Reconocimiento oficial y Estatutos de la Renovación Carismática Católica UNA NUEVA MANERA DE SENTIR Y VIVIR LA FE PENTECOSTALISMO PROTESTANTE,
LOS CATÓLICOS Y NUEVA ERA (clerus.org)
Hay mucho
parecido entre los tres movimientos religiosos (aunque la Nueva Era sea
esencialmente un movimiento cultural con contenidos religiosos). Por lo tanto,
es fácil el coqueteo entre los tres, el sincretismo y el paso de uno a otro.
NO TODO ES MALO
Si avanzan arrasando con todo, quiere decir que tienes algo
que vale: espontaneidad, emoción, superación personal, sentido de búsqueda,
armonía entre cuerpo y espíritu, participación, optimismo, etc. Sin duda se trata de algo bueno, que, conjugado oportunamente, ofrece una visión de la vida muy diferente de la tradicional. Por eso atrae a la gente de una forma irresistible, dando resultados concretos e inmediatos de liberación, satisfacción y cierta paz interior.
SENTIRSE BIEN
En realidad, lo que el hombre actual busca y estos tres
movimientos espirituales ofrecen, es ayudar al hombre a sentirse bien, más allá
de cualquier sentido de pertenencia, coherencia o fidelidad. Por eso los
seguidores de estos movimientos rehúsan cualquier tipo de profundización y
sistematización que los amarraría a ciertos “dogmas”, cerrando el paso a
ulteriores búsquedas y experiencias.
Lo que vale
es ensayar nuevas maneras de relacionarse consigo mismo, el mundo, el más allá
y Dios, pasando fácilmente de una perspectiva a otra, de un grupo a otro,
siempre buscando nuevas experiencias, emociones y poderes.
Por eso no
es difícil encontrar a gente que pasa con toda naturalidad de un curso sobre el
Espíritu Santo a otro sobre cristales, cuarzos, energía o control mental; gente
que, sin ningún escrúpulo de conciencia, de un momento a otro deja su Iglesia
para integrarse a otro grupo, que le ofrece mayores oportunidades para
realizarse y sentirse mejor.
CADA UNO CON SU CÓCTEL
Siendo
muchos los ingredientes para el cóctel religioso (psicología, parapsicología,
religiones orientales, Biblia, astrología, esoterismo, magia, gnosis,
espiritismo, etc.) y habiendo gustos muy diferentes, todo es cuestión de
demanda y oferta, capacidad de descubrir recetas siempre más llamativas, que despierten
el interés de la gente.
Al mismo
tiempo, puesto que en todo el asunto la moda y el aburrimiento juegan un papel
muy importante, más vale estar prevenidos, sondeando oportunamente el mercado y
lanzando propuestas siempre más atrevidas y lo más originales posibles.
Ya los
límites no son tan claros entre religión, curanderismo, psicología o superación
humana. Cada quien entiende las cosas como puede y ve la conveniencia de cortar
las antiguas creencias o integrarlas a las nuevas. Eclecticismo y sincretismo son
la base de esta nueva concepción de la vida.
CUIDADO CON LA RENOVACIÓN CARISMÁTICA
Sin duda tiene el grande mérito de haber traído a la Iglesia
Católica aire nuevo con el gusto por la Palabra de Dios, la oración y tantas
cosas más. Pero al mismo tiempo tiene su talón de Aquiles: su enorme parecido
con el pentecostalismo protestante y la Nueva Era. Esto explica sus éxitos y
sus fracasos.
Mucho
cuidado entonces. En lugar de insistir tanto sobre los carismas tomados
muchas veces como poderes y no como posibilidad de ofrecer un servicio a la
comunidad, habría que insistir más sobre el concepto “cristiano” de Dios en
contraposición al concepto vago presente en la Nueva Era, el sentido de la vida
en este mundo, el papel de la Iglesia Católica en orden a la salvación, el
compromiso misionero de todo creyente y el espíritu de solidaridad que tiene
que animar a todo ser humano, para balancear el enfoque esencialmente
individualista de los movimientos en cuestión.
Todo esto
podría representar una buena garantía para resistir frente a cualquier
tentación de dejar la propia Iglesia para buscar más allá de sus fronteras
nuevas oportunidades de realización y satisfacción.
Además,
habría que examinar atentamente la manera de ver el don de lenguas y de
sanación, muchas veces entendidos como sellos que garantizan la presencia del
Espíritu Santo, lo que sin duda no siempre responde a la realidad. También
habría que aclarar el sentido de la cruz en la vida del cristiano, rechazando
la idea "pentecostal" de que todo sufrimiento tiene que ser ajeno a
la vida del cristiano, puesto que Cristo ya pagó por todos y por sus llagas
hemos sido sanados (Is 53,5).
Claro que,
si se aclara todo esto, muchos dejarán la Renovación Carismática para pasarse
de plano con los pentecostales o los nuevaerianos (Amistad Cristiana,
cristianos, amistad de vida, mujeres de éxito, cruzada estudiantil y
profesional, teoterapia, meditación trascendental, etc.). Ni modo. Es el riesgo
que corrió el mismo Jesús, cuando quiso aclarar las cosas (Jn 6,60).
UNA REVISIÓN URGENTE
Evidentemente,
lo que acabo de expresar, no refleja el problema en su totalidad. Quiere ser
solamente un estímulo para una reflexión más profunda sobre el tema, antes que
sea demasiado tarde. En efecto, el peligro que señalamos no es puramente
teórico. Ya el virus del sincretismo ha afectado a muchos
"renovados". Lo que pretendo con estas reflexiones es ayudar al
Movimiento de Renovación a tomar conciencia de la situación y hacer algo
concreto para remediarla. En realidad, lo que está en juego es demasiado grande
con consecuencias trascendentales para la Iglesia. Se está jugando el presente
y el futuro de la Nueva Evangelización que en el Movimiento de Renovación
encuentra uno de los grandes pilares.
Lea un comentario y testimonio: "Lo que debo a la Renovación Carismática"
Otro
testimonio de la Renovación Carismática Católica
|