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El Sagrado Corazón de Jesús, autor P. Julio Chevalier MSC: La Sangre del Corazón  de Jesús Libro II cap. 6

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 Nota: Al comienzo de la página le ofrecemos los puntos saltantes del capítulo y al final del resumen encontrará los enlaces que lo llevarán inmediatamente al tema que pueda interesarle.

Libro II

Capítulo Sexto

LA SANGRE DEL CORAZÓN DE JESÚS

 

Resumen de este capítulo:

 El corazón, su cometido.- Su formación.- Qué decir de la Sangre  

 I. Naturaleza de la sangre humana.- La vida de la sangre.- La ciencia de las armonías es la inteligencia del simbolismo de la naturaleza. - El cuerpo, imagen del alma; el alma, imagen de Dios.- Maravillosa armonía entre nuestras facultades y sus órganos correspondientes, según santo Tomás.- Relaciones que unen todas las vidas según Mons. Baudry.- Leibniz afirma que hay algo en el alma, que responde a la circulación de la sangre.- Virtudes del Corazón de Jesús, simbolizadas en algunos elementos de la sangre                              

 II. La sangre evoca la idea de entrega, abnegación y sacrificio. - Valor infinito de la sangre divina y de cada gota de esta sangre.- Maravillosos efectos de esta sangre, según testifica san Juan Crisóstomo, igual que san Gregorio Magno y san León.- Fue el principio y la fuente de la vida humana del Salvador                             

 III. Es al Corazón de Jesús, que la sangre del Redentor debe su formación, su conservación y su efusión física.- Nueva efusión sobre el altar, de donde pasa a nuestras almas.- Y es el Corazón de Jesús, que es su fuente y origen, fuente que guarda en el cielo, pero en un estado más perfecto que sobre la tierra, todas sus propiedades               

 IV. Este corazón fue formado de la sangre de la Santísima Virgen. - Es en el seno de la Virgen que obtuvo todos sus elementos.- Es también a la Virgen, que Jesús hizo entrega de todos sus méritos, al pie de la cruz.- Herida hecha por la lanza del soldado, en el Corazón de Jesús.- Misterios significados por la sangre y el agua, que brotaron del costado traspasado del Salvador.- Dicen que María recogió en un vaso esa sangre y esa agua; fue ella también, que habiéndolos recibido un día, tiene el privilegio de distribuirlos a sus hijos.    

I. La sangre en la vida humana

II. La sangre, símbolo de la remisión de los pecados

III. La sangre de Cristo procede de su corazón

IV. Méritos de la sangre de Jesucristo y Misterios que revela

NOTAS DEL CAPITULO SEXTO, DEL SEGUNDO LIBRO

 

Nos hemos preguntado ¿qué es el corazón del hombre, para el hombre y para Jesús?: la filosofía, la teología y la mística, nos han contestado que lo debemos considerar como la sede de los senti­mientos, el hornodel amor, y el principio de la vida.

¿Qué rango asignar a la sangre de Jesucristo, en el misterio de la Redención? ¿Y qué relación puede tener María con esta sangre adorable, que fue el precio de nuestra Redención?

El examen serio de estas cuestiones, tiene que interesarnos vivamente.

 

I. La sangre en la vida humana

"Dios al crear los seres corporales, ha puesto en ellos la imagen de las cosas invisibles"41 . No podemos captar siempre éstas imá­genes, pero no por eso dejan de existir. El Todopoderoso, habien­do impreso su sello42 sobre la creación toda entera y en particular sobre el hombre, obra maestra de sus manos, todo ser, sea cual fuere, tiene que detentar la huella de sus divinos atributos.43 Y el alma, hecha a su semejanza, encuentra en el cuerpo que anima y de la que es forma, los rostros de las cualidades que ella posee44 ; de suerte que el cuerpo es un espejo de muchas facetas, que todas reflejan las propiedades del alma. "Cada uno de sus estados, dice un profundo pensador, tiene en la creación física una cierta parábola que le indica".45 "La visible es la parte material de las cosas, la invisible es su parte espiritual"46. La una conduce a la otra; y es su imagen bien clara, bien evidente, por cierto.47

De ahí procede la perfecta armonía entre nuestro cuerpo y nuestra alma. Hechas para completarse mutuamente, esas dos par­tes de nosotros mismos, tan parecidas48 como diferentes, se adap­tan perfectamente; los órganos del cuerpo responden a las facultades del alma, las facultades a los órganos, los dos no hacen más que uno.49

"El hombre no sería perfecto, dice Sto. Tomás, si todo lo que está contenido implícitamente en el alma, no estuviera externa­mente explicado, manifestado en el cuerpo, y si el cuerpo no estu­viera proporcionado al alma y no le respondiera plenamente".10

Escuchemos a Mons. Baudry sobre este tema: "Los órganos del cuerpo, su vida, sus funciones, dice, tienen por objetivo el expresar la vida del alma, sus funciones y sus destinos..."

