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ECUMENISMO Y  PASTORAL de E. Tarrancón: Resumen

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Ecumenismo y Pastoral

 

Tarrancón, E. "Ecumenismo y Pastoral". Barcelona. Sígueme; 1964, pp. 276

 

Resumido por Mayer Pinedo Murayari

 

 

ÍNDICE

 

INTRODUCCION

PRIMERA PARTE

_  ESPIRITU ECUMENICO

_  MISION PASTORAL DE LA IGLESIA

SEGUNDA PARTE

 _  REALIZACION DEL MISTERIO DE CRISTO

_  PASTORAL DE CONJUNTO

_  EL CLERO, INSTRUMENTO DE EVANGELIZACION

CONCLUSION

 

 

 

INTRODUCCIÓN

 

En la Iglesia se habla de un cambio de cara a la tarea evangelizadora de las relaciones entre Iglesia y mundo – realidades políticas sociales.

En las sesiones del Vaticano I Pablo VI dice algo extraordinario está sucediendo y que la Iglesia se encuentra en un momento de su historia y que a muchos países están sacudiendo por el profundo pluralismo religioso incluso en los no cristianos. Por eso el concilio ha creado una renovación eclesial donde se han abierto nuevos rumbos a la evangelización.

 

Hay un Espíritu Ecuménico y preocupación pastoral, lo que para unos es una exigencia del Espíritu Ecuménico en la presentación de la doctrina en las relaciones con los no cristianos lo consideran otros como peligroso, con las innovaciones que exigen por el afán pastoral,los rechazan como antipastoral; pero no hay que dudar que hay un punto de coincidencia para utilizarlas ,que todos están conformes al Espíritu abierto y comprensivo que nos obliga a fijarnos más en lo que nos une que en lo que nos separa – capaz habría un diálogo con los hermanos separados y aun con todos los hombres

 

Todos admiten que el fin pastoral de la Iglesia es que condicione sus estructuras y actividades en cuánto que sirvan para realizar el Misterio de la Redención.

 

Por tanto, la Iglesia nos ha de dar los grandes principios para que el Espíritu Ecuménico y la acción pastoral cristalicen en una actuación adecuada a las necesidades actuales.

 

Hay que afirmar que la mayor parte de fieles no están preparados todavía para la nueva empresa, está tarea de preparación es urgente y no se puede aplazar, pero debimos tener el apoyo de toda la comunidad eclesial, es necesario que se vaya renovando criterios y postura para seguir ese nuevo camino, decir si sacerdotes y religiosos y militantes seglares saben asimilar este Espíritu y lanzarse a esta empresa mirando el porvenir con optimismo

 

Se divide en dos partes:

1 - Espíritu Ecuménico y Preocupación Pastoral.

2- Exigencias que entrañan ese nuevo Espíritu en el orden de la                    realización práctica con cambios indispensables en diferentes fuerzas apostólicos de la Iglesia.

 

 

I.- a)    ESPIRITU ECUMENICO

 

La Iglesia ha sido enviada al mundo: Id al mundo entero... (Mc 16, 15) para ser levadura y fermento (Mt 13, 13), es decir constituida para recorrer caminos, abrir

 

horizontes, para enfrentarse a los problemas que preocupan al hombre, para vivir las situaciones en que se encuentra la humanidad. Por eso la Iglesia no ha sido constituida para un grupo selecto, sino para salvar a todos los hombres, a la humanidad (Jn 10, 16).

 

La Iglesia ha de abandonar esos matices que le daban particular para aparecer como SACRAMENTRUM MUNDI, a las aspiraciones de todas las civilizaciones y culturas, no defendiéndose contra nadie, sino ganándose a todos incluso a sus enemigos, abrazando a todos en su plena unidad  - esto exige el Espíritu Ecuménico.

 

Se llama Espíritu Ecuménico a un Espíritu abierto y comprensivo que busca el acercamiento con los hermanos separados y procura abrir el diálogo con todos los hombres de buena voluntad, la fe en Cristo, la fidelidad al evangelio; es una coincidencia importante para un diálogo cordial con los hermanos separados.

