Tratado de la Paciencia de Tertuliano Capítulo 16: Diferencia entre la paciencia pagana y cristiana
La paciencia cristiana es una norma, una ciencia, algo verdadero y
celestial; absolutamente distinta de la pagana, que es terrena, falsa y
afrentosa. El diablo quiso copiar también en esto al Señor, enseñando a sus
secuaces una paciencia del todo suya. Por la intensidad se parecen; pero
difieren por su objeto: lo que tiene la una de fuerza para el mal, lo tiene
la otra para el bien. Hablaré ahora de la paciencia diabólica. Ella hace que
por una dote los maridos sean venales, o que por afán de dinero entreguen su
esposa a la explotación 29.
Ésta es también la paciencia que hace tolerar a los presuntos herederos
tantos trabajos vergonzosos, condenándolos a ofrecer afectos falsos y
obsequios obligados. Es la misma que encadena los parásitos hambrientos a
sufrir protectores injuriosos, esclavizando su libertad a su glotonería.
¡Tales son las cosas que aprendieron los paganos de su paciencia! ¡Lástima
que un nombre tan excelso, lo rebajen con acciones tan torpes! Porque la
codicia los hace pacientes con sus esposas, con los ricos y con los
poderosos; y tan sólo son impacientes con Dios 30.
Pero, váyase la tal paciencia a compartir con su jefe el fuego que le
espera. Por el contrario, nosotros honremos la paciencia de Dios y la de
Cristo. Paguémosle con la nuestra, la que Él gastó por nosotros. Y ya que
creemos en la resurrección del espíritu y de la carne, ofrezcámosle la
paciencia de nuestra alma y la de nuestro cuerpo.