"Así, vendrá el día cuando la luz del día iluminará nuestras sombras y entonces el hombre verá lo que había de figurativo y de glorioso en todas sus funciones de la vida, incluso animal, que realizaba en su prueba, sin penetrar su sentido. —Comprenderá las armonías que existen en su naturaleza.— Captará las relaciones de su vida material con su vida moral, de esta vida del corazón con el mundo de la inteligencia y del amor. Contemplará sus relacio­nes simbólicas con los misterios más santos y más divinos, con los misterios de la gracia y de la gloria, en el orden sobrenatural; des­pués, con los de la unión hipostática, realizada en Jesucristo; y finalmente con los misterios mismos de la vida divina. Es que en­tonces el hombre, conociendo al Corazón de Jesús, conociendo su propiocorazón; podrá decir con el Apóstol: Todo es nuestro, y nosotros de Jesús y Jesús de Dios.11 Es que entonces, el universo todo entero aparecerá tal cual es, como una palabra proferida en el tiempo, para expresar los secretos de la eternidad".12

Ya véis como esa ciencia de relaciones y analogías se amplía, como se vuelve armoniosa y sublime! Puesto que Dios creador de los mundos, ha impreso su sello sobre todas esas obras, como un Señor universal, es justo que todas, en la esfera que les es propia, acusen su presencia, expresando sus atributos y proclamando su soberanidad.13

"Pero hay también otro mundo, donde las llamadas corres­ponden a una maravillosa armonía y con un paralelismo cuya sig­nificación no podría eludir el ojo más clarividente: es el mismo hombre, ese microcosmos, como lo llamaban los antiguos. Existe una relación evidente entre las facultades del alma y los órganos del cuerpo".14 Y Leibniz no tenía miedo de decir que existe siempre una exacta correspondencia entre el cuerpo y el alma: "Yo sostengo incluso, decía, que sucede algo en el alma que responde a la circulación de la sangre y a todos los movimientos internos de las vísceras, algo que nos pasa desapercibido".15

Estando aún entre las sombras de la vida, no podemos captar todos esos maravillosos mensajes. Esta satisfacción nos será dada en el cielo, donde todos los velos se habrán disipado.

En efecto, hay dos atributos que parecen dominar en Dios: la misericordia y el poder16 ; es el suaviter et fortiter de que nos ha­blan los Libros Santos.17

Aquí tenemos los dos sellos especiales que El imprime en la criatura, hecha a su imagen; y el cuerpo de esta criatura privilegia­da recibirá la huella en lo más íntimo de su substancia.

El Corazón de Jesús posee en un grado eminente esas dos virtu­des; ellas presiden todos los actos del Salvador, ellas inspiran todos sus movimientos, son como el carácter distintivo de su misión: Dis­cite a me quia mitis sum corde.18

Desde el pesebre hasta la cruz, la dulzura y la fuerza aparecen en El con un esplendor incomparable: Ego sum Pastor bonus.19 La misericordia acompaña siempre sus pasos: Pertransiit bene faciendo,20 y el poder no le abandona jamás: Jesus... vir... potens in opere.21

La hora del supremo combate se acerca. Se trata de luchar con­tra todas las fuerzas del infierno, de derribar a Satanás y de vencer a la muerte. ¿Qué hacer? El Verbo Encarnado salta a la arena y en­cuentra en su Corazón la energía que necesita para reducir sus ene­migos y obtener una sonora victoria.22

Creados a su semejanza, todos los hijos de Adán y Eva deben estar marcados con este doble carácter; eso es lo que dice San Pa­blo con insistencia: No es un espíritu de temor lo que Dios nos ha dado, es la fuerza y el amor.23 Y también, lo puedo todo en Aquel que me conforta.24 La mansedumbre nos asegura el dominio de la tierra y la fortaleza, el reino del Cielo.25

¿Qué es la vida del hombre? Según enseña el Espíritu Santo, es un combate perpetuo.26 Y añade también: "no ceséis de luchar por la justicia, hasta el último suspiro; sólo a este precio consegui­réis la victoria.27

En una palabra, sed dulces,28 sed fuertes.29

 

II. La sangre, símbolo de la remisión de los pecados

En todos los pueblos y principalmente entre los judíos, la sangre de las víctimas era esparcida para la expiación y reparación de los pecados.30 Esta efusión, dice san Pablo, era la figura del sacrificio de la cruz. Jesucristo ofreció toda la sangre de sus venas para nuestra salvación. Se entregó enteramente, en holocausto, para aplacar la ira divina. Su sangre, que era la de un Dios, fue una sangre pacificadora. También era de un valorinfinito.31 Su valor, sobrepasaba las deudas de todos los hombres; bastaba ampliamente para satisfacer a la justicia celeste, y para expiar todos los críme­nes del pasado, presente y futuro. Esta sangre fue como un tesoro universal, donde todos los pecadores pudieron desde entonces ex­traer su rescate, y como una fuente, puesta a disposición de los justos, para extraer la vida de la gracia.

