Comunicar la verdad de la Iglesia sobre la sexualidad en medio de una cultura hostil
Texto completo de la conferencia de John Henry Westen en el quinto Congreso Anual Mundial de Oración por la vida en Roma el 6 de octubre de 2010. El Sr. Westen es el editor en jefe de LifeSiteNews
INTRODUCCIÓN
HOMOSEXUALIDAD
LA
INSTRUCCIÓN DEL VATICANO A LOS OBISPOS PROHÍBE EL SILENCIO
EL EJEMPLO DEL VATICANO
Y DEL PAPA BENEDICTO
PARTIENDO DE UNA PERSPECTIVA
MÉDICA OPONERSE A ACTOS HOMOSEXUALES NO ES OTRA COSA QUE AMAR
LA PERSPECTIVA ESPIRITUAL
LA PERSPECTIVA ESPIRITUAL:
LA
RESPUESTA DE CARA A MUCHOS DEBATES EN LA GUERRA CULTURAL
EL PROCEDIMIENTO
CARITAS IN VERITATE FUNCIONA
EL CAMBIO HA COMENZADO
¿POR QUÉ YO?
CONCLUSIÓN
INTRODUCCIÓN
¿Alguna vez se ha dado cuenta que la guerra cultural casi enteramente enfoca la
sexualidad?
Abortos, uniones homosexuales mal llamados matrimonios, contracepción,
adulterio, pornografía, promiscuidad, educación sexual, divorcio,
homosexualidad, fertilización in vitro, la investigación de células madre
embrionarias, todo esto está relacionado con la sexualidad.
Cuando escuché al filósofo Peter Kreeft pronunciar está apreciación recordé cómo
nos ha advertido Nuestra Señora de Fátima por medio de la beata Jacinta Marto:
"Más almas se van al infierno por los pecados de la carne que por cualquier otra
razón".
Pero ¿por qué?
En su Teología del Cuerpo el Papa Juan Pablo II resaltó que la sagrada unión
entre el hombre y la mujer en matrimonio, la unión conyugal, una imagen
primordial grabada en la humanidad es aquella de las relaciones intertrinitarias
en las cuales según nuestra vocación participaremos plenamente en la vida que ha
de venir. Los santos padres describen a la santísima Trinidad como el Padre ama
plenamente al Hijo y el Hijo ama totalmente al Padre y ese amor total, esa
entrega mutua completa es el Espíritu Santo. La unión conyugal como tal también
es una imagen clave, la de la relación de Cristo con su Iglesia.
Ahora bien, si usted fuera Satanás y su meta fundamental fuera él alejar a la
humanidad del cielo y de Cristo, ¿acaso no sería este el primer objetivo de su
ataque, precisamente el intentar de distorsionar la imagen más altísima, la de
las relaciones trinitarias y la de la relación de Cristo con su Iglesia?
Es por tanto en este campo que tenemos que concentrar muchísimo nuestro esfuerzo
para rescatar las almas y devolverlas a Cristo. Desgraciadamente la forma cómo
hemos comunicado la verdad de la Iglesia sobre la sexualidad, o la forma como
hemos fallado de comunicarla, en gran parte ha favorecido para que se pierdan la
mayoría de los católicos que se han alejado.
¿Dónde hemos perdido la batalla de comunicar la verdad?
Justamente en estos casos tan duros cuando hemos pensado que era prudente o
conveniente o también parte del cuidado pastoral de guardar silencio y de esta
manera apaciguar la cultura prevalente.
En su vasta mayoría obispos y sacerdotes en el occidente ha fallado de presentar
la convicción de la Iglesia en contra la contracepción y en favor de estar
abiertos a la vida, han fallado en presentar la convicción en contra de la
fertilización in vitro y han fallado al no apoyar el respeto al orden de la
procreación como Dios lo ha previsto, han fallado en presentar la doctrina
contra los actos homosexuales y con ello la la enseñanza a favor de la castidad
en medio de fuertes tentaciones, han fallado en dar testimonio en contra de la
falta de modestia y en favor de la guarda de la vista.
¿Y cuál ha sido el resultado de esta falla en la enseñanza? ¿Acaso el silencio
de la Iglesia ha conseguido la paz cultural en esta área? No.
La práctica rampante de la contracepción ha desembocado de manera inevitable en
el holocausto del aborto. La falta de pudor y la total falta de la guarda de la
vista nos ha acercado a una casi universal adicción a la pornografía. La
fertilización in vitro nos ha dado como resultado la investigación de las
células madre de embriones. El aceptar los actos homosexuales ha conducido al
mal llamado matrimonio homosexual y ha conducido en varias naciones a que se
reduzca la libertad de la práctica religiosa.