 

El espíritu ecuménico mira tan sólo a los cristianos y busca la unión en la verdadera Iglesia, pero sus principios que lo inspiran tienen mayor amplitud que se debe hablar de u n diálogo constructivo aunque no sean cristianos. Ser católicos es ser ecuménicos y universales.

 

La Iglesia la misión de evangelizar, de predicar el evangelio, de transmitir el mensaje; por eso la Iglesia tiene un deber primario: el conservar y transmitir la verdad revelada – el Depósito de la Revelación.

 

Juan XXIII decía: La Iglesia puede abrir sus brazos y puede acercarse a los hombres con Espíritu Ecuménico y con entrañas de caridad dispuesta a comprender, no a condenar. La Iglesia siempre se opuso a sus errores: la esposa de Cristo prefiere usar de la medicina de la misericordia más que la severidad, quiere mostrarse Madre amable de todos, benigna y paciente llena de misericordia y de bondad con los hijos separados de ella.

 

Es decir la Iglesia al abrirse hacia los demás se encuentra junto a ella con grupos numerosos de cristianos que guardan una parte muy importante del tesoro común: Los Ortodoxos,

 

 Y los protestantes, que antes los consideraba como enemigos, ahora se siente unido a ella por vínculos de verdadera fraternidad: Son hermanos aunque separados, todos creen en Cristo, aceptan el evangelio y mantienen el mensaje de salvación.

 

En la contrarreforma la Iglesia había de insistir en el aspecto en que negaban los protestantes haciéndose posible el diálogo fraternal y ahora separada esto, el mundo no católico reconoce y admira que se ha de preocupa y se ha de valorizar el Misterio de Cristo y que coincidimos fácilmente los protestantes, ortodoxos y católicos, admitiendo así la realidad sobrenatural que formamos todos los bautizados.

 

Pablo VI: No queremos hacer de nuestra fe motivo de polémica con ellos – la comprensión es, en este clima es una consecuencia necesaria, es decir, éste es el Espíritu llamado Ecuménico – por eso la Iglesia es misionera por su propia naturaleza.

 

+ El Nuevo Enemigo – He aquí que yo os envío como ovejas en medio de lobos Mt 10, 16. Los herejes y cismáticos han sido enemigos durante muchos años, ahora ha tomado una postura opuesta al Espiritualismo Cristiano.

 

Pablo VI: Nos agobia una gran tristeza por las muchas calamidades que la afligen, particularmente por el Ateísmo que ha invadido el tejido de la convivencia social, de la cultura, de las costumbres y ha transtornado el verdadero orden de las cosas y ha desaparecido la recta intensión, es decir se hace más oscura el conocimiento de Dios y por ello el verdadero conocimiento del hombre.

 

El Ateísmo está hoy organizado por el NATURALISMO penetradas en el ámbito social y aun en el ambiente cristiano, tanto así que el  factor religioso ha pasado a un segundo plano.

 

La Iglesia portadora de la verdad tiene que ir en vanguardia de esa empresa espiritualista y ha de utilizar todos los medios que están a su alcance para llevarla a cabo – para ello pueden ser buenos colaboradores los hermanos separados y aun todos los  hombres de buena voluntad que

admiten la existencia de Dios y le dan culto – éste Espíritu misionero propone el Concilio.

 

Es ahora cuando es más necesaria la firmeza de la fe y más indispensable la formación doctrinal y la vitalidad sobrenatural de nuestros fieles. La fe firme acompañada de delicadeza y comprensión es el único medio eficaz para influir en los hermanos separados

haciéndoles comprender la verdad que nosotros mantenemos íntegramente.

 

El Espíritu Ecuménico nos obligará a revisar algunos esquemas mentales fomentadas por las circunstancias en años anteriores – la fidelidad al evangelio, y a la misión dada por Jesucristo, nos obliga a proceder con ese nuevo Espíritu. Así esta finalidad del Concilio tiene a ésta ecumenidad que quisiera ser total, universal por lo menos en el deseo; es decir este concilio al mismo tiempo llama, cuenta, guarda al redil y abre la puerta y levanta la voz a tantos otros que no están en este redil.       

