Los Laicos y la Evangelización de Dionisio Borobio: Resumen
DIONISIO BOROBIO: Los Laicos y la
Evangelización,
Bilbao, DESCLEÉ DE BROUWER, 1987, pp. 249
Resumen: JAVIER LLOCCLLA ÑAHUI
PARTE PRIMERA:
LOS LAICOS EN LA EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA DURANTE EL SIGLO XVI
CAPÍTULO 1: Concepto, posibilidades y medios de aquella evangelización.
CAPÍTULO 2: Sujetos laicos participantes indirectamente en la evangelización.
1. Los reyes y representantes de la corona.
2. Los conquistadores y soldados.
3. Los Caciques.
4. Los Encomenderos.
5. Los Protectores de Indios.
CAPÍTULO 3: Sujetos laicos participantes directamente en la evangelización.
1. Los Fiscales.
2. Loa Alguaciles.
3. Los Doctrineros o enseñantes legos.
4. Los Catequistas.
5. Los niños misioneros.
6. Los educadores o Maestros.
7. Los padres y ancianos de la comunidad.
8. Los Sacristanes.
9. Los Acólitos.
10. Los Porteros.
11. Los Cantores.
12. Los Cuadjutores de sacerdotes.
13. Los Mayordomos.
CAPÍTULO 4: Instituciones laicales de evangelización.
1. Escuelas y colegios.
2. Hospitales y Horfanatrofios.
3. Cofradías.
SEGUNDA PARTE
NUEVOS PLANTEAMIENTOS DE LA EVANGELIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN EN LA ACTUALIDAD
CAPÍTULO 6: Claves de un planteamiento evangelizador.
1. Reconocimiento de una situación
2. Meditaciones evangelizadoras
CAPÍTULO 7: Acción evangelizadora integral.
1. Palabra: Contenidos de la evangelización
2. Comunión: Fuerza del evangelizador
3. Símbolo: ¿Sacramentos para la evangelización?
4. Testimonio: Verificación evangelizadora
CAPÍTULO 8: Laicos para la evangelización.
1. Laicos y laicidad
2. Los laicos y la evangelización
3. Verdaderos ministerios laicales
4.
PARTE PRIMERA
LOS LAICOS EN LA EVANGELIZACION DE AMERICA DURANTE EL SIGLO XVI
"La evangelización de América en el siglo XVI se realiza desde un sentido del mundo y del hombre, de la sociedad y de la Iglesia, de la misión y la política...muy concretos. Esta cosmovisión o mundovisión dominantes pueden resumirse así: Dios, creador y salvador, es dueño y señor de todas las cosas creadas y de todo hombre sobre la tierra. Este señorío está representado históricamente por su vicario en la tierra, el Papa. Ahora bien, como el Papa no puede de hecho regir todos los pueblos y naciones para gloria de Dios, lo encomienda y delega a príncipes o reyes, a quienes puede entregar el dominio de las tierras cual "delegados" o "vicarios" suyos para el bien de las almas y la extensión de la fe. Esto es lo que en nuestro caso quedará concretado en el llamado "protectorado" o "padronazgo" de indias concedido a los Reyes Católicos por Alejandro VI en la Bula "Inter caetera" del 4 de mayo de 1493. Pío V volverá a recordar tal misión, los reyes y gobernantes de España serán conscientes de ello, y los mismos teólogos, canonistas y moralistas reconocerán este excelso privilegio concedido para "el mejor gobierno espiritual de nuestras Indias y conversión de sus naturales". Así pues, se trataba de una concepción en buena parte "teocrática", donde el Papa y el príncipe, el poder religioso y el civil se asocian e intermedian para cumplir una misión a la vez humana y religiosa, material y espiritual, en nombre de Dios."
José de Acosta y Toribio de Mogrovejo, entre otros son el testimonio de la palabra anunciada. También cabe mencionar a Bartolomé de las Casas quien propuso una evangelización pacífica y sin armas o coacción, una evangelización totalmente desinteresada y libre de todo compromiso expansionista o explotador.