Tenemos que comenzar con CARITAS IN VERITATE. Esta es la respuesta de Cristo, de
su Madre y de la Iglesia. No es amor el que permite que sus hijos se comporten
mal de manera escandalosa sin corregirlos. Hablando como padre de siete hijos
con cero que muchas veces es más fácil de mirar a propósito en otra dirección y
no tener que darse cuenta del mal comportamiento. Pero por amor los padres deben
corregir a sus hijos y enseñarles disciplina.
De la misma manera a la Iglesia, especialmente sus pastores,-los padres de las
almas,-deben alimentar a su rebaño, deben enseñar las verdades aunque sea
difícil y políticamente vaya contracorriente. Esto es amor verdadero.
Da pena pero es obvio que estamos viviendo en tiempos de los que habla San Pablo
en 2 Timoteo 4 cuando dijo " Porque vendrá un tiempo en que los hombres no
soportarán la doctrina sana, sino que, arrastrados por su propias pasiones, se
harán con un montón de maestros por el prurito de oír novedades". Pero el
apóstol de las gentes ordena estrictamente al obispo Timoteo que cumpla con su
ministerio de evangelizar a pesar de todo.
"Te conjuro en presencia de Dios y de Cristo Jesús que ha de venir a juzgar a
vivos y muertos, por su Manifestación y por su Reino: Proclama la Palabra,
insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y
doctrina".
HOMOSEXUALIDAD
En este momento enfrentémonos con uno de los temas más difíciles de nuestros
días en el área de la sexualidad. Un tema que muchos no quieren debatir,-el tema
de la homosexualidad.
La década pasada ha visto cómo se corroe la concepción tradicional del
matrimonio en muchas naciones especialmente en el occidente pero cada vez más
esta amenaza de la familia se experimenta también en el mundo de los países en
desarrollo.
El así llamado matrimonio homosexual es legal en 10 naciones. Uniones civiles
homosexuales son legales en otros 20 países y el tema está bajo consideración
política en otras 43 naciones más.
Mi país, el Canadá, ha sido una de las primeras naciones en sucumbir en este
aspecto aceptando el así llamado matrimonio homosexual primera mente por orden
de la corte y luego ratificado por la legislación federal en el 2005.
Durante el debate que condujo a que pase esta ley, mi colega de LifeSiteNews
Steve Jalsevac y yo hemos sido invitados a formar parte de la Comisión de
expertos asesores a la conferencia de obispos católicos de Ontario en orden a
debatir de cómo tratar este tema del matrimonio homosexual en público.
Habíamos ofrecido cada día información acerca del tema durante muchos años
nosotros y sabíamos que la lucha para lograr el matrimonio de personas del mismo
sexo tenía muy poco que ver con el matrimonio per se. Los activistas
homosexuales discutían entre ellos mismos la necesidad del matrimonio y la
mayoría no tenían interés en las restricciones que significaba una unión
formalizada en términos del contrato exclusivo.
Sin embargo los líderes entre los activistas convencieron el movimiento que
deberían conseguir el matrimonio como manifestación social de la aprobación del
comportamiento homosexual. Es que a los homosexuales practicantes y también a
todos aquellos involucrados en comportamiento sexual aberrante su conciencia los
incomoda mucho.
Muchos activistas en el ambiente homosexual buscan la aprobación de la sociedad
ya que piensan erróneamente que esto va a calmar la voz de su conciencia. No
buscan solamente tolerancia sino aprobación directa y hasta quieren se prohíba
el disenso. Y encima de eso en las naciones como la mía los que hablaban en
contra de la homosexualidad se ha llegado a ponerles multas y castigos, también
hay un movimiento en auge en favor de una educación homosexual en los colegios y
hasta quieren prevenir que los padres retiren a sus hijos de estas clases.
En una reunión de asesoría con la conferencia episcopal surgió el tema que el
único camino para entrar en ese debate habría que tratarse el tema de la
homosexualidad tanto tiempo ignorado. Habría que enseñar acerca de los actos
homosexuales que eran peligroso para el cuerpo y el alma. Se subrayó que
proceder de otra manera dejaba de enfrentar el corazón del problema.
Una doctora en esta reunión estaba de acuerdo con este proceder a partir de su
conocimiento de riesgos mayores de salud asociados con ese estilo de vida.
Sin embargo se levantaron muchas otras voces especialmente de académicos que
afirmaban que un tal proceder de ninguna manera era apropiado. Y algunos de
estos mismos académicos no aceptaban completamente la doctrina de la Iglesia en
esta materia, sin embargo se les escuchó.
La preocupación central de los obispos del Canadá consistiría, por tanto, en
promover el matrimonio heterosexual y hablar en contra del matrimonio homosexual
sin jamás mencionar el hecho de que los actos homosexuales hacen daño.
