Notas aclaratorias a "Fuego amigo sobre Benedicto XVI, por culpa de un preservativo"
cortesía: chiesa.espressonline.it
JOSEPH
FESSIO: "NO CRITICO AL SANTO PADRE, LO DEFIENDO"
Estimado Sandro,
Usted sabe cuánto aprecio su pensamiento y sus escritos. No espero ningún
tratamiento especial por esto. Pero me desagrada mucho que usted me haya
puesto junto a los que critican al Santo Padre. Lo que sucede es lo
contrario. Yo defiendo al Santo Padre, no sólo porque soy jesuita y esto es
lo que se espera de nosotros, sino porque estoy convencido que el Santo
Padre dice lo justo. Critico justamente a los que han malinterpretado o
entendido mal lo que ha dicho Benedicto XVI, incluido usted.
Bajo el título de "Fuego amigo sobre Benedicto XVI", mi nombre es el primero
citado en el resumen que está a comienzos del artículo. Sandro, quisiera que
usted publique una rectificación.
Permítame explicar algo. No pienso que lo que el Papa ha escrito realmente,
lo que él ha aprobado en la nota de Lombardi publicada el domingo, o también
lo que él le ha dicho personalmente a Lombardi, sean de apoyo a las
posiciones de Rhonheimer. Obviamente, ya hay un equívoco en el hecho que
Rhonheimer y, a por lo que parece, usted, piensen que todo esto sustenta sus
posiciones. Esto no significa que cuando yo critico vuestras posiciones
estoy criticando al Papa. Usted hace referencia, en el resumen del título, a
las "aperturas del Papa al uso del profiláctico", pero ésta es su –
discutible – interpretación. El Papa ha definido claramente como inmoral el
uso del preservativo. Decir que un acto malvado puede ser acompañado, en
parte, por una buena intención, no significa una "apertura" al acto malvado.
Pero lo que me importa decir aquí es que "no" critico lo que el Papa ha
dicho, ni la autorizada nota de Lombardi; no critico las "aperturas del Papa
al uso del profiláctico". Sin embargo, esto es lo que usted dice en el
resumen del título, y ello es falso e injusto. Por eso le ruego que se
rectifique.
Más adelante hay también otro error serio. Usted habla de dos inexactitudes
en la traducción ("una prostituta" y "justificados"), luego dice que "pero
se sabe que la primera y la segunda inexactitud de la versión del libro no
han sido consideradas por el autor, es decir, por Benedicto XV, lesivas de
su razonamiento". Esto no es cierto. Es sólo sobre la primera inexactitud
que se ha pronunciado el Papa. El razonamiento del Papa sigue siendo el
mismo también en relación a las prostitutas femeninas. De todos modos,
"justificado" en su primer significado quiere decir aquí algo "moralmente"
justificado. Pero el Papa ha dicho que tal comportamiento "no es una...
solución moral".
Otro error se refiere a lo que he dicho antes. Usted justifica sus
posiciones respecto a esos sacerdotes que "admiten pacíficamente el uso del
preservativo" diciendo que es lo "mismo" que aparece en la nota del padre
Lombardi publicada el domingo. Pero esto no es así. La nota de Lombardi se
refiere a lo que ha escrito Benedicto XVI. Pero su observación remite a una
"interpretación" – a mi juicio errónea – de lo que ha escrito el Papa. Pero
el Papa nunca "ha admitido el uso del preservativo", tanto en lo que ha
escrito él como en lo que ha escrito el padre Lombardi. El Papa sólo ha
dicho que el uso inmoral (que jamás puede ser admitido o consentido) puede
estar acompañado por una buena intención (aquí asumo "admitir" no en el
sentido banal de reconocimiento de algo que se comprende, sino como
aprobación).
Dejo de lado otros importantes puntos de discusión, en particular que "...
la licitud del uso del preservativo, en casos como éste, es pacíficamente
enseñado desde hace años...".
Sandro, usted es siempre mi vaticanista preferido. Pero también Homero
dormita.
Con aprecio,
Padre Joseph Fessio, S.J.
1 de diciembre de 2010
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CHRISTINE VOLLMER: "EL ERROR NO ES DEL PAPA, SINO DE QUIEN LO HA
TRAICIONADO"
Apreciado Sr. Magister,
Como una lectora que lo admira mucho, me dio pena ver que entre tantas
correspondencias serias que he tenido sobre la confusión que ha suscitado la
precipitada presentación del libro del Papa, usted me haya citado en un
comentario muy casual, y no formal.
Sí, me parece que es una lástima que el tema de las aberraciones sexuales,
(contra cuales, con otros pecados y crímenes, lucha la Iglesia y el Santo
Padre como su jefe supremo, desde todos los siglos), hoy día tengan que
dominar las noticias.
