Indecible bondad de Dios, y con cuánto amor acude a los que le invocan.
REVELACIÓN 84

Estaba uno diciendo el Padre nuestro, y oyó santa Brígida que dijo el Espíritu Santo: Amigo, te respondo, primero, de parte de la divinidad, que tendrás la herencia con tu Padre; segundo, de parte de la humanidad, que serás mi templo; y tercero, de parte del Espíritu Santo, que no tendrás tentaciones más de lo que pudieres sufrir. Pues el Padre te defenderá; la Humanidad estará a tu lado; y el Espíritu Santo te inflamará.
Y como la madre cuando oye la voz del hijo, le sale con alegría al encuentro; y como el padre al ver a su hijo abrumado con una carga, le sale al medio del camino y le alivia del peso; así yo salgo al encuentro de mis amigos, les hago fácil lo difícil, y les ayudo para que lo lleven con alegría. Y como el que ve algo que le gusta, no se contenta si no lo ve muy de cerca, así yo me acerco a los que me desean.