Los obispos de esta manera no eran capaces de manifestar su preocupación por
aquellos involucrados en este estilo de vida destructivo.
Cardinal Marc Ouellet, el nuevo prefecto de la Congregación Para los Obispos, al
partir del Canadá a Roma dio una entrevista en la cual expresó sus
preocupaciones de cara a los católicos académicos y "la mentalidad de disenso"
que dominaba entre ellos.
El cardenal reclamaba un "nuevo dinamismo intelectual" para "rescatar el
espíritu del cristianismo" y "crear una nueva cultura cristiana". "Necesitamos
intelectuales para esto, teólogos, filósofos, cristianos que verdaderamente
creen en el Evangelio y aceptan la doctrina de la Iglesia en cuestiones
morales", dijo. "Hemos sufrido esta mentalidad de disenso que "sigue
prevaleciendo entre los académicos", dijo.
LA
INSTRUCCIÓN DEL VATICANO A LOS OBISPOS PROHÍBE EL SILENCIO
El Vaticano prevenía específicamente contra el silencio en cuanto las verdades
concretas de la homosexualidad. El hombre que ahora es nuestro Papa, mientras
era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe emitió una declaración
pública dirigida a los obispos y la Iglesia católica que el SILENCIO respecto a
las enseñanzas de la Iglesia en cuanto al daño espiritual de los actos
homosexuales era en realidad una caridad malentendida que no era ni cuidado ni
pastoral.
En el año 1986 el documento de la CDF con el título "Carta a los obispos y la
Iglesia católica sobre el cuidado pastoral de personas homosexuales" enfatizó la
necesidad de "manifestar claramente que la actividad homosexual es inmoral". La
instrucción a los obispos del mundo sobre la homosexualidad añadía: "Con todo
queremos aclarar que el alejarse de la enseñanza de la Iglesia o su silencio al
respecto a partir de un esfuerzo para proveer cuidado pastoral no es cuidado ni
pastoral. Solamente lo que es verdadero puede ser pastoral en última instancia.
La negligencia respecto a la posición de la Iglesia impide que hombres y mujeres
homosexuales reciban el cuidado que necesitan y que merecen".
EL EJEMPLO DEL
VATICANO Y DEL PAPA BENEDICTO
En 2005, pocas semanas después de la elección del Papa Benedicto XVI, el
cardenal Alfonso López Trujillo que continuaba en su misión de prefecto del
Consejo Pontificio de la Familia emitió una de las declaraciones más fuertes que
se han publicado en la Iglesia defendiendo la familia tradicional.
El cardenal Trujillo dijo que los parlamentos que "abren el camino para
matrimonios de personas del mismo sexo... destruyen paso a paso la institución
de la familia, la herencia más valiosa de los pueblos y de la humanidad". Él
tildó el matrimonio homosexual como "crimen que constituye la destrucción del
mundo". Y hablando de la adopción de niños por parejas homosexuales dijo "eso
destruiría el futuro del niño, sería un acto de violencia moral contra el niño".
Con estas palabras fuertes despertó a muchos de cara a los peligros y el ataque
a nivel mundial contra la familia.
Y es de resaltar que el cardenal explicara que era por amor que la Iglesia
identificaba estos peligros. Amor no solamente para la sociedad en general sino
también para los homosexuales mismos. "Como lo he dicho tantas veces", dijo el
cardenal "las personas homosexuales deben ser respetadas, amadas ayudadas.
Debemos ayudarles a superar su situación... es falso decir que la Iglesia no ama
a estas personas. Ella los ama y desea llevarlos a la salvación eterna".
En un discurso a la curia romana el 22 diciembre 2008 el Papa Benedicto XVI,
valiéndose de la tendencia general en cuanto a la ecología reclamó una "ecología
humana" respetando el orden natural del Creador en cuanto a las relaciones entre
el hombre y la mujer. En un lenguaje muy similar al del cardenal Trujillo el
Santo Padre dijo que la Iglesia debe "proteger al hombre de la autodestrucción".
"Si la Iglesia habla de la naturaleza del ser humano, del hombre y de la mujer,
y reclama que se respete el orden de la creación entonces no se trata de una
metafísica anticuada", dijo. "Lo que entraña aquí es la fe en el Creador y la
disponibilidad de escuchar el lenguaje de la creación. Desechar esto sería la
autodestrucción del hombre mismo y entonces la destrucción de la obra propia de
Dios".
El Papa habló sobre el tema no para ser aplaudido y tampoco como de perpetrando
una vendetta contra los homosexuales. Estaba predicando caritas in veritate,
hablando de la verdad del amor, amor a Dios y su Verdad, amor a la humanidad
como tal pero específicamente el amor para los seres humanos que estaban
haciendo daño a sí mismos con su estilo de vida sexual destructivo.