No solamente toda esta sangre reunida tenía este valor, sino ca­da gota en particular tenía un precio inestimable. San Pedro diri­ge a todos los fieles estas palabras memorables: "Sabed que no por cosas corruptibles, como el oro y la plata, habéis sido rescatados, sino con la sangre preciosa del Salvador".32 "Y esta sangre adora­ble, exclama san Juan Crisóstomo, tiene más eficacia que la del Cordero Pascual: Esta última, aplicada sobre las puertas de los ju­díos, preservó a sus hijos solamente de la muerte temporal; mien­tras que la primera, vertida sobre las almas, las libra de la muerte eterna".33 "Esta sangre divina, continúa el mismo santo Padre, expulsa los demonios y convoca a los ángeles. Ha purificado al mundo entero y purifica el vestíbulo del Santo de los Santos. Una vez vertida, abre el camino del Cielo: con ella Jesucristo compró a su Iglesia y la ornamentó".34

"La sangre del Salvador, dice a su vez san Gregorio Magno, co­mo la de Abel, lanza también un grito, pero es un grito de miseri­cordia, pues la sangre de Abel pedía la muerte del fratricida Caín, en cambio la sangre de Jesucristo obtiene el perdón de sus perse­guidores, es decir nuestra Redención".35 "Y esta sangre, derrama­da para reconciliar al mundo, exclama san León, se convierte en su precio".36 Por él nos hemos aproximado a Dios, de quien el peca­do nos tenía alejados.37

"Ella aplaca la justicia divina y nos obtiene la misericordia. Nos purifica nuestras manchas y nos abre las puertas del Cielo. Re­mite los crímenes de los pecadores y hace crecer las virtudes de los justos".38 Nos es aplicada cada día por medio de los Sacramentos, que consiguen de ella toda su virtud.

¡ Oh Sangre adorable de Jesucristo! ¡Cuán preciosa sois! ¡ Qué maravillas habéis ocasionado! ¿Quién podrá explicar su eficacia? Durante 33 años habéis sostenido las fuerzas del Salvador! Erais Vos quien mantenéis y renováis, a cada instante, la vida de sus miembros, esta vida más excelente que la de todas las criaturas, incomparablemente más elevada que la de los ángeles; esta vida que sirvió para alabar, para adorar la augusta Trinidad, tanto como ella lo merecía; esta vida que se consumió, sin interrupción, para la gloria de Dios y la salvación de las almas; esta vida que dispuso a Cristo para merecernos la gracia y a la vez obtenemos el Cielo, y que fue aceptada por la justicia divina como un holocausto tan perfecto, como agradable.39 Vos sois el principio y la fuente simultáneamente. Seáis bendita! Purificad mi corazón de sus man­chas, y hacedle digno de las complacencias del Altísimo!

 

III. La sangre de Cristo procede de su corazón

Pero esta sangre misteriosa, vertida tantas veces para la reden­ción del mundo,4° que ha pacificado el cielo y la tierra," y que ha operado tantos prodigios, ¿de dónde procede? ¿de qué fuente sa­grada ha surgido? Del Corazón de Jesús!" ...

Este Corazón divino, no sólo ha concurrido en la formación de esa sangre adorable, que se convirtió en precio de nuestro res­cate, sino también a su conservación; siendo la causa motriz de su circulación en todo el organismo del Salvador, por la misma razón se convierte en causa determinante de su efusión en todas las circunstancias que se han producido después de la Circuncisión, hasta la inmolación del Calvario."

El Verbo Encarnado podía libremente retenerla en sus venas, si lo hubiera querido, pero prefirió que su Corazón la esparciera al exterior para la salvación de los hombres.44

Aquí tenemos otro Misterio de Amor!

Esta sangre divina que brotó del Corazón de Jesús, como de su fuente natural, cuando este adorable Salvador estaba en la tierra, todavía opera nuevos prodigios. Como antaño en el árbol de la Cruz, es ofrecida cada día en sacrificio, de una manera mística, pero real, para aplacar la cólera del cielo, satisfacer su justicia, dar gracias a Dios, expiar nuestros crímenes, lavar nuestras iniquida­des y obtenemos la ayuda de que tenemos tan urgente necesidad.45 Está en el cáliz de salvación, como la sangre de la nueva alianza," el precio de la Redención,47 como signo de una caridad sin fron­teras, como la prueba más radiante del amor de Dios hacia noso­tros."

Mas aún, por esta nueva efusión sobre el altar, fluye hasta el seno de la Iglesia, como un río abundante y continuo que da a todos los sacramentos una virtud divina, eficaz y vivificante,49 de suerte que cada cristiano, al degustarla, participa de sus méritos, calma la sed de sus deseos celestes, contiene la violencia de sus pasiones y restaura las fuerzas de su alma;pues esta sangre preciosa es verdaderamente una bebida que hace que, el que la beba, permanezca en Cristo y tenga vida eterna.50" "Sí, grita san Juan Crisóstomo, esta bebida es tan saludable que el que la bebe se siente revivir, puesto que posee el secreto de librarnos de la peste de las pasiones, de matar nuestros pecados, que como gusanos o serpientes nos roen interiormente".51

Pues bien, digámoslo! ¿De dónde sale esta sangre adorable, que circula con tanta abundancia sobre nuestras mesas eucarísticas, para esparcir por todas partes la fecundidad de la vida? Del Corazón de Jesús!52 "Sí, este Corazón sagrado la proporciona! "Sí, es el que la destila cada día, en todas esas gotas del cáliz eucarístico."53 "Por lo tanto, apresuraos a acercar vuestros labios; allí se encuentra esta fuente misteriosa que brota hasta la vida eterna"54 Ya que este divino Corazón participa en la glorificación de la na­turaleza humana de Jesucristo, no ha perdido nada de sus propie­dades naturales, todas las que tenía en la tierra; las posee todas, pero en un estado más perfecto todavía.55

 

IV. Méritos de la sangre de Jesucristo y Misterios que revela

Y este Corazón sagrado, ¿de qué substancia ha sido formado? De la sangre de la Inmaculada Virgen María.56 Ahora que ya está formado y organizado y en actividad, de dónde extraerá los materiales de esta sangre preciosa, que lanzará por todos los tejidos del cuerpo para alimentarlo y desarrollarlo?

