La pornografía rebaja a la mujer. No basta con arreglarse. También se puede arreglar a los animales. La mujer tiene libre albedrío. Puede decir "que no" a la pornografía. Pero cuando uno se acomoda
a este siglo termina siendo como los de este mundo. Es tarea especial de la
mujer enseñar al varón lo que es la modestia y
el pudor.