El 'Yo soy' en el Evangelio de S. Juan (Jn 17, 6)
Gerardo Daniel García Barandiarán
3º de Teología 2009
"He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me disto;
eran tuyos, me los diste y han guardado tu palabra" (Jn
17, 6)
I La Misión de Jesús: Anunciar El Nombre de Dios por todas las Naciones
A lo largo de la historia, el hombre cada vez que ha descubierto algo, lo ha
nombrado, lo designa, es decir, le da un ser. Una cosa que no tenga un
nombre no existe ordenadamente. Es así como las Sagradas Escrituras
explicarán que Dios faculta al hombre el poder dar nombre a las creaturas:
Gn 2,20: El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y
a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda
adecuada.
Y es Dios que en un momento oportuno, determinado y preciso se manifiesta a
Moisés, Jacob o Abraham ya que dar a conocer su "Nombre" en la cultura
oriental, es poder ejercer una potencia o tener posesión sobre su ser:
Gn 32, 30: Jacob le preguntó: "Dime por favor tu nombre." - " ¿Para qué
preguntas por mi nombre?" Y le bendijo allí mismo.
Ahora bien, el único ser que existe por sí mismo es Dios, esto quiere decir
que no es el hombre quien conoce a Dios, sino que, es el mismo Dios quien se
da a conocer al hombre. Concretamente nos referimos a la escena de Moisés y
la zarza ardiente donde es Dios mismo que revela su Nombre:
Ex 3, 13 - 14: Contestó Moisés a Dios: "Si voy a los israelitas y les digo:
"El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros"; cuando me pregunten:
"¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?" Dijo Dios a Moisés: "Yo soy el
que soy." Y añadió: "Así dirás a los israelitas: "Yo soy" me ha enviado a
vosotros.
Is 45,18: Porque así dice el SEÑOR que creó los cielos (El es el Dios que
formó la tierra y la hizo, El la estableció y no la hizo un lugar desolado,
sino que la formó para ser habitada): Yo soy el SEÑOR y no hay ningún otro.
Dios mismo quiere ser conocido y nombrado entre los hombres para toda la
eternidad:
Ex 3,15: Siguió Dios diciendo a Moisés: "Así dirás a los israelitas: Yahveh,
el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios
de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, por él
seré invocado de generación en generación."
Invocar el nombre de Dios "Yo Soy", es propiamente dar culto a Dios, orarle,
gritarle, llamarlo:
Is 12,4: y diréis aquel día: "Dad gracias a Yahveh, aclamad su nombre,
divulgad entre los pueblos sus hazañas, pregonad que es sublime su nombre.
Es por eso que este "Yo Soy"-"él hace ser" - dado a Moisés, se percibe como
un verbo dinámico, una existencia siempre que acontece, que esta presente y
es eficaz. En este caso es Dios que se va a manifestar en su pueblo oprimido
por el Faraón, y lo sacará con mano fuerte para que le dé culto y sobre todo
glorifique su Nombre a todos los rincones de la tierra. Este hecho ocurrido
se lleva en plenitud en Jesucristo que da a conocer a Dios, su Padre, pues
Él está por encima de todo nombre:
Flp 2,9: Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre
todo nombre.
Ap 3,12: Al vencedor le pondré de columna en el Santuario de mi Dios, y no
saldrá fuera ya más; y grabaré en él el nombre de mi Dios, y el nombre de la
Ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, que baja del cielo enviada por mi
Dios, y mi nombre nuevo.
El Pueblo de Israel frente a la blasfemia del Nombre de Dios.
Hemos dicho anteriormente que Dios ha manifestado su Nombre, para que este
mismo sea alabado y glorificado. Sin embargo, este pueblo de dura cerviz, ha
querido solamente beneficiarse, manipular a Dios para sus propios fines. Es
por eso que Dios dirá a Moisés que su Nombre no sea dicho en vano:
Ex 20,7: No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios; porque Yahveh no
dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.
DI 5,11: "No tomarás en falso el nombre de Yahveh tu Dios, porque Yahveh no
dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.
Y por respeto al Nombre de Dios ya no se le llama Yahvé más que una vez al
año, sino que cuando se refieren a él se le nombrará como el Adonai (Mi
Señor) o "Santo, Bendito sea".