"Los extraerá, como todo corazón humano en su origen, de los elementos de la sangre materna".57 Y estos elementos, es de Vos, Oh María, de quien el Verbo se ha dignado solicitarlos; Vos no sois pues extraña a esta sangre adorable, a ese tesoro de la Redención, a este precio inestimable de nuestra Salvación! 58

¿Habría que sorprenderse, si Jesucristo, vuestro Hijo, deposi­tara todos los méritos en vuestras manos? Este gran misterio de amor se desenvolvió al pie de la cruz, cuando vos estabais allí, erguida y valiente, fija la mirada sobre la víctima propiciatoria. Escucháis de pronto los pasos precipitados del soldado romano. ¿Y qué es lo que visteis? La punta acerada de una lanza que él esgrimía. ¿Qué pretende? Traspasar el pecho del divino crucificado!!! 59 El golpe que asestó, fue tan rápido como el rayo... ¡Estaba hecho! El Corazón de Jesús estaba abierto6° y de la herida entreabierta, brotó inmediatamente y en abundancia,sangre y agua.61 Y esta sangre y esta agua salen al mismo tiempo, pero distintamente, sin mezclarse, nos dice un emi­nente teólogo.62 Este hecho, aunque milagroso, no es menos cier­to.63 La sangre que brotó es sangreverdadera y el agua que la acompañaba era agua pura y verdadera, como lo definió el Papa Inocencio III.64

¿Qué significa este doble prodigio? Encierra grandes misterios! Primero, indica que aquel que estaba crucificado era Dios y hombre a la vez.65 "He aquí porqué, dice san Juan Crisóstomo, el centurión testigo de este extraño suceso, como todos los que pasan por el Calvario, exclama asombrado:

"Este hombre verdaderamente es Hijo de Dios".66

Y en segundo lugar, esta sangre y esta agua son figura de la Iglesia, que sale viviente del costado de Cristo, con todos los sacra­mentos que la constituyen y que son los canales de la gracia.67 "Esta nueva creación, dice Suárez, no podía realizarse antes de la muerte de Cristo, pues este poder de fundar y de santificar, pro­pios de la Iglesia, extraen su virtud sólo de la Redención consuma­da" .68

"San Cirilo y san J. Crisóstomo afirman que el agua significa el bautismo, que es el principio de la Iglesia y la puerta de los otros sacramentos; y lasangre, la Eucaristía, que los contiene todos y puede ser considerada como su fin y su complemento".69 Tertulia­no añade que "la sangre es el símbolo de la fe católica, y que el agua denota los efectos o las ventajas que se derivan".70 Y al dejarse horadar el costado en la cruz, comenta un docto comenta­dor de los Libros Santos, Jesucristo ha querido hacernos compren­der que el cielo, cerrado desde hacía más de 4000 años, estaba des­de ahora abierto a los hombres y que su Corazón sagrado sería co­mo un paraíso donde los elegidos deberían refugiarse".71

Otros muchos misterios surgen todavía de la herida del Cora­zón de Jesús.72

Cuadro de texto: 160
¿Comprendéis ahora por qué la Madre de Jesús estaba allí de pie, junto con el discípulo amado? Tal vez no...! Pues bien! Escu­chad una antigua historia, que cuenta: "Todos los apóstoles hu­yeron por temor a los judíos;María se queda sola con san Juan, para ser testigo de todas las escenas del Calvario. Cuando ella vio el costado de su Hijo abierto tomó un vaso y recibió la sangre y el agua que se escapaban de este corazón adorable.73

Así María quedó en posesión de todos los tesoros de la Reden­ción. Por sus manos virginales el Cordero sin mancha, inmolado para la salvación del mundo, quiere distribuirlos a todos los pue­blos» Es pues a esta virgen incomparable, a quien debemos el poder ser hijos de Dios y de la Iglesia; es a ella pues a quien somos deudores de todos los beneficios de la fe, de nuestra regeneración espiritual, del don de los sacramentos, de las riquezas de la gracia y del reino eterno.

Nos está permitido por lo tanto llamarla Nuestra Señora del Sagrado Corazón, pues por este hermoso título reconocemos la influencia maternal que ella ejerce sobre los méritos de la sangre de su Hijo y, en consecuencia, sobre su divino Corazón que es su fuente adorable

 

NOTAS DEL CAPITULO SEXTO, DEL SEGUNDO LIBRO

1. Invisibilia enim ipsius, a creatione mundi, per ea quae facta sunt, intellecta conspi­ciuntur. (Rom 1, 20).

—Ut ex invisibilibus visibilia fierent, (Heb. 11, 3).

Ille qui omnia in sapientia fecit, ita creavit unamquamque visibilium speciem in terris, ut in his... agnitionem rerum invisibilium poneret... ita... in animatibus in­telligi potest, ut usum quidem et ministerium hominibus praebeant corporale, ha­beant autem incorporalium rerum formas et imagines, quibus doceri anima possit, et instrui ad contemplandam etiam ea quae sunt invisibilia et coelestia. (Origenes, in Cant., lb. 3o, p. 173 y 174).