Por estas observaciones fue atracado por la prensa en general. En miles de
artículos de noticia y talk shows en el mundo entero desde Bulgaria a la india,
el Papa Benedicto fue agredido porque se atrevía a decir que deberíamos
preocuparnos por la humanidad otro tanto como nos preocupamos por la selva
tropical, que el daño causado por ir en contra al del plan del Creador en cuanto
a la sexualidad humana es destructor y dañino.
En la prensa homosexual aparecieron los titulares más ofensivos al respecto; un
titular del Pink News en el Reino Unido decía: "el Papa Benedicto no ha
aprendido nada de su tiempo en la juventud hitleriana" y "la última reacción del
Papa Benedicto justifica ataques y agresiones homofóbicos". Con todo la
cobertura de la prensa general era apenas menos ofensiva.
Un titular del San Francisco Chronicle decía: "El Papa Benedicto y la Navidad:
predicando chovinismo disfrazado de compasión", y el Times of London opinaban:
"Navidad nunca era para eso".
PARTIENDO DE UNA PERSPECTIVA
MÉDICA OPONERSE A ACTOS HOMOSEXUALES NO ES OTRA COSA QUE AMAR
Aparte de muchas revistas médicas que han indicado los peligros implicados en
los actos homosexuales, en algunos momentos también los líderes activistas
homosexuales mismos han admitido estos peligros.
El 17 de febrero 2009 el periódico homosexual más grande XTRA informó sobre un
grupo de activistas homosexuales que exigían que el sistema de cuidado médico de
Canadá preste más atención a la "comunidad homosexual".
Gens Hellquist, uno de los que se quejaban era el director ejecutivo de la
Canadian Rainbow Health Coalition, uno de los más importantes grupos de
activistas homosexuales. Y exponía largamente su preocupación por la situación
de salud de hombres y mujeres homosexuales en el Canadá.
Observó: "Nuestra situación de salud es una de las más pobres en este país...
problemas de salud afectando a homosexuales canadienses incluyen una expectativa
menor de vida que la del canadiense promedio, incluyen suicidios, incluyen mayor
porcentaje de abuso de estupefacientes, incluyen depresión y acceso inadecuado
para el cuidado del SIDA".
Continuó: "Existe todo tipo de problemas de salud que son endémicos en nuestra
comunidad. Tenemos el porcentaje más alto de cáncer anal en la comunidad de
varones homosexuales, las lesbianas sufren el más alto porcentaje de cáncer de
pecho... la realidad aquí es que además las personas homosexuales en ese país
mueren más de suicidio cada año que del SIDA, mueren una muerte temprana más por
estupefacientes que por el SIDA...
Y enérgicamente concluyó: "Ahora podemos casarnos con quien sea y ya no tenemos
batalla alguna al respecto. Muchas muertes que ocurren en nuestra comunidad son
ocultadas, no las vemos. Aquellos que trabajamos en primera línea las vemos y
estoy cansado de ver morir a mi comunidad".
Siendo homosexual y activista no estaba pues buscando a parar este estilo de
vida destructor sino quería que se dediquen más dólares al cuidado de salud en
su comunidad. Sin embargo es un hecho que estas enfermedades y epidemias están
relacionados con el acto homosexual.
Un buen amigo mío, que practicaba antes la homosexualidad y ahora es un
ferviente católico dice respecto a la posición católica de cara a la sexualidad:
"Yo no pienso que la actitud actual de la Iglesia católica es abusiva, pienso
que es amorosa. Un padre amoroso algunas veces tiene que decir al niño que no
juegue en un vecindario malo. El niño puede sentirse ofendido y manifestar a sus
amigos que sus padres son malos. Quizás el niño va a la escuela y cuenta a los
maestros y al director que sus padres eran abusivos... los padres con tristeza
aceptan esta ira, este juicio y las llamadas amenazadoras de los maestros y del
director. Sin embargo los padres tienen que mantenerse firmes porque aman a sus
hijos y quieren proteger a sus hijos de los peligros de un vecindario malo. A
veces ser un buen padre significa ser odiado por sus hijos que reclaman cosas
que no son seguras".
"Igual que el niño en el ejemplo anterior algunas personas en la comunidad
homosexual piensan que la Iglesia católica no ha sido justa con su posición
frente a la sexualidad homosexual y se han quejado enérgica y públicamente. La
Iglesia ha sido apaleada maléficamente por la prensa, los políticos y las
Cortes. Igual que los padres en el ejemplo anterior la Iglesia católica tiene
que mantenerse firme y aceptar el sufrimiento y el daño de esta mala prensa en
orden a proteger las almas de los cristianos que escuchan y obedecen a la
enseñanza de la Iglesia. Es precisamente porque la Iglesia católica ama a las
personas homosexuales (y a todas las personas) que previene contra la práctica
homosexual".