Lv 24,10 - 16: Había salido con los israelitas el hijo de una mujer
israelita y de padre egipcio. Cuando el hijo de la israelita y un hombre de
Israel riñeron en el campo, hijo de la israelita blasfemó y maldijo el
Nombre, por lo que le llevaron ante Moisés. Su madre se llamaba Selomit,
hija de Dibrí, de la tribu de Dan. Lo retuvieron en custodia hasta decidir
el caso por sentencia de Yahveh Y entonces Yahveh habló a Moisés y dijo:
Saca al blasfemo fuera del campamento; todos los que lo oyeron pongan las
manos sobre su cabeza, y que lo lapide toda la comunidad. Y hablarás así a
los israelitas: Cualquier hombre que maldiga a su Dios, cargará con su
pecado. Quien blasfeme el Nombre de Yahveh, será muerto; toda la comunidad
lo lapidará. Sea forastero o nativo, si blasfema el Nombre, morirá.
Este texto del Levítico pone de manifiesto que el nombre de Dios no esta en
su naturaleza el maldecirlo, será una ofensa tan grande no solo para el que
lo dijo, sino para toda la comunidad. Por lo tanto toda la comunidad está
manchada por tal maldición. Su única salida es la lapidación del culpable,
no en el sentido de una venganza, sino en la erradicación total de la maldad
de esa ofensa. El culpable es sacado afuera del campamento y lapidado por
todos, empezando por sus acusadores:
Lv 19,12: No juraréis en falso por mi nombre: profanarías el nombre de tu
Dios. Yo, Yahveh.
Ex 20,7: No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios; porque Yahveh no
dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.
1 Re 21, 13: Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y acusaron
los malvados a Nabot delante del pueblo diciendo: "Nabot ha maldecido a Dios
y al rey"; le sacaron fuera de la ciudad, le apedrearon y murió.
Jesús es acusado de blasfemia
Como lo hemos dicho anteriormente, una blasfemia es lo opuesto a la
adoración y alabanza que debe el hombre a Dios.
Ahora bien, Jesucristo es acusado de blasfemia por las autoridades judía, y
con esta acusación será condenado a muerte ante Poncio Pilatos:
Jn 10, 31 - 36: Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús
les dijo: "Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por
cuál de esas obras queréis apedrearme?" Le respondieron los judíos: "No
queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque
tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios." Jesús les respondió: "¿No está
escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois? Si llama dioses a aquellos
a quienes se dirigió la Palabra de Dios - y no puede fallar la Escritura - a
aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo, ¿cómo le decís que
blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"?
Jn 19,7: Los judíos le replicaron: "Nosotros tenemos una Ley y según esa Ley
debe morir, porque se tiene por Hijo de Dios."
Los fariseos no se dan cuenta, e incluso no quieren entender que Jesucristo
viene en Nombre de Dios, pues su injurias, le harán decir que sus obras son
del demonio
Jn 8, 48: Los judíos le respondieron: " ¿No decimos, con razón, que eres
samaritano y que tienes un demonio?"
Mc 15,29 - 32 Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y
diciendo: " ¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días,
¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!" Igualmente los sumos sacerdotes se
burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: "A otros salvó y a sí
mismo no puede salvarse. ¡El Cristo, el Rey de Israel!, que baje ahora de la
cruz, para que lo veamos y creamos." También le injuriaban los que con él
estaban crucificados.
De igual manera, los seguidores de Cristo (cristianos) participarán de estas
mismas injurias y blasfemias, tanto de los judíos como de los paganos:
Ap 17,3: Me trasladó en espíritu al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre
una Bestia de color escarlata, cubierta de títulos blasfemos; la Bestia
tenía siete cabezas y diez cuernos.
Esta será la paga de Cristo a los que lo sigan:
Le 6,22: Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os
expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del
Hijo del hombre.
Jesucristo y las siete figuras en el Evangelio de San Juan
En el Cuarto Evangelio, el Apóstol, pone de manifiesto estas figuras con
referencia a Jesucristo y una especial relación con el vocablo: "Yo Soy". Al
profundizar un poco sobre las raíces de estas figuras se puede afirmar que
todas tienen una intrínseca relación con el Antiguo Testamento, signos
potentes que han marcado la historia del pueblo de Israel, prodigios tanto
en Moisés como en Elías, y mucha relación con la tradición hebrea al igual
que en el los Salmos.