Id., Thmassin., de Deo, lib. 3o, c. 18 y 19, p. 164.

2.     Velut sigillum maximum. (Clemens Alex., Fragmenta, n. 16, et $ 7, t. 2o, p. 767.

3.     S. Tomás, I, q. 15, art. 2 — Id., I Sent, dist. 36, Q. 2a, art. 2; t. 19, p. 413414.

Vestigia Creatoris nostri sunt mira opera visibilis creaturae. (Sam Gregor. M. Mo­ral,lib. 26, c. 12, n. 17; t. II, p. 358).

Per ea quae sunt in publico, illud ad nos emanat, quod latet in occulto. (id., Ibid., lib. V, c. 29, n. 52; t. I, p. 707).

Rationes rerum quae sunt intelligibiliter in Deo, sunt sensibiliter in creaturis cor­poralibus. (s. Tomas, in apit. ad Heb., t. 7, c. 9, lect. 2, p. 429).

4.        Revera quae videntur manifestae sunt imagines eroum quae non videntur. (s Dionaerop., Epist. X, p. 1118, éd. Migne).

5.        Schiller, t. VII, p. 322-324.

6.        Jouffroy, Cours d'estbét. p. 132.

7.        San Cirilus Alex. in Oseam prophet. c. 30, t. 4o, p. 98, éd. Migne.

8.        Corpus hominis est imago mentis. (Corn. a Lap., in Genes. c. 1, v. 26, t. I, p. 71 —Id. Petavius, lib. II, c. 11).

9.        Finis proximus humani corporis est anima rationalis, et operationes ipsius. (s. To­mas, I, q. 91, art. 3).

10.     Quidquid in partibus corporis apparet, totum originaliter, et quodammodo impli­cite, in anima continetur. Nec homo posset esse perfectus, nisi totum quod in ani­ma implicite continetur, exterius in corpore explicare= ; nec etiam corpus animae ad plenum proportionaliter responderet... Eadem est comparatio totius corporis ad totam animam, et partium ad partem, ut dicitur in II de Anima, text. 9 (s. Tomas, supplem. q. 80, art 1, et ad 1.).

11.     Omnia enim vestra sunt; vos autem Christi; Christus autem Dei. (1 Cor 3, 22.23).

12.     Mons. Baudry le Coeur de Jesus, p. 1, $ 16, p. 74 y 75.

13.     Significant autem hujuscemodi creaturae hujus mundi sensibiliis invisibilia Dei par­tim quia Deus est omnis creaturae origo, exemplar... omnis enim creatura ex natura,est illius sapientiae quaeddam effigies et similitudo. (s. Buenaventura, Itiner. mentis,c. 2, t. XII, p. 10, éd. Vivés).

14.     Quibus colligatio harrnoniaque anima continetur. (s. Basilio, homil. in Ps. 22, n. 13,T. I, p. 383).

15.     Leibniz, Nouveaux Essais; t. II, $ 15, p. 225, éd. Berlín.

16.     Tu solus bonus et potens est. (Judit 11, 6).

17.   Cuadro de texto: 162
Sapient. 11, 29.

18.   Mat. 11, 29.

19.   Juan 10, 11.

20.   Actos 10, 38. Viscera misericordiae Dei nostri (Luc 1, 78) — Per misericordiam Dei(Rom. 12, 1) — Misericors Dominus est, et miserator. (Jacb. 5, 11) — Misereor tur­bae. (Mat 15, 32) — Misit me sanare contritos corde. (Luc. 4, 18).

21.   Luc. 29, 19.

22.   Hi cum Agno pugnabunt, et Agnus vincet illos. (Apoc. 17, 14).

23.   Non enim dedit nobisDeus spiritum timoris, sed virtutis et dilectionis. (2 Tim 1,7).

24.   Omnia possum in Eo qui me confortat. (Philip. 4, 13).

25.   Beati mites, quoniam ipsi possidebunt terram. (Mat 5, 4) — Regnum coelorum vimpatitur, et violenti rapiunt illud. (Mat 11, 12).

26.   Militia est vita hominis super terram. (Job 7, 1).

27.   Usque ad mortem certa pro justitia. (Eccl. 4, 33).

Labora sicut bonus miles Christi. (2a Tim. 2, 13).

Nam et qui certat in agone, non coronabitur nisi legitime certaverit (Id 2, 5).

28.   Esto... misericors. (Eccl. 4, 105).

29.   Esto robustus. (Deut. 31, 7 et 23).

30.   Levit., 1, 15 — Et omnia pene in sanguine, secundum legem, mundantur ; et sine san­guinis effusione non fit remissio. (Heb. 9, 22).

31.   Empti estis pretio magno. (1 Cor. 6, 2).

Pacificans per sanguinem crucis ejus, sive quae in terris, sive quae in coelis sunt. (Col. 1, 20).

