La Virgen María dice a santa Brígida cómo los sacerdotes facultados pueden absolver, por malos que ellos sean: compáralos la Virgen a un portero leproso. |
REVELACIÓN 36 |
Ve, hija mía, dice la Virgen, a aquel que tiene potestad de absolver, que aun cuando está leproso, al fin es portero, y si tiene las llaves, puede abrir la puerta, como si estuviera sano. Lo mismo acontece con la absolución y con el Sacramento del altar, que cualquiera que sea el ministro, si tiene las debidas facultades, puede absolver los pecados.
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