Vamos a citar los textos bíblicos y luego haremos un pequeño comentario
sobre el porqué se utiliza esta figura y cual es la finalidad de Jesús:
Jesús Yo Soy la Luz del Mundo Jn 8,12.
Jesús Yo Soy la Puerta Jn 10,9.
Jesús Yo Soy el Buen Pastor Jn 10,11.
Jesús Yo Soy la Resurrección Jn 11,25.
Jesús Yo Soy el Camino, la Verdad y La Vida Jn 14,6.
Jesús Yo Soy la Vid Verdadera Jn 15,5.
Jesús Yo Soy el Pan de Vida Jn 6,35.
2. LA LUZ DEL MUNDO
Jn 8,12: Jesús les habló otra vez diciendo: "Yo soy la luz del mundo; el que
me
siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida."
En los escritos Veterotestamentarios encontramos la presencia de Dios a su
Pueblo mediante la manifestación del signo de la luz ante la oscuridad.
Ex 13,21 - 22: Yahveh iba al frente de ellos, de día en columna de nube para
guiarlos por el camino, y de noche en columna de fuego para alumbrarlos, de
modo que pudiesen marchar de día y de noche. No se apartó del pueblo ni la
columna de nube por el día, ni la columna de fuego por la noche.
De igual modo esta misma figura se repetirá en los profetas, anunciando la
venida eminente del verdadero Mesías
Is 9, 2: El pueblo que andaba en tinieblas ha visto gran luz; a los que
habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz ha resplandecido sobre
ellos.
Is 42,6: Yo soy el SEÑOR, en justicia te he llamado; te sostendré por la
mano y por ti velaré, y te pondré como pacto para el pueblo, como luz para
las naciones,
Ahora bien, la novedad de esta venida mesiánica y su misión de iluminar al
hombre no solo encierra la gracia al pueblo elegido (Israel) sino que ya
desde antes de la llegada de Jesús se anuncia esta misma luz a los gentiles,
es decir a todas las naciones.
Is 60, 3: Y acudirán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu
amanecer.
Mal 4:2: Mas para vosotros que teméis mi nombre, se levantará el sol de
justicia con la salud en sus alas; y saldréis y saltaréis como terneros del
establo.
En los escritos del cuarto evangelio, San Juan no por casualidad describe y
desarrolla la imagen de Jesús Luz del mundo.
La luz que proviene de la Vida:
Jn 1,4: En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres,
Es así como el Mesías expresa su obra salvadora afirmando que:
Gn 1,3 - 4: Dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz vio Dios que la luz estaba
bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad;
o En Cristo se le ilumina la vida del creyente. Esta luz es presencia de
Dios, La luz que da y causa vida
Le 1, 78 -79: por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán
que nos visite una Luz de la altura, a fin de iluminar a los que habitan en
tinieblas y sombras de muerte y guiar nuestros pasos por el camino de la
paz."
1 Jn 1, 5 - 7: Y este es el mensaje que hemos oído de él y que os
anunciamos: Dios es Luz, en él no hay tiniebla algunas. Si decimos que
estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos
la verdad. Pero si caminamos en la luz, como él mismo está en la luz,
estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos
purifica de todo pecado.
LA PUERTA
1n 10, 9: Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y
saldrá
y encontrará pasto.
En las S.E, la puerta, es signo de garantía y de seguridad para los que
habitan la ciudad. El que se apodera de la puerta se hace dueño de la
ciudad.
Jos: 6 20 - 21: El pueblo clamó y se tocaron las trompetas. Al escuchar el
pueblo la voz de la trompeta, prorrumpió en gran clamor, y el muro se vino
abajo. La gente escaló la ciudad, cada uno frente a sí, y se apoderaron de
ella. Consagraron al anatema todo lo que había en la ciudad, hombres y
mujeres, jóvenes y viejos, bueyes, ovejas y asnos, a filo de espada.
Principalmente, Jesús se remite a los Salmos, ya que Dios mismo es el que
consolida y garantiza su bienestar:
Sal 147, 3 Que él ha reforzado los cerrojos de tus puertas, ha bendecido en
ti a tus hijos;
Sal 23,7: Puertas, levantad vuestros dinteles, alzaos, portones antiguos,
para que entre el rey de la gloria!
