Manual de instrucciones para ser católico en la era de Facebook
Entrevista con el especialista Guillaume Anselin
Jesús Colina Zenit.org
La verdad y la autenticidad son el programa y el manual de instrucciones que
ofrece Benedicto XVI a los cristianos presentes en Internet y las redes
sociales, explica Guillaume Anselin, especialista de comunicación de marcas
e instituciones.
En esta entrevista, Anselin, quien ha trabajado en puestos de dirección de
algunos de los grupos de comunicación más importantes como McCann Erickson,
Ogilvy y Publicis, comenta con ZENIT el mensaje que el Papa ha enviado con
motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
--"Las nuevas tecnologías no modifican sólo el modo de comunicar,
sino la comunicación en sí misma", afirma Benedicto XVI. ¿Nos encontramos
ante una post-cultura?
--Guillaume Anselin: El Santo Padre constata que "nace un nuevo modo de
aprender y de pensar, así como nuevas oportunidades para establecer
relaciones y construir lazos de comunión". De este modo no sólo hace
referencia al canal Internet, sino a una nueva "era digital", signo de una
nueva cultura en la que ya hemos entrado.
La era digital es una sociedad de "todo-comunicación", conectada en
permanencia, en la que se redefine la relación individual con el mundo, con
los demás, y la manera de consumir o producir información. En esta era
"digital", la información circula prioritariamente a través de "círculos
sociales", con el riesgo de dar más crédito a los que están más extendidos
("popularizados" por los "amigos" reales o virtuales) que a las fuentes
oficiales. El peligro consiste evidentemente en una visión deformada de la
realidad.
Supone, además, la abolición de las fronteras y distancias, una cultura de
la imagen más que de la escritura, una sociedad "conversacional", en la que
el contenido es el objeto mismo de la conversación a gran escala.
Es un fenómeno cultural inédito y reciente: social, mediático, de
información inmediata que no deja tiempo para respirar, con sus comunidades
de interés, y unos dos mil millones de personas conectadas en todo el mundo.
Basta recordar que hace seis años Facebook, YouTube, Twitter, tan presentes
en nuestra vida diaria, no existían.
En el caso de los países de cultura mediática intensa podemos hablar
efectivamente de post-cultura, en el sentido de un giro hacia una "sociedad
digital".
--"Los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación con
todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de
quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la
vida", explica el Papa. ¿Cuáles son los riesgos y desafíos?
--Guillaume Anselin: La era digital implica evidentemente a un salto
generacional. La televisión de nuestros padres ya no es la de hoy. Con la
llegada del "todo multimedia" se da una intensa migración de públicos
jóvenes al mundo digital (Internet, móviles...). Mañana habrá generaciones
enteras que habrán conocido desde siempre Facebook como principal canal de
proximidad para informarse, hablar o encontrarse.
Internet ejerce una fascinación: nos encontramos con un medio personal en el
que puedo construirme la identidad que quiero, medirme con los demás, estar
"conectado" y hablar de lo que quiero con quien quiero. Un lugar en el que
puedo crear algo, sumergirme en universos preexistentes, jugar, escuchar
música, ver vídeos, leer...
Se percibe Internet como el "último mundo libre", democrático, pues permite
la expresión de todas las opiniones minoritarias, sin obligaciones ni
consecuencias... y en aparente seguridad para quien lo utiliza.
El peligro, como explica el Papa, es el de la convivencia de dos
identidades, una digital (un avatar de sí mismo) y otra real, así como dos
vidas paralelas: una real y contingente y la otra virtual y fácil, aunque
también sumamente real, pues ocupa una parte importante de mis días.
El desafío es la construcción de la persona, su unidad de vida, y la
formación de la conciencia, gracias a una utilización equilibrada de
Internet en lo que tiene de mejor: un maravilloso instrumento práctico y
lúdico, cuando sabemos utilizarlo. Pues encontrar una información en
Internet no significa siempre encontrar una solución.
--"Existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo
digital", afirma el Papa, quien llama al cristiano a "dar testimonio
coherente" del Evangelio en la era digital. ¿Cómo responder a esta
invitación del Papa?
--Guillaume Anselin: El Papa nos ofrece un programa y un manual de
instrucciones muy claro: la verdad y la autenticidad. ¡En cuestión de
estrategia de comunicación no podría hacer una propuesta mejor ! Es un
aliento a comprometerse sin tener miedo y con lucidez. Podemos quedarnos con
tres aspectos importantes para el comunicador cristiano.
