
Gen 10:24 Arpaksad engendró a Sélaj y Sélaj engendró a Héber.
Gen 10:25 A Héber le nacieron dos hijos: el nombre de uno fue Péleg, porque
en sus días fue divida la tierra. Su hermano se llamaba Yoqtán.
Gen 10:26 Yoqtán engendró a Almodad, a Selef, a Jasarmávet, a Yéraj,
Gen 10:27 a Hadoram, a Uzal, a Diclá,
Gen 10:28 a Obal, a Abimael, a Sebá,
Gen 10:29 a Ofir, a Javilá y a Yobab. Todos fueron hijos de Yoqtán.
Gen 10:30 Su asiento se extendió desde Mesá, en dirección a Sefar, al monte
del oriente.
Gen 10:31 Estos fueron los hijos de Sem, según sus linajes y lenguas, por
sus territorios y naciones respectivas.
Gen 10:32 Hasta aquí los linajes de los hijos de Noé, según su origen y sus
naciones. Y a partir de ellos se dispersaron los pueblos por la tierra
después del diluvio.
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Capítulo 11
11:1
ERA entonces
toda la tierra de una lengua y unas mismas palabras.
11:2
Y aconteció que,
como se partieron de oriente, hallaron una vega en la tierra de Shinar, y
asentaron allí.
11:3
Y dijeron los
unos á los otros: Vaya, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y fuéles el
ladrillo en lugar de piedra, y el betún en lugar de mezcla.
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11:4
Y dijeron:
Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y
hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra.
11:5
Y descendió
el Altísimo para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los
hombres.
11:6
Y dijo el
Altísimo: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un lenguaje: y han
comenzado á obrar, y nada les retraerá ahora de lo que han pensando hacer.
11:7
Ahora pues,
descendamos, y confundamos allí sus lenguas, para que ninguno entienda el habla
de su compañero.
11:8
Así los
esparció el Altísimo desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de
edificar la ciudad.
11:9
Por esto fué
llamado el nombre de ella Babel, porque allí confudió el Altísimo el lenguaje
de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.
11:10
Estas son las
generaciones de Sem: Sem, de edad de cien años, engendró á Arphaxad, dos años
después del diluvio.
11:11
Y vivió Sem,
después que engendró á Arphaxad quinientos años, y engendró hijos é hijas.
11:12
Y Arphaxad
vivió treinta y cinco años, y engendró á Sala.
11:13
Y vivió
Arphaxad, después que engendró á Sala, cuatrocientos y tres años, y engendró
hijos é hijas.
11:14
Y vivió Sala
treinta años, y engendró á Heber.
11:15
Y vivió Sala,
después que engendró á Heber, cuatrocientos y tres años, y engendró hijos é
hijas.
11:16
Y vivió Heber
treinta y cuatro años, y engendró á Peleg.
11:17
Y vivió Heber,
después que engendró á Peleg, cuatrocientos y treinta años, y engendró hijos é
hijas.
11:18
Y vivió
Peleg, treinta años, y engendró á Reu.
11:19
Y vivió
Peleg, después que engendró á Reu, doscientos y nueve años, y engendró hijos é
hijas.
11:20
Y Reu vivió
treinta y dos años, y engendró á Serug.
11:21
Y vivió Reu,
después que engendró á Serug, doscientos y siete años, y engendró hijos é
hijas.
11:22
Y vivió Serug
treinta años, y engendró á Nachôr.
11:23
Y vivió
Serug, después que engendró á Nachôr, doscientos años, y engendró hijos é
hijas.
11:24
Y vivió
Nachôr veintinueve años, y engendró á Thare.
11:25
Y vivió
Nachôr, después que engendró á Thare, ciento diecinueve años, y engendró hijos
é hijas.
11:26
Y vivió Thare
setenta años, y engendró á Abram, y á Nachôr, y á Harán.
11:27
Estas son las
generaciones de Thare: Thare engendró á Abram, y á Nachôr, y á Harán; y Harán
engendró á Lot.
11:28
Y murió Harán
antes que su padre Thare en la tierra de su naturaleza, en Ur de los Caldeos.
11:29
Y tomaron
Abram y Nachôr para sí mujeres: el nombre de la mujer de Abram fué Sarai, y el
nombre de la mujer de Nachôr, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca.
11:30
Mas Sarai fué
esteril, y no tenía hijo.
11:31
Y tomó Thare á
Abram su hijo, y á Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y á Sarai su nuera,
mujer de Abram su hijo: y salió con ellos de Ur de los Caldeos, para ir á la
tierra de Canaán: y vinieron hasta Harán, y asentaron allí.
11:32
Y fueron los
días de Thare doscientos y cinco años; y murió Thare en Harán.
Gen 11:1 Todo el mundo era de un mismo
lenguaje e idénticas palabras.
Gen 11:2 Al desplazarse la humanidad desde oriente, hallaron una vega en el
país de Senaar y allí se establecieron.
Gen 11:3 Entonces se dijeron el uno al otro: «Ea, vamos a fabricar ladrillos
y a cocerlos al fuego.» Así el ladrillo les servía de piedra y el betún de
argamasa.
Gen 11:4 Después dijeron: «Ea, vamos a edificarnos una ciudad y una torre
con la cúspide en los cielos, y hagámonos famosos, por si nos desperdigamos
por toda la haz de la tierra.»
Gen 11:5 Bajó Yahveh a ver la ciudad y la torre que habían edificado los
humanos,
Gen 11:6 y dijo Yahveh: «He aquí que todos son un solo pueblo con un mismo
lenguaje, y este es el comienzo de su obra. Ahora nada de cuanto se
propongan les será imposible.
Gen 11:7 Ea, pues, bajemos, y una vez allí confundamos su lenguaje, de modo
que no entienda cada cual el de su prójimo.»
Gen 11:8 Y desde aquel punto los desperdigó Yahveh por toda la haz de la
tierra, y dejaron de edificar la ciudad.
Gen 11:9 Por eso se la llamó Babel; porque allí embrolló Yahveh el lenguaje
de todo el mundo, y desde allí los desperdigó Yahveh por toda la haz de la
tierra.
Gen 11:10 Estos son los descendientes de Sem: Sem tenía cien años cuando
engendró a Arpaksad, dos años después del diluvio.
Gen 11:11 Vivió Sem, después de engendrar a Arpaksad, quinientos años, y
engendró hijos e hijas.
Gen 11:12 Arpaksad era de 35 años de edad cuando engendró a Sélaj.
Gen 11:13 Y vivió Arpaksad, después de engendrar a Sélaj, 403 años, y
engendró hijos e hijas.
Gen 11:14 Era Sélaj de treinta años cuando engendró a Héber.
Gen 11:15 Y vivió Sélaj, después de engendrar a Héber, 403 años, y engendró
hijos e hijas.
Gen 11:16 Era Héber de 34 años cuando engendró a Péleg.
Gen 11:17 Y vivió Héber después de engendrar a Péleg 430 años, y engendró
hijos e hijas.
Gen 11:18 Era Péleg de treinta años cuando engendró a Reú.
Gen 11:19 Y vivió Péleg, después de engendrar a Reú, 209 años, y engendró
hijos e hijas.
Gen 11:20 Era Reú de 32 años cuando engendró a Serug.
Gen 11:21 Y vivió Reú después de engendrar a Serug, 207 años, y engendró
hijos e hijas.
Gen 11:22 Era Serug de treinta años cuando engendró a Najor.
Gen 11:23 Y vivió Serug, después de engendrar a Najor, doscientos años, y
engendró hijos e hijas.
Gen 11:24 Era Najor de veintinueve años cuando engendró a Téraj.
Gen 11:25 Y vivió Najor, después de engendrar a Téraj, 119 años, y engendró
hijos e hijas.
Gen 11:26 Era Téraj de setenta años cuando engendró a Abram, a Najor y a
Harán.
Gen 11:27 Estos, son los descendientes de Téraj: Téraj engendró a Abram, a
Najor y a Harán. Harán engendró a Lot.
Gen 11:28 Harán murió en vida de su padre Téraj, en su país natal, Ur de los
caldeos.
Gen 11:29 Abram y Najor se casaron. La mujer de Abram se llamaba Saray, y la
mujer de Najor, Milká, hija de Harán, el padre de Milká y de Jiská.
Gen 11:30 Saray era estéril, sin hijos.
Gen 11:31 Téraj tomó a su hijo Abram, a su nieto Lot, el hijo de Harán, y a
su nuera Saray, la mujer de su hijo Abram, y salieron juntos de Ur de los
caldeos, para dirigirse a Canaán. Llegados a Jarán, se establecieron allí.
Gen 11:32 Fueron los días de Téraj 205 años, y murió en Jarán.
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Capítulo 12
12:1
EMPERO el
Altísimo había dicho á Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa
de tu padre, á la tierra que te mostraré;
12:2
Y haré de ti
una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás
bendición:
12:3
Y bendeciré á
los que te bendijeren, y á los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en
ti todas las familias de la tierra.
12:4
Y fuése Abram,
como el Altísimo le dijo; y fué con él Lot: y era Abram de edad de setenta y
cinco años cuando salió de Harán.
12:5
Y tomó Abram
á Sarai su mujer, y á Lot hijo de su hermano, y toda su hacienda que habían
ganado, y las almas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir á tierra
de Canaán; y á tierra de Canaán llegaron.
12:6
Y pasó Abram
por aquella tierra hasta el lugar de Sichêm, hasta el valle de Moreh: y el
Cananeo estaba entonces en la tierra.
12:7
Y apareció el
Altísimo á Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí un
altar á el Altísimo, que le había aparecido.
12:8
Y pasóse de
allí á un monte al oriente de Bethel, y tendió su tienda, teniendo á Bethel al
occidente y Hai al oriente: y edificó allí altar á el Altísimo é invocó el
nombre de el Altísimo.
12:9
Y movió Abram
de allí, caminando y yendo hacia el Mediodía.
12:10
Y hubo hambre
en la tierra, y descendió Abram á Egipto para peregrinar allá; porque era
grande el hambre en la tierra.
12:11
Y aconteció
que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo á Sarai su mujer: He aquí, ahora
conozco que eres mujer hermosa de vista;
12:12
Y será que
cuando te habrán visto los Egipcios, dirán: Su mujer es: y me matarán á mí, y á
ti te reservarán la vida.
12:13
Ahora pues, di
que eres mi hermana, para que yo haya bien por causa tuya, y viva mi alma por
amor de ti.
12:14
Y aconteció
que, como entró Abram en Egipto, los Egipcios vieron la mujer que era hermosa
en gran manera.
12:15
Viéronla
también los príncipes de Faraón, y se la alabaron; y fué llevada la mujer á
casa de Faraón:
12:16
E hizo bien á
Abram por causa de ella; y tuvo ovejas, y vacas, y asnos, y siervos, y criadas,
y asnas y camellos.
12:17
Mas el Altísimo
hirió á Faraón y á su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de
Abram.
12:18
Entonces
Faraón llamó á Abram y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no
me declaraste que era tu mujer?
12:19
¿Por qué
dijiste: Es mi hermana? poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer?
Ahora pues, he aquí tu mujer, tómala y vete.
12:20
Entonces
Faraón dió orden á sus gentes acerca de Abram; y le acompañaron, y á su mujer
con todo lo que tenía.
Gen 12:1 Yahveh dijo a Abram: «Vete de tu
tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te
mostraré.
Gen 12:2 De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu
nombre; y sé tú una bendición.
Gen 12:3 Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan.
Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra.»
Gen 12:4 Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahveh, y con él marchó
Lot. Tenía Abram 75 años cuando salió de Jarán.
Gen 12:5 Tomó Abram a Saray, su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, con toda
la hacienda que habían logrado, y el personal que habían adquirido en Jarán,
y salieron para dirigirse a Canaán. Llegaron a Canaán,
Gen 12:6 y Abram atravesó el país hasta el lugar sagrado de Siquem, hasta la
encina de Moré. Por entonces estaban los cananeos en el país.
Gen 12:7 Yahveh se apareció a Abram y le dijo: «A tu descendencia he de dar
esta tierra.» Entonces él edificó allí un altar a Yahveh que se le había
aparecido.
Gen 12:8 De allí pasó a la montaña, al oriente de Betel, y desplegó su
tienda, entre Betel al occidente y Ay al oriente. Allí edificó un altar a
Yahveh e invocó su nombre.
Gen 12:9 Luego Abram fue desplazándose por acampadas hacia el Négueb.
Gen 12:10 Hubo hambre en el país, y Abram bajó a Egipto a pasar allí una
temporada, pues el hambre abrumaba al país.
Gen 12:11 Estando ya próximo a entrar en Egipto, dijo a su mujer Saray:
«Mira, yo sé que eres mujer hermosa.
Gen 12:12 En cuanto te vean los egipcios, dirán: "Es su mujer", y me matarán
a mí, y a ti te dejarán viva.
Gen 12:13 Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por
causa tuya, y viva yo en gracia a ti.»
Gen 12:14 Efectivamente cuando Abram entró en Egipto, vieron los egipcios
que la mujer era muy hermosa.
Gen 12:15 Viéronla los oficiales de Faraón, los cuales se la ponderaron, y
la mujer fue llevada al palacio de Faraón.
Gen 12:16 Este trató bien por causa de ella a Abram, que tuvo ovejas, vacas,
asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.
Gen 12:17 Pero Yahveh hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por lo
de Saray, la mujer de Abram.
Gen 12:18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: «¿Qué es lo que has
hecho conmigo? ¿Por qué no me avisaste de que era tu mujer?
Gen 12:19 ¿Por qué dijiste: "Es mi hermana", de manera que yo la tomé por
mujer? Ahora, pues, he ahí a tu mujer: toma y vete.»
Gen 12:20 Y Faraón ordenó a unos cuantos hombres que le despidieran a él, a
su mujer y todo lo suyo.
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Capítulo 13
13:1
SUBIÓ, pues,
Abram de Egipto hacia el Mediodía, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con
él Lot.
13:2
Y Abram era
riquísimo en ganado, en plata y oro.
13:3
Y volvió por
sus jornadas de la parte del Mediodía hacia Bethel, hasta el lugar donde había
estado antes su tienda entre Bethel y Hai;
13:4
Al lugar del
altar que había hecho allí antes: é invocó allí Abram el nombre de el Altísimo.
13:5
Y asimismo
Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, y vacas, y tiendas.
13:6
Y la tierra
no podía darles para que habitasen juntos: porque su hacienda era mucha, y no
podían morar en un mismo lugar.
13:7
Y hubo
contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de
Lot: y el Cananeo y el Pherezeo habitaban entonces en la tierra.
13:8
Entonces
Abram dijo á Lot: No haya ahora altercado entre mí y ti, entre mis pastores y
los tuyos, porque somos hermanos.
13:9
¿No está toda
la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres á la mano izquierda,
yo iré á la derecha: y si tú á la derecha, yo iré á la izquierda.
13:10
Y alzó Lot
sus ojos, y vió toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, antes
que destruyese el Altísimo á Sodoma y á Gomorra, como el huerto de el Altísimo,
como la tierra de Egipto entrando en Zoar.
13:11
Entonces Lot
escogió para sí toda la llanura del Jordán: y partióse Lot de Oriente, y
apartáronse el uno del otro.
13:12
Abram asentó
en la tierra de Canaán, y Lot asentó en las ciudades de la llanura, y fué poniendo
sus tiendas hasta Sodoma.
13:13
Mas los
hombres de Sodoma eran malos y pecadores para con el Altísimo en gran manera.
13:14
Y el Altísimo
dijo á Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira
desde el lugar donde estás hacia el Aquilón, y al Mediodía, y al Oriente y al
Occidente;
13:15
Porque toda
la tierra que ves, la daré á ti y á tu simiente para siempre.
13:16
Y haré tu
simiente como el polvo de la tierra: que si alguno podrá contar el polvo de la
tierra, también tu simiente será contada.
13:17
Levántate, ve
por la tierra á lo largo de ella y á su ancho; porque á ti la tengo de dar.
13:18
Abram, pues,
removiendo su tienda, vino y moró en el alcornocal de Mamre, que es en Hebrón,
y edificó allí altar á el Altísimo.
Gen 13:1 De Egipto subió Abram al Négueb,
junto con su mujer y todo lo suyo, y acompañado de Lot.
Gen 13:2 Abram era muy rico en ganado, plata y oro.
Gen 13:3 Caminando de acampada en acampada se dirigió desde el Négueb hasta
Betel, hasta el lugar donde estuvo su tienda entre Betel y Ay,
Gen 13:4 el lugar donde había invocado Abram el nombre de Yahveh.
Gen 13:5 También Lot, que iba con Abram, tenía ovejas, vacadas y tiendas.
Gen 13:6 Ya la tierra no les permitía vivir juntos, porque su hacienda se
había multiplicado, de modo que no podían vivir juntos.
Gen 13:7 Hubo riña entre los pastores del ganado de Abram y los del ganado
de Lot. (Además los cananeos y los perizitas habitaban por entonces en el
país.)
Gen 13:8 Dijo, pues, Abram a Lot: «Ea, no haya disputas entre nosotros ni
entre mis pastores y tus pastores, pues somos hermanos.
Gen 13:9 ¿No tienes todo el país por delante? Pues bien, apártate de mi
lado. Si tomas por la izquierda, yo iré por la derecha; y si tú por la
derecha, yo por la izquierda.»
Gen 13:10 Lot levantó los ojos y vio toda la vega del Jordán, toda ella de
regadío - eran antes de destruir Yahveh a Sodoma y Gomorra - como el jardín
de Yahveh, como Egipto, hasta llegar a Soar.
Gen 13:11 Eligió, pues, Lot para sí toda la vega del Jordán, y se trasladó
al oriente; así se apartaron el uno del otro.
Gen 13:12 Abram se estableció en Canaán y Lot en las ciudades de la vega,
donde plantó sus tiendas hasta Sodoma.
Gen 13:13 Los habitantes de Sodoma eran muy malos y pecadores contra Yahveh.
Gen 13:14 Dijo Yahveh a Abram, después que Lot se separó de él: «Alza tus
ojos y mira desde el lugar en donde estás hacia el norte, el mediodía, el
oriente y el poniente.
Gen 13:15 Pues bien, toda la tierra que ves te la daré a ti ya tu
descendencia por siempre.
Gen 13:16 Haré tu descendencia como el polvo de la tierra: tal que si
alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá contar tu
descendencia.
Gen 13:17 Levántate, recorre el país a lo largo y a lo ancho, porque a ti te
lo he de dar.»
Gen 13:18 Y Abram vino a establecerse con sus tiendas junto a la encina de
Mambré, que está en Hebrón, y edificó allí un altar a Yahveh.
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Capítulo 14
14:1
Y ACONTECIÓ
en los días de Amraphel, rey de Shinar, Arioch, rey de Elazar, Chêdorlaomer,
rey de Elá, y Tidal, rey de naciones,
14:2
Que éstos hicieron
guerra contra Bera, rey de Sodoma, y contra Birsha, rey de Gomorra, y contra
Shinab, rey de Adma, y contra Shemeber, rey de Zeboim, y contra el rey de Bela,
la cual es Zoar.
14:3
Todos estos
se juntaron en el valle de Siddim, que es el mar salado.
14:4
Doce años
habían servido á Chêdorlaomer, y al décimotercio año se rebelaron.
14:5
Y en el año
décimocuarto vino Chêdorlaomer, y los reyes que estaban de su parte, y
derrotaron á los Raphaitas en Ashteroth-carnaim, á los Zuzitas en Ham, y á los
Emitas en Shave-Kiriataim.
14:6
Y á los
Horeos en el monte de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al
desierto.
14:7
Y volvieron y
vinieron á Emmisphat, que es Cades, y devastaron todas las haciendas de los
Amalacitas, y también al Amorrheo, que habitaba en Hazezón-tamar.
14:8
Y salió el
rey de Sodoma, y el rey de Gomorra, y el rey de Adma, y el rey de Zeboim, y el
rey de Bela, que es Zoar, y ordenaron contra ellos batalla en el valle de
Siddim;
14:9
Es á saber,
contra Chêdorlaomer, rey de Elam, y Tidal, rey de naciones, y Amraphel, rey de
Shinar, y Arioch, rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco.
14:10
Y el valle de
Siddim estaba lleno de pozos de betún: y huyeron el rey de Sodoma y el de
Gomorra, y cayeron allí; y los demás huyeron al monte.
14:11
Y tomaron
toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus vituallas, y se fueron.
14:12
Tomaron
también á Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y su hacienda,
y se fueron.
14:13
Y vino uno de
los que escaparon, y denunciólo á Abram el Hebreo, que habitaba en el valle de
Mamre Amorrheo, hermano de Eschôl y hermano de Aner, los cuales estaban
confederados con Abram.
14:14
Y oyó Abram
que su hermano estaba prisionero, y armó sus criados, los criados de su casa, trescientos
dieciocho, y siguiólos hasta Dan.
14:15
Y derramóse
sobre ellos de noche él y sus siervos, é hiriólos, y fuélos siguiendo hasta
Hobah, que está á la izquierda de Damasco.
14:16
Y recobró
todos los bienes, y también á Lot su hermano y su hacienda, y también las
mujeres y gente.
14:17
Y salió el
rey de Sodoma á recibirlo, cuando volvía de la derrota de Chêdorlaomer y de los
reyes que con él estaban, al valle de Shave, que es el valle del Rey.
14:18
Entonces
Melchîsedec, rey de Salem, sacó pan y vino; el cual era sacerdote del Dios
alto;
14:19
Y bendíjole,
y dijo: Bendito sea Abram del Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra;
14:20
Y bendito sea
el Dios alto, que entregó tus enemigos en tu mano. Y dióle Abram los diezmos de
todo.
14:21
Entonces el
rey de Sodoma dijo á Abram: Dame las personas, y toma para ti la hacienda.
14:22
Y respondió
Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano á el Altísimo Dios alto, poseedor de
los cielos y de la tierra,
14:23
Que desde un
hilo hasta la correa de un calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, porque
no digas: Yo enriquecí á Abram:
14:24
Sacando
solamente lo que comieron los mancebos, y la porción de los varones que fueron
conmigo, Aner, Eschôl, y Mamre; los cuales tomarán su parte.
Gen 14:1 Aconteció en los días de Amrafel,
rey de Senaar, de Aryok, rey de Ellasar, de Kedorlaomer, rey de Elam, y de
Tidal, rey de Goyim,
Gen 14:2 que éstos hicieron guerra a Berá, rey de Sodoma, a Birsá, rey de
Gomorra, a Sinab, rey de Admá, a Semeber, rey de Seboyim, al rey de Belá (o
sea, Soar).
Gen 14:3 Estos últimos se coligaron en el valle de Siddim (esto es, el mar
de la Sal).
Gen 14:4 Doce años habían servido a Kedorlaomer, pero el año trece se
rebelaron.
Gen 14:5 Vinieron, pues, en el año catorce Kedorlaomer y los reyes que
estaban por él, y derrotaron a los refaítas en Asterot Carnáyim, a los
zuzíes en Ham, a los emíes en la llanura de Quiryatáyim,
Gen 14:6 y a los joritas en las montañas de Seír hasta El Parán, que está
frente al desierto.
Gen 14:7 De vuelta, llegaron a En Mispat (o sea, Cadés), y batieron todo el
territorio de los amalecitas, y también a los amorreos que habitaban en
Jasesón Tamar.
Gen 14:8 Salieron entonces el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de
Admá , el rey de Seboyim y el rey de Belá (esto es, de Soar) y en el valle
de Siddim les presentaron batalla:
Gen 14:9 a Kedorlaomer, rey de Elam, a Tidal, rey de Goyim, a Amrafel, rey
de Senaar, y a Aryok, rey de Ellasar: cuatro reyes contra cinco.
Gen 14:10 El valle de Siddim estaba lleno de pozos de betún, y como huyesen
los reyes de Sodoma y Gomorra, cayeron allí. Los demás huyeron a la montaña.
Gen 14:11 Los vencedores tomaron toda la hacienda de Sodoma y Gomorra con
todos sus víveres y se fueron.
Gen 14:12 Apresaron también a Lot, el sobrino de Abram, y su hacienda, pues
él habitaba en Sodoma, y se fueron.
Gen 14:13 Un evadido vino a avisar a Abram el hebreo, que habitaba junto a
la encina de Mambré el amorreo, hermano de Eskol y de Aner, aliados a su vez
de Abram.
Gen 14:14 Al oír Abram que su hermano había sido hecho cautivo, movilizó la
tropa de gente nacida en su casa, en número de 318, y persiguió a aquéllos
hasta Dan.
Gen 14:15 Y cayendo él y sus siervos sobre ellos por la noche, los derrotó,
y los persiguió hasta Jobá, que está al norte de Damasco;
Gen 14:16 recuperó toda la hacienda, y también a su hermano Lot con su
hacienda así como a las mujeres y a la gente.
Gen 14:17 A su regreso después de batir a Kedorlaomer y a los reyes que con
él estaban, le salió al encuentro el rey de Sodoma en el valle de Savé (o
sea, el valle del Rey).
Gen 14:18 Entonces Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era
sacerdote del Dios Altísimo,
Gen 14:19 y le bendijo diciendo: «¡Bendito sea Abram del Dios Altísimo,
creador de cielos y tierra,
Gen 14:20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus
manos!» Y diole Abram el diezmo de todo.
Gen 14:21 Dijo luego el rey de Sodoma a Abram: «Dame las personas, y quédate
con la hacienda.»
Gen 14:22 Pero Abram dijo al rey de Sodoma: «Alzo mi mano ante el Dios
Altísimo, creador de cielos y tierra:
Gen 14:23 ni un hilo, ni la correa de un zapato, ni nada de lo tuyo tomaré,
y así no dirás: "Yo he enriquecido a Abram."
Gen 14:24 Nada en absoluto, salvo lo que han comido los mozos y la parte de
los hombres que fueron conmigo: Aner, Eskol y Mambré. Ellos que tomen su
parte.»
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Capítulo 15
15:1
DESPUÉS de
estas cosas fué la palabra de el Altísimo á Abram en visión, diciendo: No
temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón sobremanera grande.
15:2
Y respondió Abram:
Señor el Altísimo ¿qué me has de dar, siendo así que ando sin hijo, y el
mayordomo de mi casa es ese Damasceno Eliezer?
15:3
Dijo más
Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que es mi heredero uno nacido
en mi casa.
15:4
Y luego la
palabra de el Altísimo fué á él diciendo: No te heredará éste, sino el que
saldrá de tus entrañas será el que te herede.
15:5
Y sacóle
fuera, y dijo: Mira ahora á los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes
contar. Y le dijo: Así será tu simiente.
15:6
Y creyó á el
Altísimo, y contóselo por justicia.
15:7
Y díjole: Yo
soy el Altísimo, que te saqué de Ur de los Caldeos, para darte á heredar esta
tierra.
15:8
Y él
respondió: Señor el Altísimo ¿en qué conoceré que la tengo de heredar?
15:9
Y le dijo:
Apártame una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de
tres años, una tórtola también, y un palomino.
15:10
Y tomó él
todas estas cosas, y partiólas por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de
otra; mas no partió las aves.
15:11
Y descendían
aves sobre los cuerpos muertos, y ojeábalas Abram.
15:12
Mas á la
caída del sol sobrecogió el sueño á Abram, y he aquí que el pavor de una grande
obscuridad cayó sobre él.
15:13
Entonces dijo
á Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y
servirá á los de allí, y serán por ellos afligidos cuatrocientos años.
15:14
Mas también á
la gente á quien servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con grande
riqueza.
15:15
Y tú vendrás á
tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.
15:16
Y en la
cuarta generación volverán acá: porque aun no está cumplida la maldad del
Amorrheo hasta aquí.
15:17
Y sucedió que
puesto el sol, y ya obscurecido, dejóse ver un horno humeando, y una antorcha
de fuego que pasó por entre los animales divididos.
15:18
En aquel día
hizo el Altísimo un pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra
desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;
15:19
Los Cineos, y
los Ceneceos, y los Cedmoneos,
15:20
Y los
Hetheos, y los Pherezeos, y los Raphaitas,
15:21
Y los
Amorrheos, y los Cananeos, y los Gergeseos, y los Jebuseos.
Gen 15:1 Después de estos sucesos fue
dirigida la palabra de Yahveh a Abram en visión, en estos términos: «No
temas, Abram. Yo soy para ti un escudo. Tu premio será muy grande.»
Gen 15:2 Dijo Abram: «Mi Señor, Yahveh, ¿qué me vas a dar, si me voy sin
hijos...?.»
Gen 15:3 Dijo Abram: «He aquí que no me has dado descendencia, y un criado
de mi casa me va a heredar.»
Gen 15:4 Mas he aquí que la palabra de Yahveh le dijo: «No te heredará ése,
sino que te heredará uno que saldrá de tus entrañas.»
Gen 15:5 Y sacándole afuera, le dijo: «Mira al cielo, y cuenta las
estrellas, si puedes contarlas.» Y le dijo: «Así será tu descendencia.»
Gen 15:6 Y creyó él en Yahveh, el cual se lo reputó por justicia.
Gen 15:7 Y le dijo: «Yo soy Yahveh que te saqué de Ur de los caldeos, para
darte esta tierra en propiedad.»
Gen 15:8 El dijo: «Mi Señor, Yahveh, ¿en qué conoceré que ha de ser mía?»
Gen 15:9 Díjole: «Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años,
un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.»
Gen 15:10 Tomó él todas estas cosas, y partiéndolas por medio, puso cada
mitad enfrente de la otra. Los pájaros no los partió.
Gen 15:11 Las aves rapaces bajaron sobre los cadáveres, pero Abram las
espantó.
Gen 15:12 Y sucedió que estando ya el sol para ponerse, cayó sobre Abram un
sopor, y de pronto le invadió un gran sobresalto.
Gen 15:13 Yahveh dijo a Abram: «Has de saber que tus descendientes serán
forasteros en tierra extraña. Los esclavizarán y oprimirán durante
cuatrocientos años.
Gen 15:14 Pero yo a mi vez juzgaré a la nación a quien sirvan; y luego
saldrán con gran hacienda.
Gen 15:15 Tú en tanto vendrás en paz con tus padres, serás sepultado en
buena ancianidad.
Gen 15:16 Y a la cuarta generación volverán ellos acá; porque hasta entonces
no se habrá colmado la maldad de los amorreos.»
Gen 15:17 Y, puesto ya el sol, surgió en medio de densas tinieblas un horno
humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre aquellos animales
partidos.
Gen 15:18 Aquel día firmó Yahveh una alianza con Abram, diciendo: «A tu
descendencia he dado esta tierra, desde el rió de Egipto hasta el Río
Grande, el río Eufrates:
Gen 15:19 los quenitas, quenizitas, cadmonitas,
Gen 15:20 hititas, perizitas, refaítas,
Gen 15:21 amorreos, cananeos, guirgasitas y jebuseos.»
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Capítulo 16
16:1
Y SARAI, mujer
de Abram no le paría: y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar.
16:2
Dijo, pues,
Sarai á Abram: Ya ves que el Altísimo me ha hecho estéril: ruégote que entres á
mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al dicho de Sarai.
16:3
Y Sarai,
mujer de Abram, tomó á Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había
habitado Abram en la tierra de Canaán, y dióla á Abram su marido por mujer.
16:4
Y él cohabitó
con Agar, la cual concibió: y cuando vió que había concebido, miraba con
desprecio á su señora.
16:5
Entonces
Sarai dijo á Abram: Mi afrenta sea sobre ti: yo puse mi sierva en tu seno, y
viéndose embarazada, me mira con desprecio; juzgue el Altísimo entre mí y ti.
16:6
Y respondió Abram
á Sarai: He ahí tu sierva en tu mano, haz con ella lo que bien te pareciere. Y
como Sarai la afligiese, huyóse de su presencia.
16:7
Y hallóla el
ángel de el Altísimo junto á una fuente de agua en el desierto, junto á la
fuente que está en el camino del Sur.
16:8
Y le dijo:
Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y á dónde vas? Y ella respondió:
Huyo de delante de Sarai, mi señora.
16:9
Y díjole el
ángel de el Altísimo: Vuélvete á tu señora, y ponte sumisa bajo de su mano.
16:10
Díjole
también el ángel de el Altísimo: Multiplicaré tanto tu linaje, que no será
contado á causa de la muchedumbre.
16:11
Díjole aún el
ángel de el Altísimo: He aquí que has concebido, y parirás un hijo, y llamarás
su nombre Ismael, porque oído ha el Altísimo tu aflicción.
16:12
Y él será
hombre fiero; su mano contra todos, y las manos de todos contra él, y delante
de todos sus hermanos habitará.
16:13
Entonces
llamó el nombre de el Altísimo que con ella hablaba: Tú eres el Dios de la
vista; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?
16:14
Por lo cual
llamó al pozo, Pozo del Viviente que me ve. He aquí está entre Cades y Bered.
16:15
Y parió Agar
á Abram un hijo y llamó Abram el nombre de su hijo que le parió Agar, Ismael.
16:16
Y era Abram
de edad de ochenta y seis años, cuando parió Agar á Ismael.
Gen 16:1 Saray, mujer de Abram, no le daba
hijos. Pero tenía una esclava egipcia, que se llamaba Agar,
Gen 16:2 y dijo Saray a Abram: «Mira, Yahveh me ha hecho estéril. Llégate,
pues, te ruego, a mi esclava. Quizá podré tener hijos de ella.» Y escuchó
Abram la voz de Saray.
Gen 16:3 Así, al cabo de diez años de habitar Abram en Canaán, tomó Saray,
la mujer de Abram, a su esclava Agar la egipcia, y diósela por mujer a su
marido Abram.
Gen 16:4 Llegóse, pues, él a Agar, la cual concibió. Pero luego, al verse
ella encinta, miraba a su señora con desprecio.
Gen 16:5 Dijo entonces Saray a Abram: «Mi agravio recaiga sobre ti. Yo puse
mi esclava en tu seno, pero al verse ella encinta me mira con desprecio.
Juzgue Yahveh entre nosotros dos.»
Gen 16:6 Respondió Abram a Saray: «Ahí tienes a tu esclava en tus manos. Haz
con ella como mejor te parezca.» Saray dio en maltratarla y ella huyó de su
presencia.
Gen 16:7 La encontró el Ángel de Yahveh junto a una fuente de agua en el
desierto - la fuente que hay en el camino de Sur -
Gen 16:8 y dijo: «Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?»
Contestó ella: «Voy huyendo de la presencia de mi señora Saray.»
Gen 16:9 «Vuelve a tu señora, le dijo el Ángel de Yahveh, y sométete a
ella.»
Gen 16:10 Y dijo el Ángel de Yahveh: «Multiplicaré de tal modo tu
descendencia, que por su gran multitud no podrá contarse.»
Gen 16:11 Y díjole el Ángel de Yahveh: Mira que has concebido, y darás a luz
un hijo, al que llamarás Ismael, porque Yahveh ha oído tu aflicción.
Gen 16:12 Será un onagro humano. Su mano contra todos, y la mano de todos
contra él; y enfrente de todos sus hermanos plantará su tienda.»
Gen 16:13 Dio Agar a Yahveh, que le había hablado, el nombre de «Tú eres El
Roí», pues dijo: «¿Si será que he llegado a ver aquí las espaldas de aquel
que me ve?»
Gen 16:14 Por eso se llamó aquel pozo «Pozo de Lajay Roí». Está entre Cadés
y Béred.
Gen 16:15 Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram llamó al hijo que Agar le
había dado Ismael.
Gen 16:16 Tenía Abram 86 años cuando Agar le dio su hijo Ismael.
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Capítulo 17
17:1
Y SIENDO
Abram de edad de noventa y nueve años, aparecióle el Altísimo, y le dijo: Yo
soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.
17:2
Y pondré mi
pacto entre mí y ti, y multiplicarte he mucho en gran manera.
17:3
Entonces
Abram cayó sobre su rostro, y Dios habló con él diciendo:
17:4
Yo, he aquí
mi pacto contigo: Serás padre de muchedumbre de gentes:
17:5
Y no se
llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he
puesto por padre de muchedumbre de gentes.
17:6
Y
multiplicarte he mucho en gran manera, y te pondré en gentes, y reyes saldrán
de ti.
17:7
Y estableceré
mi pacto entre mí y ti, y tu simiente después de ti en sus generaciones, por
alianza perpetua, para serte á ti por Dios, y á tu simiente después de ti.
17:8
Y te daré á
ti, y á tu simiente después de ti, la tierra de tus peregrinaciones, toda la
tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.
17:9
Dijo de nuevo
Dios á Abraham: Tú empero guardarás mi pacto, tú y tu simiente después de ti
por sus generaciones.
17:10
Este será mi
pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu simiente después de ti: Será
circuncidado todo varón de entre vosotros.
17:11
Circuncidaréis,
pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y
vosotros.
17:12
Y de edad de
ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras
generaciones: el nacido en casa, y el comprado á dinero de cualquier
extranjero, que no fuere de tu simiente.
17:13
Debe ser
circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero: y estará mi
pacto en vuestra carne para alianza perpetua.
17:14
Y el varón incircunciso
que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será
borrada de su pueblo; ha violado mi pacto.
17:15
Dijo también
Dios á Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre.
17:16
Y bendecirla
he, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá á ser madre de
naciones; reyes de pueblos serán de ella.
17:17
Entonces
Abraham cayó sobre su rostro, y rióse, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien
años ha de nacer hijo? ¿y Sara, ya de noventa años, ha de parir?
17:18
Y dijo
Abraham á Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti.
17:19
Y respondió
Dios: Ciertamente Sara tu mujer te parirá un hijo, y llamarás su nombre Isaac;
y confirmaré mi pacto con él por alianza perpetua para su simiente después de
él.
17:20
Y en cuanto á
Ismael, también te he oído: he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y
multiplicar mucho en gran manera: doce príncipes engendrará, y ponerlo he por
gran gente.
17:21
Mas yo
estableceré mi pacto con Isaac, al cual te parirá Sara por este tiempo el año
siguiente.
17:22
Y acabó de
hablar con él, y subió Dios de con Abraham.
17:23
Entonces tomó
Abraham á Ismael su hijo, y á todos los siervos nacidos en su casa, y á todos
los comprados por su dinero, á todo varón entre los domésticos de la casa de
Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como
Dios le había dicho.
17:24
Era Abraham
de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio.
17:25
E Ismael su hijo
era de trece años cuando fué circuncidada la carne de su prepucio.
17:26
En el mismo
día fué circuncidado Abraham é Ismael su hijo.
17:27
Y todos los
varones de su casa, el siervo nacido en casa, y el comprado por dinero del
extranjero, fueron circuncidados con él.
Gen 17:1 Cuando Abram tenía 99 años, se le
apareció Yahveh y le dijo: «Yo soy El Sadday, anda en mi presencia y sé
perfecto.
Gen 17:2 Yo establezco mi alianza entre nosotros dos, y te multiplicaré
sobremanera.»
Gen 17:3 Cayó Abram rostro en tierra, y Dios le habló así:
Gen 17:4 «Por mi parte he aquí mi alianza contigo: serás padre de una
muchedumbre de pueblos.
Gen 17:5 No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, pues
padre de muchedumbre de pueblos te he constituido.
Gen 17:6 Te haré fecundo sobremanera, te convertiré en pueblos, y reyes
saldrán de ti.
Gen 17:7 Y estableceré mi alianza entre nosotros dos, y con tu descendencia
después de ti, de generación en generación: una alianza eterna, de ser yo el
Dios tuyo y el de tu posteridad.
Gen 17:8 Yo te daré a ti y a tu posteridad la tierra en que andas como
peregrino, todo el país de Canaán, en posesión perpetua, y yo seré el Dios
de los tuyos.»
Gen 17:9 Dijo Dios a Abraham: «Guarda, pues, mi alianza, tú y tu posteridad,
de generación en generación.
Gen 17:10 Esta es mi alianza que habéis de guardar entre yo y vosotros -
también tu posteridad -: Todos vuestros varones serán circuncidados.
Gen 17:11 Os circuncidaréis la carne del prepucio, y eso será la señal de la
alianza entre yo y vosotros.
Gen 17:12 A los ocho días será circuncidado entre vosotros todo varón, de
generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado con
dinero a cualquier extraño que no sea de tu raza.
Gen 17:13 Deben ser circuncidados el nacido en tu casa y el comprado con tu
dinero, de modo que mi alianza esté en vuestra carne como alianza eterna.
Gen 17:14 El incircunciso, el varón a quien no se le circuncide la carne de
su prepucio, ese tal será borrado de entre los suyos por haber violado mi
alianza.
Gen 17:15 Dijo Dios a Abraham: «A Saray, tu mujer, no la llamarás más Saray,
sino que su nombre será Sara.
Gen 17:16 Yo la bendeciré, y de ella también te daré un hijo. La bendeciré,
y se convertirá en naciones; reyes de pueblos procederán de ella.»
Gen 17:17 Abraham cayó rostro en tierra y se echó a reír, diciendo en su
interior: ¿A un hombre de cien años va a nacerle un hijo?, ¿y Sara, a sus
noventa años, va a dar a luz?»
Gen 17:18 Y dijo Abraham a Dios: «¡Si al menos Ismael viviera en tu
presencia!»
Gen 17:19 Respondió Dios: «Sí, pero Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y
le pondrás por nombre Isaac. Yo estableceré mi alianza con él, una alianza
eterna, de ser el Dios suyo y el de su posteridad.
Gen 17:20 En cuanto a Ismael, también te he escuchado: «He aquí que le
bendigo, le hago fecundo y le haré crecer sobremanera. Doce príncipes
engendrará, y haré de él un gran pueblo.
Gen 17:21 Pero mi alianza la estableceré con Isaac, el que Sara te dará a
luz el año que viene por este tiempo.»
Gen 17:22 Y después de hablar con él, subió Dios dejando a Abraham.
Gen 17:23 Tomó entonces Abraham a su hijo Ismael, a todos los nacidos en su
casa y a todos los comprados con su dinero - a todos los varones de la casa
de Abraham - y aquel mismo día les circuncidó la carne del prepucio, como
Dios le había mandado.
Gen 17:24 Tenía Abraham 99 años cuando circuncidó la carne de su prepucio.
Gen 17:25 Ismael, su hijo, era de trece años cuando se le circuncidó la
carne de su prepucio.
Gen 17:26 El mismo día fueron circuncidados Abraham y su hijo Ismael.
Gen 17:27 Y todos los varones de su casa, los nacidos en su casa, y los
comprados a extraños por dinero, fueron circuncidados juntamente con él.
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Capítulo 18
18:1
Y APARECIÓLE
el Altísimo en el valle de Mamre, estando él sentado á la puerta de su tienda
en el calor del día.
18:2
Y alzó sus
ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto á él: y cuando los vió,
salió corriendo de la puerta de su tienda á recibirlos, é inclinóse hacia la
tierra,
18:3
Y dijo:
Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, ruégote que no pases de tu
siervo.
18:4
Que se traiga
ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol,
18:5
Y traeré un
bocado de pan, y sustentad vuestro corazón; después pasaréis: porque por eso
habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.
18:6
Entonces
Abraham fué de priesa á la tienda á Sara, y le dijo: Toma presto tres medidas
de flor de harina, amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo.
18:7
Y corrió
Abraham á las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y diólo al mozo, y dióse
éste priesa á aderezarlo.
18:8
Tomó también
manteca y leche, y el becerro que había aderezado, y púsolo delante de ellos; y
él estaba junto á ellos debajo del árbol; y comieron.
18:9
Y le dijeron:
¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda.