Sal 87, 1 - 3: Su fundación sobre los santos montes ama Yahveh: las puertas
de Sión más que todas las moradas de Jacob. Glorias se dicen de ti, ciudad
de Dios
Jesús al decir que es la Puerta, hace presente su Ciudad. Tienen Puerta -
ciudad. guardan en sí una relación con la entrada al Reino de los Cielos:
Mt 3,2: "Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos."
Mt 25,10: Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban
preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta.
La misma palabra será tomada en el libro del Apocalipsis:
Ap 21,12: Tenía una muralla grande y alta con doce puertas; y sobre las
puertas, doce Ángeles y nombres grabados, que son los de las doce tribus de
los hijos de Israel;
Ap 22, 14: Dichosos los que laven sus vestiduras, así podrán disponer del
árbol de la Vida y entrarán por las puertas en la Ciudad.
EL BUEN PASTOR
Jn 10,11: Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
El texto central de esta figura que el mismo Cristo se dará a sí mismo será
el anuncio que Moisés profetizó a su Pueblo:
Num 27 15 - 17: Habló Moisés a Yahveh y le dijo: "Que Yahveh, Dios de los
espíritus de toda carne, ponga un hombre al frente de esta comunidad, uno
que salga y entre delante de ellos y que los haga salir y entrar, para que
no quede la comunidad de Yahveh como rebaño sin pastor."
Características propias del buen Pastor son las siguientes:
" El buen pastor es dueño de la oveja a diferencia del asalariado.
" El buen pastor da su vida por la oveja.
" Tiene un aspecto sacrificial y expiatorio de interés por su oveja.
Los profetas hablarán contra los malos pastores, y sobre todo anunciarán a
Dios y al Mesías como el buen Pastor.
Toda esta imagen del buen pastor se encierra en Jn 17,1 - 26 , que es la
oración sacerdotal:
Is 40, 11: Como pastor pastorea su rebaño: recoge en brazos los corderitos,
en el seno los lleva, y trata con cuidado a las paridas.
Jr 3,15: Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de
conocimiento y prudencia.
Ez 37,24: Mi siervo David reinará sobre ellos, y será para todos ellos el
único pastor; obedecerán mis normas, observarán mis preceptos y los pondrán
en práctica.
Mi 2, 12: Voy a reunir a Jacob todo entero, voy a recoger al Resto de
Israel; los agruparé como ovejas en el aprisco, como rebaño en medio del
pastizal, harán estrépito lejos de los hombres.
Mt 9, 36: Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque
estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor.
LA RESURRECCIÓN
Jn 11, 25: Jesús le respondió: "Yo soy la resurrección El que cree en mí,
aunque muera, vivirá;
En al AT quien podía dar muerte era Dios. El Señor muestra que él mismo es
el que puede vivificar a los muertos, sacándolos del Seol.
Sb 16,13: Pues tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte, haces
bajar a las puertas del Hades y de allí subir.
I Sa 2,6: Yahveh da muerte y vida, hace bajar al seol y retornar.
Dt 32,39: Ved ahora que yo, sólo yo soy, y que no hay otro Dios junto a mí.
Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo, y sano yo mismo (y no hay quien
libre de mi mano).
I re 17,17 - 23: Después de estas cosas, el hijo de la dueña de la casa cayó
enfermo, y la enfermedad fue tan recia que se quedó sin aliento. Entonces
ella dijo a Elías: " ¿Qué hay entre tú y yo, hombre de Dios? ¿Es que has
venido a mí para recordar mis faltas y hacer morir a mi hijo?" Elías
respondió: "Dame tu hijo." El lo tomó de su regazo y subió a la habitación
de arriba donde él vivía, y lo acostó en su lecho; después clamó a Yahveh
diciendo: "Yahveh, Dios mío, ¿es que también vas a hacer mal a la viuda en
cuya casa me hospedo, haciendo morir a su hijo?" Se tendió tres veces sobre
el niño, invocó a Yahveh y dijo: "Yahveh, Dios mío, que vuelva, por favor,
el alma de este niño dentro de él." Yahveh escucho la voz de Elías, y el
alma del niño volvió a el y revivió. Tomó Elías al niño, lo bajó de la
habitación de arriba de la casa y se lo dio a su madre. Dijo Elías: "Mira,
tu hijo vive."
