El sufrimiento tiene sentido hoy - ¿acabara el sufrimiento? (Jn 16, 33)
Juan Pablo Vizcardo López
2º de Teología 2009
"Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo" (Jn 16,33).
El hombre de hoy al buscar su propia glorificación, se encuentra ante la
realidad de un mundo engañoso y seductor, que pretende hacernos la vida más
fácil cayendo en un proceso de evasión fuera de la condición humana. El
hombre quiere ser dios de si mismo, el camino que se traza es un desalojo
por completo en su vida de esta palabra sufrimiento y de sus acciones, y de
lo que produce en la vida del hombre. Es más cree que el sufrimiento ya ha
pasado de moda que perteneció a los primeros hombres que pecaron y
desobedecieron a Dios y esos pecados fueron causa de sufrimiento. Más hoy
Dios quiere que seamos felices, ciertamente esta afirmación es correcta,
¿entonces por que tengo que pasar por el sufrimiento? O es que Dios se
contradice. Dios lo permite y este no acabara por que hizo de él camino de
vida verdadera, como el oro que tiene pasar por el crisol el hombre pasa por
el sufrimiento para resaltar su pureza y sea transformada y elevada hasta la
plena gloria donde estamos invitados a vivir y donde Dios reina para
siempre.
Introducción
Lo que quiero tratar aquí es de explicar de forma sencilla que el fracaso y
el sufrimiento ejercen sobre el creyente una acción disolvente; sobre todo
claro esta, si la situación dolorosa se prolonga indefinidamente. Las dudas
se insinúan en el espíritu, la decepción y el descorazonamiento minan las
defensas de la voluntad. Contrariado en su marcha hacia la felicidad, el
impulso vital tiende a disolverse en un impulso destructor ¿Cómo creer en la
alegría? La alegría no existe. ¿Cómo creerse amado de Dios? Todo contradice
este pensamiento ¿para que ser generoso y luchar? La lucha aviva los
sufrimientos; más vale persistir en el combate que dejarse adormecer en las
tinieblas.
Esto nos ayuda a descubrir el sentido positivo de los sufrimientos y su
fecundidad. Nadie puede comprender a que profundidad llega su acción hasta
no haberla experimentado.
En definitiva el sufrimiento es provechoso para la esperanza cristiana. Más
aún, le es necesario, el fiel aprende entonces lo que es contar con Dios
siguiendo a Jesucristo en su misterio de sufrimiento y de gloria.
El origen de muchas de nuestras dificultades consiste precisamente en que
"menos preciamos" la prueba; hacemos poco caso de los sufrimientos que Dios
nos envía. No nos preocupa más que una sola cosa: deshacernos de ellos lo
más pronto posible, por que no nos fijamos más que en su lado desagradable y
no queremos ver todo lo que nos tare de positivo. Pero seria erróneo
inquietarnos por adelantado, Dios sabe que es lo mejor para cada uno de
nosotros. El interviene en la mediad que es útil.
Testimonio
Ciertamente un momento en mi vida que vi el sufrimiento fue en la enfermedad
donde sientes que dependes de los demás y esto es lo que me hacia sufrir,
por la soberbia ya que siempre me gusta hacer lasa cosa por mi propia cuenta
y no depender de los demás sujeto a un egocentrismo egoísta esta experiencia
me ayudo a comprender el sentido del sufrimiento el de necesitar de los
demás y el de tener a Dios presente.
No hay existencia humana que no halla padecido algún sufrimiento. Cuando
Dios se manifiesta a un hombre para asociarlo a su obra en el mundo, no
puede menos que pedirle una preparación al sufrimiento.
La cita que toma para la iluminación de este escrito es:
"Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis
tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo." (Jn 16,33).
Resumiendo
El sufrimiento tiene por consecuencia una transformación radical de la
condición religiosa del hombre. A través del sufrimiento se inaugura para
nosotros un camino nuevo y vivo, y nos da la posibilidad de vivir en
verdadera comunión con Dios.
Nuestro sufrimiento humano no es, un callejón sin salida, sino que unido al
sufrimiento de Cristo, es el camino que lleva al gozo eterno.
Salir del sufrimiento no se realiza por un simple esfuerzo cerebral que cada
uno hace por su cuenta. La fe, la esperanza y la caridad son implantadas y
alimentadas en nosotros por la acción de Cristo en cada sufrimiento y es
donde son purificados los corazones. Aquí tenemos el ejemplo de los santos:
San Agustín que sufría por no conocer la verdad que era Dios antes de su
conversión, Santa Rosa de Lima que el sufrimiento era el encuentro con el
amado, y muchos otros santos que hicieron del sufrimiento un encuentro
personal con Dios.
Ante el sufrimiento y la muerte, todas las doctrinas e ideologías humanas
son más o menos explícitamente doctrinas de evasión. El marxismo no es una
excepción en este punto, pero ninguna doctrina de evasión es digna de Dios.
Dios no escamotea la realidad, esta es la razón por la que Cristo tomo sobre
si nuestra condición dolorosa e hizo de ella el camino de la vida verdadera.
Es más, por haber asumido libremente el sufrimiento con una docilidad
sumamente amorosa, por los sufrimientos de su humanidad fue transformada y
elevada hasta la plena gloria de la filiación
"Si el mundo os odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros."
(Jn 15,18)