18:10
Entonces dijo:
De cierto volveré á ti según el tiempo de la vida, y he aquí, tendrá un hijo
Sara tu mujer. Y Sara escuchaba á la puerta de la tienda, que estaba detrás de
él.
18:11
Y Abraham y
Sara eran viejos, entrados en días: á Sara había cesado ya la costumbre de las
mujeres.
18:12
Rióse, pues,
Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo
también mi señor ya viejo?
18:13
Entonces el
Altísimo dijo á Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he
de parir siendo ya vieja?
18:14
¿Hay para
Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré á ti, según el tiempo de
la vida, y Sara tendrá un hijo.
18:15
Entonces Sara
negó diciendo: No me reí; porque tuve miedo. Y él dijo: No es así, sino que te
has reído.
18:16
Y los varones
se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma: y Abraham iba con ellos
acompañándolos.
18:17
Y el Altísimo
dijo: ¿Encubriré yo á Abraham lo que voy á hacer,
18:18
Habiendo de
ser Abraham en una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él
todas las gentes de la tierra?
18:19
Porque yo lo
he conocido, sé que mandará á sus hijos y á su casa después de sí, que guarden
el camino de el Altísimo, haciendo justicia y juicio, para que haga venir el
Altísimo sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.
18:20
Entonces el
Altísimo le dijo: Por cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra se aumenta más y
más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo,
18:21
Descenderé
ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí;
y si no, saberlo he.
18:22
Y apartáronse
de allí los varones, y fueron hacia Sodoma: mas Abraham estaba aún delante de
el Altísimo.
18:23
Y acercóse
Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?
18:24
Quizá hay cincuenta
justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por
cincuenta justos que estén dentro de él?
18:25
Lejos de ti
el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío y que sea el justo tratado
como el impío; nunca tal hagas. El juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo
que es justo?
18:26
Entonces
respondió el Altísimo: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la
ciudad, perdonaré á todo este lugar por amor de ellos.
18:27
Y Abraham
replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado á hablar á mi Señor, aunque soy
polvo y ceniza:
18:28
Quizá
faltarán de cincuenta justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la
ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.
18:29
Y volvió á
hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por
amor de los cuarenta.
18:30
Y dijo: No se
enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió:
No lo haré si hallare allí treinta.
18:31
Y dijo: He
aquí ahora que he emprendido el hablar á mi Señor: quizá se hallarán allí
veinte. No la destruiré, respondió, por amor de los veinte.
18:32
Y volvió á
decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se
hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor de los diez.
18:33
Y fuése el
Altísimo, luego que acabó de hablar á Abraham: y Abraham se volvió á su lugar.
Gen 18:1 Apareciósele Yahveh en la encina de
Mambré estando él sentado a la puerta de su tienda en lo más caluroso del
día.
Gen 18:2 Levantó los ojos y he aquí que había tres individuos parados a sur
vera. Como los vio acudió desde la puerta de la tienda a recibirlos, y se
postró en tierra,
Gen 18:3 y dijo: «Señor mío, si te he caído en gracia, ea, no pases de largo
cerca de tu servidor.
Gen 18:4 Ea, que traigan un poco de agua y lavaos los pies y recostaos bajo
este árbol,
Gen 18:5 que yo iré a traer un bocado de pan, y repondréis fuerzas. Luego
pasaréis adelante, que para eso habéis acertado a pasar a la vera de este
servidor vuestro.» Dijeron ellos: «Hazlo como has dicho.»
Gen 18:6 Abraham se dirigió presuroso a la tienda, a donde Sara, y le dijo:
«Apresta tres arrobas de harina de sémola, amasa y haz unas tortas.»
Gen 18:7 Abraham, por su parte, acudió a la vacada y apartó un becerro
tierno y hermoso, y se lo entregó al mozo, el cual se apresuró a aderezarlo.
Gen 18:8 Luego tomó cuajada y leche, junto con el becerro que había
aderezado, y se lo presentó, manteniéndose en pie delante de ellos bajo el
árbol. Así que hubieron comido
Gen 18:9 dijéronle: «¿Dónde está tu mujer Sara?» - «Ahí, en la tienda»,
contestó.
Gen 18:10 Dijo entonces aquél: «Volveré sin falta a ti pasado el tiempo de
un embarazo, y para entonces tu mujer Sara tendrá un hijo.» Sara lo estaba
oyendo a la entrada de la tienda, a sus espaldas.
Gen 18:11 Abraham y Sara eran viejos, entrados en años, y a Sara se le había
retirado la regla de las mujeres.
Gen 18:12 Así que Sara rió para sus adentros y dijo: «Ahora que estoy
pasada, ¿sentiré el placer, y además con mi marido viejo?».
Gen 18:13 Dijo Yahveh a Abraham. «¿Cómo así se ha reído Sara, diciendo:
"¡Seguro que voy a parir ahora de vieja!"?
Gen 18:14 ¿Es que hay nada milagroso para Yahveh? En el plazo fijado
volveré, al término de un embarazo, y Sara tendrá un hijo.»
Gen 18:15 Sara negó: «No me he reído», y es que tuvo miedo. Pero aquél dijo:
«No digas eso, que sí te has reído.»
Gen 18:16 Levantáronse de allí aquellos hombres y tomaron hacia Sodoma, y
Abraham les acompañaba de despedida.
Gen 18:17 Dijo entonces Yahveh: «¿Por ventura voy a ocultarle a Abraham lo
que hago,
Gen 18:18 siendo así que Abraham ha de ser un pueblo grande y poderoso, y se
bendecirán por él los pueblos todos de la tierra?
Gen 18:19 Porque yo le conozco y sé que mandará a sus hijos y a su
descendencia que guarden el camino de Yahveh, practicando la justicia y el
derecho, de modo que pueda concederle Yahveh a Abraham lo que le tiene
apalabrado.»
Gen 18:20 Dijo, pues, Yahveh: «El clamor de Sodoma y de Gomorra es grande; y
su pecado gravísimo.
Gen 18:21 Ea, voy a bajar personalmente, a ver si lo que han hecho responde
en todo al clamor que ha llegado hasta mí, y si no, he de saberlo.»
Gen 18:22 Y marcharon desde allí aquellos individuos camino de Sodoma, en
tanto que Abraham permanecía parado delante de Yahveh.
Gen 18:23 Abordóle Abraham y dijo: «¿Así que vas a borrar al justo con el
malvado?
Gen 18:24 Tal vez haya cincuenta justos en la ciudad. ¿Es que vas a
borrarlos, y no perdonarás a aquel lugar por los cincuenta justos que
hubiere dentro?
Gen 18:25 Tú no puedes hacer tal cosa: dejar morir al justo con el malvado,
y que corran parejas el uno con el otro. Tú no puedes. El juez de toda la
tierra ¿va a fallar una injusticia?»
Gen 18:26 Dijo Yahveh: «Si encuentro en Sodoma a cincuenta justos en la
ciudad perdonaré a todo el lugar por amor de aquéllos.
Gen 18:27 Replicó Abraham: «¡Mira que soy atrevido de interpelar a mi Señor,
yo que soy polvo y ceniza!
Gen 18:28 Supón que los cincuenta justos fallen por cinco. ¿Destruirías por
los cinco a toda la ciudad?» Dijo: «No la destruiré, si encuentro allí a
45.»
Gen 18:29 Insistió todavía: «Supón que se encuentran allí cuarenta.»
Respondió: «Tampoco lo haría, en atención de esos cuarenta.»
Gen 18:30 Insistió: «No se enfade mi Señor si le digo: "Tal vez se
encuentren allí treinta".» Respondió: «No lo haré si encuentro allí a esos
treinta.»
Gen 18:31 Díjole. «¡Cuidado que soy atrevido de interpelar a mi Señor! ¿Y si
se hallaren allí veinte?»
Gen 18:32 Respondió: Tampoco haría destrucción en gracia de los veinte.»
Insistió: «Vaya, no se enfade mi Señor, que ya sólo hablaré esta vez: "¿Y si
se encuentran allí diez?"» Dijo: «Tampoco haría destrucción, en gracia de
los diez.»
Gen 18:33 Partió Yahveh así que hubo acabado de conversar con Abraham, y
éste se volvió a su lugar.
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Capítulo 19
19:1
LLEGARON, pues,
los dos ángeles á Sodoma á la caída de la tarde: y Lot estaba sentado á la
puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, levantóse á recibirlos, é inclinóse hacia el
suelo;
19:2
Y dijo:
Ahora, pues, mis señores, os ruego que vengáis á casa de vuestro siervo y os
hospedéis, y lavaréis vuestros pies: y por la mañana os levantaréis, y
seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, que en la plaza nos
quedaremos esta noche.
19:3
Mas él porfió
con ellos mucho, y se vinieron con él, y entraron en su casa; é hízoles
banquete, y coció panes sin levadura y comieron.
19:4
Y antes que
se acostasen, cercaron la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma,
todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo;
19:5
Y llamaron á
Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron á ti esta noche?
sácanoslos, para que los conozcamos.
19:6
Entonces Lot
salió á ellos á la puerta, y cerró las puertas tras sí,
19:7
Y dijo: Os
ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.
19:8
He aquí ahora
yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré afuera, y haced de
ellas como bien os pareciere: solamente á estos varones no hagáis nada, pues
que vinieron á la sombra de mi tejado.
19:9
Y ellos
respondieron: Quita allá: y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un
extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que á ellos. Y
hacían gran violencia al varón, á Lot, y se acercaron para romper las puertas.
19:10
Entonces los
varones alargaron la mano, y metieron á Lot en casa con ellos, y cerraron las
puertas.
19:11
Y á los
hombres que estaban á la puerta de la casa desde el menor hasta el mayor,
hirieron con ceguera; mas ellos se fatigaban por hallar la puerta.
19:12
Y dijeron los
varones á Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo
lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar:
19:13
Porque vamos
á destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha subido de punto delante
de el Altísimo; por tanto el Altísimo nos ha enviado para destruirlo.
19:14
Entonces
salió Lot, y habló á sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo:
Levantaos, salid de este lugar; porque el Altísimo va á destruir esta ciudad.
Mas pareció á sus yernos como que se burlaba.
19:15
Y al rayar el
alba, los ángeles daban prisa á Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus
dos hijas que se hallan aquí, porque no perezcas en el castigo de la ciudad.
19:16
Y
deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer, y de
las manos de sus dos hijas según la misericordia de el Altísimo para con él; y
le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad.
19:17
Y fué que
cuando los hubo sacado fuera, dijo: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni
pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.
19:18
Y Lot les
dijo: No, yo os ruego, señores míos;
19:19
He aquí ahora
ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia que
has hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea
caso que me alcance el mal y muera.
19:20
He aquí ahora
esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; escaparé ahora allá,
(¿no es ella pequeña?) y vivirá mi alma.
19:21
Y le
respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la
ciudad de que has hablado.
19:22
Date priesa,
escápate allá; porque nada podré hacer hasta que allí hayas llegado. Por esto
fué llamado el nombre de la ciudad, Zoar.
19:23
El sol salía
sobre la tierra, cuando Lot llegó á Zoar.
19:24
Entonces
llovió el Altísimo sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de el
Altísimo desde los cielos;
19:25
Y destruyó
las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas
ciudades, y el fruto de la tierra.
19:26
Entonces la mujer
de Lot miró atrás, á espaldas de él, y se volvió estatua de sal.
19:27
Y subió
Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de el Altísimo:
19:28
Y miró hacia
Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que
el humo subía de la tierra como el humo de un horno.
19:29
Así fué que,
cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, acordóse Dios de Abraham, y
envió fuera á Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde
Lot estaba.
19:30
Empero Lot
subió de Zoar, y asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo
de quedar en Zoar, y se alojó en una cueva él y sus dos hijas.
19:31
Entonces la
mayor dijo á la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra
que entre á nosotras conforme á la costumbre de toda la tierra:
19:32
Ven, demos á
beber vino á nuestro padre, y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre
generación.
19:33
Y dieron á
beber vino á su padre aquella noche: y entró la mayor, y durmió con su padre;
mas él no sintió cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó.
19:34
El día
siguiente dijo la mayor á la menor: He aquí yo dormí la noche pasada con mi
padre; démosle á beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para
que conservemos de nuestro padre generación.
19:35
Y dieron á
beber vino á su padre también aquella noche: y levantóse la menor, y durmió con
él; pero no echó de ver cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó.
19:36
Y concibieron
las dos hijas de Lot, de su padre.
19:37
Y parió la
mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los Moabitas hasta
hoy.
19:38
La menor
también parió un hijo, y llamó su nombre Ben-ammí, el cual es padre de los
Ammonitas hasta hoy.
Gen 19:1 Los dos ángeles llegaron a Sodoma
por la tarde. Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se
levantó a su encuentro y postrándose rostro en tierra,
Gen 19:2 dijo: «Ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de este
servidor vuestro. Hacéis noche, os laváis los pies, y de madrugada seguiréis
vuestro camino.» Ellos dijeron: «No; haremos noche en la plaza.»
Gen 19:3 Pero tanto porfió con ellos, que al fin se hospedaron en su casa.
El les preparó una comida cociendo unos panes cenceños y comieron.
Gen 19:4 No bien se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los
sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin
excepción.
Gen 19:5 Llamaron a voces a Lot y le dijeron: «¿Dónde están los hombres que
han venido donde ti esta noche? Sácalos, para que abusemos de ellos.»
Gen 19:6 Lot salió donde ellos a la entrada, cerró la puerta detrás de sí,
Gen 19:7 y dijo: «Por favor, hermanos, no hagáis esta maldad.
Gen 19:8 Mirad, aquí tengo dos hijas que aún no han conocido varón. Os las
sacaré y haced con ellas como bien os parezca; pero a estos hombres no les
hagáis nada, que para eso han venido al amparo de mi techo.»
Gen 19:9 Mas ellos respondieron: «¡Quita allá! Uno que ha venido a
avencindarse, ¿va a meterse a juez? Ahora te trataremos a ti peor que a
ellos.» Y forcejearon con él, con Lot, de tal modo que estaban a punto de
romper la puerta.
Gen 19:10 Pero los hombres alargaron las manos, tiraron de Lot hacia sí,
adentro de la casa, cerraron la puerta,
Gen 19:11 y a los hombres que estaban a la entrada de la casa les dejaron
deslumbrados desde el chico hasta el grande, y mal se vieron para encontrar
la entrada.
Gen 19:12 Los hombres dijeron a Lot: «¿A quién más tienes aquí? Saca de este
lugar a tus hijos e hijas y a quienquiera que tengas en la ciudad,
Gen 19:13 porque vamos a destruir este lugar, que es grande el clamor de
ellos en la presencia de Yahveh, y Yahveh nos ha enviado a destruirlos.»
Gen 19:14 Salió Lot y habló con sus yernos, los prometidos de sus hijas:
«Levantaos, dijo, salid de este lugar, porque Yahveh va a destruir la
ciudad.» Pero sus yernos le tomaron a broma.
Gen 19:15 Al rayar el alba, los ángeles apremiaron a Lot diciendo:
«Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran aquí, no
vayas a ser barrido por la culpa de la ciudad.»
Gen 19:16 Y como él remoloneaba, los hombres le asieron de la mano lo mismo
que a su mujer y a sus dos hijas por compasión de Yahveh hacia él, y
sacándole le dejaron fuera de la ciudad.
Gen 19:17 Mientras los sacaban afuera, dijo uno: «¡Escápate, por vida tuya!
No mires atrás ni te pares en toda la redonda. Escapa al monte, no vayas a
ser barrido.»
Gen 19:18 Lot les dijo: «No, por favor, Señor mío.
Gen 19:19 Ya que este servidor tuyo te ha caído en gracia, y me has hecho el
gran favor de dejarme con vida, mira que no puedo escaparme al monte sin
riesgo de que me alcance el daño y la muerte.
Gen 19:20 Ahí cerquita está esa ciudad a donde huir. Es una pequeñez. ¡Ea,
voy a escaparme allá - ¿verdad que es una pequeñez? - y quedaré con vida!»
Gen 19:21 Díjole: «Bien, te concedo también eso de no arrasar la ciudad que
has dicho.
Gen 19:22 Listo, escápate allá, porque no puedo hacer nada hasta que no
entres allí.» Por eso se llamó aquella ciudad Soar.
Gen 19:23 El sol asomaba sobre el horizonte cuando Lot entraba en Soar.
Gen 19:24 Entonces Yahveh hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego
de parte de Yahveh.
Gen 19:25 Y arrasó aquellas ciudades, y toda la redonda con todos los
habitantes de las ciudades y la vegetación del suelo.
Gen 19:26 Su mujer miró hacia atrás y se volvió poste de sal.
Gen 19:27 Levantóse Abraham de madrugada y fue al lugar donde había estado
en presencia de Yahveh.
Gen 19:28 Dirigió la vista en dirección de Sodoma y Gomorra y de toda la
región de la redonda, miró, y he aquí que subía una humareda de la tierra
cual la de una fogata.
Gen 19:29 Así pues, cuando Dios destruyó las ciudades de la redonda, se
acordó de Abraham y puso a Lot a salvo de la catástrofe, cuando arrasó las
ciudades en que Lot habitaba.
Gen 19:30 Subió Lot desde Soar y se quedó a vivir en el monte con sus dos
hijas, temeroso de vivir en Soar. El y sus dos hijas se instalaron en una
cueva.
Gen 19:31 La mayor dijo a la pequeña: «Nuestro padre es viejo y no hay
ningún hombre en el país que se una a nosotras, como se hace en todo el
mundo.
Gen 19:32 Ven, vamos a propinarle vino a nuestro padre, nos acostaremos con
él y así engendraremos descendencia.»
Gen 19:33 En efecto, propinaron vino a su padre aquella misma noche, y entró
la mayor y se acostó con su padre, sin que él se enterase de cuándo ella se
acostó ni cuándo se levantó.
Gen 19:34 Al día siguiente dijo la mayor a la pequeña: «Mira, yo me he
acostado anoche con mi padre. Vamos a propinarle vino también esta noche, y
entras tú a acostarte con él, y así engendraremos de nuestro padre
descendencia.»
Gen 19:35 Propinaron, pues, también aquella noche vino a su padre, y
levantándose la pequeña se acostó con él, sin que él se enterase de cuándo
ella se acostó ni cuándo se levantó.
Gen 19:36 Las dos hijas de Lot quedaron encinta de su padre.
Gen 19:37 La mayor dio a luz un hijo, y le llamó Moab: es el padre de los
actuales moabitas.
Gen 19:38 La pequeña también dio a luz un hijo, y le llamó Ben Ammí: es el
padre de los actuales ammonitas.
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Capítulo 20
20:1
DE allí
partió Abraham á la tierra del Mediodía, y asentó entre Cades y Shur, y habitó
como forastero en Gerar.
20:2
Y dijo
Abraham de Sara su mujer: Mi hermana es. Y Abimelech, rey de Gerar, envió y
tomó á Sara.
20:3
Empero Dios
vino á Abimelech en sueños de noche, y le dijo: He aquí muerto eres á causa de
la mujer que has tomado, la cual es casada con marido.
20:4
Mas Abimelech
no había llegado á ella, y dijo: Señor, ¿matarás también la gente justa?
20:5
¿No me dijo
él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi
corazón, y con limpieza de mis manos he hecho esto.
20:6
Y díjole Dios
en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo
también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases.
20:7
Ahora, pues,
vuelve la mujer á su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si
tú no la volvieres, sabe que de cierto morirás, con todo lo que fuere tuyo.
20:8
Entonces
Abimelech se levantó de mañana, y llamó á todos sus siervos, y dijo todas estas
palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.
20:9
Después llamó
Abimelech á Abraham y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿y en qué pequé yo contra
ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan gran pecado? lo que no
debiste hacer has hecho conmigo.
20:10
Y dijo más
Abimelech á Abraham: ¿Qué viste para que hicieses esto?
20:11
Y Abraham
respondió: Porque dije para mí: Cierto no hay temor de Dios en este Lugar, y me
matarán por causa de mi mujer.
20:12
Y á la verdad
también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y toméla por
mujer.
20:13
Y fue que,
cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la
merced que tú me harás, que en todos los lugares donde llegáremos, digas de mí:
Mi hermano es.
20:14
Entonces
Abimelech tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y diólo á Abraham, y
devolvióle á Sara su mujer.
20:15
Y dijo
Abimelech: He aquí mi tierra está delante de ti, habita donde bien te
pareciere.
20:16
Y á Sara
dijo: He aquí he dado mil monedas de plata á tu hermano; mira que él te es por
velo de ojos para todos los que están contigo, y para con todos: así fué
reprendida.
20:17
Entonces
Abraham oró á Dios; y Dios sanó á Abimelech y á su mujer, y á sus siervas, y
parieron.
20:18
Porque había
del todo cerrado el Altísimo toda matriz de la casa de Abimelech, á causa de
Sara mujer de Abraham.
Gen 20:1 Trasladóse de allí Abraham al país
del Négueb, y se estableció entre Cadés y Sur. Habiéndose avecindado en
Guerar,
Gen 20:2 decía Abraham de su mujer Sara: «Es mi hermana.» Entonces el rey de
Guerar, Abimélek, envió por Sara y la tomó.
Gen 20:3 Pero vino Dios a Abimélek en un sueño nocturno y le dijo: «Date
muerto por esa mujer que has tomado, y que está casada.»
Gen 20:4 Abimélek, que no se había acercado a ella, dijo: «Señor, ¿es que
asesinas a la gente aunque sea honrada?
Gen 20:5 ¿No me dijo él a mí: "Es mi hermana", y ella misma dijo: "Es mi
hermano?" Con corazón íntegro y con manos limpias he procedido.»
Gen 20:6 Y le dijo Dios en el sueño: «Ya sé yo también que con corazón
íntegro has procedido, como que yo mismo te he estorbado de faltar contra
mí. Por eso no te he dejado tocarla.
Gen 20:7 Pero ahora devuelve la mujer a ese hombre, porque es un profeta; él
rogará por ti para que vivas. Pero si no la devuelves, sábete que morirás
sin remedio, tú y todos los tuyos.»
Gen 20:8 Levantóse Abimélek de mañana, llamó a todos sus siervos y les
refirió todas estas cosas; los hombres se asustaron mucho.
Gen 20:9 Luego llamó Abimélek a Abraham, y le dijo: «¿ Qué has hecho con
nosotros, o en qué te he faltado, para que trajeras sobre mí y mi reino una
falta tan grande? Lo que no se hace has hecho conmigo.»
Gen 20:10 Y dijo Abimélek a Abraham: «¿Qué te ha movido a hacer esto?»
Gen 20:11 Dijo Abraham: «Es que me dije: "Seguramente no hay temor de Dios
en este lugar, y van a asesinarme por mi mujer."
Gen 20:12 Pero es que, además, es cierto que es hermana mía, hija de mi
padre aunque no de mi madre, y vino a ser mi mujer.
Gen 20:13 Y desde que Dios me hizo vagar lejos de mi familia, le dije a
ella: Vas a hacerme este favor: a dondequiera que lleguemos, dices de mí: Es
mi hermano.»
Gen 20:14 Tomó Abimélek ovejas y vacas, siervos y esclavas, se los dio a
Abraham, y le devolvió su mujer Sara.
Gen 20:15 Y dijo Abimélek: «Ahí tienes mi país por delante: quédate donde se
te antoje.»
Gen 20:16 A Sara le dijo: «Mira, he dado a tu hermano mil monedas de plata,
que serán para ti y para los que están contigo como venda en los ojos, y de
todo esto serás justificada.»
Gen 20:17 Abraham rogó a Dios, y Dios curó a Abimélek, a su mujer, y a sus
concubinas, que tuvieron hijos;
Gen 20:18 pues Yahveh había cerrado absolutamente toda matriz de casa de
Abimélek, por lo de Sara, la mujer de Abraham.
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Capítulo 21
21:1
Y VISITÓ el
Altísimo á Sara, como había dicho, é hizo el Altísimo con Sara como había
hablado.
21:2
Y concibió y
parió Sara á Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.
21:3
Y llamó
Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le parió Sara, Isaac.
21:4
Y circuncidó
Abraham á su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado.
21:5
Y era Abraham
de cien años, cuando le nació Isaac su hijo.
21:6
Entonces dijo
Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.
21:7
Y añadió:
¿Quién dijera á Abraham que Sara había de dar de mamar á hijos? pues que le he
parido un hijo á su vejez.
21:8
Y creció el
niño, y fué destetado; é hizo Abraham gran banquete el día que fué destetado
Isaac.
21:9
Y vió Sara al
hijo de Agar la Egipcia, el cual había ésta parido á Abraham, que se burlaba.
21:10
Por tanto
dijo á Abraham: Echa á esta sierva y á su hijo; que el hijo de esta sierva no
ha de heredar con mi hijo, con Isaac.
21:11
Este dicho
pareció grave en gran manera á Abraham á causa de su hijo.
21:12
Entonces dijo
Dios á Abraham: No te parezca grave á causa del muchacho y de tu sierva; en
todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada
descendencia.
21:13
Y también al
hijo de la sierva pondré en gente, porque es tu simiente.
21:14
Entonces
Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y diólo á
Agar, poniéndolo sobre su hombro, y entrególe el muchacho, y despidióla. Y ella
partió, y andaba errante por el desierto de Beer-seba.
21:15
Y faltó el
agua del odre, y echó al muchacho debajo de un árbol;
21:16
Y fuése y
sentóse enfrente, alejándose como un tiro de arco; porque decía: No veré cuando
el muchacho morirá: y sentóse enfrente, y alzó su voz y lloró.
21:17
Y oyó Dios la
voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó á Agar desde el cielo, y le dijo:
¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde
está.
21:18
Levántate, alza
al muchacho, y ásele de tu mano, porque en gran gente lo tengo de poner.
21:19
Entonces
abrió Dios sus ojos, y vió una fuente de agua; y fué, y llenó el odre de agua,
y dió de beber al muchacho.
21:20
Y fué Dios
con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fué tirador de arco.
21:21
Y habitó en
el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto.
21:22
Y aconteció
en aquel mismo tiempo que habló Abimelech, y Phicol, príncipe de su ejército, á
Abraham diciendo: Dios es contigo en todo cuanto haces.
21:23
Ahora pues,
júrame aquí por Dios, que no faltarás á mí, ni á mi hijo, ni á mi nieto; sino
que conforme á la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo y con la tierra
donde has peregrinado.
21:24
Y respondió
Abraham: Yo juraré.
21:25
Y Abraham
reconvino á Abimelech á causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelech
le habían quitado.
21:26
Y respondió
Abimelech: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni
yo lo he oído hasta hoy.
21:27
Y tomó
Abraham ovejas y vacas, y dió á Abimelech; é hicieron ambos alianza.
21:28
Y puso
Abraham siete corderas del rebaño aparte.
21:29
Y dijo
Abimelech á Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte?
21:30
Y él respondió:
Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sean en testimonio de
que yo cavé este pozo.
21:31
Por esto
llamó á aquel lugar Beer-seba; porque allí juraron ambos.
21:32
Así hicieron
alianza en Beer-seba: y levantóse Abimelech y Phicol, príncipe de su ejército,
y se volvieron á tierra de los Filisteos.
21:33
Y plantó
Abraham un bosque en Beer-seba, é invocó allí el nombre de el Altísimo Dios
eterno.
21:34
Y moró
Abraham en tierra de los Filisteos muchos días.
Gen 21:1 Yahveh visitó a Sara como lo había
dicho, e hizo Yahveh por Sara lo que había prometido.
Gen 21:2 Concibió Sara y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el plazo
predicho por Dios.
Gen 21:3 Abraham puso al hijo que le había nacido y que le trajo Sara el
nombre de Isaac.
Gen 21:4 Abraham circuncidó a su hijo Isaac a los ocho días, como se lo
había mandado Dios.
Gen 21:5 Abraham era de cien años cuando le nació su hijo Isaac.
Gen 21:6 Y dijo Sara: «Dios me ha dado de qué reír; todo el que lo oiga se
reirá conmigo.»
Gen 21:7 Y añadió: «¿Quién le habría dicho a Abraham que Sara amamantaría
hijos?; pues bien, yo le he dado un hijo en su vejez.»
Gen 21:8 Creció el niño y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el
día que destetaron a Isaac.
Gen 21:9 Vio Sara al hijo que Agar la egipcia había dado a Abraham jugando
con su hijo Isaac,
Gen 21:10 dijo a Abraham: «Despide a esa criada y a su hijo, pues no va a
heredar el hijo de esa criada juntamente con mi hijo, con Isaac.»
Gen 21:11 Sintiólo muy mucho Abraham, por tratarse de su hijo,
Gen 21:12 pero Dios dijo a Abraham: «No lo sientas ni por el chico ni por tu
criada. En todo lo que te dice Sara, hazle caso; pues aunque por Isaac
llevará tu nombre una descendencia,
Gen 21:13 también del hijo de la criada haré una gran nación, por ser
descendiente tuyo.»
Gen 21:14 Levantóse, pues, Abraham de mañana, tomó pan y un odre de agua, y
se lo dio a Agar, le puso al hombro el niño y la despidió. Ella se fue y
anduvo por el desierto de Berseba.
Gen 21:15 Como llegase a faltar el agua del odre, echó al niño bajo una
mata,
Gen 21:16 y ella misma fue a sentarse enfrente, a distancia como de un tiro
de arco, pues decía: «No quiero ver morir al niño.» Sentada, pues, enfrente,
se puso a llorar a gritos.
Gen 21:17 Oyó Dios la voz del chico, y el Ángel de Dios llamó a Agar desde
los cielos y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído la
voz del chico en donde está.
Gen 21:18 ¡Arriba!, levanta al chico y tenle de la mano, porque he de
convertirle en una gran nación.»
Gen 21:19 Entonces abrió Dios los ojos de ella, y vio un pozo de agua. Fue,
llenó el odre de agua y dio de beber al chico.
Gen 21:20 Dios asistió al chico, que se hizo mayor y vivía en el desierto, y
llegó a ser gran arquero.
Gen 21:21 Vivía en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una mujer
del país de Egipto.
Gen 21:22 Sucedió por aquel tiempo que Abimélek, junto con Pikol, capitán de
su tropa, dijo a Abraham: «Dios está contigo en todo lo que haces.
Gen 21:23 Ahora, pues, júrame por Dios aquí mismo sin mentir, y tanto a mí
como a mis hijos y a mis nietos, que la misma benevolencia que he tenido
para contigo, la tendrás tú para conmigo y con el país donde te hemos
recibido como huésped.»
Gen 21:24 Abraham dijo: «Lo juro».
Gen 21:25 Entonces Abraham se quejó a Abimélek con motivo de un pozo que
habían usurpado los súbditos de Abimélek.
Gen 21:26 Y dijo Abimélek: «No sé quién ha hecho eso. Ni tú me lo habías
notificado, ni yo había oído nada hasta hoy.»
Gen 21:27 Abraham tomó unas ovejas y vacas, se las dio a Abimélek, e
hicieron los dos un pacto.
Gen 21:28 Abraham puso siete corderas aparte.
Gen 21:29 Dijo Abimélek a Abraham: «¿Para qué son esas siete corderas que
has apartado?»
Gen 21:30 Dijo: «Estas siete corderas las vas a aceptar de mi mano, para que
me sirvan de testimonio de que yo he excavado este pozo.»
Gen 21:31 Por eso se llamó a aquel lugar Berseba, porque allí juraron ambos.
Gen 21:32 Hicieron, pues, el pacto en Berseba; luego, levantándose Abimélek
y Pikol, capitán de su tropa, se volvieron al país de los filisteos.
Gen 21:33 Abraham plantó un tamarisco en Berseba en invocó allí el nombre de
Yahveh, Dios eterno. Abraham estuvo residiendo en el país de los filisteos
muchos años.
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Capítulo 22
22:1
Y ACONTECIÓ
después de estas cosas, que tentó Dios á Abraham, y le dijo: Abraham. Y él
respondió: Heme aquí.
22:2
Y dijo: Toma
ahora tu hijo, tu único, Isaac, á quien amas, y vete á tierra de Moriah, y
ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
22:3
Y Abraham se
levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos mozos suyos, y á
Isaac su hijo: y cortó leña para el holocausto, y levantóse, y fué al lugar que
Dios le dijo.
22:4
Al tercer día
alzó Abraham sus ojos, y vió el lugar de lejos.
22:5
Entonces dijo
Abraham á sus mozos: Esperaos aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta
allí, y adoraremos, y volveremos á vosotros.
22:6
Y tomó
Abraham la leña del holocausto, y púsola sobre Isaac su hijo: y él tomó en su
mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos.
22:7
Entonces
habló Isaac á Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí,
mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para
el holocausto?
22:8
Y respondió
Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban
juntos.
22:9
Y como
llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y
compuso la leña, y ató á Isaac su hijo, y púsole en el altar sobre la leña.
22:10
Y extendió
Abraham su mano, y tomó el cuchillo, para degollar á su hijo.
22:11
Entonces el
ángel de el Altísimo le dió voces del cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él
respondió: Heme aquí.
22:12
Y dijo: No
extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que ya conozco que temes
á Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único;
22:13
Entonces alzó
Abraham sus ojos, y miró, y he aquí un carnero á sus espaldas trabado en un zarzal
por sus cuernos: y fué Abraham, y tomó el carnero, y ofrecióle en holocausto en
lugar de su hijo.
22:14
Y llamó
Abraham el nombre de aquel lugar, el Altísimo proveerá. Por tanto se dice hoy:
En el monte de el Altísimo será provisto.
22:15
Y llamó el ángel
de el Altísimo á Abraham segunda vez desde el cielo,
22:16
Y dijo: Por
mí mismo he jurado, dice el Altísimo, que por cuanto has hecho esto, y no me
has rehusado tu hijo, tu único;
22:17
Bendiciendo
te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del
cielo, y como la arena que está á la orilla del mar; y tu simiente poseerá las
puertas de sus enemigos:
22:18
En tu
simiente serán benditas todas las gentes de la tierra, por cuanto obedeciste á
mi voz.
22:19
Y tornóse
Abraham á sus mozos, y levantáronse y se fueron juntos á Beer-seba; y habitó
Abraham en Beer-seba.
22:20
Y aconteció
después de estas cosas, que fué dada nueva á Abraham, diciendo: He aquí que
también Milca ha parido hijos á Nachôr tu hermano:
22:21
A Huz su primogénito,
y á Buz su hermano, y á Kemuel padre de Aram.
22:22
Y á Chêsed, y
á Hazo, y á Pildas, y á Jidlaph, y á Bethuel.
22:23
Y Bethuel
engendró á Rebeca. Estos ocho parió Milca á Nachôr, hermano de Abraham.
22:24
Y su
concubina, que se llamaba Reúma, parió también á Teba, y á Gaham, y á Taas, y á
Maachâ.
Gen 22:1 Después de estas cosas sucedió que
Dios tentó a Abraham y le dijo: «¡Abraham, Abraham!» El respondió: «Heme
aquí.»
Gen 22:2 Díjole: «Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a Isaac, vete al
país de Moria y ofrécele allí en holocausto en uno de los montes, el que yo
te diga.»
Gen 22:3 Levantóse, pues, Abraham de madrugada, aparejó su asno y tomó
consigo a dos mozos y a su hijo Isaac. Partió la leña del holocausto y se
puso en marcha hacia el lugar que le había dicho Dios.
Gen 22:4 Al tercer día levantó Abraham los ojos y vio el lugar desde lejos.
Gen 22:5 Entonces dijo Abraham a sus mozos: «Quedaos aquí con el asno. Yo y
el muchacho iremos hasta allí, haremos adoración y volveremos donde
vosotros.»
Gen 22:6 Tomó Abraham la leña del holocausto, la cargó sobre su hijo Isaac,
tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos.
Gen 22:7 Dijo Isaac a su padre Abraham: «¡Padre!» Respondió: «¿qué hay,
hijo?» - «Aquí está el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el
holocausto?»
Gen 22:8 Dijo Abraham: «Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo
mío.» Y siguieron andando los dos juntos.
Gen 22:9 Llegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abraham
el altar, y dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el
ara, encima de la leña.
Gen 22:10 Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
Gen 22:11 Entonces le llamó el Ángel de Yahveh desde los cielos diciendo:
¡Abraham, Abraham!» El dijo: «Heme aquí.»
Gen 22:12 Dijo el Ángel: «No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas
nada, que ahora ya sé que tú eres temeroso de Dios, ya que no me has negado
tu hijo, tu único.»
Gen 22:13 Levantó Abraham los ojos, miró y vio un carnero trabado en un
zarzal por los cuernos. Fue Abraham, tomó el carnero, y lo sacrificó en
holocausto en lugar de su hijo.
Gen 22:14 Abraham llamó a aquel lugar «Yahveh provee», de donde se dice hoy
en día: «En el monte "Yahveh provee"»
Gen 22:15 El Ángel de Yahveh llamó a Abraham por segunda vez desde los
cielos,
Gen 22:16 y dijo: «Por mí mismo juro, oráculo de Yahveh, que por haber hecho
esto, por no haberme negado tu hijo, tu único,
Gen 22:17 yo te colmaré de bendiciones y acrecentaré muchísimo tu
descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y
se adueñará tu descendencia de la puerta de sus enemigos.
Gen 22:18 Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra,
en pago de haber obedecido tú mi voz.»
Gen 22:19 Volvió Abraham al lado de sus mozos, y emprendieron la marcha
juntos hacia Berseba. Y Abraham se quedó en Berseba.
Gen 22:20 Después de estas cosas, se anunció a Abraham: «También Milká ha
dado hijos a tu hermano Najor:
Gen 22:21 Us, su primogénito; Buz, hermano del anterior, y Quemel, padre de
Aram,
Gen 22:22 Késed, Jazó, Pildás, Yidlaf y Betuel.»
Gen 22:23 (Betuel engendró a Rebeca.) Estos ocho le dio Milká a Najor,
hermano de Abraham.
Gen 22:24 Su concubina, llamada Reumá, también dio a luz a Tébaj, Gájam,
Tájas, y Maaká.
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Capítulo 23
23:1
Y FUÉ la vida
de Sara ciento veintisiete años: tantos fueron los años de la vida de Sara.
23:2
Y murió Sara
en Kiriath-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán: y vino Abraham á hacer
el duelo á Sara y á llorarla.
23:3
Y levantóse
Abraham de delante de su muerto, y habló á los hijos de Heth, diciendo:
23:4
Peregrino y
advenedizo soy entre vosotros; dadme heredad de sepultura con vosotros, y
sepultaré mi muerto de delante de mí.
23:5
Y
respondieron los hijos de Heth á Abraham, y dijéronle:
23:6
Oyenos, señor
mío, eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestras
sepulturas sepulta á tu muerto; ninguno de nosotros te impedirá su sepultura,
para que entierres tu muerto.
23:7
Y Abraham se
levantó, é inclinóse al pueblo de aquella tierra, á los hijos de Heth;
23:8
Y habló con
ellos, diciendo: Si tenéis voluntad que yo sepulte mi muerto de delante de mí, oidme,
é interceded por mí con Ephrón, hijo de Zohar,
23:9
Para que me
dé la cueva de Macpela, que tiene al cabo de su heredad: que por su justo
precio me la dé, para posesión de sepultura en medio de vosotros.
23:10
Este Ephrón
hallábase entre los hijos de Heth: y respondió Ephrón Hetheo á Abraham, en
oídos de los hijos de Heth, de todos los que entraban por la puerta de su
ciudad, diciendo:
23:11
No, señor
mío, óyeme: te doy la heredad, y te doy también la cueva que está en ella;
delante de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta tu muerto.
23:12
Y Abraham se
inclinó delante del pueblo de la tierra.
23:13
Y respondió á
Ephrón en oídos del pueblo de la tierra, diciendo: Antes, si te place, ruégote
que me oigas; yo daré el precio de la heredad, tómalo de mí, y sepultaré en
ella mi muerto.
23:14
Y respondió
Ephrón á Abraham, diciéndole:
23:15
Señor mío,
escúchame: la tierra vale cuatrocientos siclos de plata: ¿qué es esto entre mí
y ti? entierra pues tu muerto.
23:16
Entonces
Abraham se convino con Ephrón, y pesó Abraham á Ephrón el dinero que dijo,
oyéndolo los hijos de Heth, cuatrocientos siclos de plata, de buena ley entre
mercaderes.
23:17
Y quedó la
heredad de Ephrón que estaba en Macpela enfrente de Mamre, la heredad y la
cueva que estaba en ella, y todos los árboles que había en la heredad, y en
todo su término al derredor,
midrash significado Makpela -
23:18
Por de
Abraham en posesión, á vista de los hijos de Heth, y de todos los que entraban
por la puerta de la ciudad.
23:19
Y después de
esto sepultó Abraham á Sara su mujer en la cueva de la heredad de Macpela
enfrente de Mamre, que es Hebrón en la tierra de Canaán.
23:20
Y quedó la heredad
y la cueva que en ella había, por de Abraham, en posesión de sepultura
adquirida de los hijos de Heth.
Gen 23:1 Sara vivió 127 años.
Gen 23:2 Murió Sara en Quiryat Arbá - que es Hebrón - en el país de Canaán,
y Abraham hizo duelo por Sara y la lloró.
Gen 23:3 Luego se levantó Abraham de delante de la muerta, y habló a los
hijos de Het en estos términos:
Gen 23:4 «Yo soy un simple forastero que reside entre vosotros. Dadme una
propiedad sepulcral entre vosotros, para retirar y sepultar a mi muerta.»
Gen 23:5 Respondieron los hijos de Het a Abraham diciéndole:
Gen 23:6 «A ver si nos entendemos, señor; tú eres un príncipe divino entre
nosotros. En el mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta. Ninguno de
nosotros te negará su sepulcro, para que entierres a tu muerta.»
Gen 23:7 Levantóse Abraham, e hizo una reverencia a los paisanos, a los
hijos de Het,
Gen 23:8 y les habló en estos términos: «Si estáis de acuerdo con que yo
retire y sepulte a mi muerta, escuchadme e interceded por mí ante Efrón,
hijo de Sójar,
Gen 23:9 para que me dé la cueva de la Makpelá que es suya y que está al
borde de su finca. Que me la dé por lo que valga en propiedad sepulcral
entre vosotros.»
Gen 23:10 Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Respondió, pues,
Efrón el hitita a Abraham, a oídas de los hijos de Het y de todos los que
entraban por la puerta de la ciudad diciendo:
Gen 23:11 «No, señor, escúchame: te doy la finca y te doy también la cueva
que hay en ella. A la vista de los hijos de mi pueblo te la doy: sepulta a
tu muerta.»
Gen 23:12 Abraham hizo una reverencia a los paisanos,
Gen 23:13 y se dirigió a Efrón, a oídas de los paisanos, diciendo: «A ver si
nos entendemos. Te doy el precio de la finca acéptamelo y enterraré allí a
mi muerta.»
Gen 23:14 Respondió Efrón a Abraham:
Gen 23:15 «Señor mío, escúchame: Cuatrocientos siclos de plata por un
terreno, ¿qué nos suponen a ti y a mí? Sepulta a tu muerta.»
Gen 23:16 Abraham accedió y pesó a Efrón la plata que éste había pedido a
oídas de los hijos de Het: cuatrocientos siclos de plata corriente de
mercader.
Gen 23:17 Así fue cómo la finca de Efrón que está en la Makpelá, frente a
Mambré, la finca y la cueva que hay en ella y todos los árboles que rodean
la finca por todos sus lindes, todo ello vino a ser
Gen 23:18 propiedad de Abraham, a la vista de los hijos de Het, y todos los
que entraban por la puerta de la ciudad.