                                           

 

b)      MISION PASTORAL DE LA IGLESIA

 

 

Llamar Pastoral a la tarea propia de la Iglesia no ha sido una invención humana; Fue el mismo Jesucristo el que utilizó la palabra y la comparación – la Iglesia tiene una misión pastoral por exigencias de su misma constitución y habrá de tener las cualidades necesarias para conseguirlo, es decirla finalidad pastoral es la que dará el carácter propiamente eclesial.

 

+ Pragmatismo Pastoral – el pastoreo exige el conocimiento de las ovejas tal como son para apacentarlas adecuadamente.

 

La pastoral ha adquirido nuevos rumbos en nuestros días, todos comprendemos que es necesario revalorizar su contenido dogmático volviendo a las fuentes: Biblia y

 

Tradición, es una concepción nueva que brota del misterio de la Iglesia que no es más que la prolongación y complemento del misterio de Cristo.

 

Lo menos que interesa es una concepción exacta de la pastoral, lo único que interesa es fomentar la vida individual y comunitaria, utilizando los medios esenciales: sacrificio y sacramento (partiendo del Depósito de la fe Juan XXIII).

 

La preocupación pastoral nos obligará a buscar los medios más adecuados para que la doctrina, la liturgia, etc., se adapten a las necesidades y exigencias de éstos; es el fin que ha de regular la utilización de los medios – es la santificación de las almas que ha de condicionar todos los procedimientos de la pastoral.

 

Todo el mundo está secularizado ha sido suficiente que la Iglesia se abriese totalmente a las necesidades de la humanidad iniciando esa nueva orientación para que el mundo vuelva sus ojos a ella con esperanza. Tanto así que el campo pastoral se ha ensanchado, es decir el campo de la misión evangelizadora de la Iglesia no tiene fronteras ni límites en las distintas manifestaciones de la vida del hombre, todo ha ser objeto de la pastoral. También la ciencia y los medios de comunicación se han convertido en instrumento y medio para la pastoral.

 

El nuevo clima supone dos cosas:

 

a)      Que la preocupación evangelizadora oriente todas las actividades: de magisterio, de gobierno y de santificación.

b)      Que la actuación pastoral tenga un contenido profundamente teológico y discurra por los cauces jurídicos establecidos.

 

Se ha olvidado prácticamente que el pastor ha de ser necesariamente maestro santificador; que el maestro enseña para que los hombres tengan la vida sobrenatural.

 

La pastoral es un instrumento de la Iglesia, deberá acomodarse a la manera de ser de ésta y habrá de tener las características esenciales de toda la acción eclesial. La preocupación pastoral está exigiendo la  renovación de ciertas estructuras jurídicas y de algunos criterios canónicos; tan peligroso sería olvidarse de lo dogmático y  lo pastoral para dar importancia a lo meramente jurídico. La gran preocupación pastoral que hoy se impone ha de tener un contenido plenamente dogmático y un fundamento jurídico para que sea auténtico, tan sólo así se podrá ponerse al día la tarea evangelizadora.

 

 

 

II._  a)    REALIZACION DEL MISTERIO DE CRISTO

 

 

El concepto de Iglesia, como realización del misterio de Cristo, no se agota con esa realidad visible que nos es dado a contemplar. Todos contribuyen, a su  manera, a la realización del gran misterio que Dios ordenó según su beneplácito y que ha de completarse con el triunfo definitivo y glorioso de Cristo sobre todas las cosas del cielo y de la tierra.

 

 

El magisterio de la Iglesia ha de tener por lo tanto, un carácter dinámico; ha de evolucionar también con los tiempos, manteniendo inmutable la verdad, de actualizarla y completarla, con todos los elementos que le proporcionen los avances científicos y técnicos de cada época, ésta evolución constante del magisterio puede apreciarse claramente comparando los documentos de distintos pontífices.

 

Pero si los sacramentos han sido instituidos en favor de los hombres, como dice el aforismo teológico, y el sacrificio es un acto de la comunidad que ésta ha de realizar conscientemente, será que los fieles puedan participar activamente en el sacrificio y puedan prepararse para la recepción de los sacramentos, también en lo concerniente a la liturgia y, concretamente, en la tarea santificadora de la Iglesia habremos de entender su aspecto dinámico y habremos de admitir una evolución constante como exigencia ineludible de su propia naturaleza.

