5. LOS MODOS GREGORIANOS � La escala diat�nica �nica de que se sirve el canto gregoriano, es la siguiente:
No todas las melod�as recorren esta extensi�n: algunas se mantienen en la octava inferior (de la a la), otras en la central (de mi a mi) y otras en la superior (de sol a la). En cada una de estas octavas, los SEMITONOS distan m�s o menos de la nota final, con lo cual tenemos un elemento fundamental para entender los modos. Para los greco-romanos, la octava que conocemos hoy no exist�a. Eran m�s bien dos tretracordos separados o simplemente yuxtapuestos: DO, RE, MI, FA El tetracordo es pues considerado como la base modal, el primer elemento completo o n�cleo generador de toda la melod�a.
Igual cosa sucede con el tetracordo superior. T�ngase en cuenta que, a diferencia de la m�sica actual, en el canto gregoriano no existen escalas en las que, al cambiar de una tonalidad a otra, o de un modo mayor a un modo menor, para que los semitonos queden en el mismo lugar, se acude a los sostenidos o a los bemoles. Ahora bien: estas escalas comprenden una quinta central a partir de la nota t�nica, llamada tambi�n final, m�s tres sonidos ya sea en la parte superior, y en este caso se llaman modos aut�nticos (agudos), o en la parte inferior, y entonces se llaman modos plagales (graves). Los nombres de estos modos son:
Existe una nota t�nica en la cual, si no siempre comienza la melod�a, en ella de ordinario termina y descansa. Como se pudo ver en el cuadro anterior, cuatro pod�an ser las notas t�nicas: re, mi, fa, sol las cuales est�n representadas por las notas blancas. Adem�s, en cada modo hay una nota dominante, llamada as� porque la melod�a torna a �sta con relativa frecuencia. Las dominantes son:
Cada uno de estos modos tiene un car�cter peculiar, debido a la distinta colocaci�n de los semitonos �como ya se dijo� y por consiguiente un poder expresivo propio. En consecuencia, los modos se distinguen por:
Puede haber modos transportados, combinados y a veces libres. El modo en que est� compuesto un trozo gregoriano algunas veces se indica con un n�mero puesto antes del primer tetragrama. El ejemplo muestra que la ant�fona est� escrita en modo 8.
Cabe anotar, sin embargo, lo siguiente: La teor�a de los 8 modos de la Edad media fue adaptada al repertorio que ya exist�a previamente, es decir las piezas gregorianas no fueron creadas teniendo en mente la asignaci�n a un modo determinado. Un serio an�lisis de las melod�as gregorianas, lo mismo que de las ambrosianas, nos hace concluir que no fue el criterio modal ni los principios t�cnicos los que siguieron los primitivos compositores del canto gregoriano, aunque hay que aceptar que en tard�as composiciones s� se sigui� m�s o menos esta teor�a de los 8 modos. Dom Gregorio Su�ol O.S.B. (1) anota al respecto:
M�s a�n: en algunos casos aparecen melod�as alteradas a fin de que puedan ser conformadas con la teor�a de los ocho modos. Algunas fuentes primitivas contienen ant�fonas para salmos que no se ajustan al sistema y algunas veces es posible ver que la misma melod�a ha sido alterada posteriormente para asegurar su conformidad. Tal es el caso de la ant�fona �Cantabimus et psallemus virtutes tuas, Domine�.
La versi�n tard�a ha sido asignada al modo 8 porque termina en SOL mientras que la versi�n primitiva termina en SI.
�LOS MODOS EXPRESAN SENTIMIENTOS? Algunos autores han pretendido asignar a cada modo caracter�sticas espec�ficas en cuanto al sentido expresivo que los describen. Esta cualidad se ha denominado el �ethos modal�. Guido D'Arezzo dice: �El primero es grave, el segundo triste, el tercero m�stico, el cuarto armonioso, el quinto alegre, el sexto devoto, el s�ptimo ang�lico, el octavo perfecto�. Ad�n de Fulda los comenta as�: �El primer modo se presta a todo sentimiento, el segundo es apto para las cosas tristes, el tercero es vehemente, el cuarto tiene efectos tiernos, el quinto conviene a los alegres, el sexto a los de probada piedad, el s�ptimo pertenece a la juventud, el octavo a la sabidur�a�. Juan de Espinosa, autor del siglo XVI, comenta por su parte: �El primero es todo alegre y muy h�bil para amansar las pasiones del �nimo...; grave y lloroso es el segundo, muy apropiado para provocar l�grimas...; el tercero es muy eficaz para incitar a ira...; mientras que el cuarto toma en s� toda alegr�a, incita a los deleites y modera la sa�a...; el quinto causa alegr�a y placer a los que est�n en tristeza...; lloroso y piadoso es el sexto...; placer y tristeza se re�nen en el s�ptimo...; por fuerza tiene que ser muy alegre el octavo...� (Tratado de principios, de 1520). __________ (1) SU�OL, Gregorio Ma. O.S.B., M�todo completo de canto gregoriano seg�n la escuela de Solesmes, Monasterio de Monserrat, 1943. (2) The eight gregorian modes: http://www.beaufort.demon.co.uk/modes.htm Music theory cypher: http://www.thecipher.com/chromatic-numbers_3.html#scales � Derechos reservados de autor. Se prohibe la
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