Gen 23:19 Después Abraham sepultó a su mujer Sara en la cueva del campo de
la Makpelá frente a Mambré (es Hebrón), en Canaán.
Gen 23:20 Así aquel campo y la cueva que hay en él llegaron a ser de Abraham
como propiedad sepulcral, recibida de los hijos de Het.
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Capítulo 24
24:1
Y ABRAHAM era
viejo, y bien entrado en días; y el Altísimo había bendecido á Abraham en todo.
24:2
Y dijo
Abraham á un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en
todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,
24:3
Y te
juramentaré por el Altísimo, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no has
de tomar mujer para mi hijo de las hijas de los Cananeos, entre los cuales yo
habito;
24:4
Sino que irás
á mi tierra y á mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.
24:5
Y el criado
le respondió: Quizá la mujer no querrá venir en pos de mí á esta tierra:
¿volveré, pues, tu hijo á la tierra de donde saliste?
24:6
Y Abraham le
dijo: Guárdate que no vuelvas á mi hijo allá.
24:7
el Altísimo,
Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi
parentela, y me habló y me juró, diciendo: A tu simiente daré esta tierra; él
enviará su ángel delante de ti, y tú tomarás de allá mujer para mi hijo.
24:8
Y si la mujer
no quisiere venir en pos de ti, serás libre de este mi juramento; solamente que
no vuelvas allá á mi hijo.
24:9
Entonces el criado
puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y juróle sobre este negocio.
24:10
Y el criado
tomó diez camellos de los camellos de su señor, y fuése, pues tenía á su
disposición todos los bienes de su señor: y puesto en camino, llegó á Mesopotamia,
á la ciudad de Nachôr.
24:11
E hizo
arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto á un pozo de agua, á la hora
de la tarde, á la hora en que salen las mozas por agua.
24:12
Y dijo: el Altísimo,
Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz
misericordia con mi señor Abraham.
24:13
He aquí yo
estoy junto á la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad
salen por agua:
24:14
Sea, pues,
que la moza á quien yo dijere: Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba; y
ella respondiere: Bebe, y también daré de beber á tus camellos: que sea ésta la
que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho
misericordia con mi señor.
24:15
Y aconteció
que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido á Bethuel,
hijo de Milca, mujer de Nachôr hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro
sobre su hombro.
24:16
Y la moza era
de muy hermoso aspecto, virgen, á la que varón no había conocido; la cual
descendió á la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía.
24:17
Entonces el
criado corrió hacia ella, y dijo: Ruégote que me des á beber un poco de agua de
tu cántaro.
24:18
Y ella
respondió: Bebe, señor mío: y dióse prisa á bajar su cántaro sobre su mano, y
le dió á beber.
24:19
Y cuando
acabó de darle á beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que
acaben de beber.
24:20
Y dióse
prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar
agua, y sacó para todos sus camellos.
24:21
Y el hombre
estaba maravillado de ella, callando, para saber si el Altísimo había
prosperado ó no su viaje.
24:22
Y fué que
como los camellos acabaron de beber, presentóle el hombre un pendiente de oro
que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez:
24:23
Y dijo: ¿De
quién eres hija? Ruégote me digas, ¿hay lugar en casa de tu padre donde
posemos?
24:24
Y ella
respondió: Soy hija de Bethuel, hijo de Milca, el cual parió ella á Nachôr.
24:25
Y añadió:
También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar.
24:26
El hombre
entonces se inclinó, y adoró á el Altísimo.
24:27
Y dijo:
Bendito sea el Altísimo, Dios de mi amo Abraham, que no apartó su misericordia
y su verdad de mi amo, guiándome el Altísimo en el camino á casa de los
hermanos de mi amo.
24:28
Y la moza
corrió, é hizo saber en casa de su madre estas cosas.
24:29
Y Rebeca
tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera al hombre, á la
fuente;
24:30
Y fué que
como vió el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía,
Así me habló aquel hombre; vino á él: y he aquí que estaba junto á los camellos
á la fuente.
24:31
Y díjole:
Ven, bendito de el Altísimo; ¿por qué estás fuera? yo he limpiado la casa, y el
lugar para los camellos.
24:32
Entonces el
hombre vino á casa, y Labán desató los camellos; y dióles paja y forraje, y
agua para lavar los piés de él, y los piés de los hombres que con él venían.
24:33
Y pusiéronle
delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él
le dijo: Habla.
24:34
Entonces
dijo: Yo soy criado de Abraham;
24:35
Y el Altísimo
ha bendecido mucho á mi amo, y él se ha engrandecido: y le ha dado ovejas y
vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
24:36
Y Sara, mujer
de mi amo, parió en su vejez un hijo á mi señor, quien le ha dado todo cuanto
tiene.
24:37
Y mi amo me
hizo jurar, diciendo: No tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los
Cananeos, en cuya tierra habito;
24:38
Sino que irás
á la casa de mi padre, y á mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo.
24:39
Y yo dije:
Quizás la mujer no querrá seguirme.
24:40
Entonces él
me respondió: el Altísimo, en cuya presencia he andado, enviará su ángel
contigo, y prosperará tu camino; y tomarás mujer para mi hijo de mi linaje y de
la casa de mi padre:
24:41
Entonces
serás libre de mi juramento, cuando hubieres llegado á mi linaje; y si no te la
dieren, serás libre de mi juramento.
24:42
Llegué, pues,
hoy á la fuente, y dije: el Altísimo, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas
ahora mi camino por el cual ando;
24:43
He aquí yo
estoy junto á la fuente de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por
agua, á la cual dijere: Dame á beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro;
24:44
Y ella me
respondiere, Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua: ésta sea la
mujer que destinó el Altísimo para el hijo de mi señor.
24:45
Y antes que
acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre
su hombro; y descendió á la fuente, y sacó agua; y le dije: Ruégote que me des
á beber.
24:46
Y prestamente
bajó su cántaro de encima de sí, y dijo: Bebe, y también á tus camellos daré á
beber. Y bebí, y dió también de beber á mis camellos.
24:47
Entonces preguntéle,
y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Bethuel, hijo de Nachôr,
que le parió Milca. Entonces púsele un pendiente sobre su nariz, y brazaletes
sobre sus manos:
24:48
E inclinéme,
y adoré á el Altísimo, y bendije á el Altísimo, Dios de mi señor Abraham, que
me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor
para su hijo.
24:49
Ahora pues,
si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo;
y echaré á la diestra ó á la siniestra.
24:50
Entonces
Labán y Bethuel respondieron y dijeron: De el Altísimo ha salido esto; no
podemos hablarte malo ni bueno.
24:51
He ahí Rebeca
delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha
dicho el Altísimo.
24:52
Y fué, que
como el criado de Abraham oyó sus palabras, inclinóse á tierra á el Altísimo.
24:53
Y sacó el
criado vasos de plata y vasos de oro y vestidos, y dió á Rebeca: también dió
cosas preciosas á su hermano y á su madre.
24:54
Y comieron y
bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de
mañana, dijo: Enviadme á mi señor.
24:55
Entonces
respondió su hermano y su madre: Espere la moza con nosotros á lo menos diez
días, y después irá.
24:56
Y él les
dijo: No me detengáis, pues que el Altísimo ha prosperado mi camino;
despachadme para que me vaya á mi señor.
24:57
Ellos
respondieron entonces: Llamemos la moza y preguntémosle.
24:58
Y llamaron á
Rebeca, y dijéronle: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré.
24:59
Entonces
dejaron ir á Rebeca su hermana, y á su nodriza, y al criado de Abraham y á sus
hombres.
24:60
Y bendijeron
á Rebeca, y dijéronle: Nuestra hermana eres; seas en millares de millares, y tu
generación posea la puerta de sus enemigos.
24:61
Levantóse
entonces Rebeca y sus mozas, y subieron sobre los camellos, y siguieron al
hombre; y el criado tomó á Rebeca, y fuése.
24:62
Y venía Isaac
del pozo del Viviente que me ve; porque él habitaba en la tierra del Mediodía;
24:63
Y había
salido Isaac á orar al campo, á la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y
he aquí los camellos que venían.
24:64
Rebeca
también alzó sus ojos, y vió á Isaac, y descendió del camello;
24:65
Porque había
preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia
nosotros? Y el siervo había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el
velo, y cubrióse.
24:66
Entonces el
criado contó á Isaac todo lo que había hecho.
24:67
E introdújola
Isaac á la tienda de su madre Sara, y tomó á Rebeca por mujer; y amóla: y
consolóse Isaac después de la muerte de su madre.
Gen 24:1 Abraham era ya un viejo entrado en
años, y Yahveh había bendecido a Abraham en todo.
Gen 24:2 Abraham dijo al siervo más viejo de su casa y mayordomo de todas
sus cosas: «Ea, pon tu mano debajo de mi muslo,
Gen 24:3 que voy a juramentarte por Yahveh, Dios de los cielos y Dios de la
tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos
con los que vivo;
Gen 24:4 sino que irás a mi tierra y a mi patria a tomar mujer para mi hijo
Isaac.»
Gen 24:5 Díjole el siervo: «Tal vez no quiera la mujer seguirme a este país.
¿Debo en tal caso volver y llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?»
Gen 24:6 Díjole Abraham: «Guárdate de llevar allá a mi hijo.
Gen 24:7 Yahveh, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que me tomó de mi
casa paterna y de mi patria, y que me habló y me juró, diciendo: "A tu
descendencia daré esta tierra", él enviará su Ángel delante de ti, y tomarás
de allí mujer para mi hijo.
Gen 24:8 Si la mujer no quisiere seguirte, no responderás de este juramento
que te tomo. En todo caso, no lleves allá a mi hijo.»
Gen 24:9 El siervo puso su mano debajo del muslo de su señor Abraham y le
prestó juramento según lo hablado.
Gen 24:10 Tomó el siervo diez camellos de los de su señor y de las cosas
mejores de su señor y se puso en marcha hacia Aram Naharáyim, hacia la
ciudad de Najor.
Gen 24:11 Hizo arrodillar al los camellos fuera de la ciudad junto al pozo,
al atardecer, a la hora de salir las aguadoras,
Gen 24:12 y dijo: «Yahveh, Dios de mi señor Abraham: dame suerte hoy, y haz
favor a mi señor Abraham.
Gen 24:13 Voy a quedarme parado junto a la fuente, mientras las hijas de los
ciudadanos salen a sacar agua.
Gen 24:14 Ahora bien, la muchacha a quien yo diga "Inclina, por favor, tu
cántaro para que yo beba", y ella responda: "Bebe, y también voy a abrevar
tus camellos", ésa sea la que tienes designada para tu siervo Isaac, y por
ello conoceré que haces favor a mi señor.»
Gen 24:15 Apenas había acabado de hablar, cuando he aquí que salía Rebeca,
hija de Betuel, el hijo de Milká, la mujer de Najor, hermano de Abraham, con
su cántaro al hombro.
Gen 24:16 La joven era de muy buen ver, virgen, que no había conocido varón.
Bajó a la fuente, llenó su cántaro y subió.
Gen 24:17 El siervo corrió a su encuentro y dijo: «Dame un poco de agua de
tu cántaro.»
Gen 24:18 «Bebe, señor», dijo ella, y bajando en seguida el cántaro sobre su
brazo, le dio de beber.
Gen 24:19 Y en acabando de darle, dijo: «También para tus camellos voy a
sacar, hasta que se hayan saciado.»
Gen 24:20 Y apresuradamente vació su cántaro en el abrevadero y corriendo
otra vez al pozo sacó agua para todos los camellos.
Gen 24:21 El hombre la contemplaba callando para saber si Yahveh había dado
éxito o no a su misión.
Gen 24:22 En cuanto los camellos acabaron de beber, tomó el hombre un anillo
de oro de medio siclo de peso, que colocó en la nariz de la joven, y un par
de brazaletes de diez siclos de oro en sus brazos,
Gen 24:23 y dijo: «¿De quién eres hija? Dime: ¿hay en casa de tu padre sitio
para hacer noche?»
Gen 24:24 Ella le dijo: «Soy hija de Betuel, el hijo que Milká dio a Najor.»
Gen 24:25 Y agregó: «También tenemos paja y forraje en abundancia, y sitio
para pasar la noche.»
Gen 24:26 Entonces se postró el hombre y adoró a Yahveh,
Gen 24:27 diciendo: «Bendito sea Yahveh, el Dios de mi señor Abraham, que no
ha retirado su favor y su lealtad para con mi señor. Yahveh me ha traído a
parar a casa del hermano de mi señor.»
Gen 24:28 La joven corrió a anunciar a casa de su madre todas estas cosas.
Gen 24:29 Tenía Rebeca un hermano llamado Labán. Este corrió donde el
hombre, afuera, a la fuente.
Gen 24:30 En efecto, en cuanto vio el anillo y los brazaletes en los brazos
de su hermana, y oyó decir a su hermana Rebeca: «Así me ha hablado aquel
hombre», se llegó a donde él. Le encontró todavía junto a los camellos cerca
de la fuente,
Gen 24:31 y le dijo: «Ven, bendito de Yahveh. ¿Por qué te quedas parado
fuera, si yo he desocupado la casa y he hecho sitio para los camellos?»
Gen 24:32 El hombre entró en la casa, y Labán desaparejó los camellos, les
dio paja y forraje, y al hombre y a sus acompañantes agua para lavarse los
pies.
Gen 24:33 Después les sirvió de comer, pero el otro dijo: «No comeré hasta
no haber dicho lo que tengo que decir.» A lo que respondió Labán: «Habla.»
Gen 24:34 «Yo soy, dijo, siervo de Abraham.
Gen 24:35 Yahveh ha bendecido con largueza a mi señor, que se ha hecho rico,
pues le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y esclavas, camellos y
asnos.
Gen 24:36 Y Sara, la mujer de mi señor, envejecida ya, dio a luz un hijo a
mi señor, que le ha cedido todo cuanto posee.
Gen 24:37 En cuanto a mí, mi señor me ha tomado juramento, diciendo: "No
tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos en cuyo país
resido.
Gen 24:38 ¡Como no vayas a casa de mi padre y a mi parentela a tomar mujer
para mi hijo...!"
Gen 24:39 Yo dije a mi señor: "¿Y si acaso no me sigue la mujer?"
Gen 24:40 Y él me dijo: "Yahveh, en cuya presencia he andado, enviará su
Ángel contigo, y dará éxito a tu viaje, y así tomarás mujer para mi hijo de
mi parentela y de la casa de mi padre.
Gen 24:41 Entonces quedarás libre de mi maldición, cuando llegues a mi
parentela; y si no te la dieren también quedarás libre de mi maldición.»
Gen 24:42 Pues bien: llego hoy a la fuente y me digo: "Yahveh, Dios de mi
señor Abraham, si en efecto das éxito a este mi viaje,
Gen 24:43 aquí me quedo parado junto a la fuente. La doncella que salga a
sacar agua, y yo le diga: Dame de beber un poco de agua de tu cántaro
Gen 24:44 y ella me responda: Bebe tú, y voy a sacar también para tus
camellos, ésa será la mujer que Yahveh tiene destinada para el hijo de mi
señor."
Gen 24:45 Apenas había acabado de hablar conmigo mismo, cuando he aquí que
Rebeca salía con su cántaro al hombro, bajó a la fuente y sacó agua. Yo le
dije: "Ea, dame de beber",
Gen 24:46 y enseguida bajó su cántaro del hombro y dijo: "Bebe, y también
voy a abrevar tus camellos." Bebí, pues, y ella abrevó también los camellos.
Gen 24:47 Yo le pregunté: "¿De quién eres hija?" Me respondió: "Soy hija de
Betuel, el hijo que Milká dio a Najor." Entonces puse el anillo en su nariz,
y los brazaletes en sus brazos,
Gen 24:48 y postrándome adoré a Yahveh, y bendije a Yahveh, el Dios de mi
señor Abraham, que me había puesto en el buen camino para tomar a la hija
del hermano de mi señor para su hijo.
Gen 24:49 Ahora, pues, decidme si estáis dispuestos a usar de favor y
lealtad para con mi señor, y si no, decídmelo también, para que yo tire por
la derecha o por la izquierda.»
Gen 24:50 Respondieron Labán y Betuel: «De Yahveh ha salido este asunto.
Nosotros no podemos decirte está mal o está bien.
Gen 24:51 Ahí tienes delante a Rebeca: tómala y vete, y sea ella mujer del
hijo de tu señor, como ha dicho Yahveh.»
Gen 24:52 Cuando el siervo de Abraham oyó lo que decían, adoró a Yahveh en
tierra.
Gen 24:53 Acto seguido sacó el siervo objetos de plata y oro y vestidos, y
se los dio a Rebeca. También hizo regalos a su hermano y a su madre.
Gen 24:54 Luego comieron y bebieron, él y los hombres que le acompañaban, y
pasaron la noche. Por la mañana se levantaron, y él dijo: «Permitidme que
marche donde mi señor.»
Gen 24:55 El hermano y la madre de Rebeca dijeron: «Que se quede la chica
con nosotros unos días, por ejemplo diez. Luego se irá.»
Gen 24:56 Mas él les dijo: «No me demoréis. Puesto que Yahveh ha dado éxito
a mi viaje, dejadme salir para que vaya donde mi señor.»
Gen 24:57 Ellos dijeron: «Llamemos a la joven y preguntémosle su opinión.»
Gen 24:58 Llamaron, pues, a Rebeca, y le dijeron: «¿Qué? ¿te vas con este
hombre?» «Me voy», contestó ella.
Gen 24:59 Entonces despidieron a su hermana Rebeca con su nodriza, y al
siervo de Abraham y a sus hombres.
Gen 24:60 Y bendijeron a Rebeca, y le decían: «¡Oh hermana nuestra, que
llegues a convertirte en millares de miríadas, y conquiste tu descendencia
la puerta de sus enemigos!»
Gen 24:61 Levantóse Rebeca con sus doncellas y, montadas en los camellos,
siguieron al hombre. El siervo tomó a Rebeca y se fue.
Gen 24:62 Entretanto, Isaac había venido del pozo de Lajay Roí, pues
habitaba en el país del Négueb.
Gen 24:63 Una tarde había salido Isaac de paseo por el campo, cuando he aquí
que al alzar la vista, vio que venían unos camellos.
Gen 24:64 Rebeca a su vez alzó sus ojos y viendo a Isaac, se apeó del
camello,
Gen 24:65 y dijo al siervo: «¿Quién es aquel hombre que camina por el campo
a nuestro encuentro?» Dijo el siervo: «Es mi señor.» Entonces ella tomó el
velo y se cubrió.
Gen 24:66 El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho,
Gen 24:67 e Isaac introdujo a Rebeca en la tienda, tomó a Rebeca, que pasó a
ser su mujer, y él la amó. Así se consoló Isaac por la pérdida de su madre.
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Capítulo 25
25:1
Y ABRAHAM
tomó otra mujer, cuyo nombre fué Cetura;
25:2
La cual le
parió á Zimram, y á Joksan, y á Medan, y á Midiam, y á Ishbak, y á Sua.
25:3
Y Joksan
engendró á Seba, y á Dedán: é hijos de Dedán fueron Assurim, y Letusim, y
Leummim.
25:4
E hijos de
Midiam: Epha, y Epher, y Enech, y Abida, y Eldaa. Todos estos fueron hijos de
Cetura.
25:5
Y Abraham dió
todo cuanto tenía á Isaac.
25:6
Y á los hijos
de sus concubinas dió Abraham dones, y enviólos de junto Isaac su hijo, mientras
él vivía, hacia el oriente, á la tierra oriental.
25:7
Y estos
fueron los días de vida que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años.
25:8
Y exhaló el
espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de días y fué unido á
su pueblo.
25:9
Y
sepultáronlo Isaac é Ismael sus hijos en la cueva de Macpela, en la heredad de
Ephrón, hijo de Zoar Hetheo, que está enfrente de Mamre;
25:10
Heredad que
compró Abraham de los hijos de Heth; allí fué Abraham sepultado, y Sara su
mujer.
25:11
Y sucedió,
después de muerto Abraham, que Dios bendijo á Isaac su hijo: y habitó Isaac
junto al pozo del Viviente que me ve.
25:12
Y estas son
las generaciones de Ismael, hijo de Abraham, que le parió Agar Egipcia, sierva
de Sara:
25:13
Estos, pues,
son los nombres de los hijos de Ismael, por sus nombres, por sus linajes: El
primogénito de Ismael, Nabaioth; luego Cedar, y Abdeel, y Mibsam,
25:14
Y Misma, y
Duma, y Massa,
25:15
Hadad, y
Tema, y Jetur, y Naphis, y Cedema.
25:16
Estos son los
hijos de Ismael, y estos sus nombres por sus villas y por sus campamentos; doce
príncipes por sus familias.
25:17
Y estos
fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años: y exhaló el
espíritu Ismael, y murió; y fué unido á su pueblo.
25:18
Y habitaron desde
Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto viniendo á Asiria; y murió en
presencia de todos sus hermanos.
25:19
Y estas son
las generaciones de Isaac, hijo de Abraham.
Abraham engendró á Isaac:
25:20
Y era Isaac de
cuarenta años cuando tomó por mujer á Rebeca, hija de Bethuel Arameo de
Padan-aram, hermana de Labán Arameo.
25:21
Y oró Isaac á
el Altísimo por su mujer, que era estéril; y aceptólo el Altísimo, y concibió
Rebeca su mujer.
25:22
Y los hijos
se combatían dentro de ella; y dijo: Si es así ¿para qué vivo yo? Y fue á
consultar á el Altísimo.
25:23
Y respondióle
el Altísimo: Dos gentes hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus
entrañas: Y el un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá
al menor.
25:24
Y como se
cumplieron sus días para parir, he aquí mellizos en su vientre.
25:25
Y salió el
primero rubio, y todo él velludo como una pelliza; y llamaron su nombre Esaú.
25:26
Y después
salió su hermano, trabada su mano al calcañar de Esaú: y fué llamado su nombre
Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los parió.
25:27
Y crecieron
los niños, y Esaú fué diestro en la caza, hombre del campo: Jacob empero era
varón quieto, que habitaba en tiendas.
25:28
Y amó Isaac á
Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba á Jacob.
25:29
Y guisó Jacob
un potaje; y volviendo Esaú del campo cansado,
25:30
Dijo á Jacob:
Ruégote que me des á comer de eso bermejo, pues estoy muy cansado. Por tanto
fué llamado su nombre Edom.
25:31
Y Jacob
respondió: Véndeme en este día tu primogenitura.
25:32
Entonces dijo
Esaú: He aquí yo me voy á morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?
25:33
Y dijo Jacob:
Júrame lo en este día. Y él le juró, y vendió á Jacob su primogenitura.
25:34
Entonces
Jacob dió á Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y
levantóse, y fuése. Así menospreció Esaú la primogenitura.
Gen 25:1 Abraham volvió a tomar otra mujer,
llamada Queturá.
Gen 25:2 Esta le dio a Zimrán, Yoqsán, Medán, Madián, Yisbaq y Súaj.
Gen 25:3 - Yoqsán engendró a Seba y a Dedán. Hijos de Dedán fueron los
asuritas, los letusíes y los leumies. -
Gen 25:4 Hijos de Madián: Efá, Efer, Henoc, Abidá y Eldaá. Todos éstos,
hijos de Queturá.
Gen 25:5 Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac.
Gen 25:6 A los hijos de las concubinas que tenía Abraham les hizo donaciones
y, viviendo aún él, los separó de Isaac, enviándoles hacia levante, al país
de Oriente.
Gen 25:7 Estos fueron los días de vida de Abraham: 175 años.
Gen 25:8 Expiró, pues, Abraham y murió en buena ancianidad, viejo y lleno de
días, y fue a juntarse con su pueblo.
Gen 25:9 Sus hijos Isaac e Ismael le sepultaron en la cueva de la Makpelá,
al borde de la finca de Efrón, hijo de Sójar, el hitita, enfrente de Mambré.
Gen 25:10 En la finca que Abraham había comprado a los hijos de Het, allí
fue sepultado Abraham con su mujer Sara.
Gen 25:11 Después de la muerte de Abraham, bendijo Dios a su hijo Isaac.
Isaac se estableció en las inmediaciones del pozo de Lajay Roí.
Gen 25:12 Estos son los descendientes de Ismael, hijo de Abraham, el que le
dio a Abraham Agar la egipcia, esclava de Sara;
Gen 25:13 y estos son los nombres de los hijos de Ismael, por orden de
nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebayot; después, Quedar, Adbeel,
Mibsam,
Gen 25:14 Mismá, Dumá, Massá,
Gen 25:15 Jadad, Temá, Yetur, Nafís y Quedmá.
Gen 25:16 Estos son los hijos de Ismael, y éstos sus nombres según sus
poblados y sus aduares: doce caudillos de otros tantos pueblos.
Gen 25:17 Y estos fueron los años de vida de Ismael: 137 años. Luego expiró
y murió, y fue a juntarse con su pueblo.
Gen 25:18 Ocupó desde Javilá hasta Sur, que cae enfrente de Egipto, según se
va a Asur. Se estableció enfrente de todos sus hermanos.
Gen 25:19 Esta es la historia de Isaac, hijo de Abraham: Abraham engendró a
Isaac.
Gen 25:20 Tenía Isaac cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de
Betuel, el arameo de Paddán Aram, y hermana de Labán el arameo.
Gen 25:21 Isaac suplicó a Yahveh en favor de su mujer, pues era estéril, y
Yahveh le fue propicio, y concibió su mujer Rebeca.
Gen 25:22 Pero los hijos se entrechocaban en su seno. Ella se dijo: «Siendo
así, ¿para qué vivir?» Y fue a consultar a Yahveh.
Gen 25:23 Yahveh le dijo: «Dos pueblos hay en tu vientre, dos naciones que,
al salir de tus entrañas, se dividirán. La una oprimirá a la otra; el mayor
servirá al pequeño.»
Gen 25:24 Cumpliéronsele los días de dar a luz, y resultó que había dos
mellizos en su vientre.
Gen 25:25 Salió el primero, rubicundo todo él, como una pelliza de zalea, y
le llamaron Esaú.
Gen 25:26 Después salió su hermano, cuya mano agarraba el talón de Esaú, y
se llamó Jacob. Isaac tenía sesenta años cuando los engendró.
Gen 25:27 Crecieron los muchachos. Esaú llegó a ser un cazador experto, un
hombre montaraz, y Jacob un hombre muy de la tienda.
Gen 25:28 Isaac quería a Esaú, porque le gustaba la caza, y Rebeca quería a
Jacob.
Gen 25:29 Una vez, Jacob había preparado un guiso cuando llegó Esaú del
campo, agotado.
Gen 25:30 Dijo Esaú a Jacob: «Oye, dame a probar de lo rojo, de eso rojo,
porque estoy agotado.» - Por eso se le llamó Edom. -
Gen 25:31 Dijo Jacob: «Véndeme ahora mismo tu primogenitura.»
Gen 25:32 Dijo Esaú: «Estoy que me muero. ¿Qué me importa la primogenitura?»
Gen 25:33 Dijo Jacob: «Júramelo ahora mismo.» Y él se lo juró, vendiendo su
primogenitura a Jacob.
Gen 25:34 Jacob dio a Esaú pan y el guiso de lentejas, y éste comió y bebió,
se levantó y se fue. Así desdeñó Esaú la primogenitura.
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Capítulo 26
26:1
Y HUBO hambre
en la tierra, además de la primera hambre que fué en los días de Abraham: y
fuése Isaac á Abimelech rey de los Filisteos, en Gerar.
26:2
Y
apareciósele el Altísimo, y díjole: No desciendas á Egipto: habita en la tierra
que yo te diré;
26:3
Habita en
esta tierra, y seré contigo, y te bendeciré; porque á ti y á tu simiente daré
todas estas tierras, y confirmaré el juramento que juré á Abraham tu padre:
26:4
Y
multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y daré á tu simiente
todas estas tierras; y todas las gentes de la tierra serán benditas en tu
simiente.
26:5
Por cuanto
oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis
leyes.
26:6
Habitó, pues,
Isaac en Gerar.
26:7
Y los hombres
de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer; y él respondió: Es mi
hermana; porque tuvo miedo de decir: Es mi mujer; que tal vez, dijo, los
hombres del lugar me matarían por causa de Rebeca; porque era de hermoso
aspecto.
26:8
Y sucedió que,
después que él estuvo allí muchos días, Abimelech, rey de los Filisteos,
mirando por una ventana, vió á Isaac que jugaba con Rebeca su mujer.
26:9
Y llamó
Abimelech á Isaac, y dijo: He aquí ella es de cierto tu mujer: ¿cómo, pues,
dijiste: Es mi hermana? E Isaac le respondió: Porque dije: Quizá moriré por
causa de ella.
26:10
Y Abimelech
dijo: ¿Por qué nos has hecho esto? Por poco hubiera dormido alguno del pueblo
con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros el pecado.
26:11
Entonces
Abimelech mandó á todo el pueblo, diciendo: El que tocare á este hombre ó á su
mujer, de cierto morirá.
26:12
Y sembró
Isaac en aquella tierra, y halló aquel año ciento por uno: y bendíjole el
Altísimo.
26:13
Y el varón se
engrandeció, y fué adelantando y engrandeciéndose, hasta hacerse muy poderoso:
26:14
Y tuvo hato
de ovejas, y hato de vacas, y grande apero; y los Filisteos le tuvieron
envidia.
26:15
Y todos los
pozos que habían abierto, los criados de Abraham su padre en sus días, los
Filisteos los habían cegado y llenado de tierra.
26:16
Y dijo
Abimelech á Isaac: Apártate de nosotros, porque mucho más poderoso que nosotros
te has hecho.
26:17
E Isaac se
fué de allí; y asentó sus tiendas en el valle de Gerar, y habitó allí.
26:18
Y volvió á
abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su
padre, y que los Filisteos habían cegado, muerto Abraham; y llamólos por los
nombres que su padre los había llamado.
26:19
Y los siervos
de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas.
26:20
Y los
pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es
nuestra: por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él.
26:21
Y abrieron otro
pozo, y también riñeron sobre él: y llamó su nombre Sitnah.
26:22
Y apartóse de
allí, y abrió otro pozo, y no riñeron sobre él: y llamó su nombre Rehoboth, y
dijo: Porque ahora nos ha hecho ensanchar el Altísimo y fructificaremos en la
tierra.
26:23
Y de allí
subió á Beer-seba.
26:24
Y
apareciósele el Altísimo aquella noche, y dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu
padre: no temas, que yo soy contigo, y yo te bendeciré, y multiplicaré tu
simiente por amor de Abraham mi siervo.
26:25
Y edificó
allí un altar, é invocó el nombre de el Altísimo, y tendió allí su tienda: y
abrieron allí los siervos de Isaac un pozo.
26:26
Y Abimelech
vino á él desde Gerar, y Ahuzzath, amigo suyo, y Phicol, capitán de su
ejército.
26:27
Y díjoles
Isaac: ¿Por qué venís á mí, pues que me habéis aborrecido, y me echasteis de
entre vosotros?
26:28
Y ellos
respondieron: Hemos visto que el Altísimo es contigo; y dijimos: Haya ahora
juramento entre nosotros, entre nosotros y ti, y haremos alianza contigo:
26:29
Que no nos
hagas mal, como nosotros no te hemos tocado, y como solamente te hemos hecho
bien, y te enviamos en paz: tú ahora, bendito de el Altísimo.
26:30
Entonces él
les hizo banquete, y comieron y bebieron.
26:31
Y se
levantaron de madrugada, y juraron el uno al otro; é Isaac los despidió, y
ellos se partieron de él en paz.
26:32
Y en aquel
día sucedió que vinieron los criados de Isaac, y diéronle nuevas acerca del
pozo que habían abierto, y le dijeron: Agua hemos hallado.
26:33
Y llamólo Seba:
por cuya causa el nombre de aquella ciudad es Beer-seba hasta este día.
26:34
Y cuando Esaú
fué de cuarenta años, tomó por mujer á Judith hija de Beeri Hetheo, y á Basemat
hija de Elón Hetheo:
26:35
Y fueron
amargura de espíritu á Isaac y á Rebeca.
Gen 26:1 Hubo hambre en el país - aparte de
la primera que tuvo lugar en tiempo de Abraham - y fue Isaac a Guerar, a
donde Abimélek, rey de los filisteos.
Gen 26:2 Yahveh se le apareció y le dijo: «No bajes a Egipto. Quédate en la
tierra que yo te indique.
Gen 26:3 Reside en esta tierra, y yo te asistiré y bendeciré; porque a ti y
a tu descendencia he de dar todas estas tierras, y mantendré el juramento
que hice a tu padre Abraham.
Gen 26:4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a
tu descendencia todas estas tierras. Y por tu descendencia se bendecirán
todas las naciones de la tierra,
Gen 26:5 en pago de que Abraham me obedeció y guardó mis observancias, mis
mandamientos, mis preceptos y mis instrucciones.»
Gen 26:6 Establecióse, pues, Isaac en Guerar.
Gen 26:7 Los del lugar le preguntaban por su mujer, y él decía: «Es mi
hermana.» En efecto, le daba reparo decir: «Es mi mujer», no fuesen a
matarle los del lugar por causa de Rebeca, ya que ella era de buen ver.
Gen 26:8 Ya llevaba largo tiempo allí, cuando aconteció que Abimélek, rey de
los filisteos, atisbando por una ventana, observó que Isaac estaba
solazándose con su mujer Rebeca.
Gen 26:9 Llama Abimélek a Isaac y le dice: ¡Con que es tu mujer! ¿Pues cómo
has venido diciendo: Es mi hermana?» Dícele Isaac: «Es que me dije: A ver si
voy a morir por causa de ella.»
Gen 26:10 Replicó Abimélek: «¿Qué es lo que nos has hecho? Si por acaso
llega a acostarse cualquiera del pueblo con tu mujer, tú nos habrías echado
la culpa.»
Gen 26:11 Entonces Abimélek ordenó a todo el pueblo: «Quien tocare a este
hombre o a su mujer, morirá sin remedio.»
Gen 26:12 Isaac sembró en aquella tierra, y cosechó aquel año el ciento por
uno. Yahveh le bendecía
Gen 26:13 y el hombre se enriquecía, se iba enriqueciendo más y más hasta
que se hizo riquísimo.
Gen 26:14 Tenía rebaños de ovejas y vacadas y copiosa servidumbre. Los
filisteos le tenían envidia.
Gen 26:15 Todos los pozos que habían cavado los siervos de su padre - en
tiempos de su padre Abraham - los habían cegado los filisteos, llenándolos
de tierra.
Gen 26:16 Entonces Abimélek dijo a Isaac: «Apártate de nuestro lado, porque
te has hecho mucho más poderoso que nosotros.»
Gen 26:17 Isaac se fue de allí y acampó en la vaguada de Guerar,
estableciéndose allí.
Gen 26:18 Isaac volvió a cavar los pozos de agua que habían cavado los
siervos de su padre Abraham, y que los filisteos habían cegado después de la
muerte de Abraham, y les puso los mismos nombres que les había puesto su
padre.
Gen 26:19 Cavaron los siervos de Isaac en la vaguada y encontraron allí un
pozo de aguas vivas.
Gen 26:20 Pero riñeron los pastores de Guerar con los pastores de Isaac,
diciendo: «El agua es nuestra.» El llamó al pozo Eseq, ya que se habían
querellado con él.
Gen 26:21 Excavaron otro pozo, y también riñeron por él: lo llamó Sitná.
Gen 26:22 Partió de allí y cavó otro pozo, y ya no riñeron por él: lo llamó
Rejobot, y dijo: «Ahora Yahveh nos ha dado desahogo, y prosperaremos en esta
tierra.
Gen 26:23 De allí subió a Berseba.
Gen 26:24 Yahveh se le apareció aquella noche y dijo: «Yo soy el Dios de tu
padre Abraham. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y
multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham, mi siervo.»
Gen 26:25 Allí construyó un altar e invocó el nombre de Yahveh. Allí
desplegó su tienda, y los siervos de Isaac perforaron allí un pozo.
Gen 26:26 Entonces Abimélek fue a donde él desde Guerar, con Ajuzat, uno de
sus familiares, y Pikol, capitán de su tropa.
Gen 26:27 Díceles Isaac: «¿Cómo es que venís a mí. vosotros que me odiáis y
me habéis echado de vuestra compañía?»
Gen 26:28 Contestaron ellos: «Hemos visto claramente que Yahveh se ha puesto
de tu parte, y hemos dicho: "Ea, haya un juramento entre nosotros, entre tú
y nosotros, y vamos a hacer un pacto contigo,
Gen 26:29 de que no nos harás mal, como tampoco nosotros te hemos tocado a
ti; no te hemos hecho sino bien, y te hemos dejado ir en paz, ¡oh bendito de
Yahveh!"»
Gen 26:30 El les dio un banquete, y comieron y bebieron.
Gen 26:31 De madrugada, se levantaron y se hicieron mutuo juramento; luego
Isaac les despidió, y se fueron en paz de su lado.
Gen 26:32 Aquel mismo día llegaron unos siervos de Isaac y le dieron la
noticia del pozo que habían cavado, diciéndole: «Hemos hallado agua.»
Gen 26:33 El lo llamó Seba, de donde el nombre de la ciudad de Berseba,
hasta la fecha.
Gen 26:34 Cuando Esaú tenía cuarenta años, tomó por mujeres a Judit, hija de
Beerí el hitita, y a Basmat, hija de Elón el hitita,
Gen 26:35 las cuales fueron amargura para Isaac y Rebeca.
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Capítulo 27
27:1
Y ACONTECIÓ
que cuando hubo Isaac envejecido, y sus ojos se ofuscaron quedando sin vista,
llamó á Esaú, su hijo el mayor, y díjole: Mi hijo. Y él respondió: Heme aquí.
27:2
Y él dijo: He
aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte:
27:3
Toma, pues,
ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo, y cógeme caza;
27:4
Y hazme un
guisado, como yo gusto, y tráeme lo, y comeré: para que te bendiga mi alma
antes que muera.
27:5
Y Rebeca
estaba oyendo, cuando hablaba Isaac á Esaú su hijo: y fuése Esaú al campo para
coger la caza que había de traer.
27:6
Entonces
Rebeca habló á Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído á tu padre que
hablaba con Esaú tu hermano, diciendo:
27:7
Tráeme caza,
y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga delante de el Altísimo antes
que yo muera.
27:8
Ahora pues,
hijo mío, obedece á mi voz en lo que te mando;
27:9
Ve ahora al
ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos
viandas para tu padre, como él gusta;
27:10
Y tú las
llevarás á tu padre, y comerá, para que te bendiga antes de su muerte.
27:11
Y Jacob dijo
á Rebeca su madre: He aquí Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño:
27:12
Quizá me tentará
mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.
27:13
Y su madre
respondió: Hijo mío, sobre mí tu maldición: solamente obedece á mi voz, y ve y
tráemelos.
27:14
Entonces él
fué, y tomó, y trájolos á su madre: y su madre hizo guisados, como su padre
gustaba.
27:15
Y tomó Rebeca
los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y
vistió á Jacob su hijo menor:
27:16
E hízole
vestir sobre sus manos y sobre la cerviz donde no tenía vello, las pieles de
los cabritos de las cabras;
27:17
Y entregó los
guisados y el pan que había aderezado, en mano de Jacob su hijo.
27:18
Y él fué á su
padre, y dijo: Padre mío: y él respondió: Heme aquí, ¿quién eres, hijo mío?
27:19
Y Jacob dijo
á su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate
ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendiga tu alma.
27:20
Entonces
Isaac dijo á su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan presto, hijo mío? Y él
respondió: Porque el Altísimo tu Dios hizo que se encontrase delante de mí.
27:21
E Isaac dijo
á Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú ó no.
27:22
Y llegóse
Jacob á su padre Isaac; y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las
manos, las manos de Esaú.
27:23
Y no le
conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú: y le bendijo.
27:24
Y dijo: ¿Eres
tú mi hijo Esaú? Y él respondió: Yo soy.
27:25
Y dijo:
Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que te bendiga mi alma; y él
se la acercó, y comió: trájole también vino, y bebió.
27:26
Y díjole
Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío.
27:27
Y él se
llegó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, y dijo:
Mira, el olor de mi hijo Como el olor del campo que el Altísimo ha bendecido:
27:28
Dios, pues,
te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de
trigo y de mosto.
27:29
Sírvante
pueblos, Y naciones se inclinen á ti: Sé señor de tus hermanos, E inclínense á
ti los hijos de tu madre: Malditos los que te maldijeren, Y benditos los que te
bendijeren.
27:30
Y aconteció,
luego que hubo Isaac acabado de bendecir á Jacob, y apenas había salido Jacob
de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano vino de su caza.
27:31
E hizo él
también guisados, y trajo á su padre, y díjole: Levántese mi padre, y coma de
la caza de su hijo, para que me bendiga tu alma.
27:32
Entonces
Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él dijo: Yo soy tu hijo, tu
primogénito, Esaú.
27:33
Y
Estremecióse Isaac con grande estremecimiento, y dijo: ¿Quién es el que vino
aquí, que cogió caza, y me trajo, y comí de todo antes que vinieses? Yo le
bendije, y será bendito.
27:34
Como Esaú oyó
las palabras de su padre clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y
le dijo: Bendíceme también á mí, padre mío.
27:35
Y él dijo:
Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición.
27:36
Y él
respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, que ya me ha engañado dos veces; alzóse
con mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has
guardado bendición para mí?
27:37
Isaac
respondió y dijo á Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado
por siervos á todos sus hermanos: de trigo y de vino le he provisto: ¿qué,
pues, te haré á ti ahora, hijo mío?
27:38
Y Esaú
respondió á su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío?
bendíceme también á mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.
27:39
Entonces
Isaac su padre habló y díjole: He aquí será tu habitación en grosuras de la
tierra, Y del rocío de los cielos de arriba;
27:40
Y por tu
espada vivirás, y á tu hermano servirás: Y sucederá cuando te enseñorees, Que
descargarás su yugo de tu cerviz.
27:41
Y aborreció
Esaú á Jacob por la bendición con que le había bendecido, y dijo en su corazón:
Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré á Jacob mi hermano.
27:42
Y fueron
dichas á Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor: y ella envió y llamó á
Jacob su hijo menor, y díjole: He aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de
ti con la idea de matarte.
27:43
Ahora pues,
hijo mío, obedece á mi voz; levántate, y húyete á Labán mi hermano, á Harán.
27:44
Y mora con él
algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue;
27:45
Hasta que se
aplaque la ira de tu hermano contra ti, y se olvide de lo que le has hecho: yo
enviaré entonces, y te traeré de allá: ¿por qué seré privada de vosotros ambos
en un día?
27:46
Y dijo Rebeca
á Isaac: Fastidio tengo de mi vida, á causa de las hijas de Heth. Si Jacob toma
mujer de las hijas de Heth, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué
quiero la vida?
Gen 27:1 Como hubiese envejecido Isaac, y no
viese ya por tener debilitados sus ojos, llamó a Esaú, su hijo mayor: ¡Hijo
mío!» El cual le respondió: «Aquí estoy.»
Gen 27:2 «Mira, dijo, me he hecho viejo e ignoro el día de mi muerte.
Gen 27:3 Así pues, toma tus saetas, tu aljaba y tu arco, sal al campo y me
cazas alguna pieza.
Gen 27:4 Luego me haces un guiso suculento, como a mí me gusta, y me lo
traes para que lo coma, a fin de que mi alma te bendiga antes que me muera.»
