'Nuestra Señora del Sagrado Corazón Mejor Conocida' por el P. Julio Chevalier msc
Traducción: P. LUIS GARCÍA, MSC
Indice
Introducción: Presentación
- Declaración del Autor
- A Su Excelencia Mons. El Príncipe de la Tour D'Auvergne Arzobispo de Bourges - Arzobispado de Bourges
- Prólogo
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI María Madre de los Vivientes y el Título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X Conveniencia y Oportunidad de la Devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón
Al ofrecer, en versión española, por primera vez, la obra Nuestra Señora del Corazón de Jesús, Mejor Conocida, del P. Julio Chevalier, creador del Título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y de la Archicofradía del mismo nombre y en la que aparece, teológicamente fundamentada y desarrollada, la doctrina que encierra esta nueva advocación mariana, parece oportuno exponer previamente unas consideraciones con el animo de que contribuyan a mejor esclarecer algunos aspectos de su contenido.
En estas líneas intentaremos especificar un tanto la génesis inicial del título y devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
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El P. Julio CHEVALIER, una vez afianzada en su mente la idea y la forma en que deseaba plasmar, ya de hecho, la promesa, que habían suscrito, de honrar a la Virgen "de un modo especial" y, convencidos, él y sus compañeros, de que la advocación "Nuestra Señora del Sagrado Corazón" era la adecuada, decidieron, en 1860, diseñar una imagen que expresara lo más objetivamente posible la doctrina contenida en el título:
Las mutuas relaciones entre el Corazón de Jesús y su madre María. Y, una vez aquilatados todos los detalles, encomendaron a un artista la misión de plasmarlo en una bella vidriera que fue colocada en la parte alta y posterior del altar mayor.
Es la que hoy llamamos o denominamos como la primitiva o primera imagen ya que, años más tarde, por deseo de la Santa Sede, fue creado otro modelo. En esa primera imagen, la Virgen Inmaculada estaba de pie y, delante de Ella, también de pie, el Niño Jesús, a la edad de doce años, señalando, con su mano izquierda, su Corazón, y con la derecha, a su Madre.
De esta imagen se editaron, en 1861, y distribuyeron, decenas de miles de estampas que, pronto, agotadas, volvieron a reimprimirse en cantidades mucho mayores, por centenares de miles, resultando la acogida realmente asombrosa.
Como consecuencia de ello, comenzaron a recibirse, de las más diversas personas eclesiásticas y laicas y de muy distintos lugares, aun lejanos, multitud de peticiones expresando su ferviente deseo de conocer el verdadero sentido doctrinal de aquella imagen que tanto les había impresionado.
Para el P. CHEVALIER, este fenómeno piadoso era como una prueba evidente de que la Virgen aceptaba con pleno agrado el nuevo título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Y, de inmediato, trató de complacerles mediante un folleto en el que explicaba y precisaba, un tanto esquemáticamente, el sentido teológico expresado en la imagen.
Este opúsculo, con el título: Nuestra Señora del Sagrado Corazón, vio la luz en noviembre de 1862, con la aprobación del Arzobispo de Bourges, Monseñor De la Tour d' Auvergne.
Por su parte, la Revista "El Mensajero del Corazón de Jesús", órgano oficial del Apostolado de la Oración, en su número de mayo de 1863, publicaba el texto del folleto acompañado de una imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Esto ayudó muy poderosamente a su difusión alcanzando, en poco tiempo, diez ediciones. El texto de la revista apareció traducido, poco más tarde, al inglés, en "Tablet", lo que propició el que la naciente devoción mariana llegara a Canadá y Estados Unidos.
Los efectos producidos por la lectura del folleto y la revista no se hicieron esperar. Al Arzobispo de Bourges empezaron a llegarle aprobaciones y congratulaciones de Obispos, llenándole de júbilo.