La fe y la vida cristiana que se proponen en la cultura india, son ya una fe y una vida "encarnadas" e "inculturadas" hispanoaméricamente. Cultura hispánica y cristianismo se identifican así. Esta identidad es absoluta para el conquistador, para él ser español y cristiano es idéntico.
El desconocimiento de la lengua de los indios impedirá una comunicación y predicación normal. Aquí tendrán los laicos su participación, desde los niños hasta los jóvenes hombres y mujeres indígenas.
La intención de conquistadores y misioneros con respecto al trato con los indios es teóricamente buena. Pero en la práctica dicho trato viene a ser con frecuencia malo, no sólo por los métodos de conquista y evangelización empleados, sino también por la actitud y relación posteriores respecto a los indios. Este comportamiento, además de conllevar un mal trato, suponía también un mal ejemplo, y por tanto un serio obstáculo para la evangelización. Es evidente que no se debe exagerar ni generalizar.
Pese a todo lo anterior y lo demás, la Iglesia, aun en medio de dificultades y serias contradicciones, se ha esforzado siempre por acercarse al cumplimiento fiel de su misión. Sus planteamientos(como de los franciscanos que proponían y defendían una pastoral bautismalista- ritualista, y dominicos, agustinos y jesuitas que defendían una pastoral más evangelizadora-catecumenal) e intervenciones hay que entenderlas en cada contexto propio.
La labor evangelizadora realizada por los religiosos es admirable y casi increíble. Sin desconocer sus limitaciones, errores y hasta abusos, es preciso reconocer su gran mérito: la mayoría de ellos (religiosos-sacerdotes) fueron los mejores defensores del hombre indio con sus valores y del Evangelio con su fuerza salvadora.
Uno de los aspectos importantes de esta obra, es también subrayar el papel de los laicos. En aquel tiempo tenían un puesto activo muy limitado y poco reconocido en la tarea de la edificación de la Iglesia. Sólo en caso y situaciones de necesidad, se les acoge y reconoce, se les encomienda y responsabiliza de la tarea evangelizadora en las diversas áreas de la misión.
El planteamiento evangelizador del nuevo mundo incluyó e implicó desde el principio a numerosos laicos responsables: Reyes y virreyes, gobernadores y encomenderos, visitadores y protectores, soldados y caciques, etc. En principio, todos fueron hechos responsables de la misión evangelizadora. Pero en realidad no todos asumieron y realizaron dicha responsabilidad y predominaron en muchos casos los intereses personales.
Es sorprendente y admirable ver cómo, a pesar de olvidos y marginaciones históricas, la Iglesia a vivido y reconocido la realidad de los "ministerios laicales" con una u otra denominación, con uno u otro estatuto oficial reconocido. La realidad de los ministerios laicales ha pervivido en sus características y condiciones de identidad a lo largo de la historia, aun cuando su grado de institucionalización oficial no haya sido siempre lo mismo. En la época en que tratamos es evidente que hay figuras laicas que constituyen verdaderos ministerios, como son: en el orden de la palabrapodemos situar el fiscal, el doctrinero lego, el catequista, el maestro y hasta el niño misionero; en el orden de la caridad podemos colocar el mayordomo, a los responsables de hospitales, a los miembros de las cofradías, a los protectores de indios, en el orden del culto debemos contar a los sacristanes, a los mismos fiscales o coadjutores de sacerdotes, a los cantores y acólitos; y en el orden de la dirección hemos de incluir igualmente al fiscal y al aguacil, al coadjutor y, en otro orden, al mismo encomendero o al cacique. En todos los casos, con uno u otro acento, una u otra insistencia, se exige las mismas condiciones y cualidades que los identifican.
Uno de los problemas más serios que supusieron los ministerios laicales que hablamos fue su improvisación práctica, su proposición a raíz de la urgente necesidad, su falta de experiencia y formación, su limitación de contenidos doctrinales y su inmadurez de conversión vital, etc. A esto se debe su insistencia de los Concilios Limenses y de los diversos autores en exigir a la persona que sean preparadas en todo lo que exige la evangelización del Nuevo Mundo.
