1. Espiritualidad e identidad sacerdotal para una nueva evangelización
Esquemas de
Espiritualidad Sacerdotal
Juan Esquerda Bifet
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1.-Tiempo de gracia en un mundo que cambia
El misterio de la Encarnación del Hijo de Dios indica que Cristo vive nuestras circunstancias históricas: «habitó entre nosotros» (Jn 1,14).
El hombre de hoy siente la necesidad de vivencia, experiencia y transcendencia. Es, pues, un hombre que pregunta sobre:
-El sentido de la vida, la dignidad de la persona (trabajo, cultura, convivencia), de la historia humana...
-El sentido del dolor, de las injusticias, de la pobreza, del mal, de la muerte...
-El sentido del progreso y de los adelantos, comunicación de bienes con toda la humanidad...
-El sentido de la transcendencia y del más allá como base del misterio del hombre...
-El sentido del pensamiento humano que ha fraguado innumerables ideologías (muchas de ellas válidas, pero todas variables y pasajeras) sobre el misterio del hombre...
-El sentido de las normas morales (ética) para la conducta personal, familiar, social, política, económica, internacional...
Este hombre que quiere ver, pesar, medir, experimentar, no deja de pedir espiritualidad. El espíritu del cristianismo sólo puede ser presentado por apóstoles auténticos que lo hayan experimentado en sus propias vidas como encuentro con Cristo. La sociedad moderna necesita ver signos claros del Evangelio.
2.-Una Iglesia solidaria de los gozos y esperanzas
La espiritualidad cristiana y sacerdotal es eminentemente eclesial. La Iglesia (ecclesia) es la comunidad humana convocada por la Palabra o anuncio del evangelio para celebrar el misterio pascual de Cristo y transformar el mundo según el mandato del amor.
La Iglesia se llama misterio o sacramento porque es signo transparente y portador de la presencia de Cristo resucitado (Ef 3,9-10; 5,32). Se llama también comunión (koinonía) porque está constituida por hermanos que se aman en Cristo. Su objetivo es la misión, en cuanto ha sido fundada para ser enviada a evangelizar o anunciar la buena nueva a todos los pueblos.
La Iglesia está insertada en el mundo como:
-Cuerpo o expresión visible de Cristo resucitado (Col 1,24; Ef 1,23),
-Sacramento (misterio) o signo portador y eficaz de Cristo resucitado presente (Ef 3,9-10),
-Esposa o consorte, fiel y comprometida en la misma suerte de Cristo (Ef 5,25-27; 2Cor 11,2),
-Madre como instrumento de vida en Cristo y vida en el Espíritu (Gál 4,4.19.26),
-Pueblo como propiedad cariñosa de Dios y signo de lo que deben ser todos los pueblos (1Pe 2,9; Apoc 1,5-6),
-Inicio del Reino de Dios anunciado por Cristo, que ya habita en los corazones (dimensión carismática), que está presente en la Iglesia (dimensión institucional), y que un día será encuentro final o plenitud en el más allá (dimensión escatológica) (Lc 10,9; 11,2; 17,21; +LG 5).
Esta Iglesia, fundada y amada por Cristo, es, por su misma naturaleza,solidaria de los gozos, de las angustias y de las esperanzas de toda la humanidad (GS 1), como «llamada a dar un alma a la sociedad moderna» (Juan Pablo II, Disc. 11-10-85).
La naturaleza misionera de la Iglesia (+AG 2,6,9) enraíza en su mismo ser de «sacramento universal de salvación» (LG 48; AG 1). Cada cristiano según su propia vocación forma parte responsable de esta Iglesia que es, según los cuatro documentos (constituciones) principales del concilio, Lumen Gentium (LG), Dei Verbum (DV),Sacrosanctum concilium (SC), Gaudium et Spes (GS):
-Signo transparente y portador de Cristo: Iglesia sacramento o misterio(LG 1), Iglesia comunión o pueblo de hermanos y cuerpo de Cristo (LG 2), Iglesia misión y peregrina en la historia como inicio del Reino definitivo, sacramento universal de salvación (LG 7).
-Portadora del mensaje evangélico para el hombre concreto y para todos los pueblos: Iglesia de la Palabra (DV).
-Centrada en la muerte y resurrección de Cristo: Iglesia que hace presente en la historia humana el misterio pascual (SC).
-Insertada en las realidades humanas: Iglesia en el mundo y en la historia (GS).
3.-Hacia una nueva evangelización
Todo apóstol y especialmente el sacerdote ministro debe afianzar sus «actitudes interiores» (EN 74) para colaborar en una «evangelización renovada» (EN 82), en una nueva etapa de la historia humana. A veces habrá que reevangelizar sectores humanos cuyo cristianismo corre el riesgo de diluirse. Frecuentemente se tratará de emprender «una nueva evangelización»:
-Nueva en su ardor, por la disponibilidad misionera de losevangelizadores,
-en sus métodos, por un mejor aprovechamiento de los nuevos mediosde apostolado,
-en sus expresiones, por la adaptación de la doctrina y de la prácticacristiana sin disminuir sus principios y exigencias evangélicas.
En una nueva evangelización, el problema más urgente es el de larenovación de los agentes de pastoral, y especialmente de los sacerdotes ministros. Las «actitudes interiores del apóstol» (EN 74), es decir, «su espiritualidad, con garantía de la autenticidad de la evangelización. Se resumen todas ellas en la fidelidad que crea comunión» (Puebla 384).