Gen 27:5 - Ahora bien, Rebeca estaba escuchando la conversación de Isaac con
su hijo Esaú. - Esaú se fue al campo a cazar alguna pieza para el padre,
Gen 27:6 y entonces Rebeca dijo a su hijo Jacob: «Acabo de oír a tu padre
que hablaba con tu hermano Esaú diciendo:
Gen 27:7 Tráeme caza, y hazme un guiso suculento para que yo lo coma y te
bendiga delante de Yahveh antes de morirme.
Gen 27:8 Pues bien, hijo mío, hazme caso en lo que voy a recomendarte.
Gen 27:9 Ve al rebaño y tráeme de allí dos cabritos hermosos. Yo haré con
ellos un guiso suculento para tu padre como a él le gusta,
Gen 27:10 y tú se lo presentas a tu padre, que lo comerá, para que te
bendiga antes de su muerte.»
Gen 27:11 Jacob dijo a su madre Rebeca: ¡Pero si mi hermano Esaú es velludo,
y yo soy lampiño!
Gen 27:12 ¡A ver si me palpa mi padre, y le parece que estoy mofándome de
él! ¡Entonces me habré buscado una maldición en vez de una bendición!»
Gen 27:13 Dícele su madre: «¡Sobre mí tu maldición, hijo mío! Tú, obedéceme,
basta con eso, ve y me los traes.»
Gen 27:14 El fue a buscarlos y los llevó a su madre, y ella hizo un guiso
suculento, como le gustaba a su padre.
Gen 27:15 Después tomó Rebeca ropas de Esaú, su hijo mayor, las más
preciosas que tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo pequeño.
Gen 27:16 Luego, con las pieles de los cabritos le cubrió las manos y la
parte lampiña del cuello,
Gen 27:17 y puso el guiso y el pan que había hecho en las manos de su hijo
Jacob.
Gen 27:18 Este entró a donde su padre, y dijo: «¡Padre!» El respondió: «Aquí
estoy; ¿quién eres, hijo?»
Gen 27:19 Jacob dijo a su padre: «Soy tu primogénito Esaú. He hecho como
dijiste, Anda, levántate, siéntate, y come de mi caza, para que me bendiga
tu alma.»
Gen 27:20 Dice Isaac a su hijo: «¡Qué listo has andado en hallarla, hijo!» -
Respondió: «Sí; es que Yahveh, tu Dios, me la puso delante.»
Gen 27:21 Dice Isaac a Jacob: «Acércate, que te palpe, hijo, a ver si
realmente eres o no mi hijo Esaú.»
Gen 27:22 Acercóse Jacob a su padre Isaac, el cual le palpó y dijo: «La voz
es la de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.»
Gen 27:23 Y no le reconoció, porque sus manos estaban velludas, como las de
su hermano Esaú. Y se dispuso a bendecirle.
Gen 27:24 Dijo, pues: «¿Eres tú realmente mi hijo Esaú?» Respondió: «El
mismo.»
Gen 27:25 Dijo entonces: «acércamelo, que coma de la caza, hijo, para que te
bendiga mi alma.» Acercóle, y comió; le trajo también vino, y bebió.
Gen 27:26 Dícele su padre Isaac: «Acércate y bésame, hijo.»
Gen 27:27 El se acercó y le besó, y al aspirar Isaac el aroma de sus ropas,
le bendijo diciendo: «Mira, el aroma de mi hijo como el aroma de un campo,
que ha bendecido Yahveh.
Gen 27:28 ¡Pues que Dios te dé el rocío del cielo y la grosura de la tierra,
mucho trigo y mosto!
Gen 27:29 Sírvante pueblos, adórente naciones, sé señor de tus hermanos y
adórente los hijos de tu madre. ¡Quien te maldijere, maldito sea, y quien te
bendijere, sea bendito!»
Gen 27:30 Así que hubo concluido Isaac de bendecir a Jacob, y justo cuando
acababa de salir Jacob de la presencia de su padre Isaac, llegó su hermano
Esaú de su cacería.
Gen 27:31 Hizo también él un guiso suculento y llevándoselo a su padre le
dijo: «Levántese mi padre y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga
tu alma.»
Gen 27:32 Dícele su padre Isaac: «¿Quién eres tú?» Contestóle: «Soy tu hijo
primogénito, Esaú.»
Gen 27:33 A Isaac le entró un temblor fuerte, y le dijo: «Pues entonces,
¿quién es uno que ha cazado una pieza y me le ha traído? Porque de hecho yo
he comido antes que tú vinieses, y le he bendecido, y bendito está.»
Gen 27:34 Al oír Esaú las palabras de su padre, lanzó un grito fuerte y por
extremo amargo, y dijo a su padre: «¡Bendíceme también a mí, padre mío!»
Gen 27:35 Díjole éste: «Ha venido astutamente tu hermano, y se ha llevado tu
bendición.»
Gen 27:36 Dijo Esaú: «Con razón se llama Jacob, pues me ha suplantado estas
dos veces: se llevó mi primogenitura, y he aquí que ahora se ha llevado mi
bendición.» Y añadió: «¿No has reservado alguna bendición para mí?»
Gen 27:37 Respondió Isaac y dijo a Esaú: «Mira, le he puesto por señor tuyo,
le he dado por siervos a todos sus hermanos y le he abastecido de trigo y
vino. Según eso, ¿qué voy a hacer por ti, hijo mío?»
Gen 27:38 Dijo Esaú a su padre: «¿Es que tu bendición es única, padre mío?
¡Bendíceme también a mí, padre mío!» Isaac guardó silencio y Esaú alzó la
voz y rompió a llorar.
Gen 27:39 Su padre Isaac le dijo por respuesta: «He aquí que lejos de la
grosura de la tierra será tu morada, y lejos del rocío que baja del cielo.
Gen 27:40 De tu espada vivirás y a tu hermano servirás. Mas luego, cuando te
hagas libre, partirás su yugo de sobre tu cerviz.»
Gen 27:41 Esaú se enemist�� con Jacob a causa de la bendición con que le
había bendecido su padre; y se dijo Esaú: «Se acercan ya los días del luto
por mi padre. Entonces mataré a mi hermano Jacob.»
Gen 27:42 Se dio aviso a Rebeca de las palabras de Esaú, su hijo mayor; y
ella envió a llamar a Jacob, su hijo pequeño, y le dijo: «Mira que tu
hermano Esaú va a vengarse de ti matándote.
Gen 27:43 Ahora, pues, hijo mío, hazme caso: levántate y huye a Jarán, a
donde mi hermano Labán,
Gen 27:44 y te quedas con él una temporada, hasta que se calme la cólera de
tu hermano;
Gen 27:45 hasta que se calme la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo que
has hecho. Entonces enviaré yo a que te traigan de allí. ¿Por qué he de
perderos a los dos en un mismo día?»
Gen 27:46 Rebeca dijo a Isaac: «Me da asco vivir al lado de las hijas de
Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het como las que hay por aquí,
¿para qué seguir viviendo?»
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Capítulo 28
28:1
ENTONCES Isaac
llamó á Jacob, y bendíjolo, y mandóle diciendo: No tomes mujer de las hijas de
Canaán.
28:2
Levántate, ve
á Padan-aram, á casa de Bethuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las
hijas de Labán, hermano de tu madre.
28:3
Y el Dios
omnipotente te bendiga y te haga fructificar, y te multiplique, hasta venir á
ser congregación de pueblos;
28:4
Y te dé la
bendición de Abraham, y á tu simiente contigo, para que heredes la tierra de
tus peregrinaciones, que Dios dió á Abraham.
28:5
Así envió
Isaac á Jacob, el cual fué á Padan-aram, á Labán, hijo de Bethuel Arameo,
hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.
28:6
Y vió Esaú
cómo Isaac había bendecido á Jacob, y le había enviado á Padan-aram, para tomar
para sí mujer de allí; y que cuando le bendijo, le había mandado, diciendo: No
tomarás mujer de las hijas de Canaán;
28:7
Y que Jacob
había obedecido á su padre y á su madre, y se había ido á Padan-aram.
28:8
Vió asimismo
Esaú que las hijas de Canaán parecían mal á Isaac su padre;
28:9
Y fuése Esaú á
Ismael, y tomó para sí por mujer á Mahaleth, hija de Ismael, hijo de Abraham,
hermana de Nabaioth, además de sus otras mujeres.
28:10
Y salió Jacob
de Beer-seba, y fué á Harán;
28:11
Y encontró
con un lugar, y durmió allí porque ya el sol se había puesto: y tomó de las
piedras de aquel paraje y puso á su cabecera, y acostóse en aquel lugar.
28:12
Y soñó, y he
aquí una escala que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo: y
he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.
28:13
Y he aquí, el
Altísimo estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy el Altísimo, el Dios
de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac: la tierra en que estás acostado te la
daré á ti y á tu simiente.
28:14
Y será tu
simiente como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, y al
oriente, y al aquilón, y al mediodía; y todas las familias de la tierra serán
benditas en ti y en tu simiente.
28:15
Y he aquí, yo
soy contigo, y te guardaré por donde quiera que fueres, y te volveré á esta
tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho.
28:16
Y despertó
Jacob de su sueño dijo: Ciertamente Jehové está en este lugar, y yo no lo
sabía.
28:17
Y tuvo miedo,
y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta
del cielo.
28:18
Y levantóse
Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y alzóla por
título, y derramó aceite encima de ella.
28:19
Y llamó el
nombre de aquel lugar Beth-el, bien que Luz era el nombre de la ciudad primero.
28:20
E hizo Jacob
voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje que voy, y
me diere pan para comer y vestido para vestir,
28:21
Y si tornare
en paz á casa de mi padre, el Altísimo será mi Dios,
28:22
Y esta piedra
que he puesto por título, será casa de Dios: y de todo lo que me dieres, el
diezmo lo he de apartar para ti.
Gen 28:1 Llamó, pues, Isaac a Jacob, le
bendijo y le dio esta orden: «No tomes mujer de las hijas de Canaán.
Gen 28:2 Levántate y ve a Paddán Aram, a casa de Betuel, padre de tu madre,
y toma allí mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre.
Gen 28:3 Que El Sadday te bendiga, te haga fecundo y te acreciente, y que te
conviertas en asamblea de pueblos.
Gen 28:4 Que te dé la bendición de Abraham a ti y a tu descendencia, para
que te hagas dueño de la tierra donde has vivido y que Dios ha dado a
Abraham.»
Gen 28:5 Y despidió Isaac a Jacob, el cual se fue a Paddán Aram, a casa de
Labán, hijo de Betuel el arameo, hermano de Rebeca, la madre de Jacob y de
Esaú.
Gen 28:6 Vio Esaú que Isaac había bendecido a Jacob, y le enviaba a Paddán
Aram a tomarse mujer allí, y que al bendecirle le había dado esta orden: «No
tomes mujer de las hijas de Canaán»,
Gen 28:7 y Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, había marchado a
Paddán Aram.
Gen 28:8 Vio, pues, Esaú que las hijas de Canaán eran mal vistas de su padre
Isaac,
Gen 28:9 y acudiendo Esaú a Ismael, tomóse por mujer, además de las que
tenía, a Majlat, hija de Ismael, el hijo de Abraham, y hermana de Nebayot.
Gen 28:10 Jacob salió de Berseba y fue a Jarán.
Gen 28:11 Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche allí, porque ya
se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso por
cabezal, y acostóse en aquel lugar.
Gen 28:12 Y tuvo un sueño; soñó con una escalera apoyada en tierra, y cuya
cima tocaba los cielos, y he aquí que los ángeles de Dios subían y bajaban
por ella.
Gen 28:13 Y vio que Yahveh estaba sobre ella, y que le dijo: «Yo soy Yahveh,
el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac. La tierra en que estás
acostado te la doy para ti y tu descendencia.
Gen 28:14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra y te extenderás al
poniente y al oriente, al norte y al mediodía; y por ti se bendecirán todos
los linajes de la tierra; y por tu descendencia.
Gen 28:15 Mira que yo estoy contigo; te guardaré por doquiera que vayas y te
devolveré a este solar. No, no te abandonaré hasta haber cumplido lo que te
he dicho.»
Gen 28:16 Despertó Jacob de su sueño y dijo: «¡Así pues, está Yahveh en este
lugar y yo no lo sabía!»
Gen 28:17 Y asustado dijo: «¡Qué temible es este lugar! ¡Esto no es otra
cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!»
Gen 28:18 Levantóse Jacob de madrugada, y tomando la piedra que se había
puesto por cabezal, la erigió como estela y derramó aceite sobre ella.
Gen 28:19 Y llamó a aquel lugar Betel, aunque el nombre primitivo de la
ciudad era Luz.
Gen 28:20 Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios me asiste y me guarda en
este camino que recorro, y me da pan que comer y ropa con que vestirme,
Gen 28:21 y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces Yahveh será mi
Dios;
Gen 28:22 y esta piedra que he erigido como estela será Casa de Dios; y de
todo lo que me dieres, te pagaré el diezmo.»
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Capítulo 29
29:1
Y SIGUIÓ
Jacob su camino, y fué á la tierra de los orientales.
29:2
Y miró, y vió
un pozo en el campo: y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él;
porque de aquel pozo abrevaban los ganados: y había una gran piedra sobre la
boca del pozo.
29:3
Y juntábanse
allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de sobre la boca del pozo, y
abrevaban las ovejas; y volvían la piedra sobre la boca del pozo á su lugar.
29:4
Y díjoles
Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos.
29:5
Y él les
dijo: ¿Conocéis á Labán, hijo de Nachôr? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos.
29:6
Y él les
dijo: ¿Tiene paz? Y ellos dijeron: Paz; y he aquí Rachêl su hija viene con el
ganado.
29:7
Y él dijo: He
aquí el día es aún grande; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad
las ovejas, é id á apacentarlas.
29:8
Y ellos
respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los ganados, y remuevan la
piedra de sobre la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas.
29:9
Estando aún
él hablando con ellos Rachêl vino con el ganado de su padre, porque ella era la
pastora.
29:10
Y sucedió
que, como Jacob vió á Rachêl, hija de Labán hermano de su madre, y á las ovejas
de Labán, el hermano de su madre, llegóse Jacob, y removió la piedra de sobre
la boca del pozo, y abrevó el ganado de Labán hermano de su madre.
29:11
Y Jacob besó
á Rachêl, y alzó su voz, y lloró.
29:12
Y Jacob dijo
á Rachêl como él era hermano de su padre, y como era hijo de Rebeca: y ella
corrió, y dió las nuevas á su padre.
29:13
Y así que oyó
Labán las nuevas de Jacob, hijo de su hermana, corrió á recibirlo, y abrazólo,
y besólo, y trájole á su casa: y él contó á Labán todas estas cosas.
29:14
Y Labán le
dijo: Ciertamente hueso mío y carne mía eres. Y estuvo con él el tiempo de un
mes.
29:15
Entonces dijo
Labán á Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me has de servir de balde? declárame qué
será tu salario.
29:16
Y Labán tenía
dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Rachêl.
29:17
Y los ojos de
Lea eran tiernos, pero Rachêl era de lindo semblante y de hermoso parecer.
29:18
Y Jacob amó á
Rachêl, y dijo: Yo te serviré siete años por Rachêl tu hija menor.
29:19
Y Labán
respondió: Mejor es que te la dé á ti, que no que la dé á otro hombre: estáte
conmigo.
29:20
Así sirvió
Jacob por Rachêl siete años: y pareciéronle como pocos días, porque la amaba.
29:21
Y dijo Jacob
á Labán: Dame mi mujer, porque mi tiempo es cumplido para que cohabite con
ella.
29:22
Entonces
Labán juntó á todos los varones de aquel lugar, é hizo banquete.
29:23
Y sucedió que
á la noche tomó á Lea su hija, y se la trajo: y él entró á ella.
29:24
Y dió Labán
su sierva Zilpa á su hija Lea por criada.
29:25
Y venida la
mañana, he aquí que era Lea: y él dijo á Labán: ¿Qué es esto que me has hecho?
¿no te he servido por Rachêl? ¿por qué, pues, me has engañado?
29:26
Y Labán
respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la
mayor.
29:27
Cumple la
semana de ésta, y se te dará también la otra, por el servicio que hicieres
conmigo otros siete años.
29:28
E hizo Jacob
así, y cumplió la semana de aquélla: y él le dió á Rachêl su hija por mujer.
29:29
Y dió Labán á
Rachêl su hija por criada á su sierva Bilha.
29:30
Y entró
también á Rachêl: y amóla también más que á Lea: y sirvió con él aún otros siete
años.
29:31
Y vió el
Altísimo que Lea era aborrecida, y abrió su matriz; pero Rachêl era estéril.
29:32
Y concibió
Lea, y parió un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Ya que ha mirado el
Altísimo mi aflicción; ahora por tanto me amará mi marido.
29:33
Y concibió
otra vez, y parió un hijo, y dijo: Por cuanto oyó el Altísimo que yo era
aborrecida, me ha dado también éste. Y llamó su nombre Simeón.
29:34
Y concibió
otra vez, y parió un hijo, y dijo: Ahora esta vez se unirá mi marido conmigo,
porque le he parido tres hijos: por tanto, llamó su nombre Leví.
29:35
Y concibió
ota vez, y parió un hijo, y dijo: Esta vez alabaré á el Altísimo: por esto
llamó su nombre Judá: y dejó de parir.
Gen 29:1 Jacob se puso en marcha y se fue al
país de los orientales.
Gen 29:2 Cuando he aquí que divisa un pozo en el campo, y allí mismo tres
rebaños de ovejas sesteando junto a él, pues de aquel pozo se abrevaban los
rebaños. Sobre la boca del pozo había una gran piedra.
Gen 29:3 Allí se reunían todos los rebaños: se revolvía la piedra de encima
de la boca del pozo, abrevaban las ovejas, y devolvían la piedra a su sitio
sobre la boca del pozo.
Gen 29:4 Jacob les dijo (a los pastores): «Hermanos, ¡de dónde sois?»
Dijeron ellos: «Somos de Jarán.»
Gen 29:5 «¿Conocéis a Labán, hijo de Najor?» - «Lo conocemos.»
Gen 29:6 - «¿Se encuentra bien?» - «Muy bien; precisamente ahí llega Raquel,
su hija, con las ovejas.»
Gen 29:7 Dijo él: «Todavía es muy de día, no es hora de recoger el ganado;
abrevad las ovejas, e id a apacentarlas.»
Gen 29:8 Contestaron: «No podemos hasta que se reúnan todos los rebaños y se
revuelva la piedra de sobre la boca del pozo. Entonces abrevaremos las
ovejas.»
Gen 29:9 Aún estaba él hablando con ellos, cuando llegó Raquel con las
ovejas de su padre, pues era pastora.
Gen 29:10 En cuanto vio Jacob a Raquel, hija de Labán, el hermano de su
madre, y las ovejas de Labán, hermano de su madre, acercóse Jacob y revolvió
la piedra de sobre la boca y abrevó los ovejas de Labán, el hermano de su
madre.
Gen 29:11 Jacob besó a Raquel y luego estalló en sollozos.
Gen 29:12 Jacob anunció a Raquel que era pariente de su padre e hijo de
Rebeca. Ella se echó a correr y lo anunció a su padre.
Gen 29:13 En cuanto oyó Labán hablar de Jacob, el hijo de su hermana, corrió
a su encuentro, le abrazó, le besó y le llevó a su casa. Entonces él contó a
Labán toda esta historia,
Gen 29:14 y Labán le dijo: «En suma, que tú eres hueso mío y carne mía.» Y
Jacob se quedó con él un mes cumplido.
Gen 29:15 Labán dijo a Jacob: «¿Acaso porque seas pariente mío has de
servirme de balde? Indícame cuál será tu salario.»
Gen 29:16 Ahora bien, Labán tenía dos hijas: la mayor llamada Lía, y la
pequeña, Raquel.
Gen 29:17 Los ojos de Lía eran tiernos. Raquel, en cambio, era de bella
presencia y de buen ver.
Gen 29:18 Jacob estaba enamorado de Raquel. Así pues, dijo: «Te serviré
siete años por Raquel, tu hija pequeña.»
Gen 29:19 Dijo Labán: «Mejor es dártela a ti que dársela a otro. Quédate
conmigo.»
Gen 29:20 Sirvió, pues, Jacob por Raquel siete años, que se le antojaron
como unos cuantos días, de tanto que la amaba.
Gen 29:21 Jacob dijo a Labán: «Dame mi mujer, que se ha cumplido el plazo, y
quiero casarme con ella.»
Gen 29:22 Labán juntó a todos los del lugar y dio un banquete.
Gen 29:23 Luego a la tarde tomó a su hija Lía y la llevó a Jacob, y éste se
unió a ella.
Gen 29:24 Labán dio su esclava Zilpá como esclava de su hija Lía.
Gen 29:25 Se hizo de mañana, ¡y resultó que aquélla era Lía! Jacob dijo a
Labán: «¿Qué es lo que has hecho conmigo? ¿No te he servido por Raquel?
¿Pues por qué me has hecho trampa?»
Gen 29:26 Labán dijo: «No se usa en nuestro lugar dar la menor antes que la
mayor.
Gen 29:27 Cumple esta semana, y te daré también a la otra por el servicio
que me prestarás todavía otros siete años.»
Gen 29:28 Así lo hizo Jacob; y habiendo cumplido aquella semana, le dio por
mujer a su hija Raquel.
Gen 29:29 Labán dio su esclava Bilhá como esclava de su hija Raquel.
Gen 29:30 El se unió también a Raquel, y amó a Raquel más que a Lía, y
sirvió en casa de su tío otros siete años más.
Gen 29:31 Vio Yahveh que Lía era aborrecida y la hizo fecunda, mientras que
Raquel era estéril.
Gen 29:32 Lía quedó encinta y dio a luz un hijo al que llamó Rubén, pues
dijo: «Yahveh ha reparado en mi cuita: ahora sí que me querrá mi marido.»
Gen 29:33 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: Yahveh ha oído que
yo era aborrecida y me ha dado también a éste.» Y le llamó Simeón.
Gen 29:34 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: «Ahora, esta vez,
mi marido se aficionará a mí, ya que le he dado tres hijos.» Por eso le
llamó Leví.
Gen 29:35 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: «Esta vez alabo a
Yahveh.» Por eso le llamó Judá, y dejó de dar a luz.
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Capítulo 30
30:1
Y VIENDO
Rachêl que no daba hijos á Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía á Jacob:
Dame hijos, ó si no, me muero.
30:2
Y Jacob se
enojaba contra Rachêl, y decía: ¿Soy yo en lugar de Dios, que te impidió el
fruto de tu vientre?
30:3
Y ella dijo:
He aquí mi sierva Bilha; entra á ella, y parirá sobre mis rodillas, y yo
también tendré hijos de ella.
30:4
Así le dió á
Bilha su sierva por mujer; y Jacob entró á ella.
30:5
Y concibió
Bilha, y parió á Jacob un hijo.
30:6
Y dijo Rachêl:
Juzgóme Dios, y también oyó mi voz, y dióme un hijo. Por tanto llamó su nombre
Dan.
30:7
Y concibió
otra vez Bilha, la sierva de Rachêl, y parió el hijo segundo á Jacob.
30:8
Y dijo
Rachêl: Con luchas de Dios he contendido con mi hermana, y he vencido. Y llamó
su nombre Nephtalí.
30:9
Y viendo Lea
que había dejado de parir, tomó á Zilpa su sierva, y dióla á Jacob por mujer.
30:10
Y Zilpa,
sierva de Lea, parió á Jacob un hijo.
30:11
Y dijo Lea:
Vino la ventura. Y llamó su nombre Gad.
30:12
Y Zilpa, la
sirva de Lea, parió otro hijo á Jacob.
30:13
Y dijo Lea:
Para dicha mía; porque las mujeres me dirán dichosa: y llamó su nombre Aser.
30:14
Y fué Rubén
en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y
trájolas á Lea su madre: y dijo Rachêl á Lea: Ruégote que me des de las
mandrágoras de tu hijo.
30:15
Y ella
respondió: ¿Es poco que hayas tomado mi marido, sino que también te has de
llevar las mandrágoras de mi hijo? Y dijo Rachêl: Pues dormirá contigo esta
noche por las mandrágoras de tu hijo.
30:16
Y cuando
Jacob volvía del campo á la tarde, salió Lea á él, y le dijo: A mí has de
entrar, porque á la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y
durmió con ella aquella noche.
30:17
Y oyó Dios á Lea:
y concibió, y parió á Jacob el quinto hijo.
30:18
Y dijo Lea:
Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto dí mi sierva á mi marido: por eso
llamó su nombre Issachâr.
30:19
Y concibió
Lea otra vez, y parió el sexto hijo á Jacob.
30:20
Y dijo Lea:
Dios me ha dado una buena dote: ahora morará conmigo mi marido, porque le he
parido seis hijos: y llamó su nombre Zabulón.
30:21
Y después
parió una hija, y llamó su nombre Dina.
30:22
Y acordóse
Dios de Rachêl, y oyóla Dios, y abrió su matriz.
30:23
Y concibió, y
parió un hijo: y dijo: Quitado ha Dios mi afrenta:
30:24
Y llamó su
nombre José, diciendo: Añádame el Altísimo otro hijo.
30:25
Y aconteció,
cuando Rachêl hubo parido á José, que Jacob dijo á Labán: Envíame, é iré á mi
lugar, y á mi tierra.
30:26
Dame mis
mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú
sabes los servicios que te he hecho.
30:27
Y Labán le
respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; experimentado he que
el Altísimo me ha bendecido por tu causa.
30:28
Y dijo:
Señálame tu salario, que yo lo daré.
30:29
Y él
respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo;
30:30
Porque poco
tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número; y el Altísimo te ha bendecido
con mi llegada: y ahora ¿cuándo tengo de hacer yo también por mi propia casa?
30:31
Y él dijo:
¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada: si hicieres por mí esto,
volveré á apacentar tus ovejas.
30:32
Yo pasaré hoy
por todas tus ovejas, poniendo aparte todas las reses manchadas y de color
vario, y todas las reses de color oscuro entre las ovejas, y las manchadas y de
color vario entre las cabras; y esto será mi salario.
30:33
Así
responderá por mí mi justicia mañana cuando me viniere mi salario delante de
ti: toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras y de color oscuro en
las ovejas mías, se me ha de tener por de hurto.
30:34
Y dijo Labán:
Mira, ojalá fuese como tú dices.
30:35
Y apartó
aquel día los machos de cabrío rayados y manchados; y todas las cabras
manchadas y de color vario, y toda res que tenía en sí algo de blanco, y todas
las de color oscuro entre las ovejas, y púsolas en manos de sus hijos;
30:36
Y puso tres
días de camino entre sí y Jacob: y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.
30:37
Y tomóse
Jacob varas de álamo verdes, y de avellano, y de castaño, y descortezó en ellas
mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.
30:38
Y puso las
varas que había mondado en las pilas, delante del ganado, en los abrevaderos
del agua donde venían á beber las ovejas, las cuales se recalentaban viniendo á
beber.
30:39
Y concebían
las ovejas delante de las varas, y parían borregos listados, pintados y
salpicados de diversos colores.
30:40
Y apartaba
Jacob los corderos, y poníalos con su rebaño, los listados, y todo lo que era
oscuro en el hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las
ovejas de Labán.
30:41
Y sucedía que
cuantas veces se recalentaban las tempranas, Jacob ponía las varas delante de
las ovejas en las pilas, para que concibiesen á la vista de las varas.
30:42
Y cuando
venían las ovejas tardías, no las ponía: así eran las tardías para Labán, y las
tempranas para Jacob.
30:43
Y acreció el
varón muy mucho, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos.
Gen 30:1 Vio Raquel que no daba hijos a
Jacob, y celosa de su hermana dijo a Jacob: «Dame hijos, o si no me muero.»
Gen 30:2 Jacob se enfadó con Raquel y dijo: ¿Estoy yo acaso en el lugar de
Dios, que te ha negado el fruto del vientre?»
Gen 30:3 Ella dijo: «Ahí tienes a mi criada Bilhá; únete a ella y que dé a
luz sobre mis rodillas: así también yo ahijaré de ella.»
Gen 30:4 Diole, pues, a su esclava Bilhá por mujer; y Jacob unióse a ella.
Gen 30:5 Concibió Bilhá y dio a Jacob un hijo.
Gen 30:6 Y dijo Raquel: «Dios me ha hecho justicia, pues ha oído mi voz y me
ha dado un hijo.» Por eso le llamó Dan.
Gen 30:7 Otra vez concibió Bilhá, la esclava de Raquel, y dio a Jacob un
segundo hijo.
Gen 30:8 Y dijo Raquel: «Me he trabado con mi hermana a brazo partido y la
he podido»; y le llamó Neftalí.
Gen 30:9 Viendo Lía que había dejado de dar a luz, tomó a su esclava Zilpá,
y se la dio a Jacob por mujer.
Gen 30:10 Y Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un hijo.
Gen 30:11 Lía dijo: «¡Enhorabuena!» Y le llamó Gad.
Gen 30:12 Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un segundo hijo,
Gen 30:13 y dijo Lía: «¡Feliz de mí! pues me felicitarán las demás.» Y le
llamó Aser.
Gen 30:14 Una vez fue Rubén, al tiempo de la siega del trigo, y encontró en
el campo unas mandrágoras que trajo a su madre Lía. Y dijo Raquel a Lía
"«¿Quieres darme las mandrágoras de tu hijo?»
Gen 30:15 Respondióle: «¿Es poco haberte llevado mi marido, que encima vas a
llevarte las mandrágoras de mi hijo?» Dijo Raquel: «Sea: que se acueste
contigo Jacob esta noche, a cambio de las mandrágoras de tu hijo.»
Gen 30:16 A la tarde, cuando Jacob volvió del campo, sale Lía a su encuentro
y le dice: «Tienes que venir conmigo porque he pagado por ti unas
mandrágoras de mi hijo.» Y él se acostó con ella aquella noche.
Gen 30:17 Dios oyó a Lía, que concibió y dio un quinto hijo a Jacob.
Gen 30:18 Y dijo Lía: «Dios me ha dado mi recompensa, a mí, que tuve que dar
mi esclava a mi marido.» Y le llamó Isacar.
Gen 30:19 Lía concibió otra vez y dio el sexto hijo a Jacob.
Gen 30:20 Y dijo Lía: «Me ha hecho Dios un buen regalo. Ahora sí que me
apreciará mi marido, pues le he dado seis hijos.» Y le llamó Zabulón.
Gen 30:21 Después dio a luz una hija a la que llamó Dina.
Gen 30:22 Entonces se acordó Dios de Raquel. Dios la oyó y abrió su seno,
Gen 30:23 y ella concibió y dio a luz un hijo. Y dijo: «Ha quitado Dios mi
afrenta.»
Gen 30:24 Y le llamó José, como diciendo: «Añádame Yahveh otro hijo.»
Gen 30:25 Cuando Raquel hubo dado a luz a José, dijo Jacob a Labán: «Déjame
que me vaya a mi lugar y a mi tierra.
Gen 30:26 Dame a mis mujeres y a mis hijos por quienes te he servido, para
que me vaya; pues bien sabes bajo qué condiciones te he servido.»
Gen 30:27 Díjole Labán: «¡Si en algo me estimas!... Yo estaba bajo un
maleficio, pero Yahveh me ha bendecido gracias a ti.»
Gen 30:28 Y agregó: «Fíjame tu paga, y te la daré.»
Gen 30:29 Respondióle: «Tu sabes cómo te he servido, y cómo le fue a tu
ganado conmigo:
Gen 30:30 bien poca cosa tenías antes de venir yo, pero ya se ha
multiplicado muchísimo, y Yahveh te ha bendecido a mi llegada. Pues bien:
¿cuándo voy a hacer yo también algo por mi casa?»
Gen 30:31 Dijo Labán: «¿Qué he de darte?» Respondió Jacob: «No me des nada.
Si haces por mí esta, volveré a apacentar tu rebaño. Fíjate bien:
Gen 30:32 Voy a desfilar hoy con todo tu rebaño. Aparta toda oveja negra y
las cabras pintas y manchadas, y eso será mi paga,
Gen 30:33 y la garantía de mi honradez el día de mañana. Cuando te presente
a controlar mi paga, todo lo que no fuere pinto y manchado entre las cabras
y negro entre los corderos, será lo que he robado.»
Gen 30:34 Dijo Labán: «Bien, sea como dices.»
Gen 30:35 Y aquel mismo día apartó los machos cabríos listados y manchados,
todo lo que tenía en sí algo de blanco, así como todo lo negro entre las
ovejas, y lo confió a sus hijos,
Gen 30:36 interponiendo tres jornadas de camino entre él y Jacob. Este
último apacentaba el resto del rebaño de Labán.
Gen 30:37 Entonces Jacob se procuró unas vares verdes de álamo, de almendro
y de plátano, y labró en ellas unas muescas blancas, dejando al descubierto
lo blanco de las varas,
Gen 30:38 e hincó las varas así labradas en las pilas o abrevaderos a donde
venían las reses a beber, justo delante de las reses, con lo que éstas se
calentaban al acercarse a beber.
Gen 30:39 O sea, que se calentaban a la vista de las varas, y así parían
crías listadas, pintas o manchadas.
Gen 30:40 Luego separó Jacob los machos, echándolos a lo listado y negro que
ahora había en el rebaño de Labán, y así se fue formando unos hatajos
propios, que no mezclaba con el rebaño de Labán.
Gen 30:41 Además, siempre que se calentaban las reses vigorosas, poníales
Jacob las varas ante los ojos en las pilas, para que se calentaran bajo el
influjo de las varas;
Gen 30:42 mas cuando el ganado estaba débil, no las ponía de modo que las
crías débiles eran para Labán, y las vigorosas para Jacob.
Gen 30:43 Así que éste medró muchísimo, y llegó a tener rebaños numerosos, y
siervas y siervos y camellos y asnos.
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Capítulo 31
31:1
Y OÍA él las
palabras de los hijos de Labán que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de
nuestro padre; y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta
grandeza.
31:2
Miraba
también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como ayer y
antes de ayer.
31:3
También el
Altísimo dijo á Jacob: Vuélvete á la tierra de tus padres, y á tu parentela;
que yo seré contigo.
31:4
Y envió
Jacob, y llamó á Rachêl y á Lea al campo á sus ovejas,
31:5
Y díjoles:
Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como ayer y antes de
ayer: mas el Dios de mi padre ha sido conmigo.
31:6
Y vosotras
sabéis que con todas mis fuerzas he servido á vuestro padre:
31:7
Y vuestro
padre me ha engañado, y me ha mudado el salario diez veces: pero Dios no le ha
permitido que me hiciese mal.
31:8
Si él decía
así: Los pintados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían pintados:
y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían
listados.
31:9
Así quitó
Dios el ganado de vuestro padre, y diómelo á mí.
31:10
Y sucedió que
al tiempo que las ovejas se recalentaban, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he
aquí los machos que cubrían á las hembras eran listados, pintados y
abigarrados.
31:11
Y díjome el
ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.
31:12
Y él dijo:
Alza ahora tus ojos, y verás todos los machos que cubren á las ovejas listados,
pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.
31:13
Yo soy el
Dios de Beth-el, donde tú ungiste el título, y donde me hiciste un voto.
Levántate ahora, y sal de esta tierra, y vuélvete á la tierra de tu naturaleza.
31:14
Y respondió
Rachêl y Lea, y dijéronle: ¿Tenemos ya parte ni heredad en la casa de nuestro
padre?
31:15
¿No nos tiene
ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro
precio?
31:16
Porque toda
la riqueza que Dios ha quitado á nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos:
ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.
31:17
Entonces se
levantó Jacob, y subió sus hijos y sus mujeres sobre los camellos.
31:18
Y puso en
camino todo su ganado, y toda su hacienda que había adquirido, el ganado de su
ganancia que había obtenido en Padan-aram, para volverse á Isaac su padre en la
tierra de Canaán.
31:19
Y Labán había
ido á trasquilar sus ovejas: y Rachêl hurtó los ídolos de su padre.
31:20
Y recató
Jacob el corazón de Labán Arameo, en no hacerle saber que se huía.
31:21
Huyó, pues,
con todo lo que tenía; y levantóse, y pasó el río, y puso su rostro al monte de
Galaad.
31:22
Y fué dicho á
Labán al tercero día como Jacob se había huído.
31:23
Entonces tomó
á sus hermanos consigo, y fué tras él camino de siete días, y alcanzóle en el
monte de Galaad.
31:24
Y vino Dios á
Labán Arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables á Jacob
descomedidamente.
31:25
Alcanzó pues
Labán á Jacob, y éste había fijado su tienda en el monte: y Labán plantó la con
sus hermanos en el monte de Galaad.
31:26
Y dijo Labán
á Jacob: ¿Qué has hecho, que me hurtaste el corazón, y has traído á mis hijas
como prisioneras de guerra?
31:27
¿Por qué te
escondiste para huir, y me hurtaste, y no me diste noticia, para que yo te
enviara con alegría y con cantares, con tamborín y vihuela?
31:28
Que aun no me
dejaste besar mis hijos y mis hijas. Ahora locamente has hecho.
31:29
Poder hay en
mi mano para haceros mal: mas el Dios de vuestro padre me habló anoche
diciendo: Guárdate que no hables á Jacob descomedidamente.
31:30
Y ya que te
ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis
dioses?
31:31
Y Jacob
respondió, y dijo á Labán: Porque tuve miedo; pues dije, que quizás me
quitarías por fuerza tus hijas.
31:32
En quien
hallares tus dioses, no viva: delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo
tuviere tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Rachêl los había hurtado.
31:33
Y entró Labán
en la tienda de Jacob, y en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos
siervas, y no los halló, y salió de la tienda de Lea, y vino á la tienda de
Rachêl.
31:34
Y tomó Rachêl
los ídolos, y púsolos en una albarda de un camello, y sentóse sobre ellos: y
tentó Labán toda la tienda y no los halló.
31:35
Y ella dijo á
su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues
estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.
31:36
Entonces
Jacob se enojó, y regañó con Labán; y respondió Jacob y dijo á Labán: ¿Qué
prevaricación es la mía? ¿cuál es mi pecado, que con tanto ardor has venido en
seguimiento mío?
31:37
Pues que has
tentado todos mis muebles, ¿qué has hallado de todas las alhajas de tu casa?
Ponlo aquí denlante de mis hermanos y tuyos, y juzguen entre nosotros ambos.
31:38
Estos veinte
años he estado contigo: tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí
carnero de tus ovejas.
31:39
Nunca te
traje lo arrebatado por las fieras; yo pagaba el daño; lo hurtado así de día
como de noche, de mi mano lo requerías.
31:40
De día me
consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño se huía de mis ojos.
31:41
Así he estado
veinte años en tu casa: catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años
por tu ganado; y has mudado mi salario diez veces.
31:42
Si el Dios de
mi padre, el Dios de Abraham, y el temor de Isaac, no fuera conmigo, de cierto
me enviarías ahora vacío: vió Dios mi aflicción y el trabajo de mis manos, y
reprendióte anoche.
31:43
Y respondió
Labán, y dijo á Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y
las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y que puedo yo hacer
hoy á estas mis hijas, ó á sus hijos que ellas han parido?
31:44
Ven pues
ahora, hagamos alianza yo y tú; y sea en testimonio entre mí y entre ti.
31:45
Entonces
Jacob tomó una piedra, y levantóla por título.
31:46
Y dijo Jacob
á sus hermanos: Coged piedras. Y tomaron piedras é hicieron un majano; y
comieron allí sobre aquel majano.
31:47
Y llamólo
Labán Jegar Sahadutha: y lo llamó Jacob Galaad.
31:48
Porque Labán dijo:
Este majano es testigo hoy entre mí y entre ti; por eso fué llamado su nombre
Galaad.
31:49
Y Mizpa, por
cuanto dijo: Atalaye el Altísimo entre mí y entre ti, cuando nos apartáremos el
uno del otro.
31:50
Si afligieres
mis hijas, ó si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con
nosotros; mira, Dios es testigo entre mí y entre ti.
31:51
Dijo más
Labán á Jacob: He aquí este majano, y he aquí este título, que he erigido entre
mí y ti.
31:52
Testigo sea
este majano, y testigo sea este título, que ni yo pasaré contra ti este majano,
ni tú pasarás contra mí este majano ni este título, para mal.
31:53
El Dios de
Abraham, y el Dios de Nachôr juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y
Jacob juró por el temor de Isaac su padre.
31:54
Entonces
Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó á sus hermanos á comer pan: y
comieron pan, y durmieron aquella noche en el monte.
31:55
Y levantóse
Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y retrocedió y
volvióso á su lugar.
Gen 31:1 Oyó Jacob que los hijos de Labán
decían: «Jacob se ha apoderado de todo lo de nuestro padre, y con lo de
nuestro padre ha hecho toda esa fortuna.»
Gen 31:2 Jacob observó el rostro de Labán y vio que ya no era para con él
como hasta entonces.
Gen 31:3 Entonces Yahveh dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres,
a tu patria, y yo estaré contigo.»
Gen 31:4 Jacob envió a llamar a Raquel y a Lía al campo, donde estaba su
rebaño,
Gen 31:5 y les dijo: «Vengo observando que vuestro padre ya no me mira como
antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.
Gen 31:6 Vosotras sabéis que he servido a vuestro padre con todas mis
fuerzas;
Gen 31:7 pero vuestro padre ha trapaceado conmigo y ha cambiado mi
retribución una docena de veces, si bien Dios no le ha dejado perjudicarme.
Gen 31:8 Si él decía: Tu paga serán las reses pintas, entonces todas las
ovejas parían pintas. Y si decía: Tu paga será lo listado, entonces todas
las ovejas parían listado.
Gen 31:9 De esta suerte Dios ha quitado el ganado a vuestro padre y me lo ha
dado a mí.
Gen 31:10 Pues bien: en la época de calentarse el rebaño, alcé los ojos y vi
en un sueño cómo los machos que montaban al rebaño eran listados, pintos y
salpicados.
Gen 31:11 Y me dijo el Ángel de Dios en aquel sueño: "¡Jacob!" Yo respondí:
"Aquí estoy."
Gen 31:12 Y dijo: Alza los ojos, y verás que todos los machos que montan al
rebaño son listados, pintos y salpicados. Es que he visto todo lo que Labán
te ha hecho.
Gen 31:13 Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, donde ungiste una
estela y donde me hiciste aquel voto. Ahora, levántate, sal de esta tierra y
vuelve a tu país natal.»
Gen 31:14 Respondieron Raquel y Lía y le dijeron: «¿Es que tenemos aún parte
o herencia en la casa de nuestro padre?
Gen 31:15 ¿No hemos sido consideradas como extrañas para él, puesto que nos
vendió y, por comerse, incluso se comió nuestra plata?
Gen 31:16 Así que toda la riqueza que ha quitado Dios a nuestro padre
nuestra es y de nuestros hijos. Con que todo lo que te ha dicho Dios,
hazlo.»
Gen 31:17 Levantóse Jacob, montó a sus hijos y a sus mujeres en los
camellos,
Gen 31:18 y se llevó todo su ganado y toda la hacienda que había adquirido,
el ganado de su propiedad, que había adquirido en Paddán Aram, para irse a
donde su padre Isaac a Canaán.
Gen 31:19 Como Labán había ido a esquilar sus ovejas, Raquel robó los ídolos
familiares que tenía su padre,
Gen 31:20 y Jacob actuó a hurtadillas de Labán el arameo, no dándole ningún
indicio de que se fugaba.
Gen 31:21 En efecto, se fugó con todo lo suyo; se levantó, pasó el Río y
enderezó hacia la montaña de Galaad.