 

Lo normal será por lo tanto, que la evolución continúe, como manifestación de ése dinamismo constante de la Iglesia. Pero es necesaria la moderación y debemos guiarnos siempre con la más exquisita prudencia al intentar  esos cambios; pero confundir la moderación o la prudencia con la postura conservadora es un error que podría tener fatales consecuencias y aun producir desviaciones graves en el terreno doctrinal.

 

La organización internacional del ateísmo materialista, reclama ahora una preocupación pastoral más intensa en la cumbre de la Iglesia, es en éste campo donde la renovación hace ser más fuerte y decisiva, porque es en él donde ha de tener mayor aplicación ese espíritu ecuménico – pastoral característico en la época en que vivimos.

 

La unidad sustancial de la Iglesia exige también una orientación pastoral de conjunto, para ello serán necesarios organismos centrales que, a las órdenes del papa, puedan fijar las normas de la actuación pastoral y llevar la actuación de las mismas, también se comprende que no siempre han de tener en cuenta suficientemente el aspecto pastoral de los problemas que han de resolver al menos con la visión de conjunto que es la propia de un gobierno central - ¿puede oponerse alguna razón de principio a esa renovación de la curia que muchos pretenden? Siempre existirán casos reservados a la santa sede que habrán de resolver las congregaciones con la autoridad del Romano Pontífice – la unidad de la Iglesia y la eficacia de su acción evangelizadora lo exigen.

 

Por voluntad de Jesucristo la Iglesia universal está integrada por iglesias diocesanas, es decir por conferencias episcopales, en que todos están de acuerdo en la necesidad de realizar en regiones y naciones con problemas uniformes una verdadera pastoral de conjunto.

La unidad del magisterio es la crisis actual del mundo que todos admiten es consecuencia principalmente de una crisis ideológica, por eso la unidad del magisterio se ha de completar con una actuación concorde y coordinada de carácter nacional, porque tan sólo una pastoral amplia y conjunta podrán resolverse la mayor parte de problemas que obedecen a causas generales. Esto exige en los obispos, que son los dirigentes natos en toda acción pastoral, una visión y un enfoque de conjunto que no puede obtenerse en un plano exclusivamente diocesano – diálogo de obispos de una nación o región determinada.

 

 

 

La Iglesia ha creado también a las parroquias y les ha concedido las características que tienen actualmente, por eso hoy todos están de acuerdo en que se imponga una revisión de su  estructura y que ha ser su finalidad estrictamente pastoral que ha de sobrevalorizarse, y que pueda cumplir su misión en el momento presente.

 

Por eso la Iglesia tiene unas notas esenciales para que pueda ser conocida por todos los hombres(trascendencia), ha de preocuparse de los hermanos separados de los miembros de las confesiones religiosas no cristianas, de los paganos; incluso de los que se declaran enemigos suyos – es esencialmente misionera, esta preocupación ha de ser real, efectiva, fecunda; al organizarse ha de mirar también a los que están fuera, ha de tener en cuenta a los alejados; ha de amar a todos los hombres sin distinción de razas y de credos, amar a los más necesitados, a los que tienen necesidad de luz, de verdad y de gracia.

 

El amor busca el acercamiento y el diálogo venciendo los obstáculos que lo impiden, mientras se pueda encontrar una base común procurará iniciar sobre el diálogo sincero. El espíritu ecuménico - pastoral nos obliga a fijarnos en este aspecto importantísimo.

 

 

 

 b)    PASTORAL DE CONJUNTO.

 

 

   Pastoral de conjunto ha surgido para indicar las características que habrá de tener en su realización práctica. Incluye dos principales:

 

     1.- La amplitud con que debe concebirse y realizarse actualmente los movimientos pastorales.

 

      2.- La cohesión que de existir entre los distintos organismos y fuerzas apostólicas de la Iglesia que están al servicio de la pastoral.

 

Es en esta línea y como reacción de los resultados de aquella pastoral localista y alicorta, la llamada pastoral de conjunto que significa precisamente la prevalencia de lo universal sobre lo particular, del conjunto sobre la parte, de los problemas de la humanidad sobre los problemas nacionales, diocesanos y parroquiales.   