Paralelamente, el P. Piperon, íntimo y gran colaborador del P. Chevalier, desde el principio, publicaba, en 1865, el "Poder de Nuestra Señora del Sagrado Corazón", dedicado, especialmente, a notificar la lluvia de gracias y favores obtenidos de la Virgen invocada bajo el nuevo título. Este opúsculo alcanzó también, en breve tiempo, su 13a. edición.
Asimismo, el sacerdote Deidier ponía, por su parte, en circulación, un escrito sobre "La Devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón" que, en 1866, llevaba ya 15 ediciones.
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Estos insospechados éxitos ponían claramente de manifiesto que la devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón se estaba consagrando de modo definitivo y a pasos agigantados, en el mundo cristiano. Y desde 1863 ya se fueron recibiendo las primeras aprobaciones de más de 40 Obispos de Francia y países vecinos y que, posteriormente, se fueron multiplicando, procedentes ya de todo el orbe.
Sin duda alguna, la nueva advocación mariana iba adquiriendo cada día mayor popularidad. Aumentaban los devotos estimulados por la singular y eficaz protección de la Virgen así invocada. Y a Issoudun llegaban incesantes mensajes que contenían nuevas sugerencias. Ahora eran para solicitar la creación de una Cofradía que aglutinase a esos muchísimos devotos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Ese ardiente deseo fue también rápidamente atendido y, con la debida autorización eclesiástica, la Cofradía se hizo realidad el 29 de enero de 1864, como se verá en el texto.
Igualmente, con la oportuna autorización episcopal, el 31 de mayo del año siguiente, 1865, se celebraba, por primera vez, la Fiesta litúrgica de Nuestra Señora del Sagrado Corazón en la nueva Iglesia levantada en su honor. La fecha del 31 de mayo fue especialmente elegida por el P. Jouët, el otro gran apóstol de la devoción, y es la que ha perdurado tradicionalmente, a lo largo de un siglo, hasta la reciente reforma del calendario litúrgico llevada a cabo por la Iglesia poco después del Concilio Vaticano II. En virtud de esa reforma, ha quedado fijada para el último sábado de cada mes de mayo.
Dado el éxito creciente del opúsculo aparecido en 1862, su autor, el P. Chevalier, opta por publicarlo ampliado y, en 1871, aparece con un nuevo título: Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, Mejor Conocida.
La creación de la Cofradía -1864-, la de la Revista "Anales" -1866-, la solemne Coronación canónica de la imagen de Issoudun - 1869- habían estimulado el aumento de devotos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón hasta límites inesperados y la devoción había traspasado las fronteras de Francia de tal forma que ya era conocida, aceptada y practicada en los cinco continentes. En vista de ello, el P. Chevalier se decide a dar un nuevo paso y prepara una nueva reedición del opúsculo antes citado convirtiéndolo ya en una obra de 240 páginas que sale a la luz en 1879, pero aduciendo en apoyo y justificación del contenido teológico y doctrinal del nuevo título mariano abundantes citas de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres, de grandes teólogos y de otros renombrados autores. Esta edición es la que ahora se presenta vertida a la lengua española. A fin de no recargar excesivamente el texto, en esta versión se han seleccionado aquellas citas que se han juzgado más expresivas y apropiadas.
Ante el nuevo éxito de esta obra, agotada igualmente en varias ocasiones, el autor pone otra vez manos a la obra y, en 1883, da a la publicidad el primero de sus grandes escritos:
"El Sagrado Corazón de Jesús relacionado con María, estudiado bajo el punto de vista de la Teología y la Ciencia Moderna, o Nuestra Señora del Sagrado Corazón". Se lo dedica al Papa León XIII que le corresponde con un Breve Pontificio recibido con gozo por el autor.
Finalmente, sus compañeros le animan a desglosarlo en dos volúmenes independientes, lo que le supuso un gran esfuerzo, ya que, tanto el uno como el otro, vieron la luz muy considerablemente ampliados.
El primero versaba sobre el Sagrado Corazón de Jesús y el otro sobre Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Ambos experimentaron varias reediciones, lo que demostraba una vez más la gran acogida dispensada. El dedicado a la Virgen alcanzaba, en 1895, la 4a. edición, y con unas 650 páginas y unos años después, también la 4a, el titulado: "El Sagrado Corazón de Jesús.
