Encontré la felicidad tras dejar la vida gay
Cientos de personas acuden cada día a organizaciones católicas como
«Courage» y «Es posible el cambio» para abandonar su opción sexual, que
tildan de «esclavitud y gran mentira»
Sara Martín
«Mi sombra más negra era mi práctica homosexual. Sólo me causaba dolor y
tristeza. Fue eso lo que me impulsó a buscar ayuda», relata Juan Diego, que
descubrió «Courage Latino» hace apenas dos meses y ya ha comenzado a salir
de lo que el considera «un infierno»: su homosexualidad. «Conseguí ser feliz
cuando abandoné la vida gay».
La Conferencia Episcopal Mexicana conoció «Courage» (www.couragerc.org) de
primera mano recientemente, cuando este apostolado de la Iglesia católica
fue presentado de forma oficial allí con ayuda del fundador de la
organización en EE UU, el padre John Harvey. Casi cuarenta años de
experiencia avalan sobradamente las tesis de Harvey: que es posible sanar la
homosexualidad. «Courage» está presente en EE UU, México, Perú y Ecuador, y
continúa expandiéndose ante la necesidad y la demanda cada vez mayor de la
terapia que proporcionan.
«Courage» cuenta con la aprobación de la Santa Sede y el apoyo especial del
cardenal López Trujillo, que en el año 1994 manifestó que «el Consejo
Pontificio para la Familia apoya a la organización “Courage” para ayudar a
las personas homosexuales a vivir de acuerdo a las leyes de Dios y a las
enseñanzas de la Iglesia». Pero no es la única. El grupo «Juan Pablo II»,
creador de la web de esposibleelcambio.com, también trabaja cada día con
personas homosexuales porque, defienden, «es mentira que se nace homosexual
y que no hay más remedio que aceptarse».
Camino con retorno.
«Ante mis padres, mi familia y los profesores, yo era el niño perfecto que
sacaba buenas notas, un gran talento. Pero, en el fondo, mi autoimagen era
muy pobre», continúa Juan Diego. «Me convertí en un furioso adicto al sexo
y, años después, visité a un psicólogo y a un psiquiatra, aunque no me
sirvieron de nada». Juan acabó contactando con «Sexólicos Anónimos» y con su
ayuda comprendió que necesitaba curar su «adicción por la lujuria». Tiempo
después, también conoció «Courage» y la organización de
«Esposibleelcambio.com». A través de ellas descubrió «con más certeza que en
cualquier otro sitio que hay una salida, una solución a este infierno y a la
mentira del mundo gay». «Estoy muy agradecido a aquellos que me han hecho
conocer esta puerta de liberación que hace menos de un mes he traspasado
para curarme de mi enfermedad».
Pero el caso de Juan no es un caso aislado. Cada día las páginas de ambas
organizaciones registran nuevos usuarios interesados en conocer la otra cara
de la homosexualidad, lo que les nadie cuenta: que hay mucha gente que no
acepta su tendencia homosexual. «Somos muchos los que queremos recorrer un
camino que nos sane y que llene el vacío al que nos ha llevado la
homosexualidad», reconoce valientemente Juan.
«Courage» se defiende sin pudor de las acusaciones de homofobia: «Ni tememos
ni odiamos a la gente homosexual; al contrario, los queremos como seres
humanos e hijos de Dios que son. Creemos que cada persona tiene la libertad
de vivir su vida de acuerdo a su propio entendimiento. Nosotros lo
respetamos. Pero también consideramos que hay personas que no desean vivir
como homosexuales. Estamos aquí para ofrecerles nuestro apoyo para llegar a
ser las personas que desean ser».
Actualmente, más de 500 personas participan en su «Lista de Correo» y
cientos de personas reciben cada día asistencia en sus oficinas principales
y a través de la web.
El camino es largo y, muchas veces, muy difícil. Pero los hombres y mujeres
atraídos por su propio sexo aseguran, después de haber puesto en práctica la
terapia, que sí es posible salir del infierno de la homosexualidad. Y sus
testimonios son prueba de ello.