Misericordia y justicia de Dios y cuánto le importa al hombre responder a la inspiración divina. Cuéntase el castigo de uno que no lo hízo así.
REVELACIÓN 63

Yo soy el Creador de todas las cosas, dice Jesucristo a santa Brígida. Tengo delante de mí como dos hojas: en una está escrita mi misericordia, y en otra mi justicia. Así, pues, a todo el que se duele de sus pecados y propone no volver a cometerlos, le dice la misericordia, que mi Espíritu lo encenderá para hacer obras buenas; y al que de buena gana quisisere apartarse de estas vanidades del mundo, mi Espíritu lo hace más fervoroso. Pero al que está dispuesto, aún a morir por mí, lo inflamará tanto mi Espíritu, que yo estaré en él, y él en mí.

En la otra hoja está escrita mi justicia, la dual dice: A todo el que no se enmendare cuando tiene tiempo, y a sabiendas se aparta de Dios, ni lo defenderá el Padre, ni le será propicio el Hijo, ni lo inflamará el Espíritu Santo. Por consiguiente, ahora que es tiempo, considera la hoja de la misericordia; porque todo el que haya de salvarse, se purgará con el agua o con el fuego, esto es, con alguna penitencia hecha en esta vida, o con el fuego del purgatorio en la otra.
A un hombre que tú conoces, le mostré estas dos hojas de la misericordia y de la justicia, y ha hecho burla de la hoja de mi misericordia, y lo que es malo, lo tiene por bueno; y como la garza sobre las otras aves, así éste quiere subir sobre todos, y por tanto, está en gran peligro, si no mira mucho por sí, porque morirá en medio de sus placeres, y será quitado del mundo de entre los que beben y juegan.
Así acontecio; pues levantándose alegre de la mesa, aquella misma noche le dieron muerte sus enemigos.