Domingo 5 del Tiempo Ordinario Ciclo B: Preparemos la Fiesta con las Lecturas y el Catecismo
Con las lecturas Con el catecismo Con el Directorio Homilético
Recursos adicionales para la preparación
Año Litúrgico Patrístico
Comentarios de Sabios y Santos
I
Comentarios de Sabios y Santos II
Iglesia del Hogar: Preparando en Familia
Catequesis preparatoria para los niños
Ejemplos que iluminan la participación
Recursos: Gráficos - Videos - Audios
Falta un dedo: Celebrarla
Lectura del libro de Job 7, 1-4. 6-7
Job habló diciendo:
¿No es una servidumbre la vida del hombre sobre la tierra?
¿No son sus jornadas las de un asalariado? Como un esclavo que suspira por la sombra, como un asalariado que espera su jornal, así me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de dolor.
Al acostarme, pienso: «¿Cuándo me levantaré?» Pero la noche se hace muy larga
y soy presa de la inquietud hasta la aurora. Mis días corrieron más veloces que una lanzadera: al terminarse el hilo, llegaron a su fin.
Recuerda, Señor, que mi vida es un soplo y que mis ojos no verán más la felicidad.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial 146, 1-6
R. Alaben al Señor, que sana a los afligidos.
O bien: Aleluya.
¡Qué bueno es cantar a nuestro Dios,
qué agradable y merecida es su alabanza!
El Señor reconstruye a Jerusalén
y congrega a los dispersos de Israel. R.
Sana a los que están afligidos
y les venda las heridas.
Él cuenta el número de las estrellas
y llama a cada una por su nombre. R.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su inteligencia no tiene medida.
El Señor eleva a los oprimidos
y humilla a los malvados hasta el polvo. R.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto
9, 16-19. 22-23
Hermanos:
Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!
Si yo realizara esta tarea por iniciativa propia, merecería ser recompensado, pero si lo hago por necesidad, quiere decir que se me ha confiado una misión.
¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Predicar gratuitamente el Evangelio, renunciando al derecho que esa Buena Noticia me confiere.
En efecto, siendo libre, me hice esclavo de todos, para ganar al mayor número posible. Y me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos, para ganar por lo menos a algunos, a cualquier precio.
Y todo esto, por amor a la Buena Noticia, a fin de poder participar de sus bienes.
Palabra de Dios.
Aleluia Mt 8, 17
Aleluia:
Cristo tomó nuestras debilidades
y cargó sobre sí nuestras enfermedades
Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 29-39
Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús sanó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando».
Él les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido».
Y fue por toda la Galilea, predicando en las sinagogas de ellos y expulsando demonios.
Palabra del Señor.
Con el Catecismo de la Iglesia Católica entender y vivir la Palabra
Elifaz le había
dicho a Job que cada hombre tiene asignada una tarea; y éste reconoce que la
suya está llena de sufrimiento y miseria. A pesar de lo cual, parece apelar al
amor que Dios le tiene.
Jesús entra en
casa de Pedro y Andrés en compañía de los discípulos habituales en estos casos.
Ante ellos tienen lugar importantes autorrevelaciones, es una manera de
subrayarlas precisamente delante de estos testigos.
La oración de
Jesús suele estar vinculada a momentos importantes que tienen que ver con su
mesianidad: momentos de aplauso público y reconocimiento masivo; instantes de
compromiso radical con su entrega y pasión, etc. Las palabras “todo el mundo te
busca” pueden aludir al primer motivo. Ha creado con sus milagros tales
expectativas mesiánicas que la gente no para hasta encontrarlo.
Ocupado en miles
de cosas, agobiado por miles de
preocupaciones, el hombre de hoy acaba por estar desinteresado de casi todo.
Cuanto más hace el hombre, menos se para a pensar en el sentido de la vida.
Pero cuando encontramos a alguien que, además de vivir, se da cuenta de que
vive, estamos ante una persona.
_ “Jesús acompaña
sus palabras con ``milagros, prodigios y signos'' (Hch 2,22) que manifiestan
que el Reino está presente en Él. Ellos atestiguan que Jesús es el Mesías”
(547).
_ “El Hijo de
Dios hecho hombre aprendió a orar conforme a su corazón de hombre. Y lo hizo de
su madre que conservaba todas las ``maravillas'' del Omnipotente y las meditaba
en su corazón. Lo aprende en las palabras y en los ritmos de la oración de su
pueblo, en la sinagoga de Nazaret y en el Templo. Pero su oración brota de una
fuente secreta distinta, como lo deja presentir a la edad de los doce años:
``Yo debía estar en las cosas de mi Padre'' (Lc 2,49). Aquí comienza a
revelarse la novedad de la oración en la plenitud de los tiempos: la oración
filial, que el Padre esperaba de sus hijos va a ser vivida por fin por el
propio Hijo único en su Humanidad, con y para los hombres” (2599; cf.
2601).
_ “Cuando Jesús
ora, ya nos enseña a orar. El camino teologal de nuestra oración es su oración
a su Padre. Pero el Evangelio nos entrega una enseñanza explícita de Jesús
sobre la oración. Como un pedagogo, nos toma donde estamos y, progresivamente,
nos conduce al Padre. Dirigiéndose a las multitudes que le siguen, Jesús
comienza con lo que ellas ya saben de la oración por la Antigua Alianza y las
prepara para la novedad del Reino que está viniendo. Después les revela en
parábolas esta novedad. Por último, a sus discípulos que deberán ser los
pedagogos de la oración en su Iglesia, les hablará abiertamente del Padre y del
Espíritu Santo” (2607).
_ “La oración de
fe no consiste solamente en decir ``Señor, Señor'', sino en disponer el corazón
para hacer la voluntad del Padre (Mt 7,21). Jesús invita a sus discípulos a
llevar a la oración esta voluntad de cooperar con el plan divino” (2616).
_ “Jesús ora por nosotros
como sacerdote nuestro; ora en nosotros como cabeza nuestra; a Él dirige
nuestra oración como a Dios nuestro. Reconozcamos, por tanto, en Él nuestras
voces; y la voz de Él, en nosotros” (San Agustín, Sal 85, 1) (2616).
Cuando cura a los
enfermos, se manifiesta la fuerza libertadora de Jesús; cuando ora, enseña a
los hombres el camino de la liberación.