Domingo 31 del Tiempo Ordinario C - 'Zaqueo' - Lecturas y Catecismo: Preparemos con ellos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
Con
las Lecturas
Con el Catecismo
Con el Directorio Homilético
Recursos adicionales para la preparación
Año Litúrgico Patrístico
Comentarios de Sabios y Santos
Iglesia del Hogar: Preparando en Familia
Catequesis preparatoria para los niños
Ejemplos que iluminan la participación
Recursos: Gráficos - Videos - Audios
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Falta un dedo: Celebrarla
Lectura
del libro de la Sabiduría 11, 22-12, 2
Señor, el mundo entero es delante de ti
como un grano de polvo que apenas inclina la balanza,
como una gota de rocío matinal que cae sobre la tierra.
Tú te compadeces de todos, porque todo lo puedes,
y apartas los ojos de los pecados de los hombres
para que ellos se conviertan.
Tú amas todo lo que existe
y no aborreces nada de lo que has hecho,
porque si hubieras odiado algo, no lo habrías creado.
¿Cómo podría subsistir una cosa si Tú no quisieras?
¿Cómo se conservaría si no la hubieras llamado?
Pero Tú eres indulgente con todos,
ya que todo es tuyo, Señor que amas la vida,
porque tu espíritu incorruptible está en todas las cosas.
Por eso reprendes poco a poco a los que caen,
y los amonestas recordándoles sus pecados,
para que se aparten del mal y crean en ti, Señor.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial 144, 1-2.8-11.13c-14
R. Bendeciré al Señor siempre y en todo lugar.
Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,
y bendeciré tu Nombre eternamente;
día tras día te bendeciré,
y alabaré tu Nombre sin cesar. R.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas. R.
Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder. R.
El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados. R.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de
Tesalónica 1, 11-2, 2
Hermanos:
Rogamos constantemente por ustedes a fin de que Dios los haga dignos de su
llamado, y lleve a término en ustedes, con su poder, todo buen propósito y
toda acción inspirada en la fe. Así el Nombre del Señor Jesús será
glorificado en ustedes, y ustedes en Él, conforme a la gracia de nuestro
Dios y del Señor Jesucristo.
Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con Él,
les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen,
sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros,
que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado.
Palabra de Dios.
Aleluia Jn 3, 16
Aleluia.
Dios amó tanto al mundo,
que entregó a su Hijo único;
todo el que cree en Él tiene Vida eterna.
Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 19, 1-10
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico
llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos. Él quería ver quién era
Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura.
Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a
pasar por allí.
Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: «Zaqueo, baja
pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa». Zaqueo bajó rápidamente y
lo recibió con alegría.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: «Se ha ido a alojar en casa de un
pecador». Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: «Señor, yo doy la mitad
de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro
veces más».
Y Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también
este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y
a salvar lo que estaba perdido».
Palabra del Señor.
Con el Catecismo de la Iglesia Católica entender y vivir la Palabra
IV. SUGERENCIAS
PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA
B. Contenidos del
Catecismo de la Iglesia Católica
II. LA FE
DE LA IGLESIA
«Cristo Jesús hizo siempre lo que agradaba al
Padre. Vivió siempre en perfecta comunión con El. De igual modo sus discípulos
son invitados a vivir bajo la mirada del Padre ``que ve en lo secreto'' para
ser ``perfectos como el Padre celestial es perfecto''» (1693).
«La referencia primera y última de esta
catequesis (sobre la vida de Cristo, la vida moral) será siempre Jesucristo
que
es ``el camino, la verdad y la
vida''. Contemplándole en la fe, los fieles de Cristo pueden esperar que El
realice en ellos sus promesas, y que amándolo con el amor con que El nos ha
amado realicen las obras que corresponden a su dignidad» (1698).
III.
TESTIMONIO CRISTIANO
«Cristiano, reconoce tu dignidad.
Puesto que ahora participas de la naturaleza
divina, no degeneres volviendo a la bajeza de tu vida pasada. Recuerda
a qué Cabeza perteneces y de qué Cuerpo eres
miembro. Acuérdate de que has sido arrancado del poder de las tinieblas para
ser trasladado a la luz del reino de Dios» (S. León Magno) (1691).
IV. SUGERENCIAS PARA ASIMILAR LA PALABRA
A. Apunte
bíblico-litúrgico
La reflexión sapiencial describe la infinita
misericordia y
bondad de Dios Padre
sobre los hombres.
Antes de llegar Jesús a Jerusalén pasó a
Jericó; allí mostró una vez más su misericordia acercándose al pecador más
marginado, al jefe de los recaudadores y provocando su conversión.
Comienza la lectura de la segunda carta a los
Tesalonicenses que trata sobre el fin de los tiempos. Su lectura cerrará los
domingos del TIEMPO ORDINARIO.
B.
Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica
La fe:
La vida en
Cristo: 1691-1696.
La respuesta:
La catequesis
sobre la vida moral: 1697-1698.
C. Otras
sugerencias
Hoy recapitulamos las enseñanzas morales que
hemos recorrido en los domingos del TIEMPO ORDINARIO a partir del episodio de
la conversión de Zaqueo. Pues en él descubrimos:
A Cristo, imagen perfecta del amor
misericordioso de Dios proclamado en la primera lectura.
Al pecador que recibe el abrazo del perdón y
la llamada a la conversión.
La vocación del convertido: Ser como el Señor
que le ha perdonado: compasivo y misericordioso.
La vida en Cristo o vida
moral tiene estos mismos principios:
Ser perfectos como el Padre celestial es
perfecto.
En Cristo está el Camino, la Verdad y la
vida.
El Espíritu Santo, recibido en el Bautismo,
nos da la dignidad de participar de la misma naturaleza divina y vivir como El.