32.   Scientes quod non corruptibilibus auro vel argento redempti estis... sed pretiososanguine. (1 Pet. 1, 18 et 19).

33.   S. Juan Crisóstomo, Hom. 27, n. 1, I, in epist ad Hebreos, t. 12, p. 185 éd. Migne.

34.   Ibid. Hom. 46, in Joan. n. 3, t. VIII, p. 261.

35.   S. Gregorio Magno, Moral. lib. 13, cap. 23, n. 26, t. I, col. 1029.

36.   S. León, serm. II de Passione, c. 3o, t. 1, p. 351.

37.   Nunc autem in Christo Jesu, vos, qui aliquando eratis longe, facti estis prope in sanguine Christi. (Eph 11, 13).

38.   S. Fulgencio, de Verit, praed. et grat. lib. 3, c. 23, p. 670.

39.   Hebr. 10, 8.

40.   In circumcisione, scilicet, agonia, flagellatione, spinarum coronatione, via cricis, cru­cifixione ac tandem lateris et Cordis transfixione. (Thesis de cultu SS. Cordis Jesu aPP. Martorelli et Jos. Castella, p. III, de Propietat., Thes. I de Excellent., p. 134).

41.   Pacificans per sanguinem crucis ejus, sive quae in terris, sive quae in coelis sunt.(Coloss. 1, 20).

42. A nullo alio membro SS. Corporis Christi elaboratur est, atque copiosa exibitur, nisia SS. ejus Corde ille sanguis qui per septem mirabiles effusiones totus in salutem generis humani exhaustus est: in circumcisione, etc. (Theses de cultu SS. Cordis Jesu a PP. A. Martorell et Jos. Castella, p. III de Propietatibus. thes. 1, de Excellent., p. 134).

43.     Jamvero ad hujus sanguinis formationem et conservationem, SS. Cor Jesu summo­pere concurrit ; et cum sit causa motus ejus circulatorii, fuit etiam determinans effu­sionem ejus sive, in sudore sanguineo ex vehementibus Cordis impulsibus orto, etc. (De SS. Corde Jesu ejusque cultu, a L. Leroy, cap. 1, q. 4, n. 55, p. 56 — Ibid.,Perrone, de Incarnat. p. 2, c. 4, prop. 2, n. 562, p. 193, in n. 1).

44.     Quem (sanguinem) cum libere retinere posset divina virtute Verbum, pro salutehominum todo Corde diffundere maluit. (De SS. Corde Jesu ejusque cultu, c. 1, q. 4 n. 55, p. 57).

45.     Ardentissimus Christi erga homines amor non in ea tantum manifestatione sesecontinere potuit, qua in cruce sacrificio cruento oblatus est; sed voluit praeterea, ut multo mirabiliore modo per incruentum sacrificium continua ac copiosa hujus sanguinis scaturigo in sinu Ecdesiae efflueret: qua et illius merita fideles propia sibi facerent.(Theses de cultu SS. Cordis Jesu, a P.P. Martorell et Castella, p. 3,

 Propietat., Thes. 1, de Excellent. pag. 134.

46.     Accipiens calicem, dicens: "Hic est enim sanguis meus novi Testamenti, qui pro multis effundetur in remissionem. peccatorum". (Mat. 26, 27 et 28).

47.     In quo habemus Redemptionem per sanguinem ejus, remissionem peccatorum, se­cundum divitias gratiae ejus. (Ephes. 1, 7).

48.     Majorem hanc dilectionem nemo habet, ut animam suam ponat quis pro amicis suis (Juan. 15, 13).

49.     A fonte scilicet arcano profusum (pretium sanguinis redemptionis) vim daret sacra­mentis. (s. Buenaventura, de Ligno vitae, t. 12, p. 78, éd. Vivés).

50.     Sanguis ejus eucharisticus vere est potus, quem qui bibit, in Christo manet et vitam aetemam habet. (Theses de culto SS. Cordis a PP. Martorell et Castella, p. 3, de Pro­pietat, theis I, de Excell., p. 134 — Juan 6, 55).

51.     Quomodo poterimus ab hac peste (passionum) liberad? Si illam potionem bibamus,quae possit intus positos vermes et serpentes extinguere: Ecqua potio ulla est, quae tantum vim habet? Pretiosus sanguis Christi, si cum fidutia sumatur, morbos quipe omnes extinguere poterit. (s. J. Crisost, in Matt Hom. IV, n. 9, t. VII, p. 50, ed. Migne).

52.     Hic Sanguis, qui ex altaribus nostris, veluti effluvium, effunditur ubique, idem habet, sui cursus principium, Cor nempe gloriossisimum Christi, quod beatorum Chorus coelestis inter extases sine velamine contemplantur gloriae radiis colustra­tum; nos yero sub speciorum tegmine velatum supplici veneratione celebramus. (Theses de cultu SS. Cordis Jesu, etc., p. 134 — S. Bonav. Op. Cit.).

53.     Oeuvres du Card. Pie, Obispo de Poitiers, t. VI, p. 611 — Sanguis in cratere in tuampurificationem ex immaculato latere effusus est... quasi divino et impolluto lateriadmotti labiis, sic salutari sanguini participemus. (s. J. Crisostomo, de Poenit. hom. IX,t. VII, p. 545, éd. Migne).

54.     A fonte scilicet Cordis arcano profusum (pretium sanguinis redemptionis)... essetjam in Christo viventibus poculum fontis vivi, salientis in vitam aeternam... Surge, ibi os appone, ut haurias aguas de fontibus Salvatoris. (s. Bonav. de Ligno Vitae, t. XII, p. 78, éd. Vivés).