Cada edición era cuidadosamente revisada por el autor, añadiendo, en cada caso, las mejoras que estimaba oportunas o convenientes.
Esta intensa labor literaria mariana nos revela, sin duda alguna, aparte su gran capacidad de trabajo, el gran celo apostólico de que estaba lleno el P. Julio Chevalier. Y tanto más meritoria resultaba esa labor por cuanto aquélla era una época en que se encontraba abrumado y agobiado por los grandes problemas suscitados para sus obras, debidos a la política antirreligiosa que imperaba en el país vecino. Esta realidad suscita lógicamente una muy merecida admiración hacia el incansable fervor mariano de aquel gran apóstol que fue el P. Julio Chevalier y que tan inmenso bien procuró al mundo cristiano al ofrecerle el nuevo Título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, dado a la Virgen, título de contenido doctrinal, a diferencia de los demás que reciben el nombre de locales por tratarse de lugares donde se la veneraba u otros a los que había favorecido con sus milagrosas apariciones, como Lourdes, el Pilar...
La fervorosa y extraordinaria acogida con que fue aceptada por los devotos de la Virgen María parece superar toda ponderación. Muchos de ellos no dudaban en llamarlo piadosamente: "milagroso", por las innumerables gracias y favores obtenidos de Ella al invocaría bajo la nueva advocación.
Para el P. Julio Chevalier y los miembros de la Congregación por él fundada, MISIONEROS DEL SAGRADO CORAZÓN, resultó sumamente consoladora la brillante celebración -1889- del 25 aniversario de la Archicofradía. La devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón había traspasado todas las fronteras y se hallaba extendida ya por los cinco continentes de forma extraordinaria hasta el punto de que el Registro de inscripción de Asociados de Issoudun, verificadas rigurosamente todas las listas, daba la cifra de 18 millones, cantidad que resultaría muy superior si se añadieran a ella los inscritos en otras muchas Cofradías locales asociadas del resto del mundo. El mismo P. Chevalier diría, en 1895, que, sin temor a equivocarse, podría ser cifrada en más de 25 millones. Por su parte, pasaban de 3.000 las iglesias, santuarios y capillas levantadas en honor de Nuestra Señora del Sagrado Corazón o dedicadas a Ella, en todo el orbe.
A partir de aquella fecha, el número de Asociados y devoto ha ido en aumento incesante llegando a ser su número prácticamente incalculable.
Concluiremos recordando a los lectores que la obra que ahora es presentada en lengua española, fue publicada en 1879, o sea, hace más de un siglo. No deben causar, pues, extrañeza alguna ciertos detalles que aparecen en el texto, detalles que eran muy válidos y normales en aquella época y en el momento de aparecer el nuevo título mariano y la devoción ligada a él y que hoy pueden no tener la misma importancia ni la misma actualidad.
Citaremos, por vía de ejemplo, lo referente a las múltiples concesiones de indulgencias que, debido a la nueva reestructuración eclesiástica llevada a cabo, en la materia, después del Concilio Vaticano II, han sufrido una substancial modificación, quedando limitadas y reducidas tales concesiones en casi todas las prácticas piadosas.
Sin embargo, entonces, sí revestía especial importancia. Eran consideradas como un convincente y decisivo espaldarazo y refrendo de la autoridad eclesiástica a las obras apostólicas sometidas previamente al juicio de la Santa Madre Iglesia.
Añadiremos también que, al verter a nuestra lengua la obra del P. Chevalier, se ha procurado ser fiel, en lo posible, al autor, a su estilo sencillo y directo, tanto en la expresión como en el léxico. Lo que pretendía era divulgar la nueva devoción. Y por ello, casi podría decirse que se trata de una exposición familiar, al alcance de todos, y para un mejor discernimiento de la doctrina y demás aspectos referentes a ella, incluida la detallada estructuración de la Archicofradía.