LA PERSPECTIVA ESPIRITUAL
A veces enseño a mis hijos y a los grupos juveniles que dirijo acerca del
sentido de la vida. Con un ejemplo visual explico acerca de las realidades
eternas. Apuntando con un brazo hacia arriba sugiero a los niños que se imaginen
que existe una línea partiendo de este mi hombro extendiéndose arriba hacia el
techo y más allá más allá del cielo, de las estrellas y así y así sin parar.
Luego enseñando con mi brazo hacia abajo les pregunto imaginarse que existe otra
línea que desciende más allá del suelo y de la tierra y del otro lado de la
tierra y así y así sin parar. Las dos líneas infinitas, así explico, comienzan
con un punto de tan pequeño que en comparación con las líneas es casi invisible,
tan pequeño como lo es el grosor de una página de papel.
En este puntito, este pequeñísimo grosor, ese es el tamaño de nuestra vida, así
explico, aunque viviéramos 100 años. Durante nuestras vidas durante este tiempo
pequeñísimo, tenemos que decidir dónde queremos pasar toda la eternidad. Visto a
la luz de las realidades eternas el objetivo de la vida se hace más claro. Mucho
más allá de nuestras consideraciones, la vida no es nada más que decidir dónde
queremos pasar la eternidad, en el cielo o en el infierno.
Yo sé que esto es algo que muy pocas veces escuchamos hoy en día. El hecho de
que pocas veces escuchamos esta verdad la manifestó también el Papa Benedicto en
marzo de 2007. Dijo: "Jesús vino para decirnos que nos quiere a todos tener en
el cielo y que existe el infierno, de lo cual se habla tan poco en estos días, y
es eterno para aquellos que cierran el corazón a su amor". Con una realidad tan
impactante "¿acaso no es un acto de verdadero amor querer prevenir a aquellos
que se entregan a actos homosexuales o cualquier otra aberración sexual de que
están poniendo en peligro su vida eterna?"
"¿Y qué decir si Nuestra Señora de Fátima tuviera razón que más almas van al
infierno por pecados de impureza que por cualquier otro pecado?".
Un bosquejo fascinante de esta realidad lo presentó en 2008 un famoso
anticatólico y artista llamado Penn Jillette que conduce un show de televisión
muy popular en a Norteamérica llamado 'Penn & Teller', Mr Jillette dijo estas
palabras potentes:
"Si usted cree que existe un cielo y hay un infierno y que la gente podría ir al
infierno y no alcanzar la vida eterna o lo que sea, y usted piensa que no vale
realmente la pena informarle es sobre esto esto porque es muy incómodo ante la
sociedad... ¿cuánto tiene usted que odiar a alguien para no querer convertirlo?
¿Cuánto deberá usted odiar a alguien cuando cree que la vida eterna es posible
para no contarle esto?"
Estas palabras de un enemigo de la Iglesia sirven como un reproche a todos
aquellos católicos y líderes cristianos que por miedo a encontrarse
políticamente a contracorriente porque así se pierde el respeto de los demás, y
entonces permanecen silenciosos frente al peligro de una sexualidad fuera del
designio de Dios.
LA PERSPECTIVA ESPIRITUAL:
LA RESPUESTA DE CARA A MUCHOS DEBATES EN LA GUERRA CULTURAL
Por favor perdonen ahora una digresión importante.
Esta perspectiva espiritual, el amor por la almas que busca salvar a los
católicos alejados a pesar de no acomodarse a la política general, a pesar la
pérdida del respeto humano y a pesar de la incomodidad que entraña, esta-es la
respuesta a algunos de los debates más decisivos en la jerarquía de nuestros
días. Reconocer las consecuencias externas de denuestos actos definitivamente
pondría fin al amplio disenso entre obispos respecto a la recepción de la santa
comunión de parte de políticos que están a favor del aborto.
En América del Norte y Europa solamente una pequeña minoría de obispos ha estado
de acuerdo de seguir la sugerencia del Vaticano, del Santo Padre, de tomar la
difícil pero necesaria decisión de negar la santa comunión a políticos
recalcitrantes. La inmensa mayoría decidió ignorar esta materia de la verdad y
algunos dicen públicamente que nunca negarían la santa comunión a nadie.
Sin embargo es la verdad que los que rechazan la corrección de sus hijos
espirituales alejados no negándoles la comunión carecen de amor, están fallando
en el cuidado pastoral.
El arzobispo de la capital canadiense de Ottawa me explicó una vez durante una
entrevista que el negar la santa comunión a políticos a favor del aborto es un
acto de amor a los políticos católicos, un acto para rescatar al político para
la verdad.
