Comunidad y comunidades en la Iglesia de Liégé, P. A.: Resumen
Liégé, P. A.
Comunidad y comunidades
en la Iglesia.
Madrid.
Narcea; 1978, pp. 111
Resumido por:
Roberto Castro Cuba Silva
Al cristiano adulto de los años 70, 80 y 90 la situación eclesiástica se le mostró caótica, contradictoria, derrotista. Se le había formado en una tradición, se le había inculcado en unos principios, ritos, costumbres y, de repente en la vida parroquial, en las homilías se criticaba y se ironizaba el pasado reciente y lejano, defendían formulas desconocidas e incluso rechazadas (Teología de la Liberación).
No pretendo describir las causas y la evolución de la crisis, sólo quiero decir, que si los cristianos, comenzando por el clero, hubieran conocido mejor la historia de su Iglesia y distinguido la tradición de las tradiciones, no se hubieran cometido tantos desmanes y habrían comprendido los cambios; las crisis están presentes en la vida de la comunidad eclesial.
La Iglesia hoy por hoy es una sociedad-organización que no entusiasma, que no hace vibrar. De alguna manera, los católicos han tendido a formar grupos con los que se sienten más comprometidos e identificados. La verdad es que un Iglesia masiva necesariamente se burocratiza.
Resulta inexplicable, comprobar como determinado sector de católicos han pasado de las posturas tradicionales a las críticas. Dentro de esta reflexión considero necesario distinguir la confusión de conceptos que hay de comunidad y comunidades en la Iglesia: la sintonía es inmediata, la captación de las lineas expresadas en el Vaticano II que es una respuesta a esas inquietudes, deseos presentes en el pueblo católico, son expresadas en el libro de Liége.
Que el Sínodo Mundial de Obispos, que se celebró en Roma - Octubre de 1977 y que tenía como tema la Catequesis:
* Que los tipos de comunidad se multiplican hoy pero algunas de ellas se gobiernan, se llevan tradicionalmente... las nuevas comunidades son una oportunidad de la Iglesia, porque son un fermento en un mundo en plena mutación. "La Catequesis, al mismo tiempo, presenta el misterio de la Iglesia, donde todas las comunidades humanas están estrechamente unidas a Dios y entre si,,
* El fenómeno comunitario actual se presenta de un modo muy complejo, por su misma diversidad, como si nuestros contemporáneos sufrieran y se angustiaran a causa de la soledad y del anonimato experimentado en las grandes ciudades, por falta de calor humano en la sociedad industrial. Por las fatalidades de una sociedad sú per organizada y burocrática; por falta de gratuidad la existencia es modelada por la técnica, por la violencia tan extendida y generalizada, por los conffictos entre generaciones.
* La utopia comunitaria aparece como una salida de privilegio a todos los que desean un cambio en la sociedad y una modificación en las relaciones sociales humanas, a los que buscan espacios de libertad y de inventiva y aspiran a experiencias de felicidad inmediata.
* Las instituciones que existen no funcionan, la misma institución familiar está en litigio.
* La democracia, como aspiración a comparir las responsabilidades y la dirección de todo por todos, con frecuencia es objeto de un deseo frustrado.
Estructuras en la comunidad: las primeras comunidades cristianas, aunque todo lo carismáticas que se quiera, daban un lugar privilegiado al ministerio especifico de los pastores instituidos por los apóstoles.
Una expresión de la comunidad para la fe: un grupo de hombres conquistados por el Evangelio de Jesucristo y unidos en su nombre, llegando a ser, por esta causa, discípulos y hermanos. Porque en el Evangelio se muestra un Dios que viene y se manifiesta, se revela a los hombres, los llama y los salva.
La Escritura es la referencia instituida de la fe de las comunidades, otra referencia: el mensaje doctrinal de la Iglesia.
La tradición cristiana estima que una Iglesia sin sacramentos, sobre todo, sin bautismo y sin Eucaristia, no sería la Iglesia que quiso Jesucristo. La comunidad es un lugar de celebración.
La Comunidad es la que consagra sus locales y los hace santos por la intención permanente de hacer de ellos sacramentos de su actitud y de sus asambleas, lugares en los que se realice y se exprese la comunión con Dios y la comunión de todos los hombres en Dios.