Gen 31:22 Al tercer día recibió Labán la noticia de que Jacob se había
fugado.
Gen 31:23 Entonces tomó a sus hermanos consigo y tras siete jornadas de
persecución a su zaga le dio alcance en la montaña de Galaad.
Gen 31:24 Pero aquella noche vino Dios en sueños a Labán el arameo y le
dijo: «Guárdate de hablar nada con Jacob, ni bueno ni malo.»
Gen 31:25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob. Este había plantado su tienda en la
montaña y Labán plantó la suya con sus hermanos en la misma montaña de
Galaad.
Gen 31:26 Y dijo Labán a Jacob: «¿Qué has hecho? Has actuado a hurtadillas
de mí y te has llevado a mis hijas cual cautivas de guerra.
Gen 31:27 ¿Por qué te has fugado con disimulo y a hurtadillas de mí, en vez
de advertírmelo? Yo te habría despedido con alegría y con cantares, con
adufes y arpas.
Gen 31:28 Ni siquiera me has permitido besar a mis hijos e hijas. O sea, que
has obrado como un necio.
Gen 31:29 Hay poder en mi mano para hacerte mal: pero el Dios de tu padre me
dijo ayer noche: "Guárdate de hablar a Jacob absolutamente nada, ni bueno ni
malo."
Gen 31:30 Así pues, tú te has marchado porque añorabas la casa paterna, pero
¿por qué robaste mis dioses?»
Gen 31:31 Respondió Jacob a Labán: «Es que tuve miedo, pensando que acaso
ibas a quitarme a tus hijas.
Gen 31:32 Pero eso sí, que aquel a quien le encuentres tus dioses no quede
con vida. Delante de nuestros hermanos reconoce lo tuyo que yo tenga y
tómatelo.» En efecto, Jacob ignoraba que Raquel los había robado.
Gen 31:33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la de Lía y en la de las dos
criadas, y no halló nada. Salió de la tienda de Lía, y entró en la de
Raquel.
Gen 31:34 Pero Raquel había tomada los ídolos familiares y, poniéndolos en
la albarda del camello, se había sentado encima. Labán registró toda la
tienda sin hallar nada.
Gen 31:35 Ella dijo a su padre: «No le dé enojo a mi señor de que no pueda
levantarme en tu presencia, porque estoy con las reglas.» El siguió
rebuscando por toda la tienda sin dar con los ídolos.
Gen 31:36 Entonces Jacob, montando en cólera recriminó a Labán, y
encarándose con él le dijo: «¿Cual es mi delito? ¿Cuál mi pecado, que me
persigues con saña?
Gen 31:37 Al registrar todos mis enseres, ¿qué has hallado de todos los
enseres de tu casa? Ponlo aquí, ante mis hermanos y los tuyos, y juzguen
ellos entre nosotros dos.
Gen 31:38 En veinte años que llevo contigo, tus ovejas y tus cabras nunca
han malparido, y los machos de tu rebaño nunca me los he comido.
Gen 31:39 Ganado destrozado por fieras nunca te llevé: yo pagaba el daño, de
lo mío te cobrabas tanto si era yo robado de día como si lo era de noche.
Gen 31:40 Estaba yo que de día me devoraba el resistero, y de noche la
helada, mientras huía el sueño de mis ojos.
Gen 31:41 Estos fueron mis veinte años en tu casa. Catorce años te serví por
tus dos hijas, y seis por tus ovejas, y tú has cambiado mi paga diez veces.
Gen 31:42 Si el Dios de mi Padre, el Dios de Abraham y el Padrino de Isaac
no hubiese estado por mí, a fe que ahora me despacharas de vacío. Mi cuita y
la fatiga de mis manos las ha visto Dios y ha dado su fallo ayer noche.»
Gen 31:43 Respondió Labán y dijo a Jacob: «Estas hijas son mías, estos hijos
son mis hijos, y estas ovejas mis ovejas, todo cuanto ves, mío es. Y, ¿qué
voy a hacerles hoy a estas mis hijas?, ¿o a los hijos que me dieron?
Gen 31:44 Ea, pues, ven y hagamos un pacto entre los dos..., y sirva de
testigo entre nosotros dos.»
Gen 31:45 Jacob tomó una piedra y la erigió como estela.
Gen 31:46 Y dijo Jacob a sus hermanos: «Recoged piedras.» Tomaron piedras,
hicieron un majano y comieron allí sobre el majano.
Gen 31:47 Labán lo llamó Yegar Sahdutá, y Jacob lo llamó Galed.
Gen 31:48 Labán dijo: «Este majano es hoy testigo entre nosotros dos.» Por
eso le llamó Galed,
Gen 31:49 y también Mispá, pues dijo: «Que Yahveh nos vigile a los dos,
cuando nos alejemos el uno del otro.
Gen 31:50 Si tú humillas a mis hijas, si tomas otras mujeres, además de mis
hijas, bien que nadie esté con nosotros que nos vea, sea Dios testigo entre
los dos.»
Gen 31:51 Dijo Labán a Jacob: «Aquí está este majano, y aquí esta estela que
he erigido entre nosotros dos.
Gen 31:52 Testigo sea este majano, y testigo sea esta estela de que yo no he
de traspasar este majano hacia ti, ni tú has de traspasar este majano y esta
estela hacia mí para nada malo.
Gen 31:53 El Dios de Abraham y el Dios de Najor juzguen entre nosotros.» Y
Jacob juró por el Padrino de su padre Isaac.
Gen 31:54 Jacob hizo un sacrificio en el monte e invitó a sus hermanos a
tomar parte. Ellos tomaron parte, e hicieron noche en el monte.
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Capítulo 32
32:1
Y JACOB se
fué su camino, y saliéronle al encuentro ángeles de Dios.
32:2
Y dijo Jacob
cuando los vió: El campo de Dios es este: y llamó el nombre de aquel lugar
Mahanaim.
32:3
Y envió Jacob
mensajeros delante de sí á Esaú su hermano, á la tierra de Seir, campo de Edom.
32:4
Y mandóles
diciendo: Así diréis á mí señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob: Con Labán he
morado, y detenídome hasta ahora;
32:5
Y tengo vacas,
y asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío á decirlo á mi señor, por
hallar gracia en tus ojos.
32:6
Y los
mensajeros volvieron á Jacob, diciendo: Vinimos á tu hermano Esaú, y él también
vino á recibirte, y cuatrocientos hombres con él.
32:7
Entonces
Jacob tuvo gran temor, y angustióse; y partió el pueblo que tenía consigo, y
las ovejas y las vacas y los camellos, en dos cuadrillas;
32:8
Y dijo: Si
viniere Esaú á la una cuadrilla y la hiriere, la otra cuadrilla escapará.
32:9
Y dijo Jacob:
Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, el Altísimo, que me
dijiste: Vuélvete á tu tierra y á tu parentela, y yo te haré bien.
32:10
Menor soy que
todas las misericordias, y que toda la verdad que has usado para con tu siervo;
que con mi bordón pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos cuadrillas.
32:11
Líbrame ahora
de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo; no venga quizá, y
me hiera la madre con los hijos.
32:12
Y tú has
dicho: Yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se
puede contar por la multitud.
32:13
Y durmió allí
aquella noche, y tomó de lo que le vino á la mano un presente para su hermano
Esaú.
32:14
Doscientas
cabras y veinte machos de cabrío, doscientas ovejas y veinte carneros,
32:15
Treinta
camellas paridas, con sus hijos, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y
diez borricos.
32:16
Y entrególo
en mano de sus siervos, cada manada de por sí; y dijo á sus siervos: Pasad
delante de mí, y poned espacio entre manada y manada.
32:17
Y mandó al
primero, diciendo: Si Esaú mi hermano te encontrare, y te preguntare, diciendo
¿De quién eres? ¿y adónde vas? ¿y para quién es esto que llevas delante de ti?
32:18
Entonces
dirás: Presente es de tu siervo Jacob, que envía á mi señor Esaú; y he aquí
también él viene tras nosotros.
32:19
Y mandó
también al segundo, y al tercero, y á todos los que iban tras aquellas manadas,
diciendo: Conforme á esto hablaréis á Esaú, cuando le hallareis.
32:20
Y diréis
también: He aquí tu siervo Jacob viene tras nosotros. Porque dijo: Apaciguaré
su ira con el presente que va delante de mí, y después veré su rostro: quizá le
seré acepto.
32:21
Y pasó el
presente delante de él; y él durmió aquella noche en el campamento.
32:22
Y levantóse
aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y
pasó el vado de Jaboc.
32:23
Tomólos pues,
y pasólos el arroyo, é hizo pasar lo que tenía.
32:24
Y quedóse
Jacob solo, y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
32:25
Y como vió
que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y descoyuntóse el
muslo de Jacob mientras con él luchaba.
32:26
Y dijo:
Déjame, que raya el alba. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices.
32:27
Y él le dijo:
¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.
32:28
Y él dijo: No
se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel: porque has peleado con Dios y con los
hombres, y has vencido.
32:29
Entonces
Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y él respondió: ¿Por qué preguntas
por mi nombre? Y bendíjolo allí.
32:30
Y llamó Jacob
el nombre de aquel lugar Peniel: porque vi á Dios cara á cara, y fué librada mi
alma.
32:31
Y salióle el
sol pasado que hubo á Peniel; y cojeaba de su anca.
32:32
Por esto no
comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual
está en el encaje del muslo: porque tocó á Jacob este sitio de su muslo en el
tendón que se contrajo.
Gen 32:1 A la mañana siguiente, Labán besó a
sus hijos e hijas, les bendijo y se volvió a su lugar.
Gen 32:2 Jacob se fue por su camino, y le salieron al encuentro ángeles de
Dios.
Gen 32:3 Al verlos, dijo Jacob: «Este es el campamento de Dios»; y llamó a
aquel lugar Majanáyim.
Gen 32:4 Jacob envió mensajeros por delante hacia su hermano Esaú, al país
de Seír, la estepa de Edom,
Gen 32:5 encargándoles: «Diréis a mi señor Esaú: Así dice tu siervo Jacob:
Fui a pasar una temporada con Labán, y me he demorado hasta hoy.
Gen 32:6 Me hice con bueyes, asnos, ovejas, siervos y siervas; y ahora mando
a avisar a mi señor, para hallar gracia a sus ojos.»
Gen 32:7 Los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: «Hemos ido donde tu
hermano Esaú, y él mismo viene a tu encuentro con cuatrocientos hombres.»
Gen 32:8 Jacob se asustó mucho y se llenó de angustia; dividió a sus gentes,
las ovejas, vacas y camellos, en dos campamentos,
Gen 32:9 y dijo: «Si llega Esaú a uno de los campamentos y lo ataca, se
salvará el otro.»
Gen 32:10 Y dijo Jacob: «¡Oh Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre
Isaac, Yahveh, que me dijiste: "Vuelve a tu tierra y a tu patria, que yo
seré bueno contigo",
Gen 32:11 qué poco merecía yo todas las mercedes y toda la confianza que has
dado a tu siervo! Pues con solo mi cayado pasé este Jordán y ahora he venido
a formar dos campamentos.
Gen 32:12 Líbrame de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le
temo, no sea que venga y nos ataque, a la madre junto con los hijos.
Gen 32:13 Que fuiste tú quien dijiste: "Yo seré bueno de veras contigo y
haré tu descendencia como la arena del mar, que no se puede contar de tanta
como hay."»
Gen 32:14 Y Jacob pasó allí aquella noche. Tomó de lo que tenía a mano un
regalo para su hermano Esaú,
Gen 32:15 consistente en doscientas cabras y veinte machos cabríos,
doscientas ovejas y veinte carneros,
Gen 32:16 treinta camellas criando, junto con sus crías, cuarenta vacas y
diez toros, veinte asnas y diez garañones,
Gen 32:17 y repartiéndolo en manadas independientes, los confió a sus
siervos y les dijo: «Pasad delante de mí, dejando espacio entre manada y
manada.»
Gen 32:18 Y al primero le encargó: «Cuando te salga al paso mi hermano Esaú
y te pregunte "de quién eres y adónde vas, y para quién es eso que va
delante de ti",
Gen 32:19 dices: "De tu siervo Jacob; es un regalo enviado para mi señor
Esaú. Precisamente, él mismo viene detrás de nosotros."»
Gen 32:20 El mismo encargo hizo también al segundo, como asimismo al tercero
y a todos los que iban tras las manadas diciendo: «En estos términos
hablaréis a Esaú cuando le encontréis,
Gen 32:21 añadiendo: "Precisamente, tu siervo Jacob viene detrás de
nosotros."» Pues se decía: «Voy a ganármelo con el regalo que me precede,
tras de lo cual me entrevistaré con él; tal vez me haga buena cara.»
Gen 32:22 Así, pues, mandó el regalo por delante, y él pasó aquella noche en
el campamento.
Gen 32:23 Aquella noche se levantó, tomó a sus dos mujeres con sus dos
siervas y a sus once hijos y cruzó el vado de Yabboq.
Gen 32:24 Les tomó y les hizo pasar el río, e hizo pasar también todo lo que
tenía.
Gen 32:25 Y habiéndose quedado Jacob solo, estuvo luchando alguien con él
hasta rayar el alba.
Gen 32:26 Pero viendo que no le podía, le tocó en la articulación femoral, y
se dislocó el fémur de Jacob mientras luchaba con aquél.
Gen 32:27 Este le dijo: «Suéltame, que ha rayado el alba.» Jacob respondió:
«No te suelto hasta que no me hayas bendecido.»
Gen 32:28 Dijo el otro: «¿Cuál es tu nombre?» - «Jacob.» -
Gen 32:29 «En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido
fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has vencido.»
Gen 32:30 Jacob le preguntó: «Dime por favor tu nombre.» - «¿ Para qué
preguntas por mi nombre?» Y le bendijo allí mismo.
Gen 32:31 Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues (se dijo): «He visto a Dios
cara a cara, y tengo la vida salva.»
Gen 32:32 El sol salió así que hubo pasado Penuel, pero él cojeaba del
muslo.
Gen 32:33 Por eso los israelitas no comen, hasta la fecha, el nervio
ciático, que está sobre la articulación del muslo, por haber sido tocado
Jacob en la articulación femoral, en el nervio ciático.
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Capítulo 33
33:1
Y ALZANDO
Jacob sus ojos miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él:
entonces repartió él los niños entre Lea y Rachêl y las dos siervas.
33:2
Y puso las
siervas y sus niños delante; luego á Lea y á sus niños; y á Rachêl y á José los
postreros.
33:3
Y él pasó
delante de ellos, é inclinóse á tierra siete veces, hasta que llegó á su
hermano.
33:4
Y Esaú corrió
á su encuentro, y abrazóle, y echóse sobre su cuello, y le besó; y lloraron.
33:5
Y alzó sus
ojos, y vió las mujeres y los niños, y dijo: ¿Qué te tocan éstos? Y él
respondió: Son los niños que Dios ha dado á tu siervo.
33:6
Y se llegaron
las siervas, ellas y sus niños, é inclináronse.
33:7
Y llegóse Lea
con sus niños, é inclináronse: y después llegó José y Rachêl, y también se
inclinaron.
33:8
Y él dijo: ¿Qué
te propones con todas estas cuadrillas que he encontrado? Y él respondió: El
hallar gracia en los ojos de mi señor.
33:9
Y dijo Esaú:
Harto tengo yo, hermano mío: sea para ti lo que es tuyo.
33:10
Y dijo Jacob:
No, yo te ruego, si he hallado ahora gracia en tus ojos, toma mi presente de mi
mano, pues que así he visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios;
y hazme placer.
33:11
Toma, te
ruego, mi dádiva que te es traída; porque Dios me ha hecho merced, y todo lo
que hay aquí es mío. Y porfió con él, y tomóla.
33:12
Y dijo: Anda,
y vamos; y yo iré delante de ti.
33:13
Y él le dijo:
Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y
si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas.
33:14
Pase ahora mi
señor delante de su siervo, y yo me iré poco á poco al paso de la hacienda que
va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue á mi señor á Seir.
33:15
Y Esaú dijo:
Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y él dijo: ¿Para qué esto?
halle yo gracia en los ojos de mi señor.
33:16
Así se volvió
Esaú aquel día por su camino á Seir.
33:17
Y Jacob se
partió á Succoth, y edificó allí casa para sí, é hizo cabañas para su ganado:
por tanto llamó el nombre de aquel lugar Succoth.
33:18
Y vino Jacob
sano á la ciudad de Sichêm, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de
Padan-aram; y acampó delante de la ciudad.
33:19
Y compró una
parte del campo, donde tendió su tienda, de mano de los hijos de Hamor, padre
de Sichêm, por cien piezas de moneda.
33:20
Y erigió allí
un altar, y llamóle: El Dios de Israel.
Gen 33:1 Jacob levantó los ojos y al ver que
venía Esaú con cuatrocientos hombres, repartió a los niños entre Lía y
Raquel y las dos siervas.
Gen 33:2 Puso a las siervas y sus niños al frente; después a Lía y sus
niños, y a Raquel y José en la zaga,
Gen 33:3 y él se les adelantó y se inclinó en tierra siete veces, hasta
llegar donde su hermano.
Gen 33:4 Esaú, a su vez, corrió a su encuentro, le abrazó, se le echó al
cuello, le besó y lloró.
Gen 33:5 Levantó luego los ojos, y al ver a las mujeres y a los niños, dijo:
«¿Qué son de ti éstos?» - «Son los hijos que ha otorgado Dios a tu siervo.»
Gen 33:6 Entonces se acercaron las siervas con sus niños, y se inclinaron.
Gen 33:7 Acercóse también Lía con sus niños, y se inclinaron. Y por último
se acercaron José y Raquel y se inclinaron.
Gen 33:8 Dijo Esaú: «¿Qué pretendes con toda esta caravana que acabo de
encontrar?» - «Es para hallar gracias a los ojos de mi señor.»
Gen 33:9 Dijo Esaú: «Tengo bastante, hermano mío; sea para ti lo tuyo.»
Gen 33:10 Replicó Jacob: «De ninguna manera. Si he hallado gracias a tus
ojos, toma mi regalo de mi mano, ya que he visto tu rostro como quien ve el
rostro de Dios, y me has mostrado simpatía.
Gen 33:11 Acepta, pues, el obsequio que te he traído; pues Dios me ha
favorecido y tengo de todo.» E instóle tanto que aceptó.
Gen 33:12 Dijo Esaú: «Vámonos de aquí, y yo te daré escolta.»
Gen 33:13 El le dijo: «Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo
conmigo ovejas y vacas criando; un día de ajetreo bastaría para que muriese
todo el rebaño.
Gen 33:14 Adelántese, pues, mi señor a su siervo, que yo avanzaré despacito,
al paso del ganado que llevo delante, y al paso de los niños, hasta que
llegue donde mi señor, a Seír.»
Gen 33:15 Dijo Esaú: «Entonces voy a destacar contigo a parte de la gente
que me acompaña.» - «¿Para qué tal? Con que halle yo gracia a los ojos de mi
señor...»
Gen 33:16 Rehízo, pues, Esaú aquel mismo día su camino rumbo a Seír,
Gen 33:17 y Jacob partió para Sukkot donde edificó para sí una casa y para
su ganado hizo cabañas. Por donde se llamó aquel lugar Sukkot.
Gen 33:18 Jacob llegó sin novedad a la ciudad de Siquem, que está en el
territorio cananeo, viniendo de Paddán Aram, y acampó frente a la ciudad.
Gen 33:19 Compró a los hijos de Jamor, padre de Siquem, por cien agnos la
parcela de campo donde había desplegado su tienda,
Gen 33:20 erigió allí un altar, y lo llamó de «El», Dios de Israel.
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Capítulo 34
34:1
Y SALIÓ Dina
la hija de Lea, la cual había ésta parido á Jacob, á ver las hijas del país.
34:2
Y vióla Sichêm,
hijo de Hamor Heveo, príncipe de aquella tierra, y tomóla, y echóse con ella, y
la deshonró.
34:3
Mas su alma
se apegó á Dina la hija de Lea, y enamoróse de la moza, y habló al corazón de
la joven.
34:4
Y habló
Sichêm á Hamor su padre, diciendo: Tómame por mujer esta moza.
34:5
Y oyó Jacob
que había Sichêm amancillado á Dina su hija: y estando sus hijos con su ganando
en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.
34:6
Y dirigióse
Hamor padre de Sichêm á Jacob, para hablar con él.
34:7
Y los hijos
de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los
varones, y se ensañaron mucho, porque hizo vileza en Israel echándose con la
hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.
34:8
Y Hamor habló
con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Sichêm se ha apegado á vuestra hija;
ruégoos que se la deis por mujer.
34:9
Y emparentad
con nosotros; dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras.
34:10
Y habitad con
nostros; porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella,
y tomad en ella posesión.
34:11
Sichêm
también dijo á su padre y á sus hermanos: Halle yo gracia en vuestros ojos, y
daré lo que me dijereis.
34:12
Aumentad á
cargo mío mucho dote y dones, que yo daré cuanto me dijereis, y dadme la moza por
mujer.
34:13
Y
respondieron los hijos de Jacob á Sichêm y á Hamor su padre con engaño; y
parlaron, por cuanto había amancillado á Dina su hermana.
34:14
Y dijéronles:
No podemos hacer esto de dar nuestra hermana á hombre que tiene prepucio;
porque entre nosotros es abominación.
34:15
Mas con esta
condición os haremos placer: si habéis de ser como nosotros, que se circuncide
entre vosotros todo varón;
34:16
Entonces os
daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con
vosotros, y seremos un pueblo.
34:17
Mas si no nos
prestareis oído para circuncidaros, tomaremos nuestra hija, y nos iremos.
34:18
Y parecieron
bien sus palabras á Hamor y á Sichêm, hijo de Hamor.
34:19
Y no dilató
el mozo hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado: y él era el
más honrado de toda la casa de su padre.
34:20
Entonces
Hamor y Sichêm su hijo vinieron á la puerta de su ciudad, y hablaron á los
varones de su ciudad, diciendo:
34:21
Estos varones
son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él: pues he
aquí la tierra es bastante ancha para ellos: nosotros tomaremos sus hijas por
mujeres, y les daremos las nuestras.
34:22
Mas con esta
condición nos harán estos hombres el placer de habitar con nosotros, para que
seamos un pueblo: si se circuncidare en nosotros todo varón, así como ellos son
circuncidados.
34:23
Sus ganados,
y su hacienda y todas sus bestias, serán nuestras: solamente convengamos con
ellos, y habitarán con nosotros.
34:24
Y obedecieron
á Hamor y á Sichêm su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y
circuncidaron á todo varón, á cuantos salían por la puerta de su ciudad.
34:25
Y sucedió que
al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, los dos hijos de Jacob, Simeón
y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la
ciudad animosamente, y mataron á todo varón.
34:26
Y á Hamor y á
Sichêm su hijo los mataron á filo de espada: y tomaron á Dina de casa de
Sichêm, y saliéronse.
34:27
Y los hijos
de Jacob vinieron á los muertos y saquearon la ciudad; por cuanto habían
amancillado á su hermana.
34:28
Tomaron sus
ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,
34:29
Y toda su
hacienda; se llevaron cautivos á todos sus niños y sus mujeres, y robaron todo
lo que había en casa.
34:30
Entonces dijo
Jacob á Simeón y á Leví: Habéisme turbado con hacerme abominable á los
moradores de aquesta tierra, el Cananeo y el Pherezeo; y teniendo yo pocos
hombres, juntarse han contra mí, y me herirán, y seré destruido yo y mi casa.
34:31
Y ellos
respondieron ¿Había él de tratar á nuestra hermana como á una ramera?
Gen 34:1 Dina, la hija que Lía había dado a
Jacob, salió una vez a ver a las mujeres del país.
Gen 34:2 Siquem, hijo de Jamor el jivita, príncipe de aquella tierra, la
vio, se la llevó, se acostó con ella y la humilló.
Gen 34:3 Su alma se aficionó a Dina, hija de Jacob, se enamoró de la
muchacha y trató de convencerla.
Gen 34:4 Siquem dijo a su padre Jamor: «Tómame a esta chica por mujer.»
Gen 34:5 Jacob oyó que Siquem había violado a su hija Dina, pero sus hijos
estaban con el ganado en el campo, y Jacob guardó silencio hasta su llegada.
Gen 34:6 Jamor, padre de Siquem, salió a donde Jacob para hablar con él.
Gen 34:7 Los hijos de Jacob volvieron del campo al oírlo, y se indignaron
los hombres y les dio mucha rabia la afrenta hecha por Siquem acostándose
con la hija de Jacob: «Eso no se hace.»
Gen 34:8 Jamor habló con ellos diciendo: «Mi hijo Siquem se ha prendado de
vuestra hija, así que dádsela por mujer.
Gen 34:9 Emparentad con nosotros: dadnos vuestras hijas, y tomad para
vosotros la nuestras.
Gen 34:10 Quedaos a vivir con nosotros: tenéis la tierra franca. Instalaos,
circulad libremente y adquirid propiedades.»
Gen 34:11 Siquem dijo al padre y a los hermanos de la chica: «Ojalá me
concedáis vuestro favor, y yo os daré lo que me pidáis.
Gen 34:12 Pedidme cualquier dote, por grande que sea, que yo os daré cuanto
me digáis; pero dadme a la muchacha por mujer.»
Gen 34:13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Jamor con
disimulo, y dirigiéndose a aquel que había violado a su hermana Dina,
Gen 34:14 dijeron: «No podemos hacer tal cosa: dar nuestra hermana a uno que
es incircunciso, porque eso es una vergüenza para nosotros.
Gen 34:15 Tan sólo os la daremos a condición de que os hagáis como nosotros,
circuncidándose todos vuestros varones.
Gen 34:16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos para nosotros las
vuestras, nos quedaremos con vosotros y formaremos un solo pueblo.
Gen 34:17 Pero si no nos escucháis respecto a la circuncisión, entonces
tomaremos a nuestra hija y nos iremos.»
Gen 34:18 Sus palabras parecieron bien a Jamor y a Siquem, hijo de Jamor,
Gen 34:19 y el muchacho no tardó en ponerlo en práctica, porque quería a la
hija de Jacob. El mismo era el más honorable de toda la casa de su padre.
Gen 34:20 Jamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad y
hablaron a todos sus conciudadanos diciéndoles:
Gen 34:21 «Estos hombres nos vienen en son de paz. Que se queden en el país
y a circulen libremente, pues y a veis que pueden disponer de tierra
espaciosa. Tomemos a sus hijas por mujeres y démosles las nuestras.
Gen 34:22 Pero sólo con esta condición accederán estos hombres a quedarse
con nosotros para formar un solo pueblo: que nos circuncidemos todos los
varones; igual que ellos están circuncidados.
Gen 34:23 Sus ganados y hacienda y todas sus bestias, ¿no van a ser para
nosotros? Así que lleguemos a un acuerdo con ellos y que se queden con
nosotros.»
Gen 34:24 Todos los que salían por la puerta de la ciudad escucharon a Jamor
y a su hijo Siquem, y se circuncidó todo varón que salía por las puertas de
la ciudad.
Gen 34:25 Pues bien, al tercer día, mientras ellos estaban adoloridos, dos
hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, blandieron cada uno su
espada y entrando en la ciudad sin peligro mataron a todo varón.
Gen 34:26 También mataron a Jamor y a Siquem a filo de espada, y tomando a
Dina de la casa de Siquem, salieron.
Gen 34:27 Los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos, pillaron la ciudad
que había violado a su hermana,
Gen 34:28 se apoderaron de sus rebaños, vacadas y asnos, cuanto había en la
ciudad y cuanto había en el campo,
Gen 34:29 saquearon toda su hacienda y sus pequeñuelos y sus mujeres, y
pillaron todo lo que había dentro.
Gen 34:30 Jacob dijo a Simeón y a Leví: «Me habéis puesto a malas haciéndome
odioso entre los habitantes de este país, los cananeos y los perizitas, pues
yo dispongo de unos pocos hombres, y ellos van a juntarse contra mí, me
atacarán y seré aniquilado yo y mi casa.»
Gen 34:31 Replicaron ellos: «¿Es que iban a tratar a nuestra hermana como a
una prostituta?»
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Capítulo 35
35:1
Y DIJO Dios á
Jacob: Levántate, sube á Beth-el, y estáte allí; y haz allí un altar al Dios
que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú.
35:2
Entonces
Jacob dijo á su familia y á todos los que con él estaban: Quitad los dioses
ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos.
35:3
Y levantémonos,
y subamos á Beth-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi
angustia, y ha sido conmigo en el camino que he andado.
35:4
Así dieron á
Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarzillos que
estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina, que estaba
junto á Sichêm.
35:5
Y
partiéronse, y el terror de Dios fué sobre las ciudades que había en sus
alrededores, y no siguieron tras los hijos de Jacob.
35:6
Y llegó Jacob
á Luz, que está en tierra de Canaán, (esta es Beth-el) él y todo el pueblo que
con él estaba;
35:7
Y edificó
allí un altar, y llamó el lugar El-Beth-el, porque allí le había aparecido
Dios, cuando huía de su hermano.
35:8
Entonces
murió Débora, ama de Rebeca, y fue sepultada á las raíces de Beth-el, debajo de
una encina: y llamóse su nombre Allon-Bacuth.
35:9
Y aparecióse
otra vez Dios á Jacob, cuando se había vuelto de Padan-aram, y bendíjole.
35:10
Y díjole
Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será
tu nombre: y llamó su nombre Israel.
35:11
Y díjole
Dios: Yo soy el Dios Omnipotente: crece y multiplícate; una nación y conjunto
de naciones procederá de ti, y reyes saldrán de tus lomos:
35:12
Y la tierra
que yo he dado á Abraham y á Isaac, la daré á ti: y á tu simiente después de ti
daré la tierra.
35:13
Y fuése de él
Dios, del lugar donde con él había hablado.
35:14
Y Jacob
erigió un título en el lugar donde había hablado con él, un título de piedra, y
derramó sobre él libación, y echó sobre él aceite.
35:15
Y llamó Jacob
el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con él, Beth-el.
35:16
Y partieron
de Beth-el, y había aún como media legua de tierra para llegar á Ephrata,
cuando parió Rachêl, y hubo trabajo en su parto.
35:17
Y aconteció,
que como había trabajo en su parir, díjole la partera: No temas, que también
tendrás este hijo.
35:18
Y acaeció que
al salírsele el alma, (pues murió) llamó su nombre Benoni; mas su padre lo
llamó Benjamín.
35:19
Así murió
Rachêl, y fué sepultada en el camino del Ephrata, la cual es Beth-lehem.
35:20
Y puso Jacob
un título sobre su sepultura: este es el título de la sepultura de Rachêl hasta
hoy.
35:21
Y partió
Israel, y tendió su tienda de la otra parte de Migdaleder.
35:22
Y acaeció,
morando Israel en aquella tierra, que fué Rubén y durmió con Bilha la concubina
de su padre; lo cual llegó á entender Israel. Ahora bien, los hijos de Israel
fueron doce:
35:23
Los hijos de
Lea: Rubén el primogénito de Jacob, y Simeón, y Leví, y Judá, é Issachâr, y
Zabulón.
35:24
Los hijos de
Rachêl: José, y Benjamín.
35:25
Y los hijos
de Bilha, sierva de Rachêl: Dan, y Nephtalí.
35:26
Y los hijos
de Zilpa, sierva de Lea: Gad, y Aser. Estos fueron los hijos de Jacob, que le
nacieron en Padan-aram.
35:27
Y vino Jacob
á Isaac su padre á Mamre, á la ciudad de Arba, que es Hebrón, donde habitaron
Abraham é Isaac.
35:28
Y fueron los
días de Isaac ciento ochenta años.
35:29
Y exhaló
Isaac el espíritu, y murió, y fué recogido á sus pueblos, viejo y harto de
días; y sepultáronlo Esaú y Jacob sus hijos.
Gen 35:1 Dios dijo a Jacob: «Levántate, sube
a Betel y te estableces allí, haciendo un altar al Dios que se te apareció
cuando huías de tu hermano Esaú.»
Gen 35:2 Jacob dijo a su casa y a todos los que le acompañaban: «Retirad los
dioses extraños que hay entre vosotros. Purificaos, y mudaos de vestido.
Gen 35:3 Luego, levantémonos y subamos a Betel, y haré allí un altar al Dios
que me dio respuesta favorable el día de mi tribulación, y que me asistió en
mi viaje.»
Gen 35:4 Ellos entregaron a Jacob todos los dioses extraños que había en su
poder, y los anillos de sus orejas, y Jacob los escondió debajo de la encina
que hay al pie de Siquem.
Gen 35:5 Partieron, pues, y un pánico divino cayó sobre las ciudades de sus
contornos; así no persiguieron a los hijos de Jacob.
Gen 35:6 Jacob llegó a Luz, que está en territorio cananeo - es Betel -
junto con todo el pueblo que le acompañaba,
Gen 35:7 y edificó allí un altar, llamando al lugar El Betel, porque allí
mismo se le había aparecido Dios cuando huía de su hermano.
Gen 35:8 Débora, la nodriza de Rebeca, murió y fue sepultada en las
inmediaciones de Betel, debajo de una encina; y él la llamó la Encina del
Llanto.
Gen 35:9 Dios se apareció a Jacob una vez más a su llegada de Paddán Aram y
le bendijo.
Gen 35:10 Díjole Dios: «Tu nombre es Jacob, pero ya no te llamarás Jacob,
sino que tu nombre será Israel.» Y le llamó Israel.
Gen 35:11 Díjole Dios: «Yo soy El Sadday. Sé fecundo y multiplícate. Un
pueblo, una asamblea de pueblos tomará origen de ti y saldrán reyes de tus
entrañas.
Gen 35:12 La tierra que di a Abraham e Isaac, a ti te la doy, y a tu
descendencia y sucesión daré esta tierra.»
Gen 35:13 Y Dios subió de su lado.
Gen 35:14 Jacob erigió una estela en el lugar donde había hablado Dios con
él: una estela de piedra; derramó sobre ella una libación, y vertió sobre
ella aceite.
Gen 35:15 Jacob llamó a lugar donde había hablado Dios con él «Betel».
Gen 35:16 Partieron de Betel, y cuando aún faltaba un trecho hasta Efratá,
Raquel tuvo un mal parto.
Gen 35:17 Sucedió que, en medio de los apuros del parto, le dijo la
comadrona: «¡Animo, que también este es hijo!»
Gen 35:18 Entonces ella, al exhalar el alma, cuando moría, le llamó Ben Oní;
pero su padre le llamó Benjamín.
Gen 35:19 Murió Raquel y fue sepultada en el camino de Efratá, o sea Belén.
Gen 35:20 Jacob erigió una estela sobre su sepulcro: es la estela del
sepulcro de Raquel hasta hoy.
Gen 35:21 Israel partió y desplegó su tienda más allá de Migdal Eder.
Gen 35:22 Sucedió por entonces, mientras Israel residía en aquel país, que
fue Rubén y se acostó con Bilhá, la concubina de su padre, e Israel se
enteró de ello. Los hijos de Jacob fueron doce.
Gen 35:23 Hijos de Lía: el primogénito de Jacob, Rubén; después Simeón,
Leví, Judá, Isacar y Zabulón.
Gen 35:24 Hijos de Raquel: José y Benjamín.
Gen 35:25 Hijos de Bilhá, la esclava de Raquel: Dan y Neftalí.
Gen 35:26 Hijos de Zilpá, la esclava de Lía: Gad y Aser. Estos fueron los
hijos de Jacob, que le nacieron en Paddán Aram.
Gen 35:27 Jacob llegó adonde su padre Isaac, a Mambré o Quiryat Arbá, - o
sea, Hebrón - donde residieron Abraham e Isaac.
Gen 35:28 Isaac alcanzó la edad de 180 años.
Gen 35:29 Entonces Isaac expiró y murió, fue a reunirse con su pueblo,
anciano y lleno de días. Le sepultaron sus hijos Esaú y Jacob.
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Capítulo 36
36:1
Y ESTAS son
las generaciones de Esaú, el cual es Edom.
36:2
Esaú tomó sus
mujeres de las hijas de Canaán: á Ada, hija de Elón Hetheo, y á Aholibama, hija
de Ana, hija de Zibeón el Heveo;
36:3
Y á Basemath,
hija de Ismael, hermana de Navaioth.
36:4
Y Ada parió á
Esaú á Eliphaz; y Basemath parió á Reuel.
36:5
Y Aholibama
parió á Jeús, y á Jaalam, y á Cora: estos son los hijos de Esaú, que le
nacieron en la tierra de Canaán.
36:6
Y Esaú tomó
sus mujeres, y sus hijos, y sus hijas, y todas las personas de su casa, y sus
ganados, y todas sus bestias, y toda su hacienda que había adquirido en la
tierra de Canaán, y fuése á otra tierra de delante de Jacob su hermano.
36:7
Porque la
hacienda de ellos era grande, y no podían habitar juntos, ni la tierra de su
peregrinación los podía sostener á causa de sus ganados.
36:8
Y Esaú habitó
en el monte de Seir: Esaú es Edom.
36:9
Estos son los
linajes de Esaú, padre de Edom, en el monte de Seir.
36:10
Estos son los
nombres de los hijos de Esaú: Eliphaz, hijo de Ada, mujer de Esaú; Reuel, hijo
de Basemath, mujer de Esaú.
36:11
Y los hijos de
Eliphaz fueron Temán, Omar, Zepho, Gatam, y Cenaz.
36:12
Y Timna fué
concubina de Eliphaz, hijo de Esaú, la cual le parió á Amalec: estos son los
hijos de Ada, mujer de Esaú.
36:13
Y los hijos de
Reuel fueron Nahath, Zera, Samma, y Mizza: estos son los hijos de Basemath,
mujer de Esaú.
36:14
Estos fueron
los hijos de Aholibama, mujer de Esaú, hija de Ana, que fué hija de Zibeón:
ella parió á Esaú á Jeús, Jaalam, y Cora.
36:15
Estos son los
duques de los hijos de Esaú. Hijos de Eliphaz, primogénito de Esaú: el duque
Temán, el duque Omar, el duque Zepho, el duque Cenaz,
36:16
El duque
Cora, el duque Gatam, y el duque Amalec: estos son los duques de Eliphaz en la
tierra de Edom; estos fueron los hijos de Ada.
36:17
Y estos son
los hijos de Reuel, hijo de Esaú: el duque Nahath, el duque Zera, el duque
Samma, y el duque Mizza: estos son los duques de la línea de Reuel en la tierra
de Edom; estos hijos vienen de Basemath, mujer de Esaú.
36:18
Y estos son
los hijos de Aholibama, mujer de Esaú: el duque Jeús, el duque Jaalam, y el
duque Cora: estos fueron los duques que salieron de Aholibama, mujer de Esaú,
hija de Ana.
36:19
Estos, pues,
son los hijos de Esaú, y sus duques: él es Edom.
36:20
Y estos son
los hijos de Seir Horeo, moradores de aquella tierra: Lotán, Sobal, Zibeón,
Ana,
36:21
Disón, Ezer,
y Disán: estos son los duques de los Horeos, hijos de Seir en la tierra de
Edom.
36:22
Los hijos de
Lotán fueron Hori y Hemán; y Timna fué hermana de Lotán.
36:23
Y los hijos
de Sobal fueron Alván, Manahath, Ebal, Sepho, y Onán.
36:24
Y los hijos
de Zibeón fueron Aja, y Ana. Este Ana es el que descubrió los mulos en el
desierto, cuando apacentaba los asnos de Zibeón su padre.
36:25
Los hijos de Ana
fueron Disón, y Aholibama, hija de Ana.
36:26
Y estos
fueron los hijos de Disón: Hemdán, Eshbán, Ithram, y Cherán.
36:27
Y estos
fueron los hijos de Ezer: Bilhán, Zaaván, y Acán.
36:28
Estos fueron
los hijos de Disán: Huz, y Arán.
36:29
Y estos fueron
los duques de los Horeos: el duque Lotán, el duque Sobal, el duque Zibeón, el
duque Ana.
36:30
El duque
Disón, el duque Ezer, el duque Disán: estos fueron los duques de los Horeos:
por sus ducados en la tierra de Seir.
36:31
Y los reyes
que reinaron en la tierra de Edom, antes que reinase rey sobre los hijos de
Israel, fueron estos:
36:32
Bela, hijo de
Beor, reinó en Edom: y el nombre de su ciudad fué Dinaba.
36:33
Y murió Bela,
y reinó en su lugar Jobab, hijo de Zera, de Bosra.
36:34
Y murió Jobab,
y en su lugar reinó Husam, de tierra de Temán.
36:35
Y murió
Husam, y reinó en su lugar Adad, hijo de Badad, el que hirió á Midián en el
campo de Moab: y el nombre de su ciudad fué Avith.
36:36
Y murió Adad,
y en su lugar reinó Samla, de Masreca.
36:37
Y murió
Samla, y reinó en su lugar Saúl, de Rehoboth del Río.
36:38
Y murió Saúl,
y en lugar suyo reinó Baalanán, hijo de Achbor.
36:39
Y murió
Baalanán, hijo de Achbor, y reinó Adar en lugar suyo: y el nombre de su ciudad fué
Pau; y el nombre de su mujer Meetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.
36:40
Estos, pues,
son los nombres de los duques de Esaú por sus linajes, por sus lugares, y sus
nombres: el duque Timna, el duque Alva, el duque Jetheth,
36:41
El duque
Aholibama, el duque Ela, el duque Pinón,
36:42
El duque
Cenaz, el duque Temán, el duque Mibzar,
36:43
El duque
Magdiel, y el duque Hiram. Estos fueron los duques de Edom por sus habitaciones
en la tierra de su posesión. Edom es el mismo Esaú, padre de los Idumeos.
Gen 36:1 Este es el linaje de Esaú, o sea
Edom.
Gen 36:2 Esaú tomó a sus mujeres de entre las cananeas: a Adá, hija de Elón
el hitita, a Oholibamá, hija de Aná, hijo de Sibeón el jorita,
Gen 36:3 y a Basmat, hija de Ismael, la hermana de Nebayot.
Gen 36:4 Adá dio a luz para Esaú a Elifaz, Basmat le dio a Reuel.
Gen 36:5 Oholibamá le dio a Yeús, Yalam y Coré. Estos son los hijos que le
nacieron a Esaú en Canaán.
Gen 36:6 Esaú tomó a sus mujeres, hijos e hijas y a todas la personas de su
casa, su ganado, todas sus bestias y toda la hacienda que había logrado en
territorio cananeo, y se fue al país de Seír, enfrente de su hermano Jacob,
Gen 36:7 porque los bienes de entrambos eran demasiados para poder vivir
juntos, y el país donde residían no daba abasto para tanto ganado como
tenían.
Gen 36:8 Esaú se estableció, pues, en la tierra de Seír. Esaú es Edom.
Gen 36:9 Estos son los descendientes de Esaú, padre de Edom, en la montaña
de Seír,
Gen 36:10 y éstos los nombres de sus hijos: Elifaz, hijo de Adá, mujer de
Esaú, y Reuel, hijo de Basmat, mujer de Esaú.
Gen 36:11 Los hijos de Elifaz fueron: Temán, Omar, Sefó, Gaetam y Quenaz.
Gen 36:12 Timná fue concubina de Elifaz, hijo de Esaú, y dio a luz a Amalec.
Estos son los descendientes de Adá, mujer de Esaú.
Gen 36:13 Y estos son los hijos de Reuel: Nájat, Zéraj, Sammá y Mizzá. Estos
son los descendientes de Basmat, mujer de Esaú.
