LORETO, SANTUARIO DE LA VIDA OCULTA DE JESÚS
Juan XXIII, en la homilía de su peregrinación lauretana dijo también: "El misterio de la Encarnación consagra los treinta años de vida transcurrida por Jesús en el silencio de Nazareth con María y con José. Y así como de la Encarnación toma nuevamente inicio el camino del hombre hacia la patria celestial y su elevación a la nobleza de coheredero del cielo, de la vida oculta se eleva el cántico en alabanza de la dignidad y de la grandeza de la familia, la alabanza al deber sagrado del trabajo y de su nobleza".
El ejemplo de la vida oculta de Jesús en la Casa de Nazareth invita al cristiano a reflexionar sobre la primordial importancia de la oración y de la humildad.
Aquí, con nueva emoción, él siente la urgencia interior de repetir la oración que Jesús mismo nos ha enseñado para invocar también el espíritu de la contemplación y del recogimiento.
Padre nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.