El arzobispo Terrence Prendergast dijo: "La preocupación de la Iglesia vale para
cualquiera que persiste en el pecado grave, esperando que medidas medicinales
los rescate de su sendero equivocado y los lleven hacia la verdad de nuestra
fe". Dijo que se utilizan los "remedios medicinales" tal como "negación de la
comunión" para invitarles a que vuelvan al camino de Cristo, nuestro Señor, el
Camino, la Verdad y la Vida".
Esta perspectiva la repitió su eminencia, el cardenal Antonio Canizares Llovera
durante una entrevista que gentilmente concedió a LifeSiteNews. El cardenal
Canizares explicó que el principio guía para los obispos que consideran negar la
comunión a políticos a favor del aborto en sus diócesis, debería ser "caritas in
veritate", es decir, "caridad en la verdad".
El cardenal Cañizares explicó que de acuerdo a la doctrina católica aquellos que
insisten en recibir la santa comunión en estado de pecado mortal están en un
grave peligro espiritual y subrayó que el negar la comunión es una acción en
favor de la salvación espiritual de esas personas.
Dijo: "Pienso que las palabras más contundentes se encuentran en San Pablo:
alguien que recibe la eucaristía y no está preparado debidamente "come su propia
condenación". Esto es lo más fuerte que podemos decir y a la vez es una
enseñanza totalmente cierta".
Desde los primeros días de la Iglesia el recibir la santa comunión indignamente
estaba prohibido, prohibido a partir de la preocupación por aquellos que harían
así una comunión indigna. San Pablo en el capítulo 11 de la primera carta los
Corintios escribió: " Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor
indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues,
cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin
discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1Co 11:27 29).
Las observaciones del cardenal Cañizares hacen eco a las el arzobispo Raymond
Burke, prefecto de la Signatura Apostólica. Durante la campaña presidencial del
año 2004, siendo entonces arzobispo de San Luis, explicó al candidato demócrata,
al senador John Kerry, que mientras se consideraba católico y al mismo tiempo
mantenía una aprobación del ciento por ciento entre los defensores del aborto
más importantes del país, eso era una razón que no podría recibir la comunión en
la diócesis de San Luis.
En una entrevista reciente el arzobispo Burke dijo a LifeSiteNews que el
persistir de los políticos en lo que enseña la Iglesia es "pecado grave" que se
les debe negar la comunión y eso por amor a sus almas. "Cuando conversamos con
estas personas, ellas lo saben", dijo. "Ellos saben que lo que están haciendo
está muy mal. Tienen que responder ante Dios por ello. Pero ¿por qué entonces a
través de nuestro descuido pastoral aumentar aún los pecados por las que tienen
que responder ante Dios por quien sabe cuántas y muchas comuniones sacrílegas".
Pero volvamos al tema de la sexualidad
EL PROCEDIMIENTO
CARITAS IN VERITATE FUNCIONA
El procedimiento CARITAS IN VERITATE funciona. Ha sido probado y ha tenido éxito
para cientos de católicos, hombres y mujeres, que luchan con éxito contra las
tentaciones del acto homosexual. El grupo Coraje fundado por el padre John
Harvey no tiene miedo de la verdad referente a los actos homosexuales de que son
actos de grave perversión y tampoco esconden la verdad respecto a la naturaleza
desordenada de las tendencias homosexuales.
Sin embargo el grupo con amor auténtico provee un ambiente caluroso y amoroso
donde hombres y mujeres que luchan con el mismo problema pueden reunirse,
animarse y apoyarse mutuamente en vivir la castidad.
Es un ejemplo hermoso de la victoria de Cristo también de cara a grandes
combates y tentaciones. Estos hombres y estas mujeres que luchan para vivir la
castidad en esta área, dan ejemplo para aquellos de nosotros que luchamos con
tentaciones sexuales de cualquier tipo.
Además, este procedimiento aparece como auténtico también a aquellos fuera de la
Iglesia que se acercan. La falsedad y la hipocresía en cuanto al matrimonio
homosexual son desautorizadas por aquellos que recomiendan la unión civil y no
un matrimonio para vivir al estilo de vida homosexual.
Pero también hay una actitud consistente cuando se habla del peligro de actos
homosexuales y por eso hay que oponerse al matrimonio homosexual en lo que se
refiere a la aprobación de la sociedad de estos actos peligrosos.
Hace años durante el conflicto canadiense que culminó con la legislación del
matrimonio homosexual, yo era conductor de un programa semanal de la radio donde
podían llamar y se mostraba que el tema se debatía profundamente. Recuerdo
debatiendo el tema frecuentemente con un abogado que persistentemente estaba a
favor del matrimonio homosexual.