PARTE SEGUNDA
NUEVOS PLANTEAMIENTOS DE EVANGELIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN EN LA ACTUALIDAD.
Desde el siglo XVI a nuestros días ha pasado mucho tiempo y mucha historia. Ahora es necesario realizar un puente comparativo entre aquella evangelización hecha y la que hoy está por hacer. Para ello, el autor, analiza y valora los planteamientos evangelizadores que hoy se hacen en España; propone y defiende una acción pastoral integral, revisa y esclarece el puesto y la función de los laicos en esta tarea evangelizadora.
En el capítulo VI el autor define de un modo general lo que es la evangelización (como primer anuncio y como un proceso integral) y nos hace ver cuáles son los medios más importantes de realización en el momento actual. Y en el capítulo VII nos hace ver cómo debe desarrollarse de hecho la acción evangelizadora, de modo que sea verdadera e integral en cada una de las dimensiones de la misión y en su mutua complementariedad. Para ello, pone cuatro pilares fundamentales para el desarrollo de la evangelización: la palabra(Kerigma), la comunión (que parte de la comunión y unidad trinitaria), el símbolo (sacramentos) y el testimonio.
Y finalmente en el capítulo VII vemos que la evangelización plena sólo es posible realizarla con la participación de la Iglesia total, y esta Iglesia es en su mayor parte los "laicos". No es este el momento de recordar los fundamentos bíblicos, históricos, eclesiológicos, sacramentales y pastorales de la responsabilidad y participación de los laicos, por derecho y deber, en las diversas dimensiones de la misión, de la Iglesia. Dentro de este capítulo se desarrolla dos temas en especial: el de los laicos y la laicidad de la Iglesia, o sobre la distinción clérigos - laicos; y el de los laicos y la evangelización o sobre la responsabilidad y ministerio del evangelizador.
1.- DEFINICIÓN O DESCRIPCIÓN DE LA TEOLOGÍA PASTORAL QUE PROPONE LA OBRA.
Basándose en los documentos del concilio Vaticano II, define la teología pastoral como el primer anuncio de la Buena Nueva a los no cristianos, la llamada a conversión verdadera de cristianos bautizados, la acción pastoral con los descristianizados, la predicación para crecimiento y madurez de los cristianos creyentes. También se insiste que la teología pastoral en la evangelización tiene que recuperar el sentido original y fundamental del primer anuncio, es decir, del Kerygma, pero esta recuperación no sólo debe ser teorico sino también práctico.
2.- PRINCIPIOS BÁSICOS TEOLÓGICOS PREPONDERANTES
Los principios básicos teológicos giran prácticamente en lo que son los laicos y la evangelización, cronológicamente vistos en dos momentos: "los laicos y la Evangelización de América durante el siglo XVI" y "los laicos y la Evangelización en la actualidad". En realidad se trata de un mismo tema en dos momentos históricos diversos, cuyo desarrollo, si bien complementario, exige la utilización de fuentes y de metodología diversos. Por ello se impone un método a la vez analítico y sintético, diacrónico y sincrónico, retrospectivo y prospectivo.
3.- CRÍTICA DE SU TEOLOGÍA Y PASTORAL
ASPECTOS POSITIVOS: Comparativamente con un pasado lejano e inmediato y, miradas las cosas en su conjunto, creemos que hay razones más que suficientes para valorar positivamente lo que hoy está sucediendo en la Iglesia, y en concreto en España, respecto a los servicios ministerios laicales. Se han dado un real progreso en los siguientes aspectos:
· Respecto al contenido, ya que si por un lado se entiende más insertos en la neumatología y eclesiología, por otro se quiere vivir más desde la actitud de servicio que desde la de poder y honor.
Servicios y ministerios laicales comienzan a ser considerados no como un adorno o "plus" cristiano para los devotos, sino como un elemento necesario y constitutivo de la misma Iglesia y como un derecho y deber de los miembros del pueblo de Dios. Esta es la verdadera raíz de una renovación profunda y eficaz.
