La brujería adquiere reconocimientos públicos - La atracción de un fenómeno pagano de la uija
La brujería cada vez aparece más abiertamente en Holanda. Un tribunal
holandés ha dictaminado que los costes de las lecciones de brujería pueden
tener deducción en los impuestos, informó el 31 de octubre de 2005
Associated Press.
El mes anterior, el tribunal de distrito de Leeuwarden confirió el derecho
legal a sustraer los costes de la enseñanza --incluyendo la brujería-- de la
declaración de la renta. Los costes pueden ser sustanciales, según una bruja
entrevistada para el artículo.
Margarita Rongen gestiona la «Granja de las Brujas» en una provincia del
norte. Sus talleres cuestan más de 200 dólares por fin de semana, y más de
2.600 dólares por un curso completo. Rongen declara que ha entrenado a más
de 160 discípulos en las últimas 4 décadas. En Inglaterra, la prisión de
Kingston en Portsmouth ha empleado un sacerdote pagano para dar consejo
espiritual a tres internos que cumplen sentencias de por vida, informó el 1
de noviembre el Telegraph. Los presos se han convertido al paganismo y,
según las normas de la prisión, se les permite un capellán de la misma forma
que a los cristianos o a otros credos religiosos. Denegarles un capellán
pagano podría infringir sus derechos humanos, declaró John Robinson,
director de la prisión.
Antes, el 17 de octubre, el Times de Londres informó de que se permitirá en
todas las prisión a los sacerdotes paganos utilizar vino y varas en las
ceremonias llevadas a cabo en las cárceles. El Times observaba que, bajo
instrucciones enviadas a los directores de prisión por Michael Spurr,
director de operaciones del servicio de prisiones, se permitirá a los
internos que practiquen el paganismo una vestidura sin capucha, incienso y
una pieza de joyería religiosa entre sus pertenencias personales. Se dio a
los directores una completa guía sobre paganismo, basada en información
facilitada por la Pagan Federation. También se permitirá a los presos
practicar el paganismo en sus celdas, incluyendo la oración, el canto y la
lectura de textos y rituales religiosos. No se sabe cuántos prisioneros
paganos hay en las cárceles de Inglaterra y Gales, añadía el Times.
En alza
La práctica de la brujería atrae a un creciente número de personas,
especialmente entre mujeres jóvenes. Un intento reciente de comprender su
atractivo es el libro «Wiccas Charm» (El Encanto de la Uija), publicado en
septiembre por Shaw Books.
La autora es la periodista Catherine Edwards Sanders, y el libro fue fruto
de un artículo que le encargaron para una revista. Aunque inicialmente no se
tomó en serio la uija, durante sus investigaciones Sanders llegó a apreciar
que un hambre espiritual genuina llevaba a la gente a las prácticas
neopaganas.
Sanders, que se profesa cristiana, define la uija como una «religión
politeísta neopagana de la naturaleza, inspirada por varias creencias
occidentales precristianas, que tienen como su deidad central a la Diosa
Madre y que incluye el uso de magia herbaria».
El libro, que se limita a examinar la situación en Estados Unidos, admite
que es difícil estimar el número de los adheridos a la uija. Sanders cita
una estimación de un grupo, el Covenant of the Goddess, que dice que hay
800.000 paganos y adheridos a la uija en Norteamérica. Una socióloga, Helen
Berger, en 1999 puso la estimación en entre 150.000 y 200.000 paganos.
La Uija se compone de muchos elementos diversos, con todo, Sanders
identifica algunas creencias comunes entre sus seguidores. Éstas son: todos
los seres vivientes tienen igual valor y los seres humanos no tienen un
lugar especial, y no están hechos a imagen de Dios; quienes se adhieren a la
uija creen que poseen el poder divino dentro de ellos mismos y que son
dioses o diosas; su propio poder persona no se ve limitado por ninguna
deidad; y su conciencia puede y debe ser alterada a través de la práctica de
un rito y del ritual. Lo que es importante para ellos, explica Sanders, es
la experiencia de una realidad espiritual, y no la verdad o un cuerpo de
conocimientos. No hay ortodoxia, texto definido o creencias base. Y, aunque
tiene raíces antiguas, Sanders observa que se ve atraído por la modernidad
puesto que puede ser moldeado para adaptarse a los deseos del consumidor
espiritual.