Como se ha indicado anteriormente, la edición definitiva, en 1895, apareció muy ampliada, no sólo incorporando nuevos capítulos con nuevos temas, sino desarrollando más ampliamente los contenidos en esta obra, todo ello enriquecido con mayor número de citas doctrinales y aportando, además, nuevos datos posteriores a esta edición. De ahí que parezca oportuno y conveniente añadir al final, por vía de apéndices, algunas de las más interesantes de esas ampliaciones para un mejor conocimiento de la naturaleza y de la historia admirable del Título y Devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Luis P. García, msc.
Enero de 1993
1) Declaramos someter absolutamente y sin reserva alguna a nuestro Santo Padre el Papa, cuyos juicios son inapelables, y a la Santa Sede Apostólica, esta obra y todo cuanto ya hemos publicado y lo que podamos publicar en el futuro. Desaprobamos y condenamos, por principio, todo cuanto la Santa Sede estimare deber desaprobar y condenar. En estos sentimientos de filial sumisión y de amor más vivo y más perfecto hacia la Santa Iglesia Romana, deseamos vivir y morir.
Declaramos, además, conforme al Decreto del Papa Urbano VIII, que, si en el curso de esta obra, hemos dado alguna vez el título de "Santo" o de "Bienaventurado" a algunos personajes recomendables por sus virtudes es, únicamente, en testimonio de nuestra veneración por ellos y, en ningún caso, la idea de prevenir el juicio de nuestra Santa Madre Iglesia.
Asimismo, declaramos que todos los hechos extraordinarios que aportamos en esta obra no tienen otra autoridad que la puramente humana, salvo lo que ha sido aprobado y confirmado por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, a cuyo juicio infalible sometemos, siempre y sin reserva, nuestra persona, palabras y obras.
MONSEÑOR EL PRÍNCIPE
DE LA TOUR D'AUVERGNE
ARZOBISPO DE BOURGES
Monseñor:
Permítame S.E. depositar a sus pies este humilde trabajo, débil testimonio de respeto muy profundo y muy vivo reconocimiento.
Os habéis sentido dichoso, Monseñor, hace quince años, al autorizar y bendecir la Asociación de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Hoy lo estaréis más aún por los frutos aportados por vuestra bendición. Esta Asociación, enriquecida con tantas indulgencias por Pío IX y, muy recientemente, erigida en Archicofradía para todo el orbe por S.S. LEÓN XIII, los quince millones de Asociados esparcidos por todo el mundo y los más de trescientos mil favores alcanzados demuestran hasta qué punto Dios bendice lo que Vos habéis bendecido y colma vuestros anhelos. ¡Que El se digne colmar también los nuestros y recompensároslo!
Esta propagación tan rápida y estos grandes resultados de una Asociación, todavía tan nueva, autorizan las más bellas esperanzas. A fin de colaborar en su realización, hemos pensado, Monseñor, que sería útil reunir en algunas páginas cierto número de textos de los Santos Padres, Doctores y Autores graves, demostrando cuán legítimo es el glorioso título de NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN, que damos a María; pruebas poderosamente confirmadas por la erección canónica que V.E. se ha dignado llevar a cabo de una Asociación que honra a María bajo este nuevo Título y, en fin, por la alta aprobación de numerosos y eminentes Prelados, Cardenales, Arzobispos y Obispos, a cuya autoridad, de que están investidos, no menos ayuda la autoridad de su ciencia y piedad.
Estos testimonios reunidos se nos antojan ser, para la Archicofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, un fundamento inquebrantable y una seria garantía del bello porvenir que Dios le tiene reservado.
Tales son, Monseñor, el objetivo y el compendio de esta obra.
¡Que V.E., nuevamente os lo suplico, se digne aceptar el homenaje y asegurarle el éxito, mediante su bendición!
J. Chevalier, msc.
Issoudun, a 31 de mayo de 1879.