1. En primer lugar, la verdad ante todo, pues en materia de fe nosotros, los
cristianos, no tenemos nada mejor que ofrecer en respuesta a esa sed
inscrita en el corazón de los hombres. En una época cada vez más saturada de
información, esto quiere decir estar presente y dar razones: fuentes fiables
de la doctrina (visibles, con un lenguaje accesible), y testimoniar con
sencillez aquello en lo que creemos y la manera en que lo vivimos, con los
medios a nuestra disposición (la información, la narración, los vídeos, los
foros, los blogs... etc.
Implica también restablecer un equilibrio en el ecosistema digital, y dar a
los jóvenes dos elementos esenciales: el derecho a saber y a elegir. Ser
"cooperatores Veritatis" [colaboradores de la Verdad, eslogan de Benedicto
XVI ndr.] para anunciar el Evangelio, y favorecer un encuentro personal con
Jesús que es el Camino, la Verdad y la Vida.
En otras palabras: no estar decididamente presente en el continente digital
es una contra-verdad. Es un deber de justicia y un servicio a la caridad en
un mundo en aceleración, en el que con frecuencia se trata de borrar la
dimensión espiritual y el valor del mensaje cristiano.
2. Para lograrlo, el Santo Padre nos ofrece el manual de instrucciones: hay
que ser auténtico..., con coherencia, con constancia, para entrar en diálogo
con el Otro. Ser uno mismo, sin ceder para nada en lo fundamental, con una
escucha activa para hacerse todo a todos.
Como nos ha dicho en varias ocasiones Benedicto XVI, el estilo cristiano no
trata de gustar, corriendo el riesgo de desvirtuar aquello que hemos
recibido. Nuestra comunicación es afirmación alegre, positiva... y delicada.
Es también coherente, a tiempo y a destiempo. Es social, pues se integra en
las culturas de nuestro tiempo. Es evangelización para tocar los corazones y
las inteligencias. Es unidad para apoyar a todas las realidades pastorales y
eclesiales.
Pero el Santo Padre nos alerta también ante la tentación del "todo digital",
pues las tecnologías deben permitir el acercamiento a una práctica de fe,
vivida en nuestras comunidades cristianas, en Iglesia.
3. La verdad, por último, merece una nueva actitud. Por este motivo,
Benedicto XVI concluye invitándonos a una "creatividad responsable" y a un
sentido de "escrupulosa profesionalidad". Hacen falta particulares
competencias, pues Internet exige hoy una actitud totalmente profesional y
medios adecuados. Tenemos que edificar las catedrales del saber, los atrios
y las ágoras del continente digital... formado de bulevares y plazas, pero
también de rincones en los que se pierden las personas.
--"Mantener vivas las cuestiones eternas sobre el hombre". Como dice
Benedicto XVI, la búsqueda de sentido y respuestas sobre la fe y la vida es
intensa entre nuestros contemporáneos. ¿Qué ofrece en este sentido el
continente digital?
--Guillaume Anselin: La oferta es diversificada pero también sumamente
fragmentada. A muchas iniciativas les cuesta encontrar su audiencia por
falta de recursos, de oferta editorial, o porque les es difícil ir más allá
de los públicos tradicionales. Para entrar en una web católica hay que
serlo, al menos un poco...
La fuerza de los grandes proyectos en Internet es su dimensión claramente
multimedial y una inteligencia conectiva, a partir de una necesidad
claramente identificada. En el campo de la fe, faltan iniciativas en las
que, más allá de publicar noticias de actualidad, se ofrezcan respuestas
sencillas en los formatos más variados a las cuestiones que se plantean las
personas sobre la fe, la vida y la sociedad.
Tenemos que responder a esta cuestión eterna del hombre, su deseo de
trascendencia, con proyectos grandes, interactivos, que transmitan lo que
hemos recibido.
Responder al "por qué" y al "cómo" con creatividad, modernidad, y apoyar el
trabajo pastoral de las personas sobre el terreno: sacerdotes, educadores,
religiosos, catequistas, religiosos, y todos aquellos que en el mundo
invierten sus energías en la producción de blogs y páginas web.
En el fondo no es nada nuevo: pues al igual que los católicos se
comprometieron antaño a favor del progreso de las sociedades en nuestras
ciudades y campos, del mismo modo el continente digital espera
también
nuestra presencia visible, serena, a la altura de los desafíos de esta
"sociedad digital".