· Respecto a las actitudes, también se ha dado un progreso importante, pues si, por un lado los sacerdotes están en general más abiertos e interesados en la promoción de estos servicios-ministerios, por otro, los mismos laicos se muestran más dispuestos a asumir algunas responsabilidades y tareas, aceptando al mismo tiempo las exigencias que conlleva de preparación, dedicación de tiempo, entrega y sacrificio.
· También se puede señalar un gran avance en la praxis concreta. Probablemente no se ha dado nunca en la historia de la Iglesia una movilización y un esfuerzo colectivo tan importante como en los años pos conciliares y que haya abarcado y embarcado a tantos seglares.
ASPECTOS NEGATIVOS: En los mismos progresos descubrimos los déficits.
· Respecto al contenido puede decirse que todavía no se ha aceptado o sumido en la amplitud y profundidad necesarias la naturaleza e identidad de los servicios-ministerios, ni han venido a tener la consistencia y entidad eclesial que les corresponde. Muchos (no sólo fieles sino también sacerdotes y obispos) no saben exactamente qué se quiere decir con estos términos y cuál es el contenido teológico y las consecuencias prácticas que implican. Otros, no dejan de considerarlos como algo simplemente optativo y secundario, que sólo obedece a la falta de sacerdotes y es, por lo tanto, solución supletoria y de urgencia, pero esencia eclesiológica y necesidad apostólica para el cumplimiento de la misión que arranca del mismo Cristo.
· En relación con las actitudes, todavía se puede decir, que perduran demasiadas actitudes extremas, unas veces fundadas en aprioris; superadas otras en reacciones y temores exagerados. Por eso, mientras que por un lado se encuentran presbíteros que temen les sean arrebatadas por los laicos algunas facultades y tareas (áreas de poder, en definitiva) y no se fían de su capacidad ni aceptan su participación; por otra parte, no faltan laicos que proceden con una actitud de revancha o con afán de poder frente al clero.
· Y en cuanto a la praxis, también es claro que pueden detectarse numerosos aspectos negativos. Creemos en primer lugar, que falta un desarrollo equilibrado de servicios-ministerios en las diversas dimensiones de la misión: mientras el área de la palabra aparece, por lo general, bien atendida, el área del culto y la caridad aparecen con frecuencia un tanto marginadas. En segundo lugar, creemos no existe una organicidad práxica de servicios y ministerios, de manera que se actúe de modo ordenado, coordinado y armónico, superando divisiones o extrañamientos y hasta actuaciones contradictorias entre los diversos grupos de una misma comunidad. En tercer lugar, nos parece que falta una seria formación y capacitación, de manera que sean competentes(profesionales) en aquello a lo que se entregan. En cuarto lugar, vemos que muchas veces faltan los "espacios ministeriales", es decir, las posibilidades reales y el campo propicio para desempeñar la tarea que se encomienda.
4.- RECOMENDACIONES PASTORALES A PARTIR DE LA OBRA.
Estamos convencidos de que los servicios-ministerios, son todavía un tema pendiente. No se trata de ninguna novedad. El concilio Vaticano II reconoció la verdad, la necesidad y el estatuto de los servicios ministeriales, basándose en tres centros o fundamentos: el apostolado, la participación en las diversas dimensiones de la misión (palabra, culto, caridad, dirección) y la corresponsabilidad junto con el ministerio ordenado en la realización de estas dimensiones.
El futuro de la Iglesia depende de la participación orgánica y plural en la realización de la misión, tanto de los ministerios ordenados, cuanto de los "servicios-ministerios" laicales. Por tanto, el promover los servicios y ministerios laicales de modo correcto es organizar el futuro, asegurar el cumplimiento de la misión, posibilitar la evangelización y la vida cristiana. Todo esto supone pues, devolver a los fieles la parte que les corresponde y que de algún modo se les arrebató injustamente.