55.     In vita gloriosa Christi, et in humana natura Christi glorificata, SS. Cor Jesu et ipsum gaudens propietatibus vitae gloriosae, nihil amisit ilius dignitatis et excellen­tiae quibus in his terris vivens temporali vita gaudebat, a contra suis propietatibus et vitalibus functionibus excellentiori modo praeditum fuit. (de SS. Corde Jesu ejusque cultu, a L. Leroy, cap: I, Q. 4, n. 55, p. 57).

56.   Conceptus ex utero Virginali, carnem non de nihilo, non aliunde, sed materna traxit ex carne Christus. (V. seda, Exposit. in Luc., lib. 4, t. 30, p. 480).

57.   Cl. Bernerd, la Science experimentale. La fisiología del corazón Vol. I, in-12, p. 335.

58.   Habuit, ob Filii Dei maternitatem, dominium in omnia. (Com. a Lap. t. 15, p. 59. col. 2, éd. Vivés).

Imo ratione maternae dignitatis habet singulare jus ad bona Filii. (Suarez, in III p.,disp. I, sect. 2, n. 7, t. XIX, p. 10, éd. Vivés).

59.   Unus militum lancea latus ejus apperuit. (Juan 19, 34).

60.   Vulnus hoc videtur totum latus Christi penetrasse, ut videlicet, lancea haec adapta per dextrum latus Christi, transierit per Cor et pericardium, atque cuspis ejus exierit per latus sinistrum ad papillam. (Corn. a Lap. in Juan. 19, 34).

Prudentius, Dittochoeum, n: 42, v. 165, p. 108.

Theophylac, Enarr. in evang. Joan., c. 19, v. 34, t. II, éd. Migne.

Apeno latere, et extracta lancea, sanguis in cuspide quasi brunei coloris apparuit, ut ex eo hoc intelligeretur Cor transfixum. (s. Brigid. Revel lib. IV cap. 7o.)'

Infixit lanceam in Tatere ejus dextro. (Id. lib. VII, c. 15).

—In Corde punctus erat tam amare et inmisericorditer, quod pungens non distitit, donec lancea attigit costam, et ambae partes Cordis essent in lancea. (Id. lib. 2, c. 21).

61.     Et continuo exivit sanguis et aqua (Juan 19, 34).

62.     Non prius sanguis, deinde aqua, sed simul sanguis et aqua, impermixta tamen utunum ab altero discerni posset. (Corn. a Lar. in Joan. 19, 34).

Suárez sostiene, apoyándose en San Jeronimo, que la sangre manó primero y el agua después: "Intelligi potest, primum totum sanguinem exiisse, deinde yero aqua manasse. Et hic modus videtur facilior, accomodattis tum ordini narrationis Joannis, tum etiam mysterio. Prius enim Christus suum sanguinem effudit; multique pie me­ditantur totum sanguinem suum in passione fudisse, et in hujus rei signum ac testi­monium, id quod reliquum erat, accepto lanceae vulnere, profundisse. Postea yero, effuso sanguine, et quasi pretio soluto, manavit aqua, quae virtutem sanctificandi an illo sanguine habitura erat. Unde Jeronimus", etc. (Suarez, in III p., disp. 41, sectl, n. 6, p. 688, éd. Vivés).

63.   s. Ambrosio, in cap. 23 Lucas, lib. X, n. 135.

64.   Innoc. III, de sacrific. Missae, lib. 30, c. 29, p. 876, t. IV, éd. Migne.

65.   Sanguis symbolum quod horno sit is qui crucifixus est; aqua yero, quod is sit superhominem, hoc esr Deus. (Thephylact. Enarr. in evang. Joan., c. 19, v. 34, t. II, p. 1474, éd. Migne).

66.   Verus Filius Dei erat iste. (Mat. 27, 54).

67.   In hoc vulnere lanceae fluxuque sanguinis et aquae, significatam esse Ecclesiae forma­tionem ex latere Christi dormientis in cruce, dicunt Patres. (Suarez, in IV p., disp. 41, sec. I, n. 4, p. 687, éd. Vivés).

—Ecclesia de latere Christi in cruce per passionem et soporem monis formata est. (s. Ambrosio, de Trinitate, c. 17, t. II, p. 530).

—Ista mulier (Gen. 3, 15) est Ecclesia, de latere Adae dormientis, id est. Christi

morienti formata. (S. Bonav., Serm. IV dominicas post Epiphan., t. 13, p. 113). —Latus ejus aperuit... ut illic quodammodo vitae ostium panderetur, unde sacra­menta Ecclesiae manaverunt. (s. August. in Joan. Evang, c. 19, t. 220, n. 2). —Ecclesiae vita per duo ista (aquam et sanguinem) et fit et consistit. (Theophil Enarra, in Evang. Joan., cap. 19, v. 31-34, t. II, p. 282 — S. Crisóstomo, in Joan homil. 85, n. 3, t. 8, p. 463).

—Nam Baptismo nascitur, Corfirmatione roboratur, Eucharistia pascitur et perfici­tur. Poenitentia sanatur, Extrema Unctione munitur, Ordine gobernatur, Matri­monio propagatur. (Cor. a Lap., in Joan. 19 34).

