Momentos de la Santa Misa
por Ana Vázquez Vismara
y Gustavo Meschino
Ritos iniciales
Liturgia de la Palabra
Liturgia de la Eucristía I
Liturgia de la Eucaristía II
RITOS INICIALES
Entrada - Señal de la cruz - Saludo - Acto penitencial - Gloria - Oración
colecta.
La entrada solemne del celebrante y sus ministros al templo
supone, requiere y hace efectiva la asamblea ya reunida. Con ella y por
ella, Cristo está presente. El reunirnos es una actitud profunda que debemos
vivir en la Misa; somos el Pueblo de Dios convocado; es Jesús el que nos ha
invitado a juntarnos. La Misa empieza en este momento y toda ella es un solo
acto. Por eso, la gente que llega tarde rompe la unidad y quita a Dios algo
que es de Él y de su Iglesia.
Mientras el sacerdote entra, comienza el canto de entrada.
"La
finalidad de este canto es abrir la celebración, fomentar la unión entre los
presentes e introducir los espíritus en el misterio del tiempo litúrgico o
de la fiesta, ya acompañar la procesión..." (Instrucciones generales del
Misal Romano, Capítulo II, Nº 25)
Durante el canto, el celebrante saluda al altar. Puede
hacerlo mediante un beso y, en ocasiones especiales, perfumándolo con
incienso. Estos son signos de veneración a Cristo, a quien el altar
simboliza. Luego el sacerdote saluda a la asamblea comenzando con la Señal
de la cruz. Este saludo expresa en primer lugar la relación de comunión
entre la asamblea y el sacerdote, y en segundo lugar, el Espíritu en que se
sienten unidos y se reúnen.
Luego
sucede el acto penitencial, que puede hacerse de diversas
formas. Luego de un momento de silencio, se canta o recita el "Señor ten
piedad" o el "Yo confieso". El sacerdote termina con una absolución para
todos. Éste es un rito de purificación, de reconciliación con Dios y los
hermanos para poder encontrarnos sin que nos separe el pecado.
El Gloria es un himno de alabanza. Un canto de la asamblea
de antigua tradición, una oración modelo que proclama la salvación en Cristo
Jesús, da gracias al Padre, y suplica a Dios Trinidad. Nos hace empezar
cantando nuestra actitud interior de admiración, gratitud, confianza y
súplica.
El Rito Inicial culmina con la oración de la asamblea u
oración colecta. Esta oración se llama así porque recolecta
las intenciones individuales en una sola oración que se convierte en la
oración de la Iglesia. Por eso el sacerdote la dice en plural en nombre de
toda la comunidad y se responde Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura - Salmo Responsorial - Segunda Lectura - Aleluia - Evangelio
- Homilía - Credo - Oración universal
En la Liturgia de la Palabra, Dios se hace presente y habla a su pueblo.
Cristo, antes de hacerse alimento para el cuerpo, se hace palabra para el
alma. Se presenta y se vive la proclamación de la Palabra como un
acontecimiento actual. Se actualiza la fuerza de la revelación y salvación
de Dios.
Los días de fiesta y los domingos se leen dos lecturas. La primera
es del Antiguo Testamento y la segunda es del Nuevo
Testamento. Los días de semana se lee una única lectura. El Salmo
Responsorial y el Evangelio nunca se suprimen.
El Salmo Responsorial pone en práctica dos acciones:
escuchar y responder. Por eso se llama "responsorial". El salmo es el canto
más importante de la Liturgia de la Palabra. No es un simple canto de
meditación, sino que forma parte [Lectura del evangelio]de la Biblia
(Antiguo Testamento). Es inspirado por Dios.
El
Evangelio se saluda con una aclamación que en hebreo
significa "Gloria al Señor", y es el Aleluia. La Iglesia lo conservó como
una aclamación de alegría. El Aleluia tiene por sí mismo el valor de rito o
acto con el que la asamblea recibe y saluda al Señor que va a hablarles.