4.-Ser sacerdote hoy. Identidad sacerdotal
La identidad sacerdotal está en la línea de sentirse amado y capacitado para amar. Esta identidad se reencuentra cuando se quiere vivir el sacerdocio en todas sus perspectivas o dimensiones:
-Consagración o dimensión sagrada: el sacerdote en su ser, en su obrar y en su vivencia, pertenece totalmente a Cristo y participa en su unción y misión.
-Misión o dimensión apostólica: el sacerdote ejerce una misión recibida de Cristo para servir incondicionalemente a los hermanos.
-Comunión o dimensión eclesial: el sacerdote ha sido enviado a servir a la comunidad eclesial contruyéndola según el amor.
-Espiritualidad o dimensión ascetíco-mística: el sacerdote está llamado a vivir en sintonía con los amores de Cristo y a ser signo personal suyo como Buen Pastor.
El sacerdote está llamado, hoy más que nunca, a ser:
-Signo del Buen pastor en la Iglesia y en el mundo, participando de su ser sacerdotal (PO 1-3).
-Prolongación del actuar del Buen Pastor, obrando en su nombre en el anuncio del evangelio, en la celebración de los signos salvíficos (especialmente la Eucaristía) y en los servicios de caridad (PO 4-6).
-Transparencia de las actitudes y virtudes del Buen Pastor, presente en la Iglesia comunión y misión (PO 7-22).
5.-Espiritualidad cristiana y espiritualidad sacerdotal
La espiritualidad cristiana es una vida según el Espíritu. «Caminamos según el Espíritu» (Rom 8,4); «vivís según el Espíritu» (Rom 8,9). Propiamente es el camino o proceso de santidad que consiste en el amor o caridad: «caminar en el amor» (Ef 5,2).
Cada cristiano se santifica en su propio estado de vida y circunstancia por un proceso de sintonía con Cristo, en el Espíritu Santo, según los designios o voluntad del Padre (+Ef 2,18). Este proceso es de cambio o conversión (en criterios, escala de valores y actitudes) parabautizarse (esponjarse) en Cristo (pensar, sentir, amar como él). Es, pues:
-Participación y configuración (Gál 3,27: Rom 6,3ss),
-Unión, intimidad, relación (Jn 6,56-57; 15,9ss),
-Semejanza, imitación (Mt 11,29),
-Servicio, cumplimiento de la voluntad de Dios (Mc 3,35; 10,44-45; Jn 14,16),
-Caridad, vida nueva (Jn 13,34-35; Rom 6,4; 13,10).
Los matices de esta espiritualidad cristiana, común a todos, son muy variados. De suerte que se puede hablar de espiritualidades y escuelasdiferentes.
La espiritualidad sacerdotal es sintonía con las actitudes y vivencias de Cristo Sacerdote, Buen Pastor. Por el sacramento del orden, se participa del ser sacerdotal de Cristo. Esta participación ontológica capacita para prolongar la acción sacerdotal del Buen Pastor. La sintonía con la caridad pastoral de Cristo es una consecuencia de la participación de su ser y en su función. La gracia recibida en el sacramento del orden hace posible cumplir con esta exigencia.
Se trata, pues, de una santidad o espiritualidad «según la imagen del sumo y eterno Sacerdote», para ser «un testimonio vivo de Dios» (LG 41). El sacerdote es un «Jesús viviente» (San Juan Eudes), es decir, «instrumento vivo de Cristo Sacerdote» (PO 12), puesto que:
-Se hace signo viviente de Cristo en el ejercicio del ministerio (PO 12-13),
-Se hace signo transparente de Cristo viviendo en sintonía o unidad de vida con él (PO 14),
-Se hace signo del Buen Pastor imitando su caridad pastoral y todas las demás virtudes que derivan de ella (PO 15-17), sin olvidar losmedios comunes a toda la espiritualidad cristiana y a los medios específicos de la espiritualidad sacerdotal (PO 18).
Viviendo la espiritualidad sacerdotal, el sacerdote ministro se hacesigno creíble del Buen Pastor en un mundo que pide autenticidad (n.1), en una Iglesia sacramento o transparencia e instrumento de Cristo (n.2) y en una nueva etapa de evangelización (n.3), que necesitan sacerdotes fieles a las nuevas gracias del Espíritu Santo (n.4). Laidentidad sacerdotal enraíza en esta espiritualidad cristológica, pneumatológica, eclesial y antropológica.
Guía pastoral
-Reflexión bíblica:
-Ser coherente con el estreno de la vocación sacerdotal, como encuentro para la misión: Mc 3,13-14; Jn 1,35-51; Mt 4,18-22.
-Sintonía con la fidelidad de Cristo y los Apóstoles al Espíritu Santo: Lc 4,1.14.18; 10,21; Act 20,22.
-Vivir los signos de los tiempos siguiendo a Cristo hacia el misterio pascual: Mt 16,2-4; Jn 13,1; Lc 22,15; +GS 4.11.44.
-Estudio personal
y revisión de vida en grupo:
-Describir y motivar algunas líneas de espiritualidad cristiana y sacerdotal en un mundo que cambia: servicio, comunión, autenticidad, misión... (GS 1-10; EN 76; Puebla 356-359; 378-383).
-Armonía entre las dimensiones de la vida sacerdotal para una mayor fidelidad a Cristo, a la Iglesia y al hombre (Puebla 484; Medellín XI y XIII).
-Necesidad actual de espiritualidad profunda para una nueva evangelización en el ardor, métodos y expresiones.
-Relación entre el ser, el obrar y la vivencia sacerdotal.