Durante un período de meses discutíamos por horas acerca del matrimonio y su
beneficio para la sociedad, su necesidad para los niños, pero siempre volvía con
argumentos en contra. "¿Cómo puede él matrimonio homosexual afectarle el
matrimonio de usted?" Solía decía frecuentemente.
Finalmente un día le explicaba que el cristianismo no comenta la discriminación
y el prejuicio, no se trata de juzgar y condenar, no se trata de odio y de
intolerancia, se trata del amor a Dios y del amor al prójimo y a toda la
humanidad.
Me preocupo bastante por mis hermanos y mis hermanas homosexuales, le dije, como
para advertirles que la sexualidad homosexual hace daño a los que están
involucrados en tales actividades. Los médicos han indicado el daño físico que
causa y los psicólogos han explicado el daño emocional y psicológico que resulta
de este comportamiento sexual.
Le dije que no era fácil para mí decir estas cosas públicamente, y que no era
popular. Me di cuenta que de hecho era un riesgo en Canadá puesto que varios
cristianos han sido multados y llevados a la corte por expresar objetivamente su
oposición a la homosexualidad.
Sin embargo, le dije, que estaba dispuesto a arriesgar mi libertad por amor a
estos hermanos y a estas hermanas homosexuales.
Al escuchar esto el abogado hablador guardó silencio. En la radio el silencio
puede ser extraño ya que la gente comienza a preguntarse si han perdido la
sintonía de la estación. Cuando finalmente habló de nuevo dijo: "Espero que toda
la Iglesia actúe a partir de esta perspectiva altruista".
Esta observación me ha acompañado por muchos años. No, no se convirtió en ese
momento. Sin embargo vi que la posición que yo había presentado, la de la
Iglesia, provenía del amor. Fue un avance, un avance que hay que compartirlo con
el mundo entero a través de las voces valientes de los pastores de Cristo.
EL CAMBIO HA COMENZADO
Todos tenemos que fomentar esto comenzando los pastores.
Algunos obispos en occidente han dado comienzo a ello. Hace menos de dos meses
en los Estados Unidos el obispo Thomas Olmsted de Phoenix siguió el ejemplo del
Papa Benedicto al enfrentar este problema con amor en la verdad - Caritas in
Veritate.
" Amor y verdad vienen tomados de la mano", dijo. "Cualquiera que experimenta el
amor verdadero sabe esto y queremos que aquellos a quienes amamos conozcan la
verdad. Como católicos queremos realmente amar a la gente y no de manera tibia
que no da importancia a los peligros en la vida de una persona o solamente
motivados por la superficial preocupación de estar en onda políticamente. Nunca
necesitamos preocuparnos de pensar que decir la verdad clara y caritativamente
es una violación del amor.
Añadió el obispo: "Tanto la enseñanza de la Iglesia como el estudio de la
realidad, la ley de la naturaleza, muestran que la homosexualidad es un desorden
real, es decir, no corresponde a la realidad diferenciada que Dios le ha dado a
la sexualidad humana. Por eso el condonar el estilo de vida homosexual jamás
será un intento a favor de la verdadera felicidad de una persona.
¿POR QUÉ YO?
Tiene usted el derecho de preguntar quién soy yo aquí, un simple laico, para que
les diga a los obispos y a los sacerdotes lo que tienen que hacer.
No les digo lo que tienen que hacer. Les suplico que hagan lo que es correcto
tal como lo enseña el Santo Padre.
Como padre de siete niños pequeños les estoy suplicando y lo hago por amor a
estos pequeños.
Además yo mismo soy un convertido de una adicción a una sexualidad aberrante. Mi
cruz no fue la homosexualidad sino la pornografía. Yo estaba del otro bando
viviendo una vida lejos de la Iglesia y por muchos años.
Estoy agradecido que no me encontré con nadie que me dijo que estaba bien lo que
hacía. Mi difunto padre era un católico fiel y devoto y asistía diariamente a
misa y no dejaba pasar un día sin rezar el rosario. También cuando yo era
todavía un niño me decía: "Preferiría verte muerto ahora que verte caer en una
vida de pecado".
Se burlaban de este hombre por su fe "extrema" tanto sus colegas como sus amigos
y hasta su familia. Yo de mi parte me burlaba también de él. Recuerdo una vez
que regresaba a mi casa de un baile a las tres de la madrugada lo encontré a mi
padre arrodillado en oración al lado de la cama, sin duda rezando por su hijo
díscolo. A veces lo encontraba arrodillado pero inclinado sobre la cama
habiéndose quedado dormido mientras oraba. "Viejo tonto", recuerdo que decía a
mí mismo.
Durante siete años dejé de practicar mi fe e intentaba calmar los remordimientos
de mi conciencia con la idea de que Dios no existía. Estuve en peligro de perder
mi enamorada, mi educación y hasta mi libertad ya que tenía problemas con la
ley.