Gen 36:14 Los hijos de la mujer de Esaú, Oholibamá, hija de Aná, hijo de
Sibeón, que ella dio a luz a Esaú, fueron éstos: Yeús, Yalam y Coré.
Gen 36:15 He aquí los jeques de los hijos de Esaú. De los hijos de Elifaz,
primogénito de Esaú: el jeque Temán, el jeque Omar, el jeque Sefó, el jeque
Quenaz,
Gen 36:16 el jeque Gaetam, el jeque Amalec. Estos son los jeques de Elifaz,
en el país de Edom, y éstos los descendientes de Adá.
Gen 36:17 Los hijos de Reuel, hijo de Esaú, fueron: el jeque Najat, el jeque
Zéraj, el jeque Sammá, el jeque Mizzá. Estos son los jeque de Reuel, en el
país de Edom; y éstos los descendientes de Basmat, mujer de Esaú.
Gen 36:18 Los hijos de Oholibamá, mujer de Esaú, fueron: el jeque Yeús, el
jeque Yalam, el jeque Coré. Estos son los jeques de Oholibamá, hija de Aná,
mujer de Esaú.
Gen 36:19 Estos son los hijos de Esaú y éstos sus jeques, los de Edom.
Gen 36:20 He aquí los hijos de Seír el jorita, que habitaban en aquella
tierra: Lotán, Sobal, Sibeón, Aná,
Gen 36:21 Disón, Eser y Disán. Estos son los jeques de los joritas, hijos de
Seír, en el país de Edom.
Gen 36:22 Los hijos de Lotán fueron: Jorí y Hemam, y hermana de Lotán fue
Timná.
Gen 36:23 Los hijos de Sobal fueron: Alván, Manájat, Ebal, Sefó y Onam.
Gen 36:24 Los hijos de Sibeón: Ayyá y Aná. Este es el mismo Aná que encontró
las aguas termales en el desierto, cuando apacentaba los asnos de su padre
Sibeón.
Gen 36:25 Los hijos de Aná: Disón y Oholibamá, hijo de Aná.
Gen 36:26 Los hijos de Disón: Jemdán, Esbán, Yitrán y Kerán.
Gen 36:27 Los hijos de Eser: Bilhán, Zaaván y Acán.
Gen 36:28 Los hijos de Disán: Us y Arán.
Gen 36:29 Estos son los jeques joritas: el jeque Lotán, el jeque Sobal, el
jeque Sibeón, el jeque Aná,
Gen 36:30 el jeque Disón, el jeque Eser, el jeque Disán. Estos son los
jeques joritas según sus clanes en el país de Seír.
Gen 36:31 Estos son los reyes que reinaron en Edom, antes de reinar rey
alguno de los israelitas.
Gen 36:32 Reinó en Edom Belá, hijo de Beor; y el nombre de su ciudad era
Dinhabá.
Gen 36:33 Murió Belá, y reinó en su lugar Yobab, hijo de Zéraj, de Bosrá.
Gen 36:34 Murió Yobab, y reinó en su lugar Jusam, del país de los temanitas.
Gen 36:35 Murió Jusam, y reinó en su lugar Hadad, hijo de Bedad, el que
derrotó a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su ciudad era Avit.
Gen 36:36 Murió Hadad, y reinó en su lugar Samlá de Masrecá.
Gen 36:37 Murió Samlá, y reinó en su lugar Saúl, de Rejobot del Río.
Gen 36:38 Murió Saúl, y reinó en su lugar Baal Janán hijo de Akbor.
Gen 36:39 Murió Baal Janán hijo de Akbor, y reinó en su lugar Hadad; el
nombre de su ciudad era Pau, y el nombre de su mujer, Mehetabel, hija de
Matred, hija de Mezahab.
Gen 36:40 Estos son los nombres de los jeques de Esaú, según sus familias y
territorios y por sus nombres. El jeque Timná, el jeque Alvá, el jeque
Yetet,
Gen 36:41 el jeque Oholibamá, el jeque Elá, el jeque Pinón.
Gen 36:42 el jeque Quenaz, el jeque Temán, el jeque Mibsar,
Gen 36:43 el jeque Magdiel, el jeque Iram. Estos son los jeques de Edom,
según sus moradas, en las tierras que ocupan. Este es Esaú padre de Edom.
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Capítulo 37
37:1
Y HABITÓ
Jacob en la tierra donde peregrinó su padre, en la tierra de Canaán.
37:2
Estas fueron
las generaciones de Jacob. José, siendo de edad de diez y siete años apacentaba
las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha, y con
los hijos de Zilpa, mujeres de su padre: y noticiaba José á su padre la mala
fama de ellos.
37:3
Y amaba
Israel á José más que á todos sus hijos, porque le había tenido en su vejez: y
le hizo una ropa de diversos colores.
37:4
Y viendo sus
hermanos que su padre lo amaba más que á todos sus hermanos, aborrecíanle, y no
le podían hablar pacíficamente.
37:5
Y soñó José
un sueño y contólo á sus hermanos; y ellos vinieron á aborrecerle más todavía.
37:6
Y él les
dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:
37:7
He aquí que
atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba, y
estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor, y se inclinaban al
mío.
37:8
Y respondiéronle
sus hermanos: ¿Has de reinar tú sobre nosotros, ó te has de enseñorear sobre
nosotros? Y le aborrecieron aún más á causa de sus sueños y de sus palabras.
37:9
Y soñó aún
otro sueño, y contólo á sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro
sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban á mí.
37:10
Y contólo á
su padre y á sus hermanos: y su padre le reprendió, y díjole: ¿Qué sueño es
este que soñaste? ¿Hemos de venir yo y tu madre, y tus hermanos, á inclinarnos
á ti á tierra?
37:11
Y sus
hermanos le tenían envidia, mas su padre paraba la consideración en ello.
37:12
Y fueron sus
hermanos á apacentar las ovejas de su padre en Sichêm.
37:13
Y dijo Israel
á José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Sichêm: ven, y te enviaré á
ellos. Y él respondió: Heme aquí.
37:14
Y él le dijo:
Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la
respuesta. Y enviólo del valle de Hebrón, y llegó á Sichêm.
37:15
Y hallólo un
hombre, andando él perdido por el campo, y preguntóle aquel hombre, diciendo:
¿Qué buscas?
37:16
Y él
respondió: Busco á mis hermanos: ruégote que me muestres dónde pastan.
37:17
Y aquel
hombre respondió: Ya se han ido de aquí; yo les oí decir: Vamos á Dothán.
Entonces José fué tras de sus hermanos, y hallólos en Dothán.
37:18
Y como ellos
lo vieron de lejos, antes que cerca de ellos llegara, proyectaron contra él
para matarle.
37:19
Y dijeron el
uno al otro: He aquí viene el soñador;
37:20
Ahora pues, venid,
y matémoslo y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia le
devoró: y veremos qué serán sus sueños.
37:21
Y como Rubén
oyó esto, librólo de sus manos y dijo: No lo matemos.
37:22
Y díjoles
Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y
no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver á su
padre.
37:23
Y sucedió
que, cuando llegó José á sus hermanos, ellos hicieron desnudar á José su ropa,
la ropa de colores que tenía sobre sí;
37:24
Y tomáronlo,
y echáronle en la cisterna; mas la cisterna estaba vacía, no había en ella
agua.
37:25
Y sentáronse
á comer pan: y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de Ismaelitas
que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas y bálsamo y mirra, é iban á
llevarlo á Egipto.
37:26
Entonces Judá
dijo á sus hermanos: ¿Qué provecho el que matemos á nuestro hermano y
encubramos su muerte?
37:27
Venid, y
vendámosle á los Ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; que nuestro
hermano es nuestra carne. Y sus hermanos acordaron con él.
37:28
Y como
pasaban los Midianitas mercaderes, sacaron ellos á José de la cisterna, y
trajéronle arriba, y le vendieron á los Ismaelitas por veinte piezas de plata.
Y llevaron á José á Egipto.
37:29
Y Rubén volvió
á la cisterna, y no halló á José dentro, y rasgó sus vestidos.
37:30
Y tornó á sus
hermanos y dijo: El mozo no parece; y yo, ¿adónde iré yo?
37:31
Entonces
tomaron ellos la ropa de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron
la ropa con la sangre;
37:32
Y enviaron la
ropa de colores y trajéronla á su padre, y dijeron: Esta hemos hallado,
reconoce ahora si es ó no la ropa de tu hijo.
37:33
Y él la
conoció, y dijo: La ropa de mi hijo es; alguna mala bestia le devoró; José ha sido
despedazado.
37:34
Entonces
Jacob rasgó sus vestidos, y puso saco sobre sus lomos, y enlutóse por su hijo
muchos días.
37:35
Y
levantáronse todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso
tomar consolación, y dijo: Porque yo tengo de descender á mi hijo enlutado
hasta la sepultura. Y llorólo su padre.
37:36
Y los
Midianitas lo vendieron en Egipto á Potiphar, eunuco de Faraón, capitán de los
de la guardia.
Gen 37:1 Jacob, por su parte, se estableció
en el que fue país residencial de su padre, el país de Canaán.
Gen 37:2 Esta es la historia de Jacob. José tenía diecisiete años. Estaba de
pastor de ovejas con sus hermanos - él, muchacho todavía, con los hijos de
Bilhá y los de Zilpá, mujeres de su padre. Y José comunicó a su padre lo mal
que se hablaba de ellos.
Gen 37:3 Israel amaba a José más que a todos los demás hijos, por ser para
él el hijo de la ancianidad. Le había hecho una túnica de manga larga.
Gen 37:4 Vieron sus hermanos cómo le prefería su padre a todos sus otros
hijos, y le aborrecieron hasta el punto de no poder ni siquiera saludarle.
Gen 37:5 José tuvo un sueño y lo manifestó a sus hermanos, quienes le
odiaron más aún.
Gen 37:6 Les dijo: «Oíd el sueño que he tenido.
Gen 37:7 Me parecía que nosotros estábamos atando gavillas en el campo, y he
aquí que mi gavilla se levantaba y se tenía derecha, mientras que vuestras
gavillas le hacían rueda y se inclinaban hacia la mía.»
Gen 37:8 Sus hermanos le dijeron: «¿Será que vas a reinar sobre nosotros o
que vas a tenernos domeñados?» Y acumularon todavía más odio contra él por
causa de sus sueños y de su palabras.
Gen 37:9 Volvió a tener otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Díjoles:
«He tenido otro sueño: Resulta que el sol, la luna y once estrellas se
inclinaban ante mí.»
Gen 37:10 Se lo contó a su padre y a sus hermanos, y su padre le reprendió y
le dijo: «¿Qué sueño es ése que has tenido? ¿Es que yo, tu madre y tus
hermanos vamos a venir a inclinarnos ante ti hasta el suelo?»
Gen 37:11 Sus hermanos le tenían envidia, mientras que su padre
reflexionaba.
Gen 37:12 Fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem,
Gen 37:13 y dijo Israel a José: «¿No están tus hermanos pastoreando en
Siquem? Ve de mi parte a donde ellos.» Dijo: «Estoy listo.»
Gen 37:14 Díjole: «Anda, vete a ver si tus hermanos siguen sin novedad, y lo
mismo el ganado, y tráeme noticias.» Le envió, pues, desde el valle de
Hebrón, y José fue a Siquem.
Gen 37:15 Encontróse con él un hombre mientras estaba discurriendo por el
campo. El hombre le preguntó: «¿Qué buscas?»
Gen 37:16 Díjole: «Estoy buscando a mis hermanos. Indícame, por favor, dónde
están pastoreando.»
Gen 37:17 El hombre le dijo: «Partieron de aquí, pues yo les oí decir:
"Vamos a Dotán."» José fue detrás de sus hermanos y los encontró en Dotán.
Gen 37:18 Ellos le vieron de lejos, y antes que se les acercara, conspiraron
contra él para matarle,
Gen 37:19 y se decían mutuamente: «Por ahí viene el soñador.
Gen 37:20 Ahora, pues, venid, matémosle y echémosle en un pozo cualquiera, y
diremos que algún animal feroz le devoró. Veremos entonces en qué paran sus
sueños.»
Gen 37:21 Rubén lo oyó y le libró de sus manos. Dijo: «No atentemos contra
su vida.»
Gen 37:22 Rubén les dijo: «No derraméis sangre. Echadle a ese pozo que hay
en el páramo, pero no pongáis la mano sobre él.» Su intención era de
salvarle de sus hermanos para devolverle a su padre.
Gen 37:23 Y ocurrió, que cuando llegó José donde sus hermanos, éstos
despojaron a José de su túnica - aquella túnica de manga larga que llevaba
puesta -,
Gen 37:24 y echándole mano le arrojaron al pozo. Aquel pozo estaba vacío,
sin agua.
Gen 37:25 Luego se sentaron a comer. Y levantando los ojos divisaron una
caravana de ismaelitas que venían de Galaad, con camellos cargados de
almáciga, sandáraca y ládano, que iban bajando hacia Egipto.
Gen 37:26 Entonces dijo Judá a sus hermanos: «¿Qué aprovecha el que
asesinemos a nuestro hermano y luego tapemos su sangre?
Gen 37:27 Venid vamos a venderle a los ismaelitas, pero no pongamos la mano
en él, porque es nuestro hermano, carne nuestra.» Y sus hermanos asintieron.
Gen 37:28 Pasaron unos madianitas mercaderes, y descubriéndole subieron a
José del pozo. Vendieron a José a los ismaelitas por veinte piezas de plata,
y éstos se llevaron a José a Egipto.
Gen 37:29 Vuelve Rubén al pozo, y he aquí que José nos estaba en el pozo. El
desgarró sus ropas,
Gen 37:30 y volviendo donde sus hermanos les dijo: «El niño no aparece, y yo
¿qué hago ahora?»
Gen 37:31 Entonces tomaron la túnica de José, y degollando un cabrito,
tiñeron la túnica en sangre,
Gen 37:32 y enviaron la túnica de manga larga, haciéndola llegar hasta su
padre con este recado: «Esto hemos encontrado: examina si se trata de la
túnica de tu hijo, o no.»
Gen 37:33 El la examinó y dijo: «¡Es la túnica de mi hijo! ¡Algún animal
feroz le ha devorado! ¡José ha sido despedazado!»
Gen 37:34 Jacob desgarró su vestido, se echó un sayal a la cintura e hizo
duelo por su hijo durante muchos días.
Gen 37:35 Todos sus hijos e hijas acudieron a consolarle, pero él rehusaba
consolarse y decía: «Voy a bajar en duelo al seol donde mi hijo.» Y su padre
le lloraba.
Gen 37:36 Por su parte, los madianitas, llegados a Egipto, le vendieron a
Putifar, eunuco de Faraón y capitán de los guardias.
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Capítulo 38
38:1
Y ACONTECIÓ
en aquel tiempo, que Judá descendió de con sus hermanos, y fuése á un varón
Adullamita, que se llamaba Hira.
38:2
Y vió allí
Judá la hija de un hombre Cananeo, el cual se llamaba Súa; y tomóla, y entró á
ella:
38:3
La cual
concibió, y parió un hijo; y llamó su nombre Er.
38:4
Y concibió
otra vez, y parió un hijo, y llamó su nombre Onán.
38:5
Y volvió á
concebir, y parió un hijo, y llamó su nombre Sela. Y estaba en Chezib cuando lo
parió.
38:6
Y Judá tomó
mujer para su primogénito Er, la cual se llamaba Thamar.
38:7
Y Er, el
primogénito de Judá, fué malo á los ojos de el Altísimo, y quitóle el Altísimo
la vida.
38:8
Entonces Judá
dijo á Onán: Entra á la mujer de tu hermano, y despósate con ella, y suscita
simiente á tu hermano.
38:9
Y sabiendo Onán
que la simiente no había de ser suya, sucedía que cuando entraba á la mujer de
su hermano vertía en tierra, por no dar simiente á su hermano.
38:10
Y desagradó
en ojos de el Altísimo lo que hacía, y también quitó á él la vida.
38:11
Y Judá dijo á
Thamar su nuera: Estáte viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi
hijo; porque dijo: Que quizá no muera él también como sus hermanos. Y fuése
Thamar, y estúvose en casa de su padre.
38:12
Y pasaron
muchos días, y murió la hija de Súa, mujer de Judá; y Judá se consoló, y subía
á los trasquiladores de sus ovejas á Timnath, él y su amigo Hira el Adullamita.
38:13
Y fué dado
aviso á Thamar, diciendo: He aquí tu suegro sube á Timnath á trasquilar sus
ovejas.
38:14
Entonces
quitó ella de sobre sí los vestidos de su viudez, y cubrióse con un velo, y
arrebozóse, y se puso á la puerta de las aguas que están junto al camino de
Timnath; porque veía que había crecido Sela, y ella no era dada á él por mujer.
38:15
Y vióla Judá,
y túvola por ramera, porque había ella cubierto su rostro.
38:16
Y apartóse
del camino hacia ella, y díjole: Ea, pues, ahora entraré á ti; porque no sabía
que era su nuera; y ella dijo: ¿Qué me has de dar, si entrares á mí?
38:17
El respondió:
Yo te enviaré del ganado un cabrito de las cabras. Y ella dijo: Hasme de dar
prenda hasta que lo envíes.
38:18
Entonces él
dijo: ¿Qué prenda te daré? Ella respondió: Tu anillo, y tu manto, y tu bordón
que tienes en tu mano. Y él se los dió, y entró á ella, la cual concibió de él.
38:19
Y levantóse,
y fuése: y quitóse el velo de sobre sí, y vistióse las ropas de su viudez.
38:20
Y Judá envió
el cabrito de las cabras por mano de su amigo el Adullamita, para que tomase la
prenda de mano de la mujer; mas no la halló.
38:21
Y preguntó á
los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de las aguas junto
al camino? Y ellos le dijeron: No ha estado aquí ramera.
38:22
Entonces él
se volvió á Judá, y dijo: No la he hallado; y también los hombres del lugar
dijeron: Aquí no ha estado ramera.
38:23
Y Judá dijo:
Tómeselo para sí, porque no seamos menospreciados: he aquí yo he enviado este
cabrito, y tú no la hallaste.
38:24
Y acaeció que
al cabo de unos tres meses fué dado aviso á Judá, diciendo: Thamar tu nuera ha
fornicado, y aun cierto está preñada de las fornicaciones. Y Judá dijo:
Sacadla, y sea quemada.
38:25
Y ella cuando
la sacaban, envió á decir á su suegro: Del varón cuyas son estas cosas, estoy
preñada: y dijo más: Mira ahora cuyas son estas cosas, el anillo, y el manto, y
el bordón.
38:26
Entonces Judá
los reconoció, y dijo: Más justa es que yo, por cuanto no la he dado á Sela mi
hijo. Y nunca más la conoció.
38:27
Y aconteció
que al tiempo del parir, he aquí había dos en su vientre.
38:28
Y sucedió,
cuando paría, que sacó la mano el uno, y la partera tomó y ató á su mano un
hilo de grana, diciendo: Este salió primero.
38:29
Empero fué
que tornando él á meter la mano, he aquí su hermano salió; y ella dijo: ¿Por
qué has hecho sobre ti rotura? Y llamó su nombre Phares.
38:30
Y después
salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo de grana, y llamó su nombre
Zara.
Gen 38:1 Por aquel tiempo bajó Judá de donde
sus hermanos para dirigirse a cierto individuo de Adullam llamado Jirá.
Gen 38:2 Allí conoció Judá a la hija de un cananeo llamado Súa y tomándola
por esposa se llegó a ella;
Gen 38:3 ella concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Er.
Gen 38:4 Volvió a concebir y dio a luz otro hijo, al que llamó Onán.
Gen 38:5 Nuevamente dio a luz otro hijo, al que llamó Selá. Ella se
encontraba en Akzib al darle a luz.
Gen 38:6 Judá tomó para su primogénito Er a una mujer llamada Tamar.
Gen 38:7 Er, el primogénito de Judá, fue malo a los ojos de Yahveh, Yahveh
le hizo morir.
Gen 38:8 Entonces Judá dijo a Onán: «Cásate con la mujer de tu hermano y
cumple como cuñado con ella, procurando descendencia a tu hermano.»
Gen 38:9 Onán sabía que aquella descendencia no sería suya, y así, si bien
tuvo relaciones con su cuñada, derramaba a tierra, evitando el dar
descendencia a su hermano.
Gen 38:10 Pareció mal a Yahveh lo que hacía y le hizo morir también a él.
Gen 38:11 Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: «Quédate como viuda en casa
de tu padre hasta que crezca mi hijo Selá.» Pues se decía: «Por si acaso
muere también él, lo mismo que sus hermanos.» Tamar se fue y quedó en casa
de su padre.
Gen 38:12 Pasaron muchos días, y murió la hija de Súa, la mujer de Judá.
Cuando Judá se hubo consolado, subió a Timná para el trasquileo de su
rebaño, junto con Jirá su compañero adulamita.
Gen 38:13 Se lo notificaron a Tamar: «Oye, tu suegro sube a Timná para el
trasquileo de su rebaño.»
Gen 38:14 Entonces ella se quitó de encima sus ropas de viuda y se cubrió
con el velo, y bien disfrazada se sentó en Petaj Enáyim, que está a la vera
del camino de Timná. Veía, en efecto, que Selá había crecido, pero que ella
no le era dada por mujer.
Gen 38:15 Judá la vio y la tomó por una ramera, porque se había tapado el
rostro,
Gen 38:16 y desviándose hacia ella dijo: «Déjame ir contigo» - pues no la
reconoció como su nuera. Dijo ella: «¿Y qué me das por venir conmigo?» -
Gen 38:17 «Te mandaré un cabrito de mi rebaño.» - «Si me das prenda hasta
que me lo mandes...» -
Gen 38:18 «¿Qué prenda he de darte?» - «Tu sello, tu cordón y el bastón que
tienes en la mano.» El se lo dio y se unió a ella, la cual quedó encinta de
él.
Gen 38:19 Entonces se marchó ella y, quitándose el velo, se vistió sus ropas
de viuda.
Gen 38:20 Judá, por su parte, envió el cabrito por mediación de su compañero
el adulamita, para rescatar la prenda de manos de la mujer, pero éste no la
encontró.
Gen 38:21 Preguntó a los del lugar: «¿Dónde está la ramera aquella que había
en Enáyim, a la vera del camino?» - «Ahí no ha habido ninguna ramera» -
dijeron.
Gen 38:22 Entonces él se volvió donde Judá y dijo: «No la he encontrado; y
los mismos lugareños me han dicho que allí no ha habido ninguna ramera.»
Gen 38:23 «Pues que se quede con ello - dijo Judá -; que nadie se burle de
nosotros. Ya ves cómo he enviado ese cabrito, y tú no la has encontrado.»
Gen 38:24 Ahora bien, como a los tres meses aproximadamente, Judá recibió
este aviso: «Tu nuera Tamar ha fornicado, y lo que es más, ha quedado
encinta a consecuencia de ello.» Dijo Judá: «Sacadla y que sea quemada.»
Gen 38:25 Pero cuando ya la sacaban, envió ella un recado a su suegro: «Del
hombre a quien esto pertenece estoy encinta», y añadía: «Examina, por favor,
de quién es este sello, este cordón y este bastón.»
Gen 38:26 Judá lo reconoció y dijo: «Ella tiene más razón que yo, porque la
verdad es que no la he dado por mujer a mi hijo Selá.» Y nunca más volvió a
tener trato con ella.
Gen 38:27 Al tiempo del parto resultó que tenía dos mellizos en el vientre.
Gen 38:28 Y ocurrió que, durante el parto, uno de ellos sacó la mano, y la
partera le agarró y le ató una cinta escarlata a la mano, diciendo: «Este ha
salido primero.»
Gen 38:29 Pero entonces retiró él la mano, y fue su hermano el que salió.
Ella dijo: «¡Cómo te has abierto brecha!» Y le llamó Peres.
Gen 38:30 Detrás salió su hermano, que llevaba en la mano la cinta
escarlata, y le llamó Zéraj.
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Capítulo 39
39:1
Y LLEVADO
José á Egipto, comprólo Potiphar, eunuco de Faraón, capitán de los de la guardia,
varón Egipcio, de mano de los Ismaelitas que lo habían llevado allá.
39:2
Mas el
Altísimo fué con José, y fué varón prosperado: y estaba en la casa de su señor
el Egipcio.
39:3
Y vió su
señor que el Altísimo era con él, y que todo lo que él hacía, el Altísimo lo
hacía prosperar en su mano.
39:4
Así halló
José gracia en sus ojos, y servíale; y él le hizo mayordomo de su casa, y
entregó en su poder todo lo que tenía.
39:5
Y aconteció
que, desde cuando le dió el encargo de su casa, y de todo lo que tenía, el
Altísimo bendijo la casa del Egipcio á causa de José; y la bendición de el
Altísimo fué sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.
39:6
Y dejó todo
lo que tenía en mano de José; ni con él sabía de nada más que del pan que
comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.
39:7
Y aconteció
después de esto, que la mujer de su señor puso sus ojos en José, y dijo: Duerme
conmigo.
39:8
Y él no
quiso, y dijo á la mujer de su señor: He aquí que mi señor no sabe conmigo lo
que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene:
39:9
No hay otro
mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino á ti, por cuanto
tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios?
39:10
Y fué que
hablando ella á José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de
ella, para estar con ella.
39:11
Aconteció que
entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa
allí en casa.
39:12
Y asiólo ella
por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces dejóla él su ropa en las manos,
y huyó, y salióse fuera.
39:13
Y acaeció que
cuando vió ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huído fuera,
39:14
Llamó á los de
casa, y hablóles diciendo: Mirad, nos ha traído un Hebreo, para que hiciese
burla de nosotros: vino él á mí para dormir conmigo, y yo dí grandes voces;
39:15
Y viendo que
yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto á mí su ropa, y huyó, y salióse fuera.
39:16
Y ella puso
junto á sí la ropa de él, hasta que vino su señor á su casa.
39:17
Entonces le
habló ella semejantes palabras, diciendo: El siervo Hebreo que nos trajiste,
vino á mí para deshonrarme;
39:18
Y como yo
alcé mi voz y grite, él dejó su ropa junto á mí, y huyó fuera.
39:19
Y sucedió que
como oyó su señor las palabras que su mujer le hablara, diciendo: Así me ha
tratado tu siervo; encendióse su furor.
39:20
Y tomó su
señor á José, y púsole en la casa de la cárcel, donde estaban los presos del rey,
y estuvo allí en la casa de la cárcel.
39:21
Mas el
Altísimo fué con José, y extendió á él su misericordia, y dióle gracia en ojos
del principal de la casa de la cárcel.
39:22
Y el
principal de la casa de la cárcel entregó en mano de José todos los presos que
había en aquella prisión; todo lo que hacían allí, él lo hacía.
39:23
No veía el
principal de la cárcel cosa alguna que en su mano estaba; porque el Altísimo
era con él, y lo que él hacía, el Altísimo lo prosperaba.
Gen 39:1 José fue bajado a Egipto, y le
compró un egipcio, Putifar, eunuco de Faraón y jefe de los guardias; le
compró a los ismaelitas que le habían bajado allá.
Gen 39:2 Yahveh asistió a José, que llegó a ser un hombre afortunado,
mientras estaba en casa de su señor egipcio.
Gen 39:3 Este echó de ver que Yahveh estaba con él y que Yahveh hacía
prosperar todas sus empresas.
Gen 39:4 José ganó su favor y entró a su servicio, y su señor le puso al
frente de su casa y todo cuanto tenía se lo confió.
Gen 39:5 Desde entonces le encargó de toda su casa y de todo lo que tenía, y
Yahveh bendijo la casa del egipcio en atención a José, extendiéndose la
bendición de Yahveh a todo cuanto tenía en casa y en el campo.
Gen 39:6 El mismo dejó todo lo suyo en manos de José y, con él, ya no se
ocupó personalmente de nada más que del pan que comía. José era apuesto y de
buena presencia.
Gen 39:7 Tiempo más tarde sucedió que la mujer de su señor se fijó en José y
le dijo: «Acuéstate conmigo.»
Gen 39:8 Pero él rehusó y dijo a la mujer de su señor: «He aquí que mi señor
no me controla nada de lo que hay en su casa, y todo cuanto tiene me lo ha
confiado.
Gen 39:9 ¿No es él mayor que y o en esta casa? Y sin embargo, no me ha
vedado absolutamente nada más que a ti misma, por cuanto eres su mujer.
¿Cómo entonces voy a hacer este mal tan grande, pecando contra Dios?»
Gen 39:10 Ella insistía en hablar a José día tras día, pero él no accedió a
acostarse y estar con ella.
Gen 39:11 Hasta que cierto día entró él en la casa para hacer su trabajo y
coincidió que no había ninguno de casa allí dentro.
Gen 39:12 Entonces ella le asió de la ropa diciéndole: «Acuéstate conmigo.»
Pero él, dejándole su ropa en la mano, salió huyendo afuera.
Gen 39:13 Entonces ella, al ver que había dejado la ropa en su mano, huyó
también afuera y gritó a los de su casa diciéndoles:
Gen 39:14 - «¡Mirad! Nos ha traído un hebreo para que se burle de nosotros.
Ha venido a mí para acostarse conmigo, poro yo he gritado,
Gen 39:15 y al oírme levantar la voz y gritar, ha dejado su vestido a mi
lado y ha salido huyendo afuera.»
Gen 39:16 Ella depositó junto a sí el vestido de él, hasta que vino su señor
a casa,
Gen 39:17 y le repitió esto mismo: «Ha entrado a mí ese siervo hebreo que tú
nos trajiste, para abusar de mí;
Gen 39:18 pero yo he levantado la voz y he gritado, y entonces ha dejado él
su ropa junto a mí y ha huido afuera.»
Gen 39:19 Al oír su señor las palabras que acababa de decirle su mujer: -
«Esto ha hecho conmigo tu siervo» - se encolerizó.
Gen 39:20 Y el señor de José le prendió y le puso en la cárcel, en el sitio
donde estaban los detenidos del rey. Allí se quedó en presidio.
Gen 39:21 Pero Yahveh asistió a José y le cubrió con su misericordia,
haciendo que se ganase el favor del alcaide.
Gen 39:22 El alcaide confió a José todos los detenidos que había en la
cárcel; todo lo que se hacía allí, lo hacía él.
Gen 39:23 El alcaide no controlaba absolutamente nada de cuanto administraba
José, ya que Yahveh le asistía y hacía prosperar todas sus empresas.
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Capítulo 40
40:1
Y ACONTECIÓ
después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero
delinquieron contra su señor el rey de Egipto.
40:2
Y enojóse
Faraón contra sus dos eunucos, contra el principal de los coperos, y contra el
principal de los panaderos:
40:3
Y púsolos en
prisión en la casa del capitán de los de la guardia, en la casa de la cárcel
donde José estaba preso.
40:4
Y el capitán
de los de la guardia dió cargo de ellos á José, y él les servía: y estuvieron
días en la prisión.
40:5
Y ambos á
dos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la
prisión, vieron un sueño, cada uno su sueño en una misma noche, cada uno
conforme á la declaración de su sueño.
40:6
Y vino á
ellos José por la mañana, y mirólos, y he aquí que estaban tristes.
40:7
Y él preguntó
á aquellos eunucos de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su
señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes?
40:8
Y ellos le
dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo declare. Entonces les dijo
José: ¿No son de Dios las declaraciones? Contádmelo ahora.
40:9
Entonces el
principal de los coperos contó su sueño á José, y díjole: Yo soñaba que veía
una vid delante de mí,
40:10
Y en la vid
tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo á
madurar sus racimos de uvas:
40:11
Y que la copa
de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas, y las exprimía en la copa de
Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón.
40:12
Y díjole
José: Esta es su declaración: Los tres sarmientos son tres días:
40:13
Al cabo de
tres días Faraón te hará levantar cabeza, y te restituirá á tu puesto: y darás
la copa á Faraón en su mano, como solías cuando eras su copero.
40:14
Acuérdate, pues,
de mí para contigo cuando tuvieres ese bien, y ruégote que uses conmigo de
misericordia, y hagas mención de mí á Faraón, y me saques de esta casa:
40:15
Porque
hurtado he sido de la tierra de los Hebreos; y tampoco he hecho aquí porqué me
hubiesen de poner en la cárcel.
40:16
Y viendo el
principal de los panaderos que había declarado para bien, dijo á José: También
yo soñaba que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza;
40:17
Y en el
canastillo más alto había de todas las viandas de Faraón, obra de panadero; y
que las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza.
40:18
Entonces
respondió José, y dijo: Esta es su declaración: Los tres canastillos tres días
son;
40:19
Al cabo de
tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y
las aves comerán tu carne de sobre ti.
40:20
Y fué el
tercero día el día del nacimiento de Faraón, é hizo banquete á todos sus
sirvientes: y alzó la cabeza del principal de los coperos, y la cabeza del
principal de los panaderos, entre sus servidores.
40:21
E hizo volver
á su oficio al principal de los coperos; y dió él la copa en mano de Faraón.
40:22
Mas hizo
ahorcar al principal de los panaderos, como le había declarado José.
40:23
Y el
principal de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.
Gen 40:1 Después de estas cosas sucedió que
el escanciador y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey
de Egipto.
Gen 40:2 Faraón se enojó contra sus dos eunucos, contra el jefe de los
escanciadores y el jefe de los panaderos,
Gen 40:3 y les puso bajo la custodia en casa del jefe de los guardias, en
prisión, en el lugar donde estaba detenido José.
Gen 40:4 El jefe de los guardias encargó de ellos a José, para que les
sirviese. Así pasaban los días en presidio.
Gen 40:5 Aconteció que ambos soñaron sendos sueños en una misma noche, cada
cual con su sentido propio: el escanciador y el panadero del rey de Egipto
que estaban detenidos en la prisión.
Gen 40:6 José vino a ellos por la mañana, y los encontró preocupados.
Gen 40:7 Preguntó, pues, a los eunucos de Faraón, que estaban con él en
presidio en casa de su señor: «¿Por qué tenéis hoy mala cara?»
Gen 40:8 «Hemos soñado un sueño - le dijeron - y no hay quien lo
interprete.» José les dijo: «¿No son de Dios los sentidos ocultos? Vamos,
contádmelo a mí.»
Gen 40:9 El jefe de los escanciadores contó su sueño a José y le dijo: «Voy
con mi sueño. Resulta que yo tenía delante una cepa,
Gen 40:10 y en la cepa tres sarmientos, que nada más echar yemas, florecían
enseguida y maduraban las uvas en sus racimos.
Gen 40:11 Yo tenía en la mano la copa de Faraón, y tomando aquellas uvas,
las exprimía en la copa de Faraón, y ponía la copa en la mano de Faraón.»
Gen 40:12 José dijo: «Esta es la interpretación: los tres sarmientos, son
tres días.
Gen 40:13 Dentro de tres días levantará Faraón tu cabeza: te devolverá a tu
cargo, y pondrás la copa de Faraón en su mano, lo mismo que antes, cuando
eras su escanciador.
Gen 40:14 A ver si te acuerdas de mí cuando te vaya bien, y me haces el
favor de hablar de mí a Faraón para que me saque de esta casa.
Gen 40:15 Pues fui raptado del país de los hebreos, y por lo demás, tampoco
aquí hice nada para que me metieran en el pozo.»
Gen 40:16 Vio el jefe panaderos que era buena la interpretación y dijo a
José: «Voy con mi sueño: Había tres cestas de pan candeal sobre mi cabeza.
Gen 40:17 En la cesta de arriba había de todo lo que come Faraón de
panadería, pero los pájaros se lo comían de la cesta, de encima de mi
cabeza.»
Gen 40:18 Respondió José: «Esta es su interpretación. Las tres cestas, son
tres días.
Gen 40:19 A vuelta de tres días levantará Faraón tu cabeza y te colgará en
un madero, y las aves se comerán la carne que te cubre.»
Gen 40:20 Al tercer día, que era el natalicio de Faraón, dio éste un
banquete para todos sus servidores, y levantó la cabeza del jefe de
escanciadores y la del jefe de panaderos en presencia de sus siervos.
Gen 40:21 Al jefe de escanciadores le restituyó en su oficio, y volvió a
poner la copa en manos de Faraón.
Gen 40:22 En cuanto al jefe de panaderos, le colgó: tal y como les había
interpretado José.
Gen 40:23 Pero el jefe de escanciadores no se acordó de José, sino que le
echó en olvido.
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Capítulo 41
41:1
Y ACONTECIÓ
que pasados dos años tuvo Faraón un sueño: Parecíale que estaba junto al río;
41:2
Y que del río
subían siete vacas, hermosas á la vista, y muy gordas, y pacían en el prado:
41:3
Y que otras
siete vacas subían tras ellas del río, de fea vista, y enjutas de carne, y se
pararon cerca de las vacas hermosas á la orilla del río:
41:4
Y que las vacas
de fea vista y enjutas de carne devoraban á las siete vacas hermosas y muy
gordas. Y despertó Faraón.
41:5
Durmióse de
nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas subían de una
sola caña:
41:6
Y que otras
siete espigas menudas y abatidas del Solano, salían después de ellas:
41:7
Y las siete
espigas menudas devoraban á las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó
Faraón, y he aquí que era sueño.
41:8
Y acaeció que
á la mañana estaba agitado su espíritu; y envió é hizo llamar á todos los magos
de Egipto, y á todos sus sabios: y contóles Faraón sus sueños, mas no había
quien á Faraón los declarase.
41:9
Entonces el
principal de los coperos habló á Faraón, diciendo: Acuérdome hoy de mis faltas:
41:10
Faraón se
enojó contra sus siervos, y á mí me echó á la prisión de la casa del capitán de
los de la guardia, á mí y al principal de los panaderos:
41:11
Y yo y él
vimos un sueño una misma noche: cada uno soñó conforme á la declaración de su
sueño.
41:12
Y estaba allí
con nosotros un mozo Hebreo, sirviente del capitán de los de la guardia; y se
lo contamos, y él nos declaró nuestros sueños, y declaró á cada uno conforme á
su sueño.
41:13
Y aconteció
que como él nos declaró, así fué: á mí me hizo volver á mi puesto, é hizo
colgar al otro.
41:14
Entonces
Faraón envió y llamó á José; é hiciéronle salir corriendo de la cárcel, y le
cortaron el pelo, y mudaron sus vestidos, y vino á Faraón.
41:15
Y dijo Faraón
á José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo declare; mas he oído decir de
ti, que oyes sueños para declararlos.
41:16
Y respondió
José á Faraón, diciendo: No está en mí; Dios será el que responda paz á Faraón.
41:17
Entonces
Faraón dijo á José: En mi sueño parecíame que estaba á la orilla del río:
41:18
Y que del río
subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el
prado:
41:19
Y que otras
siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy fea traza; tan extenuadas,
que no he visto otras semejantes en toda la tierra de Egipto en fealdad:
41:20
Y las vacas
flacas y feas devoraban á las siete primeras vacas gruesas:
41:21
Y entraban en
sus entrañas, mas no se conocía que hubiese entrado en ellas, porque su parecer
era aún malo, como de primero. Y yo desperté.
41:22
Vi también
soñando, que siete espigas subían en una misma caña llenas y hermosas;
41:23
Y que otras
siete espigas menudas, marchitas, abatidas del Solano, subían después de ellas:
41:24
Y las espigas
menudas devoraban á las siete espigas hermosas: y helo dicho á los magos, mas
no hay quien me lo declare.
41:25
Entonces
respondió José á Faraón: El sueño de Faraón es uno mismo: Dios ha mostrado á
Faraón lo que va á hacer.
41:26
Las siete
vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño
es uno mismo.
41:27
También las
siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete
espigas menudas y marchitas del Solano, siete años serán de hambre.
41:28
Esto es lo que
respondo á Faraón. Lo que Dios va á hacer, halo mostrado á Faraón.
41:29
He aquí
vienen siete años de grande hartura en toda la tierra de Egipto:
41:30
Y levantarse
han tras ellos siete años de hambre; y toda la hartura será olvidada en la
tierra de Egipto; y el hambre consumirá la tierra;
41:31
Y aquella
abundancia no se echará de ver á causa del hambre siguiente, la cual será
gravísima.
41:32
Y el suceder
el sueño á Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y
que Dios se apresura á hacerla.
41:33
Por tanto,
provéase ahora Faraón de un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra
de Egipto.
41:34
Haga esto
Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y quinte la tierra de Egipto en los
siete años de la hartura;
41:35
Y junten toda
la provisión de estos buenos años que vienen, y alleguen el trigo bajo la mano
de Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.
41:36
Y esté
aquella provisión en depósito para el país, para los siete años del hambre que
serán en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.
41:37
Y el negocio
pareció bien á Faraón, y á sus siervos.
41:38
Y dijo Faraón
á sus siervos: ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien haya espíritu
de Dios?
41:39
Y dijo Faraón
á José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio
como tú:
41:40
Tú serás
sobre mi casa, y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo: solamente en el
trono seré yo mayor que tú.
41:41
Dijo más Faraón
á José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
41:42
Entonces
Faraón quitó su anillo de su mano, y púsolo en la mano de José, é hízole vestir
de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello;
41:43
E hízolo
subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: Doblad la rodilla: y
púsole sobre toda la tierra de Egipto.
41:44
Y dijo Faraón
á José: Yo Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra
de Egipto.
41:45
Y llamó
Faraón el nombre de José, Zaphnath-paaneah; y dióle por mujer á Asenath, hija
de Potipherah, sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.
41:46
Y era José de
edad de treinta años cuando fué presentado delante de Faraón, rey de Egipto: y
salió José de delante de Faraón, y transitó por toda la tierra de Egipto.
41:47
E hizo la
tierra en aquellos siete años de hartura á montones.
41:48
Y él juntó
todo el mantenimiento de los siete años que fueron en la tierra de Egipto, y
guardó mantenimiento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el mantenimiento
del campo de sus alrededores.
41:49
Y acopió José
trigo como arena de la mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque
no tenía número.
41:50
Y nacieron á
José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le parió
Asenath, hija de Potipherah, sacerdote de On.
41:51
Y llamó José
el nombre del primogénito Manasés; porque Dios (dijo) me hizo olvidar todo mi
trabajo, y toda la casa de mi padre.
41:52
Y el nombre
del segundo llamólo Ephraim; porque Dios (dijo) me hizo fértil en la tierra de
mi aflicción.
41:53
Y
cumpliéronse los siete años de la hartura, que hubo en la tierra de Egipto.
41:54
Y comenzaron
á venir los siete años del hambre, como José había dicho: y hubo hambre en todos
los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan.
41:55
Y cuando se
sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó á Faraón por pan.
Y dijo Faraón á todos los Egipcios: Id á José, y haced lo que él os dijere.
41:56
Y el hambre estaba
por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y
vendía á los Egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.
41:57
Y toda la
tierra venía á Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había
crecido el hambre.
Gen 41:1 Al cabo de dos años. Faraón soñó que
se encontraba parado a la vera del río.
Gen 41:2 De pronto suben del río siete vacas hermosas y lustrosas que se
pusieron a pacer en el carrizal.
Gen 41:3 Pero he aquí que detrás de aquéllas subían del río otras siete
vacas, de mal aspecto y macilentas, las cuales se pararon cabe las otras
vacas en la margen del río,
Gen 41:4 y las vacas de mal aspecto y macilentas se comieron a las siete
vacas hermosas y lustrosas. Entonces Faraón se despertó.
Gen 41:5 Y vuelto a dormirse soñó otra vez que siete espigas crecían en una
misma caña, lozanas y buenas.
