Hace Jesucristo a la Santa algunas aclaraciones sobre la revelación anterior.
REVELACIÓN 73

Te he dicho, esposa mía, que entre mis enemigos y yo no hay sino la distancia de dos pies. Ya con el pie que les queda se acercan a mi tribunal. Un pie es la remuneración que han recibido por las buenas obras que por mí hicieron; y por consiguiente, desde este día se aumentará su infamia, se llenarán de amarguras sus deleites, se les quitará el gozo y se les aumentará la tristeza y tribulación. El segundo pie es su malicia, que no está cumplida ni ha subido a su punto; porque como suele decirse, que cuando una cosa está muy llena, revienta y da estallido de puro llena, así cuando llega a estar el alma llena de malicia, revienta y apártarse del cuerpo para comparecer en mi tribunal y ser condenada.

Su espada, que es la voluntad de pecar, la tienen medio desnuda, porque se afligen con los sucesos contrarios y mengua de su honra, y no tienen tantos bríos para pecar; y ni aun las prosperidades y honras del mundo les daban mucho lugar para pecar. Pero ahora, a fin de satisfacer sus pasiones, desean vivir más tiempo para pecar más a su sabor. Pero ¡ay de ellos! Porque si no se enmendaren, tienen ya cerca su perdición.