Los Signos de la Iglesia viva
Pregunta
Hola: Quisiera saber los
signos de vida que tiene una comunidad eclesial y que es lo que destruye la
comunidad y nos aparta de Dios.
Gracias
Maritza Reyna
Respuesta
Estimada hermana en Cristo.
Que la alegría del Señor resucitado esté en su corazón.
Para dar una respuesta quisiéramos en primer lugar sugerirle de leer y meditar los dos pasajes de los Hechos de los Apóstoles que caracterizan la comunidad cristiana. Es evidente que todo lo que vaya en contra destruye la comunión y aparta de Dios:
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“Hch 2, 42
Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la
fracción del pan y a las oraciones. 43 Toda la gente sentía un santo
temor, ya que los prodigios y señales milagrosas se multiplicaban por medio
de los apóstoles. 44 Todos los que habían creído vivían unidos; compartían
todo cuanto tenían, 45 vendían sus bienes y propiedades y repartían después
el dinero entre todos según las necesidades de cada uno.
46 Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran sencillez de corazón. 47 Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que quería salvar.
Hch 4,32-35
La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos. Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús. Y gozaban todos de gran simpatía. No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían campos o casas los vendían, traían el importe de la venta, y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada uno según su necesidad. “
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Observe que la comunión (la común unión) se fundamentaba en la enseñanza y testimonio de los Apóstoles, en la convivencia y en la celebración de la eucaristía. Acudían todos los días en el templo con entusiasmo, es decir, hacían oración común alabando a Dios y compartían los bienes. Llama también la atención sus actitudes personales: gran sencillez de corazón, alegría, entusiasmo. He aquí los ingredientes de una comunidad viva. En cambio cuando no se escuchan las enseñanzas de los Apóstoles (de la que es garantía el Magisterio de la Iglesia), cuando el dinero es lo más importante, cuando hay divisiones y no existe la convivencia, cuando no se ora juntos, cuando en lugar de sencillez y alegría entran los celos y la amargura y la contestación, entonces se destruye la comunidad.
Para poder también escuchar la enseñanza de nuestros días quisiéramos además dirigir su atención a una parte de la última encíclica de nuestro Santo Padre Juan Pablo II sobre la eucaristía. Vaya al apartado que habla sobre la comunión eclesial y encontrará unas enseñanzas preciosas al respecto.
Servida
Que Dios la bendiga.
Se lo desean y por ello rezan
Los MSC del Perú