Fiesta de Nuestra Señora del sagrado Corazón
En razón del informe que Nos ha sido entregado, aprobamos el libro titulado: Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Mejor Conocida y autorizamos su impresión.
La doctrina de esta obra, tanto en su conjunto como en sus detalles, es pura, exacta, sólidamente apoyada en la Sagrada Escritura y la Tradición. Nada contiene que no sea piadoso, edificante y encaminado a inspirar una gran confianza hacia la Santísima Virgen. El fin que el autor se ha propuesto se ha alcanzado: el título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, dado a María, está teológicamente justificado. Asimismo, recomendamos la lectura de esas páginas, llenas de piedad y doctrina, no solamente a los Asociados, sino también a todos los que aman a la Santísima Virgen y que se interesan por la extensión de su culto.
+ C.A. Arzob. de Bourges
Bourges, a 8 de junio de 1879.
Fiesta de la Santísima Trinidad.
PRÓLOGO
NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN
LO QUE SIGNIFICAN ESTE TÍTULO Y ESTA DEVOCIÓN
Plan de este modesto trabajo
¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón! Este Titulo expresa la eficacia Todo-poderosa de las súplicas de María ante el Corazón de su Hijo.
Asimismo, la Devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón tiene por objeto honrar de un modo preciso y especial esa "Omnipotencia" suplicante, o esa Súplica todo-poderosa de María.
En esta obra queremos demostrar que este Título es legítimo, esta Devoción, oportuna y eficaz. Para alcanzar este objetivo, he aquí el plan que nos proponemos seguir:
En principio, narraremos el origen del Título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Luego, partiendo de que el Poder de María sobre el Corazón de su Hijo, así como sus otros privilegios, descansan en su divina Maternidad, probaremos, por medio de los Santos Padres y la razón, que, en efecto, su Maternidad le da sobre Jesús un verdadero ascendiente y, sobre todos sus bienes, un derecho real, "jus maternum"" (derecho de madre).
Jesús ha reconocido y aceptado esas prerrogativas que Él, como Dios, había concedido a María. Lo probaremos igualmente, y veremos que ellos se extienden también sobre su Divino Corazón.
Después, admiraremos la grandeza de los Privilegios que María posee como Madre de Dios; y de todas esas verdades nos resultará fácil concluir que el Título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y la Devoción que de él se deriva, hunden sus raíces en la Maternidad divina y que surgen de ella como la flor de su tallo (Is XI, l).
María no es solamente Madre de Dios, es también Madre de los hombres. Esta nueva Dignidad de que fue investida, al pie de la Cruz, le confiere derechos y le impone deberes. Es más, en esos derechos y deberes hallaremos la razón de ser del Título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón y de su Devoción. A continuación, estudiaremos sucesivamente la legitimidad, las conveniencias, la oportunidad y la eficacia de ese Titulo y esa Devoción, después de haber demostrado que todas las grandezas de María se hallan compendiadas en su NOMBRE.
Puestas estas bases, fácilmente comprenderemos el que un tan gran número de Obispos hayan aprobado la Devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Citaremos algunos testimonios.
Tantas gracias obtenidas por intercesión de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, tantos alientos episcopales, habían de ser coronados por el establecimiento de una Asociación de plegarias en honor de Nuestra Señora del Sagrado Corazón para el feliz éxito de las Causas difíciles y desesperadas; y, efectivamente, eso es lo que ha ocurrido.
Daremos a conocer los Estatutos de esta Asociación, las condiciones para pertenecer a ella y las numerosas ventajas que ofrece.
Hablaremos, seguidamente, de la aprobación por la Santa Sede y de los preciosos favores que se ha dignado conceder a la Archicofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
Enumeraremos las múltiples adhesiones del Episcopado de las más diversas partes del mundo.
En fin, diremos algo acerca de las diversas prácticas en uso en la Asociación, etc., etc.
¡Ojalá podamos, por medio de esta humildísima obra, hacer conocer y amar a Nuestra Señora del Sagrado Corazón! Esta es nuestra única ambición.