Gen 41:6 Pero he aquí que otras siete espigas flacas y asolanadas brotaron
después de aquéllas
Gen 41:7 y las espigas flacas consumieron a las siete lozanas y llenas.
Despertó Faraón, y he aquí que era un sueño.
Gen 41:8 Aquella mañana estaba inquieto su espíritu y envió a llamar a todos
los magos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les contó su sueño, pero no
hubo quien se lo interpretara a Faraón.
Gen 41:9 Entonces el jefe de escanciadores habló a Faraón diciéndole: «Hoy
me acuerdo de mi yerro.
Gen 41:10 Faraón se había enojado contra sus siervos y me había puesto bajo
custodia en casa del jefe de los guardias a mí y al jefe de panaderos.
Gen 41:11 Entonces tuvimos sendos sueños en una misma noche, tanto yo como
él, cada uno con su sentido propio.
Gen 41:12 Había allí con nosotros un muchacho hebreo, siervo del jefe de los
guardias. Le contamos nuestro sueño, y él nos dio el sentido propio de cada
cual.
Gen 41:13 Y resultó que según nos lo había interpretado, así fue: A mí me
restituyó Faraón en mi puesto, y a él le colgó.»
Gen 41:14 Faraón mandó llamar a José y le sacaron del pozo con premura, se
afeitó y mudó de vestido y compareció ante Faraón.
Gen 41:15 Dijo Faraón a José: «He tenido un sueño y no hay quien lo
interprete, pero he oído decir de ti que te basta oír un sueño para
interpretarlo.»
Gen 41:16 Respondió José a Faraón: «No hablemos de mí, que Dios responda en
buena hora a Faraón.»
Gen 41:17 Y refirió Faraón a José su sueño: «Resulta que estaba yo parado a
la orilla del río,
Gen 41:18 cuando de pronto suben del río siete vacas lustrosas y de hermoso
aspecto, las cuales pacían en el carrizal.
Gen 41:19 Pero he aquí que otras siete vacas subían detrás de aquéllas, de
muy ruin y mala catadura y macilentas, que jamás vi como aquéllas en toda la
tierra de Egipto, de tan malas.
Gen 41:20 Y las siete vacas macilentas y malas se comieron a las siete vacas
primeras, las lustrosas.
Gen 41:21 Pero una vez que las tuvieron dentro, ni se conocía que las
tuviesen, pues su aspecto seguía tan malo como al principio. Entonces me
desperté,
Gen 41:22 y volví a ver en sueños cómo siete espigas crecían en una misma
caña, henchidas y buenas.
Gen 41:23 Pero he aquí que otras siete espigas secas, flacas y asolanadas,
brotaban después de aquéllas
Gen 41:24 y consumieron las espigas flacas a las siete espigas hermosas. Se
lo he dicho a los magos, pero no hay quien me lo explique.»
Gen 41:25 José dijo a Faraón: «El sueño de Faraón es uno solo: Dios anuncia
a Faraón lo que va a hacer.
Gen 41:26 Las siete vacas buenas son siete años de abundancia y las siete
espigas buenas, siete años son: porque el sueño es uno solo.
Gen 41:27 Y las siete vacas macilentas y malas que subían después de
aquéllas, son siete años; e igualmente las siete espigas flacas y
asolanadas, es que habrá siete años de hambre.
Gen 41:28 Esto es lo que yo he dicho a Faraón. Lo que Dios va a hacer lo ha
mostrado a Faraón.
Gen 41:29 He aquí que vienen siete años de gran hartura en todo Egipto.
Gen 41:30 Pero después sobrevendrán otros siete años de hambre y se olvidará
toda la hartura en Egipto, pues el hambre asolará el país,
Gen 41:31 y no se conocerá hartura en el país, de tanta hambre como habrá.
Gen 41:32 Y el que se haya repetido el sueño de Faraón dos veces, es porque
la cosa es firme de parte de Dios, y Dios se apresura a realizarla.
Gen 41:33 Ahora, pues, fíjese Faraón en algún hombre inteligente y sabio, y
póngalo al frente de Egipto.
Gen 41:34 Hágalo así Faraón: ponga encargados al frente del país y exija el
quinto a Egipto durante los siete años de abundancia.
Gen 41:35 Ellos recogerán todo el comestible de esos años buenos que vienen,
almacenarán el grano a disposición de Faraón en las ciudades, y lo
guardarán.
Gen 41:36 De esta forma quedarán registradas las reservas de alimento del
país para los siete años de hambre que habrá en Egipto, y así no perecerá el
país de hambre.»
Gen 41:37 Pareció bien el discurso a Faraón y a todos sus servidores,
Gen 41:38 y dijo Faraón a sus servidores: «¿Acaso se encontrará otro como
éste que tenga el espíritu de Dios?»
Gen 41:39 Y dijo Faraón a José: «Después de haberte dado a conocer Dios todo
esto, no hay entendido ni sabio como tú.
Gen 41:40 Tú estarás al frente de mi casa, y de tu boca dependerá todo mi
pueblo. Tan sólo el trono dejaré por encima de ti.»
Gen 41:41 Dijo Faraón a José: «Mira: te he puesto al frente de todo el país
de Egipto.»
Gen 41:42 Y Faraón se quitó el anillo de la mano y lo puso en la mano de
José, le hizo vestir ropas de lino fino y le puso el collar de oro al
cuello,
Gen 41:43 luego le hizo montar en su segunda carroza, e iban gritando
delante de él: «¡Abrek!» Así le puso al frente de todo el país de Egipto.
Gen 41:44 Dijo Faraón a José: «Yo, Faraón: sin tu licencia no levantará
nadie mano ni pie en todo Egipto.»
Gen 41:45 Faraón llamó a José Safnat Panéai y le dio por mujer a Asnat, hija
de Poti Fera, sacerdote de On. Y salió José con autoridad sobre el país de
Egipto.
Gen 41:46 Tenía José treinta años cuando compareció ante Faraón, rey de
Egipto, y salió José de delante de Faraón, y recorrió todo Egipto.
Gen 41:47 La tierra produjo con profusión durante los siete años de
abundancia
Gen 41:48 y él hizo acopio de todos los víveres de los siete años en que
hubo hartura en Egipto poniendo en cada ciudad los víveres de la campiña
circundante.
Gen 41:49 José recolectó grano como la arena del mar, una enormidad, hasta
tener que desistir de contar porque era innumerable.
Gen 41:50 Antes que sobreviniesen los años de hambre, le nacieron a José dos
hijos que le dio Asnat, la hija de Poti Fera, sacerdote de On.
Gen 41:51 Llamó José al primogénito Manasés, porque - decía - «Dios me ha
hecho olvidar todo mi trabajo y la casa de mi padre,»
Gen 41:52 y al segundo le llamó Efraím, porque - decía - «me ha hecho
fructificar Dios en el país de mi aflicción».
Gen 41:53 Concluyéronse los siete años de hartura que hubo en Egipto,
Gen 41:54 y empezaron a llegar los siete años de hambre como había predicho
José. Hubo hambre en todas las regiones; pero en todo Egipto había pan.
Gen 41:55 Toda la tierra de Egipto sintió también hambre, y el pueblo clamó
a Faraón pidiendo pan. Y dijo Faraón a todo Egipto: «Id a José: haced lo que
él os diga.»
Gen 41:56 - El hambre cundió par toda la haz de la tierra. - Entonces José
sacó todas las existencias y abasteció de grano a Egipto. Arreciaba el
hambre en Egipto;
Gen 41:57 de todos los países venían también a Egipto para proveerse
comprando grano a José, porque el hambre cundía por toda la tierra.
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Capítulo 42
42:1
Y VIENDO
Jacob que en Egipto había alimentos, dijo á sus hijos: ¿Por qué os estáis
mirando?
42:2
Y dijo: He
aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; descended allá, y comprad de allí
para nosotros, para que podamos vivir, y no nos muramos.
42:3
Y
descendieron los diez hermanos de José á comprar trigo á Egipto.
42:4
Mas Jacob no
envió á Benjamín hermano de José con sus hermanos; porque dijo: No sea acaso
que le acontezca algún desastre.
42:5
Y vinieron
los hijos de Israel á comprar entre los que venían: porque había hambre en la
tierra de Canaán.
42:6
Y José era el
señor de la tierra, que vendía á todo el pueblo de la tierra: y llegaron los
hermanos de José, é inclináronse á él rostro por tierra.
42:7
Y José como
vió á sus hermanos, conociólos; mas hizo que no los conocía, y hablóles
ásperamente, y les dijo: ¿De dónde habéis venido? Ellos respondieron: De la
tierra de Canaán á comprar alimentos.
42:8
José, pues, conoció
á sus hermanos; pero ellos no le conocieron.
42:9
Entonces se
acordó José de los sueños que había tenido de ellos, y díjoles: Espías sois;
por ver lo descubierto del país habéis venido.
42:10
Y ellos le
respondieron: No, señor mío: mas tus siervos han venido á comprar alimentos.
42:11
Todos
nosotros somos hijos de un varón: somos hombres de verdad: tus siervos nunca
fueron espías.
42:12
Y él les
dijo: No; á ver lo descubierto del país habéis venido.
42:13
Y ellos
respondieron: Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra
de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y otro no parece.
42:14
Y José les
dijo: Eso es lo que os he dicho, afirmando que sois espías:
42:15
En esto
seréis probados: Vive Faraón que no saldréis de aquí, sino cuando vuestro
hermano menor aquí viniere.
42:16
Enviad uno de
vosotros, y traiga á vuestro hermano; y vosotros quedad presos, y vuestras
palabras serán probadas, si hay verdad con vosotros: y si no, vive Faraón, que
sois espías.
42:17
Y juntólos en
la cárcel por tres días.
42:18
Y al tercer
día díjoles José: Haced esto, y vivid: Yo temo á Dios:
42:19
Si sois
hombres de verdad, quede preso en la casa de vuestra cárcel uno de vuestros
hermanos; y vosotros id, llevad el alimento para el hambre de vuestra casa:
42:20
Pero habéis
de traerme á vuestro hermano menor, y serán verificadas vuestras palabras, y no
moriréis. Y ellos lo hicieron así.
42:21
Y decían el
uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, que vimos la angustia
de su alma cuando nos rogaba, y no le oímos: por eso ha venido sobre nosotros
esta angustia.
42:22
Entonces
Rubén les respondió, diciendo: ¿No os hablé yo y dije: No pequéis contra el
mozo; y no escuchásteis? He aquí también su sangre es requerida.
42:23
Y ellos no
sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.
42:24
Y apartóse él
de ellos, y lloró: después volvió á ellos, y les habló, y tomó de entre ellos á
Simeón, y aprisionóle á vista de ellos.
42:25
Y mandó José
que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos,
poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino: é hízose así con
ellos.
42:26
Y ellos
pusieron su trigo sobre sus asnos, y fuéronse de allí.
42:27
Y abriendo
uno de ellos su saco para dar de comer á su asno en el mesón, vió su dinero que
estaba en la boca de su costal.
42:28
Y dijo á sus
hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y aun helo aquí en mi saco.
Sobresaltóseles entonces el corazón, y espantados dijeron el uno al otro: ¿Qué
es esto que nos ha hecho Dios?
42:29
Y venidos á
Jacob su padre en tierra de Canaán, contáronle todo lo que les había acaecido,
diciendo:
42:30
Aquel varón,
señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos trató como á espías de la
tierra:
42:31
Y nosotros le
dijimos: Somos hombres de verdad, nunca fuimos espías:
42:32
Somos doce
hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor está hoy con
nuestro padre en la tierra de Canaán.
42:33
Y aquel varón,
señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres de verdad;
dejad conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras
casas, y andad,
42:34
Y traedme á
vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías, sino hombres de
verdad: así os daré á vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.
42:35
Y aconteció
que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba el
atado de su dinero: y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron
temor.
42:36
Entonces su
padre Jacob les dijo: Habéisme privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón
tampoco, y á Benjamín le llevaréis: contra mí son todas estas cosas.
42:37
Y Rubén habló
á su padre, diciendo: Harás morir á mis dos hijos, si no te lo volviere;
entrégalo en mi mano, que yo lo volveré á ti.
42:38
Y él dijo: No
descenderá mi hijo con vosotros; que su hermano es muerto, y él solo ha
quedado: y si le aconteciere algún desastre en el camino por donde vais, haréis
descender mis canas con dolor á la sepultura.
Gen 42:1 Vio Jacob que se repartía grano en
Egipto, y dijo Jacob a sus hijos: «¿Por qué os estáis ahí mirando?
Gen 42:2 Yo tengo oído que hay reparto de grano en Egipto. Bajad a
comprarnos grano allí, para que vivamos y no muramos.»
Gen 42:3 Bajaron, pues, los diez hermanos de José a proveerse de grano en
Egipto;
Gen 42:4 pero a Benjamín, hermano de José, no le envió Jacob con sus
hermanos, pues se decía: «No vaya a sucederle alguna desgracia.»
Gen 42:5 Fueron, pues, los hijos de Israel a comprar con otros que iban,
pues había hambre en el país cananeo.
Gen 42:6 José era el que regía en todo el país, y él mismo en persona era el
que distribuía grano a todo el mundo. Llegaron los hermanos de José y se
inclinaron rostro en tierra.
Gen 42:7 Vio José a sus hermanos y los reconoció, pero él no se dio a
conocer, y hablándoles con dureza les dijo: «¿De dónde venís?» Dijeron: «De
Canaán, para comprar víveres.»
Gen 42:8 O sea, que José reconoció a sus hermanos, pero ellos no le
reconocieron.
Gen 42:9 José entonces se acordó de aquellos sueños que había soñado
respecto a ellos, y les dijo: «Vosotros sois espías, que venís a ver los
puntos desguarnecidos del país.»
Gen 42:10 Dijéronle: «No, señor, sino que tus siervos han venido a proveerse
de víveres.
Gen 42:11 Todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y somos gente de
bien: tus siervos no son espías.»
Gen 42:12 Díjoles: «Nada de eso: a lo que venís es a ver los puntos
desguarnecidos del país.»
Gen 42:13 Dijéronle: «Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un mismo
padre, en el país cananeo; sólo que el menor está actualmente con nuestro
padre, y el otro no existe.»
Gen 42:14 José replicó: «Lo que yo os dije: sois espías.
Gen 42:15 Con esto seréis probados, ¡por vida de Faraón!, no saldréis de
aquí mientras no venga vuestro hermano pequeño acá.
Gen 42:16 Enviad a cualquiera de vosotros y que traiga a vuestro hermano,
mientras los demás quedáis presos. Así serán comprobadas vuestras
afirmaciones, a ver si la verdad está con vosotros. Que si no, ¡por vida de
Faraón!, espías sois.»
Gen 42:17 Y los puso bajo custodia durante tres días.
Gen 42:18 Al tercer día les dijo José: «Haced esto - pues yo también temo a
Dios - y viviréis.
Gen 42:19 Si sois gente de bien, uno de vuestros hermanos se quedará
detenido en la prisión mientras los demás hermanos vais a llevar el grano
que tanta falta hace en vuestras casas.
Gen 42:20 Luego me traéis a vuestro hermano menor; entonces se verá que son
verídicas vuestras palabras y no moriréis.» - Así lo hicieron ellos. -
Gen 42:21 Y se decían el uno al otro: «A fe que somos culpables contra
nuestro hermano, cuya angustia veíamos cuando nos pedía que tuviésemos
compasión y no le hicimos caso. Por eso nos hallamos en esta angustia.»
Gen 42:22 Rubén les replicó: «!? Nos os decía yo que no pecarais contra el
niño y no me hicisteis caso? ¡Ahora se reclama su sangre!»
Gen 42:23 Ignoraban ellos que José les entendía, porque mediaba un
intérprete entre ellos.
Gen 42:24 Entonces José se apartó de su lado y lloró; y volviendo donde
ellos tomó a Simeón y le hizo amarrar a vista de todos.
Gen 42:25 Mandó José que se les llenaran los envases de grano, que se
devolviera a cada uno su dinero en la talega, y que se les pusiera
provisiones para el camino; así se hizo con ellos.
Gen 42:26 Ellos pusieron su cargamento de grano sobre los burros, y se
fueron de allí.
Gen 42:27 Al ir a hacer noche, uno de ellos abrió su talega para dar pienso
a su burro, y vio que su dinero estaba en la boca de la talega de grano.
Gen 42:28 Y dijo a sus hermanos: «Me han devuelto el dinero; lo tengo aquí
en mi talega.» Se quedaron sin aliento, y se miraban temblando y diciendo:
«¿Qué es esto que ha hecho Dios con nosotros?»
Gen 42:29 Llegaron donde su padre, a Canaán, y le manifestaron todas sus
aventuras, diciéndole:
Gen 42:30 «El hombre que es señor del país ha hablado con nosotros duramente
y nos ha tomado por espías del país.
Gen 42:31 Nosotros le hemos dicho que éramos gente de bien y no espías,
Gen 42:32 que éramos doce hermanos, hijos del mismo padre; que uno de
nosotros no existía, y que el otro se encontraba actualmente con nuestro
padre en Canaán.
Gen 42:33 Entonces nos dijo el hombre que es señor del país: "De este modo
conoceré si sois gente de bien; dejad conmigo a uno de vosotros, tomad lo
que hace falta en vuestras casas y marchaos
Gen 42:34 a buscarme a vuestro hermano pequeño. Así conoceré que no sois
espías, sino gente de bien. Entonces os entregaré a vuestro hermano y
circularéis libremente por el país."»
Gen 42:35 Ahora bien, cuando estaban vaciando sus talegas, he aquí que cada
uno tenía su dinero en la talega, y tanto ellos como su padre, al ver las
bolsas, sintieron miedo.
Gen 42:36 Su padre Jacob les dijo: «Me dejáis sin hijos: Falta José, falta
Simeón, y encima vais a quitarme a Benjamín. Esto acabará conmigo.»
Gen 42:37 Dijo Rubén a su padre: «Que mueran mis dos hijos si no te lo
traemos. Confíalo a mí y yo te lo devolveré.»
Gen 42:38 Replicó: «No bajará mi hijo con vosotros, pues su hermano está
muerto y sólo me queda él. Si le ocurre cualquier desgracia en ese viaje que
vais a hacer, entonces haríais bajar mi vejez con pena al seol.»
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Capítulo 43
43:1
Y EL hambre
era grande en la tierra.
43:2
Y aconteció
que como acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, díjoles su padre:
Volved, y comprad para nosotros un poco de alimento.
43:3
Y respondió
Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No
veréis mi rostro sin vuestro hermano con vosotros.
43:4
Si enviares á
nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento:
43:5
Pero si no le
enviares, no descenderemos: porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro
sin vuestro hermano con vosotros.
43:6
Y dijo
Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais más
hermano?
43:7
Y ellos respondieron:
Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra parentela,
diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿tenéis otro hermano? y declarámosle
conforme á estas palabras. ¿Podíamos nosotros saber que había de decir: Haced
venir á vuestro hermano?
43:8
Entonces Judá
dijo á Israel su padre: Envía al mozo conmigo, y nos levantaremos é iremos, á
fin que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.
43:9
Yo lo fío; á
mí me pedirás cuenta de él: si yo no te lo volviere y lo pusiere delante de ti,
seré para ti el culpante todos los días:
43:10
Que si no nos
hubiéramos detenido, cierto ahora hubiéramos ya vuelto dos veces.
43:11
Entonces
Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de
la tierra en vuestros vasos, y llevad á aquel varón un presente, un poco de
bálsamo, y un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.
43:12
Y tomad en
vuestras manos doblado dinero, y llevad en vuestra mano el dinero vuelto en las
bocas de vuestros costales; quizá fué yerro.
43:13
Tomad también
á vuestro hermano, y levantaos, y volved á aquel varón.
43:14
Y el Dios
Omnipotente os dé misericordias delante de aquel varón, y os suelte al otro
vuestro hermano, y á este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.
43:15
Entonces
tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doblado dinero, y á
Benjamín; y se levantaron, y descendieron á Egipto, y presentáronse delante de
José.
43:16
Y vió José á
Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Mete en casa á esos
hombres, y degüella víctima, y aderéza la; porque estos hombres comerán conmigo
al medio día.
43:17
E hizo el
hombre como José dijo; y metió aquel hombre á los hombres en casa de José.
43:18
Y aquellos hombres
tuvieron temor, cuando fueron metidos en casa de José, y decían: Por el dinero
que fué vuelto en nuestros costales la primera vez nos han metido aquí, para
revolver contra nosotros, y dar sobre nosotros, y tomarnos por siervos á
nosotros, y á nuestros asnos.
43:19
Y llegáronse
al mayordomo de la casa de José, y le hablaron á la entrada de la casa.
43:20
Y dijeron:
Ay, señor mío, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio á
comprar alimentos:
43:21
Y aconteció
que como vinimos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de
cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y
hémoslo vuelto en nuestras manos.
43:22
Hemos también
traído en nuestras manos otro dinero para comprar alimentos: nosotros no sabemos
quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales.
43:23
Y él
respondió: Paz á vosotros, no temáis; vuestro Dios y el Dios de vuestro padre
os dió el tesoro en vuestros costales: vuestro dinero vino á mí. Y sacó á
Simeón á ellos.
43:24
Y metió aquel
varón á aquellos hombres en casa de José: y dióles agua, y lavaron sus pies: y
dió de comer á sus asnos.
43:25
Y ellos
prepararon el presente entretanto que venía José al medio día, porque habían
oído que allí habían de comer pan.
43:26
Y vino José á
casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de casa, é
inclináronse á él hasta tierra.
43:27
Entonces les
preguntó él cómo estaban, y dijo: ¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo
pasa bien? ¿vive todavía?
43:28
Y ellos respondieron:
Bien va á tu siervo nuestro padre; aun vive. Y se inclinaron, é hicieron
reverencia.
43:29
Y alzando él
sus ojos vió á Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste vuestro
hermano menor, de quien me hablasteis? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti,
hijo mío.
43:30
Entonces José
se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas á causa de su hermano, y
procuró donde llorar: y entróse en su cámara, y lloró allí.
43:31
Y lavó su
rostro, y salió fuera, y reprimióse, y dijo: Poned pan.
43:32
Y pusieron
para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los Egipcios que con
él comían: porque los Egipcios no pueden comer pan con los Hebreos, lo cual es
abominación á los Egipcios.
43:33
Y sentáronse
delante de él, el mayor conforme á su mayoría, y el menor conforme á su
menoría; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al otro.
43:34
Y él tomó
viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces
como cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y alegráronse con él.
Gen 43:1 El hambre seguía abrumando la
tierra.
Gen 43:2 Así pues, en cuanto acabaron de consumir el grano traído de Egipto,
les dijo su padre: «Volved y compradnos algo de comer.»
Gen 43:3 Judá le dijo: «Bien claro nos dio a entender aquel hombre que no
veríamos su rostro si no estaba con nosotros nuestro hermano.
Gen 43:4 Si mandas a nuestro hermano con nosotros, bajaremos y te
compraremos víveres;
Gen 43:5 pero si no le mandas, no bajamos, porque aquel hombre nos dijo: "No
os presentéis a mí si no está vuestro hermano con vosotros."»
Gen 43:6 Dijo Israel: «¿Por qué para desgracia mía hicisteis saber a ese
hombre que teníais otro hermano?»
Gen 43:7 Dijeron: «!Él empezó preguntándonos por nuestra familia,
diciéndonos: ¿Tenéis aún padre? ¿Vive todavía vuestro padre? ¿Tenéis algún
otro hermano? Y nosotros nos limitamos a responder a sus palabras. ¿Podíamos
saber que iba a decirnos: Bajad a vuestro hermano?»
Gen 43:8 Dijo Judá a su padre Israel: «Deja ir al chico conmigo; deja que
vayamos para vivir y no morir ni nosotros, ni tú, ni nuestros pequeños.
Gen 43:9 Yo respondo de él, de mi mano lo exigirás si no lo trajere aquí y
te lo presentare, y estaría yo en falta contigo a perpetuidad.
Gen 43:10 Que lo que es, si no nos hubiéramos entretenido, para estas horas
ya estaríamos de vuelta.»
Gen 43:11 Díjoles su padre Israel: «Siendo así, hacedlo; llevaos de lo más
fino del país en vuestras cestas, y bajad a aquel hombre un regalo, un poco
de sandácara, un poco de miel, almáciga y ládano, pistachos y almendras.
Gen 43:12 Tomáis también con vosotros el doble de plata y devolvéis
personalmente la plata devuelta en la boca de vuestras talegas, por si se
trata de un error.
Gen 43:13 Tomad, pues, a vuestro hermano y volved inmediatamente donde ese
hombre;
Gen 43:14 que El Sadday os haga hallar misericordia ante ese hombre, y que
él os despache y suelte a vuestro otro hermano, y a Benjamín. Por mi parte,
si he de perder a mis hijos, qué le vamos a hacer.»
Gen 43:15 Ellos tomaron dicho regalo y el doble de plata consigo, y asimismo
a Benjamín, y poniéndose en marcha bajaron a Egipto y se presentaron a José.
Gen 43:16 José vio con ellos a Benjamin, y dijo a su mayordomo: «Lleva a
esos hombres a casa, mata algún animal y lo preparas, porque esos hombres
van a comer conmigo a mediodía.»
Gen 43:17 El hombre hizo como le había dicho José, y llevó a los hombres a
casa de José.
Gen 43:18 Ellos se asustaron porque se les llevaba a casa de José, y
dijeron: «Es por lo de la plata devuelta en nuestros sacos la otra vez, por
lo que se nos trae acá, para ponernos alguna trampa, caer sobre nosotros y
reducirnos a esclavitud, junto con nuestros asnos.»
Gen 43:19 Y acercándose al mayordomo de José le dijeron a la puerta de la
casa:
Gen 43:20 «Por favor, señor, nosotros bajamos anteriormente a comprar
víveres.
Gen 43:21 Pero resultó que cuando fuimos a hacer noche y abrimos nuestras
talegas de grano, nos encontramos con que la plata de cada uno estaba en la
boca de su talega, nuestra plata bien pesada, y la hemos devuelto con
nosotros,
Gen 43:22 y además traemos con nosotros más plata para comprar víveres.
Ignoramos quién puso nuestra plata en nuestras talegas.»
Gen 43:23 Díjoles: «La paz sea con vosotros, no temáis. Vuestro Dios y el
Dios de vuestro padre os puso ese tesoro en las talegas. Vuestra plata ya me
llegó.» Y les sacó a Simeón.
Gen 43:24 Luego los introdujo en casa de José, les dio agua y se lavaron los
pies, y les dio pienso para sus asnos.
Gen 43:25 Entonces ellos prepararon el regalo, mientras llegaba José a
mediodía, pues oyeron que iban a comer allí.
Gen 43:26 Al entrar José en casa, le presentaron el regalo que llevaban
consigo y se inclinaron hasta el suelo.
Gen 43:27 El les saludó y les preguntó: «Vuestro anciano padre de quien me
hablasteis, ¿vive aún?»
Gen 43:28 Y le dijeron: «Está bien tu siervo, nuestro padre: todavía vive.»
Y postrándose se inclinaron.
Gen 43:29 Entonces José volvió los ojos y vio a Benjamín, su hermano de
madre, y dijo: «¿Este es vuestro hermano menor, de quien me hablasteis?» Y
añadió: «Dios te guarde, hijo mío.»
Gen 43:30 José tuvo que darse prisa, porque le daban ganas de llorar de
emoción por su hermano, y entrando en el cuarto lloró allí.
Gen 43:31 Luego se lavó la cara, salió y conteniéndose dijo: «Servid la
comida.»
Gen 43:32 Y le sirvieron a él aparte, aparte a ellos, y aparte a los
egipcios que comían con él, porque los egipcios no soportan comer con los
hebreos, cosa detestable para ellos.
Gen 43:33 Sentáronse, pues, delante de él por orden de antigüedad, de mayor
a menor, y unos a otros se daban muestras de asombro.
Gen 43:34 El fue tomando de delante de sí raciones para ellos, y la ración
de Benjamín era cinco veces mayor que la de todos los demás. Ellos bebieron
y se alegraron en su compañía.
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Capítulo 44
44:1
Y MANDÓ José
al mayordomo de su casa, diciendo: Hinche los costales de aquestos varones de
alimentos, cuanto pudieren llevar, y pon el dinero de cada uno en la boca de su
costal:
44:2
Y pondrás mi
copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su
trigo. Y él hizo como dijo José.
44:3
Venida la
mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos.
44:4
Habiendo
ellos salido de la ciudad, de la que aun no se habían alejado, dijo José á su
mayordomo: Levántate, y sigue á esos hombres; y cuando los alcanzares, diles:
¿Por qué habéis vuelto mal por bien?
44:5
¿No es ésta
en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? habéis hecho mal en lo
que hicisteis.
44:6
Y como él los
alcanzó, díjoles estas palabras.
44:7
Y ellos le
respondieron: ¿Por qué dice mi señor tales cosas? Nunca tal hagan tus siervos.
44:8
He aquí, el
dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos á traer desde
la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata
ni oro?
44:9
Aquel de tus
siervos en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos
siervos de mi señor.
44:10
Y él dijo:
También ahora sea conforme á vuestras palabras; aquél en quien se hallare, será
mi siervo, y vosotros seréis sin culpa.
44:11
Ellos
entonces se dieron prisa, y derribando cada uno su costal en tierra, abrió cada
cual el costal suyo.
44:12
Y buscó;
desde el mayor comenzó, y acabó en el menor; y la copa fué hallada en el costal
de Benjamín.
44:13
Entonces
ellos rasgaron sus vestidos, y cargó cada uno su asno, y volvieron á la ciudad.
44:14
Y llegó Judá
con sus hermanos á casa de José, que aun estaba allí, y postráronse delante de
él en tierra.
44:15
Y díjoles
José: ¿Qué obra es esta que habéis hecho? ¿no sabéis que un hombre como yo sabe
adivinar?
44:16
Entonces dijo
Judá: ¿Qué diremos á mi señor? ¿qué hablaremos? ¿ó con qué nos justificaremos?
Dios ha hallado la maldad de tus siervos: he aquí, nosotros somos siervos de mi
señor, nosotros, y también aquél en cuyo poder fué hallada la copa.
44:17
Y él
respondió: Nunca yo tal haga: el varón en cuyo poder fué hallada la copa, él
será mi siervo; vosotros id en paz á vuestro padre.
44:18
Entonces Judá
se llegó á él, y dijo: Ay señor mío, ruégote que hable tu siervo una palabra en
oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues que tú eres
como Faraón.
44:19
Mi señor
preguntó á sus siervos, diciendo: ¿Tenéis padre ó hermano?
44:20
Y nosotros
respondimos á mi señor: Tenemos un padre anciano, y un mozo que le nació en su
vejez, pequeño aún; y un hermano suyo murió, y él quedó solo de su madre, y su
padre lo ama.
44:21
Y tú dijiste
á tus siervos: Traédmelo, y pondré mis ojos sobre él.
44:22
Y nosotros
dijimos á mi señor: El mozo no puede dejar á su padre, porque si le dejare, su
padre morirá.
44:23
Y dijiste á
tus siervos: Si vuestro hermano menor no descendiere con vosotros, no veáis más
mi rostro.
44:24
Aconteció
pues, que como llegamos á mi padre tu siervo, contámosle las palabras de mi
señor.
44:25
Y dijo
nuestro padre: Volved á comprarnos un poco de alimento.
44:26
Y nosotros
respondimos: No podemos ir: si nuestro hermano fuere con nosotros, iremos;
porque no podemos ver el rostro del varón, no estando con nosotros nuestro
hermano el menor.
44:27
Entonces tu
siervo mi padre nos dijo: Vosotros sabéis que dos me parió mi mujer;
44:28
Y el uno
salió de conmigo, y pienso de cierto que fué despedazado, y hasta ahora no le
he visto;
44:29
Y si tomareis
también éste de delante de mí, y le aconteciere algún desastre, haréis
descender mis canas con dolor á la sepultura.
44:30
Ahora, pues,
cuando llegare yo á tu siervo mi padre, y el mozo no fuere conmigo, como su
alma está ligada al alma de él,
44:31
Sucederá que
cuando no vea al mozo, morirá: y tus siervos harán descender las canas de tu
siervo nuestro padre con dolor á la sepultura.
44:32
Como tu
siervo salió por fiador del mozo con mi padre, diciendo: Si no te lo volviere,
entonces yo seré culpable para mi padre todos los días;
44:33
Ruégote por
tanto que quede ahora tu siervo por el mozo por siervo de mi señor, y que el
mozo vaya con sus hermanos.
44:34
Porque ¿cómo iré
yo á mi padre sin el mozo? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá á mi
padre.
Gen 44:1 Entonces él dio esta orden a su
mayordomo: «Llena de víveres las talegas de estos hombres, cuanto quepa en
ellas, y pones el dinero de cada uno en la boca de su talega.
Gen 44:2 Y mi copa, la copa de plata, la pones en la boca del saco del
pequeño, además del dinero de su compra.» Y él hizo conforme a lo que había
dicho José.
Gen 44:3 Alumbró el día, y se les despachó a ellos con sus asnos.
Gen 44:4 Salieron de la ciudad, y no bien se habían alejado, cuando José
dijo a su mayordomo: «Levántate y persigue a esos hombres, les das alcance y
les dices: ¿Por qué habéis pagado mal por bien?
Gen 44:5 ¡Se trata nada menos que de lo que utiliza mi señor para beber, y
también para sus adivinaciones! ¡Qué mal habéis obrado!»
Gen 44:6 El les alcanzó y les habló a este tenor.
Gen 44:7 Ellos le dijeron: «¿Por qué habla mi señor de ese modo? ¡Lejos de
tus siervos hacer semejante cosa!
Gen 44:8 De modo que te hemos devuelto desde Canaán la plata que encontramos
en la boca de nuestras talegas, ¿e íbamos a robar ahora de casa de nuestro
señor plata ni oro?
Gen 44:9 Aquel de tus siervos a quien se le encuentre, que muera; y también
los demás nos haremos esclavos del señor.»
Gen 44:10 Dijo: «Sea así como decís: aquel a quien se le encuentre, será mi
esclavo; pero los demás quedaréis disculpados.»
Gen 44:11 Ellos se dieron prisa en bajar sus talegas a tierra y fueron
abriendo cada cual la suya;
Gen 44:12 él les registró empezando por el grande y acabando por el chico, y
apareció la copa en la talega de Benjamín.
Gen 44:13 Entonces rasgaron ellos sus túnicas, y cargando cada cual su burro
regresaron a la ciudad.
Gen 44:14 Judá y sus hermanos entraron a casa de José, que todavía estaba
allí, y cayeron rostro en tierra.
Gen 44:15 José les dijo: «¿Qué habéis hecho? ¡ ignorabais que uno como yo
tenía que adivinarlo sin falta?»
Gen 44:16 Judá dijo: «¿Qué vamos a decir al señor, qué vamos a hablar, qué
excusa vamos a dar? Dios ha hallado culpables a sus siervos, y henos aquí
como esclavos de nuestro señor, tanto nosotros como aquel en cuyo poder ha
aparecido la copa.»
Gen 44:17 Replicó: «¡Lejos de mí, hacer eso! Aquel a quien se le ha hallado
la copa, ése será mi esclavo, que los demás subiréis sin novedad donde
vuestro padre.»
Gen 44:18 Entonces se le acercó Judá y le dijo: «Con permiso, señor, tu
siervo va a pronunciar una palabra a los oídos de mi señor, y que no se
encienda tu ira contra tu siervo, pues tú eres como el mismo Faraón.
Gen 44:19 Mi señor preguntó a sus siervos: "¿Tenéis padre o algún hermano?"
Gen 44:20 Y nosotros dijimos a mi señor: «"Sí, tenemos padre anciano, y un
hijo pequeño de su ancianidad. Otro hermano de éste murió; sólo le ha
quedado éste de su madre, y su padre le quiere."
Gen 44:21 Entonces tú dijiste a tus siervos: «Bajádmelo, que ponga mis ojos
sobre él."
Gen 44:22 Y dijimos a mi señor: "Imposible que el muchacho deje a su padre,
pues si le dejara, éste moriría."
Gen 44:23 Pero dijiste a tus siervos: "Pues si no baja vuestro hermano menor
con vosotros, no volveréis a verme la cara."
Gen 44:24 Así pues, cuando subimos nosotros a mi padre, tu siervo, le
expusimos las palabras de mi señor.
Gen 44:25 Nuestro padre dijo: "Volved y compradnos algo de comer."
Gen 44:26 Dijimos: "No podemos bajar, a menos que nuestro hermano pequeño
vaya con nosotros. En ese caso sí bajaríamos. Porque no podemos presentarnos
a aquel hombre si no está con nosotros nuestro hermano el pequeño."
Gen 44:27 Mi padre, tu siervo, nos dijo: "Bien sabéis que mi mujer me dio a
los dos:
Gen 44:28 el uno se me marchó, y dije que seguramente habría sido
despedazado, y no le he vuelto a ver más hasta ahora.
Gen 44:29 Y ahora os lleváis también a éste de mi presencia, y le ocurre
alguna desgracia, y habréis hecho bajar mi ancianidad al seol con amargura."
Gen 44:30 Ahora, pues, cuando yo llegue a donde mi padre, tu siervo, y el
muchacho no esté con nosotros, teniendo como tiene el alma tan apegada a la
suya,
Gen 44:31 en cuanto vea que falta el muchacho morirá, y tus siervos habrán
hecho bajar la ancianidad de nuestro padre, tu siervo, con tristeza al seol.
Gen 44:32 La verdad es que tu siervo ha traído al muchacho de junto a su
padre bajo palabra de que: "Si no te lo traigo, quedaré en falta para con mi
padre a perpetuidad."
Gen 44:33 Ahora, pues, que se quede tu siervo en vez del muchacho como
esclavo de mi señor, y suba el muchacho con sus hermanos.
Gen 44:34 Porque ¿cómo subo yo ahora a mi padre sin el muchacho conmigo? ¡No
quiero ni ver la aflicción en que caerá mi padre!»
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Capítulo 45
45:1
NO podía ya
José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced
salir de conmigo á todos. Y no quedó nadie con él, al darse á conocer José á
sus hermanos.
45:2
Entonces se
dió á llorar á voz en grito; y oyeron los Egipcios, y oyó también la casa de
Faraón.
45:3
Y dijo José á
sus hermanos: Yo soy José: ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron
responderle, porque estaban turbados delante de él.
45:4
Entonces dijo
José á sus hermanos: Llegaos ahora á mí. Y ellos se llegaron. Y él dijo: Yo soy
José vuestro hermano el que vendisteis para Egipto.
45:5
Ahora pues,
no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; que para preservación
de vida me envió Dios delante de vosotros:
45:6
Que ya ha
habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aun quedan cinco años en que
ni habrá arada ni siega.
45:7
Y Dios me
envió delante de vosotros, para que vosotros quedaseis en la tierra, y para
daros vida por medio de grande salvamento.
45:8
Así pues, no
me enviasteis vosotros acá, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón, y
por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
45:9
Daos priesa,
id á mi padre y decidle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de
todo Egipto; ven á mí, no te detengas:
45:10
Y habitarás
en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de
tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes.
45:11
Y allí te
alimentaré, pues aun quedan cinco años de hambre, porque no perezcas de pobreza
tú y tu casa, y todo lo que tienes:
45:12
Y he aquí, vuestros
ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla.
45:13
Haréis pues
saber á mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto: y daos
priesa, y traed á mi padre acá.
45:14
Y echóse
sobre el cuello de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre
su cuello.
45:15
Y besó á
todos sus hermanos, y lloró sobre ellos: y después sus hermanos hablaron con
él.
45:16
Y oyóse la
noticia en la casa de Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y
plugo en los ojos de Faraón y de sus siervos.
45:17
Y dijo Faraón
á José: Di á tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, é id, volved á
la tierra de Canaán;
45:18
Y tomad á
vuestro padre y vuestras familias, y venid á mí, que yo os daré lo bueno de la
tierra de Egipto y comeréis la grosura de la tierra.
45:19
Y tú manda:
Haced esto: tomaos de la tierra de Egipto carros para vuestros niños y vuestras
mujeres; y tomad á vuestro padre, y venid.
45:20
Y no se os dé
nada de vuestras alhajas, porque el bien de la tierra de Egipto será vuestro.
45:21
E hiciéronlo
así los hijos de Israel: y dióles José carros conforme á la orden de Faraón, y
suministróles víveres para el camino.
45:22
A cada uno de
todos ellos dió mudas de vestidos, y á Benjamín dió trescientas piezas de
plata, y cinco mudas de vestidos.
45:23
Y á su padre
envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de
trigo, y pan y comida, para su padre en el camino.
45:24
Y despidió á sus
hermanos, y fuéronse. Y él les dijo: No riñáis por el camino.
45:25
Y subieron de
Egipto, y llegaron á la tierra de Canaán á Jacob su padre.
45:26
Y diéronle
las nuevas, diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto.
Y su corazón se desmayó; pues no los creía.
45:27
Y ellos le
contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo él los
carros que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob su padre revivió.
45:28
Entonces dijo
Israel: Basta; José mi hijo vive todavía: iré, y le veré antes que yo muera.
Gen 45:1 Ya no pudo José contenerse delante
de todos los que en pie le asistían y exclamó: «Echad a todo el mundo de mi
lado.» Y no quedó nadie con él mientras se daba a conocer José a sus
hermanos.
Gen 45:2 (Y se echó a llorar a gritos, y lo oyeron los egipcios, y lo oyó
hasta la casa de Faraón.)
Gen 45:3 José dijo a sus hermanos: «Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?» Sus
hermanos no podían contestarle, porque se habían quedado atónitos ante él.
Gen 45:4 José dijo a sus hermanos: «Vamos, acercaos a mí.» Se acercaron, y
él continuó: «Yo soy vuestro hermano José, a quien vendisteis a los
egipcios.
Gen 45:5 Ahora bien, no os pese mal, ni os dé enojo el haberme vendido acá,
pues para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros.
Gen 45:6 Porque con éste van dos años de hambre por la tierra, y aún quedan
cinco años en que no habrá arada ni siega.
Gen 45:7 Dios me ha enviado delante de vosotros para que podáis sobrevivir
en la tierra y para salvaros la vida mediante una feliz liberación.
Gen 45:8 O sea, que no fuisteis vosotros los que me enviasteis acá, sino
Dios, y él me ha convertido en padre de Faraón, en dueño de toda su casa y
amo de todo Egipto.
Gen 45:9 Subid de prisa a donde mi padre, y decidle: "Así, dice tu hijo
José: Dios me ha hecho dueño de todo Egipto; baja a mí sin demora.
Gen 45:10 Vivirás en el país de Gosen, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos
y nietos, tus ovejas y tus vacadas y todo cuanto tienes.
Gen 45:11 Yo te sustentaré allí, pues todavía faltan cinco años de hambre,
no sea que quedéis en la miseria tú y tu casa y todo lo tuyo."
Gen 45:12 Con vuestros propios ojos estáis viendo, y también mi hermano
Benjamín con los suyos, que es mi boca la que os habla.
Gen 45:13 Notificad, pues, a mi padre toda mi autoridad en Egipto y todo lo
que habéis visto, y en seguida bajad a mi padre acá.»
Gen 45:14 Y echándose al cuello de su hermano Benjamín, lloró; también
Benjamín lloraba sobre el cuello de José.
Gen 45:15 Luego besó a todos sus hermanos, llorando sobre ellos; después de
lo cual sus hermanos estuvieron conversando con él.