 

La parroquia dice la pastoral de conjunto, debe organizarse y actuar en servicio de la diócesis, de la que recibe su consistencia y el impulso apostólico. Sus actuaciones habrán de estar condicionadas por las necesidades diocesanas y generales – esto mismo debe aplicarse proporcionalmente a las diócesis y a las distintas fuerzas apostólicas.

 

Desde que Jesucristo envió a sus apóstoles a todo el mundo a predicar el evangelio, los pastores de la Iglesia han de tener necesariamente ansias universalistas(perspectiva ecuménica de la Iglesia).

Pero desde hace unos años se ha empezado a pensaren el otro aspecto, en el de la formación de los propios cristianos y en la proyección universalista de la acción pastoral para que se manifieste unitariamente al mundo; la Iglesia es una, la formación  y la actividad de los creyentes exige una orientación fundamental única para que se consiga plenamente la unidad de la fe del culto y del gobierno y para que el testimonio de los cristianos influya eficazmente en la comunidad.

El concilio lo vuelve a remarcar diciendo que no basta asegurar la unidad de la fe y de la disciplina; si no que es necesario asegurar la unidad fundamental de la acción apostólica, no dará normas concretas, pero marcará el rumbo y señalará la dirección que habrán de seguir todas las actividades pastorales, partiendo de las exigencias nacionales – si la conferencia episcopal habrá de quedar en el terreno de los principios, las comisiones episcopales han de abordar problemas concretos y han de buscar y estimular la solución y de igual manera en los de carácter más reducido.

 

De igual modo sucederá con las necesidades diocesanas e  interdiocesanas  teniendo en cuenta una verdadera pastoral de conjunto sin esos órganos intermedios entre los nacionales y diocesanos; la base de la nueva pastoral habría de ser la base del equipo episcopal, por medio de una adecuada división del trabajo, es garantía de seriedad y eficacia, dentro de una determinada actividad será indispensable la colaboración de varios dirigentes y responsables de los distintos sectores (movimientos apostólicos o pastorales).

 

La base firme de la pastoral  de conjunto habremos de buscarlo en la diócesis (estructura diocesana).

En la diócesis serían conveniente los siguientes organismos para llevar a cabo una fecunda pastoral de conjunto:

          

a)      Un organismo planificador diocesano – sus funciones no son propiamente de dirección, sino de administración ya que la autoridad plena y ordinaria reside en la jerarquía: papa, obispos. Tiene tres finalidades  principales: 1- Estudiar la realidad de la diócesis estar al día en los métodos de la pastoral. 2- Hacer el plan de conjunto y aprobar el plan de concreto  de cada actividad especial. 3- Vigilar la realización del plan propuesto teniendo en cuenta las adaptaciones.

  

b)      Un organismo directivo sacerdotal – sacerdotes, seglares y regulares  son los que tienen la responsabilidad ejecutiva del apostolado oficial, no dependen de la autoridad episcopal, hasta ahora cada actividad tenía sus delegados es decir hará falta reunir todos esos delegados y ellos formarán la base de ese organismo directivo sacerdotal, éste actúa en nombre y autoridad del prelado es el que da consistencia y ligitimidad a las actividades parroquiales. Sujetándose a ella saben que están colaborando con el obispo y están recogiendo con Cristo, aquí entroncan su actividad pastoral.

 

c)      Un organismo directivo secular – los movimientos apostólicos han de tener sus propios                      dirigentes, es justo por tanto que existan también dirigentes diocesanos para las actividades apostólicas seglares; en las actividades pastorales la dirección es de carácter ejecutivo.

 

d)      Equipos archiprestales o comarcales.

 

 

La pastoral de conjunto exige una coordinación perfecta de esfuerzos mediante equipos apostólicos; características fundamentales que deben tener para que sean eficaces y que podrían reducirse a tres:

 

1-      El equipo debe hacerse una adecuada y razonable división de trabajo, formado por verdaderos especialistas- técnicos.

2-      Debe hacer un plan común y resolver conjuntamente los problemas que se vayan presentando, todo esto por medio del diálogo.