II Re 4, 33 - 34: Llegó Eliseo a la casa; el niño muerto estaba acostado en
su lecho. Entró y cerró la puerta tras de ambos, y oró a Yahveh. Subió luego
y se acostó sobre el niño, y puso su boca sobre la boca de él, sus ojos
sobre los ojos, sus manos sobre las manos, se recostó sobre él y la carne
del niño entró en calor.
En los Evangelios Jesús resucita a tres personas: la hija de Jairo, el hijo
de la viuda de Naím; y a su amigo lázaro. Con estos signos quería demostrar
la superioridad del Profeta, y que en su Resurrección dará su misma
naturaleza a los creyentes que esperen en él.
EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA
Jn 14,6: Le dice Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al
Padre sino
por mí.
Cada sustantivo consta de un artículo, y su identificación es con Cristo
aunque las tres palabras se complementan teniendo una relación intrínseca,
sobre todo en los salmos:
Sal 86, 11:Enséñame tus caminos Yahveh, para que yo camine en tu verdad,
concentra mi corazón en el temor de tu nombre.
Sal 25, 10: Todas las sendas de Yahveh son amor y verdad para quien guarda
su alianza y sus dictámenes.
Tb 3,2: Tú eres justo, Señor, y justas son todas tus obras. Misericordia y
verdad son todos tus caminos. Tú eres el Juez del Universo.
Ahora bien, con respecto a la palabra Vida, el por qué Jesús se autodenomina
así:
Sal 16,11: Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de
tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre.
Jn 20,31: Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.
Jn 1,4: En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres,
Sobre la Verdad podemos hallar en los salmos
Sal 26, 11: está tu amor delante de mis ojos, y en tu verdad camino In
17,17: Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad.
Finalmente, cito el texto latino de Ecli 24,25:
In me omnis viae et veritatis, in me omnes spes vitae et virtutis.
En mí está todo camino y verdad, en mi toda esperanza de vida y virtud
LA VID VERDADERA
Jn 15, 5: Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y
yo en él,
ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
La vid, en el pueblo de Israel es su emblema nacional, ya que esta nación es
tierra de viñedos. Los frutos de la vid Su fruto llevan alegría al corazón
del hombre. Un viñedo con abundancia de frutos es una bendición.
Ahora bien, En las escrituras la figura de la viña la asemejan a la
Sabiduría: a los matrimonios fecundos; y principalmente al Pueblo de Israel.
Eclo 24,17: Como la vid he hecho germinar la gracia, y mis flores son frutos
de gloria y riqueza.
Am 9,14: Entonces haré volver a los deportados de mi pueblo Israel;
reconstruirán las ciudades devastadas, y habitarán en ellas, plantarán viñas
y beberán su vino, harán huertas y comerán sus frutos.
Los profetas hablarán de esta figura de la viña con alusión al pueblo de
Israel al no querer reconocer su conducta desviada de la voluntad de Dios.
Is 5,1 -7: Voy a cantar a mi amigo la canción de su amor por su viña. Una
viña tenía mi amigo en un fértil otero. La cavó y despedregó, y la plantó de
cepa exquisita. Edificó una torre en medio de ella, y además excavó en ella
un lagar. Y esperó que diese uvas, pero dio agraces. Ahora, pues, habitantes
de Jerusalén y hombres de Judá, venid a juzgar entre mi viña y yo: ¿Qué más
se puede hacer ya a mi viña, que no se lo haya hecho yo? Yo esperaba que
diese uvas. ¿Por qué ha dado agraces? Ahora, pues, voy a haceros saber, lo
que hago yo a mi viña: quitar su seto, y será quemada; desportillar su
cerca, y será pisoteada. Haré de ella un erial que ni se pode ni se escarde.
Crecerá la zarza y el espino, y a las nubes prohibiré llover sobre ella.
Pues bien, viña de Yahveh Sebaot es la Casa de Israel, y los hombres de Judá
son su plantío exquisito. Esperaba de ellos justicia, y hay iniquidad;
honradez, y hay alaridos.