Gen 45:16 En el palacio de Faraón corrió la voz: «Han venido los hermanos de
José.» La cosa cayó bien a Faraón y sus siervos,
Gen 45:17 y Faraón dijo a José: «Di a tus hermanos: Haced esto: Cargad
vuestras acémilas y poneos inmediatamente en Canaán ,
Gen 45:18 tomad a vuestro padre y vuestras familias, y venid a mí, que yo os
daré lo mejor de Egipto, y comeréis lo más pingüe del país.
Gen 45:19 Por tu parte, ordénales: Haced esto: Tomad de Egipto carretas para
vuestros pequeños y mujeres, y os traéis a vuestro padre.
Gen 45:20 Y vosotros mismos no tengáis pena de vuestras cosas, que le mejor
de Egipto será para vosotros.»
Gen 45:21 Así lo hicieron los hijos de Israel; José les proporcionó carretas
por orden de Faraón; y les dio provisiones para el camino.
Gen 45:22 A todos ellos dio sendas mudas, pero a Benjamín le dio trescientas
piezas de plata y cinco mudas.
Gen 45:23 A su padre le envió asimismo diez burros cargados de lo mejor de
Egipto y diez asnas cargadas de trigo, pan y víveres para el viaje de su
padre.
Gen 45:24 Luego despidió a sus hermanos, y cuando se iban les dijo: «No os
excitéis en el camino.»
Gen 45:25 Subieron, pues, de Egipto y llegaron a Canaán, a donde su padre
Jacob,
Gen 45:26 y le anunciaron: «Todavía vive José, y es el amo de todo Egipto.»
Pero él se quedó impasible, porque no les creía.
Gen 45:27 Entonces le repitieron todas las palabras que José les había
dicho, vio las carretas que José había enviado para trasportarle, y revivió
el espíritu de su padre Jacob.
Gen 45:28 Y dijo Israel: «¡Esto me basta! Todavía vive mi hijo José: iré y
le veré antes de morirme.»
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Capítulo 46
46:1
Y PARTIÓSE
Israel con todo lo que tenía, y vino á Beer-seba, y ofreció sacrificios al Dios
de su padre Isaac.
46:2
Y habló Dios
á Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí.
46:3
Y dijo: Yo
soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender á Egipto, porque yo te
pondré allí en gran gente.
46:4
Yo descenderé
contigo á Egipto, y yo también te haré volver: y José pondrá su mano sobre tus
ojos.
46:5
Y levantóse
Jacob de Beer-seba; y tomaron los hijos de Israel á su padre Jacob, y á sus
niños, y á sus mujeres, en los carros que Faraón había enviado para llevarlo.
46:6
Y tomaron sus
ganados, y su hacienda que había adquirido en la tierra de Canaán, y viniéronse
á Egipto, Jacob, y toda su simiente consigo;
46:7
Sus hijos, y
los hijos de sus hijos consigo; sus hijas, y las hijas de sus hijos, y á toda
su simiente trajo consigo á Egipto.
46:8
Y estos son los
nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto, Jacob y sus hijos:
Rubén, el primogénito de Jacob.
46:9
Y los hijos
de Rubén: Hanoch, y Phallu, y Hezrón, y Carmi.
46:10
Y los hijos
de Simeón: Jemuel, y Jamín, y Ohad, y Jachîn, y Zohar, y Saúl, hijo de la
Cananea.
46:11
Y los hijos
de Leví: Gersón, Coath, y Merari.
46:12
Y los hijos
de Judá: Er, y Onán, y Sela, y Phares, y Zara: mas Er y Onán, murieron en la
tierra de Canaán. Y los hijos de Phares fueron Hezrón y Hamul.
46:13
Y los hijos
de Issachâr: Thola, y Phua, y Job, y Simrón.
46:14
Y los hijos
de Zabulón: Sered y Elón, y Jahleel.
46:15
Estos fueron
los hijos de Lea, los que parió á Jacob en Padan-aram, y además su hija Dina:
treinta y tres las almas todas de sus hijos é hijas.
46:16
Y los hijos
de Gad: Ziphión, y Aggi, y Ezbón, y Suni, y Heri, y Arodi, y Areli.
46:17
Y los hijos
de Aser: Jimna, é Ishua, é Isui y Beria, y Sera, hermana de ellos. Los hijos de
Beria: Heber, y Malchîel.
46:18
Estos fueron
los hijos de Zilpa, la que Labán dió á su hija Lea, y parió estos á Jacob;
todas diez y seis almas.
46:19
Y los hijos
de Rachêl, mujer de Jacob: José y Benjamín.
46:20
Y nacieron á
José en la tierra de Egipto Manasés y Ephraim, los que le parió Asenath, hija de
Potipherah, sacerdote de On.
46:21
Y los hijos
de Benjamín fueron Bela, y Bechêr y Asbel, y Gera, y Naamán, y Ehi, y Ros y
Muppim, y Huppim, y Ard.
46:22
Estos fueron
los hijos de Rachêl, que nacieron á Jacob: en todas, catorce almas.
46:23
Y los hijos
de Dan: Husim.
46:24
Y los hijos
de Nephtalí: Jahzeel, y Guni, y Jezer, y Shillem.
46:25
Estos fueron
los hijos de Bilha, la que dió Labán á Rachêl su hija, y parió estos á Jacob;
todas siete almas.
46:26
Todas las
personas que vinieron con Jacob á Egipto, procedentes de sus lomos, sin las
mujeres de los hijos de Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis.
46:27
Y los hijos
de José, que le nacieron en Egipto, dos personas. Todas las almas de la casa de
Jacob, que entraron en Egipto, fueron setenta.
46:28
Y envió á
Judá delante de sí á José, para que le viniese á ver á Gosén; y llegaron á la
tierra de Gosén.
46:29
Y José unció
su carro y vino á recibir á Israel su padre á Gosén; y se manifestó á él, y
echóse sobre su cuello, y lloró sobre su cuello bastante.
46:30
Entonces
Israel dijo á José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, pues aun vives.
46:31
Y José dijo á
sus hermanos, y á la casa de su padre: Subiré y haré saber á Faraón, y diréle:
Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han
venido á mí;
46:32
Y los hombres
son pastores de ovejas, porque son hombres ganaderos: y han traído sus ovejas y
sus vacas, y todo lo que tenían.
46:33
Y cuando
Faraón os llamare y dijere: ¿cuál es vuestro oficio?
46:34
Entonces
diréis: Hombres de ganadería han sido tus siervos desde nuestra mocedad hasta
ahora, nosotros y nuestros padres; á fin que moréis en la tierra de Gosén,
porque los Egipcios abominan todo pastor de ovejas.
Gen 46:1 Partió Israel con todas sus
pertenencias y llegó a Berseba, donde hizo sacrificios al Dios de su padre
Isaac.
Gen 46:2 Y dijo Dios a Israel en visión nocturna: «¡Jacob, Jacob!» - «Heme
aquí», respondió. -
Gen 46:3 «Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque
allí te haré una gran nación.
Gen 46:4 Y bajaré contigo a Egipto y yo mismo te subiré también. José te
cerrará los ojos.»
Gen 46:5 Jacob partió de Berseba y los hijos de Israel montaron a su padre
Jacob, así como a sus pequeños y mujeres, en las carretas que había mandado
Faraón para trasportarle.
Gen 46:6 También tomaron sus ganados y la hacienda lograda en Canaán, y
fueron a Egipto, Jacob y toda su descendencia con él.
Gen 46:7 Sus hijos y nietos, sus hijas y nietas: a toda su descendencia se
la llevó consigo a Egipto.
Gen 46:8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en
Egipto: Jacob y sus hijos. El primogénito de Jacob: Rubén,
Gen 46:9 y los hijos de Rubén: Henoc, Pallú, Jesrón y Karmí;
Gen 46:10 los hijos de Simeón: Yemuel, Yamín, Ohad, Yakín, Sójar y Saúl,
hijo de la cananea;
Gen 46:11 los hijos de Leví: Guersón, Quehat y Merarí;
Gen 46:12 los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Peres y Zéraj, (¡pero Er y Onán
ya habían muerto en Canaán!) y los hijos de Peres: Jesrón y Jamul;
Gen 46:13 los hijos de Isacar: Tolá, Puvá, Yasub y Simrón;
Gen 46:14 los hijos de Zabulón: Séred, Elón, Yajleel.
Gen 46:15 Estos fueron los hijos que Lía había dado a Jacob en Paddán Aram,
y también su hija Dina. Sus hijos y sus hijas eran en total 33 personas.
Gen 46:16 Los hijos de Gad: Sefón, Jagguí, Suní, Esbón, Erí, Arodí y Arelí.
Gen 46:17 Los hijos de Aser: Yimná, Yisvá, Yisví, Beriá y Séraj, hermana de
ellos. Hijos de Beriá: Jéber y Malkiel.
Gen 46:18 Estos son los hijos de Zilpá, la que Labán diera a su hija Lía;
ella engendró para Jacob estas dieciséis personas.
Gen 46:19 Los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín.
Gen 46:20 A José le nacieron en Egipto Manasés y Efraím, de Asnat, hija de
Poti Fera, sacerdote de On.
Gen 46:21 Los hijos de Benjamín: Belá, Béker, Asbel, Guerá, Naamán, Ejí,
Ros, Muppim, Juppim y Ard.
Gen 46:22 Estos son los hijos que Raquel dio a Jacob. En total catorce
personas.
Gen 46:23 Los hijos de Dan: Jusim.
Gen 46:24 Los hijos de Neftalí: Yajseel, Guní, Yéser y Sillem.
Gen 46:25 Estos son los hijos de Bilhá, la que Labán diera a su hija Raquel,
y que aquélla engendró para Jacob: en total siete personas.
Gen 46:26 Todas las personas que entraron con Jacob en Egipto, nacidas de
sus entrañas, - salvo las mujeres de los hijos de Jacob - hacían un total de
66 personas.
Gen 46:27 Los hijos de José, que le habían nacido en Egipto, eran dos. Todas
las personas de la casa de Jacob que entraron en Egipto eran setenta.
Gen 46:28 Israel mandó a Judá por delante a donde José, para que éste le
precediera a Gosen: y llegaron al país de Gosen.
Gen 46:29 José engancho su carroza y subió a Gosen, al encuentro de su padre
Israel; y viéndole se echó a su cuello y estúvose llorando sobre su cuello.
Gen 46:30 Y dijo Israel a José: «Ahora ya puedo morir, después de haber
visto tu rostro, pues que tú vives todavía.»
Gen 46:31 José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre: «Voy a subir
a avisar a Faraón y decirle: "Han venido a mí mis hermanos y la casa de mi
padre que estaban en Canaán.
Gen 46:32 Son pastores de ovejas, pues siempre fueron ganaderos, y, han
traído ovejas, vacadas y todo lo suyo.»
Gen 46:33 Así, cuando os llame Faraón y os diga. "¿Cuál es vuestro oficio?",
Gen 46:34 le decís: "Ganaderos hemos sido tus siervos desde la mocedad hasta
ahora, lo mismo que nuestros padres." De esta suerte os quedaréis en el país
de Gosen.» Porque los egipcios detestan a todos los pastores de ovejas.
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Capítulo 47
47:1
Y JOSÉ vino,
é hizo saber á Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus
vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí,
están en la tierra de Gosén.
47:2
Y de los
postreros de sus hermanos tomó cinco varones, y presentólos delante de Faraón.
47:3
Y Faraón dijo
á sus hermanos: ¿Cuál es vuestro oficio? Y ellos respondieron á Faraón:
Pastores de ovejas son tus siervos, así nosotros como nuestros padres.
47:4
Dijeron
además á Faraón: Por morar en esta tierra hemos venido; porque no hay pasto
para las ovejas de tus siervos, pues el hambre es grave en la tierra de Canaán:
por tanto, te rogamos ahora que habiten tus siervos en la tierra de Gosén.
47:5
Entonces
Faraón habló á José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido á ti;
47:6
La tierra de
Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar á tu padre y á
tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos
hombres eficaces, ponlos por mayorales del ganado mío.
47:7
Y José
introdujo á su padre, y presentólo delante de Faraón; y Jacob bendijo á Faraón.
47:8
Y dijo Faraón
á Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida?
47:9
Y Jacob respondió
á Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años;
pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado á los
días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.
47:10
Y Jacob bendijo
á Faraón, y salióse de delante de Faraón.
47:11
Así José hizo
habitar á su padre y á sus hermanos, y dióles posesión en la tierra de Egipto,
en lo mejor de la tierra, en la tierra de Rameses como mandó Faraón.
47:12
Y alimentaba
José á su padre y á sus hermanos, y á toda la casa de su padre, de pan, hasta
la boca del niño.
47:13
Y no había
pan en toda la tierra, y el hambre era muy grave; por lo que desfalleció de
hambre la tierra de Egipto y la tierra de Canaán.
47:14
Y recogió
José todo el dinero que se halló en la tierra de Egipto y en la tierra de
Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa
de Faraón.
47:15
Y acabado el
dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, vino todo Egipto á José
diciendo: Danos pan: ¿por qué moriremos delante de ti, por haberse acabado el
dinero?
47:16
Y José dijo:
Dad vuestros ganados, y yo os daré por vuestros ganados, si se ha acabado el
dinero.
47:17
Y ellos
trajeron sus ganados á José; y José les dió alimentos por caballos, y por el
ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por asnos: y sustentólos
de pan por todos sus ganados aquel año.
47:18
Y acabado
aquel año, vinieron á él el segundo año, y le dijeron: No encubriremos á
nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya
de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros
cuerpos y nuestra tierra.
47:19
¿Por qué
moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Cómpranos á
nosotros y á nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra
siervos de Faraón: y danos simiente para que vivamos y no muramos, y no sea
asolada la tierra.
47:20
Entonces
compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los Egipcios vendieron
cada uno sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos: y la tierra vino
á ser de Faraón.
47:21
Y al pueblo
hízolo pasar á las ciudades desde el un cabo del término de Egipto hasta el
otro cabo.
47:22
Solamente la tierra
de los sacerdotes no compró, por cuanto los sacerdotes tenían ración de Faraón,
y ellos comían su ración que Faraón les daba: por eso no vendieron su tierra.
47:23
Y José dijo
al pueblo: He aquí os he hoy comprado y á vuestra tierra para Faraón: ved aquí
simiente, y sembraréis la tierra.
47:24
Y será que de
los frutos daréis el quinto á Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para
sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de los que están en
vuestras casas, y para que coman vuestros niños.
47:25
Y ellos
respondieron: La vida nos has dado: hallemos gracia en ojos de mi señor, y
seamos siervos de Faraón.
47:26
Entonces José
lo puso por fuero hasta hoy sobre la tierra de Egipto, señalando para Faraón el
quinto; excepto sólo la tierra de los sacerdotes, que no fué de Faraón.
47:27
Así habitó
Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y aposesionáronse en
ella, y se aumentaron, y multiplicaron en gran manera.
47:28
Y vivió Jacob
en la tierra de Egipto diecisiete años: y fueron los días de Jacob, los años de
su vida, ciento cuarenta y siete años.
47:29
Y llegáronse
los días de Israel para morir, y llamó á José su hijo, y le dijo: Si he hallado
ahora gracia en tus ojos, ruégote que pongas tu mano debajo de mi muslo, y
harás conmigo misericordia y verdad; ruégote que no me entierres en Egipto;
47:30
Mas cuando
durmiere con mis padres, llevarme has de Egipto, y me sepultarás en el sepulcro
de ellos. Y él respondió: Yo haré como tú dices.
47:31
Y él dijo:
Júramelo. Y él le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la
cama.
Gen 47:1 Vino, pues, José a dar parte a
Faraón, diciendo: «Mi padre, mis hermanos, sus ovejas y vacadas y todo lo
suyo han venido de Canaán, y ya están en el país de Gosen.»
Gen 47:2 Luego, de entre todos sus hermanos tomó consigo a cinco varones y
se los presentó a Faraón.
Gen 47:3 Dijo Faraón a los hermanos: «¿Cuál es vuestro oficio?» Respondieron
a Faraón: «Pastores de ovejas son tus siervos, lo mismo que nuestros
padres.»
Gen 47:4 Y dijeron a Faraón: «Hemos venido a residir en esta tierra, porque
no hay pastos para los rebaños que tienen tus siervos, por ser grave el
hambre en Canaán. Así pues, deja morar a tus siervos en el país de Gosen.»
Gen 47:5 a. Y dijo Faraón a José:
Gen 47:5 b. Jacob, y sus hijos vinieron a Egipto donde José. Faraón, rey de
Egipto, se enteró y dijo a José: «Tu padre y tus hermanos han venido a ti.
Gen 47:6 a. Tienes el territorio egipcio por delante: en lo mejor del país
instala a tu padre y tus hermanos.»
Gen 47:6 b. «Que residan en el país de Gosen. Y si te consta que hay entre
ellos gente capacitada, ponles por rabadanes de lo mío.»
Gen 47:7 José llevó a su padre Jacob y le presentó delante de Faraón, y
Jacob bendijo a Faraón.
Gen 47:8 Dijo Faraón a Jacob: «¿Cuántos años tienes?»
Gen 47:9 Respondió Jacob a Faraón: «Los años de mis andanzas hacen 130 años:
pocos y malos han sido los años de mi vida, y no han llegado a igualar los
años de vida de mis padres, en el tiempo de sus andanzas.»
Gen 47:10 Bendijo, pues, Jacob a Faraón, y salió de su presencia.
Gen 47:11 José instaló a su padre y sus hermanos, asignándoles predio en
territorio egipcio, en lo mejor del país, en el país de Ramsés, según lo
había mandado Faraón.
Gen 47:12 Y José proveyó al sustento familiar de su padre y sus hermanos y
toda la casa de su padre.
Gen 47:13 No había pan en todo el país, porque el hambre era gravísima y
tanto Egipto como Canaán estaban muertos de hambre.
Gen 47:14 Entonces José se hizo con toda la plata existente en Egipto y
Canaán a cambio del grano que ellos compraban, y llevó José aquella plata al
palacio de Faraón.
Gen 47:15 Agotada la plata de Egipto y de Canaán, acudió Egipto en masa a
José diciendo: «Danos pan. ¿Por qué hemos de morir en tu presencia ahora que
se ha agotado la plata?»
Gen 47:16 Dijo José: «Entregad vuestros ganados y os daré pan por vuestros
ganados, ya que se ha agotado la plata.»
Gen 47:17 Trajeron sus ganados a José y José les dio pan a cambio de
caballos, ovejas, vacas y burros. Y les abasteció de pan a trueque de todos
sus ganados por aquel año.
Gen 47:18 Cumplido el año, acudieron al año siguiente y le dijeron: «No
disimularemos a nuestro señor que se ha agotado la plata, y también los
ganados pertenecen ya a nuestro señor; no nos queda a disposición de nuestro
señor nada, salvo nuestros cuerpos y nuestras tierras.
Gen 47:19 ¿Por qué hemos de morir delante de tus ojos así nosotros como
nuestras tierras? Aprópiate de nosotros y de nuestras tierras a cambio de
pan, y nosotros con nuestras tierras pasaremos a ser esclavos de Faraón.
Pero danos simiente para que vivamos y no muramos, y el suelo no quede
desolado.»
Gen 47:20 De este modo se apropió José todo el suelo de Egipto para Faraón,
pues los egipcios vendieron cada uno su campo porque el hambre les apretaba,
y la tierra vino a ser de Faraón.
Gen 47:21 En cuanto al pueblo, lo redujo a servidumbre, de cabo a cabo de
las fronteras de Egipto.
Gen 47:22 Tan sólo las tierras de los sacerdotes no se las apropió, porque
los sacerdotes tuvieron tal privilegio de Faraón, y comieron de dicho
privilegio que les concedió Faraón. Por lo cual no vendieron sus tierras.
Gen 47:23 Dijo entonces José al pueblo: «He aquí que os he adquirido hoy
para Faraón a vosotros y vuestras tierras. Ahí tenéis simiente: sembrad la
tierra,
Gen 47:24 y luego, cuando la cosecha, daréis el quinto a Faraón y las otras
cuatro partes serán para vosotros, para siembra del campo, y para alimento
vuestro y de vuestros familiares, para alimento de vuestras criaturas.»
Gen 47:25 Dijeron ellos: «Nos has salvado la vida. Hallemos gracia a los
ojos de mi señor, y seremos siervos de Faraón.»
Gen 47:26 Y José les impuso por norma, vigente hasta la fecha respecto a
todo el agro egipcio, dar el quinto a Faraón. Tan sólo el territorio de los
sacerdotes no pasó a ser de Faraón.
Gen 47:27 Israel residió en Egipto, en el país de Gosen; se afincaron en él
y fueron fecundos y se multiplicaron sobremanera.
Gen 47:28 Jacob vivió en Egipto diez y siete años, siendo los días de Jacob,
los años de su vida, 147 años.
Gen 47:29 Cuando los días de Israel tocaron a su fin, llamó a su hijo José y
le dijo: «Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo y
hazme este favor y lealtad: No me sepultes en Egipto.
Gen 47:30 Cuando yo me acueste con mis padres, me llevarás de Egipto y me
sepultarás en el sepulcro de ellos.» Respondió: «Yo haré según tu palabra.»
-
Gen 47:31 «Júramelo», dijo. Y José se lo juró. Entonces Israel se inclinó
sobre la cabecera de su lecho.
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Capítulo 48
48:1
Y SUCEDIÓ
después de estas cosas el haberse dicho á José: He aquí tu padre está enfermo.
Y él tomó consigo sus dos hijos Manasés y Ephraim.
48:2
Y se hizo
saber á Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene á ti. Entonces se esforzó
Israel, y sentóse sobre la cama;
48:3
Y dijo á
José: El Dios Omnipotente me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me
bendijo,
48:4
Y díjome: He aquí,
yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de pueblos: y
daré esta tierra á tu simiente después de ti por heredad perpetua.
48:5
Y ahora tus
dos hijos Ephraim y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que
viniese á ti á la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos:
48:6
Y los que
después de ellos has engendrado, serán tuyos; por el nombre de sus hermanos
serán llamados en sus heredades.
48:7
Porque cuando
yo venía de Padan-aram, se me murió Rachêl en la tierra de Canaán, en el
camino, como media legua de tierra viniendo á Ephrata; y sepultéla allí en el
camino de Ephrata, que es Bethlehem.
48:8
Y vió Israel
los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?
48:9
Y respondió
José á su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Allégalos
ahora á mí, y los bendeciré.
48:10
Y los ojos de
Israel estaban tan agravados de la vejez, que no podía ver. Hízoles, pues,
llegar á él, y él los besó y abrazó.
48:11
Y dijo Israel
á José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también tu
simiente.
48:12
Entonces José
los sacó de entre sus rodillas, é inclinóse á tierra.
48:13
Y tomólos
José á ambos, Ephraim á su diestra, á la siniestra de Israel; y á Manasés á su
izquierda, á la derecha de Israel; é hízoles llegar á él.
48:14
Entonces
Israel extendió su diestra, y púsola sobre la cabeza de Ephraim, que era el
menor, y su siniestra sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos
adrede, aunque Manasés era el primogénito.
48:15
Y bendijo á
José, y dijo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham é Isaac,
el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día,
48:16
El Angel que
me liberta de todo mal, bendiga á estos mozos: y mi nombre sea llamado en
ellos, y el nombre de mis padres Abraham é Isaac: y multipliquen en gran manera
en medio de la tierra.
48:17
Entonces
viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Eprhaim,
causóle esto disgusto; y asió la mano de su padre, para mudarla de sobre la
cabeza de Ephraim á la cabeza de Manasés.
48:18
Y dijo José á
su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu diestra
sobre su cabeza.
48:19
Mas su padre
no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé: también él vendrá á ser un pueblo, y
será también acrecentado; pero su hermano menor será más grande que él, y su
simiente será plenitud de gentes.
48:20
Y bendíjolos
aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Póngate Dios como á
Ephraim y como á Manasés. Y puso á Ephraim delante de Manasés.
48:21
Y dijo Israel
á José: He aquí, yo muero, mas Dios será con vosotros, y os hará volver á la
tierra de vuestros padres.
48:22
Y yo te he
dado á ti una parte sobre tus hermanos, la cual tomé yo de mano del Amorrheo
con mi espada y con mi arco.
Gen 48:1 Sucedió tras esto que se le dijo a
José: «Mira que tu padre está malo.» Entonces él tomó consigo a sus dos
hijos Manasés y Efraím,
Gen 48:2 y se hizo anunciar a Jacob: «Tu hijo José ha venido a verte.»
Entonces Israel, haciendo un esfuerzo, se sentó en su lecho.
Gen 48:3 Dijo Jacob a José: «El Saday se me apareció en Luz, en país
cananeo; me bendijo
Gen 48:4 y me dijo: "Mira, yo haré que seas fecundo y que te multipliques;
haré de ti una asamblea de pueblos, y daré esta tierra a tu posteridad en
propiedad eterna."
Gen 48:5 Pues bien, los dos hijos tuyos que te nacieron en Egipto antes de
venir yo a Egipto a reunirme contigo, míos son: Efraím y Manasés, igual que
Rubén y Simeón, serán míos.
Gen 48:6 En cuanto a la prole que has engendrado después de ellos, tuya será
y con el apellido de sus demás hermanos se la citará en orden a la herencia.
Gen 48:7 Cuando yo venía de Paddán se me murió en el camino Raquel, tu
madre, en el país de los cananeos, a poco trecho para llegar a Efratá, y
allí la sepulté, en el camino de Efratá, o sea Belén.»
Gen 48:8 Vio Israel a los hijos de José y preguntó: «¿Quiénes son éstos?»
Gen 48:9 Dijo José a su padre: «Son mis hijos, los que me ha dado Dios
aquí.» Y él dijo: «Tráemelos acá, que yo les bendiga.»
Gen 48:10 Los ojos de Jacob se habían nublado por la vejez y no podía ver.
Acercóselos, pues, y él los besó y los abrazó.
Gen 48:11 Dijo Israel a José: «Yo no sospechaba ver más tu rostro, y ahora
resulta que Dios me ha hecho ver también a tus hijos.»
Gen 48:12 José los sacó de entre las rodillas de su padre, y se postró ante
él rostro en tierra.
Gen 48:13 José los tomó a los dos, a Efraím con la derecha, a la izquierda
de Israel, y a Manasés con la izquierda, a la derecha de Israel, y los
acercó a éste.
Gen 48:14 Israel extendió su diestra y la puso sobre la cabeza de Efraím,
aunque era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés: es decir que
cruzó las manos, puesto que Manasés era el primogénito;
Gen 48:15 y bendijo a José diciendo: «El Dios en cuya presencia anduvieron
mis padres Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi pastor desde que existo
hasta el presente día,
Gen 48:16 el Ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga a estos
muchachos; sean llamados con mi nombre y con el de mis padres Abraham e
Isaac, y multiplíquense y crezcan en medio de la tierra.»
Gen 48:17 Al ver José que su padre tenía la diestra puesta sobre la cabeza
de Efraím, le pareció mal, y asió la mano de su padre para retirarla de
sobre la cabeza de Efraím a la de Manasés.
Gen 48:18 Y dijo José a su padre: «Así no, padre mío, que éste es el
primogénito; pon tu diestra sobre su cabeza.
Gen 48:19 Pero rehusó su padre, y dijo: «Lo sé, hijo mío, lo sé; también él
será grande. Sin embargo, su hermano será más grande que él, y su
descendencia se hará una muchedumbre de gentes.
Gen 48:20 Y les bendijo aquel día, diciendo: «Que con vuestro nombre se
bendiga en Israel, y se diga: ¡Hágate Dios como a Efraím y Manasés!» - y
puso a Efraím por delante de Manassés. -
Gen 48:21 Dijo entonces Israel a José: «Yo muero; pero Dios estará con
vosotros y os devolverá a la tierra de vuestros padres.
Gen 48:22 Yo, por mi parte, te doy Siquem a ti, mejorándote sobre tus
hermanos: lo que tomé al amorreo con mi espada y con mi arco.»
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Capítulo 49
49:1
Y LLAMÓ Jacob
á sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los
postreros días.
49:2
Juntaos y
oid, hijos de Jacob; Y escuchad á vuestro padre Israel.
49:3
Rubén, tú
eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en
dignidad, principal en poder.
49:4
Corriente
como las aguas, no seas el principal; Por cuanto subiste al lecho de tu padre: Entonces
te envileciste, subiendo á mi estrado.
49:5
Simeón y
Leví, hermanos: Armas de iniquidad sus armas.
49:6
En su secreto
no entre mi alma, Ni mi honra se junte en su compañía; Que en su furor mataron
varón, Y en su voluntad arrancaron muro.
49:7
Maldito su
furor, que fué fiero; Y su ira, que fué dura: Yo los apartaré en Jacob, Y los
esparciré en Israel.
49:8
Judá,
alabarte han tus hermanos: Tu mano en la cerviz de tus enemigos: Los hijos de
tu padre se inclinarán á ti.
49:9
Cachorro de
león Judá: De la presa subiste, hijo mío: Encorvóse, echóse como león, Así como
león viejo; ¿quién lo despertará?
49:10
No será
quitado el cetro de Judá, Y el legislador de entre sus piés, Hasta que venga
Shiloh; Y á él se congregarán los pueblos.
49:11
Atando á la
vid su pollino, Y á la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y
en la sangre de uvas su manto:
49:12
Sus ojos
bermejos del vino, Y los dientes blancos de la leche.
49:13
Zabulón en
puertos de mar habitará, Y será para puerto de navíos; Y su término hasta
Sidón.
49:14
Issachâr,
asno huesudo Echado entre dos tercios:
49:15
Y vió que el
descanso era bueno, Y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para
llevar, Y sirvió en tributo.
49:16
Dan juzgará á
su pueblo, Como una de las tribus de Israel.
49:17
Será Dan
serpiente junto al camino, Cerasta junto á la senda, Que muerde los talones de
los caballos, Y hace caer por detrás al cabalgador de ellos.
49:18
Tu salud
esperé, oh el Altísimo.
49:19
Gad, ejército
lo acometerá; Mas él acometerá al fin.
49:20
El pan de
Aser será grueso, Y él dará deleites al rey.
49:21
Nephtalí,
sierva dejada, Que dará dichos hermosos.
49:22
Ramo
fructífero José, Ramo fructífero junto á fuente, Cuyos vástagos se extienden
sobre el muro.
49:23
Y causáronle
amargura, Y asaeteáronle, Y aborreciéronle los archeros:
49:24
Mas su arco
quedó en fortaleza, Y los brazos de sus manos se corroboraron Por las manos del
Fuerte de Jacob, (De allí el pastor, y la piedra de Israel,)
49:25
Del Dios de
tu padre, el cual te ayudará, Y del Omnipotente, el cual te bendecirá Con
bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que está abajo,
Con bendiciones del seno y de la matriz.
49:26
Las
bendiciones de tu padre Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores:
Hasta el término de los collados eternos Serán sobre la cabeza de José, Y sobre
la mollera del Nazareo de sus hermanos.
49:27
Benjamín,
lobo arrebatador: A la mañana comerá la presa, Y á la tarde repartirá los
despojos.
49:28
Todos estos
fueron las doce tribus de Israel: y esto fué lo que su padre les dijo, y
bendíjolos; á cada uno por su bendición los bendijo.
49:29
Mandóles
luego, y díjoles: Yo voy á ser reunido con mi pueblo: sepultadme con mis padres
en la cueva que está en el campo de Ephrón el Hetheo;
49:30
En la cueva
que está en el campo de Macpela, que está delante de Mamre en la tierra de
Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de Ephrón el Hetheo, para
heredad de sepultura.
49:31
Allí
sepultaron á Abraham y á Sara su mujer; allí sepultaron á Isaac y á Rebeca su
mujer; allí también sepulté yo á Lea.
49:32
La compra del
campo y de la cueva que está en él, fué de los hijos de Heth.
49:33
Y como acabó
Jacob de dar órdenes á sus hijos, encogió sus pies en la cama, y espiró: y fué
reunido con sus padres.
Gen 49:1 Jacob llamó a sus hijos y dijo:
«Juntaos, y os anunciaré lo que os ha de acontecer en días venideros:
Gen 49:2 Apiñaos y oíd, hijos de Jacob, y escuchad a Israel, vuestro padre.
Gen 49:3 Rubén, mi primogénito eres tú, mi vigor y las primicias de mi virilidad
, plétora de pasión y de ímpetu,
Gen 49:4 espumas como el agua: ¡Cuidado, no te desbordes! porque subiste al
lecho de tu padre; entonces violaste mi tálamo al subir.
Gen 49:5 Simeón y Leví, hermanos; llevaron al colmo la violencia con sus
intrigas.
Gen 49:6 ¡En su conciliábulo no entres, alma mía; a su asamblea no te unas,
corazón mío!, porque estando de malas, mataron hombres, y estando de buenas,
desjarretaron toros.
Gen 49:7 ¡Maldita su ira, por ser tan impetuosa, y su cólera, por ser tan cruel!
Los dividiré en Jacob, y los dispersaré en Israel.
Gen 49:8 A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus
enemigos; inclínense a ti los hijos de tu padre.
Gen 49:9 Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío, has vuelto; se
recuesta, se echa cual león, o cual leona, ¿quién le hará alzar?
Gen 49:10 No se irá de Judá el báculo, el bastón de mando de entre tus piernas.
hasta tanto que se le traiga el tributo y a quien rindan homenaje las naciones;
Gen 49:11 el que ata a la vid su borriquillo y a la cepa el pollino de su asna;
lava en vino su vestimenta, y en sangre de uvas su sayo;
Gen 49:12 el de los ojos encandilados de vino, el de los dientes blancos de
leche.
Gen 49:13 Zabulón habita en la ribera del mar, y es tripulante de barcos, a
horcajadas sobre Sidón.
Gen 49:14 Isacar es un borrico corpulento echado entre las aguaderas.
Gen 49:15 Aunque ve que el reposo es bueno, y que el suelo es agradable, ofrece
su lomo a la carga y termina sometiéndose al trabajo.
Gen 49:16 Dan juzgará a su pueblo como cualquiera de las tribus de Israel.
Gen 49:17 Sea Dan una culebra junto al camino, una víbora junto al sendero, que
pica al caballo en los jarretes y cae su jinete de espaldas.
Gen 49:18 En tu salvación espero, Yahveh.
Gen 49:19 A Gad atracadores le atracan, pero él atraca su retaguardia.
Gen 49:20 Aser tiene pingüe su pan, y da manjares de rey
Gen 49:21 Neftalí es una cierva suelta, que da cervatillos hermosos.
Gen 49:22 Un retoño es José, retoño junto a la fuente, cuyo vástagos trepan
sobre el muro.
Gen 49:23 Le molestan y acribillan, le asaltan los flecheros;
Gen 49:24 pero es roto su arco violentamente y se aflojan los músculos de sus
brazos por las manos del Fuerte de Jacob, por el Nombre del Pastor, la Piedra de
Israel,
Gen 49:25 por el Dios de tu padre, pues él te ayudará, el Dios Sadday, pues él
te bendecirá con bendiciones de los cielos desde arriba, bendiciones del abismo
que yace abajo, bendiciones de los pechos y del seno,
Gen 49:26 bendiciones de espigas y de frutos, amén de las bendiciones de los
montes seculares, y el anhelo de los collados eternos. ¡Sean para la cabeza de
José, y para la frente del consagrado entre sus hermanos!
Gen 49:27 Benjamín, lobo rapaz; de mañana devora su presa, y a la tarde reparte
el despojo.»
Gen 49:28 Todas estas son las tribus de Israel, doce en total, y esto es lo que
les dijo su padre, bendiciéndoles a cada uno con su bendición correspondiente.
Gen 49:29 Luego les dio este encargo: «Yo voy a reunirme con los míos.
Sepultadme junto a mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el
hitita,
Gen 49:30 en la cueva que está en el campo de la Makpelá, enfrente de Mambré, en
el país de Canaán, el campo que compró Abraham a Efrón el hitita, como propiedad
sepulcral:
Gen 49:31 allí sepultaron a Abraham y a su mujer Sara; allí sepultaron a Isaac y
a su mujer Rebeca, y allí sepulté yo a Lía.
Gen 49:32 Dicho campo y la cueva que en él hay fueron adquiridos de los
hititas.»
Gen 49:33 Y en habiendo acabado Jacob de hacer encargos a sus hijos, recogió sus
piernas en el lecho, expiró y se reunió con los suyos.
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Capítulo 50
50:1
ENTONCES se
echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y besólo.
50:2
Y mandó José
á sus médicos familiares que embalsamasen á su padre: y los médicos
embalsamaron á Israel.
50:3
Y
cumpliéronle cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y
lloráronlo los Egipcios setenta días.
50:4
Y pasados los
días de su luto, habló José á los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado
ahora gracia en vuestros ojos, os ruego que habléis en oídos de Faraón,
diciendo:
50:5
Mi padre me
conjuró diciendo: He aquí yo muero; en mi sepulcro que yo cavé para mí en la
tierra de Canaán, allí me sepultarás; ruego pues que vaya yo ahora, y sepultaré
á mi padre, y volveré.
50:6
Y Faraón
dijo: Ve, y sepulta á tu padre, como él te conjuró.
50:7
Entonces José
subió á sepultar á su padre; y subieron con él todos los siervos de Faraón, los
ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto.
50:8
Y toda la
casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre: solamente dejaron en la
tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas.
50:9
Y subieron también
con él carros y gente de á caballo, é hízose un escuadrón muy grande.
50:10
Y llegaron
hasta la era de Atad, que está á la otra parte del Jordán, y endecharon allí
con grande y muy grave lamentación: y José hizo á su padre duelo por siete
días.
50:11
Y viendo los
moradores de la tierra, los Cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron:
Llanto grande es este de los Egipcios: por eso fué llamado su nombre
Abelmizraim, que está á la otra parte del Jordán.
50:12
Hicieron,
pues, sus hijos con él, según les había mandado:
50:13
Pues
lleváronlo sus hijos á la tierra de Canaán, y le sepultaron en la cueva del
campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para
heredad de sepultura, de Ephrón el Hetheo, delante de Mamre.
50:14
Y tornóse
José á Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él á sepultar á
su padre, después que le hubo sepultado.
50:15
Y viendo los
hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y
nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.
50:16
Y enviaron á
decir á José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo:
50:17
Así diréis á
José: Ruégote que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque
mal te trataron: por tanto ahora te rogamos que perdones la maldad de los
siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.
50:18
Y vinieron
también sus hermanos, y postráronse delante de él, y dijeron: Henos aquí por
tus siervos.
50:19
Y
respondióles José: No temáis: ¿estoy yo en lugar de Dios?
50:20
Vosotros
pensasteis mal sobre mí, mas Dios lo encaminó á bien, para hacer lo que vemos
hoy, para mantener en vida á mucho pueblo.
50:21
Ahora, pues,
no tengáis miedo; yo os sustentaré á vosotros y á vuestros hijos. Así los consoló,
y les habló al corazón.
50:22
Y estuvo José
en Egipto, él y la casa de su padre: y vivió José ciento diez años.
50:23
Y vió José
los hijos de Ephraim hasta la tercera generación: también los hijos de Machîr,
hijo de Manasés, fueron criados sobre las rodillas de José.
50:24
Y José dijo á
sus hermanos: Yo me muero; mas Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de
aquesta tierra á la tierra que juró á Abraham, á Isaac, y á Jacob.
50:25
Y conjuró
José á los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente os visitará, y haréis
llevar de aquí mis huesos.
50:26
Y murió José
de edad de ciento diez años; y embalsamáronlo, y fué puesto en un ataúd en
Egipto.
Gen 50:1 José cayó
sobre el rostro de su padre, lloró sobre él y lo besó.
Gen 50:2 Luego encargó José a sus servidores médicos que embalsamaran a su
padre, y los médicos embalsamaron a Israel.
Gen 50:3 Emplearon en ellos cuarenta días, porque este es el tiempo que se
emplea con los embalsamados. Y los egipcios le lloraron durante setenta
días.
Gen 50:4 Transcurridos los días de luto por él, habló José a la casa de
Faraón en estos términos: «Si he hallado gracia a vuestros ojos, por favor,
haced llegar a oídos de Faraón esta palabra:
Gen 50:5 Mi padre me tomó juramento diciendo: "Yo me muero. En el sepulcro
que yo me labré en el país de Canaán, allí me has de sepultar." Ahora, pues,
permíteme que suba a sepultar a mi padre, y luego volveré.»
Gen 50:6 Dijo Faraón: «Sube y sepulta a tu padre como él te hizo jurar.»
Gen 50:7 Subió José a enterrar a su padre, y con él subieron todos los
servidores de Faraón, los más viejos de palacio, y todos los ancianos de
Egipto,
Gen 50:8 así como toda la familia de José, sus hermanos y la familia de su
padre. Tan sólo a sus pequeñuelos, sus rebaños y vacadas, dejaron en el país
de Gosen.
Gen 50:9 Subieron con él además carros y aurigas: un cortejo muy
considerable.
Gen 50:10 Llegados a Goren Haatad, que está allende el Jordán, hicieron allí
un duelo muy grande y solemne, y José lloró a su padre durante siete días.
Gen 50:11 Los cananeos, habitantes del país, vieron el duelo en Goren Haatad
y dijeron: «Duelo de importancia es ése de los egipcios.» Por eso se llamó
el lugar Abel Misráyim, que está allende el Jordán.
Gen 50:12 Sus hijos, pues, hicieron por él como él se lo había mandado;
Gen 50:13 le llevaron sus hijos al país de Canaán, y le sepultaron en la
cueva del campo de la Makpelá, el campo que había comprado Abraham en
propiedad sepulcral a Efrón el hitita, enfrente de Mambré.
Gen 50:14 Regresó José a Egipto con sus hermanos, y todos cuantos habían
subido con él a sepultar a su padre.
Gen 50:15 Vieron los hermanos de José que había muerto su padre y dijeron:
«A ver si José nos guarda rencor y nos devuelve todo el daño que le
hicimos.»
Gen 50:16 Por eso mandaron a José este recado: «Tu padre encargó antes de su
muerte:
Gen 50:17 "Así diréis a José: Por favor, perdona el crimen de tus hermanos y
su pecado." Cierto que te hicieron daño, pero ahora tú perdona el crimen de
los siervos del Dios de tu padre.» Y José lloró mientras le hablaban.
Gen 50:18 Fueron entonces sus hermanos personalmente y cayendo delante de él
dijeron: «Henos aquí, esclavos tuyos somos.»
Gen 50:19 Replicóles José: «No temáis, ¿estoy yo acaso en vez de Dios?
Gen 50:20 Aunque vosotros pensasteis hacerme daño, Dios lo pensó para bien,
para hacer sobrevivir, como hoy ocurre, a un pueblo numeroso.
Gen 50:21 Así que no temáis; yo os mantendré a vosotros y a vuestros
pequeñuelos.» Y les consoló y les habló con afecto.
Gen 50:22 José permaneció en Egipto junto con la familia de su padre, y
alcanzó José la edad de 110 años.
Gen 50:23 José vio a los biznietos de Efraím; asimismo los hijos de Makir,
hijo de Manasés, nacieron sobre las rodillas de José.
Gen 50:24 Por último, José dijo a sus hermanos: «Yo muero, pero Dios se
ocupará sin falta de vosotros y os hará subir de este país al país que juró
a Abraham, a Isaac y a Jacob.»
Gen 50:25 José hizo jurar a los hijos de Israel, diciendo: «Dios os visitará
sin falta, y entonces os llevaréis mis huesos de aquí.»
Gen 50:26 Y José murió a la edad de 110 años; le embalsamaron, y se le puso
en una caja en Egipto.
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