3-   Todos los miembros del equipo deben tener libertad para exponer sus criterios y experiencias para discutir los de los otro.

 

Para todo esto requiere nuevos criterios más pastorales que jurídicos tanto al clero secular y regular a las religiosas y seglares. Por eso el Vat. II lleva consigo la dirección con junta de la pastoral de la Iglesia y refuerza la unidad y la plena coordinación de las distintas iglesias particulares y de los movimientos apostólicos, es decir la diversidad de fuerzas ha de concebirse ahora en servicio de la unidad; tan sólo con estas condiciones podrá ponerse en marcha esa nueva pastoral que puede ser el gran instrumento de la Iglesia en nuestros días.

 

 

 

c)      EL CLERO INSTRUMENTO DE EVANGELIZACION

 

 

Jesucristo instituyó el sacerdocio en la Iglesia para perpetuar su propio sacerdocio, con una finalidad especialmente pastoral y ecuménica... y van apareciendo las iglesias particulares formadas alrededor de un obispo sucesor de los apóstoles, los diáconos y los presbíteros que participan de su poder. La figura del obispo ha adquirido su universalidad al destacar su ordenación por la misma fuerza del sacramento recibido. Esta doctrina sobre el episcopado ha de aplicarse también al sacerdocio de los presbíteros, estos son cooperadores del obispo.

 

El sacerdocio es un ministerio o un servicio que se ejerce en función de los hombres.

La incardinación de los sacerdotes a una diócesis ha de ser compatible con el servicio a la iglesia universal.

El sacerdocio es único en la iglesia, cumpliendo su misión santificadora.

La actividad pastoral de todos los sacerdotes ha de estar dirigida y orientada por los pastores propios – NO VINE A SER SERVIDO, SINO A SERVIR.

 

Nada hay totalmente ajeno a la acción pastoral de la iglesia, si ella no tiene directamente autoridad en los problemas humanos ni en los asuntos temporales, sí tiene la autoridad de servir también en estos aspectos – sirviendo a todos es como ha de cumplir su deber de evangelizarlos y salvarlos, este enfoque de la misión pastoral que no puede llamarse nuevo porque es evangélico, sino simplemente auténtico, podría hacer, además, un gran bien aun en un orden puramente natural y humano. Ejercer el ministerio pastoral es, sencillamente, según San Pablo: hacerse todo para todos para ganarlos a todos por Cristo.

 

 

 

CONCLUSION

 

 

Juan XXIII y Pablo VI han sido bastante explícitos con sus palabras y, sobre todo, con su conducta, para que veamos claro cual es el camino claro a seguir.

 

Todo esto es suficiente para que comprendamos que todos tenemos una tarea urgente que realizar. Dios quiera que éste momento providencial sea verdaderamente fecundo por nuestra fidelidad a la voluntad de Dios, que se nos manifieste por medio del Concilio.

 

 

 

Principios básicos preponderantes:

 

 Que se aplique el Concilio Vaticano II por medio de la Pastoral y el Ecumenismo  en la Iglesia y en las iglesias para que pueda realizar su misión en el mundo que le ha sido confiada.

 

La Pastoral y el Ecumenismo no se pueden dar en la Iglesia y en el mundo  sino está el Espíritu Santo.

 

Que dentro de toda esta preocupación que tiene la de Evangelizar, para que pueda cumplir su misión en los diferentes campos, ha de tener en cuenta una cosa importantísima: El diálogo y la comunión entre sus miembros y con los hermanos separados.

 

Habla también de la participación de toda la Iglesia desde el estado de vida en que se encuentran.   

 

 

Critica: El autor narra los pasos que se ha de seguir para que la Iglesia cumpla su misión  en el mundo, le hace marcando los lineamientos del Concilio Vaticano II, pero en la práctica de la pastoral no se da concretamente por que no lo llevan los hombres la pastoral, sino Dios y el Espíritu Santo como quiere y cuando quiere y a dónde quiere.

 

Recomendaciones Pastorales: Que se haga todo este trabajo con la aplicación del Concilio Vat. II llevándolo al campo de la pastoral y del Ecumenismo con el mismo Espíritu que se propone.

 

 


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