No tenía a nadie en quien apoyarme sino en Dios. Abrí un libro que mi padre me
había regalado cuando comencé a alejarme: La Verdadera Devoción de San Luis de
Monfort. De este libro aprendí que seguir a Cristo significaba entregar toda mi
vida a él sin reserva, y no solamente los domingos en la mañana. Significaba un
cambio total y entonces mi crisis de fe me apabulló.
Me había convencido a mi mismo que Dios no existía y entonces ¿cómo podría ahora
entregar mi vida a algo que era imaginario?
Puse el libro debajo del brazo y decidí hablar con mi padre acerca del problema.
En ese momento de mi vida estaba yo tan confundido que sabía solamente una cosa
como cierta: que mi padre me amaba. Había soportado tanto sufrimiento a causa
mía y a pesar de ello se había mantenido firme en su preocupación y su amor por
mí, nunca dejando de advertirme de que mi vida eterna estaba en peligro, siempre
exhortándome con amor.
Le iba a decir: "Papá, la única cosa que sé es que tú me amas y por eso yo
quiero que me digas la verdad. He leído el libro La Verdadera Devoción que me
diste y dice que entregue toda mi vida y no quiero hacerlo a no ser que sea
verdad"
Mentalmente preparaba este pequeño discurso cuando fui a ver a mi padre. Cuando
llegué donde él y lo miraba era su vida la que me habla. He aquí un hombre
ridiculizado la mayor parte de su vida por vivir su fe. Sus colegas se burlaban
de él, sus amigos solían mortificarlo, su familia sentía vergüenza a causa de él
y a veces yo también fui cruel con él por vivir su fe.
Fue ante todo esto, la perseverancia en medio de toda esta persecución, una
perseverancia alegre la que venció mi falta de fe en Dios que me había creado en
mí mismo; eso fue lo que echó por tierra mis dudas. Obviamente Dios era real, su
camino era la verdad. Y a partir de ese momento en adelante viviría para Cristo.
Nunca le hice esta pregunta a mi papá. Todo se me aclaró con sólo mirarlo en ese
día.
De hecho nunca se lo conté hasta muchos años más después. Era su vida la que me
hablaba, especialmente la persecución y la burla que recibió por ser fiel, por
decir estas verdades socialmente incómodas respecto a las consecuencias eternas
del pecado, por amarme y decirme la verdad también cuando me burlaba de él.
CONCLUSIÓN
Por eso suplico a ustedes los buenos sacerdotes y a los obispos que proclamen
con convicción y amor las verdades de Cristo especialmente en las dimensiones
difíciles de la sexualidad humana. Serán criticados por ello, pero ustedes deben
confiar en Dios que proveerá que la verdad será bien recibida. Quizás algunos
igual que yo observan la persecución que ustedes pacientemente soportan nunca
desviándose y de esta manera se convencerán.
El nuevo prefecto para la Congregación de los Obispos dijo en una entrevista
cuando se preparó para partir de mi tierra del Canadá, que los obispos
"necesitan desempeñar un discernimiento espiritual y no solamente hacer un
cálculo político respecto a la posibilidad cómo el mensaje será recibido".
"Tenemos que atrevernos a hablar al corazón profundo del hombre donde el
Espíritu toca a la gente mucho más allá de lo que podemos calcular", dijo.
El amor reclama esto y el futuro del cristianismo depende de ello.
¿Cómo es posible pueda atreverme a decir que el futuro del cristianismo depende
de ello? Nosotros sabemos que Cristo estará con su Iglesia hasta el fin de los
tiempos. Sin embargo particularmente en este combate de la homosexualidad un
tiempo de persecución se está acercando.
Nuevamente, esto no es mi pronóstico sino el del Santo Padre Papa Benedicto XVI.
En un discurso pronunciado sólo 18 días antes de su elección al pontificado y un
día antes de la muerte del Papa Juan Pablo II el entonces cardenal Joseph
Ratzinger dijo: "Muy pronto ya no será posible decir que la homosexualidad tal
como lo enseña la Iglesia católica es un desorden objetivo en la estructura de
la existencia humana".
Si, puede venir dentro de breve tiempo cuando se nos prohíba de manifestar las
verdades de la Iglesia. ¿Tendremos entonces el coraje de proclamar la verdad de
Cristo aún ante la posibilidad de perder nuestra libertad o quizás también
derramando nuestra sangre?
Si ahora elegimos el silencio por causa de las presiones culturales, por respeto
humano y por cálculos políticos, "¿cómo podemos imaginarnos que cuando se
incrementan los sanciones que incluyen prisión, tormenta y muerte seamos capaces
de hablar la verdad de Cristo en los tiempos que han de venir?