Nuestro Santo Padre tiene una riqueza inagotable de formas de expresar la
Buena Nueva del Evangelio, y la expresa a diario. Es una pena que lo único
que parece salir a la prensa en general es lo que tiene que ver con el sexo
aberrante.
En esta ocasión, ha sido una traición a nuestro gran Papa, y así lo he dicho
a quien me haya preguntado, la presentación prematura, sin preparación ni
explicación, a la prensa internacional de aquellas pocas frases de "Lux
mundi" sobre el condón. Que esos párrafos hayan sido además en una
mala y traicionera traducción, refuerza esa traición.
El mundo Católico está en ascuas, tanto por la confusión creada como por la
evidente deslealtad al Magisterio que ha demostrado esta forma indelicada y
ambigua de manejar un tema tan minado de peligros para la interpretación
correcta de las enseñanzas de "Veritatis splendor", "Casti connubii",
"Humanae vitae" y otras.
En falta evidentemente no es el Papa, quien ha escrito con gran delicadeza y
sutileza, sino los directores de "L'Osservatore Romano" y la Sala Stampa,
quienes, como usted bien ha recordado, crearon la desinformación acerca de
la licitud de abortar en el caso Recife el año pasado.
Si fuera posible rectificar la impresión que ha dado de mi posición, se lo
agradecería,
Atentamente,
Christine de Marcellus Vollmer
Presidente Alianza para la Familia
Caracas, Venezuela
Miembro de la Pontificia Academia para la Vida
1 de diciembre de 2010
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STEVEN LONG: "LAS PALABRAS AUTÉNTICAS DEL PAPA VALEN MÁS QUE LAS DE
UN PROFESOR"
Amable señor Magister,
sigo sus escritos con atención, lo aprecio y muchas veces me instruyo con
ellos. Pero a la vez me mantengo crítico sobre la forma en que usted ha
tratado la reciente cuestión respecto al uso del preservativo, me importa
decir que he considerado mi intervención no como un ataque a los comentarios
del Santo Padre, sino como una explicación y una defensa de sus palabras.
Es verdad que he expresado reservas respecto a la prudencia de su intento de
comunicar una materia tan difícil a través de una entrevista periodística,
como también respecto a la claridad de sus palabras para una platea mundial
no totalmente equipada – así me ha parecido – como para recoger sus
palabras. Pero por más impreciso que pueda ser en mis afirmaciones, lo que
he pensado hacer es al menos defender las "ipsissima verba" de la enseñanza
que el Santo Padre ha expresado en esa entrevista. Es por eso que me duele
ser considerado alguien que ataca al Santo Padre, que no es lo que quiero
hacer, tanto más en cuanto considero el comentario que he provisto como la
entrega de una fiel defensa de su enseñanza, como expreso en la entrevista.
Puedo entonces equivocarme en la comprensión, pero por lo menos he tenido la
intención de explicar y defender las consideraciones del Papa.
Dado que usted es un periodista que está muy dispuesto a informar las cosas
con exactitud, quiero comunicarle lo siguiente. Ciertamente, mi intención no
era desalentar a la gente para que no leyera sus artículos, o hacerla
desconfiada respecto a ellos, sino que es más que nada mi diferencia en el
juicio moral respecto a la naturaleza del análisis del padre Rhonheimer lo
que me ha impulsado a criticar su modo de tratar el caso de los cónyuges
afectados por el SIDA y el uso del preservativo. Es un tema complejo, y el
padre Rhonheimer lo ha analizado a fondo, al igual que lo han hecho sus
críticos, entre los cuales pienso ser contado, si bien he ingresado en la
discusión inicialmente con gran reticencia. Pero no creo que sea realmente
correcto sostener que es enseñanza ordinaria de la Iglesia que los cónyuges
afectados por el SIDA puedan usar el preservativo. No hay ninguna enseñanza
del Magisterio sobre este punto, y la aprobación de un profesor en
particular no nos autoriza a inferir esto, especialmente cuando es claro que
lo que se busca es un cambio total de la comprensión de lo "directo" e
"indirecto" que prevalece en la teología moral.
Ciertamente, ésta es una materia enorme y compleja, con su historia, y estoy
seguro que usted hará lo mejor al tratar de delinear sus alcances y sus
desarrollos en los artículos que elabora, que como siempre seguiré con gran
interés.
Disculpándome por haberme agregado a lo que debe ser uno de los correos
electrónicos con más intercambio epistolar en el mundo, le agradezco y le
ofrezco mis mejores saludos y augurios.
Sinceramente suyo,
Prof. Steven Long
Department of Theology, Ave Maria University
Florida, U.S.A.
2 de diciembre de 2010