Jr 2,21: Yo te había plantado de la cepa selecta, toda entera de simiente
legítima. Pues ¿cómo te has mudado en sarmiento de vid bastarda?
Ez 19, 10- 14: Tu madre se parecía a una vid plantada a orillas de las
aguas. Era fecunda, exuberante, por la abundancia de agua. Tenía ramas
fuertes para ser cetros reales; su talla se elevó hasta dentro de las nubes.
Era imponente por su altura, por su abundancia de ramaje. Pero ha sido
arrancada con furor, tirada por tierra; el viento del este ha agostado su
fruto; ha sido rota, su rama fuerte se ha secado, la ha devorado el fuego. Y
ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequía y de sed. Ha salido
fuego de su rama, ha devorado sus sarmientos y su fruto. No volverá a tener
su rama fuerte, su cetro real. Esto es una elegía; y de elegía sirvió.
Es Dios mismo que la viña prosperará al cuidado de Dios (Is 27,2) y es su
Pueblo que suplicará su restauración (Sal 79, 9-17). Enviando a su propio
Hijo ( Mc 12,1- 12), llevando a cabo su más grande fruto, su sangre prueba
de su amor, y los que están en comunión con él .
Sal 80, 9 - 11: Una viña de Egipto arrancaste, expulsaste naciones para
plantarla a ella, le preparaste el suelo, y echó raíces y llenó la tierra.
Su sombra cubría las montañas, sus pámpanos los cedros de Dios;
En conclusión: Esta imagen de la viña es la figura de unión fecunda de
Cristo y de la Iglesia. Y en esta viña es injertado el acebuche del pueblo
pagano al Cristianismo:
Rm 11,1 6- 17: si las primicias son santas, también la masa; y si la raíz es
santa también las ramas. Que si algunas ramas fueron desgajadas, mientras tú
- olivo silvestre - fuiste injertado entre ellas, hecho participe con ellas
de la raíz y de la savia del olivo,
EL PAN DE VIDA
Jn 6,35: Les dijo Jesús: Yo Soy, el pan de Vida, el que venga a mí no tendrá
hambre y 11 1 el que crea en mí, no tendrá nunca sed.
El pan para el hombre es la fuente de fuerza:
Sal 104, 14: la hierba haces brotar para el ganado, y las plantas para el
uso del hombre, para que saque de la tierra el pan,
Su finalidad del pan es partirse y comerse, dejar de ser apara alimentar a
otro. La sobreabundancia de pan es signo de la bendición de Dios:
Re 4,42: Vino un hombre de Baal Salisa y llevó al hombre de Dios primicias
de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga; y dijo Eliseo:
"Dáselo a la gente para que coman."
Hablar del pan, es hablar del maná, el alimento que Dios dio a Israel:
Ex 16,4: Yahveh dijo a Moisés: "Mira, yo haré llover sobre vosotros pan del
cielo; el pueblo saldrá a recoger cada día la porción diaria; así le pondré
a prueba para ver si anda o no según mi ley.
Hace presente su presencia eficaz por parte de Dios a su pueblo:
Ex 16, 12: "He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: Al atardecer
comeréis carne y por la mañana os hartaréis de pan; y así sabréis que yo soy
Yahveh, vuestro Dios."
En el evangelio de Juan, hace presente el pan de su voluntad al pueblo de
Israel que perece.
Jr, 6,49: Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron;
Este pan bajado por Dios es Cristo. que el lo coma vivirá para siempre, es
decir el pan de la voluntad de Dios.
Jn 6, 51: Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan,
vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida
del mundo."
Le 22, 19 - 22: Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio
diciendo: Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en
recuerdo mío." De igual modo, después de cenar, la copa, diciendo: "Esta
copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros. "Pero
la mano del que me entrega está aquí conmigo sobre la mesa. Porque el Hijo
del hombre se marcha según está determinado. Pero, ¡ay de aquel por quien es
entregado!"
Cristo en algunos momentos no habla en figuras
En el Evangelio que Juan escribe, existen algunos textos bíblicos donde
Jesús mismo se revela a distintos personajes donde se proclamará como el Yo
Soy, pero ya no en figura, sino refiriéndose a sí mismo:
> Primeramente, se lo dirá a la Samaritana:
> Luego, delante de los judíos:
Jn 8, 24: Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no
creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados."
