Diez breves anécdotas que retratan a la Madre Teresa de
Calcuta, la mujer que no se arredraba nunca
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Del libro de
Fernando López de Rego '
Teresa de Calcuta. La persona'
(Freshbook).
1. La alegría de dar
En cierta ocasión, Madre Teresa supo de una familia hindú con ocho hijos que
no tenía nada para comer. Cogió un poco de arroz y se lo llevó; los ojos de
los niños brillaban de hambre. Su madre cogió el arroz, lo dividió y salió a
la calle con la mitad del recibido. Cuando regresó y Madre Teresa le
preguntó qué había hecho, contestó simplemente: "Ellos también tienen
hambre". "Ellos" era una familia musulmana vecina. Madre Teresa comentó
luego: "Aquella noche no les di más arroz, pues quería que ellos también
pudiesen disfrutar de la alegría de dar".
2. La caridad, por encima del Papa
El 29 de noviembre de 1964, Madre Teresa estaba invitada a la ceremonia de
apertura del XXXVIII Congreso Eucarístico Internacional, presidida por Pablo
VI en Bombay. Pero de camino al acto, vio a dos moribundos junto a un árbol,
marido y mujer. Se detuvo con ellos hasta que él murió en sus brazos.
Entonces la religiosa cargó en hombros a la esposa y la llevó a un centro de
su congregación. Para entonces, la ceremonia ya había concluido...
3. Un premio mayor que un millón de dólares
Cuando un periodista norteamericano la vio atendiendo a un enfermo con
heridas hediondas, le dijo que él no haría eso ni por un millón de dólares.
"Por un millón de dólares tampoco lo haría yo", respondió Madre Teresa.
4. A los del "rollo social"
A las misioneras de la Caridad, algunos tenían el cuajo de reprocharles la
atención prestada a los más necesitados, alegando que eso les mantenía en la
miseria. Y alegaban la manida comparación de qué es mejor, si regalar un pez
o una caña de pescar.
La beata albanesa tenía clara la respuesta: "Lo que dicen ustedes me parece
perfecto, pero los pobres con los que nosotros trabajamos están tan débiles
que no tienen fuerza ni siquiera para sostener la caña entre sus manos. Si
les parece, nosotras les alimentamos para que adquieran esa fuerza y luego
ustedes les enseñan a manejar la caña".
5. Planchazo a un funcionario hostil
Un día la Madre Teresa acudió a solicitar una ayuda al edificio principal de
la administración del estado de Bengala Occidental en Calcuta. El
funcionario reaccionó de una manera muy hostil y humillante a la solicitud.
Pero más tarde, el superior jerárquico de ese funcionario estudió la
solicitud y decidió acogerla. Cuando ella fue a recibir la suma concedida,
el funcionario displicente le espetó: "Este dinero es para usted". A lo que
ella respondió inmediatamente: "No, este dinero es para los pobres. Para mí
era su comportamiento del otro día".
6. "Sin María no hay Jesús"
Estando en Holanda, un protestante que la visitó junto con su esposa le
comentó que, en su opinión, los católicos le daban excesiva importancia a
María. "Sin María no hay Jesús", replicó ella muy en su línea, breve y de
lógica elemental. Debió hacer pensar a su interlocutor, porque días después
recibió una hermosa postal suya con el siguiente texto: "Sin María no hay
Jesús".
7. Pasajera de lujo
En sus viajes por la India, llevaba consigo una gran imagen de la Virgen de
Fátima, casi de tamaño natural, que le habían regalado. Una vez la colocó en
el tren en el asiento contiguo, y el revisor quería hacerle pagar el billete
a Nuestra Señora. Madre Teresa le explicó que su pase gratuito de los
Ferrocarriles Indios era para ella y una acompañante... y que ésa era su
acompañante ese día. El agente insistió: las estatuas no hablan, y por tanto
no hacen compañía. "Pues yo le hablo y ella me escucha. Y a veces ella me
habla y yo la escucho a ella". El revisor se dio por vencido.
8. Objetivo Berlín
Madre Teresa había hecho el voto de seguir inmediatamente la voluntad del
Señor nada más conocida, de forma que no dejaba pasar ni un minuto. Así que,
cuando en septiembre de 1980 se fue al Berlín Oriental a abrir la primera
casa de la orden en un país comunista, la hermana que debía quedarse sólo
tenía permiso para 24 horas. Ambas empezaron a recitar su oración de
intercesión preferida (el Acordaos, dirigido a la Virgen María). Cuando
llevaban ocho, sonó el teléfono: le habían concedido el visado para seis
meses.
9. Novenas exprés
Una mujer de acción como la Madre Teresa no hacía las novenas en nueve días,
sino en uno solo, repitiendo diez veces el Acordaos. ¿Por qué diez? Daba por
descontado que la petición iba a ser atendida y añadía una repetición
adicional, la décima, en concepto de acción de gracias anticipada.
10. Mucho más que preconciliar
Un teólogo que visitaba a las misioneras de la Caridad consideraba sus
enfoques espirituales y pastorales propios de tiempos anteriores al Concilio
Vaticano II. Al despedirse de ellas, no pudo reprimir el decírselo: "Lo que
están haciendo ustedes es admirable, pero teológicamente están en hace
doscientos años". La respuesta de Madre Teresa fue instantánea: "Peor aún.
En hace dos mil años"