El hacer hechizos es otro elemento clave de la uija. Pero Sanders observa
que de todas las personas adheridas a la uija con las que habló, ninguna
entró para utilizar hechizos para dañar a otras personas. La mayoría eligen
la uija porque no están satisfechos con las iglesias y las religiones
organizadas y están buscando una experiencia espiritual que no pueden
encontrar en otro lugar.
Uija verde
Otro rasgo común en la uija es el medioambientalismo. La vida moderna ha
perdido su conexión con la tierra, explica Sanders, y la uija, con su
énfasis en la naturaleza, los calendarios de las estaciones, y las
celebraciones ligadas al cambio de estaciones, es tanto una forma de
recobrar esta conexión como también de espiritualizar la relación con la
tierra. Muchos de sus seguidores también rechazan la cultura consumista
materialista.
Los grupos paganos y de la uija, de hecho, han estado presentes en algunas
de las protestas antiglobalización de los últimos años. Sanders describe
algunas de las ceremonias de las que fue testigo en el 2002 durante el Foro
Económico Mundial reunido en Nueva York. Llamaban la atención sobre asuntos
tales como el daño medio ambiental, el bienestar de los animales y la
preservación de la pureza del agua. El aspecto ecológico de la uija
considera la inspiración en parte de la espiritualidad conocida como Gaia.
Gaia era la diosa de la tierra de los antiguos griegos y en los círculos
neopaganos se ha transformado ahora en la idea de la tierra como un
organismo vivo, también llamado Gaia.
El feminismo es otro elemento importante de atracción de las personas por
parte de la Uija. Sanders observa que las mujeres pertenecientes a la uija
sienten que las iglesias cristianas las tratan como ciudadanas de segunda
clase, limitadas a enseñar en la escuela dominical. Sanders estima que cerca
de dos tercios de los neopaganos en Estados Unidos son mujeres. Muchas de
ellas practican alguna forma de adoración a una diosa, normalmente en forma
de una diosa madre, que es una metáfora de la tierra. Los rituales uija
también ponen de relieve el concepto de potenciación, y se concede un papel
de respeto a las funciones biológicas femeninas.
A esto se añade la creencia de que lo que están haciendo los actuales
creyentes en la diosa es reclamar la herencia de un mundo primitivo en el
que dominaba una sociedad matriarcal pacífica. Este «mito matriarcal» carece
de cualquier evidencia histórica, observa Sanders, pero es una afirmación
que se repite comúnmente. De hecho, Sanders dedica una sección de su libro a
explicar cómo los rituales y los conjuros de la uija no tienen raíces
anteriores al año 1900, y son el resultado de invenciones y adaptaciones de
un grupo de hombres, especialmente de Aleister Crowley y Gerald Gardner.
Lejos de ser un renacimiento de cierto paganismo antiguo o sociedad
matriarcal, la uija es una invención moderna masculina.
Hambre espiritual
El deseo de experimentar la espiritualidad de forma más directa e intensa es
otro factor de atracción de la uija. Algunas chicas adolescentes, observa
Sanders, están insatisfechas con la cultura superficial adolescente y buscan
algo que dé un significado más profundo a sus vidas.
Pero, en vez de volverse a la religión tradicional para satisfacer esta
necesidad, un creciente número experimenta con la uija. Sanders sostiene que
en parte esto es culpa de algunas iglesias, que han perdido de vista el
mundo espiritual y la realidad de una relación con Cristo y la inhabitación
del Espíritu Santo, reduciendo sus actividades sólo a un ejercicio social.
Otras iglesias proporcionan poco en cuanto alimento serio para las mentes
inquisitivas adolescentes, especialmente para las femeninas. Otro factor que
lleva a las adolescentes a la uija, en lugar de al cristianismo es el deseo
de rituales y ceremonias. La cultura eclesial moderna, observa Sanders, ha
reducido la importancia de los rituales religiosos y las celebraciones
solemnes, llevando a la gente a buscar alternativas que ofrezcan
experiencias sobrenaturales más tangibles.
Para concluir, Sanders afirma que sus investigaciones la han hecho apreciar
más el hambre espiritual que lleva a la gente a experimentar con la uija. Al
mismo tiempo, sostiene que el cristianismo ofrece todo lo que los neopaganos
buscan: un mensaje verdadero hace dos mil años y válido todavía hoy.