Jn 8, 28: Les dijo, pues, Jesús: "Cuando hayáis levantado al Hijo del
hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia
cuenta: sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.
Jn 8,58: Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham
naciera, yo soy.
¢ Finalmente, a sus Apóstoles:
Jn 13,19: "Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando
suceda. creáis que Yo Soy.
Jn 17, 21: para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que
ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has
enviado.
Ahora bien, en el capítulo 1, 19 - 27 del Evangelio de San Juan, encontramos
un texto distinto:
.1n 1,20: Y él confesó y no negó; confesó: Yo no soy el Cristo.
La interrogación por parte de los fariseos a Juan el Bautista, se puede ver
la espera del pueblo judío del Mesías: este nuevo Moisés (liberador) tenía
que manifestar con signos y prodigios que lo acreditaran que venía de parte
de Dios.
Jn 10:32: Jesús les dijo: Os he mostrado muchas obras buenas que son del
Padre. ¿Por cuál de ellas me apedreáis?
La respuesta del Bautista, es veraz, ya que al decir, "yo no soy", admite su
limitación ante uno de quien no es digno de desatarle su sandalia. Negándose
a sí mismo, proclama a Cristo.
Por eso, nuestro mayor pecado es no dejar que Dios sea Dios. Tantas veces
queremos ser autónomos de nosotros mismos, en nuestra manera de actuar y
pensar. Y le robamos la gloria, que es de Dios ante algo o ante alguien que
con mucha presunción nos tanto nos gloriamos.
Lo contrario podemos decir al caso de Pedro, el apóstol, que a pesar de que
después de haber visto todos los beneficios y grandezas que realizó Jesús,
ante el momento de angustia escapa, como los demás discípulos, y más aún su
negación pública es una apostasía y una blasfemia:
Jn 18,25 - 27: Simón Pedro estaba de pie, calentándose: entonces le dijeron:
¿No eres tú también uno de sus discípulos? El lo negó y dijo: No lo soy. Uno
de los siervos del sumo sacerdote, que era pariente de aquel a quien Pedro
le había cortado la oreja, dijo: ¿No te vi yo en el huerto con El? Y Pedro
lo negó otra vez, y al instante cantó un gallo. Sin embargo Jesucristo,
sabiendo que desde la eternidad a quienes ha llamado y su misión a la que ha
sido enviado al mundo lo llevará a cabo en su pasión, muerte y resurrección.
Al igual que el libro del Levítico, Jesús es acusado por blasfemo. es
sentenciado a muerte y sacado fuera de la ciudad es crucificado. Es en este
momento donde se da plenitud la mayor obra de parte de Dios realizada en
Jesucristo: cargar con todos los pecados de la humanidad. Destruyendo en sí
mismo el pecado para siempre.
Jn 18, 4 - 6: Jesús, pues, sabiendo todo lo que le iba a sobrevenir, salió y
les dijo: ¿A quién buscáis? Ellos le respondieron: A Jesús el Nazareno. El
les dijo: Yo soy. Y Judas, el que le entregaba, estaba con ellos. Y cuando
El les dijo: Yo soy, retrocedieron y cayeron a tierra.
En este texto - cuenta el Evangelista- , que los que iban a arrestar a Jesús
caen rostro en tierra, ya que Jesús afirma que este "Yo Soy", se hace
pecado, Dios se hace pecado, por amor al hombre, dándole una dignidad al
hombre, mucho mayor de la que tenía antes, un ser redimido.
En conclusión, es el mismo Jesucristo quien da la respuesta de su misión:
Jn 17, 26: Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que
el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.
A través de Jesucristo, Dios manifiesta al hombre este amor divino que solo
procede de él sin pedir nada a cambio. Gratuitamente, quiere y desea que
este anuncio que se visibiliza en la muerte y cruz de Jesús, exprese su amor
insondable ante su única criatura que es amada por el mismo hecho de ser. Es
por eso, que esta es la verdadera misión de Jesucristo, Anunciar esta Buena
Noticia: Que el Padre de Jesús, quiere dar a conocer su Nombre y su amor a
todo hombre, llamado desde el principio por toda la eternidad a vivir con
él, dándole la gracia de llamarse Hijos de Dios.