68.   Haec effusio sanguinis Christi non est facta ante mortem, quia tota haec virtus

sanctificandi et fundandi Ecclesiam ex morte Christi potissimum dimanavit. (Sua­rez, inin p., disp. 41, sect. i, n. 4, p. 687, col. 2 éd. Vives).

69. Aqua significat Baptismum, qui est principium Ecclesiae et sacramentorum caete­rorum ; sanguis veto repraesentat Eucharistiam, quae omnium sacramentorumfinis est et complementum, ad quae duo, quasi ad principium et finem, caeterasacramenta omnia reducuntur. (Corn. a Lap. in Joan. 19, 34 — Ita s. J. Crisost., homil. 85, in Joan., n. 3, t. VII, p. 678 — S. Cyril., in Joan, Lib. 12, t. 7, p. 678).

Agua enim indicat Baptismum, qui est janua; sanguis yero Eucharistiam, quae estfinis et consummatio sacramentorum ; et ideo sub his duobus reliqua comprenhen­duntur. (Suarez, in III p., disp. 41, sect. 1, n. 4, t. 19, p. 687, éd. Vivés).

70.     Quia qui in sanguinem ejus crederent, agua lavarentur; qui aqua lavissent, etiamsanguinem potarent. (Tertul. de Baptism., c. XVI).

71.     Reseratio Haec lateris Christi in morte, adumbrabat per mortem ejus reseratum esset jam coelum, quod per quator annorum millia clausum fuerat. (Com. a Lap. in Joan., XI, 34, t. 19, p. 621, col. 2, éd. Vivés).

72.     He aquí los que Suárez enumera: 1. Ecclesiae institutionem ac formationem; que­madmodum Eva ex latere dormientis Adae formata est, ita Ecclesia ex latere dor­mientis Christi in cruce. — 2. Mysterium ipsum divinitatis et humanitatis cum Ver­bo inexplicabile unionem copulatarum ; —3. Ecclesiae redemptionem et ablutionem ; 4. Sacramentorum institutionem ; 5. Duplicem Baptismum aquae et sanguinis; 6.Abundantiam gratiae a Christo prevenientis. (Suarez, in III p., disp. 41, sect. 1, n. 3, t. XIX, p. 686, éd. Vivés).

Ipse Salvator, emisso in Cruce jam spiritu, sustinuit perforad lancea latus suum ut,inde sanguinis et aquae profluentibus undis, formaretur unica, et immaculata ac vir­go sancta Mater Ecclesia, sponsa sua. O Beatissima ipsius sacri lateris apertura, unde tot et tanta divinae pietatis dona fluxerunt! (Sean. Innoc. papae VI, in decret. de fest. Lanceae — Vide Offc. SS. Lanceae, noct. II, lect : IV).

73.       Quum yero metu homicidarum omnes profugissent, sola ibi aderat Maria, et quemdiligebat discipulus, qui omnia quae vel ante vel post mortem ejus gesta essent ocu­lis ipsi spectarunt, sanguinemque et aquam e latere ejus, quasi adhuc viventis, recensprofluentem, religiose simul et honorifice admodum vasculo exceperunt. (Niceph.Call., Hist. eccl. lib. I, c. 30, t. I, p. 723).

74.       in manibus tuis sunt thesauri miserationum Domini. (s. Pedro Damiano, serm. I, inNat. B.M.V., p. 740, t. I, éd. Migne).

Omnis gratia... a Virgine in nos ordinatissime dispensatur. (s. Bernardino de Sena, pro fest V.M., s. 6, art. 1, c. 1, de Annuntia. B.V.).

—Nihil nos Deus habere voluit, quod per Mariae manus no transiret. (s. Bern., Serm.III, in Vigil Nativi. Domini, n. 10).

Nota Bene — Podría aquí hacérsenos una objeción, diciéndonos: ¿Por qué atribuir tan grandes misterios al Corazón de Jesús, traspasado en la cruz? Todos saben que Jesucristo, una vez muerto, ya no podía merecer. No es correcto, por lo tanto, atribuir una virtud meritoria a su Corazón inerte, incapaz en aquél momento de hacer nada en absoluto."

Esta virtud misteriosa que los santos Doctores y la misma Iglesia en su santa liturgia atribuyen a la llaga del Sagrado Corazón, no viene naturalmente del hecho material, es decir de la apertura que le fue practicada por la lanza del soldado, si se la aisla de toda relación precedente, sino más bien de que el Salvador, antes de morir, había previsto y querido los prodigios que acabamos de mencionar y que esta divina voluntad no había sido revocada.

"Attendendum est hoc vulnus sibi suoque Cordi inferendum a Christo fuisse ante mortem praevisum, et ab illo libere admissum et volitum ; quae voluntas et accep­tatio praecedens et virtualiter perseverans, tantoque magis perseverans quod voluntas divina et humana Christi post mortem utique potuisset gloriossisimam hanc injuriam avertere, omnino sufficiens esse ad valorem meriti in ipsa voluntate prae­cedente et acceptante fomaliter constituendum et ipsi vulneri deinceps illato com­municandum."(De SS. Corde Jesu ejusque cultu, a L. Leroy, c. I, q. 4, n. 57, p. 59).

 


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