Evangelio significa "buena noticia". Su proclamación está a cargo del
celebrante o de un diácono. Si bien todas las lecturas son Palabra de Dios,
esta lectura es particularmente Palabra de Cristo. Él se hace presente para
hablarnos. Inmediatamente sigue la Homilía. Tiene por finalidad explicar la
Palabra de Dios proclamada en las lecturas y actualizar su mensaje para
poder confrontar nuestra vida con ella.
Luego rezamos juntos confesando y proclamando nuestra fe en el Credo. Allí
está resumido todo lo que creemos los cristianos católicos. Por eso también
se lo llama símbolo o profesión de fe.
"En la Oración Universal u Oración de los Fieles, el
pueblo, ejerciendo su función sacerdotal, ruega por todos los hombres"
(Instrucciones generales del Misal Romano, Capítulo II, Nº 45). En nuestras
celebraciones hay muchos tipos de oraciones por nosotros, pero ésta es una
oración de intercesión por los demás; de mediación. Ponemos delante de Dios
nuestra historia con sus fallas y urgencias.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA I
Presentación de ofrendas - Plegaria Eucarística.
El segundo momento de la Misa comienza con la preparación de la Mesa del
altar para el banquete eucarístico.
En la Última cena, Cristo instituyó el sacrificio y el banquete pascual y
encomendó a sus discípulos que lo repitieran en conmemoración suya.
En
la preparación de los dones llevamos al altar pan, vino y
agua: los mismos elementos que Cristo tomó en sus manos. Mientras el
sacerdote o diácono recibe las ofrendas, entonamos un canto, que simplemente
acompaña el momento. "Desde el principio, junto con el pan y el vino para la
eucaristía, los cristianos presentan también sus dones para compartirlos con
los que tienen necesidad. Esta costumbre de la colecta, siempre actual, se
inspira en el ejemplo
de Cristo que se hizo pobre para enriquecernos..." (Catecismo de la Iglesia
Católica, Nº 1351). Luego, el sacerdote se lava las manos, expresando así su
deseo de purificación interior.
En la Plegaria Eucarística se da gracias a Dios por nuestra salvación y se
hace la ofrenda del Cuerpo y Sangre de Cristo. Podemos distinguir dentro de
ella algunos elementos:
Acción de gracias, en la cual el sacerdote en nombre de todo el pueblo da
gracias por la salvación. Todos nos unimos a la alabanza incesante
de
la Iglesia, cantando a Dios el Santo, que es el canto más importante de la
Liturgia de la Eucaristía. Se trata de un canto de inspiración bíblica,
tomado en su primera parte del libro del profeta Isaías y en la segunda, del
Evangelio de Mateo. Con esta aclamación, cantamos nuestra alabanza al Dios
creador y salvador y exclamamos nuestro gozo por "el que viene", Cristo
Jesús.
Epiclesis: la Iglesia pide al padre que envíe su Espíritu Santo sobre el pan
y el vino, para que se conviertan por su poder en el Cuerpo y Sangre de
Cristo.
Relato de la Institución de la Eucaristía y Consagración:
la
fuerza de laspalabras y de la acción de Cristo y el poder del Espíritu Santo
hacen sacramentalmente presentes su Cuerpo y su Sangre.
Anamnesis: hacemos memoria del mismo Cristo, recordando principalmente su
Pasión, Resurrección y Ascensión. Luego, se presenta la Padre la hostia
[Consagración del vino]consagrada. La Iglesia procura que los fieles
aprendamos a ofrecernos a nosotros mismos en este momento.
Intercesiones: se expresa que la Eucaristía se celebra en comunión con toda
la Iglesia, del cielo y de la tierra, y que la ofrenda se hace por ella
misma y por todos sus miembros, vivos y difuntos.
Doxología final: se expresa la glorificación de Dios ("Por Cristo, con Él y
en Él...") y se confirma y termina con la aclamación del pueblo: Amén, que
es el más importante de toda la Misa, porque con él manifestamos nuestra
adhesión decidida a todo lo que el sacerdote ha afirmado durante la
Plegaria.
Esta extensa oración es el centro de la Eucaristía. Aún así, no siempre le
damos la importancia que se merece.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
II
Padre Nuestro - Saludo de la paz - Fracción del Pan - Cordero de Dios -
Comunión - Saludo y Bendición final - Despedida y Canto final
El Padre Nuestro es el primero de los pasos que nos prepara
para la Comunión. En esta oración pedimos el pan de cada día, aludiendo
también a la Eucaristía e imploramos la purificación de los pecados. Los que
vamos a acercarnos a recibir al Señor, sólo nos atrevemos a hacerlo desde
una postura de mutuo perdón. La monición (invitación del sacerdote a rezar)
nos señala distintos aspectos del sentido de esta oración en este momento de
la misa: que nos ha sido enseñada por el auténtico maestro de la oración,
que alimenta la fraternidad y la unión de los que comulgaremos con Cristo,
que renueva la alegría de los hijos ante el Padre.
Sigue el Saludo de la paz, en el que imploramos la paz y la
unidad para la Iglesia y todos los hombres, y nos expresamos mutuamente la
caridad con un gesto de amistad y acercamiento.
Jesús
quiso manifestarse en el gesto de la Fracción del Pan. El
Pan fraccionado es el cuerpo compartido de Jesús. También significa que
nosotros, por la comunión de este Pan de Vida, nos hacemos un solo cuerpo.
Este gesto es acompañado por el canto del Cordero de Dios. Con este canto
invocamos a Cristo como Redentor, como Cordero que es entregado por todos
nosotros, al Cristo Pascual que ha vencido y en la comunión se nos da como
alimento.
El momento culminante de la Eucaristía se da cuando la comunidad participa
del Cuerpo y Sangre del Señor. Todas las actitudes, palabras, canciones y
gestos quieren ayudarnos a expresar, alimentar
y educar nuestra actitud de participación consciente en este misterio. Vamos
a comulgar en procesión, [Comunión]manifestando así que somos un pueblo en
marcha, que camina y avanza al encuentro con su Señor. El canto que acompaña
esta procesión, alegre y festivo, expresa lo que cada uno vive en ese
momento: la relación personal con Cristo y la relación fraterna de todos los
que se unen en él. Cuando recibimos la comunión se da un
breve diálogo con el ministro que nos dice "El Cuerpo de Cristo", a lo que
respondemos "Amén". Este Amén es una profesión de fe y en este momento
significa afirmar que reconocemos que estamos recibiendo al mismo Cristo.
Luego, como una justa y debida acción de gracias, hay un momento de
silencio, en el que también podemos cantar.
La celebración concluye con una bendición que el sacerdote,
en nombre de Cristo, da a toda la comunidad. Bendecir es decir "bien". Dios,
que es fuente radical de todo bien, cuando bendice es eficaz en su gracia y
en la salvación que da. Luego se despide al pueblo con una frase que no
es
sólo de despedida, sino también de envío. En esta despedida se disuelve a la
asamblea para que regrese cada uno a sus quehaceres alabando y bendiciendo a
Dios. Respondemos dando gracias, lo que ha sido a lo largo de la Eucaristía,
que significa precisamente "acción de gracias", la actitud fundamental.
El canto final tiene el sentido de una salida gozosa, y
acompaña la salida de los ministros.
1. El texto de esta página se reproduce aquí por cortesía de sus autores,
Ana Vázquez Vismara y Gustavo Meschino y fue publicado originalmente en la
página web de la Parroquia de San José de Balcarce (Argentina). Un buen
libro para quienes deseen ampliar y profundizar en el contenido histórico y
espiritual de la misa es "La Misa, liturgia y espiritualidad" de Aquilino de
Pedro publicado por la editorial San Pablo (Chile). De interés también en
este sitio puede consultarse la página dedicada a
la Santa Misa en la sección de Eucaristía,
con un resumen de los textos y respuestas para participar.